Jump to content

El Valle de los Reyes


Mael Blackfyre
 Compartir

Publicaciones recomendadas

http://i.imgur.com/NiorU98.jpg

El sol se encontraba en el punto más alto. El calor que hacía en ése sitio era realmente insoportable pero no podíamos esperar menos por el punto donde me encontraba. Al oeste de la orilla del río Nilo, en Lúxor, esperaba a un grupo numeroso de jóvenes procedentes del Ateneo. Juntos íbamos a recorrer un lugar y había decidido que aquel era el mejor. Tal vez era peligroso. Tal vez los rumores eran ciertos pero entre todos debíamos enfrentarnos a ésa situación en Egipto.

Les había enviado una carta aquella mañana. En ella, recitaba que los esperaba en ésa ciudad. Me encontraba en un bar viejo, totalmente hecho de la misma piedra de las que estaban construidas tanto las casas como las pirámides famosas de ése continente. Las personas nos podían llegar a mirar de una manera extraña, así que me había encargado de que el negocio estuviera totalmente disponible para nosotros solos, más una especie de guía, Jay.

Fue realmente agradable ver como aparecían caras conocidas desde el umbral de la entrada. El tabernero que no entendía nuestro idioma, solamente estaba allí anonadado de tantos extranjeros y sin saber la razón por la cual, no entraban personas de su pueblo, pero al parecer no le importaba, nos ofrecía algunas bebidas y un rincón para que pudiéramos sentarnos. Estaba ansioso. Quería empezar con la clase en ése momento pero estaba seguro que a los chicos no les gustaría demasiado.

Es agradable poder verlos a todos aquí, de verdad. Espero que no les haya causado problemas el llegar aquí —cada uno se había situado donde más quería. En mi caso, me había puesto sobre una mesa, llevaba una camisa color beige, liviana para la ocasión, con unos pantalones negros y mi varita escondida dentro de mi manga. Estaba tranquilo hablando en aquel sitio, el dueño no entendería ninguna de nuestras palabras—. Aprovechando que no hace falta presentaciones entre nosotros, podemos...

Pero aquel joven guía, interrumpió la conversación acercándose al sitio. Era un joven moreno, de cabello castaño y unos ojos color miel. Llevaba un turbante blanco como la nieve, con algunos medallones pequeños de oro alrededor de aquel pañuelo negro que contrastaba en su cabeza. No entendía como las personas de aquel sitio usaban ésas vestimentas largas, parecían pesadas. Pero al parecer los magos y brujas de allí se acostumbraban al calor. Lo mire y le dirigí una sonrisa, dándole permiso para que hable.

Las barcas están listas. En media hora parten. Del otro lado los esperan los camellos. ¿Necesitas que los acompañe hasta el Valle?

Por favor, Jay, si fueras tan amable.

El joven asintió y con una reverencia, salió de aquel sitio, dejando que nosotros continuáramos hablando. No quería estirarla demasiado, pero por lo menos debía saber que los chicos conocían algo sobre aquel sitio, sobre las cosas que estaban ocurriendo y sobre las consecuencias que podía llegar a traer nuestra presencia, aunque solamente esperaba que no complicara más todo. El objetivo principal era aprender.

Como les estaba diciendo, quería aprovechar éstos minutos que tenemos para que me cuenten un poco el porqué están aquí. Todos sabemos que dentro del mundo mágico, existen muchas maldiciones: algunas son tan simples como decir una sola palabra y otras, bueno, otras arrasan con toda una población y son imparables.

Aproveché para alejarme unos pasos y tomar aquella estatuilla de oro. Acerqué aquella reliquia donde todos pudieran verla y si querían, podían acercarse. Podían observar que era la figura de un faraón, tenia algunos jeroglíficos en su base y los detalles eran asombrosos. Tal vez podían llegar a creer que éso estaba maldito y tal vez por eso se preguntaban si estábamos allí por ésa razón.

Ésto pertenece a la tumba del faraón Tutankamón. Seguro que para muchos puede ser conocido, muchos libros cuentan los mitos y leyendas de éste rey —les comenté, volviendo a sentarme sobre la mesa de al lado—. Y como todo hombre poderoso, los muggles jamás hubieran adivinado que ésta persona era un mago como nosotros. En el momento de su muerte, que fue algo extraña, sus familiares más cercanos gastaron todo el oro que tenían para enterrarlo junto a él, lo escondieron a muchos metros bajo tierra y pusieron muchas maldiciones que ni siquiera podemos imaginar.

»Por eso es que hoy estamos aquí. Los especialistas confirmaron que es uno de los sitios malditos más peligrosos del mundo. No corremos peligro en cuanto nuestra presencia pero es de vital importancia que podamos llegar a ése sitio, la tumba de Tutankamon. Claramente que podemos encontrarnos con muchas cosas en el camino, así que la idea es que podamos aprender en éste viaje. Ahora díganme. ¿Saben algo más sobre ésto? ¿Tienen algún motivo por el que decidieron aprender el Conocimiento de Maldiciones? ¿Tienen algún objetivo para con la clase?« les comenté. Solamente quería charlar unos minutos con ellos, antes de partir. Y quería especialmente no decepcionarlos. ¿Estarían listos para todo lo que habíamos preparado con Jay?

______________________________________

Niko Uzumaki
Sally Sigel
Sean di Spinneto IV
Ishaya
Emily Cartwright
Goderic Slithering
Edmund Browsler

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Encima de la mesita de noche la carta...aunque claro...antes de ir a un lugar tan calido mejor esta preparado...asi que lo primero era tener bien acondicionada el morral donde pondria todos los objetos importantes para el camino...Si estaba ahi de seguro tendriamos que entrar en alguna oscura piramide..lena de maldiciones..momias...o eso decian...y claro...lo mas importante...ORO...y no Lemprechaum..sino Oro del bueno...asi que sopesando los riesgos y las ventajas...pues la decicion estaba tomada...conocimiento y Oro valian la pena...Asi que me atavie con las clasicas ropas de las nomadas del desierto que ayudaban a transpirar menos y por tanto guardar el agua en el cuerpo....y sali hacia el ateneo....ya ahi era solo cuestion de un traslador....y aunque no me gustaban esos chismes no tenia de otra..bienvenida la aventura...

 

Sin mas apareci...algo mas mareado que si hubiese tomado mas de una botella de Vodka...frente a una taberna local..de mas esta decir que con me aguante de una columna de madera...hasta que la arena y el sol tomasen la posicion que les correspondia...uno arriba en medio de cielo...y la otra intentado colarse en la ropa..y en mis botas...si..botas...que no queria ningun bicho escorpionado alejandome de mi meta.

 

Ya respuesto me adentre en el negocio.....al parecer era el primero en negar..aunque despues de ver la lista de los participantes y el profesor..pues sabia que seria algo movida esta experiencia...por lo pronto mirar y aprender...no solo de maldiciones...sino a mis compañeros de clase..y al profesor...ya conocia a Elvis de otros entornos menos agrestes..aunque no se ultimamente...con relaciones mas tirantes...Asi que al verlo al entrar incline la cabeza en forma de saludo..y tome asinto en una silla mientra depositaba los pies sobre la mesa...y pedia una bebida local...Asi..poco a poco fueron llegando caras ...conocidas algunas otras no tanto.....cuando Elvis comenzo la charla...

 

De mas esta decir que mi ojos rapidamente se posaron en la estuatilla con cierto brillo en ellos..pero claro..mi cara pronto dejo de mostrar interes..mientra escuchaba nuestro destino final...por suerte tenia algunas cosas arriba que me podrian ayudar a alcanzar antes que cualquier muggle ladron...las riquezas de este mago Faraon...

 

-Muchas gracias Elvis por la presentacion...-dije despues de beber un sorbo de la bebida que habia pedido- y sobre la tumba de Tutankamon..segun los especialista....aun sigue perdida...pues lo que tienen los muggles era solo un señuelo..y dado..lo que encontraron estos seres en ella..se puede decir..que esa estatuilla seria como medio Knut..en un mar de Galeones.- me detuve un momento- si.. ya se que suena frivolo..pero si...mi interes en todo esto es monetario...para que olcutarlo...ando falto de galeones por estos dias...ademas claro esta...el conocimiento nunca vien mal..y mas cuando se trata de algo tan peligroso como las maldiciones.

 

Y bien lo sabia yo....que ya sabia bien lo peligrosa que la magia oscura podia ser...cuando se intensionaba en forma de maldicion...pero eso era tema aparte...ahora a ver cuando saliamos...el viaje por el rio...sonaba muy interesante..claro siempre que alguien no callera y fuese comida de cocodrilos.

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


No puedes venir, no insistas.— murmuro ya cansado de repetir lo mismo una y otra vez.

Noto como James pone cara de pocos amigos mientras que, posiblemente, en su mente trama un plan que le permita ir a la clase reemplazando mi identidad. Ambos sabemos que no sabe metamorfomagia ni tampoco tiene una poción multijugos por lo que sólo quedan ideas locas que sé que serán peligrosas. Estoy seguro que es capaz de inventarse un hechizo y usarme como conejillo de indias con tal de acercarse alguna vez a Ateneo y los guerreros Uzza.

Ya, ya, deja la pataleta infantil y préstame ropa adecuada.

La verdad no entiendo del todo la queja de James, después de todo es muy probable que, por la duración de la clase en comparación con los años de vida de James, éste sepa más de Maldiciones de lo que yo aprenderé aunque espero obtener conocimientos nuevos y poderlos complementar. El Wycliff me entrega una túnica de color gris claro que a simple vista puede incluso confundirse con el blanco. Me sorprende lo liviana y fresca que resulta ser la tela, aun al tapar todo mi cuerpo excepto el rostro no siento ni una pizca de calor, lo cual hace preguntarme si fue intervenida con alguna clase de magia.

Luego de agradecer por las ropas cuelgo en mi cinturón mi monedero de piel de Moke. Sé que este artefacto me salvará de muchos problemas futuros ya que allí llevo un par de pociones y otros objetos preciados, entre ellos el dado de la suerte y libro de hechizos comprado hace pocos días atrás. Por otro lado, el medallón que avisa del peligro ya se encuentra colgado de mi cuello como medida de seguridad adicional. Conociendo el método de enseñanza de Ateneo sé que me enfrentaré a más de algún peligro y debía ir preparado para ello.

Desaparezco rápidamente de allí sin despedirme formalmente de James porque sé que la planeación de otra idea absurda ya está por terminar y no deseo escucharla. El sol ciega momentáneamente mis ojos por lo que bajo la cabeza tratando de normalizar mi visión. No sé a ciencia cierta el porqué el profesor nos ha citado en Luxor aunque me hago la idea después de todo los muggles habían hecho un festín de mitos y leyendas alrededor de la tierra Egipcia ¿cómo olvidar de la película “La momia”?

Avanzo a paso apresurado al bar donde el profesor nos había citado, tratando de huir del sol y calor. Al entrar noto como sólo otro compañero ha llegado, además de Elvis que es el profesor en aquella ocasión. Al primero no creo recordarlo haberlo visto con anterioridad, por lo que simplemente lo saludo con un gesto con la cabeza. A Elvis lo reconozco por la Orden del Fénix pero tampoco habíamos compartido demasiado tiempo.

Me siento en una silla que se encuentra frente al profesor, algo nervioso de ser uno de los primeros en llegar. Poco a poco comienzan a llegar más personas y sus rostros me son muy conocidos lo cual ayuda a calmar mis nervios. Muchos de ellos son de la Dumbledore, mi nueva familia, lo que me hace pensar que será una aventura interesante y familiar.

Me sorprendo cuando el profesor señala que no hace faltas presentaciones. Me hace pensar que quizás si conozco al mago que fue primero en llegar, por lo que comienzo a fingir mientras trato de recordar su rostro, quizás en algún cateo, compra en el Magic Mall o en el mismo Ministerio de Magia. Sin embargo, no me suena conocido para nada. Mi remembranza se ve interrumpida con la aparición de otro joven que no reconozco pero esta vez sé su nombre gracias a la intervención de Elvis. Jay es su nombre y deduzco que probablemente sea nuestro guía en este viaje.

El profesor comienza a explicarnos sobre la clase y no puedo evitar que una sonrisa se escape en mi rostro. La asociación de la película muggle con la momia y maldición de Tutankamon me resulta casi intrínseca. Escucho con atención y el dinero llama mi atención, más que el dinero en sí -que nunca viene mal tener más fondos- sino por el dilema moral que supondría buscarlo. No sólo porque el oro tuviese un gran peso monetario sino más bien por ser un tesoro arqueológico que podría, quizás, resolver muchos misterios del pasado. Sin embargo, prefiero esperar a cómo se darán las cosas antes de sacar conclusiones y continuar con el debate interno.

Para cuando mi compañero termina de responder al profesor yo ya tengo preparada mi respuesta.

No puedo negar que una de las razones para inscribirme en este curso ha sido conocer algunas maldiciones más potentes para proteger mi bóveda trastero, por ejemplo. — respondo con sinceridad, aunque obviamente oculto otros planes que no eran del todo aceptables moralmente.— Por esta misma razón creo que espero aprender maldiciones “defensivas” y forma de contrarrestarlas en caso de que suceda algún accidente como el que un incauto caiga en ellas.

Uno de los planes ocultos que tenía preparado era tratar de crear una réplica de su dado de la suerte. Supongo que una maldición cumple con los mismos fundamentos que una bendición, por lo que crear un dado maldito y bendito dependiendo de la suerte, realmente no debía ser difícil de replicar con los conocimientos adecuados aunque quizás me equivoco.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El calor en Lúxor amenaza con volverla loca, Emily se seca, ya cansada, el sudor de la frente con un pañuelo y bebe agua a pequeños sorbos, de un termo que pretende permanecer en su mano todo el tiempo. Aun siente mareos por el traslador que acaba de usar, pero, por algún motivo, se pone a dar vueltas mirando las casas, no muy lejos del local hecho de piedra al que debe entrar, y eso la cansa de forma innecesaria. ¿Acaso espera encontrar algo escondido? conociendo el misticismo de la Universidad y de los Guerreros Uzza, sabe que no le pondrán las cosas fáciles y sin embargo, se empeña en curiosear antes de lo que debe, para no encontrar nada.

Entra al lugar que le indicaba la carta recibida esa mañana, la cual viaja con ella en la mochila que carga en la espalda, junto a un par de cosas que piensa pueden serle de utilidad, como el libro de hechizos que había comprado. Se ve como toda una turista muggle, con gorra, botas, short y una blusa sencilla, pensando que es la mejor forma de pasar desapercibida, después de todo, Egipto es visitado todos los días del año por gente de todo el mundo. Pasa la vista por todo el lugar y se sorprende un poco al notar lo vacío que está. Se fija en Elvis y entonces recuerda que la carta la firmaba él, y ahora entiende que lo hizo como profesor y no como director. Lo saluda con un movimiento de su mano, contenta de conocer a alguien, pues las otras personas no las recuerda de antes.

Se sienta en una silla cercana a Elvis, justo al lado de Goderic. Emily sabe que puede distraerse fácilmente y prefiere obligarse a escuchar todo, además, la presencia del Dumbledore le infunde confianza. Se inmuta cuando un lugareño se les acerca y habla con naturalidad ¿también sería mago? ¿o sería un simple guía para guardar las apariencias? Tiene ganas de preguntar cuando lo ve alejarse pero se muerde los labios, probablemente hubieran temas más importantes de los que tratar. Y no se equivoca al guardar silencio, al ver la estatuilla de oro que Elvis les enseña; al estar cerca, no necesita pararse para apreciar su belleza y también para preguntarse si esa pequeña estatuilla no estaría maldita.

Mientras él continúa la explicación, la bruja piensa cómo es que su presencia en el lugar no es peligrosa, si luego de tantos años ningún mago, ni muggle, ha encontrado la tumba, debe ser por magia extremadamente peligrosa, negra y antigua. Aquello le atrae y le emociona, no solo por la inminente idea de una aventura, sino por las personas que estaban involucradas en la clase. Por supuesto, Emily solamente veía las cosas como si fueran a tener éxito ¿y si no era así? ¿qué pasaría con ella? Algo que no va a admitir, porque no quiere sentir miedo, es que prácticamente no conoce nada del tema, ni de Tutankamón, ni del Valle de los Reyes.

Y si encontramos el oro, es decir, la tumba ¿qué haríamos con él? — pregunta, tras escuchar a Sean y dejarle hablar a Goderic, respetando el orden de llegada. La bruja no es especialmente ambiciosa, pero le da curiosidad saber como resolvería la Universidad un tema como ese. Siente su voz mucho más rasposa de lo normal debido al prolongado silencio y carraspea un poco antes de contestar las preguntas, evitando a toda costa la primera -Me gustaría saber las formas más efectivas para detectar maldiciones y como contrarrestarlas —dice, sabe bien que hay objetos que ayudan en eso, pero Emily no posee ninguno y, sinceramente, le da pánico experimentar ella sola —Además... puede ser una duda tonta, pero ¿todas las maldiciones son ilegales? —pregunta y enseguida se calla, algo arrepentida, cree saber la respuesta justo al terminar de formular su duda.

fwb3AQB.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- ¡¿Egipto?! - Me quejé en voz alta sorprendiéndo a mi esposa, Cye Lockhart, que se encontraba del otro lado de la mesa desayunando. - Cariño, deberías de hablar con nuestro buen amio Elvis y decirle que debería de ser un poco más original con sus viajes de la Universidad.

- ¿Entraste a algún otro curso y no me avisaste? - Sentenció sin dirigirme la mirada, para después darle un trago a su vaso de jugo de naranja.

 

Bien, la discusión ya la había perdido. No pude responderle más que con un simple gesto a modo de disculpa, ella se levantó de su lugar con una ligera sonrisa en su rostro, caminó hacia mi y me plantó un suave beso en mis labios; entendía a la perfección mis horarios tan complicados y, a pesar de que siempre platicábamos de nuestro día antes de dormir, sabía que había algunos detalles que siempre se me escapaban.

 

- Mucha suerte en tu viaje, amor, - alcancé a escuchar sus palabras cuando salía del comedor - tráeme algún sarcófago maldito para que los niños jueguen y todo olvidado.

- ¡Intentaré traer uno repleto de plagas! - Grité al escuchar la puerta del estudio cerrarse al paso de mi esposa.

 

Después de dejar los platos limpios, tomé mi varita de inmediato y me colgué mi mochila de viaje con algunas cosas que pudiera llegar a necesitar: pócimas curativas, ungüentos, vendas, anillos y amuletos mágicos, entre otros objetos de importante valor para una supervivencia asegurada. Acomodé mi larga túnica bombacha color beige y me desaparecí en medio de una estela de luz para aparecer en la ciudad donde nos había citado el profesor.

 

¡Era un infierno! Estaba ya tan acostumbrado a la temperatura de Inglaterra que estar en ese ambiente desértico me causaba un poco de incomodidad, al menos hasta que me acostumbrara. Tomé una cantinflora de mi maleta y me la colgué al cuello para ir tomando en el camino, ya que había llegado a un sitio retirado de la vista de los muggles para no quebrantar ninguna ley de magia internacional. Mi destino, un bar clandestino.

 

Cuando estaba llegando al lugar, pude observr como atravesaban la puerta un par de rostros conocidos, Emily y Goderic, viejos amigos que había conocido gracias a la Orden del Fénix. La emoción subió cuando abrí las puertas del lugar y notaba como me alcanzaban Edmund, Sally y mi hijo Niko, coincidiendo en aquella travesía; así mismo al ver que etsaba sentado esperando Sean Linmer, un aliado valioso que había conocido gracias a mi hermana Sagitas hace ya algún tiempo. ¿Casualidad? ¿Azar? ¿Destino? ¿Pocos conocimientos disponibles con alto interés en su aprendizaje? ¿Hambre? Sí, ya me había dado hambre nuevamente.

 

Como era de esperarse, antes de tomar asiento me dediqué a saludar a todos los presentes incluyendo al profesor, mi estimado Gryffindor, exagerando el gesto de aprobación levantando mi pulgar y señalando la locación elegida para comenzar nuestro viaje, ya después podría hacer un par de bromas respecto al asunto, pero después de mostrar mi respeto por aquel guía del conocimiento.

 

Y así comenzó la charla. El discurso que nos daba el director de la Universidad era algo necesario, aburrido pero necesario, ya que era la información base para poder proceder adecuadamente según los estatutos del Ministerio de Magia, por lo que dejé que hablara sin interrumpción para tomar palabra en mi turno correspondiente. Si es que había un orden para hablar.

 

- No creo que sean ilegales, - continué cpn la pregunta de Emily mientras me acercaba a tomar la estatuilla dorada y analizarla de cerca - más bien considero que están estrictamente medidas, registradas y con mucha observación. Supongo, porque desconozco de los términos, que el Ministerio de Magia se rompe la cabeza tratando de descubrir, neutralizar y liberar algunos sitios u objetos que alguien con mal sentido del uhmor hubiera maldecido... ¡maldito? ¡Maldecir! Maldición...

 

Temriné de ver la escultura dorada y se la pasé al siguiente compañero, crucé mis brazos a la altura de mi pecho y proseguí con mi breve respuesta.

 

- Por eso me interesa tanto aprender todo lo que pueda sobre maldiciones, no me gustaría que mi futuro hijo ande gateando en un sótano de dudosa seguridad o se meta a la boca un collar maldito.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- ¿Lúxor? ¿Y el profesor será Elvis? Seguro será una clase muy interesante, aunque la idea de ir a Egipto no me agrada, pero vamos por una experiencia más y un conocimiento nuevo - Dijo el Tonks mientras caminaba por todo su cuarto en busca de las cosas para su clase, acababa de salir de bañarse y había llegado una carta de su profesor, así que tendría que hacer todo muy rápido para llegar a tiempo.

 

- Creo que voy a necesitar llevar todo lo que tengo en mi poder, es mejor prevenir en caso de necesitar algo - Rápidamente tomó todas sus pociones y la mayoría de sus objetos para llevarlos a su clase, la clase sería sobre maldiciones y seguramente no sería fácil así que tendría que ir muy bien preparado en caso de necesitar defenderse o atacar.

 

- Y tendré que llevar ropa muy liviana - Odiaba el calor, pero era parte de la clase. Su ropa consistiría en una camisa blanca, un jean bien liviano, unos zapatos muy cómodos y su mochila en la que llevaba todas sus cosas - Estoy listo, supongo que puedo aparecer sin ningún problema - Pensó, mientras buscaba en su mente el lugar al que tendría que ir, o al menos su ubicación geográfica.

 

- Lo he logrado - Su aparición había sido casi perfecta, solo que no conocía muy bien el lugar al que tendría que ir pero al menos ya había llegado a Lúxor. Y encontrar magos no sería tan difícil, Elvis no les había indicado en qué lugar estaría, pero seguramente estaría en un lugar poco convencional.

 

Después de unos minutos, y un poco cansado de caminar, encontró una taberna un poco misteriosa - Es muy raro que no haya ruido en una taberna, debería revisar - Entró y para su sorpresa, estaba en el lugar indicado. Algunos de sus compañeros ya habían llegado a la clase y todos eran conocidos suyos, excepto uno que había visto en la Tienda Mágica pero no lograba identificar bien su nombre.

 

Elvis comenzó a hablar para dar las indicaciones de la clase y de paso a hacer muchas preguntas - Le encanta preguntar - Pensó Niko, en su clase del Libro de la Fortaleza también les había realizado muchas preguntas - Y ahora que lo pienso, no conozco a ese mago pero no me lo han presentado - Movió los hombros en señal de aceptación, la verdad no le molesta que no hubiesen tenido presentaciones.

 

- ¿Qué si sé algo sobre muertes y ese señor? No, para nada, de hecho no me gustan los muertos - El Tonks no sabía que en su clase tendría que ir a buscar un muerto, de haber tenido conocimiento de ello, habría pensado muy bien en su decisión pero era lo que había y no podía hacer nada, solo evitar salir corriendo.

 

- Demasiado iluso - Pensó al escuchar el comentario de su compañero desconocido, si nadie había podido encontrar dicho lugar y estaba tan maldito como decía Elvis, no podrían sacar ni un solo galeón de ese lugar. Aquél faraón no era tonto y protegería todo su tesoro incluso muerto.

 

Ahora el turno era de Goderic quién tenía una intención parecida a la de Niko, aunque ya tenía un plan diseñado y todo. Emily fue la siguiente y el Knight sonrió al escuchar su primer comentario - Alguien que piensa como yo - Dijo en voz alta, sin agregar mucho más.

 

- ¿Futuro hijo? - Soltó, no había querido interrumpir a su padre aunque tenía muchas ganas de saludarlo, pero su último comentario lo había sacado complemente - Creo que tienes planes que no has comentado con algunas personas - Dijo mientras lo miraba fijamente, solo que ese no era el momento adecuado para hablar sobre el tema.

 

- Simplemente quiero aprender un poco más de maldiciones, mis conocimientos son casi nulos en estos temas. Así que ya era hora de estudiarlos - Agregó, mientras seguía pensando en toda la situación, y en lo que tendrían que realizar. En su última clase había cometido demasiadas actividades ilegales y no quería repetir nuevamente.

w3PBwnw.png


Zn4buB8.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Era la segunda vez que Edmund visitaba Egipto. Casi dos décadas habían pasado desde la última vez que él había puesto un pie en aquel país africano pero todavía recordaba todo con suma claridad. Aldair iba delante de él encima de un camello, cuyo pelaje llegaba hasta la articulación de las rodillas, que caminaba con parsimonia. Él iba siguiéndole los talones a lomos de un camello mucho más pequeño que daba pasos más de prisa para alcanzar al primero. Los tres meses que había estado allí tenían días largos y cálidos mientras que las noches eran tan frías que le habían calado los huesos.


Edmund se sacudió aquellos recuerdos de la mente centrando su atención en el camino. Al llegar a las orillas al río Nilo se dirigió hacia una ciudad que se erigía en el oeste, constituida por unas cuantas edificaciones de ladrillos de barro y piedra que le daban un aspecto antiguo y único. En el sendero observó a unos cuantos nativos del lugar que le miraban con desconfianza y tenían razón en hacerlo pues el joven mago iba vestido como todo turista inglés. Por lo menos no se había vestido con las túnicas decolores oscuros que usualmente utilizaba ya que esa vestimenta lo delataría en el acto.


El camello se detuvo frente a un desvencijado bar y la primera impresión que tuvo Edmund fue la de aquella fachada tan deplorable. El mago bajó con un salto y sus botas marrones de camping cayeron al suelo con un golpe seco. Bajó de una de las jorobas del camello un morral del mismo color de sus botas y pasó ambos brazos por los tirantes para colgárselo en la espalda. Antes de entrar al bar se sacudió el polvo de la camisa blanca y del pantalón de mezclilla de color caqui que vestía y se quitó el sombrero las gafas de sol y el sombrero con solapa y cámara de refrigeración pues ya no los utilizaría. En el morral tenía los objetos básicos necesarios para aquella aventura mientras que su modero de piel de moke resguardaba sus objetos y pociones más preciados. Exceptuando su medallón que le avisaba del peligro, este siempre lo llevaba al cuello debajo de sus ropas.


Browsler parpadeó un par de veces y aclaró su vista para acostumbrarse a la poca iluminación que tenía aquel bar. Ubicó con sus ojos azules a un grupo de magos sentados alrededor de una mesa y se acercó hasta allí mientras se quitaba con un pañuelo la película de sudor que se había formado en su frente. Ya habían llegado Goderic, Ishaya, Emily y Sean. Edmund los saludó amigablemente, incluyendo a Elvis, quién sería su profesor en esta ocasión, quejándose un poco del calor. Cuando se sentó al lado de Emily le dio un suave beso en la mejilla a la bruja y dedicó un guiño a Goderic. Mientras reflexionaba sobre los métodos poco ortodoxos que utilizaba la universidad mágica sacó una cantimplora de agua de uno de los compartimentos del morral y dio un largo sorbo hasta acabar el agua. Browsler colocó la cantimplora de color transparente sobre la mesa y escuchó con aparente atención lo que comentaban los demás.


El primero en hablar fue Elvis. Y mientras lo hacía, su cantimplora se iba llenando nuevamente de agua. Browsler sonrió y la guardó en el morral. Un desconocido se acercó hacia ellos y se dirigió directamente a Gryffindor, haciendo alusión a unas barcas. Edmund observó con suspicacia a Jay aunque luego relajó sus facciones, el desconocido no debía suponer ningún peligro o su medallón lo hubiese alertado. Elvis comenzó a hablar sobre las maldiciones mientras Edmund observaba a través de una de las ventanas perdiéndose en sus palabras, tenía la mala costumbre de no prestar atención, hasta que volvió el rostro al profesor cuando este les mostraba un objeto extraño. Sus orbes azules brillaron con intensidad mostrando un repentino interés.


- Muchas gracias. –El encargado del bar se había acercado a ellos para ofrecerles un vino de un sabor dulce que causaba intriga. Edmund vació el vaso de un solo trago y el viejo encargado se acercó nuevamente para llenarlo.


Edmund analizó a cada mago en particular mientras hablaba. Él prefería no hacerlo. Con el paso del tiempo se había dado cuenta que era mejor decir las palabras necesarias para evitar que estas pudiesen ser utilizadas en su contra. Sean pretendía obtener una cantidad de oro pues carecía de galeones, Goderic quería reforzar la seguridad de sus bóvedas, Ishaya aspiraba poder cuidar de sus hijos contra las maldiciones, Emily quería detectar las maldiciones y saber cómo contrarrestarlas. «¿Y yo por qué estoy aquí?» se preguntó Browsler mientras tocaba con su dedo índice la parte superior del vaso formando círculos. Detuvo aquel movimiento y vació una vez más su vaso saboreando aquel delicioso licor con rostro pensativo. Había logrado dar con el verdadero objetivo que tenía al decidir conocer de maldiciones pero no podía decirlo.


- No creo que sea conveniente vaticinar que no corremos ningún peligro –afirmó Browsler colocando su vaso sobre la mesa, el cual un golpe seco que atrajo la atención de sus compañeros-. Es decir, estamos buscando la tumba de aquel faraón y resulta que es uno de los sitios más malditos de todo el mundo. –Su voz sonaba solemne, como si estuviese dando un discurso a un montón de personas-. Claramente estudiar las maldiciones no es tema fácil y conozco a más de un mago que ha perdido la vida a causa de esto. En lo que a mí respecta, no es la primera vez que vengo a Egipto y he oído un montón de historias acerca de Tutankamón, pero aun así no me fío de ellas.


BA 4GfTlba.gif TT


s5GyAv7.jpg


http://i.imgur.com/uqzq7Rd.gifhttp://i.imgur.com/6uQOEDh.gifhttp://i.imgur.com/IoFtBOl.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Casi todos los alumnos ya se habían presentado ante aquel bar. Me gustaban que todos parecían ansioso pero a la vez sabían que algo nos estaba esperando. Muchos esperaban para hablar y eso era bueno, no me agradaba para nada las personas que se quejaban todo el tiempo, se creían que nada de eso servía y que se creían que eran mejores que todos juntos. Aquellas personas ilusas eran las primeras en caer, siempre. Miré atentamente a Sean.

Sean, debo frenarte si tu objetivo es obtener dinero. Cualquier persona con un poco de sentido común, sabría que si quiere hacerse con lo ajeno, lo único que obtendría es la muerte. No voy a ser quien lo impida, pero si quien advierta. Solamente con pensar en llevarte en algo, no lograrás salir de aquella tumba —le comenté algo serio, no quería llegar a la Universidad y estar horas rellenando papeles confirmando la muerte de aquella persona.

Los siguientes que hablaron me entusiasmaron, porque el objetivo de la clase era justamente ésa, aprender, conocer, saber a lo que nos podíamos enfrentar. Claramente que nos enfrentaríamos a diferentes cosas pero lo importante es que confiaba en cada uno que lograría salir. Si nadie tenía malas intenciones, no saldrían demasiados heridos. Todo dependía de lo que hicieran allí dentro.

Es una buena opción, Goderic. Ya de por si, el banco contiene sus propias maldiciones —recordé los objetos que se duplicaban, los que quemaban, los que escondían, los que te mataban. Había algunos protegidos por dragones y puertas que te absorbían y te mantenían ocultos por años, por eso miré a Emily, una de mis compañeras de la Orden como casi todos allí—. Mi opinión no es tan similar a la de Ishaya. Yo creo que el Ministerio de Magia lo que menos quiere es hacerse cargo de las maldiciones. Cuanto más las personas creen que es peligroso, cuanto más se mantengan fuera, son menos problemas. ¿Se imaginan si el Ministerio tuviera las riquezas de Tutankamón en sus instalaciones? Sería la perdición del mundo. Mejor mantenerlo oculto, con malos augurios y la gente no hace más que mirar.

No podía creer que mi compañero aún creyera que el Ministerio de Magia de verdad se encargaba de eso. Ni siquiera se hacía cargo de los mortífagos, de las pruebas que tenía delante de sus narices, muchos menos iba a salir de las fronteras y a querer anular las maldiciones. De hecho, estaba más seguro que nuestra población se encargaba más de copiar maldiciones o intentar hacerlas propias. Continuaba con las respuestas mientras el tiempo avanzaba.

No haremos nada, Emily. Nuestro objetivo no son los objetos, sino toda la magia que lo rodea. Hay maldiciones afuera, en la entrada, en los pasillos, en cada objetos y hasta en el mismo Tutankamón, si, no estoy dudando, les estoy confirmando que vamos a ir a ésa tumba, es real. Los muggles no saben nada —les comenté, porque me había parecido que creían que estábamos en la búsqueda de la entrada o rumores viejos, cuando junto a Jay, ya había entrado para corroborar todo—. Ése es nuestro objetivo de la clase. Observar todo. Tratar de descubrir dónde hay maldiciones y qué efectos tienen éstas. No nos ocurrirá nada si no tenemos malas intenciones. ¿Se acuerdan el texto en la entrada de Grongotts? Algo asi sobre tomar lo que no es nuestro y caerán miles de maldiciones. Básicamente es eso.

 

Les comenté con una sonrisa. No desconfiaba de nadie allí. Todos estaban advertidos. En el mismo banco de magos, el cartel les advertía a cada uno que había poderosa magia dentro. Claramente que de vez en cuando surgía algún ladrón, pero siempre caían bajo la trampa de los duendes. Con la tumba de Tutankamón era igual. Cada uno era responsable de cada uno. Si alguno quería tomar una moneda de oro para observala, estaba cien por ciento seguro que podrían. Si su intención era guardarla en su bolsillo para salir de allí con ella, entonces la magia del sitio se activaba. De hecho, la estatua que estaban tocando era de la misma tumba. Mi objetivo era primordialmente académico, de hecho la regresaría y hasta ahora no me había ocurrido nada. Pero no les comentaría aquello.

 

Es la hora —comenté al ver que Jay se acercaba al umbral de la puerta sin interrumpir, pero su mirada mostraba ansias. Cuando habíamos ido los dos, estaba tranquilo, pero sabía que cuanta más personas, más posibilidades de cosas extrañas podían suceder—. Ésa estatuilla se queda conmigo —les comenté mientras tomaba la figura dorada y la guardaba entre los pliegues de mi túnica, donde tenía mi monedero de piel de moke. Aquella conversación agradable no necesitaba ser cortada. Mientras todos nos levantábamos, les indiqué que siguieran a Jay y todos empezamos a cruzar el umbral de la puerta. El calor nos dio un fuerte golpe.

 

»No sé hasta que punto es ilegal crear maldiciones. ¿Hay alguna ley que te prohíba proteger lo que es tuyo? Técnicamente, si yo dejo una bolsa de monedas en medio de una calle, rodeada de maleficios, no es mi culpa que alguien se al quiera apropiar y caiga bajo los efectos. Tampoco sería ilegal o se consideraría robo si alguien logra, anular ésa magia protectora y tomar una bolsa que se encuentra en medio de la calle« les comenté a los chicos. No quería que aquello fuera un monólogo aburrido, me gustaba más la idea de una charla y compartir información. Hasta ellos podían enseñarme cosas.

 

Tenemos ésa enorme balsa para los 9 —el río Nilo se veía a medio kilómetro. Debíamos recorrer aquellos senderos invisibles hasta el borde del agua, subirnos a nuestro transporte, cruzar el enorme cauda y bajarnos en la orilla opuesta. Teníamos unos largos 5 kilómetros hasta llegar a la entrada de la tumba. Esperaba que en el camino no encontrarnos con nada inesperado y que los chicos pudieran dirigirse directamente hacia nuestro objetivo.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La singular melodía del piano la había transportado a otro lugar, muy lejos de aquellas cuatro paredes. Cuando dejó de tocar y buscó a Percy lo vio tendido sobre la alfombra, durmiendo profundamente. Sonrió, se levantó y recogiendo a su hijo en brazos se lo llevó hasta su habitación, dejandolo en su pequeña cama. Enriqueta apareció en la puerta, instintivamente se giró hacia ella y mientras salía de la habitación le dio algunas instrucciones.

 

Se había aparecido en el techo de aquel negocio, en su forma animaga para no llamar demasiado la atención. Revoloteó alrededor por unos segundos antes de tomar su forma humana. Cuando lo hizo ingresó por el umbral de la puerta, era la última en llegar y vio reunidos en una mesa a los que serían sus compañeros en aquella aventura, incluido Elvis y el guía que se había acercado a decirle algo al mago.

 

Antes de reunirse con los demás decidió acercarse donde estaba el propietario del negocio y pedirle una bebida y algo para comer. Luego se unió al grupo de magos mientras Elvis empezaba a hablar. Saludó a todos con un ademán de la mano y vocalizando un saludo inaudible, no quería interrumpir al mago. Su pedido había llegado junto al de los demás, cuando Elvis les preguntaba la razón de haber elegido cursar aquel conocimiento.

 

Se puso a beber y comer despreocupadamente mientras todos iban respondiendo a su manera el motivo de estar allí, no entendía porqué las cosas debían de ser tan complicadas o porqué tendrían que haber razones más allá de lo evidente para atreverse a conocer algo nuevo. Aunque no podía negar que cada uno tenía una razón válida para estar a punto de emprender aquel viaje.

 

- La verdad es que es la primera vez que estoy aquí, las historias que se cuentan... Creo que será interesante ver qué de cierto hay en todo lo que se dice - dijo encogiendose de hombros - Sólo quiero saber más acerca de las maldiciones, cómo reconocerlas, cómo contrarrestarlas, tal vez cómo hacerlas... - dijo con un dejo de misterio.

 

Por lo que había entendido emprenderían el viaje montados en camellos, se preguntaba si sería tan cómodo como se veía en las imágenes que vio en la mañana, cuando supo que tendría que ir a Egipto. Si pasaban por el Nilo podría confirmar si era cierto aquello de que su corriente iba hacia el norte cuando en teoría debía ir hacia el sur.

http://i.imgur.com/Wb0Wb33.gif
http://i.imgur.com/XoZy7kJ.jpg

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El ser el primero en tomar las palabras tiene sus ventajas, por ejemplo uno puede detenerse en las expresiones de cada uno ante sus comentarios y ademas valorar con detenimiento el de los demas. Asi guarde silencio mientras todos tomaban la palabra. Era raro...aunque Elvis dijera que no necesitabamos presentacion...pues ahora seria oportuno...si...habia dos chicas muy atractivas en el grupo..y aunque la mision incluia de seguro criptas...momias....y maldiciones..siempre, si todo terminaba bien, se podian comer unos datiles mientras se refrescaban en algun oasis.

 

Aun asi preste atencio..el mago que me siguio dio algunas ideas sugerentes...si...reforzar la boveda trastero con maldiciones personalizada..Emily...pues mira bastante la estatuilla...aunque claro quien no...y bueno que se podia esperar del bueno de Ishaya...ya añejo en el tema de la paternidad..a saber como Cye le habria dado permiso para ir a algo tan peligroso...aunque claro esta de hace rato me habia quedado claro que el Tonks sabia cuidarse bien. Por lo demas al parecer un allegado de Ishaya (Niko) tambien compartia el deseo de la bella pelirroja (Emily) sobre conocer mas del tema...aunque la chica era mas de detalles...Despues el chico alto..casi de mi estatura..y eso que yo no especulaba de ella...y por ultimo...la otra chica..con una belleza mas madura si se podia decir..y unos ojos embaucadores..de hecho..pues perdi el hilo de lo que dijo.

 

Y bueno..la voz de Elvis me saco de mi forma concentrada de intentar descubrir el color de los ojos de la chica...era violaceo..o una variante de azul...mmm...en fin..ya el profesor dejaba claro que mis no muy honorables intensiones no tendrian cabida en la busqueda...No podia decir que me agradaba esa perspectiva..pero tampoco era para volverse loco..mejor esperar a ver como se desarrollaban los acontecimientos...Eso si..su mension a Gringotts casi me hizo reir...la ultima vez que habia entrado en Gringotts no habia sido para dejar dinero...sino para sacarlo...y no presisamente de mi boveda...claro...siempre las coyunturas ayudan...y que el Ministerio estuviese desmembrado..por todo el asunto de la restructuracion favorecio mi incursion....de hecho no creo que los Malfoy se hubiesen enterado...a fin de cuentas...unos miles de galeones para ellos era nada....en cuanto a lo otro si fue algo mas productivo...siempre era bueno estar al tanto y conocer todo sobre esos tipos..los warlocks...al final la informacion es poder.

 

Asi que cuando dio la voz de partida me acerque a Ishaya lentamente...dandole unas palmaditas en el hombro..- Y como le va a Cye...ya con antojos???- dije sonriendo...mientras caminaba a su lado hacia la balsa que nos esperaba...ahora que lo pensaba...pues este rio era bastante profundo...y yo y el agua como que no nos llevabamos bien- Por cierto- señalo a Sally y a Emily- conoces a esas chicas???

 

Bueno...podria preguntarle yo mismo...pero para que tener a un colega al lado....muy versado en la comunidad magica....yo era versado en balcones y serenatas...no mucho en vida social....Y ya que Ishaya era hermano de la escandalosa Sagitas..y dueño de medio Diagon....quien mejor que el...que conste que estaba siguiendo las instrucciones de Elvis...solamente observando..

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.