Casa de Infusiones "Ill Buon Gusto" (MM B: 108226)

[Ada Camille Dumbledore]

Luna Cristal Gryffindor Dumbledore

 

Era curioso ver a mi hermanito así de entusiasmado, estuvo buscando una especie de té exótico. Yo miraba a a mi alrededor como estaba todo el mobiliario, la señora era elegante. Solté una risita burlona cuando dijo que toman a vino en cantidad, no era tan malo había visto a Elizabeth beber vino siempre y no era malo. Recordó entonces algo que la perturbada cuando era sólo un a pequeña niña ver a su madre en cama mientras esperaba los mellizos y que debieran darle un vaso con sangre, estaba enferma y sé sentía muy mal y cuando la bebió volvió a estar mejor. Mi cabeza siempre se había preguntado si Luka y Reiven tenían necesidad de sangre para vivir.

 

Le observe con detenimiento para ver en el algo de vampiro, pero no, era pálido como mamá pero nada más diferente a eso. Cuando volví aquí note que ya estaba vertiendo el agua en las tazas, eran unas lindas tazas.

 

El color rojizo me hizo pensar en que de pronto el no estaba consiente de eso y si mejor le preguntaba, era lo más lógico.

 

Lo mire de nuevo y deprosa se llevó a la boca la taza lo siguiente que sentí fue el té en la cara:Luka lo había escupió en mi cara. Mi mirada de indignacion no pude evitarla.

 

Le sépare la mano de cerca de mi y saque mi pañuelo limpiando mi rostro con suavidad y delicadeza.

 

-Tienes que crecer...

 

Susurre molesta y respirando para evitar salirme de casilla, cuando ya había calmado mi enojo, tome la taza y probé un pequeño sorbo de té, si tenía algo de picante y sabor algo ácido.

 

-No está mal, pero en el rostro es desagradable.

 

Volví a tomar un sorbo de té, esta vez más grande. Volví a mirarlo sería

 

- Hagamos algo más que tomar té

 

Busque en mi bolsillo y saque un pequeño bolso, saque de allí un paquete con galletas de mantequilla, unos bombones de chocolate y un juego de ajedrez mágico.

 

-¿Sabes jugar? Yo he querido aprender siempre

 

Sonreí con entusiasmo

[justo]

Curiosamente, existen un monton de parentescos ocultos entre los diversos miembros de la saga de Harry. Eso se debe a los entrecruzamientos genealogicos de las diversas familias magicas. La mezcla de sangre ha dado pie a curiosas relaciones entre magos y brujas que nadie juraria que esten emparentados.

 

Todo este lio viene de una sola familia, los Black. Su mania de buscar enlaces solo entre "sangre limpia" ha provocado que los diversos arboles famliares formen todo un bosque. Por ejemplo, Cedrella Black se caso con un "sangre limpia", Septimus Weasey, padre de Arthur. Hasta ahi bien, pero como los Weasleys son considerados "traidores a la sangre" fue excluida de la familia.

 

Lo mismo le paso a Andromeda Black al casarse con Ted Tonks, un muggle. Tambien fue excluida de la familia. Curiosamente, con el fin de la guerra, ha vuelto a relacionarse con su hermana Narcissa y su sobrino Draco. Los Black se estan extinguiendo, ya solo quedan 2, Narcissa y Andromeda. Al cambiar sus apellidos y cuando mueran, la familia estara extinguida.

 

Y a todo esto ¿Sabiais que James y Sirius eran primos? Pues si, James era hijo de Dorea Black y Charlus Potter.

[Lucrezia Di Medici]

Luka Gryffindor.

- ¿Crecer? ¿Se come? - pregunté imitando un tono genuinamente incrédulo mientras dejaba la taza nuevamente sobre la mesa y me apartaba unos pasos para evitar la potencial furia de mi hermana.

 

Sin embargo, ello no pasó. Había olvidado completamente la naturaleza pacífica y mesurada de Luna y aquello era algo imperdonable, sobre todo por el lazo de sangre que nos unía de manera irreversible. Observé mientras simplemente limpiaba su rostro con uno de sus bonitos pañuelos y no noté en su expresivo rostro, donde siempre confluían sus emociones, ni un atisbo de potencial represalia. Fue entonces que volví sobre los pequeños pasos que había retrocedido y golpeé cuidadosamente con la punta de mi varita un punto medio de la mesa donde había escupido la infusión. La rojiza bebiba, esparcida irregularmente sobre la tabla, fue absorbida rápidamente hasta dejarla nuevamente lustrosa.

 

- Vamos, que no es delicioso en ninguna parte. Té picante… ¡¿De qué cabeza salió?! - me quejé mientras apartaba tanto la tetera como la taza.

 

Sonreí ante su mención sobre el sabor del té en la cara y agaché ligeramente el rostro. Había algo en mi sonrisa, sobre todo cuando esta genuina e incontrolable, que no me gustaba. Claro, estaba frente a mi hermana y eso no debía importarme demasiado pero ¡Cómo odiaba exponer mis defectos! Era algo que era inherente a mí y que no había forma de erradicar aunque quisiera. Mi sonrisa auténtica, esa que se dibujaba instantáneamente en mi rostro cuando disfrutaba de verdad, deformaba mi rostro y lo hacía ver feo. No, prefería ocultar mi sonrisa hasta poder relajar los músculos de mi rostro y volver a retomar mi gestualidad típica. Sin embargo, volví a levantar mis verdes ojos hacia Luna obligadamente cuando mencionó lo de jugar ajedrez.

 

- Pues me aburre un poco. Lucrezia prefiere las damas, aunque solo jugamos una vez juntos ¡Prefiero montar en escoba! El otro día por fin superé los cinco metros de altura. - exclamé con orgullo y tono jovial, aunque éste se fue apagando a medida que notaba la presencia de una extraña en el lugar.

 

La seguí con la mirada sin desistir de mi desconfianza en ella. La forma sospechosa y pausada en que la mujer recorrió el lugar y se quedó unos segundos contemplando la imponente cultura de la señora Médici, que representaba perfectamente su omnipresencia allí donde la italiana iba, me confirmó que su objetivo allí no era solo relajarse de un largo día laboral y tomar una infusión con pastelitos. Normalmente no temía a las presencias desconocidas y mucho menos lo hacía dentro de un lugar seguro como ese, pero días atrás Lucrezia me había advertido sobre posibles apariciones extrañas en los lugares que frecuentaba. Si, la aristócrata se jactaba de llamar la atención siempre por donde ella pasaba pero en esta oportunidad no parecía ser el caso. Le dediqué una cómplice mirada a mi hermana y señalando con mi diestra la mesa donde se había ubicado la mujer le indiqué que me acompañara.

 

- ¿Vienes a ver a Lucrezia? Sí, creo que eso es obvio. Pues ahora mismo no ésta, se fue con uno que era un demonio y me dejó a cargo. Soy Luka y soy su… ¿Su qué sería? Bueno, no sé, pero ella es mi tutora ¿Tú eres mortífaga como ella? - pregunté e instantáneamente llevé mis manos a la boca, sabiendo que tenía aquella palabra prohibida por la mismísima Di Médici.- No debí decir eso, no debí decir eso…Por cierto ¿Por qué si eres mujer no tienes pelo? Tampoco debí decir eso.

[justo]

Si, la familia Black es el eje del mundo magico. Estan emparentados con todos los clanes y, a traves de ellos, con todos los demas. Por ejemplo, Lucretia Black casada con Ignatius Prewett. Este Ignatius no es hermano de Molly Weasley, pero si estan emparentados. Hay mas ejemplos, Cygnus Black casado con Violetta Bulstrode, padres de Pollux, Cassiopeia, Marius y Dorea.

 

Estos ultimos son muy curiosos. Pollux Black se caso con Irma Crabbe y fueron padres de Walburga (madre de Sirius y Regulus), Alphard y Cygnus casado con Druella Rosier (padres de Bellatrix, Andromeda y Narcissa). Cassiopeia Black no se caso. Marius Black fue excluido de la familia por ser un Squib y Dorea es la esposa de Charlus Potter.

 

Asi que, para abreviar, Harry esta emparentado a traves de un monton de parentescos con los siguientes apellidos: Flint, Gamp, Macmillan, Bulstrode, Beurk, Yaxley, Crabbe, Longbottom, Crouch, Prewett, Rosier, Lestrange, Malfoy, Tonks, Lupin, Weasley y Abbott.

[Zoella Triviani]

Me empecé a relajar un poco sobre la mesa, me sentía cansada y deseaba pronto llegar a casa para por fin dormir. El sueño vampiro era algo de lo que no se hablaba y era algo que poco hacía por la complejidad de la situación. Pero mi cuerpo lo pedía a gritos, siendo mi única necesidad por el momento. Pensé en ir a casa de la Delacour, dormirme a su lado, o entre sus brazos, o quizás realizar otras actividades.

 

Mi mente comenzó a volar cuando una voz inoportuna interrumpió mi tranquilidad. Una alta figura que dirigía sus palabras a mi persona. Fruncí el ceño al oírle hablar de Lucrezia de esa forma. ¿Tutora? vaya, la Médici ocultaba sus cosas con bastante esmero. Sonreí de soslayo, guardándome dicha información, uno jamás sabe cuando puede tomar ciertas cosas en contra de las personas. Siempre es bueno estar un paso adelante de todos, a diario luchaba por ello. Mis pensamientos se vieron nuevamente interrumpidos al escuchar las palabras soltadas por el mago, y tan rápido como mi cansancio me lo permitió me posicione frente al mago, a quien superaba por alrededor de 5 cm.

 

- Más te vale no repetir esas palabras en voz alta - hablé severa, sosteniendo la punta de mi varita contra su garganta. Miré a la bruja a sus espaldas, mis ojos crepitantes iban de uno al otro, agudicé mis sentidos intentando percibir alguna otra presencia, pero estábamos solos. Sentí mi espalda tensa, pero me mantuve en la misma posición - ¿Tu tutora no te dijo que debías mantener eso en secreto? Deberé tomar cartas en el asunto - incliné mi cabeza brevemente y sonreí, viendo fijamente a esos ojos verdes.

 

- ​Mi calvicie no es tu problema, y que sea mujer no me hace imposible no poseer cabellos - adjunté, luego de un largo silencio. Alejé mi varita finalmente de su garganta y la guardé. Mi expresión aún era severa, y esperaba el joven mago tomara distancia - Esperaré a Lucrezia por acá, debo atender unos asuntos con ella. Y espero no te acerques, o que vuelvas a hablar de la Marca en voz alta, porque sino yo misma me haré cargo de ti. Fuera - finalicé, dándoles la espalda para sentarme unas sillas más alejadas.

 

Volví a mi antigua posición. Con varita en mano y los sentidos agudizados. El joven me había colocado los vellos encrespados, y preferí alejarme antes de tener que esconder dos cadáveres de la blonda Italiana.

[justo]

Los parentescos familiares pueden ser extremadamente intrincados. Ya he mostrado la enorme cantidad de parientes que tiene Harry, y pensar que el creia que solo tenia a sus tios...El problema es cuando los primos se casan entre si. Eso hace que los arboles familiares acaben formando un bosque.

 

En el caso de los Weasleys se da una doble singularidad, por un lado son "sangre limpia", pero por otro, no les importa mezclarse con todo tipo de parejas. Y lo mas gracioso es que, en vez de diluirse sus poderes lo que hacen es potenciarse. La teoria es que si mezclas la "sangre pura" con "sangre mezclada" o con "sangre sucia", se acaban perdiendo los poderes. Esa teoria, extremadamente racista, se ha comprobado falsa, pero aun quedan familias que la ven como una verdad incuestionable.

 

En honor a la verdad debemos señalar que las nuevas generaciones ya no dan tanta importancia a esas cosas y hasta han acogido, cariñosamente, a los parientes squibs, algo que, en anteriores generaciones, se hubiese considerado impensable.

[Ada Camille Dumbledore]

Luna Cristal Gryffindor Dumbledore

 

A veces la curiosidad de mi hermano era insoportable, de inmediato recordé a un gatito que no se queda quiero y tiene que estar buscando alguna clase de entretencion. Esa Ansiedad era molesta.

 

Observó que una mujer había entrado y empezó a inquietarse, en minutos ya habia dirigido su camino directo a la mujer.

 

Si imprudencia no pudo ser mejor, mi cara de sorpresa era evidente y la Vergüenza que me hacía pasar, pero el Colmo de todo esto es que soltó que Lucrezia era mortifaga, blanquee los ojos y luego me lleve la mano a la boca para no gritarlo

 

-Luka dejala, respeta la por favor

 

Ella se Alejo y yo tome del brazo a mi hermano ver como ella lo había amenazado y apuntado con la varita me causó miedo,le Hale un poco hacia mi para alejarlo de ella, era tan obstinado que podría salir tras ella a seguir molestándola.

 

-Por favor...

 

Mi voz salió casi suplicante, no quería que le hicieran daño

 

@@Lucrezia Di Medici Di Médici

[justo]

Pero, a veces, las familias esconden secretos, secretos muy profundos que no siempre se conocen. El mas llamativo es el de los descendientes de Slytherin, los que tambien se llaman "los herederos". En tiempos de Voldemort habia dos herederos, el propio Voldemort y Harry Potter. Ambos descendian de los hermanos Peverell (los del cuento de Los 3 Hermanos).

 

Voldemort descendia de Cadmus y Harry de Ignotus. Los descendientes de Cadmus se fueron volviendo mas inestables a lo largo de las generaciones por su costumbre de casarse entre primos, que en si no es malo. Mis propios padres eran primos. Pero el problema es que si una familia tiene una tara, esas taras se perpetuan o se agudizan.

 

Ignotus fue mas inteligente. No puso restricciones a sus descendientes y por eso fueron emparentando mas por amor que por interes. Eso provoco una larga serie de magos muy estables y todos ellos se pasaban, de padres a hijos, su reliquia familiar, la Capa de la Invisibilidad.

Editado 26 de Octubre del 2019 por justo

[Lucrezia Di Medici]

Luka Gryffindor.

 

Cuando sentí aquella presión en mi cuello, como una gélida daga en busca de mi yugular, apenas tuve tiempo de reaccionar. Mi piel se hundió ante la fuerza que la pelada mujer ejercía con su varita. Cuando tragué la saliva que inconvenientemente había acumulado en mi boca y mi garganta se extendió aquella amenaza se volvió incluso dolorosa. La observé con el ceño fruncido con una clara expresión de extrañeza y levanté las manos a ambos lados de mi cabeza extendiendo mis dedos en un gesto de rendimiento. No quería alterar la sin dudas muy limitada paciencia de la mujer. Su irritabilidad manifiesta incluso chocaba con el idealista modelo de bruja que para mí significaba Lucrezia. Traté de sonreírle; no sé si lo logré.

 

- Pe…pe…pe…pero no hay nadie aquí ¡Lucrezia no me prohibió decirlo si no había nadie! Si incluso me gusta todo eso de jugar a los malos y demás. Me gusta ese tatuaje que llevan, una vez me lo intenté hacer con tinta y me salió bastante bien ¡Todo un artista, si señor! - dije simulando exagerado ánimo y sacando a relucir un sentido del humor que calmaría, si todo salía tal cual lo planeaba, las aguas entre ambos.

 

Tras mi circunstancial sonrisa proseguí separándome disimuladamente de la mujer, alejándome de la incuestionable amenaza que significaba su varita ¿Cuántas personas habría asesinado con ella? ¿Acaso la calva mujer no había leído algún libro que hablase sobre relaciones de poder, sobre la honorabilidad existente en no atacar a personas mucho más débiles o directamente NO AMENAZAR DE MUERTE A NIÑOS? Seguí haciendo uso de todos mis dotes para esbozar gestualidad apacible y asentí con la cabeza a su indicación de alejarme. Fui retrocediendo paso a paso con lentitud, como si el mínimo titubeo significase mi muerte segura. Solo me atreví a volverle a hablar cuando estuve a una distancia prudencial.

 

- Pues la calvicie le queda linda. Al menos no tiene que preocuparse por peinarse aunque me genera una duda ¿Cuándo se lava la cara, hasta dónde se la lava? - largué una risita nerviosa y fugaz, que sonó como un “ji,ji,ji”. - ES BROMA. La dejo tranquila.

 

No fue hasta ese momento que sentí la presión de los dedos de Luna en mi brazo. Nunca antes la había visto ejercer tanta fuerza siendo ella siempre de formas más delicadas y elegantes, con muchas reminiscencias a Di Médici pese a que nunca se habían visto. Mi hermana era de las típicas niñas cuyos movimientos parecen armónicos y perfectamente enhebrados, como si sus pies levitaran sobre el suelo en vez de caminar; siempre hacía todo con una delicadeza que llegaba a enervarme pero que a la vez me producía cierta admiración. Su capacidad de mantener las formas en todo momento era irreprochable. Los años fuera de Gran Bretaña habían sido la antesala para convertirla en toda una mujer. La observé con supina calma para transmitirle tranquilidad.

 

- Llama a Lucrezia, que venga rápido. Esa mujer da mala espina que te cagas y no parece tener muy buenas intenciones.

 

[Zoella Triviani]

Escuché las palabras del joven a mi costado, giré la cabeza y le lancé una simple mirada, gélida, juraría que si pudiera lanzar balas con ella la figura del mago parecería un colador. Mi calma se había visto interrumpida, mis nervios se acrecentaron y mi mal humor regresó, que hiciera nombre de la Marca en voz alta era una reprimenda que debía de dar a la Di Medici, por la irresponsabilidad ante sus tutoreados.

 

Un foco se prendió en mi cabeza, aquello podía ser un arma para estorcionar a la bruja y lograr encontrar aquello que llevaba meses intentando buscar, a mi padre. Conocía las afluencias de Lucrezia dentro del ministerio Italiano, y esperaba venir hoy y ofrecerle u trato a cambio de algo... Pero ahora, ahora con esta jugosa información rondando en el aire era mi oportunidad de mantener a la bruja a mi disposición.

 

Una sonrisa traviesa cruzó mis labios, escuché como el niño mandaba a avisar a Lucrezia de mi llegada, estaba segura que le comentarían a la mujer sobre mi amenaza y llegaría quizás, hecha una furia, o no.

 

Tomé mi varita y a la distancia comencé a jugar con las flamas de la chimenea, haciéndolas arder más fuertemente y de a ratos disminuyendo totalmente el fuego de la madera a casi uno nulo. Mi atención por otro lado estaba puesta totalmente en el par al otro lado de la estancia, quienes cada tanto lanzaban miradas alarmadas en mi dirección.

 

@@Lucrezia Di Medici