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Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)


Sagitas E. Potter Blue
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El mago miro como su hermana al fin había llegado al altar lo que suponía que la boda en cualquier momento empezaría, así que sonriendo por un instante se colocó a su lado teniendo en una mano una cajita con diversos dulces y en la otra dos copas con vino espumoso para las chicas,

 

--Hermanita @@Sagitas Potter Blue es bueno volver a verte, sabes por un momento creí que yo iba a oficiar está boda jajaja, te imaginas? Aún recuerdo cuando tuve la mía fue muy... Curiosa--

 

Decía mientras recordaba del escándalo que hubo en la ventanilla del ministerio y riendo un poco sencillamente abrazo a su hermana regalandole un beso en la mejilla escondiendo por un momento su tristeza en aquella abundante cabellera morada y sin decir mas le volvió a sonreir.

 

--Se que lo harás de maravilla, ánimo estaré junto a Cye por si necesitan ayuda--

 

Le decía mientras comenzaba su camino hacia las señoritas @@Xell Vladimir Potter Black @ y @ dónde sonriendoles por un momento le entrego a su hija y lo que parecía ser... Su sobrina Xell?... Que chiquito era el mundo...

 

--Mi hermana ya está en el altar, por el movimiento de los invitados al parecer la novia ya viene bajando si gustan nos acercamos al pasillo? Aproposito tal vez seamos pocos pero yo siempre eh creído que estamos lo que tenemos que estar, la familia es lo más importante, me acompañas Cye?--

 

Le decía sonriéndole mientras le entregaba su cajita con todos los dulces de la mesa y sonriéndole le extendió la mano para empezar su camino hacia el pasillo por dónde entraría la novia hacia el altar...

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Definitivamente nunca confesaría lo que había pensado y sentido antes...ahora que esperaba sentado en aquella arreglada silla de un jardín primoroso, encadenaba los detalles: los adornos, las sillas, las flores, el altar... todo le recordaba aquella celebración de su aniversario, un feliz aniversario que este año no tendría...bajo la vista y comenzó a respirar profundo...la ausencia de Cindy a veces hace más profundo aquel hueco en su alma y en su vida...

 

Vio a Sean llegar y colocarse junto a Xell, (el mago a quien se supone iba a buscar y entonces entendió...si........aquella invitación que le envió la dulce Ariane...y que de hecho sus amigos le hicieron acudir...¡despedida de soltero! ¡cierto! pero..... ¿cómo? (el peliverde tomo su barbilla mientras algo se revelaba curiosamente: estaba "desconectado" con la realidad...desde que Cindy le había dicho que se marcharía, él ya no era él...era como una sombra de quien era antes...)

 

Su prima Xell le habló...su pregunta era difícil...--¿De parte de quien vienes? ¿del novio o de la novia?--- La miró y su voz fue un dudoso susurro-- Yo....no lo sé...--Ryvak Dracony no pudo moverse, no podía hablar... miro el pasillo...por el caminaba Sagitas...ella le saludo con un apretón de mano... y marchó al altar...su tía Sagitas, él quería creer en que lo era...aunque nunca le contestó sobre Adriano... tal vez no era realmente su familia :cry:...aunque Reacon tampoco y aún así, el vampiro dijo algo consolador: "Los amigos son la familia que elegimos".

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La respuesta de Xell no se hizo esperar. Me subia por mucho el ego que ella considerase que era sexy. La tenia en una muy buena estima, eramos buenos amigos. O sea, no es que pudiese decir que tuviera muchas amigas mujeres, dado mi estatus de mujeriego, pero Xell era un claro ejemplo de que se podia. Aunque ahora que me fijaba que ese rubor en sus mejillas. Si, le quedaba muy bien. Interesante no la habia visto asi nunca. De seguro asi hablando el terrible corazon de la Lisa.

 

-Gracias por lo de sexy...la idea es que la novia no quite los ojos de mi. -dije sonriendo mientras rascaba la cabeza- Y ni quieras saber lo que traigo debajo -le hice un guiño complice para despues caer en lo de la demora de Perenela.- Si, se demora algo..pero dicen que eso es normal.

 

Mire al resto de los invitados pero no vi aun a @ la que me debia acompañar al altar. Aunque suponia que esa tradicion era bastante nueva. Y claro, algo que bien habia apuntado Xell, habia pocos invitados, pero sin dudas eran los que debian estar.

 

-No importa la contidad de invitados si estan los que tienen que estar. -dije reafirmando la idea que tenia en mente.

 

Me acomode el traje mientras repasaba los nombres que decia Xell....incluso Antony llego hasta nosotros. Me fije claramente en el lenguaje corporar que estilaban Cye y Sherlock...al parecer ahi habia algo mas....y claro...no pude sentir cierta opresion en mi al ver a Ariane a punto de llorar. NO hacia mucho que la conocia...pero la tenia en alta estima..y un cariño muy especial.

 

Y en eso estaba cuando llego Sagitas llego y despues de suspirar me lanzo una bomba que palidecio mi rostro. No por el dragon, eso ya lo tenia previsto...sino por lo de Perenela. Seria una broma??. Respire profundo al ver como hacia una seña a Xell para que la siguiera...no entendia nada....Por ahora los ratones me habian comido la lengua.

 

Por suerte muchos comenzaban a mirar hacia mis espalda asi que me gire solo para quedarme con la boca abierta. Ahi, aferrada al brazo de Matt estaba una Perenela que irradiaba luz y belleza. Frente a ellos Ithilion caminaba alegre sacudiendo hadas para que al brillar resaltaran mas la escena que solo tenia un ente principal, mi novia y futura esposa. Si hubera una novia perfecta seria ella. Bella, como siempre. Con altura, en esos tacones que le aumentaban la gracia y ese vestido pues me dejaban sin palabra una vez mas. Claro ahora de alegria como reflejaba mi sonrisa.

Editado por Sean -Ojo Loco- Linmer

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Me sentía inestable con esos tacones mientras caminaba sobre el terreno pero no me quejaba, no mucho la verdad ya que la euforia corría por mis venas mientras caminaba del brazo de mi hermano, alce la vista hacia donde mi madre me esperaba junto a Xell y vi de cerca a mi futuro marido... sonreí ampliamente viendo lo sexy que estaba en el traje y por mi mente en un momento fugaz se cruzo las mil maneras en que podía quitárselo de encima, sonreí con fina coquetería mientras caminaba a paso lento hacia el altar.

 

me quede allí mirando a Sean mientras daba los últimos pasos hacia el, me volvi a mi hermano y le di un beso en la mejilla y le di un breve abrazo antes de darle la mano a mi marido, a la espera de que mi madre empezara la ceremonia, le susurré a Sean:

 

-Te ves muy apuesto futuro marido...

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

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Sybilla Macnair

 

 

Era tarde.

 

Era horrorosamente tarde y yo aún no me había colocado los aretes que iba a acompañar mi atuendo a la ceremonia.

 

-Ay Sean, lo siento- murmuré, mientras me apresuraba todo lo que podía.

 

La mansión Potter Blue no estaba lejos de la Macnair pero no podía ir caminando o en escoba porque claramente arruinaría mi peinado y mi ropa, así que opté por la aparición fuera de los terrenos congelados y cruzar a pie el tramo que me separaba de la casa de mi amiga, trastabillando por los tacones que llevaba tiempo sin usar. Claro que cuando era vampiro no tenía que preocuparme por el equilibrio porque era algo aparentemente innato de los inmortales, pero en mi figura humana era algo completamente distinto.

 

Corrí, se podría decir, hacia donde escuchaba el murmullo de la gente y me sorprendí que en realidad no fueran muchos invitados. Me quedé allí parada, pasmada un momento, admirando la decoración, la ropa de la gente que acudía. Y allí, frente al altar, Sean estaba parado con su mejor traje y su mejor cara de nerviosismo, intentando ocultarlo en realidad, mientras intercambiaba unas palabras con Xell. Rodee a los invitados que esperaban sentados a los lados del corredor por el que ingresaría la novia, y me dirigí directo a un lado de Sean.

 

-Lo siento, casi no llego- me disculpé, besando la mejilla de mi hijo adoptivo y sonriendo al resto de los presentes de forma tímida-. Te ves guapísimo- agregué.

 

Pero no pude decir mucho más, porque justo en aquel momento, todos se giraron para mirar hacia el final del corredor, donde una deslumbrante mujer vestía de novia. Yo no conocía personalmente a la futura esposa de mi hijo, aquella era nuestra primera vez en la misma habitación, pero no necesité conocerla para saber que si mi hijo le rompía el corazón a esa joven dulce vestida de novia, yo le rompería el cuello a él. Quizá aquel sentimiento mío hiciera sentir mejor también a mi amiga Sagitas, ahora mi consuegra.

 

-Wow- fue lo único que dije al ver a Perenela y luego me tragué lo que había pensado para decir al ver a Matt tomándola del brazo.

 

Matt. Y luego... a la pequeña niña junto a Matt que se apresuraba para encontrarse con el resto de los invitados... y a Ithilion... Ese niño estaba crecido.

 

Junto a Xell se colocó Sagitas y sacudí la mano por lo bajo para saludarla, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

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Nunca había presenciado un casamiento en mi vida y aquella resultaba una ocasión perfecta para hacerlo. Nunca había tenido una experiencia en el amor ni nada parecido. Yo era un simple testigo del amor de los demás sin ser un usuario de tal. Claro, era poco habitual ver muestras de algún tipo de afecto romántico dentro de la mansión Di Médici. Lucrezia, mi pesada tutora, era fría como nieve en la cima de una montaña. Nunca me había demostrado un ápice de cariño pese a vivir junto a ella largos meses y de llevarnos relativamente bien ¡Que yo no tenía la culpa de que las cosas desaparecieran en la casa! Yo merecía algo de amor.

 

La atmósfera que se respiraba en el hogar de los “Ojo Loco” Potter Blue, de la cual mi padre había sido patriarca, era una curiosa contraparte a la que reinaba en la mansión Di Médici. En las cartas que Thiago había dejado atrás antes de huir al exilio se había extendido sobre lo que esa familia significaba para él. Siempre me despertaba curiosidad como él no concebía a la Potter Blue como una familia sino como una idea…una idea de unión. En los viejos pergaminos que había encontrado tiempo atrás en su escritorio mi padre expresaba con paternal sentimentalismo como esperaba que personas de diferentes etnias, edades, orígenes, ideologías, contextos y experiencias pudieran encontrar en la “Ojo Loco” un hogar. Un techo protector.

 

Sin duda su imaginario de lo que debía significar un hogar se había plasmado a la perfección en cada rincón de aquel lugar. Los pasillos eran cálidos, la decoración abrazadora y la felicidad que se percibía en el aire -seguramente alentada por el inminente casamiento- se impregnaba en mi piel, llevando a que mis labios mostraran una amplia sonrisa a los demás. Era imposible que obviara también la influencia de Sagitas, mi tía, en todo ello. Pese a no conocerla, sabía que tanto su alma como la de su desaparecido hermano se encontraban en cada ínfimo detalle de la mansión. Su impronta se imponía en cada mínimo aspecto. Todo ello era lo que me permitía sentir que mi padre estaba vivo porque en la “Ojo Loco” se reflejaba lo que él había sido: un artífice y un soñador.

 

La verdad es que desconocía a quienes en ese momento estaban por unirse en sagrado matrimonio pero era evidente que tenían relación con la familia. Me calcé mi mejor traje de gala; uno que Lucrezia me había comprado en uno de sus tantos viajes de compras a Milán y que pese a no haberme consultado, la aristócrata había acertado en talle y gusto. La tela era de un color similar al jade, el diseño tenía motivos clásicos en tonalidades ligeramente más oscuras y lo acompañaba con una camisa negra. Mientras que el saco se ajustaba a mi delgado torso, los pantalones en cambio caían sueltos hasta encontrarse con unos zapatos de cuero negro y punta angosta lustrados con la mano experta de Passepartout. Estaba hecho todo un caballero formal y elegante, una exigencia que Lucrezia había inoculado en mí sin que me diese cuenta. Pese a no venir de una familia aristócrata como ella, la señora Di Médici insistía en que aparentara un origen de alta alcurnia como el ella. De mala gana lo aceptaba.

 

Al entrar al espacio donde se celebraría la ceremonia mis ojos se desviaron automáticamente a la primera persona que era capaz de reconocer: mi madre Ariane. Consciente de que no me había pillado, me acerqué lento por detrás cuidando que mis pasos fueran lo suficientemente suaves como para que su oído vampírico no los percibiera. Alrededor la gente ya contemplaba lo que era el inicio de la boda, algo que por ahora poco me importaba ¡Necesitaba darle un susto de muerte! Al llegar detrás de ella, cubrí sus ojos con las palmas de mis manos y acerqué mi boca a su oído derecho. Imposté la voz lo más que pude, haciendo que mis cuerdas vocales trabajasen duro para sonar lo más grave posible.

 

- Adivina quién soy…¡No hay segunda oportunidad!

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:) http://www.youtube.com/watch?v=p7Eu9D-9974 :)

 

Como sacerdotisa, he de permanecer lo más hierática y ajena a la acción que se desarrolla a mi alrededor: susurros, aplausos, choques de manos, exclamaciones de alegría, taconeos de los tardones que se agregan a los invitados, música, lloros... Como sacerdotisa y también como payasa de circo, he aprendido a dominar las emociones ante un público para mostrarme impasible. Ahora, como madre, me era imposible no emocionarme con aquella hermosísima novia que era mi hija, mientras se acercaba al altar, agarrada de la mano de mi otro hijo, Matt.

 

Sonreí un poquito al ver que Ithilion lanzaba al aire las hadas que, libres, revoloteaban levemente, esparciendo su polvillo de oro por delante de la novia, iluminando cada paso de aquel pasillo que llevaba hacia el altar. Había dado tiempo a Sherlock de sentarse tras mi negativa a que él oficiara la boda. "¡Y un cuerno de erumpent te dejo a ti que cases a mi hija!" le había contestado, aunque le agradecí muchísimo que estuviera a nuestro lado en el día de hoy. También sonreí a Antoni. ¿Por qué estaba tan nervioso? Ni que fuera él el novio. Cuando acabara la ceremonia, tendría que acercarme a él un poquito para abrazarle. Últimamente le notaba algo abstraído y yo no había tenido tiempo de dedicarle unos minutos.

 

También tuve tiempo de contemplar el rostro mudo de Sean. El muchacho parecía haber sufrido un golpe cuando le dije que se anulaba la boda y había pasado del miedo a que fuera cierto a una cara bobalicona al contemplar a la que pronto sería su mujer, acercándose a él.

 

-- Ya puedes cuidarla de por vida o... -- susurré tan bajo que creo que ni Xell, quien ya estaba a mi lado, se enteró.

 

Alcancé a ver a Sybilla que llegaba con prisas para situarse al lado del novio y le sonreí. Hubiera querido levantar la mano y enseñarle el pulgar, al verla taconeando hacia nosotros. Ya tendría tiempo de dejar de ser una sacerdotisa formal para desfogarme con ella. Ansiaba abrazarla. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

 

Antes de centrarme en los novios, aún me dio tiempo de ver a Luka Gryffindor, clavadito a mi hermano Thiago, quien había acudido a la ceremonia junto a Ariane, Cye y el resto de presentes. No le sonreí, recordando la belleza que compartía con su padre y viéndole saltar por los pasillos de la "Ojo Loco" persiguiendo a las mascotas. Parpadeé un momento para volver a la realidad. A veces, cuando soñaba con él, revivía la naturalidad y locura de unos tiempos pasados que, seguramente, parecían mejores que el presente en guerra.

 

Gran momento para una boda.

 

-- Queridos amigos y hermanos del mundo mágico. Nos hemos reunido aquí para...

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Al fin el momento había empezado, la novia ya había recorrido el pasillo y los dos se encontraban frente al altar donde mi hermana comenzaba a oficializar está boda la cual todo prometía ser perfecta, fue entonces que mirando a sus acompañantes (Cye y Arianne) junto a mi nueva sobrina Xell sencillamente tomamos asiento lo más cerca posible del altar para poder ver más claramente, internamente se empezaban a plantear dos escenarios en la cabeza de Sherlock... Uno donde el novio escapaba... Y otro donde el novio se quedaba, era 50-50 aunque sería más divertido la verdad esperaba que no huyera, también era necesario protegerse por si alguna fuerza del mal se le ocurriera hacer acto de presencia, no sería la primera vez...

 

--Cye... Si te propusiera un viaje por el mundo vendrías conmigo?--

 

Lo decía en voz baja para no tener que interrumpir las palabras de su hermana la cual había comenzado con su letanía acerca de la importancia del matrimonio y estaba casi seguro que en cualquier momento empezaría a amenazar al novio... Por lo que recargandose en su silla el mago sencillamente miro mientras esperaba como avanzaban las cosas...

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Y ahi ensimismado por la vision de mi bella novia apenas si percibi la presencia, incluso el beso en la mejilla, de Cissy, mi madre. Si, pudo venir. Una preocupacion menos y ahora solo a dedicarme a mi futura esposa. Aunque una preocupacion me rondaba la mente. El traje de novie era lindo, no..mas que eso...era hermosamente bello.....pero a saber si seria complicado de quitar a la hora de la noche de bodas. Y no, no queria complicaciones en ese momento. Asi que lo sentia mucho si se dañaba un poco en el ajetreo sin luz de una noche calurosa. Pero dejando eso a un lado, ya me ocuparia llegado el momento (cualquier cosa tijeras a mi). Asi medio turulato con tanta belleza vi como Perenela se acercaba a mi para extenderme la mano. Sin demora la sostuve con la mia y sonriendo me gire en direccion al lugar donde la suegri tenia planeado comenzar los formalismos.

 

Caminamos unos pasos hasta alcanzar el altar. Ya estabamos todos, y el que no, pues se lo perdia. Asi caminamos junto ella apoyada de mi mano que sostenia si andar un poco tambaleante por los tacones y los adoquines del jardin. Mmm malditos adoquines...tacones no..porque hacian sobresalir la voluptuosa silueta de mi esposa. Por suerte la atencion no estaba ya solo en nosotros sino en Ithilion que con su habitual carisma de ondular las hadas para que brillasen llemaba mucho la atencion. Sin mas llegamos frente a la suegri...que para mi suerte no tenia la ballesta por ahi...aunque de seguro ya estaba previniendome de no meter la pata.

 

No faltaba mas, por lo que la pelivioleta despies de tomar un respiro inicio las formalidades mientras mis ojos se perdian en los de Perenela, reviviendo malos y buenos momentos pero que al final nos habia llevado hasta aqui. Claro, ya en mi mente solo tenia cabida el informativo de.."dale vieja bruja....llega a la parte de...el novio puede besar a la novia."

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue@@Sagitas Potter Blue

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Apenas el sentimiento me dejaba pensar, el cálido y dulce abrazo de mi madrina @ al que correspondi antes que se acomodara me lleno de tranquilidad, la dulzura incomparable de esta mujer me hacía muy feliz, mi padre adoptivo se veía muy bien a su lado, me encantaba su amistad, ambos merecían tener un apoyo incondicional y se veían bien juntos.

 

Suspiré pensando en mi boda, no había sido en esa casa donde se había efectuado mi boda, pero era casi las mismas personas dulces y cariñosas.

 

Depronto todo se oscureció unas maravillosas manos con un olor magnífico me cerraron la vista al mundo y abrieron mi corazón, la sonrisa que apareció en mis rostro no podía ser más grande.

 

- Dejame adivinar... ¿Será el hombre más guapo de todos?, de seguro lo es y el que más amo

 

Asegure antes de llevarme a los labios las manos de mi hijo, luego de besar su mano busque su rostro con mi mano derecha y acaricie su mejilla, me levante para poder abrazarlo, y poder ver esos hermosos ojos profundos como esmeraldas.

 

-Definitivamente eres el más guapo de todos

 

Le bese las mejillas, cualquiera diría que lo veía guapo simplemente por ser mi hijo, pero Luka había heredado el porte varonil y gallardo de su padre, para ser solo un adolescente era muy guapo y estaba segura que más de una chica ya estaría loca por él.

 

- Ven mi amor siéntate a mi lado, ya llegan los novios, tu tía Sagitas también nos caso a tu padre y a mi...

 

 

Le conté eso para que se diera cuenta que aunque sus padres ya no estaban juntos el había nacido de un gran amor, porque eso era el fruto del amor.

 

 

@@Lucrezia Di Medici Di Médici

Editado por Ariane Dumbledore

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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