Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Sagitas E. Potter Blue]

Sé que Sean ocupaba un cuarto lejano al de mi hija (ya me había ocupado de eso, a pesar que sabía que entre esos dos no había barreras suegriles que no pudieran rebasar) y, aún así, juro que aquel chillido había sido suyo. Sonreí aún más; estaba entusiasmada con la boda, por mucho que intentara demostrar que el muchacho me caía mal. Le conocía desde hacía mucho y había aprendido a valorar su persona, aunque he de reconocer que tener un yerno contrabandista no era el sueño de ninguna suegra. Pero me impresionaba mucho y, aunque quería mantener la imagen de mata-pretendientes-de-Pere, pensaba que había sido una buena elección.

 

Pero que nadie se entere...

 

-- Creo que Sean también tiene problemas con su traje. Espero que no haya encontrado el runespoor que metí en el cajón de sus calcetines.

 

Me toqué la oreja en un leve gesto para cambiar de conversación, antes que mi hija me preguntara sobre el motivo de mi travesura.

 

-- Creo que puedo hacer alguna cosilla con estos vestidos, por supuesto. Aunque yo ya le he echado el ojo a unos modelitos que me he atrevido a traerte. Ya sabes que mami te conoce y sabía que dudarías mucho sobre lo que debías ponerte. -- Le lancé una mirada risueña. Seguro que la iba a hacer reaccionar con mis elecciones. La puerta se abrió y un enorme perchero con bolsas opacas entró en el cuarto. El primer vestido apareció a la vista. -- Así que quieres parecer la hija de una sacerdotisa... Hum... Pues éste es ideal; lo iba a usar una vez una sacerdotisa egipcia pero murió la noche de antes, picada por una aspid, así que está nuevecito. Sin estrenar. Y se adapta así que no hará falta retocarlo para nada.

 

Aguanté la risa, por supuesto. Sólo imaginar a mi hija así de embalsamada me partía de risa.

 

-- Pero espera, no elijas todavía que aún hay más. Tengo de todo tipo. Mira, éste por si se va la luz, que tú luzcas con luz propia. Y éste por si Sean no da la talla y tienes que ligar con el Calamar del Lago. Éste para que los invitados te puedan felicitar y tomar una copa a tu salud. O un pastelito... Lo siento, hija; no me dio tiempo de preparar la mesa del convite.

 

Juro que lo intentaba, el no reírme, pero cuando salieron los dos últimos vestidos, me tuve que sentar y apretar las piernas para que no se me escapara nada con la risa.

 

-- Aunque también había pensado que a una sacerdotisa de la naturaleza le gustaría un vestido con flores. Te elegí uno con una sola flor, para que no destaque mucho, aunque te traigo otro con miles de flores, por si te gusta más colorido... E incluso te traje uno de elemento Fuego, aunque yo domino más el de agua pero.... Lo dejo a tu elección, Perenela.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Sabia que mi madre no iba a dejar a Sean en paz, ni siquiera por ser el día de nuestra boda pero tanto como para meterle un runespoor me parecía excesivo, negué con la cabeza, de seguro mi futuro marido se las podría arreglar solo por un día y de seguro ya sabia que esperar de mi madre. Deje de mirar a mi madre por el reflejo del espejo y me volvi para mirarla de frente cuando hizo entrar el perchero con su elección de vestidos: amaba que mi madre hubiera pensado en mi y supiera de antemano que la decisión del vestido adecuado no era fácil.

 

Tomé un respiro profundo cuando empezó a hablar de los diferentes vestidos y me quedé momificada y petrificada en el asiento cuando sacó el primero: sentía que los ojos se me agrandaban y la miré horrorizada con la versión de un tampón gigante que mi madre quería que me pusiera por vestido de novia, me sentía como uno de esos muñecos de la televisión muggle: un teletubo o como sea que se llamara.

 

Sentí que me quedaba sin aire con cada uno de los que sacaba, parecía inverosímil pero cada nueva elección era mas horroroso que el anterior, tanto asi que casi me daban ganas de ponerme el tampón gigante que había sacado al principio, la miré fijamente:

 

-Creo que me quedo con los vestidos que traje mami... no te hubieras molestado... - me quedé mirando la puerta fijamente pensando si aun seguia siendo mala idea salir corriendo

[Sagitas E. Potter Blue]

He de reconocerlo, me estaba desternillando de risa. Eso sí, mantuve la compostura todo lo que pude. Una madre ha de mantenerse firme para animar a su hija cuando se siente mal, así que intenté no reírme del todo mientras veía su cara al ver los modelos que le había enseñado.

 

-- No puedes negar que tengo buen gusto, hijita. No ha sido ninguna molestia elegir por ti. ¿Con cuál te quedas? Yo creo que el de sacerdotisa momificada te quedaría muy bien...

 

Hice un ruidito extraño con la boca pero juro que era porque no podía contener la risa al ver su cara. Aquello no era una cara. ¡Estaba realmente asustada por tener que elegir alguno de ellos! Por supuesto, interpreté a la primera su mirada a la puerta y susurré un Femaportus para evitar que saliera huyendo de su habitación.

 

-- Hey, para, paraaaaa... Que también he visto vestidos insulsos por si no te apetecía lucir tan expectante con los modelitos que elegí por ti. No son tan llamativos pero bueno... Por si te gustan...

 

Chasqueé los dedos. Sí, es un truco que he aprendido y que puedo usar a veces en vez de la varita, y queda muy chulo para animar las fiestas. Apareció una bolsa colgada en aquel perchero y la cremallera fue bajando poco a poco para crear un poco de tensión mientras yo lo presentaba.

 

-- Vestido sencillo de blonda y gasa azul para una heredera de la "Ojo Loco", quedará precioso con tu ramo de flores azules. Sin mangas y con la espalda al aire libre... Es simple y da cierto aire inocente que no sé cómo te sentará hasta que lo pruebes, pero la hechura es bonita. ¿No crees? Incluso si te transformas en demonio, hará juego con tu piel.

 

Hice otro chasquido y apareció un maniquí con un vestido gris. Ahora me levanté y me acerqué un poco a ella. Me estaba enterneciendo.

 

-- Mi hija es una princesita a la que adoro y creo que este vestido te quedaría muy bonito. Es elegante, se lo merece la mejor de las hijas. Mostrará la belleza que tienes y creo que la mil pedrería que está cosida a mano te la mereces una a una pues eres maravillosa, Perenela. Creo que cualquier vestido será poca cosa para ti. Te mereces lo mejor porque eres mi niñita bonita y quiero que tengas la boda más linda del mundo.

 

Vale, mejor que me callara o acabaría llorando. Eso no puedo hacerlo, se me correría todo el maquillaje y parecería un Koala. Me abaniqué con la mano derecha para quitarme el sofocón que empezaba a subirme por el pecho. Perenela se casaba y, aunque iba a vivir en la mansión, me sentía un poquito como si perdiera una hija. No, perdón, nada de ganar un hijo; no era un premio ganar a Sean.

 

-- Pero creo que tú te mereces este vestido, creo que es el que más representa tu rango, tu firmeza, tu entender la vida, el riesgo de vivirla y la belleza de saborearla. Te lego, querida Perenela, el vestido de lujo de las Sacerdotisas de Avalon para este día que ha de ser el más feliz de tu existencia. Disfrútalo y cásate con Sean con mi bendición de Suma Sacerdotisa y de Madre.

 

Soplé sobre mi mano y un torbellino de purpurina dorada y plateada empezó a conformar un vestido de la nada hasta dejar delante de mi hija un maniquí con un exquisito vestido que iba cambiado de brillo a medida que giraba ante sus ojos.

 

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

En un principio se me apretó la garganta con las ganas de salir corriendo pero vi la mirada divertida de mi madre y traté de no hiperventilar cuando volvió a hablar sobre los vestidos y sobre los modelitos insulsos que también traía, sentí las lagrimas correr por mi cara por el sentimiento de felicidad absoluta, me había quedado con un nudo en la garganta y sentía que el trabajo que mi madre había hecho limpiando mi rostro se echó a perder porque otra vez sentía el raudal corriendo por mis mejillas y mojando mi bata:

 

El vestido de blonda y gasa azul era absolutamente precioso, me sentía flotar con solo verlo y aun no había puesto un pie en el, parecía etéreo y de una princesa, iba a levantarme cuando mi madre mostró un vestido aun mas precioso que el anterior: la pedrería que cubría cada centímetro del vestido lo hacia reflejar como su fuera una estrella, era delicado, brillante y llamativo y me dejo con la garganta seca pero fue el vestido de sacerdotisa que puso en frente mio, con un soplo de su mano, el que me dejo sin absoluta respiración.

 

Me sentía segura, protegida, poderosa, aun sentía las lagrimas caer por mis mejillas y de seguro que tendría la cara roja y llena de churretes pero tenia permitido llorar este día, aun no podía pronunciar palabra pero no por ello podía dejar de expresar lo que sentía, por lo que me levante de la silla y abracé a mi madre con fuerza, la apreté a mi y no quise soltarla mientras expresaba todo lo que las palabras no querían salir:

 

-Gracias mami - fue lo único que pude atinar a decirle al oído mientras volvía a mirar el vestido de sacerdotisa que brillaba sutilmente.

[Xell Vladimir Potter Black]

Los jardines estaban decorados de forma maravillosa. Muy sencillos, extraño en la tía Sagitas. Seguro que era obra de Perenela pues la tía solía hacer cosas muy vistosas y, a veces, muy cargantes a la vista. Pero allá primaba la sencillez, algo que quedaba muy bonito. Muy blanco, eso sí. Me extrañaba que no hubiera adornos azules, como las rosas de la familia. Era la boda de Perenela, así que no tenía que decir nada más, seguro que ella lo había elegido y no tenía que dar explicaciones. En el fondo, mi vestido de gasa también era muy sencillo. Si no fuera por la guirnalda del pelo, yo también iba muy clarita. Aunque tenía un vestido más adecuado para ponérmelo tras la ceremonia. Ahora era sacerdotisa. Después, una invitada loca.

 

- No sé por donde empezar - confesé a mí misma. Si no bajaba pronto la tía Sagitas, me vería en un gran apuro. Siempre había estado acompañada en las ceremonias y ahora echaba de menos a la tía Cye y a mi madre Reena, los tres grandes bastiones en los que apoyarme, con la tía Sagis. - ¿Por qué tardan tanto los novios?

 

Mi pregunta no era para nadie en particular pero esperaba que alguien me dijera qué sucedía, no fuera que se hubiera anulado la boda y yo estuviera entre los rezagados a conocer tal noticia. Me daba cierta vergüenza acercarme a los invitados porque apenas conocía a nadie así que me senté muy cerca del altar para levantarme en cuanto llegar la Suma Sacerdotisa Sagitas.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Por suerte la incomoda visita de Alessandra no duro mucho, dejo el traje y cerro la puerta tras de si. Tal vez con las orejas un poco coloradas, pero bueno, era consiente de que podia crear esa reaccion. Por un momento mire el reloj y me rasque la cabeza. Suponia que no habia forma de esperar mas, asi que saque el traje y me lo fui poniendo lentamente, tratando de mantener el buen porte. Por suerte habia traido mis calcetines, sabia las que se Gastaba Sagitas....y que una gaveta Respire ya terminado el proceso y toma asiento en el sofa para mirarme desde ahi al espejo. La imagen que me regreso la sonrisa era la adecuada, aun con traje de novio sin duda me veia apetitoso. Sin lugar a dudas era un traje que me asentaba muy bien.

 

-Listo!!!- dije incorporandome y rapidamente me gire a la puerta para salir del cuarto y ya bajar para unirme a la ceremonia.

 

No es que esperara a muchos invitados, porque seria algo bastante privado. Pero al menos esperaba que @ no llegase tarde. Que la tradicion decia que la que la que se podia atrasar era la novia...no la madre del novio y que ahora mismo tenia que ser mi representacion ante estas nupcias. Baje la ceremonia y me dirigi al jardin solo para encontrarme a Xell....siempre radiante con esos cabellos de oro.

 

-Hola Xell....ya te veo lista para oficiar. -sonrei ante la broma mientras me acercaba dejandole un abrazo..- quien sabe y la suegri se arrepiente al verme tan sexy.

 

@@Xell Vladimir Potter Black

[Anthony R. Dracony M.]

Me cruce de brazos....que más sino podía hacer?....era molesto, no supe como fue que llegue al jardín...que recuerde yo me encontraba en la sala de espera de la mansión...esperando, algo que no sé decifrar porque ya soy como un extraño en esa mansión debido a los cuatro años que pasaron, ellos han borrado ese día que visite a Sagitas....ansioso por sentir algo que no tenía: calor familiar. Ahora veo a derecha e izquierda, se asemeja mucho a una decoración como la que Cindy y yo pedimos en nuestro aniversario de bodas....Cindy....cuanto te extraño!

 

No veo gente conocida, también se me hace tonto preguntar....tendré que esperar a que inicie el evento. No quiero pensar por el momento, pero me parece que mi visita al lugar, coincidió con el evento....cosas raras...sigo con mi atuendo sin saber si es o no el adecuado, pero bueno, me notaranmás si me levanto y me marcho...no, mejor quedarme donde me dejaron, como un florero que no estorba y sin embargo adorna el lugar...que cosas pienso!........... mejor no pensar nada y ver que acontece....

[Ela Karoline]

Hacia unos días había recibido una invitación, de parte de @ para asistir a una boda, y claro allá tenia conocidos y familia, gente a la que queria, como Sagitas, Xell, Alessandra, Ariane, la novia y el novio, a pesar de eso, se sintió un poco incomoda, tentada en el ultimo minuto a darse la vuelta.

 

Pero no era una cobarde, y... Ya estaba allí de pie ante los jardines de la imponente mansión, tenia una regalo para la novia algo insignificante quizás pero parte de la tradición y queria entregarselo, el novio, el novio ya se las apañaba bastante bien solito, aunque seguro debia de estar nervioso con tremenda decisión tomada.

 

Camino un poco por los jardines entre los invitados que empezaban a llegar, el vestido color champán que lucía era sencillo pero de buen corte y rosaba el césped, la prenda la envolvía como guante en la parte superior dejando al descubierto un hombro y de la cintura hacia abajo caía sutilmente dándole libertad de movimiento. Desde allí levanto la mirada hacia el cielo rezando en silencio por que el clima bendijera aquella unión. También sintió la presencia de las dos sacerdotisas, Xell y Sagitas.

 

Se mordió el labio inferior en señal de nerviosismo, mientras instintivamente su mano izquierda acariciaba uno de los rizos dorados que caía sobre su hombro desnudo. Tal vez debia preguntar por Harpó, aunque ya había mandado a su elfina con una bandeja que contenía una tetera llena de un liquido ambarino, un té muy especial para relajar a la novia y ayudantes antes del gran momento, era un blender único cultivado y producido en el jardín de té de la Lockhart y que pocos habían probado, era para deleite personal, pero la ocasión lo ameritaba, además que quizás fuera su forma de decir adiós, si los planes en su cabeza llegaban a consumarse.

[Ada Camille Dumbledore]

Las bodas para mi eran muy difíciles, había quedado viuda en dos ocasiones y había amado a esos hombres de verdad. Pero había otro al que había amado más: el padre de Perenela.

 

Su única niña, su Perenela siempre dijo que sería su única hija y así fue, era tan difícil para mí no ser humana, haría lo que fuese para serlo en este momento y poder llorar como es debido y poder liberar todo este llanto acumulado por años.

 

Estaba orgullosa de haber conocido a gente tan quería para mí por años, pero no podía dejar en el pasado el dolor que me causaba no haber superado nada de esto desde hace tantos años.

 

Estaba demasiado afectada por la boda, no era la madre de la novia tan sólo su madrina, pero ella tan dulce y la quería como a una hija, no merecía tales atribuciones pero mi corazón no conocía de límites.

 

Sentada en la última fila de los invitados del novio sólo esperaba el momento de ver la Unión de la feliz pareja, no podía hablar con nadie, la voz no me saldría.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Me quede allí con mi madre abrazada un buen rato, hasta que había sacado de mi sistema todas las emociones contrapuestas que tenia dentro, volví la vista hacia los vestidos y en definitiva me decidí poner el vestido de las sacerdotisas, para mi no era solo una oportunidad sino un honor que me había dado mi madre. Ella al igual que Reiven había intentado enseñarme su arte y aun cuando no yo no era 100% buena tenia un sentido de rectitud y de honor que ni siquiera la educación demoníaca que me dio Reiven pudo quitarlo de mi y eso se lo agradecía a mi madre también.

 

Toque con la punta de los dedos las costuras del vestido y una sensación de felicidad me embargo por completo, empece a desanudar la pieza del maniquí y lo acomode todo en la cama mientras con una sonrisa en la cara me iba poniendo pieza a pieza del vestido, las manos firmes de mi madre me ayudaron a acomodar los lazos que se ajustaban en la espalda y a acomodar los pliegues para que tuvieran una caída natural, mi rostro seguía siendo un desastre por todo el llanto que había tenido pero nada que no pudiéramos arreglar, camine hacia el balcón de mi habitación para probar la tela y saber que cantidad de movimiento podría hacer, el vestido era hermoso, cómodo y nada restrictivo así que podría bailar y moverme con libertad toda la tarde y la noche si quería.

 

Me asome un poco por el balcón y vi que ya la gente empezaba a llegar, vislumbre a mi futuro esposo entre la gente hablando con Xell me gustaba el corte de su traje y sonreí muy profundamente al verlo tan apuesto, también a mi madrina Ariane, Cye e incluso mi primo Antony estaban entre los presentes, volví la vista hacia mi madre y le sonreí:

 

-Te amo, nada de esto hubiera sido posible sin ti mami, gracias - volvi a abrazarla y respire profundo su aroma natural de naranjas - Ahora hay que terminar de arreglar el desastre de mi rostro, no podemos hacer esperar mas a los invitados - un elfo entro tímido en mi recamara con una tetera de parte de Cye y sonreí:

 

-Gracias, dale las gracias a la tía Cye de mi parte, avísales a todos que en cinco minutos empezara la ceremonia - el elfo se retiro y me volví a mi madre:

 

-¿Crees que puedes poner presentable mi rostro en cinco minutos?