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Cintas de Colores (MM B: 107664)


Jessie Black Lestrange
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Ubicado a un par de puestos de la heladería de Floreans, de un local bi plaza sale un delicioso aroma a pastel recién horneado mezclado con café tostado. Al ingresar al lugar puedes ver que de un lado del local hay un mostrador/refrigerador deleitando a los clientes con hermosos pasteles de diferentes tamaños, sabores y colores. Tartas, pastas, pastelillos, brownies, gelatinas, flanes y todo lo que el cliente quisiera degustar.
Una barra a un costado del local tenía diferentes tipos de maquinas que te preparaban café a tu gusto. Esparcidas por todo el lugar había mesillas redondas con dos sillas blanco con rojo que simulaban bastones de azúcar, con unos bellos manteles color blanco.
Una pared con una división en forma de arco te daba acceso a la tienda de regalos. Estantes que llegaban hasta el techo estaban repletos de diferentes objetos que llamaban la atención a simple vista. Osos de peluches, diversos juguetes, cajas de regalos, tarjetas, tazas decoradas o en blanco a las cuales se les podía poner el diseño que más quisieras.
Globos flotaban por toda la tienda, de distintas formas, tamaños y listones de diversos colores. Incluso si te adentrabas en sus pasillos podrías encontrar cajas con chocolates o cualquier cosa que te imaginaras.
A la entrada del local, frente a un enorme ventanal había un mostrador de madera con niveles donde había joyería de fantasía. Una chica no mayor a catorce años atendía el mostrados, con una enorme sonrisa, con un llamativo cabello color rosa chicle que tenía sujeto en dos coletas altas, un delantal que le quedaba grande color blanco, subida a un banquillo de altura para poder alcanzar a sobresalir del mostrador.
Una chica de tez blanca y ojos de un vivo color avellana era la encargada del mostrador de entrada, podías identificarla por su llamativo cabello rosa chicle, ademas por su hermosa voz que se escuchaba por todo el lugar, su amable sonrisa siempre invitaba a los visitantes del callejón a entrar en el local.
Elfos:
Uri: encargado de la cafetería. Es gruñón y un poco molesto, detesta que la gente tarde mucho en decidirse porque comer y odia aun más que no se terminen lo que pidieron.
Oki: encargado de la tienda de regalos. Salta siempre de un lado a otro, es muy servicial y juguetón.

Servicios Ministeriales:

Conexión Red Flu:

-Negocio: Resort Dragón Dormido.

Hechizo Anti aparición.

- El hechizo anti-aparición cubre el local en su totalidad, así como al derredor de la tienda. Solo pueden desaparecer del lugar las dueñas y los familiares sanguíneos de las mismas.

 

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Editado por Anne Gaunt

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-¿Qué haces?-

 

Le respondió Vladimir inquiriendo una posición algo sarcástica y no sin un tono de molestia en su voz. Le era desesperante ver a un perro irse detrás de otro oliendo su trasero. Cerró los ojos y siguió su camino, haciendo resonar las botas de cuero en los toscos callejones.

 

Al doblar en una esquina hacia la derecha, entrando a una de las calles principales del Callejón, sintió un aroma bastante pegajoso, que le recordó el olor de una confitería o una paletería, lo que fuera, pero olía bien. Siguió caminando hasta toparse con un lugar que lucía nuevo, recién abierto y no pudo contener las ganas de saber quién era el propietari@ del local.

 

Entró como entraría a cualquier otro local, con confianza y abriendo la puerta de sopetón, dio un par de pasos observando las cosas que ahí se venden. Observó la vitrina con tantas cosas de colores y sabores que no supo al final que eran todas esas cosas. Pero se decidió por varios bastones de colores.

 

-Deme...mmm... diez galeones en esos bastones...- le dijo a la chica de pelo rosa que atendía. De inmediato los envolvió en una bolsa de papel color café, atándolo con una cinta de varios colores, Vladimir le pidió que le dejara uno fuera para degustarlo mientras volvía a casa luego de hacer sus compras. Antes de macharse y habiendo metido el pequeño bastón sabor fresa a su boca volvió a hablarle.

 

-Dime una cosa... ¿Quien es el propietario o propietaria de este lugar?... es mera curiosidad... se ve que está empezando en el negocio.- sonrió de lado mientras esperaba la respuesta de la chica que se veía ocupada acomodando la mercadería la cual, era mucha, por decirlo poco... estantes y estantes de colores y comida, hasta que se cansara la vista.

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Si que era un gran día de fiesta, un dos por uno por así decirlo. Los hermanos Potter Black junto con su prima habían decidido por abrir sus negocios, claro que el de las chicas tenía que ser mas de su estilo, un negocio pequeño que demostrara todo un tipo de compras para obsequiar.

 

Me puse uno de mis mejores trajes para la ocasión, ya una vez que andaba todo vestido de negro con solo la camisa blanca y unos tirantes de igual manera negro un sombrero bombin a juego para cubrirme del sol al igual que hacía que mi ropa se luciera mucho mejor.

Llegue hasta la Heladeria de Floreans, donde se lograba percibir de sobre manera el negocio Cinta de Colores que era mi destino, desde lejos llegaba un aroma muy prometedor de dentro del local, por lo que accedí con elegancia mirando los globos que estaban flotando comencé a dar una vuelta para ver todo lo que vendían las chicas. Vi a un caballero que se encontraba en la barra comprando algunas cosas, me acerque a saludar a la joven.

-Buenas Tardes Verena, que tal van las ventas - Le sonreí a la encargada en el momento de la tienda de una forma cariñosa ya que la conocía desde que estaban pensando en abrir el negocio y les ayude a escoger a su personal así como ellas con el mío.

-Buenas Tardes señor, que tal lo están atendiendo? - Le estire la mano para saludar al mago frente a mí que llevaba ya algunas compras. - Por cierto la propietaria del lugar se llama Lillian - Omitía el nombre de la co-propietaria ya que me gustaba que ella se enojara y sabría que al no tomarla en cuenta seguro que se molestaría al menos un poco.

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Verena

Un joven había llegado al local cortando su tarareo de repente mientras acomodaba una caja en los estantes superiores. Volteo a ver al joven cuando este llamo su atención, bajo la escalerilla con cuidado de no resbalar por los escalones sonriendo con amabilidad.

 

Bajo el ultimo escalón de un saltó y se acercó al mostrador limpiando sus manos en un trapo húmedo que tenía cerca, una de las dueñas del local había tenido la manía de colocar una especie de geles con alcohol por todo el lugar y debían usarlo cada que fueran a servir dulces o alimentos, así como tomar los mismos con unas pinzas.

 

-Perdone el desorden, aun seguimos acomodando las ultimas cajas- repuso Verena mientras terminaba de colocar el pedido del joven- Aquí tiene.

 

Estaba a punto de contestar a la pregunta del mago cuando el hermano y primo de las dueñas apareció por la puerta de entrada, saludando al cliente que la chica de cabello rosa acaba de atender. Sonrió bajando la mirada apenada, él había ayudado al momento de su entrevista y aun le ponía un poco nerviosa, más que las dueñas mismas.

 

-Buen día señor Potter- saludo con timidez.

 

Escuchaba las palabras que intercambiaban ambos magos mientras Verena jugueteaba con el trapo en un vano intento de limpiar el mostrador, porque más limpio no podía estar. Comenzó a tararear, pero se volvió a callar abruptamente cuando escucho las palabras procedentes del almacén.

 

-Verena, haz el favor de revisar el stock de listones de la pastelería, por favor- pidió Jessie caminando con toda la elegancia que podía tener una persona que cargaba un par de cajas de apariencia pesadas.

 

Su vista estaba imposibilitada y al parecer no se había dado cuenta que su hermano y un cliente estaban en el negocio, porque sino, no le habría pedido a Verena que realizara otros encargos. Iba vestida con unos Jeans negros que se ajustaban a su cuerpo, unas botas de piel color blanca que le llegaban por encima de las rodillas, una blusa holgada de tirantes color blanca, mientras su cabello estaba sujeto en una coleta alta.

 

Dejó las cajas en el piso para después estirar sus largos brazos por encima para salir detrás de las cajas con una paleta en los labios. Abrió sus grises ojos de la sorpresa al ver a los dos hombres en el local arrancando una risa cantarina de los labios de Verena, la cual la acalló llevándose las manos a la boca. Se saco la paleta de la boca y la envolvió con un plástico para después meterla en un bolsillo delantero de su pantalón.

 

-Hola, no esperaba ver a ninguno de los dos por aquí- murmuro Jessie caminando con pasos ligeros hasta el mostrador donde estaban los chicos - Hola Vladimir, Hola Hermano- murmuro la chica besando la mejilla de los chicos - ¿Porque no pasamos a la cafetería y les ofrezco una rebanada de pastel y café al gusto?.

 

Sonrió a Verena con amabilidad mientras le señalaba las cajas con la mano pidiéndole de forma silenciosa que las acomodara mientras guiaba a los jóvenes magos a la otra sección de la tienda. Fue hasta el mostrador para que los jóvenes decidieran que era lo que querían comer así como que querían beber.

 

-Las golosinas que escogiste son de las que esperamos sean las más solicitadas, son una variación de un dulce muggle de un pueblo raro, llamado piruleta o algo así, son caramelos chiclosos, dicen que se pegan en el paladar, pero aun no logro probarlos- murmuro tomando una rebanada de pastel napolitano y colocandolo con elegancia en un plato- ¿De cual les sirvo chicos?

Editado por Jessie Stabolito

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Sin duda alguna Verena me causaba mucha curiosidad no creía que mi físico llegara a impresionar a una chica de esa manera y menos que se veía de menor edad.

 

- Verena tu siempre tan efisciente - Le plante un beso en el cachete con mucha dulzura antes de que Jessie saliera ordenandole cosas a la pobre chica, si que podria ser muy manipuladora cuando se trataba de tener todo en orden. Al parecer ella no se había percatado que estabamos en la tienda, sabía que era ella ya que su voz era irreconocible.

-Jessie oye que deja le ayudo a Verena como la haces cargar cajas tan pesadas - Una vez que nos habíamos saludado me dirigi a donde estaban las cajas y me puse a acomodar con la chica pelirosa las cajas con sus mercancias algo extrañas al parecer mi hermana tenia esa costumbre de mamá de seguir ejemplos de los muggles.

Una vez que le termine de ayudar a Verena le di otro beso en la frente de manera de gratitud y como recompensa de que estaba haciendo muy bien sus labores con la testaruda de mi hermana. Me acerque a donde estaban los dos al parecer algo callados llegando justo en el momento en el que Jessie tomaba pastel, que tipo de pastel era ese se veía muy extraño.

-Hermanita, yo quiero un pastel de moras tendrás? y si se puede una taza de café - No era mucho de tomar café pero sin duda lo necesitaba en esos momentos ya que no había podido descansar en un buen rato.

Me fui a sentar a la mesa más cercana que tenía espacio para cuatro personas, igual y si no llegaban más personas podría agradecerle a la chica en el mostrador con una rebanada de pastel, ya que al parecer la hada la trataba como elfo y no como su empleada. LLegando a la mesa cruce mis piernas de forma elegante para demostrar que estaba mejorando en mis modales.

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-Vaya, vaya... mira a quien tenemos aquí... mm y pensándolo bien no quiero abusar de tu hospitalidad. Solo pasé a ver el nuevo local y estaba preguntando por la propietaria en este caso y bueh, hablando del rey de roma, por la ventana se asoma. -

 

Se encogió de hombros tratando de disimular la nostalgia por la última vez que vio a Jessie en vestido blanco en sus dos bodas fracasadas. Después de eso no volvió a saber nada de ella y habían pasado meses de no saber tan siquiera de su nombre. Seguía siendo la misma, aunque bien él sabía cuanto había cambiado por hacerle lo que le hizo.

 

Se volvió hacia el joven al que le dijo hermano:

 

-Es un gusto, joven...?-le extendió la mano y se la apretó fuerte- La verdad nunca había visto a este hermano tuyo.- sonrió amablemente ante ambos magos mientras desguazaba con sus dientes el bastón que estaba comiendo. Estaba delicioso y se había provisto de un buen paquete para bastante rato.

 

-En fin... fue un placer verte Jessie, como siempre, y jamás esperé encontrarte luego de tantos meses... espero que te vaya bien en el negocio... Puede que incluso puedas pasarte un día a mi taberna. Claro, y tu hermano también, sería bueno conversar un poco luego de tanto tiempo... - hizo una reverencia como le era de costumbre ante Jessie y besó su mano, también apretó de nuevo la mano del chico y acto seguido se desplazó por el local hasta la puerta, para luego perderse entre la muchedumbre.

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Verena

-Gracias Señor Potter- murmuro Verena al cumplido de Divied.

 

Divied le dio un beso en la mejilla a la chica, provocandole un leve sonrojo. El llamado de Jessie capto su atención y volteo a verla con una radiante sonrisa, lo que fuera con tal de alejarse del coqueto del hermano de la dueña del local. Más cerro los ojos al escuchar que el hermano de la dueña le ayudaría.

 

-Claro señorita- repuso Verena sonriendo de lado.

 

Veía como Jessie caminaba en dirección de la pastelería y cafetería, seguida del chico que acababa de llegar a comprar golosinas. Arreglo lo más rápido que pudo el contenido de las cajas y regreso tras el mostrador tras deshacerse de las cajas vacías.

 

-Muchas... gracias, señor Potter- murmuro la chica volviéndose a sentar en su silla alta tras el mostrador.

 

Vio marchar al hermano de la dueña y al fin pudo respirar tranquila, abrió su revista corazón de bruja por el centro de la misma y siguió leyendo el articulo que segundos antes había estado leyendo.

 

Jessie Stabolito

-​No es molestia Vlad- tercio Jessie guiándolo a la cafetería - Divied... haz lo que quieras, al final lo harás- rodó los ojos en dirección de su hermano, sabía que con ese chico era imposible ganar una batalla.

 

Escuchaba las palabras que intercambiaban Vladimir y Divied, intentaba sonreír pero hace mucho que no lo lograba. Algo se había roto dentro de ella y creía imposible que pudiera repararse. No se dio cuenta en que momento termino de servirse su pedazo de pastel pero sonrió de forma forzada a su hermano, pero sabía que solo él se daría cuenta.

 

-​Si claro... sírvete, es la tercera de la derecha- pero al voltear a verlo se dio cuenta que ya se había sentado -o... puedo servirtelo yo.

 

Sirvió una gran rebanada de pastel de moras a Divied, la adorno con jarabe de miel para contrastar sabores y la mando levitando hasta su hermano. Volteo a ver a Vladimir con el ceño fruncido, cruzándose de brazos aun con la varita sujeta en su mano izquierda.

 

-Ahora te quedas... ¿de que vas a querer la rebanada de pastel?- se dio media vuelta caminado a la maquina de expresos sirviendo uno grande de vainilla y canela a su hermano, colocándole una pajilla y chispas de chocolate sobre la espuma. Preparo otra igual para ella y una tercera para Vladimir. Las colocó en una bandeja llevándola consigo hasta la mesa, regreso a la heladera donde estaban los pasteles, cortando una rebanada de pastel helado de limón con galletas y la sirvió en un plato, adornándola con unas finas lineas de zumo de limón para resaltar el sabor.

 

-Siéntate con nosotros, a él no lo conoces y quisiera presentártelo- sonrió tomando asiento y ofreciéndole uno frente a ella y a un lado de Divied- él es mi hermano Divied, nacimos y crecimos juntos... somos... mellizos, antes tenía otro nombre pero ya no importa y Divied... él es Vladimir... él y yo... estuvimos a puntos de casarnos... dos veces, pero siempre pasaba algo, la ultima vez... fue cuando me llego esa carta.

 

Tomó una cucharada de su pastel y lo metió con presteza en su boca. Lo masticaba de forma lenta y a conciencia, alargando el mayor tiempo posible el momento de tener que explicar cosas, a ambos chicos.

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Sinceramente esperaba que mi hermana me complaciera, al menos había ido a visitarla a su negocio lo menor era que me atendiera bien, si no podría irme a otros locales, aunque la verdad es que si estaba aquí era por voluntad propia pero me gustaba hacerla renegar de sobre manera.

 

- Oye como que nuestra Prima anda desaparecida no? - Le comentaba a mi melliza en lo que me servía el pastel incluso entrometiendome un poco en su conversación con el otro mago. Aunque poco le importo ya que me ignoraba y seguía platicando con él, la hada se dirigió a una maquina de bebidas calientes llevándome una hasta donde había estaba sentado esperando que ellos dos se decidieran acompañarme.

-Ya saben si quieren ignorenme a lo mejor Verena si quiere que este con ella - Decía esto mientras el mago se acerco hacia mi para despedirse invitándonos a su taberna, esperaba que pudiera ir pronto ya que me gustaba beber, extendió la mano para despedirse pero creo que eso no era el plan de Jessie que le dijo que se quedara.

- Mucho gusto Vladimir- Por fin conocía el nombre del mago que estaría acompañándonos en esa tarde, claro si no decidía mejor retirarse. -Creo que tendríamos mucho que platicar no Jessie?? - Vaya me ausento un par de años y regreso descubriendo que mi hermana se intento casar en dos ocasiones, claro está que tampoco sabía que ella estaba con vida pero si que me dolía un poco el no conocer toda su historia.

Claro que yo tampoco le había contado lo que me sucedió en este tiempo ni siquiera incluso le conté el por que decidí cambiar mi nombre y no seguir con el de Joice Stabolito, alguno de estos días se lo contaría claro solo faltaba que de igual manera pudiera recordar toda mi historia completa.

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Ni siquiera sabía si el local ya había sido inaugurado con una gran fiesta o algo por el estilo, pero curiosa como ella sola encaminó su sinuoso andar por el Diagon Alley en busca del proyecto al que sus primos le habían invitado.

 

La brisa matutina agitaba su ondulada cabellera mientras Lily seguía su camino, ya con algunas bolsas de compras que a última hora se le habían presentado. A decir verdad, se lamentaba haber dejado a su hijito dormido, pero también había previsto la actitud inquieta del mismo ante lo que sería un lugar muy llamativo dado el rubro del local.

 

No obstante, sonrió ampliamente cuando sus orbes azules se posaron en aquel brillante letrero cuyas letras rezaban el título además del gran ventanal que además de exhibir artículos, dejaba entrar la luz del sol a todo el negocio, iluminandolo de forma magnífica.

 

Dejando las bolsas a un lado, aliso el bajo de su vestido azul observando de paso que el escote estuviera en su lugar para después abrir la puerta y entrar directo al área de cafetería, que moría de hambre.

 

- ¿Jessie? - llamó al sentir la presencia de su prima, buscándole entre las mesas.

 

 

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-Bueno... ante tu insistencia me quedaré. Solo porque sabes como conquistarme.-dijo mientras le señalaba hacia uno de los tantos pasteles que tenía, ése se veía rico, con centro acaramelado y recubierto de tres capas de chocolate. -¿Sabes?... Mejor dame todo el pastel.- le ayudó a cargarlo hasta la mesa donde se sentarían los tres magos, y depositó algunos galeones en la mesa antes de sentarse. No podía simplemente aprovecharse de la amabilidad de nadie. Aunque sentí un nudo en la garganta, no dejó que nadie se percatara de sus sentimientos.

 

Escuchó atentamente las palabras del mago, Divied, por lo que levantándose de su asiento cortes mente, le invitó a sentarse a la mesa. -Por favor, joven, será un placer que nos acompañe. Creo que será una bonita charla...familiar.- no pudo ocultar su deje de expectación en su voz pero aún así se volvió a sentar en la silla, tomando una gran rebanada de pastel para comenzar a comerla con un tenedor.

 

-Bueno... Como soy el nuevo acá, me presento, soy Vladimir Lockhart, hijo de Cye e Ishaya. Puede que los conozcan. Aunque soy hijo ilegitimo, me han cuidado desde casi que nací. Mi procedencia natal es rusa y en cuando lo supe a la edad de ocho años, huí de casa para encontrar respuestas.- hizo una pausa para tomar un sorbo de esa bebida tan caliente y deliciosa, luego de respirar y tragar, continuó. -...Al haber perdido parte de mis años buscando respuestas, me hallé en lugares peligros, con gente peligrosa, pero también con gente sabia. Me enseñaron a usar mi varita, cortesía de mis padres adoptivos... luego de eso, a los doce años entré a Durmstrang y salí al cabo de cuatro años.-

 

Resopló ante tanta historia, y eso que no sería ni la cuarta parte. Se dio cuenta que intercalaba cada palabra con una bocanada de pastel y al terminar no tenía mas en su plato, por lo que tomó otro pedazo de pastel, que este si comenzaría a comer más despacio mientras escuchaba las historias de sus acompañantes. -Pero en fin... eso no es toda mi historia, de como llegué a Londres y como cursé la Universidad... Ahora me gustaría saber algo más de ustedes, uno nunca termina de conocer a las personas, y por experiencia propia me he dado cuenta que tampoco dejan de cambiar.- miró de reojo a Jessie en esa frase y esbozó una pequeña sonrisa, tratando de disimular el dolor que sentía. Aún así, era bueno verla de nuevo, aunque no estuviera seguro de que ella sintiera lo mismo.

 

En ese momento, apareció otra joven bruja por la puerta, preguntó por Jessie y comenzó a adentrarse hasta donde estaba la pequeña reunión de brujos, el la saludó levantándose del asiento y estrechando su mano mientras hacia una reverencia. -Buenas, soy Vladimir.- volvió a sentarse, para seguir disfrutando de su pastel y escuchar la historia que le podían contar los brujos en esa tarde especial, llena de viento y hojas, ademas, moviendo su varita hizo acercarse otra silla a la mesa, para que la recién llegada tomara asiento junto a ellos.

 

@@Lillian Potter Evans@@

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