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Cintas de Colores (MM B: 107664)


Jessie Black Lestrange
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Verena

Unas chicas habían entrado al local, las dueñas habían desaparecido, de seguro se habían ido a las bodegas por más materiales pero ella podía atender el local ya que conocía el funcionamiento del mismo como la palma de su mano, puesto que la habían instruido lo suficientemente bien antes de incluso abrir las puertas a la clientela del callejón.

 

-Buenas tardes, bienvenidas a Cintas de Colores, ¿puedo ofrecerles algo?- pregunté acercándome a las recién llegadas entregándoles una carta a cada una para que pudieran elegir del menú.

 

Esperaba no molestarlas, ya que se veía que tenían una conversación un tanto importante, pero como empleada del lugar debía cumplir con mi deber darles la mejor atención posible. Tarareaba mientras esperaba que las chicas observaran el menú para poder tomar su orden con una libreta y una pluma lista en sus manos.

 

-Por apertura, esta semana tenemos una promoción, en la compra de dos capuchinos dobles el segundo saldrá a mitad de preció; así como un descuento en las rebanadas de pastel de doble crema, como recomendación personal, el pastel de triple chocolate y crema de queso es delicioso.

 

@@Priscila Celeste @

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  • 1 mes más tarde...

La ultima vez que habia pisado aquel lugar, no salio de la mejor manera, incluso podria decirse que no supo como salio de ahí. En un momento solo contemplo como su hermana y el joven que los estaba acompañando se estaban besando por lo que el salio y se escondio en la bodega, seguido por su prima que al parecer fue quien lo controlo y lo saco del recinto sin que lastimara a nadie.

 

Desde esa ocasión no había vuelto a pisar el negocio de sus familiares, a pesar que ellas dos ya sabian su naturaleza, lo que le daba pena era que la joven Verena estuviera asustado con solo su presencia, y que ya no quisiera recibirlo en aquel negocio. Pero tendria que ir, ya que había acordado con su prometido que irian a informar sobre su boda a su hermana, además de que deseaban que ellas se encargaran del pastel de la boda y si se pudiera de alguna mesa de postres para tener a algunos acompañantes felices.

 

Estaba esperando a su prometido cerca del negocio, esperando a que este no se perdiera para llegar hasta ahí, en esta ocasión contaba con una camisa oscura y un pantalon blanco, era algo poco comun en el mago ya que el blanco aunque le gustaba su guardaropa no lo demostraba. Finalmente decidio entrar al negocio, ya que le gustaria informar a su melliza antes para prepararla para aquella noticia.

 

- Hola Verena - Saludo a la muchacha que estaba encargada en el mostrador, donde la chica le sonrio un tanto nerviosa, al parecer no había visto su forma de vampiro ya que se veia igual de normal que siempre que las visitaba - Disculpa hermosura, podrias decirle a las dueñas que vine a hablar con ellas - La muchacha se quedo pensativa, ya que no sabía si dejar solo el mostrador - No te preocupes, yo me encargo de las ventas en lo que las buscas, a ambas Lilli y Jessie -Le lance una sonrisa, quedandome en la caja registradora para atender las ventas en lo que las chicas hacian acto de presencia, incluso esperando a que su prometido llegara igual.

 

@, @@Lillian Potter Evans, @@Emmet Haughton Gaunt

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Verena

La tienda estaba tranquila, demasiado para ser una soleada mañana de mediados de marzo. Al fin estaba tranquilo pero no podía pensar que las cosas serían así por siempre y menos en aquel lugar. Verena tarareaba una cancioncilla mientras re-acomodaba las cajas de dulces en una de las vitrinas centrales.

 

Perdida en sus pensamientos como estaba, no se percato que un mago entro en el local y era lo que Jessie más le reñía, no porque les fueran a robar algo, eso era lo de menos según una de las dueñas del lugar, sino por el daño que le podrían hacer a la joven. Había gente mala, ella los conocía frente a frente, en más de una ocasión había tenido que luchar para matarles pero aun así ellos regresaban y ella temía por su pequeña empleada.

 

-Señor Potter... perdón, no esperaba verlo por aquí- brinco en su lugar Verena dejando caer una de las cajas de dulces al suelo. Avergonzada, se agacho para recoger el desastre que había hecho mientras escuchaba las palabras palabras dichas por el hermano de una de las dueñas.

 

-Yo... bueno, esta bien, pero las señoritas dicen que debo tener cuidado con las personas que entran, que algunas no son lo que aparentan y me podrían hacer daño, aunque no se porque tanto miedo, ambas brujas son demasiado poderosas y no se si la señorita estará, no la he visto entrar en la tienda... pero tomando en cuenta que... ya voy por su hermana.

 

Se puso de pie dejando la caja de dulces abierta en el mostrador con un puñado de golosinas desperdigadas al rededor de ella. Sonrió a modo de disculpa y camino hasta uno de los aparadores posteriores.

 

Jessie

Escuchó pasos acercarse, no le sorprendía que Verena viniera a verla, de seguro le preguntaría por alguna de las nuevas cajas, ya que había decidido seguir sacando cajas de la bodega ya que había se encontraban las mejores envolturas y cintas decorativas para los regalos y siempre encontraba la forma de arreglar todo.

 

-¿Qué ocurre Verena?- preguntó con amabilidad una vez que estuvo segura que ella ya estaba cerca.

 

-Oh señorita Jessie, no sabía que escuchaba tan bien- sonrió Verena con un leve sonrojo.

 

-No es eso, lo que pasa es que te conozco muy bien, es como si fueras... nah olvídalo- sonrió la chica de cabellos rojizos volteando a ver a su empleada - Mi duda es... ¿que te trae por acá?

 

-Oh eso... su hermano, el chico raro acaba de llegar, dice que quiere hablar con usted y con su prima- un brillo travieso cruzo los ojos mieles de Verena provocando que Jessie la observara de forma escrutadora - esta bien, esta bien... parece que esperaba a alguien.

 

Sentía sus manos temblar, era lo que temía desde que su hermano le dijera que iría a visitarla para contarle algo. Seguro que a quien esperaba era a Emmet y ese chico le provocaba un poco de miedo, no por lo que pudiera hacerle a ella pero por la forma en que se comportaba con ese mortifago... Un leve escalofrío la recorrió por completo esperando a que sus instintos la estuvieran engañando y fuera otra cosa. Era raro, porque por las cosas que les habían pasado a los mellizos, ella se preocupaba muchísimo por su hermano.

 

-​Tú quédate aquí Verena, no vayas al frente de la tienda escuches lo que escuches a menos que mi hermano o yo vengamos por ti- pidió de forma amable con una sonrisa que no llegaba a sus grises ojos.

 

-¿Esta bien, señorita?- pregunto Verena preocupada.

 

-Claro que si, pero sabes que me preocupo por ti- sonrió dándose media vuelta y caminando hacía la entrada de la tienda.

 

Camino hasta la entrada de la tienda donde vio a su hermano detrás del mostrador. Sonrió pensando que al menos aun no llegaba su otro hermano, no sabía si estar celosa o preocupada por su hermano pero de momento actuaría como si nada.

 

-​No estarás pensando en robar nada ¿verdad hermano?- preguntó Jessie al llegar junto a su hermano.

 

Haciéndole una seña con la cabeza para que lo siguiera a la cafetería de la tienda, tomo dos rebanadas del pastel y las coloco con cuidado en una de las mesas de noche, después tomo asiento con elegancia, cuidado que su vestido corto color gris que resaltaba aun más sus ojos, quedaba cubriendo sus piernas. Dejo su varita sobre la mesa y con un movimiento de mano le señalo la silla de enfrente a su hermano.

 

-Café, té... ¿alguna otra bebida que se te antoje?- pregunto un tanto nerviosa y preocupada por su hermano

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Apareció en el Callejón vistiendo su larga túnica negra, unos pantalones de jean ajustados de color azul oscuro y una remera negra ajustada a su cuerpo esbelto. Había sido citado al local de su futura cuñada con la cual no tenía muy buena relación después de primera vez que se vieron dentro del negocio de su prometido. El vampiro había quedado en vengarse luego de que ella lo había lanzado al luego de sorpresa ... podía ser algo tonto, pero el mortífago lo tenía en cuenta para cuando llegara el momento adecuado y aporvechar la oportunidad.

 

- Creo que es este -

 

Se dijo mientras tiraba la colilla del cigarrillo que encidió cuando emprendió su camino hacia el local. Llegó a la entrada de un negocio bastante vistoso, con colores y globos que se podían ver desde afuera. Pisó la colilla del cigarro y entró por la puerta dejando que se cerrara una vez que había ingresado al local.

 

Una sonrisa se dibujó en su rostro inmediantamente al ver que el que estaba detrás del mostrador era su hermoso prometido y, a su lado, su cuñada. Se acercó con el paso firme clavando su vista en el cuerpo de su novio.

 

- Me imagino que este bombón no está a la venta -

 

Soltó y, apoyando sus brazos en el mostrador, dejó un beso en los labios del Potter Black.

 

- Hola cuñada, ¿cómo estás? -

 

Luego de terminar ese ligero beso saludó a la muchacha que estaba al lado.

 

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Finalmente su prometido había echo presencia en la tienda, desde que el entro su aroma le llego al joven por lo que se puso en plan serio detras de la caja registradora para atenderlo como si fuera un cliente más del local.

 

- Buenas tardes joven - Lo recibi con una mirada coqueta - Disculpe pero es que este bombon ya lo adquirieron y no esta a la venta - Le sonrei en el preciso momento en que Jessie hacia acto de presencia sin Verena, el chico Haughton le había dado un beso a su novio.

 

- Jessie, hermanita - No sabía que responder, al parecer ella no había visto el beso o pretendia no hacerlo ya que bromeo conmigo como siempre lo hacia - Yo robarme algo? claro que no - En ese momento solo pensaba en que al que me quería robar estaba frente a mi y en un futuro seria mi esposo.

 

-Muy bien vayamos a la cafeteria - Nos sentamos los tres, Jessie solo llevaba dos rebanadas de pastel - Hermanita que bueno que solo dos rebanadas aunque... - Tome debajo de la mesa la mano de Emmet donde portaba el anillo de compromiso para darnos los animos necesarios para comunicar aquella noticia - Creo que nos tendras que traer una rebanada de cada uno de los pasteles que tengas en el negocio. -

 

Tal vez, Jessie no entendería lo que estaba sucediendo pero las noticias tendrian que ser dadas con cautela, sobre todo con esta chica hada de fuego, además que estaba haciendo un poco de tiempo para ver si su prima Lilli los acompañara para darle a ambas la noticia.

 

@@Emmet Haughton Gaunt, @

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Una frase resonaba en su cabeza Cuñada porque demonios le había dicho de aquella manera. No lo sabía del todo pero algo seguía sin gustarle en aquel chico; la forma en que estaba tan unido a su hermano, la forma en que lo observaba como si quisiera comérselo, pero era imposible porque ambos eran vampiros y no estaba segura que eso pudiera ser posible.

 

Los guió a la otra parte de la tienda, aquella que estaba destinada a la degustación y satisfacción de los deseos del cuerpo más banales, es decir, pasteles y café. Todas las cosas dulces que se pudieran imaginar se vendían en aquel lugar y ella se sorprendía de lo bien que se vendían los pasteles.

 

Volteo a ver a su hermano confundido cuando le pidió una rebanada de cada pastel. Lo escruto con la mirada, buscando algún signo de burla en su rostro o voz, pero no encontró nada. Cerro los ojos y volteo a ver a Emmet, que por la sorpresa de verlo en el local no le había prestado la debida atención más que a su forma de referirse a ella.

 

-Pe... pe... perdón señor Haugthon, me encuentro bien, ¿usted que tal esta?- murmuro Jessie volviendo al mostrador colocando una rebanada de cada pastel en una bandeja y llevándolos a la mesa donde estaban su hermano y el amigo de su hermano- ​¿les ofrezco algo de tomar?

 

No estaba del todo segura, pero la forma en que los chicos se observaban entre ellos la incomodaba, como si algo le estuvieran ocultado. Tal vez es que su cerebro no quería unir las piezas o le faltaba una para terminar de armar aquel rompecabezas pero la cuestión en si era que no le gustaba perderse de las cosas.

 

Regreso detrás del mostrador para colocarse un delantal rosa con blanco que hacía juego con los colores distintivos de la tienda, soltó el aire lentamente mientras intentaba tranquilizarse y no hechizar al mago que acaba de entrar a su local y se comportaba de esa forma tan extraña con su hermano.

 

-Amm... frente a ustedes tienen una degustación de todos los pasteles que hay en nuestra tienda, Naranja, zanahoria relleno de queso crema, Baily's, Rum Cake, chocolate, crema de coco, amareto, red velvet, tres leches, wisky de fuego, nuez, almendra, avellana, vainilla, café, fresa, frutos rojos, limón, calua, mil hojas, capuchino, de tres chocolates, queso con cajeta, de yogurt con fresas, chese cake oreo, pastel sol y luna, rompope con philadelfia, carlos V, luna nueva.

 

Tenían una gran variedad de pasteles y estaba orgullosa de ellas, sabía que muy pocas pastelerías podían darse semejante lujo pero ella y su prima eran de las mejores en este rubro y ahora lo podría demostrar. Solo quería averiguar porque querían una muestra de cada pastel, pero algo que no le gustaba estaba por pasar.

 

@ @@Emmet Haughton Gaunt

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Una vez que mi melliza llego con todas pruebas de pastel, mi boca se me hizo agua, afortunadamente no había tomado ningun alimento y podría degustar cada uno de ellos.

 

- Jessie si no es mucha molestia, nos podrias traer, bueno a mi cafe americano para poder saborear cada pastel ?? - No me atrevería a pedir aun nada para mi novio, conocia de sus gustos pero preferia que el decidiera lo que quería para beber.

 

Una vez que la melliza se giro para ir por el cafe, le di un beso rapido en los labios a mi novio, comprobando que olia a cigarro. - Emmet, que te he dicho de fumar sin mi - Me fascinaba el aroma de su boca, quisiera estar en ella todo el tiempo sin embargo aun tendría que controlarme por que no le habiamos dado la noticia a mi hermana.

 

Finalmente tome una cucharilla para tomar un poco de pastel de Baily's, sin duda esa bebida me fascinaba solo esperaba que el pastel tuviera el mismo sabor, claro que con las excelentes reposteras que eran las dueñas del local sabría que así seria. Meti el pedazo de pastel en mi boca para saborearlo lentamente, degustando todo su sabor.

 

-Hermanita que sabroso pastel, felicidades - Le gritaba a mi melliza esperando a que volviera con las bebidas - Guapo tienes que probar esto - Me fascinaba a mi el sabor, que deseaba compartirlo con mi prometido, además ambos deberiamos escoger el sabor del pastel. Por lo que tome otro pedazo y se lo puse frente a sus labios para entregarselo, como si de un niño pequeño se tratara y no quisiera comer. Pero en esta ocasión lo hacia por el gran amor que sentía hacia el que quería compartir mis emociones.

 

En ese momento no le importo donde se encontraba, solo contemplaba a su novio, viendo lo bello que se veía comiendo, con unas ganas irresistibles de darle otro beso en ese preciso momento. Que si no es por que le tenia agarrado una pierna, ya estaria sobre de él besandolo sin importarme mi hermana en la tienda.

 

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Jugueteaba con su delantal mientras intentaba no ver al amigo de su hermano, le daba un poco de mala espina o es que solo a veces sentía que poco a poco perdía a su hermano, nuevamente, por eso pego un gran brinco cuando su hermano llamó su atención pidiéndole un café americano.

 

-Si... claro- murmuro Jessie con la voz muy baja mientras caminaba en dirección a la maquina de expresos y le servía uno doble a su hermano.

 

Se sonrojo un poco al escuchar a su hermano, no mucha gente sabía que ella y Lillian eran las que preparaban aquellos pasteles y bebidas, pero que su hermano lo supiera era algo que la sorprendía un poco, tal vez recordara que en el pasado había aprendido a cocinar gracias a la madre de ambos, pero aun así no esperaba que aquello lo recordara. Con cuidado de no derramar ni una sola gota de regreso a la mesa donde estaba su hermano y el otro chico, camino lentamente y al llegar dejo el expreso frente a su hermano y volteo a ver a Emmet de forma escrutadora.

 

-¿Se te apetece alguna bebida en particular? Tengo todo cuanto se te pueda ocurrir, excepto bebidas alcohólicas, claro esta, ya que a un lado tenemos una confitería y tiendas de regalos, por lo cual sería imprudente tener esa clase de bebidas.

 

Volteo para otro lado, no le gustaba verlo, algo en ese sujeto aun no terminaba de cuadrarle, tal vez por la cercanía que tenía con su hermano o por la forma en que lo miraba pero tendría que pensar algo para separarlos.

 

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Los seguí hasta la cafetería del lugar donde el aroma comenzaba a invadir la nariz del vampiro que, no siendo muy amante de las cosas dulces, esos olores lo provocaban a probar cada tipo de pastel que la hermana de su futuro esposo les había comentado como si fuese una larga lista.

 

- Yo estoy muy bien querida, gracias por preguntar - siseó repsondiendo a la pregunta de la muchacha - Debo decir que tienes lindo gustos para la decoración y, si esos olores son reales, me imagino que debes tener buena mano para los pasteles que acabas de mencionar ... no son fácil de hacerlos - comentó al margen mientras clavaba la vista en su novio.

 

Se quedó callado por un momento mientras probaba aquella rebanada de pastel que Divied había pedido. Estaba sabroso pero iba anecesitar una bebida bastante fuerte para quitarse el sabor deulce de la boca así no se volvía tan empalagoso. Escuchó a la muchacha que ofrecía algo de tomar por ello, tragó rápido el pedazo de pastel que se había metido en la boca por tercera vez, y habló:

 

- Ya que no tienes bebidas alcohólicas ... - dijo algo decepcionado - ... me gustaría un café bien negro, por favor - si era algo que tenía el vampiro era educación para pedir las cosas sin importar si la persona, a la que se las estaba pidiendo, le caía bien o mal. No sabía que es lo que aquella chica tenía en contra con el vampiro ¿Celos de que le había "quitado a su hermano? ó ¿simplemente lo odiaba porque no le caía bien? De todas maneras, para el Haughton, ese tema lo tenía sin preocupaciones, iba a casarse de todas formas con el hombre de su vida sin importar lo que los demás opinasen de dicha celebración.

 

- ¿Fumar sin ti? - sonrió acercándose a los labios de su prometido sin importarle que su cuñada estuviere presente - Nunca has fumado conmigo y siempre lo hago ante una situación especial ... y creo que este momento lo ameritaba para fumarme un cigarro antes de entrar al hermoso local de tu hermana - << Contarle que vas a casarte a tu cuñada, ¿amerita ser una situación especial, Emmet? >> se preguntó así mismo sabiendo, desde un principio, cual era la respuesta a dicho cuestionamiento. Sin embargo, no tenía ganas de tener que lidiar con problemas familiares de ningún tipo, y menos con la hermana de su prometido.

 

Tomó la mano de Divied por debajo de la mesa y, con un apretón pequeño, le dio la fuerza y confianza, para que pueda contarle lo de la boda.

 

- Mi amor, ¿vas a contarle a tu hermanita para qué hemos venido? -

 

Finalizó clavando sus ojos azules en la figura de la fémina y con una sonrisa de lado, esperando áun su café negro.

 

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No estaba completamente segura del porque su comportamiento hacía el hombre que había ingresado al local, la verdad le sorprendía mucho ya que ella no era de juzgar a las personas sin conocerlas, pero esto era distinto, ya que el chico al parecer era muy unido a su hermano y no entendía el porque. Asentía en forma de agradecimiento a lo que decía el vampiro.

 

-Es verdad, fáciles no son... pero con un poco de magia todo es posible, ademas que la cocina y las pociones son muy similares- sonrió de lado con amabilidad.

 

No debía de comportarse de aquella forma con el mago, pero no sabía que hacer, eran tantas emociones a la vez que le sorprendía que no hubiera estallado aun. Los escuchaba susurrar pero no les prestaba atención ya que estaba concentrada preparando el café de su hermano. Pero al llegar a la mesa donde estaban los magos casi se le cae el café de las manos al ver lo que hacían.

 

-Si... un café negro... ahora lo traigo- murmuro entrecerrando los ojos mientras regresaba a la maquina de expresos.

 

Con cuidado preparo el café de Emmet y lo llevo con cuidado hasta la mesa donde los magos degustaban sus pasteles. Dejó el café con cuidado frente a Emmet mientras se preguntaba que era realmente lo que pasaba entre ellos dos. Algo no terminaba de cuadrarle, la forma en que ellos se tomaban de la mano debajo de la mesa, se supone que no debería de verlo pero tenía ciertos hechizos que le permitían ver cuando por debajo de las mesas, más que nada por precaución de magos no gratos para el local.

 

Más abrió los ojos como platos cuando escucho la forma en que Emmet se dirigía a su hermano, volteo a ver a uno y otro esperando una explicación. La verdad la golpeo cuando unió todas las piezas, desde el momento que conoció al joven Haughton, como se acercaba a su hermano y como lo observaba con ojos de borrego a medio morir. La cantidad de pasteles que había pedido su hermano...

 

-Así que... ¿eres mi cuñado, Emmet?- preguntó con una sonrisa ladeada - ¿se puede saber porque tantos pasteles?

 

Se cruzo de brazos observando a su hermano con una sonrisa traviesa. Ya sospechaba que pasaría, sabía que este día pasaría tarde o temprano, desde chicos siempre lo platicaron, pero no pensó nunca que su hermano se le adelantaría, pero la verdad es que ella no era muy social, prefería la soledad y seguridad que sus libros le proporcionaban antes que salir con un chico y la traicionara.

 

-Creo que debo de decirles... felicidades... ustedes disfruten los pasteles mientras busco el libro con las fotografías de los decorados, no tardo... no hagan sobrinos en mi local, por favor- le suplico a ambos jóvenes con una sonrisa traviesa en sus grises ojos mientras iba detrás del mostrador buscando un libro.

 

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