Libro del Caos

[Niko Uzumaki]

- Un Uzza más y con lo que me emociona tener que verlos - El Tonks no se lograba acostumbrar a tener que tomar clases con personas tan poco amables y con las cuales nunca podría entablar una comunicación medianamente interesante. No obstante, siendo el Director de la Universidad debía demostrar que era capaz de atender sus requerimientos y cumplir con sus requisitos para aprobar las clases y demostrar su dominio de los hechizos.

 

- Debe ser acá - El Tonks tenía claro que no podía ingresar a la vivienda del Uzza encargado de enseñarle sobre el Libro de Caos. Un libro que había evitado mucho tiempo pero si deseaba continuar en su aprendizaje tenía que tomar en algún momento y ese había llegado. No conocía mucho sobre Bakari pero esperaba que fuera menos amargado que Badru y sus malos modales.

 

- Espero no tener que darles clases de modales a todos los Uzza - Su percepción era que todos estaban muy mal educados y que pasar un poco por una clase encargada de educarlos un poco no les haría daño. No obstante, el Ministro lo podría matar si se enteraba de sus ideas así que lo mejor era continuar como siempre y evitar tener discusiones con dichos guerreros - He llegado - La casa de Bakari no parecía muy interesante pero tampoco le importaba.

 

- Señor Guerrero, me presento ante usted para aprender sobre el dominio del contenido del libro del Caos - El joven se mantuvo en su misma posición esperando una respuesta para poder dar inicio a su aprendizaje. El Guerrero debía salir a recibirlo dado que él no pensaba entrar a su vivienda por falta de gusto y para evitar un problema.

[Bakari]

Bakari, viejo e insufrible, se estaba aburriendo del circulo vicioso en el que estaba atrapado gracias a la aceptación de su comunidad a dar clases en la universidad. Mes tras mes, debia darle enseñar los poderes escondidos en el libro del Caos a algún estudiante que se creía más inteligente que él, más preparado incluso para dar la clase. Pero eso no lo molestaba, le fastidiaba que siempre que llegaban los alumnos estuviese durmiendo.

En la puerta, como era costumbre ya se encontraba un alumno vociferando el deseo de obtener los conocimientos de su libro. Suspiró hastiado una vez de no dormir y descansar lo que quisiese. Se tomó su tiempo para salir, preparó un poco de café lo que hizo que el aire se impregnara con el poderoso olor del mismo. Salió con el torso descubierto para darse a conocer al alumno.

Era un chico rubio, alto, con unos ojos azules. El típico niño bonito que se podia encontrar en los lugares de la alta sociedad, que tenian mucho dinero para mover un dedo y se lo dejaban a sus empleados, Bakari pudo suponer que solo estaba allí para conseguir algo más de fama, más mujeres, más con la que lucirse con sus amistades millonarias.

- ¿Cuál es su mayor temor? - Formuló la primera pregunta con calma para que el muchacho la procesara - ¿Cuál es su mayor deseo?.

La mayoría de los alumnos siempre respondian lo mismo: Fama, Poder, Muerte, Soledad, etc. Ninguno de sus alumnos lo sorprendia con respuestas creativas y profundas que explicaran con detenimiento el porque de su respuesta. Tampoco esperaba que eso cambiara en ese momento ni en el futuro, mucho menos con el niño lindo que estaba frente a él con ganas de conseguir poder.

[Mia.]

Tras haber cursado el Libro del Druida, había quedado lo suficientemente harta de los Uzza, sin embargo, pasados unos días ese malestar se había reducido considerablemente y la decisión de adquirir el Libro del Caos, acudió a su mente. Comprarlo sin duda, había sido lo más sencillo, porque a pesar de haberle dolido desprenderse de la mini fortuna del coste, pudo hacerlo, el problema consistiría en tratar con Bakari, de eso estaba segura.

 

Ataviada con una sencilla túnica negra a juego con unas botas del mismo color, ingresó por a los terrenos destinados al pueblo de los guerreros. Buscando entre las viviendas la de Bakari, negó con lentitud, al ver que pasos delante de él, se encontraba Niko, ¿otra vez? Si, al parecer debería compartir la clase con el director de la institución mágica, esperaba que al menos fuese llevadera, pero no tenía tiempo para meditar sobre eso, porque en ese justo momento el Uzza habló.

 

Deseando no tener que realmente concentrar su atención en explotar su mente, rodó los ojos hacía arriba. Un gesto poco educado, lo sabía pero al comprender que tendría que darle una respuesta a Bakari, se molestó un poco, ¿qué no les bastaba con haber sido empleados por Inglaterra y tener a alumnos lo suficientemente preparados? Tenían que imponer un costo _moral_ para cada prueba, o eso era lo que le dejaba como impresión los dos guerreros que había conocido hasta el momento.

 

— ¿Mi mayor temor? Eso es sencillo, ver derrumbado todo por lo que he trabajado dentro de la comunidad mágica. Que mi trabajo sea insuficiente para mantenerme en el puesto que desempeñe y aunque se ha cumplido en el pasado, supe volver a levantarme y posicionarme nuevamente. —respondió de manera simple, recordando su despido de la dirección del departamento de Transportes y Deportes Mágicos.

 

En ese momento, se había sentido perdida pero poco tiempo después. Menos de un par de años después, había ingresado a Gringotts y no había parado hasta conseguir su actual puesto, la dirección. Habían sido momentos complicados, pero lo habían valido porque ahora disfrutaba con su nuevo lugar. Meditando un poco sobre la segunda pregunta, supo la respuesta, quería convertirse en animaga certificada, era lo único que quería.

 

—Aprobar las clases a las que me he matriculado. —quizá sería poco creíble, pero era cierto— Eso es lo que más deseo por el momento, comprobar que no he invertido galleons de manera errónea teniendo que formarme en la Universidad, el conocimiento siempre ha sido y seguirá siendo importante. —finalizó.

 

Podría ser que el Uzza se molestará por haber interferido y respondido antes que el Tonks, pero poco le importaba porque el mago, llevaba bastantes minutos meditando su respuesta y ella tenía ganas de avanzar, a pesar de que hasta sus palabras no hubiese notado su presencia.

[Bakari]

El chico aparecer no supo responder a las preguntas del Uzza, quedo allí, parado, pensando, como si le hubiese preguntando el significado de la vida o un complejo problema matemático, haciendo ver que el guerrero tenía razón y solamente era un niño bonito que quería ser más popular con sus amistades o salir con una chica atractiva. Joven ingenuo.

Pero enseguida, antes de arrepentirse y volver a entrar a su casa, una mujer rubia de piel blanca apareció respondiendo las preguntas formuladas anteriormente hablando sobre la importancia de mantener su posición social y todo por lo que había trabajado, como si su fracaso fuese lo más terrible de este mundo. Una decepción más se había llevado al escuchar ambas respuestas, ya estaba acostumbrado.

La mayoría casi siempre tenia el deseo "por el momento" de obtener la aprobación del libro, como si diciéndolo harían pensar que el Uzza los aprobaría por lástima o por ayudarlos a cumplir sus deseos. ¡Qué equivocados estaban! Lo único que podía pasar era todo lo contrario con sus respuestas tan escuetas.

No quiso volver a preguntar para que reformulara su respuesta a la última interrogante, creyó que no iba a mejorarla.

Sin más, Bakari juntó ambas manos en su pecho, trayendo a los espacios más tranquilos de su mente los peores recuerdos de su vida, las personas que había asesinado por cumplir una misión, las incontables batallas que había librado en la guerra, el dolor de cada una de sus cicatrices esparcidas por la parte superior de su cuerpo, la sangre que vio correr frente a sus ojos. Poco a poco, el flujo de energía de su cuerpo cambió y en sus manos se formó un cúmulo de fuerza mágica, energía, la cual mantuvo por unos instantes para que la chica entendiera su siguiente tarea.

- Haz lo mismo, solo trae a tu mente tus malos recuerdos - Comentó y luego separó ambas manos haciendo desaparecer todo lo ocurrido.

[Niko Uzumaki]

- Estos guerreros son demasiado originales - Pensó lleno de sarcasmo. En su clase del Libro del Druida, Badru le había hecho las mismas preguntas y eso no le agradaba. Al parecer tenían un diálogo diseñado previamente que todos se encargaban de repetir y luego se hacían ver como seres superiores. El Tonks se quedó callado por unos segundos antes de dar su respuesta. No obstante, una nueva persona había llegando sin saludar.

 

Niko se limitó a escuchar lo que la mujer tenía para decir sin hacer ningún movimiento para luego oír las palabras del Guerrero Uzza. La clase había empezado y él aún tenía que darle una respuesta a sus preguntas pero ya estaba listo para ello - Tengo una respuesta - Fueron sus palabras al notar que le asignaba una tarea a su compañera de clase.

 

- Mi mayor temor es perder mis recuerdos. Las personas desarrollan su vida y personalidad a partir de lo vivido y solo las memorias permiten recordar los hechos del pasado que hacen que nuestras vidas sean de una u otra manera. Así que creo que no me gustaría perderlos y me da un poco de miedo que eso pueda llegar a ocurrir - Esperaba nunca ser víctima de un hechizo para quitar la memoria o de cualquier tipo de objeto mágico capaz de afectar la misma.

 

- Mi mayor deseo es acumular conocimientos. Así como vivimos de recuerdos, vivimos de lo que aprendemos y todos los días estamos aprendiendo cosas nuevas que van a ser útiles para nuestra vida y nuestros próximos días. Es por eso que gran parte de mi vida la he dedicado a esta institución mágica y a la enseñanza. Considero que estando al interior de ella puedo aprender mucho - El Director de la Universidad estaba muy orgulloso de aprender cosas nuevas todos los días y de poder seguir en dicho lugar. Ese era su trabajo perfecto y no lo cambiaría por nada.

[Mia.]

Sin entender exactamente que era lo que hacía Bakari, lo observó con atención y al darse cuenta que comenzaba a hacer aparecer un conglomerado de magia entre sus manos. Al parecer la había extraído de su cuerpo, algo que en otro momento, podría haberle parecido descabellado, pero que en esos momentos únicamente era sorprendente, por lo que prestó atención a la concentración que se requería para poder realizarlo y respiró profundamente, ¿tendría que hacer eso? No parecía del todo sencillo y si bien, no se daba por vencida ante retos, estaba segura que tendría que esforzarse.

 

—Esta bien... —respondió ante la orden del guerrero.

 

Intentando mantenerse serena, cerró los ojos durante un segundo, para únicamente concentrarse en el sonido de su respiración. y permitir que en su mente comenzarán a acudir diversos recuerdos desagradables, porque en realidad no eran tan malos. Únicamente, no le agradaba recordar, momentos como en los que había sido despedida como directora del Departamento de Transportes Mágicos, o cuándo le habían quitado el rango y el prestigio dentro de la Marca Tenebrosa, sí era desagradable, a pesar de que con el tiempo había conseguir volver a abrirse pasó.

 

En cuanto recordó como lo había logrado, sintió como la magia comenzaba a alejarse de sus manos, no eso no funcionaba, así que tendría que recobrar la atención en lo negativo y soltando un suspiro, lo hizo, generando más recuerdos desagradables.

 

Así como lo había sido enterarse que su madre no estaba muerta, ¿había sentido desprecio por su padre? Sí, pero minutos después, este desapareció. Había logrado entender que le habían mentido por protegerla de una maldición, y que al final no había podido ser posible, porque esta la había alcanzado y no se había podido librar, considerando todos esos recuerdos, así como algunas cuantas cuestiones sentimentales, comenzó a sentir como poco a poco su cuerpo iba llenándose de magia.

 

Extendiendo sus manos, sintió como esta iba saliendo poco a poco de su cuerpo. Estaba formando una pequeña bola de magia, que se iba acrecentando con cada recuerdo que lograba evocar, ¿qué era eso? no estando del todo segura, continuó haciéndolo, sin perder concentración, y cuando logró alcanzar una acumulación de considerable tamaño, se giró para ver al Uzza, y mostrarle lo que había hecho.

 

—Lo conseguí, ¿qué tengo que hacer ahora? —preguntó, esforzándose por mantener la magia entre sus manos, porque sí le había costado un poco de trabajo realizar la misión, pero eso era algo que prefería mantenerse para sí misma.

[Bakari]

Mientras la chica empezaba a esforzarse para imitar los movimientos realizados por el Uzza, el chico comenzó a hablar para dar una respuesta a las interrogantes anteriores, hablando sobre sus recuerdo y el temor a perderlos, sobre el conocimiento y su deseo de obtenerlo todo. Era extraño que todos ansiaban una cantidad inconmensurable de sabiduría como si fuera un requisito para la felicidad, pero en su larga experiencia ocurría lo opuesto y parecía que mientras más se tenía un mayor grado de tristeza o depresión se conseguía, él también pensó que se estaba volviendo loco cuando intentó leer todos los libros sobre el mundo mágico en un mes comiendo lo necesario y durmiendo un par de horas cada dos días, después de un tiempo llegó a la conclusión sobre la ignorancia y la espiritualidad eran mejor estilo de vida.

Solo se dedicó a escuchar las palabras del joven que al parecer interrumpieron la concentración de su compañera causando que fallara, lo peor era que él solamente observaba como un niño en un zoológico y no mostraba intención de realizar las acciones dadas por el Uzza, esperando alguna orden especial para él cosa que no iba a pasar, no había llegado tarde para perderse la instrucciones, así que no lo volvería a repetir y debía encontrar la manera de ponerse al corriente con lo que sucedía a su alrededor o simplemente su deseo de obtener más conocimiento se vería retrasado por la reprobación del libro.

La rubia por el contrario tuvo la capacidad de recomponerse, logrando exitosamente el objetivo principal de realizar un cúmulo de magia en sus manos.

Bakari esta vez no quiso retrasarse mucho con crueldades por lo que con un chasquido de los dedos, un enorme pergamino apareció frente a él con la finalidad de ser el pacto entre los señores del caos y los alumnos para que pudieran utilizarlo con libertad. Lo más importante era que podrían controlarlos sin el riesgo de que fuesen agredidos por ellos como hizo que sucediera en sus anteriores clases, le divertía siempre dicha situación, solo que esta vez era diferente, quería deshacerse de inmediato de esos alumnos que no parecían mostrar lo que se necesitaba para merecer los hechizos del libro del caos.

- Realizate un corte con la daga de sacrificio y coloca una marca de sangre al final del pergamino - Comento dirigiéndose a la chica.

Esperaba, est****amente, que el chico tuviera la capacidad de hacer lo mismo y no terminara muerto. Seguía con la duda de que esperaba algo para hacer, le daba ese aire de que era el tipo de persona que esperaba ordenes y no realizaba las cosas por su cuenta. Tal vez Bakari estaba equivocado.

- Luego de eso, invoca un señor del caos.

[Mia.]

1d7

Señor del Caos

[Mia.]

Conjurar la estela de magia había sido un tanto complicado, porque el espacio no era justamente el adecuado para la concentración y mucho menos las palabras de su compañero de curso que la sacaron un par de veces de trance, pero no le importó, porque al final lo había conseguido, por lo que en cuanto escuchó la petición del mago, esbozó una media sonrisa y negó con lentitud, ¿firmar algo que no iba a leer?

 

—No quiero ser grosera —comenzó intentando parecer preocupada—. Pero no puedo firmar el pergamino sin saber que es lo que contiene, así que sí me explica cuáles son los términos que voy a aceptar, podré hacerlo sin problema alguno. —terminó de explicar con tranquilidad.

 

Concentrándose en la segunda orden que le había dado el guerrero, negó con lentitud, porque conjurar al señor del caos, era un poco incierto, porque existían siete señores del caos, los cuales eran tan diferentes el uno del otro, que no sabría cuál era el que terminaría acudiendo a su llamado. Eso era lo emocionante, para algunos, mientras que para otros era angustiante, para ella, únicamente intrigante, pero igual tendría que tener precaución.

 

Antes de cerrar los ojos durante un segundo, observó el sitio en el que se encontraba y posteriormente intentó nuevamente conjurar el concentrando de magia y en esta ocasión, pensó en el Señor del Caos, el cual no tardó en hacerse presente, pero para su sorpresa y desfortuna, el que acudió a su llamado era Peeves, alguien que de inmediato tomó control de su lengua, y no le permitiría hablar sin soltar un chiste de sí misma.

 

—A ver rubia, ¿Dumbledore murió en? —soltó con una mueca de disgusto, porque conocía la respuesta pero el ser asociada con la fama de las brujas rubias de ignorante, la haría responder una tontería—fermo... —sin poder evitarlo soltó una risotada, había cumplido la invocación a peeves. —Ese es el señor del caos que hace que te burles de ti misma, peeves.

 

Sabía que no debía explicarlo, pero sentía la necesidad de hacerlo, algo que era ilógico.

[Niko Uzumaki]

El Guerrero Uzza hizo una buena muestra de su educación al no responder. El Tonks tenía claro que no se caracterizaban por ser los más educados así que simplemente decidió omitir su actitud desagradable e intentar descifrar qué hacer para continuar con su proceso de aprendizaje - Supongo que debo hacer lo mismo que ella - Las palabras solo pasaron por su cabeza pero la reacción de su cuerpo al encoger los hombros en señal de resignación no lo fue.

 

- No me gusta pensar en mis malos recuerdos - Una vez más las palabras solo pasaron por su mente, pero necesitaba entender las razones por las cuales debía pensar en los malos y no en los felices. El Tonks había pasado mucho tiempo enterrando dichos recuerdos en el fondo de su cabeza y tener que revivirlos no le agradaba mucho menos teniendo en cuenta que había aprendido Oclumancia para ocultarlos de todo el mundo.

 

El Tonks juntó sus manos al igual que Bakari lo había hecho unos minutos antes y comenzó a pensar en todas aquellas cosas que lo ponían triste. Primero en su separación de su mentor y gran amigo, aquel hombre que se había encargado de enseñarle todo lo necesario sobre Idiomas. Una persona que sin pensarlo se había convertido en una guía en su camino y en su vida, Pierre aparecía constantemente en muchas situaciones pero por lo bueno y no por lo malo.

 

El Warlock comenzó a sentir el poder y la magia recorriendo sus manos. Entendía que esa era la única manera de lograrlo así que la imagen de Pierre desapareció de su mente y en su lugar aparecieron sus últimos días como Director de la Academia de Magia y Hechiceria. En particular, la primera vez que lo fue y en la que mayor tiempo estuvo. Ese siempre había sido su lugar favorito y haberlo abandonado le costó mucho pero debía cumplir con unos compromisos fuera del país y era lo correcto en dicho momento, aunque doloroso.

 

El dolor hacía parte de dichos malos recuerdos así que el poder comenzó a sentirse más en su manos y notó que una bola apareció en medio de las mismas - Lo he logrado - Pensó, mientras le mostraba al Guerrero lo que había logrado realizar. Odiaba que hubiese sido a través de los malos recuerdos pero estaba allí para aprender aunque resultara doloroso.

 

- Ahora, ¿qué debo hacer? - Esperaba que esta vez el Uzza fuera más educado y le diera una respuesta porque no era agradable andar intentando adivinar qué era lo que pensaba o deseaba que el Knight realizara en la clase.