Libro del Caos

[Bakari]

Una vez más una de sus alumnas se negaba firmar el pergamino porque no entendía los términos que este contenía. Bakari suspiró cansado de ese tipo de personas inseguras en si mismas colocándose obstáculos para conseguir lo que de verdad anhelaban y justo ese era el caso, porque recordaba que la chica deseaba aprobar la clase y obtener los conocimientos del libro. Miró al cielo por un instante, admirando el azul y el sonido de los pájaros cantar.

La muchacha se esforzó en conjurar uno de los señores del caos y lo logró pero solo se trajo a Peeves, el cual pudo ser útil en otras situación, pero en ese momento no solamente se burló de la chica y trato de explicarle a Bakari quién era Peeves. En ese segundo, Peeves también golpeó a la chica, dándole una cachetada y la empujó, como si estuviera jugando con un hermano o estuviese peleando con un enemigo. Peeves despareció después sin siquiera despedirse o decir un palabra extra.

- Si quieres evitar eso, debes firmar - Fue todo lo que dijo, el pergamino seguía en el mismo sitio, esperando por alguna mano de ambos.

Si, porque todavía el chico estaba allí y no fue tan est****o para conjurar un señor del caos de una vez sin firmar el pergamino o contrato para controlarlos. Lo único que pudo hacer fue controlar sus malos pensamientos, sus mayores temores y concentrar la magia en las manos juntadas frente a su pecho y lo logró con solo observar lo realizado por su compañera y las instrucciones del Uzza, al menos no era tan tonto como él se lo imaginaba y eso podía resultar en algo bueno. Sin embargo, era muy temprano para decirlo con claridad.

- Firmen, invoquen un señor del caos y ya pruebe el resto de los hechizos. Conocen las bases - Dijo ordenándole a ambos.

Si no firmaban simplemente deberían irse a sus casas nuevamente y venir cuando estuviesen un poco más preparado. Se sentó en el suelo, sintiendo la textura del césped combinado con la tierra, estaba un poco alejado de la cabaña donde dormía, pero quería tratar un poco de meditar mientras los jóvenes realizaban lo que debían hacer para aprobar, seguía esperando que se moviesen con rapidez para no tener que duelear con ninguno de ellos, no iba a contenerse, nunca lo hacía. Inhalo y exhalo, controlando poco a poco los latidos de su corazón, la velocidad de su respiración e incluso, tal vez, el flujo de sangre.

Editado 7 de Agosto del 2017 por Bakari

[Mia.]

1d7

Señor del Caos

[Mia.]

Sin entender exactamente que era lo que debía firmar, no pudo evitar girar los ojos hacía arriba, pero finalmente accedió a lo que el Uzza había ordenado. Estaba molesta eso era lógico, pero no lo demostraría al menos no de momento, así que intentando relajarse un poco, invocó la daga y se hizo un pequeño corte sobre el antebrazo, por donde comenzó a correr un pequeño hilo de sangre que cayó en el pergamino.

 

—Allí esta... .—se lo tendió a Bakari y negó con lentitud.

 

Esperando un poco más de paciencia, inhaló y exhaló un poco, antes de concentrarse nuevamente e intentando, controlar el concentrado de magia que debía conjurar, cerró los ojos unos segundos e invocó al señor del Caos por segunda ocasión, ¿qué demonios? fue lo único que pudo pensar, en el momento en que delante de ella volvía a aparecer Peeves, reprochando con una mirada al guerrero soltó un bufido.

 

Tenía que ser una broma porque él había dicho que eso no iba a ocurrir, ¿tan mala era su suerte? Podría ser o quizá el Señor del Caos, realmente no le gustaba tratar con ella, eso no lo sabía del todo pero lo averiguaría en un futuro cercano, pero mientras tanto, únicamente pensaría en un par de cosas antes de hacer algo más.

 

—¿En qué se parece un oso invernando y la directora del banco? —preguntó con una falsa sonrisa en los labios— En que ninguno de los dos ve la luz del sol.

 

Sí, su chiste podía haber sido malo, pero al menos le causó un poco de gracia a sí misma, porque era tan cierto que lo mejor que podía hacer era divertirse su propia pena.

 

—¿Tan caprichoso es el señor del caos? Las dos veces que lo invoqué acudió el mismo, a pesar de que firme lo que me pidió. —soltó con un dejo de duda, mientras observaba a los ojos a Bakari, ¿un atrevimiento? muy posiblemente, pero poco le importaba.

 

Off: tirada de dados

[Sophie Elizabeth Granger]

Ya había recorrido aquel lugar pero buscando a otro Uzza, uno que al contrario de muchos, a ella le caía muy bien aunque al principio habían iniciado con el pie izquierdo, el famoso Badru. Ahora tenia que buscar a un total desconocido, jamas se había topado con el pero si era capaz de manejar a los señores del Caos seguro era un guerrero fuerte y de mucha experiencia. Sabía que los Uzza tenían una manera peculiar de trata a los magos, a la mayoría de ellos los magos les causaban molestia, así que se preparo para recibir una mala cara de Bakari, así no se sentiría ofendida por el. Como siempre iba totalmente de negro, pantalón, blusa, botas, era mas fácil usar la oscuridad a tu favor vestida así, incluso su capa era negra.

 

Llego a la casa del Uzza y lo vio afuera con dos alumnos que habían llegado antes que ella, por lo que dudo en acercarse o esperar a que el guerrero la viera. Decidió que lo mejor era acercarse y no hacerlo perder el tiempo asi que encamino sus pasos hacia el para presentarse como la nueva alumna, en la Universidad le habían mandado un mensaje diciéndole que Bakari sabia que llegaría.

 

- Guerrero, me presento, Zahil Granger, estoy aqui para aprender su magia - dijo realizando una pequeña inclinación en señal de respeto esperando que este le dijese que hacer.

 

Alcanzo a ver como Mia había invocado a Peeves y deseó no tener la mala suerte de invocarlo, era lo único que no le gustaba de ese libro, la intervención del azar en el uso de este libro en particular. A la vampira no le gustaba dejar las cosas a la suerte, le gustaba mas el control y si ella lo tenia mejor.

[Bakari]

La chica siguió las indicaciones de Bakari como le había dicho, firmando el pergamino y logrando inmediatamente que todos los señores del caos pudiesen obedecer sus ordenes en el momento que fuesen invocados por ella para tratar de sacarla de algún tipo de aprieto. Tuvo la mala fortuna de que en ese momento fue Peeves el que volvió a salir para obligar a realizar un chiste sin sentido y sin gracia tanto para él como para Bakari.

- Trata de deshacerte de él - Dijo señalando a Peeves que en ese momento jugueteaba con el cabello de la chica lanzándoselo al rostro repetidas veces - Prueba con algún hechizo, incluso los del libro.

La joven ya tenía lo necesario para usar el resto de hechizos, invocar uno de los siete señores del caos era el más complicado de todos, tal vez era la razón por la cual lo enseñaba primero, para que tuviese la oportunidad de entender como funcionaban los demás y se ahorraba el tener que explicar sencillo pasos para cada encantamiento. Además, a esa altura sus alumnos deberían conocer las bases de la magia y solo necesitaba un pequeño empujón para el libro, el resto dependía de ellos y de la práctica.

Seguía esperando que el chico realizara algún tipo de acción, pero parecía ensimismado en sus pensamientos o estaba dormido con los ojos abiertos, tal vez tenía algún tipo de retraso en la respuesta de sus neuronas dentro de su cerebro que actuaban con lentitud y provocaban ese tipo de actitud. A pesar de todo, esperaba que se encontrara bien.

Una chica llegó a los aposentos de Bakari con la ansiosa sed de conocimiento y poder que percibía en todos los nuevos alumnos, la detalló un poco más y notó que era otra rubia en la clase. Londres parecía estar abarrotado de gente perfecta y atractiva incapaz de ganar una guerra mágica, tal vez una de belleza. En el punto en el que tuviesen un conflicto con otro país, los daba por vencido sin mucho esfuerzo por el enemigo. La guerra no parecía el escenario adecuado para ellos y no lo era para nadie.

El Uzza en ese momento recordó estar rodeados de grupos enemigos atacando a sus compañeros, eliminando sus extremidades y, más importante, su vida. Perdían la vida rodeados de charcos de sangre y animales controlados para devorar personas, no era un lugar para morir en paz y la guerra era así en todo momento.

Sacudió la cabeza para volver a la realidad.

- ¿Cuál es tu mayor deseo? - Preguntó a la recién llegada - y ¿Cuál es tu mayor temor? - Finalizó, realizando las preguntas de rutina para todo los nuevos estudiantes, pero en ese momento, al tener otro rubio frente a él, no esperaba mayor cosa.

Bakari seguía allí, sentado en el suelo visualizando a la chica que intentaba realizar encantamientos del libro pero fallaba en las primeras oportunidades y la recién llegada ya se disponía a responder las preguntas. Trataba de relajarse respirando pausadamente.

[Sophie Elizabeth Granger]

Aquel par de preguntas no se las esperaba, si respondía con cosas banales como triunfar en el ministerio o ser poderoso seguramente el Uzza le lanzara el libro por la cabeza o le lanzaría indirectas bastante directas como Badru. No podía simplemente responder y ya, estaba deseosa de tener la respuesta correcta aunque sabia que eso era imposible, solos los Uzzas podían decidir eso y si no querían decidir a tu favor, dijeses lo que dijeses te dirian que estas equivocado.

 

- Lo que mas deseo es el control - aquello no le iba a causar gracia a Bakari, lo sabia, pero había algo dentro de ella que requería precisamente eso, si dejaba a su demonio interior sin control volvería de nuevo la asesina en serie, así que en ese momento de su vida era lo que mas quería - y m mayor temor es perder el control

 

Termino su respuesta y se quedo observando al guerrero, con ellos no se sabia como iban a actuar, o bien su respuesta le parecia de lo mas ridicula y se lo haría saber o esta le había gustado y probablemente no se lo diría pero al menos no la molestaria con sus respuestas mordases.

 

Mientras esperaba la siguiente instrucción de reojo observo a sus compañeros de clase que iban mas adelantados, al joven lo conocía de vista y le parecía bastante extraño que se quedara ensimismado pero a veces las clases los afectaban a todos de manera diferente y la otra chica, ella sufría de las travesuras de Pevees, alejo su vista de aquel par, no queria por nada atraer la atencion del poltergeist

[Mia.]

1d10

Rueda del Caos

Edito, porque olvidé apagar el cosito del editor del texto y obviamente no salía nada en fin, ahora sí(?) Editado 6 de Septiembre del 2017 por Mia Black Lestrange

[Mia.]

Por más comentarios que había escuchado de Bakari, por su mente jamás pasó que eran falsos y que no acertarían porque de buen profesor no tenía nada, más bien era todo lo contrario, porque minutos después de que había iniciado la clase, había comenzado a sentirse perdida y sin exactamente que rumbo tomar en la clase. A decir verdad, poco o nada le gustaba, porque sentía que se tomaban su aprendizaje como un juego, algo que bien podía ser cierto, pero que con el paso de los años, había aprendido como docente que era mejor ocultar a los demás.

 

Inhalando profundamente, intentó controlar las ganas de soltar una blasfemia en cuanto vió que el Uzza, llamaba nuevamente a Peeves, criatura que se estaba encargado de aumentar su molestia por el constante contacto con su rubia cabellera. Analizando las instrucciones que acaba de recibir, casi quiso pregunta, ¿qué es lo que procede? Pero convencida de que no le iba a responder o de que si lo hacía, terminaría posiblemente ignorándola y ella lanzando un par de avadas, negó con lentitud.

 

Por sí misma iba a solucionar las cosas, por lo que repasando mentalmente cada uno de los hechizos que contenía el libro y su mente acudió el recuerdo de uno que podía salvarla en este momento, se trataba de la Rueda del Caos, algo que sí bien, era magia complicada de realizar, estaba segura que podría manejar. Por lo que concentrándose, invocó a las fuerzas del caos y pensando en lo que podría llegar a pasar, levantó su diestra y con ella su arma mágica.

 

—Semillas de hielo[/i} —pensó, logrando en ese justo momento que de su varita mágica comenzará a salir un viento helado, que impactó directamente en el pecho de Peeves y lo cubrió de hielo.

 

De tal manera, él no podría moverse más. Concentrándose nuevamente en el poder el caos, sintió como su hechizo en esos momentos se potenciaba, porque afortunadamente, la rueda del caos, había conferido poder en esa ocasión a su hechizo, lo que genero que la fina capa de hielo, tripilara su espesor y le impidiera moverse por un buen tiempo.

 

Había tenido suerte, de eso estaba segura, aunque llamarla suerte no era correcto, sería ¿destino? podría serlo, pero no se iba a poner a cuestionar esas cosas por el momento.

[Bakari]

Lo joven a la cual acababa de realizarle las preguntas le dio una respuesta patética y sin sentido que no pudo entender, hablaba sobre el control... Pero, ¿el control sobre qué?, ¿Qué era aquello que realmente no quería perder y para qué lo necesitaba tanto? Incluso después de preguntarle que extendiera su respuesta no pensó que realmente fuera a convencerlo de que fuese una respuesta aceptable o tuviera un tipo de significado profundo, sin embargo no se arrepintió de preguntar.

- ¿Qué quieres decir con control? - Dudo un momento - ¿El control de tu vida? Explicate un poco más.

Esa vez, si estaba esperando con ansias un respuesta para tratar de entender a la alumna que parecía tener alguna visión diferente del mundo con respecto a sus otros estudiantes que solo querían poder, sabidurías o riquezas, y aunque sus expectativas no eran tan altas para realmente interesarles logró llamar su atención al menos un cinco porciento, pero ese porcentaje se perdió justo en el momento en que su otra estudiante realizaba una rueda del caos exitosamente.

La chica, dubitativa, logró conjurar un hechizo del libro correctamente sin la ayuda de Bakari lo que le daba la razón al Uzza que en ese momento inflaba su orgullo y su ego en su interior al saber que el método de entrenar a los alumnos por lo más complicado realmente funcionaba, tal vez necesitaba pulir un poco más la técnica de sus estudiantes pero no era algo que le afectara. Desgraciadamente, las semillas de hielo no funcionaba con mucha fuerza frente al poltergeist que se deshizo por alguna razón del encantamiento y ahora estaba mucho más molesto y con intención de acabar con su invocadora.

- Quizás el destino te favorezca y obtengas otro señor del caos que pueda ayudarte - Comentó, viendo como Peeves empezaba a reírse de sus pensamientos malvados sobre su próximo movimiento.

[Mia.]

1d7

Señor del Caos