Requiem (MM B: 107782)

[Ashura Lestrange]

No había querido preguntarle nada a su hija sobre el personaje que acababa de despedir, seguramente sería algo sin importancia, de lo contrario, habría decidido contárselo.

 

- ¿Hines? - Repitió un poco confundida, quizá lo había escuchado antes pero no estaba muy segura, en su memoria mantenía registrados tantos autores que era complicado saber de cuál se trataba.

 

- Tengo una idea ¿Porqué no llamamos a tus hermanos y pasamos un rato agradable acomodando el negocio? - Dijo mientras sacaba un trozo de pergamino de un cajón un tintero y una pluma.

 

- Así podremos convivir un poco más, además extraño pasar tiempo con tu hermana también - Terminó de escribir el mismo mensaje por quinta ocasión y tomó una lechuza pequeña para enviarlo.

 

Hijos míos, su hermana Alegna y yo estamos en en negocio familiar, espero puedan venir pronto para convivir un poco.

 

- Creo que con eso bastará - Ató el mensaje para cada uno de sus hijos y dejó que la pequeña criatura saliera volando por la ventana.

 

- Bien pequeña ¿Has leído algo muggle recientemente que puedas contarme? Creo que en alguna ocasión me mencionaste algo llamado trono de cristal, quizá pueda añadirlo a los títulos de la tienda -

 

@@Alegna Black @@Rosie Black Lestrange @@Keaton Ravenclaw @Davied Rambaldi

[Alegna Black]

Sonrio a su madre, sabia que no la interrogaria mas de lo devido asi que hizo como si nada hubiese pasado, esperando que él no volviera a buscarla, sin proponerselo miro sobre su hombro para corroborar que no se hallaba presente aun. Con satisfaccion volvio a mirar a Ashura que hablaba sobre el autor que acababa de nombrar.

 

-Si son cuatro libros que narran una historia, solo que en vez de hacer magia con varitas la sacan de los libros, son bastante entretenidos la verdad- se alegro de tener que relatar algo que no fuese el incidente anterior y su madre era lo suficiente atenta con ella para no mencionarlo, tomo un trozo de galleta y se lo zampo mientras seguia escuchando a su madre, blanqueo los ojos al escuchar el nombre de su hermana y fruncio los hombros con respecto a la reunion que proponia. La verdad estaba sin hacer nada y queria tratar algo con sus hermanos varones que poco conocia.

 

-No eh leido trono de cristal, creo que Rose si- no se molesto por confundirlas -pero como ya termine los otros posiblemente me puedas guiar con respecto a los otros

 

Sonrio visiblemente hablar de libros con una persona amada era lo mas gratificante que tenia en esos momentos ni el solo hecho de ver a sus hermanos la desanimo .

 

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@@Rose Black Lestrange

@@Keaton Ravenclaw

[David Augustus Lestrange]

Estaba en una pequeña población de la geografía británica disfrutando de la tranquilidad y la paz que se respiraba en un ambiente así. Se encontraba en un pequeño hostal, en una habitación acogedora leyendo una de sus últimas adquisiciones; Un libro de hechizos, el del primer nivel. Antaño, antes de haber estado desaparecido un tiempo, en el Magic Mall no podían comprarse esa clase de objetos ni se podían adquirir esos conocimientos mágicos, por lo que estaba encantado y sorprendido de que ahora sí lo hubiera.

 

Centrado en la lectura escuchó un ruido proveniente de la ventana, pero no le prestó atención. El ruido continuó, no paró en ningún momento. Parecía un picoteo, pero estaba demasiado concentrado en la lectura o al menos lo estaba intentando porque después de unos cuantos segundos y mientras empezaba a ponerse de mal humor miró en dirección a la ventana. La causante del ruido era una maldita lechuza. Sacó su varita dispuesto a hechizarla por cansina, pero se contuvo las ganas cuando vio que tenía una carta. Abrió la ventana, dejó entrar al animal y leyó el pergamino que traía.

 

Se pensó la invitación. Bueno, ¿por qué no ir?

 

Se puso una túnica negra y desapareció del lugar, apareciendo al instante en Londres. Se dirigió al Callejón Diagon y buscó el negocio familiar. Nunca había estado, pero había prestado la suficiente atención como para saber cuál era, solamente tenía que buscarlo. Después de un rato andando por el callejón de manera tranquila visualizó el edificio donde se encontraban al menos su madre y una de sus hermanas.

 

Entró con paso firme y una vez dentro buscó a sus familiares. No tardó en encontrarlas. Se dirigió primeramente a su madre para propinarle un beso en una de las mejillas y seguidamente se separó mirando para su hermana, haciéndole un gesto con la cabeza como forma de saludo. No conocía demasiado a su familia así que eso de convivir un poco era una idea fantástica.

 

—¿De qué hablaban?

 

 

 

 

[Ashura Lestrange]

- ¿Magia sacada de libros en lugar de varitas? - Reflexionó un poco ante la explicación de su hija.

 

- Eso podría ser algo incómodo para utilizar en una situación real ¿no crees pequeña? - Le dedicó una sonrisa a su hija mientras sacaba su varita y la agitaba sutilmente para servirse algo de té de limón. Se incorporó suavemente para darle un sorbo.

 

- Pero suena realmente interesante ¿De qué autor son esos libros? Veré si puedo integrarlos al próximo mes dentro de mis lecturas pendientes - En cuanto terminó de decir eso la campanilla del local realizaba su trabajo de avisar la llegada de un cliente nuevo. Esbosó una sonrisa al observar de quién se trataba.

 

- David, me alegra verte por aquí cariño - Exclamó mientras respondía a su saludo.

 

- Se que aún no se conocen formalmente, pero ella es tu hermana mayor, espero que pronto puedan conocerse mejor - Dijo al mismo tiempo que le daba la importancia merecida a Alegna, era su primer hija, por lo tanto le guardaba un cariño especial, pero no por eso no amaría a sus demás hijos por igual.

 

-Hablamos de libros muggles, tienen temas interesantes algunos, estoy por renovar los títulos que tenemos en el local y le había pedido sugerencia a Aleg ¿Tienes tú alguna cariño? - Sonrió esperando la respuesta de Davied.

 

@@Alegna Black @

Editado 11 de Enero del 2018 por Ashura Lestrange

[David Augustus Lestrange]

—¿Qué madre no se alegra cuando ve a su precioso hijo?

 

Cuestionó de manera retórica a las palabras de su madre mientras le dedicaba una pequeña sonrisa. Luego puso sus ojos en su hermana, no se conocían formalmente, pero sabía perfectamente quién era. La nota que le había citado a acudir al negocio se lo había explicado a las mil maravillas, era su hermana Alegna. Siendo hermanos no les quedaba más remedio que conocerse mejor, se llevasen bien o mal compartían la misma madre.

 

—¿Esta es Rose, no?

 

Preguntó a su madre mientras continuaba mirando a su hermana. Sabía perfectamente que se trataba de Alegna, por eso la pequeña sonrisa que se le escapó llevaba consigo cierta maldad. Se le hacía complicado aguantar la risa en ese momento, pero resistió. ¿Se tomaría bien que la confundiese? Puede que sí, pero puede que posiblemente no. En realidad, le daba igual. No era la clase de persona a la que le preocupase poner de mal humor a los demás, en realidad le encantaba enfadar a las personas que lo rodeaban. Sacar de las casillas a la gente era un juego muy divertido.

 

—Por supuesto que tengo alguna sugerencia, tengo sugerencias que si me permites el atrevimiento son una auténtica maravilla y aquellos que visiten el Callejón Diagon y pasen por el negocio querrán adquirir. —comentó con toda la tranquilidad del mundo, dejando claro que era alguien muy humilde...

 

Hizo una pausa antes de seguir hablando, pues no había podido dejar escapar un pequeño detalle sobre la clase de libros de los que estaban hablando.

 

—Libros muggles... ¿En serio? ¿Lo dices en serio?

 

Negó con la cabeza. ¿Vender libros muggles? ¿Acaso eran ellos muggles? ¿Acaso las personas que compraban eran muggles? Siguió negando bastante confundido.

 

—Creo, querida madre, que si ella te ha sugerido que vendas libros muggles es porque quiere que el negocio sea una ruina... no le hagas caso.

 

Terminó diciendo sin importarle que su hermana estuviera presente, no era alguien que se ocultase para decir lo que pensaba. Le gustaba decir las cosas a la cara si era necesario. Para él, vender libros muggles era una equivocación, además de algo cuanto menos deshonroso. Para vender esa clase de tonterías existía la otra parte de Londres, la parte donde estaba la gente que confundía las varitas con ramas de árboles y que no poseían el valioso don de la magia.

[Alegna Black]

Vio como la lechuza se perdia y escucho a su madre, se sirvio otro poco mas de te y penso en sus palabras. Si era incomodo para el protagonista en una situacion de riesgo sacar apresuradamente la espada de Escalibur y blandirla frente a vampiros o zombies pero la trama era el transcurso de su aprendizaje. Antes de responder la campanilla del local le daba la bienvenida a una nueva persona, la sonrisa de su madre le decia que era alguien conocido.

 

No se giro a verlo puesto que de seguro se acercaria, el joven se acerco a Ashura y le planto un beso en la mejilla mientras que a la Black un asentimiento de cabeza a forma de saludo, ella lo imito.

 

-De libros- contesto secamente ante la pregunta del niño.

 

Blanqueo los ojos al escuchar el cuestionamiento del cariño de Ashu sabia que no tenian con que competirle asi que se tranquilizo con otro mordisco de su galleta mientras escuchaba las palabras del pequeño.

 

-¿A la ruina? Se ve que de lectura no sabes cariño, ya que no puedes interpretar un simple papel que mama te mando diciendo con quien estaba - la ironia en su voz era apenas imperceptible para quien no la conociera, pero hasta el mas bobo sabria que estaba un tanto enojada por la confusion.

 

-Ya llegara Rose y veras las diferencias notables que tienen tus hermanas, pues ella es mas..... llamativa que yo

 

Sabia de lo que hablaba a ella le gustaba pasar desapercibida mientras que Rose se hacia notar hasta en el lugar mas oscuro, pues irradiaba, nunca de lo habia dicho y pensaba que nunca lo tendria que hacer pues su hermanita tenia el ego por las nubes, una mueca se dibujo en la cara.

 

-Hay tantos magos y brujas que disfrutarian de la version muggle en estos tiempo, bueno no creo que lo comprendas si te encierras en una sola version de las cosas niño - corrio la silla a su lado - y ya podrias sentarte no? O esperas invitacion

 

Se sirvio mas te y galletas para dirigirse a su madre.

 

-Tengo los libros en la mansion mami en cuanto regresemos te los presto

 

@@Ashura Lestrange

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@@Rose Black Lestrange

@@Keaton Ravenclaw

[Susan V. Goldstein]

Susan escribió aquella carta con delicadesa, cuidando de que nada se escapara de las lineas. Mandarles cartas a sus conocidos no era algo que el demonio hiciera con regularidad pero hasta ella se había dado cuenta del olvido masivo en el que les había metido. La biblioteca de su tía Ashura era perfecta para sentirse en paz, su piel picaba por ir a buscar a alguna de sus primas pero era demasiado tarde para hacer desastres y menos en la biblioteca. Aún así, pronto debía mostrarles que había dejado de ser una rebelde pelinegra para ser solo una rebelde con el cabello blanco, sus ojos lilas iban a la perfección con la cabellera y el vestir de colores pasteles la volvía casi una extraña para la mayoría, pero era una nueva etapa y tenía que demostrarlo de alguna manera.

 

Miró hacia la ventana, tanto había pasado sentada en esa silla que nunca notó al sol ocultarse. Volvió la vista a la mesa y encontró que su lechuza apenas despertaba, tocó ligeramente su ala y luego ató la carta a su pata.

 

—Esta vez no tardes mucho... —Le susurró al ave antes de abrir la ventana y dejar que se fuera.

 

Tomó el libro que estaba en la mesa y por fin se levantó de ese lugar, aquellas paginas la mantuvieron entretenida por mucho tiempo. Llevó el manuscrito a los estantes del Latín y encontró su lugar antes de que un sonido llamara su atención. Alguien había dejado caer un libro. Se acercó al lugar del sonido y efectivamente había un chico tomandolo del suelo, notó que un par de libros también caerían del estante así que sacó su varita y los hizo levitar con Wingardium Leviosa.

 

—Debería ser ilegal dejar caer un libro. —Bromeó con gracia mientras se acercaba al chico y terminaba de colocar bien los libros.

 

Miró al joven y descubrió lo apuesto que era, tenía una cabellera tan roja que hasta la sangre envidiaría ese color. Además de su vestir joven y arreglado notó que tenía un parche en uno de sus ojos mientras que el otro se mantenía en un color esmeralda bastante hipnotizante. Jamás lo había visto antes, hubiera recordado ese rostro pero sin embargo había rasgos en su cara que le eran peligrosamente familiares. Se tomó la molestía de sonreírle al chico.

 

—¿Es la primera vez que vienes a Requiem? Hubiera recordado ese rostro de haber sido así, aunque me eres familiar. —Miró el libro que tenía en la mano—¿Qué lees? Si buscas alguna categoría poría ayudarte a encontrarla.

 

 

@@Aery Geiser

[Aery Geiser]

El pelirrojo pensó que los rumores de aquel local eran ciertos, a pesar de que por fuera se veía como un local cualquiera, por dentro era muy grande, además hermoso y acogedor.

 

Se dirigió a la tercera planta donde se encontraba la biblioteca, esperaba encontrar algo interesante para pasar el rato. Estaba caminando entre los estantes cuando un olor peculiar se adentro en sus fosas nasales, frunció el ceño volteando para buscar el lugar de donde provenía aquel aroma pero no vio más que más y más estantes. Olvidando ese hecho se acerco para ver un libro con el título "Historia de la magia" lo tomo y comenzó a ojearlo, recargando su espalda contra la estantería. Lo cual no fue buena idea. Ya que su cabeza golpeo uno de los libros provocando que este cayera.

 

―Eso es todo, Aery― se regaño así mismo, mientras se agachaba para coger el libro que había tirado. Ni bien llevaba unos 15 minutos en aquella biblioteca y ya estaba haciendo de las suyas. De seguro lo echarían más rápido de lo que llegó. Una sonrisa se formo en sus labios, imaginando la escena, pero una melodiosa voz corto el hilo de sus pensamientos.

 

 

Miro sorprendido a la joven ante él. No espera encontrarse a alguien, pero la presencia de aquella chica le resultaba todo menos desagradable. Se incorporo sin apartar su mirada. Era una chica de una gran belleza. Sus ojos lila lo observaban con fijeza―a pesar de la evidente diferencia de estatura―como tratando de descifrar un acertijo. Sus gestos eran casi imperceptibles y poseía una elegancia natural.

 

―Supongo que de ser así, yo estaría pagando cadena perpetua―respondió soltando una carcajada― Si, es la primera vez que vengo por aquí, es un lugar hermoso― dijo un poco más tranquilo al ver a la chica regalarle una sonrisa, sin intenciones de sacarlo del local. Con un rápido movimiento regreso el que había tirado de regreso a su lugar.

 

―Y gracias― le agradeció al ver que la chica había evitado que se cayeran otros tres libros― Es Historia de la magia, supongo que ya lo habrás leído―dijo casi afirmando, ya que la joven peliblanca no aparentaba ser de familia muggle.

―Soy Aery Geiser, es un placer― se presentó haciendo una pequeña reverencia, como le había enseñado su viejo cuando era pequeño y diciendo su nombre muggle, ya que aún no se acostumbraba a decir su nombre real, no salia de sus labios, mejor dicho ―¿Sería mucho pedir que me proporcionara su nombre, bella señorita?

 

@@Susan V. Goldstein

 

 

Editado 13 de Enero del 2018 por Aery Geiser

[Susan V. Goldstein]

Tenía una voz aterciopelada, Susan no sabía si reir o dejar que él riera sólo para saber de su risa. No lucía como un delincuente, era alto y de buen gusto. Escuchó su halago a la tienda y era verdad que su tía tenía buen gusto, pero todo aquello tenía más magia de la que se admiraba. Cosas muy raras pasaban de vez en cuando.

 

―De nada, me hubiera dolido verlos caer al suelo. —Negó con la cabeza y miró el estante en busca de más volumenes— La conozco, fue mi delirio en el colegio por un tiempo.

 

Tomó de su cabellera y la ató en una coleta alta, varios mechones salvajes quedaron sueltos pero su rostro estaba suficientemente más despejado para buscar más libros como ese. Por un instante giró su cuerpo y buscó entre los tomos alguno que se pareciera al que él tenía en la manos. El libro que la peliblanca había utilizado en el colegio era un mejor volumen ¿Donde estaba? Camino con lentitud por el pasillo mirando cada uno de los libros hasta que su mente recordó en donde lo había dejado por última vez.

 

—Creo saber de uno que te puede interesar. —Miró al chico y le hizo señas con su mentón para que la siguiera.

 

Dos estantes luego y divisó el tomo en una repisa de nombre ''Hogwarts'', miró el libro y calculó que ni siquiera de puntillas podría tomar.

 

—Ese fue el libro que tanto insomnio me causó —Lo señaló— Creo que tú sí podrás tomarlo.

 

Se sorprendía de sí misma al darse cuenta de lo amable que estaba siendo con él, tal vez era porque la biblioteca le había proporcionado algo de paz —O porque el chico la conmovía— y con eso ya era suficiente. Su nombre jamás lo había escuchado, de seguro era extranjero. Enarcó una ceja y subió la comisura de su labio cuando lo vió hacer la pequeña reverencia, se deleitó con el gesto y decidió que tenía que compensarlo.

 

—Soy Susan. —Imitó la reverencia de las damás victorianas y volvió a su postura riendo de lo que había hecho. Le dió a entender que el apellido de cierta forma debía de ganarselo, decirle a un extraño que era una Black Lestrange podría tener sus desventajas. El apellido tenía una fama variable y realmente no quería arruinar los 5 minutos de charla que llevaba con Aery.

 

—Supongo que ahora tengo el poder de preguntar algo. —Frunció los labios con gracia, era una clase de trampa para peguntar de donde venía, pero tal vez podía sacar algo mejor de eso— ¿Podrías acompañarme en mi mesa? ¿O prefieres leer Historia de la magia por tu cuenta?

 

 

@@Aery Geiser

[David Augustus Lestrange]

¡Cuánta sequedad por parte de su querida hermanita! ¿Qué pasará? ¿Por qué me habla así? Pensaba que quizá fuese su carácter natural, algo áspero. Sin embargo, ese tipo de comportamientos nunca le habían desagradado, todo lo contrario, le hacían sonreír con cierta maldad pensando que le daban la excusa perfecta para ser tan insoportable como le diera la gana sin sentirse culpable, aunque de normal nunca se sentía culpable por nada que hiciese, desconocía qué eran los remordimientos.

 

—Perdóname por mi error en el nombre. —se disculpó de una manera que se notaba demasiado que no era real. —Tengo la mala costumbre de no recordar los datos insignificantes. —dijo aparentando culpabilidad. El dato sin importancia que supuestamente no había recordado era el nombre de una de sus hermanas mayores.

 

Rose... A ella, sino recordaba mal, la conocía. La había visto una vez en su antiguo hogar.

 

Alzó una ceja. Su intento de defender o justificar la lectura de libros muggles era ejemplar, pero no le haría cambiar de opinión. Libros muggles... ¡Qué locura! El mero hecho de que le pudiera parecer entretenido leer los libros que escribían los no mágicos le hacía gracia.

 

—Para ser exactos... ¿quién disfrutaría de las versiones muggles aparte de los traidores a la sangre, los sangre sucia y los propios muggles? —preguntó sin dejar de alzar una ceja ante lo que estaba escuchando. Seguramente su hermana mayor era amante de todo lo muggle, quizá hasta se avergonzaba de ser una bruja... quién sabe. Ya la iría conociendo más, aunque no es que tuviera muchas ganas de hacerlo, pero bueno, la familia era la familia y se decía que era importante...

 

—Obvio que esperaba invitación, gracias encanto, eres toda una señorita. —dijo con una sonrisa sentándose en la silla de su lado, la que ella había corrido, mientras la miraba entre curioso y divertido. Así sentado mucho mejor. Vio que ella se servía té y más galletas y no lo dudó, se lo quitó y le dio un sorbo al té que se estaba sirviendo para ella misma mientras agarraba una de las galletas y jugueteaba con ella en su mano.

 

—Bueno hermanita... háblame sobre ti. —siguió hablando mientras posaba el té de nuevo sobre la mesa y dirigía sus ojos a su hermana una vez más. — ¿Cuáles son tus aficiones? ¿Hay algo que te guste además de leer libros tontos?