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El Valle de los Reyes


Mael Blackfyre
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- ¿Qué? Ah, sí, claro que las conozco, ambas son amigas mías, del linaje Dumbledore.

 

Me había sorprendido la voz de Sean cerca de mi, más no el hecho de cual era su duda en esos momentos ya que había visto su manera de comportarse con mi familia Potter Black y parientes, por lo que simplemente sonreí ante aquella circunstancia. No tenía nada en contra de la personalidad de aquel mago, simplemente que todo aquello que se salía de mi control podría suponer un elemento de riesog y este hombre en particular le gustaba salirse de control.

 

Había perdido la oportunidad d responderle a Elvis, conforme a su idea contrariada con la mía, escuchando las siguientes indicaciones para que la clase continuara sin mayores problemas. Me parecía creer, hasta cierto punto, que estaba insinuando unas cosas acerca del Ministerio de Magia que poco podía créerle, sobre todo porque siempre lo había visto recto cuando se presentaba ante la sociedad, hablando del asunto legal o con opiniones abiertas hacia el gobierno. últimamente parecía que todos mis amigos y conocidos iban contra corriente en vez de seguirla.

 

Nos levantamos de nuestros asientos para salir de aquella locación, no sin antes ir a la barra para tener un poco de sumplementos necesarios para el viaje ya que uno simplemente no podría salir al desierto con las manos vacías, ni porque tuvieramos las varitas con nosotros. Además del vital líquido, agua, me compré un par de botellas de vodka y un licor típico de la zona a la cual no le presté mucha atención en su nombre por salir a toda prisa y alcanzar al grupo de magos.

 

- Amigo, profesor... - alcancé al Gryffindor después de su explicación del camino a tomar y antes de comenzar a caminar detrás de Jay - hubieras conseguido un par de camellos, al menos, para recorrer este tramo de viaje porque sería lo más original para usar en nuestra expedición.

 

Le guiñé el ojo al hombre mientras le daba dos palmadas en la espalda, después guardé en mi mochila de viaje todas las botellas que había comprado excepto una de vodka, la cual abrí y le di un buen sorbo invitándole a mi interlocutor.

 

- No es vodka glacial, pero el sabor "sin magia" está bastante decente.

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El camino empezaba a descender por ésa especie de leve colina hasta llegar a la base del enorme río. Las pequeñas chozas, las tiendas que se encontraban desperdigadas por allí o las personas cada vez empezaban a escasear. Hubiera estado muy bueno poder quedarnos a admirar las maravillas de por allí. Vendían lindos recuerdos. Algunos pequeños stand vendían comida hecha en el momento. Incluso había pequeños adornos como el que llevaba en mi monedero, con la diferencia que no era oro proveniente de la tumba de Tutankamón.

 

Oh, no Ishaya. ¿Tienes idea de lo que sale alquilar camellos? Ray me comentó que lo mejor era caminar, parecer simples turistas —le dije cuando el joven interrumpió mis pensamientos. Al parecer habían estado hablando por detrás, me gustaba saber que se estaban olvidando del verdadero problema que nos esperaba luego del río. Le dirigí una sonrisa mientras éste guardaba algunas botella en su mochila. Negué con la cabeza con otra sonrisa—. Te agradezco, pero prefiero mantener todos mis sentidos. Seria mala idea —le comenté esperando que no se ofendiera, si quería ahogarse en alcohol, claramente que no se lo prohibiría

 

»Por allí. Allí está la barca«

 

La voz de Jay hizo que levantara la vista y tuviera que tapar el reflejo del sol con mi mano, para poder ver como habíamos realizado casi tres cuartos del recorrido para llegar allí. Sobre el borde del río, se encontraba una barca donde entraban al menos veinte personas. Era de madera con algunos símbolos extraños. Arriba había una media docena de hombres, al parecer eran personas que trabajaban allí pescando o transportando cosas pero era buena señal, porque parecía que de ésa forma, podíamos llamar menos la atención. De a poco nos fuimos acercando, no quería sonar básico pero era algo que tenía que decir.

 

Recuerden que aquí rigen las mismas normas que en cualquier otro sitio, sobre los muggles. Tengan cuidado —les comenté. De hecho no sabía cómo el Ministerio de Magia, si existía uno allí, hacía cumplir sus normas. Solamente sabía que de egipto provenían los Guerreros Uzza. Su magia pertenecía a aquel lugar y sus cercanías, asi que algo tenía que haber. Tambien había un colegio de magia pero era diferente a Hogwarts. De a poco caminamos hacia la barca. Teníamos un buen rato arriba de aquel transporte, una media hora, asi que debíamos mantenernos tranquilos—. Gracias, Jay. ¿Nos van a esperar al regreso?

 

Le comenté a nuestro guía, aunque parecía que el joven se había olvidado de ése detalle porque se quedó mudo por unos segundos y luego negó con la cabeza. ¿O creía que no necesitábamos regresar? "No te preocupes" le comenté mientras esperaba que los chicos subieran a la barca.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Estaba de acuerdo con Elvis, hace tiempo que no trabajaba dentro del Ministerio de Magia pero si seguía tal y como lo recordaba estaban lejos de preocuparse por buscar lugares malditos para romper dichas maldiciones. Es más, si es que lo hacían era para investigarlos y obtener nuevos hechizos en vez de neutralizarlo por un bien social. Sin embargo, no le molestaba ni le sorprendía tanto esa actitud, después de todo esperaba que el ministerio ocupara sus recursos en otros asuntos más importantes que inspeccionar cada sitio de Londres con tal de encontrar objetos y lugares malditos. Además, el Concilio de Mercaderes aunque no esté bajo el ministerio estaba vendiendo objetos malditos a diestra y siniestra sin siquiera importarle las intenciones de la compra.

Elvis se levanta de pronto y se lleva con él la estatuilla posiblemente se encuentra receloso, pensando que intentariamos robarselo o algo parecido. No me molesta esa actitud, después de todo hay que cuidar nuestras cosas y esa era una de mis razones de aprender maldiciones. Bajo la indicación del profesor, seguí a Jay sabiendo que el hombre estaba lo suficientemente bien preparado para cuidarnos ante cualquier eventualidad.

Pues si esa bolsa está rodeada de maleficios no debería de dejarse en medio de la calle. No me refiero a incentivar el robo sino a que alguien podría tomarlo por curiosidad, buscar una pista para encontrar a su dueño y devolverselo o incluso un perro inocente podría tocarlo y desatar quién sabe qué tipo de consecuencias.— respondo ante el comentario de Elvis.— Es como dejar una bomba que se activa con el tacto en una calle transitada y fingir inocencia cuando explote.

En los tiempos que se viven dudaba que alguno de sus compañeros no conociera el artefacto muggle conocido como bomba así que decido evitarme la explicación del término. De todas formas no soy un auror o fiscal mágico por lo que mi opinión al respecto poco y nada importaba en aquellas circunstancias pero no me iba a quedar callado si algo me parecía errado durante la clase.

Busco a mi alrededor en un intento por unirme en algún grupo, ya que sé que en grupo aumentan las posibilidades de sobrevivir. Veo como el desconocido habla con Ishaya, quien parece estar interesado en Emily y Sally. <<Buena suerte>> pienso, sabiendo que ambas eran poderosas brujas y con un carácter... interesante. Me acerco a Emily para ver el espectáculo más de cerca en caso que el mago hiciera alguna jugada.

Me sorprendo cuando Ishaya saca licor y comienza a beber ¿Elvis se lo permitiría?. Estamos en una clase peligrosa, con muchos riesgos asociados debido al lugar y ¿él se atrevía a alcoholizarse disminuyendo su capacidad de respuesta? suspiro esperando que fuese sólo un sorbo, no quería tratar con maldiciones y un ebrio en el mismo día. Además, nos subiremos a un bote y no quiero imaginar lo que sucederá si se marea.

Llegamos a la balsa y nos subimos sin mayores problemas, no parecía que sería un viaje muy largo aunque tampoco muy corto por lo que se puso cómodo mientras trato de aparentar lo mejor posible a un turista. Sin embargo, una vez arriba de la barca y lejos de ojos curiosos mi idea de ocultarme desaparece. Saco un frasco de vidrio de tamaño medio de mi monedero de piel de Moke y lo sumerjo en las aguas del río Nilo. Veo que Emily me observa algo extrañada y le entrego otro frasco para que me ayude mientras le explico que las aguas del río Nilo son utilizadas para algunas pociones mágicas como por ejemplo el Veritaserum y, aprovechando el viaje, nunca estaba mal obtener ingredientes gratis para un futuro. Cuando el frasco ya llega al límite, lo cierro y vuelvo a guardar en el monedero esperando a utilizar el agua en alguno de sus experimentos caseros.

Cuando comienzo a rellenar un segundo frasco logro distinguir una figura debajo del agua. Por la impresión doy un salto instintivo hacia atrás y empujo a uno de los presentes en la balsa. ¿Qué había sido eso? ¿una sirena? ¿un espíritu acuático? ¿o simplemente era una ilusión por el calor o para asustar a los visitantes próximos a la tumba? No lo sé, pero simplemente espero que no sea algo demasiado peligroso.

¿Qué es eso?— susurro todavía sorprendido pero alerta.

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Reflexiona un momento sobre la respuesta que Elvis le da a su pregunta, que resultó no tan infantil después de todo, y el arrepentimiento anterior se desvanece a la par que se habla del Ministerio de Magia. Hace una mueca recordando las suposiciones de un ministro mortífago, al igual que muchos muchos otros funcionarios de alto mando y se convence de que, muy altamente probable, su profesor tiene razón. Continúa en silencio e imita a Ishaya comprando algunas cosas para comer y las guarda en su mochila, afectada con el hechizo de extensión indetectable. Al salir del local, es como si una ola de calor la golpeara y solo piensa en el momento de regresar a Inglaterra, pero al ver a Goderic adelantándose hasta su lado, nota que está caminando sin prestar realmente atención ni a las indicaciones ni a lo que los rodea.

No puedo creer que caminaramos todo esto — dice, en un susurro, quejándose mucho más tarde que el resto cuando ya prácticamente estaban a orillas del río. Le hubiera gustado más ir en su moto voladora o, al menos, usar una escoba, pero sus pensamientos son cortados cuando la voz de Elvis le recuerda que deben actuar como muggles. Sube a la barca con cuidado, sentándose detrás de Edmund, y ve maravillada al grupo de gente local que trabaja no muy lejos de ellos ¿habrían magos como ellos entre aquellas personas? Lo duda, misma duda que se refleja en su rostro al ver a su tío cogiendo agua del río.

 

Tengo un título en pociones, gracias — le espeta al mago, cogiendo el frasco que le da y lo llena con parsimonia, pensando que luego tendrá una pelea con él porque, obviamente, va a querer que le de uno de esos frasquitos, mismo que se le cae de entre los dedos cuando siente que alguien la empuja. No cae por poco, pues se alcanza a agarrar del brazo de Browsler -¡Pero qué cara..! -espeta luego de incorporarse y darle las gracias a su primo. Se voltea furiosa mirando a Gode, que le señala algo inexistente en el agua mientras pregunta algo.

Yo no veo nada — comenta poniéndose de pie para ir a su lado mientras se apoya en el hombro del mago para no caerse. Va a regresar a su asiento cuando con el rabillo del ojo alcanza a ver la forma de algo ¿conocido? Parecen kelpies o grindylows, a esa distancia, no logra distinguirlos bien — o quizás sí... — es evidente que los muggles no pueden ver nada pero Emily teme que esas criaturas sean una de las defensas que tiene la tumba que están buscando y los ataquen de alguna forma en algun momento. Por esto, discretamente saca la varita mágica. ¿Y si el Nilo usa sus criaturas como armas? No ve la hora de bajar de la barca y llegar a tierra firme — ¿Dónde es la entrada exactamente? — pregunta a Elvis, no muy segura de que le fuera a contestar en ese instante.

Editado por Emily Cartwright

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- Es la hora - Niko estaba tan concentrado en todo lo que seguiría que no había escuchado a sus otros compañeros, pero sí a su profesor y todo estaba listo para la clase. Su viaje podría iniciar, todos se levantaron y comenzaron a salir del lugar en el que se encontraban para darse cuenta que el clima no era muy parecido al inglés. El día estaba muy caliente y el sol estaba en su punto máximo, al menos tenían agua suficiente.

 

- Iluso y dos veces - Pensó al escuchar el comentario del desconocido. Sin duda Sally y Emily no estarían muy interesadas en él, pero eran unas brujas tan educadas que no lo ignorarían. El Tonks sonrió un poco al observar dicha escena, aunque la respuesta de su padre no había sido la esperada, quizás demasiado tranquila para el patriarca de la Tonks.

 

- Nunca he estado en una balsa. Esto va a ser bien emocionante - Pensó, su padre estaba más interesado en hablar con su profesor y sobre unos camellos, pero el Dumbledore solamente quería disfrutar el paisaje, lamentablemente no tenía una cámara de fotos así que no podría guardar sus recuerdos, solo su memoria los guardaría.

 

- No, no y no. Definitivamente no ha sido una buena idea - Gruñó al observar la botella que tenía su padre en su mano, pero un simple movimiento de su varita que se encontraba dentro de su pantalón fue suficiente para hacerla desaparecer - Eso no está permitido, necesitas estar atento a todo y con licor no creo que puedas estarlo, así que deja eso para otro momento - En este punto, el Knight parecía el padre.

 

Uno a uno comienzan a subir todos los magos, incluyendo el joven mago. Su decisión de tomar dicho Conocimiento había sido muy complicada, pero quizás su última clase había sido muy importante. Experimentar un poco las maldiciones mientras aprendía Leyes Mágicas había sido una muy buena experiencia. La barca se movía junto a los movimientos del agua, definitivamente nada de esto lo podría vivir en Inglaterra, así que tendría que aprovechar. A su lado se encontraban, Emily y Goderic que intentaban tomar un poco de agua del río.

 

- ¿Qué ha ocurrido? - Dijo preocupado, Emily por poco y se cae, y Goderic se notaba un poco asustado - ¿Hay algo en el agua? - Le tenía miedo a las criaturas acuáticas, en especial aquella conocida como Leviatán. Las historias con respecto a dicha criatura no habían sido confirmadas pero los mitos siempre resultaban ser verdaderos, esperaba que ese no lo fuera.

 

Emily también había logrado observar algo, la situación era un poco complicada ya que un ataque en el agua no sería fácil de llevar, necesitarían estar en tierra para poder defenderse mejor - Eso me gusta, ¿dónde está la entrada? En ella podremos ver bien qué es lo que pasa - Dijo sin revelar sus miedos.

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Heme ahi....a unos pasos del balsa/bote que nos serviria de transporte...mire con detenimiento..madera...umm hubiese preferido algo mucho mas solido...si...mal asunto navegar por el rio..supongo que deberia ser mas valiente..ademas no era que no supiese nadar...pero...Respire profundo y me embarque detras de Ishaya y Niko. Ya habia visto el asunto de la bebida e Ishaya...a lo mejor lo de los antojos no iba tan bien..y claro..ese chico evidentemente era familiar..al menos yo no me atraveria quitarle la bebida ni tan siquiera a un amigo...asi que si...debia haber sangre por medio....

 

Ya adentro de la balsa...no es que me sintiese mejor...pero bueno siempre podia tomar asiento...lo mas lejos posible de los bordes de la embarcacion pluvial. Asi que le deje la vista a Ishaya..y claro...siempre la mascara en el rostro...relajado..impavido..como si ni tan siquiera el sol le afectara...¨Calma todo saldra bien..solo sera un viaje corto¨. Interesante las cosas que uno dice para convencerse a si mismo.

 

Segundos despues ya zarpabamos..ahora solo quedaba guardar las energias...de hecho me dio mala espina la expresion de Jay...si...al parecer el lugar al que nos dirigiamos no era lo que uno pudiera decirse una tranquila escursion por el desierto...y el guia lo sabia...seria mago tambien???...una varita mas siempre podria ayudar...aunque....

 

-Ishaya tu sabes runas antiguas???..es que no se...no me parecieron geroglificos comunes esas simbolos extraños en la barca- Paranoia???..tal vez...aunque..a veces mi paranoia daba buenos dividendos cuando habia que salvar el pellejo..apenas habia de terminar cuando el muchacho que tomaba agua del Nilo...vio algo???..y por la cara del familiar de Ishaya...pues al menos sabia que no era el unico que le temia...al agua..y sus secretos...

 

-Genial...ya sabia yo que no seria tan facil...un poco de suerte y la entrada sera submarina???- me dije en voz alta remarcando la ironia de mis palabras con cierto desanimo..por una futura mala suerte- Por cierto..mi nombre es Sean...y no los conozco a todos- si...supongo que creencia de Elvis estaba errada..si hacia falta presentacion- que por si las cosas se tuercen no quiero que pongan en la lapida...Aqui yace....EL DESCONOCIDO.

 

Algo de humor para alejar los miedos y los malos augurios demas esta decer que tome una de las cuerdas de la balsa..y me acerque al borde de la misma...tratando de ver que tanto peligro habia..que tenia a todos alterados.

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La barca arrancó en el momento que todos estábamos a bordo. Jay se sentó en la punta de la proa, mirando directamente hacia donde nos dirigíamos. Claramente podíamos ver la orilla opuesta, pero la conversación dentro de aquel bote era mucho mas interesante. Parte de la tripulación hacía de cuenta que no estábamos.El Capitan estaba controlando todo, incluso nuestra conversación. ¿Hablaba nuestro idioma? Había un tripulante que limpiaba, otro que ordenaba unos cajones y un tercero que acomodaba aquella vela. Era de un color beige como la arena, con lineas azules y doradas.

Mientras que ninguno se caiga al agua, creo que seguiremos bien —les comenté desde el otro lado. Emily, Niko y Goderic, había logrado divisar algo debajo del agua. Y claramente que corríamos ventaja al ser magos, porque veíamos realmente que había en ella. Había rumores, de que habían divisado serpientes gigantes y figuras extrañas, pero la magia era culpable de eso, no de saber a ciencia cierta. Rápidamente, intentando ignorar lo visto, se enfocaron en lo que nos importaba, la entrada a la tumba—. Quédate tranquilo, Sean. Yo me encargaré de recordar tu nombre. De hecho, parece extraño, pero la entrada siempre es lo más fácil de encontrar.

Les comenté mientras me levantaba. Pude ver que estábamos masomenos a mitad de camino. Las aguas estaban calmas, al parecer las criaturas marinas solamente se habían acercado a la barca para saludarnos, de alguna manera. O estar atentos por si alguno se caia, pero era mejor no expresar en voz alta aquello. Los chicos parecían ansiosos y era mejor empezar a comentarles sobre el tema. No sabía cuánta precaución necesitaba para hablar, pero Jay me había asegurado que no sabían nuestro idioma.

Las maldiciones son algo contradictorias. ¿Saben? Porque parece que se protegen de cualquier persona que quiera acercarse, pero a la vez, invitan a que las encuentren —no sabía si estaba siendo correcto al explicarme de aquella manera. Pero lo entenderían—. Ni bien volvamos a pisar tierra, nos espera un traslador a uno pocos metros. ya que el Valle de los Reyes, que es donde está la tumba, se encuentra a diez kilómetros. No creo que quieran recorrerlo a pie o con camellos —exclamé con una sonrisa. No quería dar demasiada información. No confiaba en las personas desconocidas que estaban a bordo—. Y a lo que voy es eso, que hay alguna especie de magia que no deja acercarnos a menos de un kilómetro. Asi que deberemos descender por el valle a pie.

 

Y era cierto. Ya lo habíamos probado con Jay. El guía me había comentado el rumor de que eso siempre pasaba. Había millones de muggles que visitaban aquel lugar, asi que debíamos probar de llegar en escoba, en thestral, apareciendo y traslador. Lo más cerca había sido un kilómetros. Los animales se desmayaban pero no había barrera alguna de llegar a pie. Le comenté eso a cada uno de los chicos. Sabía que estaban cansados pero quería que entendiera porqué razón no hacíamos todo más rápido. Estaban acostumbrados a mover la varita y ya.

 

También donde se encuentra el traslador, hay unas carpas para dormir. Podemos desaparecer de inmediato o partir antes del amanecer. Ustedes deciden —les comenté. Tal vez no quería pasar la noche en medio de Egipto, cerca de una zona donde estaba llena de momias y cadáveres guardados en tumbas de oros, de viejos reyes, faraones, princesas y gente importante. Pro debían llegar con toda su energía. Mientras hablábamos de todo eso, la barca se fue acercando hacia la orilla, mientras el capitan gritaba algunas ordenes. Nuestro transporte se posó en la orilla, amarraron el barco y pusieron una tabla que pudiéramos bajar.

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Sonreí al ver como mi hijo me desaparecía la bebida y daba un discurso sobre la integridad del mago, cosa que no me extrañaba, lo único que hizo fue seguirle el juego hasta que llegamos a la barca, ahí pude volver a aparecer mi botella para tenerla siempre al alcance. Nadie me jugaría trucos en aquella expedición. Tomé asiento del otro lado donde estaban Gode, Emily y Niko, de esa forma podía seguir tomando sin que me juzgaran por ello, a un lado Sean me hacía una pregunta.

 

- No, leer runas es una de las cosas que no he aprendido a realizar bien, quizás el próximo mes me adentre a los bosques de los antiguos Celtas para aprender, mientras tanto... confiemos.

 

Un alboroto se formo en aquel medio de trasnporte, al aprecer debajo de nosotros se encontraban algunos extraños seres o criaturas, Elvis había respondido de inmediato para calmar los ánimos, lo más seguro es que si se tratara de las advertencias de lo que estabamos a punto de realizar.

 

- Le temo más a las personas que a las criaturas, - comenté al aire -siempre se debe de andar cuidando de quien es tu vecino antes de a quien alimentas.

 

Le di otro trago a mi botella antes de guardarla, tampoco quería ser conocido como una persona irresponsable porque distaba mucho de serlo, por ello siempre tenía a la mano cualquier cosa que me ayudara a superar las pruebas que se ponían en frente. Lo que se debía de hacer en esos casos, en todo caso, era confiar en la gente que te servía de guía por su experiencia, más que por su poder mágico, y al tener a Elvos como profesor, podía confiar en ambos aspectos.

 

Estaba sorprendido porque Ed y Sally se hayan mantenido en silencio, conociendo al mago y a la bruja, serían bastante precavidos con lo que fuese a lo que nos enfrentaramos; seguramente cuando comenzara nuestra aventura en forma, ya en la ttumba, las cosas se tornarían como estaba acostumbrado, todo acelerado y en medio de un caos.

 

- ¿Necesitamos invocar a algún tipo de criatura? - Lancé mi pregunta al acercarme a la orilla de la barca intentando ver lo que los otros comentaban. - Igual y creamos algún hechizo de protecci{on por si hay muggles cerca de la orilla, aunque si las cosas se salen de control, poco nos podrá servir de ayuda.

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Edmund se colocó de pie y se lanzó la mochila a la espalda para seguir a los demás. Había estado ocupado revisando los objetos y pociones que tenía en su monedero de piel de moke por lo que no había reparado en lo que sucedía a su alrededor. Cuando salieron a la luz del sol se colocó nuevamente el sombrero y se acercó a Sally para caminar a su lado mientras Elvis reprendía a Sean y conversaba abiertamente con Goderic. No alcanzó a escuchar lo que Gryffindor mencionó a Emily, ni nada de lo que dijo después pero sí observó cuando su profesor guardó aquel objeto que les había mostrado a pesar de estar concentrado en el sendero cuesta abajo y en cada paso que daba.


«De haber sabido que regresaríamos al río Nilo, los hubiese esperado aquí» pensó soltando un bufido. Sean parecía repentinamente interesado por las únicas brujas del grupo. Edmund envolvió a Sally por el cuello con uno de sus robustos brazos y la acercó a él para mencionarle al oído un comentario divertido que sólo ella pudo escuchar. «Y no puedo creer que Elvis sea tan tacaño como para no alquilar los camellos». Ciertamente él tampoco tenía galeones para regalar, pero aquella medida preventiva de Elvis le parecía excesiva, él mismo había alquilado un camello para ir al local y no le pareció tan costoso.


No entendía cuál era el problema con que Ishaya ingiriera alcohol, él mismo se había tomado dos copas de vino antes de partir del bar y estaba en perfectas condiciones, de hecho, se sentía más a gusto si tenía un par de copas encima. Observó el rostro de Jay cuando Elvis le preguntó sí los esperarían de regreso, el guía no dijo nada con la boca, pero su rostro lo decía todo, en realidad no esperaban a que los magos pudieran regresar.


Cuando subió a la barca de madera, Edmund escuchó como Goderic le explicaba a Emily cosas básicas sobre pociones y esta última le respondía con severidad. Un miembro de la tripulación que limpiaba el piso de la barca los observaba a ambos con curiosidad y a Browsler le pareció que les entendía su idioma. No le pareció seguro que los escucharan personas desconocidas así que sacó de su monedero de piel de moke un anillo de bronce con el borde biselado en oro, el cual giró en su dedo anular un par de veces hasta que este soltara un brillo tenue. A partir de ese momento aquella conversación sólo la podrían escuchar los magos y brujas presentes, excluyendo a Jay y al resto de los tripulantes.


Goderic había golpeado accidentalmente a Emily al alejarse del borde de la barca. Edmund alcanzó a tomar a la bruja antes de que esta se estampara contra el suelo, ¿qué estaba sucediendo? Browsler se acercó a la orilla y observó cómo Sean, Niko y Emily también lo hacían. El medallón que colgaba de su cuello comenzó a brillar fervientemente, con una luz blanquecina que atravesaba su camisa blanca pero era obnubilada por la luz del sol. Él no había alcanzado a ver nada a través de las aguas del río Nilo pero parecía que sus compañeros sí Un minuto después el medallón había dejado de brillar.


- Guarda eso –sugirió a Emily, quién discretamente había sacado su varita, pero aun así otro miembro de la tripulación –quién izaba la vela- la había visto.


Elvis continuaba dando indicaciones al tiempo que Edmund regresaba a su posición junto a Sally, escuchó por un momento a su profesor pero luego desvió su atención hacia tres de los miembros de la tripulación, quiénes se habían acercado a conversar con un aire de misterio. Edmund entendía perfectamente muchas lenguas del mundo y el árabe egipcio era una de ellas, sin embargo, a quiénes pretendía escuchar estaban muy lejos de su presencia y el hecho de Elvis hablara en voz alta tampoco colaboraba. Entonces recordó que tenía otro anillo que le serviría para la ocasión, sacó de su monedero el anillo de la escucha y realizó el mismo movimiento que había efectuado con el anterior para activar su poder.


- No creo que sean hombres de brujería.

- Estaban hablando sobre cosas mágicas, que Alá nos guarde.

- ¡Y la chica tiene la vara de madera!

- Entonces tenemos que avisar a los demás…


Los tres hombres se dispersaron al notar que Browsler los observaba con atención, regresando cada quién a sus labores. Estaban en peligro, los iban a traicionar, pero si habían ido hasta la tumba era porque estaban en búsqueda de peligro; ahora habían conseguido lo que estaban buscando. Escuchó las últimas palabras de Elvis y la recomendación de Ishaya justo cuando la barca se detenía, al parecer ya habían llegado al lugar esperado y era momento de dejar el río Nilo.


- Estoy de acuerdo con realizar hechizos de protección, más no me parece pertinente invocar criaturas –opinó mientras bajaba de la barca ofreciendo sus manos a Sally y a Emily para hacer lo mismo-. Y creo que deberíamos tomar el traslador de una vez, para no perder el tiempo. –Si bien avanzar de noche por el Valle de los Reyes era peligroso, también corrían peligro si pasaban la noche allí, especialmente cuando había sido descubiertos por su negligencia.


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Por suerte sea lo que sea que el río esconde no nos ataca. Sin embargo, me mantengo todo el viaje alerta no quiero terminar muerto sin siquiera habernos acercado a la tumba de Tutankamon. Mi medallón no reacciona como otras veces por lo que supongo que no estamos en verdadero peligro sino más como una advertencia de que no debíamos seguir avanzando o, tal vez, que dejásemos de robar de su agua.

Al fin la barca alcanza su destino, la otra orilla del río, por lo que bajo lentamente asegurándome de no caer mientras observo como Ed ayuda a bajar a las mujeres presentes. Hubiera sido gracioso si alguno se hubiera caído o algo parecido al agua o a la misma arena, pero nada pasa por lo que lanzo un suspiro de cansancio.

Estoy de acuerdo con Ed— agrego cuando éste termina.— Vinimos para ver la tumba y sus maldiciones, entre más tiempo estemos dentro más cosas aprenderemos.— me tomo una pausa para añadir otro argumento.— Además si no podemos sobrevivir a una noche por el desierto no nos queda mucho futuro dentro de “El Valle de los Reyes”

Claramente tendrían que prepararse para sobrevivir en la noche. Modificar su vestimenta para capear la ola de frío que la oscuridad traía consigo. Además de asegurarse de llevar comida y agua, del resto se encargarían sus varitas. Probablemente animales carnivoros nocturnos salgan a cazarnos por lo que siempre debemos estar atentos... siempre. Lamentaba la presencia de Sean porque sin él Sally, Ed o Elvis tendrían la libertad de realizar un corpus patronus que nos guiase y protegieran. Sin embargo, ahora debían limitar sus hechizos a los más básicos.

Sólo tengo que esperar a que el resto se pasara a opinar para que Elvis concluyera y así nos indicara el camino hacia el traslador. Sólo quiero llegar en la tumba para asombrarme con la creatividad del rey, de sus súbditos y familiares que crearon una verdadera arma llena de sutiles y mortales trampas por todo el lugar.

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