Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Kiyotaka Ayanokouji]

Por un momento pensó que su invitación había Sido rechazada y de igual manera no se hubiera enojado, al menos no con ella, nunca con ella, pero al verla ahí parada en aquel hermoso jardín todas sus preocupaciones desaparecieron dando paso a un nerviosismo poco usual en el, cosa que colocándose detrás de ella tosió un poco para llamar su atención...

 

--Te ves tan hermosa que arias sentir envidia a la misma Afrodita bella dama--

 

Decía el mago mientras hacia una ligera reverencia el mago saco de entre sus dedos dos flores una margarita la cual colocó con sumo cuidado en su cabello únicamente para hacer como que sabe algo de moda pero en realidad no era necesario ella ante sus ojos era igual de hermosa y la segunda flor era una rosa la cual se la entrego en sus manos, cosa que sonriendo le miro por un segundo...

 

--No tienes idea lo feliz que me haces el que aceptarás mi invitación, mira te quiero presentar a mi personita especial, es mi pequeño orgullo, mi hija--

 

Le decía señalando a mi hija Selene (Arianne) y tomando su mano esperando que nadie se sulfure (XD) comenzo a caminar hacia su hija alzando su mano para que su hija lo viera y una vez llegado enfrente de ella el mago se dispuso a sonreír...

 

--Hija mía, te quiero presentar a alguien, ella es Cye, es una persona muy querida para mi, Cye ella es mi hija Selene, otra persona muy querida para mi--

 

Les decía mientras esperaba respuesta por parte de alguna de las dos...

 

@

[Ela Karoline]

 

Una voz a su espalda delató la presencia del mago que la había invitado, sus palabras hicieron que una sonrisa apareciera en sus labios, pero claro el no la vio, porque cuando giro ya había desaparecido.

 

--Y tu eres un exagerado-- movió la cabeza en gesto negativo hasta que sintió que el colocaba algo en su cabello, no necesitaba verlo, el perfume de la margarita llego a ella de forma sutil, de igual forma acepto la rosa que le ofrecía.

 

--Gracias-- susurro de forma tímida, era extraña aquella sensación, pero de inmediato dejo de pensar en ello, porque @ la condujo para presentarle a su hija. Primero se sorprendió de que la tomara de la mano, luego las orbes celestes de la bruja brillaron al descubrir a la mujer que el mencionaba y darse cuenta que era nada menos que su ahijada @.

 

--¿Ella es tu hija?-- la incredulidad y sorpresa se apoderaron de la Lockhart e instintivamente se sonrojo al recordar que una de las manos del mago sujetaba la suya, ¿Qué podía pensar Selene? Le soltó y avanzo para abrazar a la dulce mujer a la que le tenia mucho cariño.

 

--Yo no tenia idea de que el era tu... ¿Como estas ahijada?-- dijo al abrazandola y luego agrego --Estas muy guapa-- a todas estas el mago solo las observaba y quizás no entendiera de donde o como se conocían.

 

--No pensaste que alguien tan lindo por dentro y por fuera no la conocería yo ¿verdad?-- bromeo un poco como si ella tuviera el monopolio exclusivo de conocer a este tipo especial de personas.

[Kiyotaka Ayanokouji]

La misma incredulidad y sorpresa que se había apoderado de Cye, ahora de apoderó en Holmes y más llamarle ahijada?... Y agachando la cabeza, únicamente comenzó a reír, que chiquito era el mundo, cosa que escuchando lo último que decía le miro por un momento...

 

--no tengo manera de discutir esa lógica, yo soy la clara evidencia de ese argumento--

 

Volvió a reír ahora más fuerte, una característica propia de los Potter o al menos solo lo había escuchado en su hermana, cosa que agarrando la cabeza de su hija se la acarició levemente...

 

--Sabes, ella es mi más grande tesoro, por el cual soy capaz de romper todas las reglas mágicas si eso garantiza su bienestar, dime hija tu organizaste esto? Necesitas ayuda con algo?, No veo el banquete--

 

Decía mientras se quitaba su sombrero de bombín, el cual era nuevo debido al tipo de ropa que llevaba, no suponía que algo o alguien atacará y asomando la cabeza miro como algunos empleados acababan de llegar pero su hermanita querida más no aparecía... Dónde estará esa mujer...

 

--Bellas damas, gustan algo de beber?--

[Xell Vladimir Potter Black]

Estaba extrañada. A estas alturas, la ceremonia ya debía estar iniciada, al menos según el cronograma que me había enviado la tía Sagis a la mansión Vladimir. Al recordar lo sucedido en mi casa, me subieron los colores y me relajé mirando aquel atril blanco en la tarima, recitando frases del libro sagrado para bodas. Me interrumpió la llegada del novio. Abrí los ojos, sin saber cuándo los había cerrado.

 

- ¡Ay, qué guapo estás, Sean!

 

Los colores volvieron a avivarse porque no era esa la bienvenida que quería darle a mi primo, menos en su boda. Me sonrojé un poco más y me acerqué a darle un beso.

 

- Te ves muy sexy, Sean. Creo que Perenela es una chica muy afortunada. Por cierto, que tarda un poco.

 

¿Se habría echado hacia atrás? Las novias suelen tener problemas de indecisión de última hora. Había pasado casi siempre en las pocas bodas que yo había oficiado, menos en la de la tía Sagitas, muy decidida a casarse con el tío Jack, y menos en la boda de Matt y Helike, quienes se casaron en medio de una guerra familiar con muertos.

 

- Hay pocos invitados, ¿no?

 

No quería parecer descortés pues no era asunto mío si no habían invitado a más gente, sólo era extrañeza de ver a tan pocos familiares de ambos novios allá, en la ceremonia. Noté cierto movimiento en el primo Antoni y no lo pensé. Le llamé.

 

- @@Anthony Ryvak Dracony, ¿de parte de quién vienes? ¿Del novio o de la novia?

 

No estaba segura del parentesco pues era mi primo desde que la tía Sagitas le llamaba sobrino, pero no estaba bien segura de cuál rama era y la Vladimir solía ser la que menos familiares compartíamos.

 

- ¡Mira, ha llegado la tía Cye! ¡Tia Cye! ¡¡Tiita!!

 

Los pocos presentes se giraron al sentir mis gritos pero la tía Cye parecía perdida en sus pensamientos y no parecía escuchar mi voz.

 

- ¿Qué crees que le pasa? Tal vez se pone triste en las bodas. Yo me pongo a llorar casi siempre. Mira a la tía Ariane, también parece a punto de llorar. Creo que muchos esperamos esta boda, primo Sean. ¡Ooog!

 

Aunque estaba al principio de la zona de las sillas, oí como el tío Sherlock llamaba hija a la tía Ariane y hablaba de Cye como una persona querida...

 

- ¿Qué lío de familias, verdad? Nunca sé si somos primos, tíos, sobrinos o sólo amigos con tantos cruces en el árbol genealógico. Oye, ¿llamamos a la novia, a la tía Sagitas...? Creo que vamos algo tarde... Bueno, no hay prisa pero...

[Matt Blackner]

Llegaba tarde. Llegaba tarde porque...

 

Bueno, me había quedado dormido.

 

Elentari tenía la culpa. Bueno, no podía culpar a un bebé de que yo me hubiera quedado dormido en la cama cuando prometí que solo iba a echarme diez minutos.

 

Asi qeu alli estaba, llegando a la Ojo Loco con prisas, vestido de traje y corbata, y acompañado de mi pequeña hija, rezando porque no fuera excesivamente tarde y aun llegara a tiempo para llevar a mi hermanita al altar y amenazar un poco con la mirada a Sean, algo qeu seguramente, Sagitas ya habría hecho más de una vez, pero...no estaba de más.

 

- Perenela? Sagis? Alguien?[7i] - pregunté, caminando por el interior de la mansión. Fuera, en los jardines, se oía el murmullo qeu indicaba que los invitados estaban alli, esperando qeu comenzara la ceremonia.

[Ela Karoline]

 

El y sus bromas, lo escucho reírse sin debatir el argumento que ella acababa de esgrimir y al mismo tiempo sabia que estaba pensando como ella, "el mundo es un pañuelo" le alegraba saber que se tenían ambos, el uno al otro, así cuando ella se marchara... Allí detuvo sus pensamientos más porque hoy no queria entristecerse era una boda, un que habían esperado tanto como la de Matt y Helike, al menos ella había visto amor genuino en la pareja.

 

--Bueno, no es que te cueste mucho romper reglas ¿verdad?-- dijo sonriendo tras verlo demostrar afecto a su hija, ahora entendía aquella conducta cuando Luna, la hija de Ariane había entrado a la churrería.

 

De verdad no lo imaginaba ocupándose de detalles de boda, pero le había demostrado que era una cajita de sorpresas, y también le intereso saber si era la propia Dumbledore o su cuñada quien se había saltado mandar hacer el pastel en su negocio.

 

--Yo quiero un dulce-- dijo poniendo cara de ángel y abanicando sus largas pestañas al tiempo que se mordia el labio inferior, los dulces o postres incluso un ponche azucarado podía tranquilizarla.

 

En eso escucho un grito y giro hacia la voz femenina que la saludaba, era Xell, seguramente oficiaría la boda con Sagitas. Alzó la mano para que viera que la había escuchado y le lanzo un beso al aire, era su sobrina rubita, hermosa, que había crecido mucho en los dos últimos años, no de tamaño, no, sino internamente, un hondo suspiro se le escapo porque ella se lo había perdido.

 

@@Xell Vladimir Potter Black

@

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Dije que no iba a llorar? Pues por supuesto que no iba a llorar, yo era una mujer fría y no podía ponerme a llorar y demostrar flaqueza. Así que respiré varias veces de forma sonora por la nariz para frenar la moquera que quería desbordarse hasta que conseguí controlarla.

 

-- Chiquilla, tranquila, no me aprietes tanto que vas a conseguir que se me arrugue mi vestido y ya sabes que la madre de la novia ha de lucir impecable.

 

Aún a pesar de mis protestas, saboreé tener los brazos de mi hija en torno a mí. Pronto dejaría de tenerlos; todas decían lo mismo pero al casarse, las madres pasaban a segundo término. Bueno, aún estaba a tiempo de matar al novio... No,mejor no, Perenela parecía muy contenta al ponerse el vestido, era mejor no estropearle el día con un entierro repentino porque su futuro marido hubiera tropezado con un Avada Kebadra perdido.

 

-- No te asomes a la ventana, chiquilla, que te puedes resfriar. -- Llegaba tarde, perdida entre pensamientos de asesinatos, Pere ya se había asomado para ver la zona de los jardines en los que se iba a celebrar la boda. Hasta allá llegaban los susurros de los presentes y me pregunté dónde demonios estaba su hermano para llevarla del brazo. ¿Quién más habría llegado? Ella volvió a abrazarme y volví a aprovecharme de esos momentos entre madre e hija que pronto desaparecerían. -- Tu rostro no es un desastre, chiquita mía.

 

Tocaron a la puerta y una elfina trajo té. Sonreí. La había reconocido como la elfina personal de Cye, lo que me produjo una gran alegría saber que estaba cerca. En otro momento, no habría dejado que Pere tomara nada pues a saber si tenía algo meclado con el líquido ambarino. Sean era un mujeriego que iba a romper muchos corazones con aquella boda y no podía permitir que alguna de aquellas mujeres desdeñadas se quisieran vengan en la dulce Perenela.

 

-- Tengo más que suficiente con esos 5 minutos, cielo. Ven, siéntate.

 

Por supuesto, no era tarea fácil pero quien dice 5 minutos, dice 15... así que cuando acabé de retocar sombras, colorete, retoca la forma de las cejas y esconder las ojeras, mi hija estaba como si acabara de tomar una siesta de la que se levantaba totalmente fresca.

 

-- Et voilà la femme -- le dije, dejando que viera el resultado en el espejo de su tocador. Sentí el vozarrón de Matt en el pasillo y corrí hacia la puerta. -- ¿A alguien se le han pegado las sábanas? ¡Ya era hora que llegaras! Tu hermana está lista para que la lleves al altar y llevamos horas esperándote. Mira que si no se llega a celebrar la boda por tu culpa, me hubiera enfadado mucho.

 

Enarbolé una gran sonrisa. Él sabía que no era cierto, que sólo claudicaba porque sabía que era lo mejor para mi hija pero que a mí, las bodas ajenas, me ponían de los nervios.

 

-- Bueno...., ¿qué...? ¿Bajamos de una vez? O tendremos que comprar más comida porque se la deben haber acabado ya toda con tanta espera.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Me miré en el espejo y casi no me reconozco... Mi rostro brillaba haciendo juego con la sonrisa grande que nunca tenía en mi rostro o aue nunca ostentaba, mis ojos tenían color enzalzando el azul natural de los mismos, mis mejillas tenían un tono porcelana que hacía más sutil la palidez de mi rostro y mis labios eran frescos de un rosa suave... Me veía etérea y me sentía hermosa.

 

La voz de Matt se escuchó abajo y la emoción se me aglopo en la garganta, esto era real, me iba a casar con la bendición de mi madre, iba a ser llevada por el hombre vivo más importante de mi vida y ser acompañada por las personas más importantes de la misma... Nunca ni en mis más locos sueños había pensado que me iba a casar, que iba a tener la oportunidad de ser la novia, respire un par de veces y enganche mi brazo con el de mi madre para sostenerme al bajar de las escaleras mientras llevaba mi ramillete de rosas azules y blancas en la otra y bajaba sintiéndome la mujer más feliz, dichosa y bendecida de todo el mundo mágico.

 

Llegamos al primer piso y allí al lado de mi hermano mayor y mi madre no pude contener la emoción: los atraje a los dos en un abrazo apretado luchando contra las lágrimas que desafiaban con salir:

 

-chicos... gracias, gracias, gracias... Los amo -pase saliva tratando de que la voz no se me quebrara - los amo, gracias por hacer realidad esto. Gracias por estar aquí y acompañarme hoy en este día...

 

@@Sagitas Potter Blue E. Potter Blue @@Matt Blackner

Editado 19 de Enero del 2020 por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

Di un par de palmadas en la mano de mi hija mientras salíamos de su habitación y avanzamos por los pasillos, rumbo al vestíbulo donde esperaba mi otro hijo para llevarla al altar. Por unos instantes, deseé que su verdadero padre estuviera allá, a su lado, abrazándola y llevándola él. Me estremecí. Demasiado pasado juntas. Sonreí a mi hija y volví a darle más palmaditas, a pesar que era yo la que necesitaba ánimos en aquel momento para no ponerme a llorar. Ella era mi niñita, la que había sufrido conmigo los mil avatares de mi vida y ahora se casaba. La emoción me embargaba mientras bajábamos las escaleras hacia la puerta y tendría que dejarla.

 

Nadie lo notó. Perenela estaba tan embargada en su propia emoción que nos abrazó a Matt y a mí y nos empezó a dar las gracias. Por supuesto, hice lo que pude para no tener empatía; mejor dicho, para que no se notara la empatía que sentía en aquellos momentos. Así que disimulé.

 

-- Demonios, muchacha... No me des las gracias. Yo sólo te acompaño para ver si puedo aún matar a tu no-marido, ya sabes que se la tengo jurada.

 

Sonreí sin embargo, para demostrar que no era (del todo) cierto. Sean ya había entrado en la familia hacía tiempo y mis gruñidos no eran más que meras quejas inocuas pues ya lo había aceptado hacía mucho como la pareja de Perenela. Pero vamos, que no sería yo si no le amenazara un par de veces al día, por lo menos.

 

-- Venga, yo te dejo aquí. -- Le planté un beso en la frente y le froté un poco con el pulgar para que no se notara el brillo de mi pintalabios. -- La Suma Sacerdotisa ha de estar en el altar cuando llegues. Así que darme unos minutos y después salís detrás de mí. ¡Ay, espera...! ¿Dónde está Ithilion?

 

Harpo, con un lindo chaleco de color granate con brillantes en los bolsillos, traía a mi hijo, con un hermoso traje rojo. ¿Rojo? Harpo se encogió un poco de hombros. Si yo le había encargado uno azul para que hiciera juego con el vestido de novia.

 

-- Era éste o el de payaso furioso.

 

Sí, vale... Éramos una familia con gustos extraños. Así que mejor el rojo.

 

-- Ithilion, detrás de mí moviendo las hadas del canastillo para que iluminen a tus dos hermanos. ¿Lo has entendido? Tal como lo ensayamos.

 

Aunque el niño dijo que sí, no me lo creí demasiado así que suspiré y moví la varita para que se abriera la puerta. Salí y me dirigí de forma pausada hacia la zona de la ceremonia y sonreí a todos los presentes, agradeciéndoles que estuvieran allá. Al acercarme al altar, vi a mi hermano Sherlock, a Ariane, a Cye, a Antoni... A todos les di las gracias con un apretón de manos muy fuerte por estar a nuestro lado este día. Después avancé y vi a Sean con Xell. Solté un suspiro.

 

-- Lo siento, Sean, Perenela dice que no viene. Aún puedes irte antes de que te suelte al dragón y te queme los fondillos del pantalón. -- Pero le hice una seña a Xell para que me acompañara. Subí a la tarima y me giré, esperando a la novia.

 

Hoy iba a ser un gran día.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Sonreí viendo a mi madre marchar y sentía el corazón lleno de esa alegría que no tiene precedentes, le revolvi el cabello a mi hermano pequeño y enganche el brazo a mi hermano mayor, temblando ligeramente, me aclare la garganta un par de veces tratando de apaciguarme.

 

-No permitas que tropiece - le dije a Matt mientras veía a mi madre ponerse al lado de Xell y mirarnos, Ithilion ya había empezado a caminar unos pasos por delante de nosotros sacudiendo las hadas para que brillarán, miré a Matt y sus ojeras y aún así sonrei:

 

-¿La niña te está dejando dormir hermano? - estaba haciendo charla nerviosa mientras subía la capucha del vestido y lo acomodaba como un velo sobre mi cabello teniendo cuidado con el tocado que mi madre había hecho y daba unos pasos con tacones sintiendo mis pies algo inestables, apreté con un poco de fuerza el brazo de Matt:

 

-no me dejes caer, no se caminar muy bien con tacones - le dije mientras emprendimos la marcha hacia donde nos esperaba mi madre, nuestros invitados y mi futuro marido