Libro de la Fortaleza — Prueba Final

[Mica Gryffindor]

El momento había llegado. La fase anterior no había sido para nada sencilla, pero todos los que quisiesen obtener los poderes provenientes de los guerreros Uzza deberían enfrentarse a peores cosas o más bien a sus propios compañeros. El grupo estuvo dividido desde su partida del primer escenario. Rojo contra verde ¿no iba a ser divertido? Sí, claro que sí.

Agatha tenía muy en claro su propio objetivo en aquella clase, aquel fenixiano corría grave peligro. Lo mismo pasaría con su grupo, sin saberlo por completo estrían de su lado. A fin de cuentas, estarían al mismo tiempo aprendiendo los nuevos hechizos y desempeñándose con ellos

A su alrededor, todo era muy diferente al laberinto lleno de puertas que habían recorrido. Ya el sol no brillaba sobre ellos. Estaban en lo que parecían subterráneas catacumbas. Alrededor, grandes estatuas de mármol mutaban sus siniestras fisionomías gracias a la danza continua del fuego encendido en alrededor de cien antorchas que circundaban el recinto.

No era un paisaje grato. Por generaciones y generaciones las adineradas familias del lugar habían dejado allí a sus muertos. Visitándolos tna solo lo necesario. Se hablaba de fantasmas y maleficios, aunque de seguro se trataba más bien con murciélagos y animalejos que utilizaban el lugar como refugio.

Vestidos de verde y rojo, todos deberían enfrentarse. Los estudiantes estaban ahora distribuidos por el lugar. No podían enfrentar a alguien de su mismo color, y al mismo tiempo el color definiría los obstáculos que vendrían durante el tiempo siguiente. No habría calma ya allí, no al menos hasta concluida la clase.

[Mael Blackfyre]

El Haz de la Noche se abrió en medio de la catacumba y todos pudimos pasar a ésa especie de caverna. Se podía sentir un fuerte olor que impregnaba los olfatos. Había polvo. Oscuridad. Y la presión por estar montones de metros bajo tierra, era presente en el pecho de todos. La primera en aparecer fue Agatha. La seguí yo y los chicos por detrás. Mi compañera se colocó en un lado y yo en el otro. En el medio quedaron todos los alumnos. Todos estábamos ansiosos mientras las antorchas se prendían y podíamos mirarnos a los ojos.

— Es la última instancia. Deberán demostrar todo lo que aprendieron allí arriba. Serán dos grupos, los Rojos y los Verdes —claramente era gracias a los encantamientos, que sus ropas se habían cambiado a túnicas del color al que representaba su equipo. Allí mismo se estaban dando cuenta—. Serán duelos entre ustedes. ¡Pero alerta permanente! Ésas estatuas son espíritus elementales. Cada cierto tiempo se despertarán y los atacaran, sin importar su duelo. Además de enfrentarse entre ustedes, deberán asegurarse que ésos seres no los lastimen o se unirán a los muertos que hay alrededor.

Miré a mi compañera, aunque me había traicionado en medio de la clase, había elegido un buen lugar. Estaba seguro que alguno de aquellos cuerpos consumidos durante muchos años, se despertarían simplemente porque Agatha los había encantado. Allí en nuestra clase, nadie se quedaría quieto. Tenían elementales que enfrentarse, tenían un compañero al que vencer y en caso que ninguno estuviera disponible, un muerto viviente se levantaría para atacar. Era una idea tal vez trillada pero funcionaba. Levanté la vista, el primer Elemental estaba actuando y habría uno para cada alumno. Parecían demonios de fuego y se despertaban de sus pedestales para ir contra ellos.

— ¡Es la hora! —anuncié, observando a los chicos.

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EQUIPOS — Rojos vs Verdes.
Emily Cartwright vs Goderic Slithering
Bodrik vs Cissy Macnair
Mia Black Lestrange vs Sherlyn Stark
Aysha Potter Black T. vs Evarela Black Haughton



Reglas de la prueba por el Libro de la Fortaleza

* El ganar o perder en los duelos, no varía el resultado en la prueba. Se considera la participación, saltar los obstáculos y la actividad en ésta.
* Cada dos turnos, deberán enfrentarse a un Elemental: Fuego - Agua - Tierra - Aire. En ése orden.
* Para saltar la barrera/obstácul0, no consumen acción. Ni tampoco tiene un orden en cuánto a si lo hacen antes o luego de los hechizos. Pueden además separar en diferentes post la barrera y los hechizos del duelo.
* Los hechizos permitidos son los Neutrales, Graduados y los Poderes de los Libros Nivel 1 y 5
* El primero de cada pareja, que postee superar al obstáculo, comienza el duelo. Pueden hacerlo en ése mismo post o en el próximo.
* Las reglas que se usarán son las mismas que rigen los duelos en general, 1 vs 1.
* En caso de no recibir respuesta de tu rival dentro de las 24hs, surgirá de la tierra un muerto viviente que intentará ahorcarte. Deberás defenderte de él. No se podrá utilizar para atacar a tu rival.
* Si un compañero del equipo está en grave peligro, pueden usar uno de sus anillos o amuletos, sin consumir acción, para ayudarlo, pero sólo pueden hacerlo 1 vez.
* Para dudas, postear en Consultas y Sugerencias del Libro de la Fortaleza
* La prueba cierra el día 1 de Abril

[Goderic Slithering]

No fue necesario negociar con la Guerrera Uzza ni retroceder en busca de sus compañeras. Al parecer la Guerrera les creía aptos para la siguiente prueba. Cosa que le sorprendió bastante, o sea, sabía que ellos habían pasado agotadores y temibles pruebas para llegar ante Elvis pero ¿el otro grupo? ¿a qué se tendrían que haber enfrentado para ser dignas del libro de la fortaleza? Sabía que los Uzza eran un pueblo honorable y no les darían sus conocimientos a cualquiera, si no habían demostrado ser aptos no los hubieran dejado seguir a la próxima prueba. No obstante, sentía curiosidad por saber qué aventura habían vivido.

El Weasley siguió las órdenes de Elvis y se adentró en el portal que los llevaría a la siguiente prueba. El lugar era bastante tétrico, el olor a humedad y a muerte impregnó la nariz de Goderic, que instintivamente acercó su mano para cubrirla levemente. Su túnica había cambiado a un color verde, algo cercano al musgo. No le agradaba ese color, sobretodo porque se asociaba bastante a los mortífagos pero ignoró aquello y se preparó para empezar la batalla.

No sabía si la batalla sería larga o corta pero debían demostrar fortaleza, derrotar a su oponente sin importar que éste sea su sobrina. Sin embargo, sabía que su contrincante no era el único peligro que tendría que enfrentar sino también que el escenario sería una trampa mortal. Un elemental de fuego comenzaba a moverse en su dirección pero no actuaba. Quizás esperando que los magos comenzaran a atacarse para aprovechar que se encontrarían distraídos para atacarlos por la espalda o parecido.

Se colocó a 7 metros de distancia con su sobrina. No hace mucho tiempo se había unido a la familia Dumbledore y ya tenía un duelo, no muy amistoso, con un pariente. Definitivamente era una mala señal ante su familia. Levantó su varita que seguía en su mano derecha y apuntó con precisión al pecho de la bruja.

— Lo siento, pero hay que ser serios.— se disculpó antes de comenzar la batalla.— ¡Sectusempra!

El rayo viajó velozmente rumbo a su pecho que, de impactar, comenzaría a sangrar. Las heridas producidas por el rayo serían profundas por lo que de no sanarse prontamente la hemorragia acabaría con su vida aunque sabía que su sobrina no sería tan descuidada para morir tan pronto por lo que se mantuvo alerta para ver la defensa con la cual reaccionaría la bruja.

Su hipótesis inicial había resultado ser cierta. El elemental de fuego se acercó a él con intenciones poco amables, pensó en un aguamente pero sabía que probablemente no haría demasiado al elemental, probablemente su fuego era parecido a un fuego maldito y no conseguiría nada con dicho ataque. Por lo que simplemente susurró un — Deprimo— y el suelo que estaba a siete metros a su izquierda, donde se encontraba parado el elemental. Agradeció que las catacumbas fueran construcciones humanas, por lo que el hechizo fue efectivo.

El elemental cayó estupefacto sin entender qué había pasado. El Weasley tampoco creyó lo que vio, las gotas de felix felicis habían funcionado. El elemental se encontraba de pie encima de una fosa común, por lo que al destruir aquella cobertura el elemental cayó cerca de 3 metros bajo el suelo. Ya no lo molestaría en un tiempo, aunque temía que si había un enemigo de fuego seguramente habría uno de agua, o de tierra aunque le temía al de aire ¿cómo derrotarlo? Esperaba que el duelo le diera ideas para ello. Por ahora debía volver a concentrarse en su contrincante.

[Emily Karkarov]

Una túnica roja la cubre luego de pasar por la entrada a las catacumbas y se pregunta qué es lo que está pasando con ese súbito cambio de su vestimenta, que a más de molestarla, la tiene intrigada. Mira a su alrededor y siente un escalofrío que recorre su espalda al encontrarse en un lugar tan profundo, pues tiene la respiración lenta y pesada y piensa el por qué nunca pueden estar en un lugar más bonito y abierto, como una playa o algún lugar similar. Toma una última bocanada de aire antes de adentrarse más, hasta donde los profesores le indican.

 

El camino se hace cada vez más oscuro, y agradece en cuanto llega a la estancia llena de antorchas, decenas de ellas, aunque le dé un toque tétrico. Gracias a la tenue luz nota que sus compañeros también tienen ropa de distinto color. Se fija en las personas que son de su mismo grupo mientras Elvis empieza a dar las explicaciones de la división de los alumnos y trata de tenerlas en su campo de visión, aunque lo que hagan los demás debería ser lo que menos le preocupa, considerando que está rodeada de cadáveres de antiquísimas familias y que debería enfrentar quién sabe cuántos peligros más cuando despierten las estatuas de las que les advertían.

 

Agarra con firmeza su varita mágica y se queda parada en el lugar donde está. Frunce el entrecejo al encontrar curioso que le toque enfrentarse al único familiar que está presente. Goderic vestido con una túnica de tonalidad verde que piensa le quedaría mejor a ella que el rojo que está vistiendo. Se da cuenta de que está pensando en cualquier cosa menos en concentrarse en su duelo; sonríe levemente con algo de tristeza, hay viejas costumbres que son difíciles de superar, por mucho peligro que esté corriendo.

 

Escucha su pseuda disculpa y le dedica una reverencia con una amplia sonrisa a pesar de que le dice que será serio y ve inmediatamente después un rayo que viaja los siete metros que los separa. Pero el sectusempra la atraviesa, como si de un fantasma se tratara, gracias al Salvaguardia Mágica que pensó justamente cuando el mago terminaba de conjurar su ataque. No ve donde cae, seguramente en una de las estructuras de mármol que están varios metros atrás.

 

Ahora se enfrentaba a una estatua que bajaba de su pedestal directamente hacia ella. Si se podía decir de alguna forma, afortunadamente solo tenía que encargarse de una, pues sendas estatuas atacaban a cada uno de los presentes, exceptuando a los profesores, claro. En cuanto las llamaradas amenazan su vida, Emily piensa nuevamente en un Salvaguardia Mágica y el fuego simplemente la traspasa, sin llegar a lastimarla, ni tocarla en lo absoluto, durante el tiempo que duran. Esa forma de esquivar la barrera parece suficiente por el momento; la creación de sus profesores vuelve a adentrarse en del pedestal del que salió, muy probablemente tenían una orden, la cumplían y volvían a su estado original.

 

Se da la vuelta, regresando a su duelo, pero aún preocupada por su seguridad, esperando por si vuelve a activarse el elemental de fuego o si envían algo más para distraerlos —Sectusempra —dice ella, copiando el hechizo con el que había iniciado atacando su contrincante. Si impacta, el rayo provocaría heridas sangrantes en Goderic, las mismas que el mago quiso ocasionar en ella pocos minutos atrás.

[Mia.]

No sabía exactamente que era lo que estaba pasando puesto se había desviado del camino de sus compañeros, pero en cuestión de segundos se había reencontrado con ellos, por lo que solamente sabía que la Guerra Uzza los estaba probando para saber si eran realmente dignos de pasar a la siguiente prueba y al demostrar que lo eran, se había abierto frente a sus ojos el portal del Haz de Luz que los llevó hasta otro sitio, completamente diferente.

 

Estaban en un lugar parecido a una caverna pero a metros de distancia del piso, lo pudo saber porque sentía que en su pecho la respiración era dificultosa y el polvo que había poco a poco comenzaba a esparcirse para revelar diversos bultos, que no alcanzaba a distinguir al momento, porque sintió como en esos precisos momentos su túnica cambiaba de color para tornarse roja, ¿roja era en serio? Fue lo único que pensó, al ver las túnicas verdes de algunos de sus compañeros. Pero poco o nada podía hacer realmente, por lo que esperó un par de minutos.

 

Hasta que al levantar su varita mágica, una oleada de fuego comenzó a avanzar hasta su posición, y sin siquiera saber que hacer realmente, respiró profundamente y espero unos segundos a ver si efectivamente avanzaba y al comprobarlo, apuntó al piso y sin pensarlo soltó

 

—Reducto —logrando que el suelo que estaba a su lado explotará, y se abriera un hoyo que sería capaz de protegerla.

 

Espero unos segundos, logrando que el polvo generado por la explosión dejará de esparcirse y se asentará, por lo que antes de que el fuego logrará causarle algún tipo de daño en la piel, se tiró en el hoyo y dejó que el fuego pasará a unos centímetros de su espalda, dejándola completamente ilesa.

 

Una vez que estuvo segura de que no iba a ser dañada, se levantó con tranquilidad mirando a su alrededor, y al ver que su rival comenzaba a acercarse hasta su posición, levantó su varita mágica y apuntó, siseando

 

—Sectusempra —apuntando al brazo con el que sostenía su varita mágica el atacante, lo que generaría en caso que el rayo que recién salía de la varita mágica impactará comenzará a sangrar y perdida su varita mágica por la cantidad de sangre que saldría de su herida.

[Goderic Slithering]

Emily usó un Salvaguarda Mágica para esquivar a la estatua de fuego que también le atacaba. Ambos se deshacían de aquél obstáculo al mismo tiempo. Para el mago aquel hechizo le había agradado aunque dudaba volver a usarlo prontamente ya que , probablemente, no tuviera otra aventura en un tiempo cercano, y no utilizaría magia de los Uzza en su vida cotidiana. Le resultaba casi una falta de respeto para dicha cultura usarlos como una especie de juguete novedoso con el cual lucirse.

Lamentaba no poder utilizar toda la variedad de hechizos. Sabía que Elvis era un Demon Hunter pero no había pronunciado ningún hechizo como para copiarlo con el espejo niebla y también tenía claro que nadie se declararía como miembro de la Orden del Fénix ni como mortífago. Era una pena que no pudieran utilizar magia como aquella en el lugar que habían creado especialmente para practicar hechizos.

Antes que su sobrina realizara su siguiente hechizo volvió a levantar su varita rumbo a la bruja.— ¡Expelliarmus! — gritó con un ímpetu innecesario.

Un rayo color rojizo viajó los metros que les separaban e impactó en la mano de la bruja. Como consecuencia, su varita salió volando a unos 3 metros de distancia a su izquierda. No obstante, Emily había alcanzado a enviar un sectusempra directo al pecho de Goderic por lo cual su camiseta comenzó a empaparse de sangre que se mezclaba con el sudor que ya se había impregnado luego de la travesía anterior. Curación pensó concentrado, cerrando así sus heridas del pecho. Debía volver a curarse pero eso podía esperar por lo que el Dumbledore apuntó, sin necesidad, ahora a la varita que yacía en el suelo.

— Accio varita de Emily — dijo ahora conteniendo el tono de su voz.

Inmediatamente, y como si se tratara de un lazo invisible, la varita viajó a gran velocidad a la mano libre del mago. El duelo había acabado. Poco y nada podía hacer la bruja sin su varita y eso le preocupaba. ¿Qué pasaba si los elementales continuaban atacando a pesar de haber acabado el encuentro? Emily no podría defenderse. Definitivamente no pondría en riesgo a nadie de su equipo ni del contrario, por mucho que eso quisiera la Uzza o los mismos profesores.

Se acercó con paso firme a Emily hasta quedar a unos 3 metros de distancia. Agarró con fuerza la varita de la bruja y la lanzó directo hacia su cuerpo, sólo esperaba que contara con los reflejos necesarios para agarrarla y no tener que recogerla del suelo o algo peor. Luego de ello retrocedió los metros que había avanzado hasta llegar a la distancia original aunque ahora daba grandes zancadas supuso que su sobrina querría continuar con el duelo... o quizás no y sólo se quedarían derrotando a los elementales que no parecían dispuestos a detenerse.

— Cuidala mejor para la próxima vez.— gritó con un tono algo burlesco.

[Emily Karkarov]

Ve con indiferencia como su varita mágica está en el suelo. No hace ademán de querer correr hacia ella o de buscar la forma de recuperarla; sabe lo que vendrá a continuación. Accio y se acabó. No se queja cuando ve volando su varita directo a la mano de su tío y sube los hombros quitándole importancia, de todas formas eso acorta el tiempo que debe estar ahí lanzando hechizos y Goderic le puede devolver su varita después, cuando estén fuera de esas catacumbas si así él lo quiere. Solo le preocupa que debe esperar a que el resto de duelos acaben y algún veredicto final sobre si aprueba o no ese curso y nada más.

 

Piensa en sentarse en alguna piedra que no se vea tan incómoda, o en el suelo, pero Goderic acercándose a grandes pasos la toma por sorpresa y se pregunta si acaso quiere seguirla atacando. No le sorprendería, al menos no de alguien que acepta heridas graves solo para desarmar a su oponente. En lugar de un hechizo, unas cuerdas o algo similar, ve a su varita volando hacia ella. La agarra en el aire y una punzada de dolor la molesta al tenerla nuevamente entre sus manos ¿Qué puede ser más humillante que el que te lancen de esa forma tu varita mágica? Preferiría que el mago se la hubiese quedado.

 

—Intenta no desangrarte la próxima vez — responde ella, con un claro enojo en su voz, no tiembla pero sí es más alta de lo normal, más firme también; no por el hecho de haber perdido, sino por el tono burlón y demasiado eufórico que está empleando Goderic desde que pronunció el hechizo desarmador.

 

No obstante, su enojo dura poco al ver la sangre que empapa la ropa del mago y siente algo de culpa, a pesar que todo estuvo a elección de su tío. No demasiada, pero sí lo suficiente para hacerla reconsiderar el continuar con el duelo. Analizando que ya había perdido su varita y está ilesa, más que todo limpia, piensa en un ‹‹episkey›› para terminar de cerrar las heridas causadas en el pecho de Weasley por el sectusempra. Con eso, ella cree, que deben estar a mano.

 

Mira alrededor intentando memorizar el escenario y para refrescar en su mente la ubicación de las personas con la túnica roja, especialmente la de Bodrik, la única que conoce; y los movimientos de aquellas que tienen la bonita túnica verde, no sin perder detalle de si alguno de ellos está siendo atacado por algún elemental que no sea el de fuego, buscando cierta ventaja en conocer lo que se venga a continuación.

 

—¿Comenzamos otra vez? — pregunta con falsa inocencia, haciendo un ademán exagerado dándole paso a Goderic para que sea él quien empiece a atacar nuevamente —Y quizás deberías quitarte esa camisa, ya sabes, muy sucia — agrega en un impulso por molestarlo, guiñándole un ojo, esperando también algún comentario mordaz por parte de su tío.

[Bodrik]

 

 

La guerrera Uzza de pronto cambio su estrategia, parcia estar midiendo sus posibilidades en ese momento, tratando de predecir lo que sucedería y Con un movimiento de su Vara de Cristal, abrió un portal. La guerrera aseguró que estaban listos para la prueba, entonces Elvis hablo invitándolos a entrar y explicándoles a donde les conduciría. Pese al miedo que sentía, Bodrik decidió actuar con rapidez y fue directo al umbral mágico.

Parecía como si estuviera trasportándose dentro del universo, un hoyo negro quizá, pero su maestro les dijo que que confiasen, así que se lanzó dentro de ese magnífico hoyo cerrando los ojos para estar relajada, pero de pronto estaba en medio de una catacumba y todo el grupo estaba de pie en medio de ésa caverna.

-¿estamos en Paris? – preguntó de forma casual, pues había leído sobre las catacumbas que yacías bajos las calles parisinas y se preguntaba si tendría oportunidad de contemplar a Marte, pero tal vez no se trataba de parís, sino de alguna otra catacumba, una más pequeña y ubicada en gran Bretaña.

Como siempre Agatha permanecía en silencio mientras era Elvis quien explicaba la prueba que se llevaría a cabo. Cuando menciono que existían dos grupos, Bodrik corroboró su túnica y se dio cuenta que pertenecía al grupo Rojo y entonces sonrió pues prefería ese color a la hora de llevar a cabo un duelo.

Por el momento lo más preocupante era que de un momento a otro parecerían criaturas que representarían los cuatro elementos y los atacarían sin importar que estuvieran debatiéndose con sus respectivos contrincantes. La pelinegra deseaba que no tuviera que aparecer ningún muerto viviente para reemplazar su compañera Cissy con quien debía combatir.

Bodrik estaba decidida y atacaría a su compañera ates de que apareciera cualquier otra criatura. Se ubicó a unos 7 metros de Cissy desde donde podría verla perfectamente y atacarla con más precisión- Petrificus totalus – Pronunció apuntando con su varita de Fresno en dirección de su compañera Cissy. El rayo viajaría hacia ella y de impactarle la dejaría completamente inmóvil durante un rato. Lo malo es que si no se movía la criatura la atacaría sin que ella pudiera evitarlo.

Entonces una figura emergió de la nada, se trataba del primer Obstáculo que tendría que derrotar para demostrar su vinculación con el libro. Una criatura que representaba el fuego y claramente ardía en verdad. Con un fuego que no le consumía pero que seguramente podría matarla tan solo al acercarse. Entonces instintivamente la joven Paladín pronuncio –Reduccio - dijo apuntando con su varita de fresno a la criatura de fuego. Su tamaño se redujo 3 veces haciendo que para Bodrik fuera más sencillo escaparse de él.

[Cissy Macnair]

Una túnica verde había cambiado mis ropas al momento de atravesar el portal de la Guerrera Uzza Asenath. Ahora nos encontrábamos en una cámara subterránea donde Agatha y un sano Elvis nos daban indicaciones para que nos colocáramos en grupos. Era evidente que allí iba a haber una batalla y las figuras que danzaban sobre el suelo y las paredes debido a las llamas de las antorchas me daban mala espina, ¿pero qué opción me quedaba? Renunciar no era lo mío.

 

De nuevo me dirigí hacia Elvis, quien tenía la voz cantante. ¿Elementales? ¿Zombies? Qué divertido iba a ser eso, pensé con pesar, mientras veía que Bodrik se situaba a cierta distancia de mi y empuñaba su varita. Hacía años que no tenía un duelo así que recordaba poco y nada de cómo hacer aquello, pero sabia que no quería terminar en el suelo congelada mientras una criatura compuesta de fuego se cernía sobre mí o sobre alguno de mis compañeros.

 

Bodrik me atacó y yo respondí con otro movimiento de mi varita.

 

-Avis- dije, haciendo que doce golondrinas aparecieran frente a mi, con la orden de detener el hechizo de Bodrik. Así lo hicieron, cuando el rayo impactó en dos de las golondrinas, las otras desaparecieron instantáneamente. Yo no quería pelear, no era mi fuerte, pero parecía que aquella era la única forma de que pudiera conseguir ganar los hechizos que estaban en el Libro de la Fortaleza.

 

Medí la distancia que había entre ella y yo, unos siete metros y me moví un poco a la derecha para que una de las estatuas tapara parcialmente mi cuerpo, aunque no era la gran cosa.

 

-Seccionatus- apunté con mi varita hacia mi contrincante, viendo por el rabillo del ojo como el elemental se me acercaba. Doce medialunas de diez centímetros de diámetro salieron disparadas, veloces y mortales, hacia Bo, con la clara intención de lastimarla para que se rindiera y así pudiera terminar con esta clase horrible de duelos.

 

Pero no esperé a ver si las medialunas hacían su trabajo, porque el elemental ya estaba sobre mí y sólo podía pensar en defenderme de él. Era de fuego, no muy grande.

 

-Aguamenti- un chorro de agua dio contra el elemental, que se debatió en una nube de vapor y luego desapareció, como si eso fuera todo. Casi me pareció irreal pero entonces pensé que quizás no estaban para atacarnos, sino para distraernos y que eso sería malo.

[Mia.]

Continuaba esperando a que la mujer que se suponía iba a ser su oponente se presentará delante de ella para comenzar con el duelo, puesto que ella ya había logrado superar la llamarada de fuego que segundos atrás la había atacado. Deseando que todo terminara pronto, suspiro cansada, la clase estaba siendo sumamente tediosa a su parecer y más, por la presión y el poco aire que se sentía dentro de la habitación en la que se encontraban.

 

Deseando que pronto llegará a ella su contrincante, esbozó una media sonrisa, puesto que su varita mágica aún permanecía en su diestra y tenía la posibilidad de usarla quizás más adelante. Concentrando su atención, en lo que la rodeaba notó como varios de los bultos que antes había visto eran como tumbas que por lo que podía suponer guardaban los cadáveres de más de un mago o criatura que decidieran colocar allí.

 

Por lo que no se sorprendió, en cuanto notó como uno de ellos comenzaba a abrirse lentamente por en medio y de su interior algo salía. ¿Qué rayos era? no estaba del todo segura, hasta que notó la cabeza putrefacta de un cadáver, ¿era en serio? parecía que sí, porque uno de los muertos, comenzaba a levantarse, convirtiéndose en un muerto viviente, algo que podría ser parte de la prueba que les estaban poniendo, sin saber exactamente que hacer, esperó.

 

Este comenzó a avanzar hasta su posición en cuanto termino de salir de la tierra, con los brazos extendidos, lista para atacarla físicamente. Deseando equivocarse, levantó su varita mágica y gritó lo primero que se le vino a la mente.

 

—Demaius —un rayo rojizo salió de su varita mágica.

 

Suponiendo que su hechizo funcionará, lograría impedir que el muerto continuará con su avance hasta su posición, sin embargo, esto no fue así, porque continuó avanzando y al instante en que estuvo lo suficientemente cerca de Mia, la tomó por el cuello y comenzó a intentar cortar el paso del aire a su garganta.

 

—Salvaguarda mágica —fue lo primero que pensó, logrando que su cuerpo se convirtiera en un ser intangible, y que de ese modo, el muerto al creer que la había derrotado, desapareciera de la nada.

 

Estaba ilesa, pero ¿por cuánto tiempo más? esperaba que hasta el final de la prueba.