En el castillo..

[Ky.]

Sala Comun Slytherin

 

Liz Malfoy, 3er año

 

El último partido de la copa de las casas acababa de concluir, la casa de Ravenclaw había ganado a los Hufflepuff lo que indicaba que por puntuación la copa de Quidditch era de Slytherin. Los Slytherin siempre han sido buenos para organizar fiestas y celebrar en grande por aquellos triunfos que hacían que el ego se les inflará.

 

Las mazmorras aquella tarde se encontraba lleno de gente, se había ganado la copa de Quidditch y ahora sólo faltaba ganar la copa de las casas. Para decretar todo un fin de semana de fiestas, había mesas repletas de alcohol, mientras una agradable música sonaba para celebrar.

 

Lizzie era parte del equipo de Quidditch, no era jugadora titular, casi siempre entraba de cambio, pero gozaba y sufría cada triunfo y derrota que tenían en Slytherin. Aquel día se encontraba nerviosa, no podía dejar de ver el partido, cada que los Hufflepuff anotaban le daba un vuelco al corazón, sus compañeros le habían dicho que no lo viera, que se iba a poner más nerviosa de lo que ya estaba, pero no le importó.

 

Ya llevaba un tiempo toda tensa deseando que el buscador de Ravenclaw viera antes la Snitch y así había sido, el buscador de Raven lograba hacerse de la Snitch lo que indicaba que Slytherin era campeón por puntos.

 

La morena llegaba a su SC gritando y vitoreando mientras sus compañeros de casa y equipo le hacían segunda.

 

-¡¡¡¡¡SLYTHERIN CAMPEÓN!!!!!

[Ernest Dumbledore Prior]

El muchacho habia llegado a las afueras de Hogwarts, jamas penso en volver al castillo despues de que lo hubiesen expulsado, sin embargo ahora no le quedaba de otra puesto que la escuela de las afueras en las que habia estudiado el 6to año habia desaparecido.

 

Se metio a los jardines del castillo y se quedo pensando, ¿Lo admitirian de nuevo para estudiar el ultimo año que le quedaba de magia en el lugar?

 

Sin atreverse a entrar directamente al castillo se quedo tumbado por los jardines del lugar, pensando seriamente si era buena idea...

 

[Melrose Moody]

>Merrique Foster

4to año

Sala común

<<No le diré a nadie>>

 

Una repentina sensación de inseguridad recorrió a Merrique, mientras observaba a ese ratonzuelo de... ¿de dónde había salido que apenas lo había visto? Seguro era de primero, eso sin duda. Lo incómodo de toda aquella situación era que la frase que el muchacho (¿cómo era que se llamaba?) acababa de utilizar, era la típica frase del pelele que termina cantando la historia completa.

 

Ahora bien, hubiera estado todo perfecto si no hubiese visto las cervezas de mantequilla y la referencia a no decir nada hubiera sido sólo para ello, dejando de lado el rugido de su estómago. Mas Merrique falló en medio de sus cálculos pues luego de aquellas rápidas evasivas, el chiquillo se escurrió por el agujero del retrato, sin darle oportunidad de decir nada más.

 

Phoebe le tiraba de la manga. Era obvio ¡Tenían que guardar el botín! Merrique negó entonces con la cabeza y corrió escaleras arriba para ocultar la botella entre las túnicas de su baúl. Luego, se ató los cordones, se acomodó el cabello en la coleta hasta hacerlo parecer decente y volvió por donde había venido, con dirección al aula de pociones.

 

Tenía los libros en la bolsa y al pasar por el Gran Comedor notó que ya quedaba apenas gente. Los que no habían marchado al partido de Quidditch se encontraban ya en las aulas. La muchacha había aprovechado justamente la demora del partido para poder hacer su excursión pero no había planeado llegar tarde a pociones por lo que aceleró la marcha pasillo abajo.

 

Se detuvo sólo a la entrada de las mazmorras, para escuchar los gritos que venían del exterior. Al parecer, Ravenclaw había ganado. Catherine no estaba segura de si eso lo hacía ganador de la copa de Quidditch pero pudo notar como un grupo de Slytherin de quinto entraba con expresiones de disgusto. Sabiendo que sería mejor apresurarse, corrió entonces escaleras abajo con una sonrisa en el rostro.

 

No era que le gustase precisamente que ganase Ravenclaw pero ver perder a Slytherin era una de esas diversiones que nunca pasaban de moda; no importaba cuántas veces sucediera, otorgaba siempre aquella egoísta satisfacción.

 

Alcanzó el aula ya algo más desaliñada y tocó la puerta. El profesor Slughorn tenía una expresión de desaprobación en el rostro al abrir, mas al verla, ésta se iluminó.

 

-Bienvenida, Foster, querida -dijo con una sonrisa, aunque en susurros pues el resto de la clase había ya empezado a trabajar-. Por aquí.

 

Merrique se adelantó despacio, mientras Slughorn volvía a retomar su expresión habitual de indiferencia mezclada con una fingida desaprobación. Tomó asiento en su habitual lugar junto a la mesa de éste y, siguiendo sus indicaciones, empezó la preparación de la poción agudizadora de ingenio.

Editado 27 de Diciembre del 2015 por Catherine Stark

[Ernest Dumbledore Prior]

El Macnair se paro en seco, su descanso habia servido para llenarse de valor y meterse adentro del castillo para hablar con alguno de los alumnos o profesores y luego hablar con el director.

 

Solo faltaba un año para concluir sus estudios y no iba a dejar que nada se interpusiera entre estos, asintio con la cabeza y empezo a caminar para adentrarse al castillo.

 

Entro a este aprovechando la repentina salida de uno de los alumnos de la casa Slytherin y sin ningun miramiento empezo a caminar por los pasillos, tendria que esperar a algun alumno para informarse de quien era el director en ese momento...

[Cindy Malfoy]

Su asombro fue enorme ¿en verdad ya estaba en Hogwart? Llego con esa inquietud de saberse especial y no había dudado en iniciar cuanto antes, lo bueno era que llegaba en una buena fecha, sonrío satisfecha, paso su mano por su largo y sedoso cabello castaño para pasarlo hacia atrás, su atuendo negro con verde era un vestido con cierre en la espalda de una sola pieza, con botas negras largas y llevaba una maleta de piel.

Sus ojos castaños se notaban alegres¡que estupendo llegar a tan buena escuela mágica!ahora iniciaba la verdadera aventura y muy contenta entro al castillo...

[Ernest Dumbledore Prior]

El muchacho habia logrado su objetivo, pudo hablar con el actual director y aunque lo admitieron lo hicieron prometer mil y un cosas que si el muchacho no las cumplia iba a ser expulsado del lugar sin ninguna chance de volver a entrar al castillo.

 

Empezo a caminar rumbo a las escaleras movedizas, no sabia a que lugar ir, tal vez a su sala comun era buena idea, aunque tambien podria aprovechar y ver que pasaba por el castillo.

 

Llego a las escaleras movedizas y al poner el pie encima de estas empezaron a activarse y se movieron hacia el 3er piso, lugar donde habia sido el encuentro que habia hecho que lo expulsaran, suspiro

 

-Maldito destino, tan curioso y sorprendente..- dijo el muchacho quedandose en el pasillo del lugar. Era obvio que prontamente seria una junta en el comedor anunciando el arribo de un nuevo alumno..

[Samantha Sokal]

Samantha llegó al castillo por medio de uno de los nuevos pasadizos que se habían abierto desde Hosmeade. No estaba segura quien conocía esas entradas, pero después del derrumbe de los otros habían aparecido unos nuevos y ya estaban en la época en que ella era estudiante.

 

Era de noche y de a poco comenzó a recorrer los pasillos desiertos. sabía adonde llevaba cada escalera aun cuando se movieran. Busco las mazmorras y se paró frente a la puerta de su casa. No sabía la contraseña, para entrar no le quedaba mas remedio que esperar a que alguno de los directores se despierte y pedírsela. ¿Podía Elvis negarse? No creía. Ella "necesitaba" ver su vieja sala común, habían pasado muchos años y le traía muchos recuerdos. Buenos y malos. La amistad de Mariel, aunque empañada con la traición posterior, había sido muy importante. Las noches de vodka traído de contrabando sin que las descubrieran, las noches en las que ella le había hablado de Sebasstian, el capitán del equipo de quidditch de Gryffindor.

 

Volvió a subir al hall central y salio al playón de entrada del edificio, se quedó mirando el bosque, el sauce boxeador aun estaba allí, suspiro, Ya recorrería los alrededores. Ahora le tocaba al castillo. Subió la escalera hasta el salón comedor y se quedo mirando las filas de mesas, cada una con sus colores. Había visto en los relojes de gemas que Huff iba ganando la copa de las casas. se preguntó como era eso. ¿Desde cuando los tejones trabajaban tan duro? Porque era la única forma de que le ganaran a Slytherin. Definitivamente no eran mejores. No podía sacarse de encima el fanatismo que había sentid por los colores verde y plata. Tal vez, si le permitían quedarse un par de días podría ver un partido de quidditch.

Se dirigió a los aposentos de los directores. Aun era temprano, estaría alguno de ellos despierto. No conocía a Agatha pero Elvis había sido su profesor y esperaba un buen recibimiento. Siempre se habían llevado bien. Saludó a las gárgolas Decidió sentarse en la escalera a esperar, si Elvis no aparecía tal vez algún alumno de Sly le diera la contraseña para entrar en la que fue por años su Sala común.

 

 

@ y cualquiera que pase por aquí.

[Mael Blackfyre]

Un objeto sobre el escritorio, empezó a girar descontroladamente y a despedir pequeñas volutas de humo grisácea. Levanté la vista de aquellos libros en los que me había sumergido, mientras me preguntaba quién podía ser la persona que me estaba buscando a ésas hora de la mañana. Cerré aquel pesado tomó y me levanté, bordeando el escritorio y acercándome a la puerta. Cuando crucé algunas de las ventanas, podía admirar que afuera todo se encontraba nuevamente blanco, la nieve había caído durante toda la noche pero a ésa hora no.

 

Me acerqué hacia la puerta y ésta, se abrió sola. Allí cerca de las gárgolas, había una bruja rubia que pude reconocer inmediatamente como Samantha. Había sido alumna varios meses atrás. También la había cruzado dentro del Ministerio de Magia, y ahora se encontraba sentada allí. ¿Por qué no había tocado al puerta?

 

— ¿Me estabas buscando o deseas un poco de tranquilidad allí? Éste es uno de los mejores pisos para pensar —le comenté con una gran sonrisa. Mi compañera Agatha no se encontraba, había salido incluso antes de que el sol rompiera en el horizonte. Le hice una seña por si quería adentrarse. No recordaba si había algo más que hacer pero estaba seguro que no me molestaría pasar unos minutos, con una taza de café mientras Samantha me contaba el motivo de su visita.

 

@@Samantha Sokal

[Samantha Sokal]

- Hola- dijo Samantha con una sonrisa -Tanto tiempo. Si, en realidad te estaba buscando a ti. A ti o a Agatha. Pensé que tal vez todavía no se habrían levantado-. Le caía bien su ex profesor de duelo, se alegraba de haberlo encontrado primero que a su compañera. No tenía nada contra Agatha pero no la conocía por lo que le sería mas difícil explicarle su estancia ahí.

 

El Director la hizo pasar a su despacho y ella como siempre se quedó maravillada de todo lo que había allí. ¡Por Merlín! ¡Cómo le gustaría revisar en esa biblioteca! Agradeció la taza de café que le ofrecieron y se preparó para contarle lo que le ocurría.

 

- En realidad, me da vergüenza- dijo sabiendo que se ruborizaba y que se le marcaba el acento escandinavo- es que aun no me termino de adaptar al mundo mágico y pensé que tal vez, dando una recorrida por el colegio me sentiría mejor. Y la verdad, está funcionando-.

 

or primera vez, desde que había dejado el mundo muggle se sentía en casa. Había pasado muy buenas horas entre las paredes de Hogwarts y eso la hacía sentir menos "rara" por ser humana. Además Elvis también era humano, y eso le daba un plus de confianza.

-Sabes, ni siquiera tengo un lugar fijo donde vivir- dijo como hablando para si misma- y tengo muy pocos amigos. Si no fuera por el trabajo en el Ministerio no se que haría. Si hasta he vuelto al hospital muggle varias veces, me he quedado en mi piso muggle algunas noches e incluso me he planteado si no debo dejar la magia otra vez y olvidarme de todo esto. Había un dejo de tristeza en su voz. No se encontraba cómoda en ningún lado. En Londres siempre había sido una extranjera y en el mundo mágico se sentía igual. Tal vez debiera volver a Dinamarca.

 

- Bueno, no quiero demorarte, sé que tienes trabajo que hacer. La cosa es que quisiera entrar a la sala común de Slytherin y no se la contraseña, tengo tantos recuerdos allí- suspiró- Pensé en pedírsela a alguno de los alumnos pero ¿Por qué iba a dármela? No me conoce. No encontré al Barón y bien, aquí estoy, tomando café contigo, contándote mis penas y pidiéndote permiso para recorrer el colegio. Tomó un sorbo de café y miró hacia abajo. Sonrió meneando la cabeza . Se estaba comportando como una alumna a quien el director llama para reprender y no era esa su intención.

 

@

 

[Arya Macnair]

~ Sala común Hufflepuff

seis años atrás

Cerró el libro que tenía entre las manos y lo arrojó sobre la mullida alfombra, ésta soltó un poco de polvo y aroma a galletas de vainilla recién horneadas, cualidades de ser un tejón. —Piedad, por favor— rogó a su compañero de lectura creando un puchero con sus finos labios color cereza y estirando sus brazos acomodando la espalda sobre el apoya brazos del sofá donde llevaba más de dos horas sentada. Su espíritu infantil siempre solía arrancar sonrisas de aquel pulcro y hermoso rostro, había estado enamorada de Emmet desde el primer día en que se conocieron, ¿él lo recordaría?; eran apenas unos niños cursando el primer año en Hogwarts y se habían perdido en el bosque prohibido.

 

Ella al igual que el resto del grupo cayó víctima de un veneno somnífero y lo primero que vio al despertar fue un enorme par de ojos azules como zafiros observándola preocupado. Lo siguiente fue un golpe muy fuerte en la cabeza por el susto y una carcajada, fue una buena primera impresión solía decirse. —Me ruge el estómago, ¿vamos por algo de comer?— le preguntó reptando sobre los cojines hasta llegar a sus brazos y lanzándose a ellos.

 

El tercer año no les dio tregua pero al menos el sentimiento había crecido, recordó cómo la defendió en el ataque de los Dementores y como ella no dudó en lanzarse sobre una horda de Licántropos con tal de que no lo hirieran. Se palpaba en el aire lo mucho que se querían, compartían clases y horarios de almuerzo con tal de estar juntos e incluso en ocasiones pasaban noches en vela junto a la chimenea de la sala común tratando de que ningún prefecto los encontrase y los enviase a la cama. En fin, el punto es que estaban enamorados, ¿Cuánto más deberían esperar?, la última clase se acercaba y sus profesores serían Elvis y Mónica, prestigiados según tenía entendido.

 

—Vamos Emmet, por favor. Sé que el EXTASIS es importante pero muero de hambre— musitó frunciendo un poco el ceño y colocándose boca arriba mirando el techo.

 

@@Emmet Haughton Gaunt