Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Sagitas E. Potter Blue]

¿Quién me manda a mí tener tantas Habilidades? Por supuesto, son algo innato y no se pueden dejar en la cómoda de la habitación cuando estás haciendo otra cosa, para que no te distraigan. En vez de eso, estaban allá, como un susurro, mientras yo iniciaba la ceremonia de la boda de mi querida hija Perenela con mi no-tan-querido yerno Sean.

 

Con las manos alzadas a una altura que no superaba mi cabeza, intentaba reprimir aquella oleada de información que mi Legeremancia me bombardeaba sin piedad. Así, me enteré que mi hermano Sherlock intentaba mantener una relación con mi cuñada Cye. Por supuesto, es su vida y no me iba a meter en ella pero... ¿en serio iban a empezar una relación en la boda de mi hija.

 

-- ... para unir a Perenela Arya Grindewald Potter Blue con Sean Linmer en el sacro matrimonio. Ella es una hija ejemplar fruto de un amor anómalo que tuve en el pasado antes de conocer a mi marido. Su padre no puede estar hoy aquí pero sé que estaría muy orgulloso, tanto como yo, de verla aquí, delante del Altar de la Divina Tierra, a punto de declaración su deseo de ser la esposa de este muchacho. Delante de ella sitúo el cuenco de la tierra de sus ancestros, ceniza de los huesos de su padre, una semilla de cerezo japonés de su escuela y agua del río de Avalon que purificó un día a su madre.

 

Esperé que Xell dejara encima del altar el resto de ingredientes que había ido tomando a medida que los nombraba. Ahora tocaba Sean. Mi ceño se frunció al sentir como me llamaba vieja bruja. ¡Maldita Legeremancia que me dejaba sentir en aquel momento tan sensible y sensitivo las palabras que me decía mi futuro yerno! A punto estuve de plantarle una bofetada por su insensatez pero la mirada entusiasmada de mi hija hizo que refrenara aquel impulso. Le había prometido que la casaría y que la boda no acabaría en funeral, algo que iba a cumplir aunque sólo fuera ese día. Al día siguiente... ya vería.

 

-- Él es un rufián conocido por todos los bajos fondos de este pueblo y, me temo, que su fama va mucho más allá de este territorio y se extiende por negocios de mal agüero y, para mi desgracia, en demasiadas alcobas ajenas. --¿Es que aquel té que me había dado la elfina de Cye tenía veritaserum? Estaba hablando de más. -- Pero si mi hija acepta sus pecados, esta "vieja" sacerdotisa no ve motivos para impedir que la tierra de su familia se una a la nuestra.

 

Esperé que Xell vaciara un saquito de tierra que habíamos traído de la mansión Macnair en el cuenco con la tierra de la mansión "Ojo Loco". Esperaba que los elfos hubieras pedido permiso a su madre Cissy para hacerlo aunque, si la hubieran robado, sólo harían honor a la profesión de Sean. Tomé la semilla y la hundí en las dos tierras ahora entremezcladas. Espolvoreé la ceniza del padre de Perenela para que sirviera de abono y después regué bien la tierra para que la semilla quedara húmeda y dispuesta para florecer.

 

-- Que La Madre Naturaleza apruebe este unión mediante los elementos de agua, aire, tierra y fuego para que dure una eternidad. Jurar ante todos nosotros vuestro deseo de uniros por voluntad propia, jurar traer luz, amor y felicidad a vuestra familia y honrar a vuestros antepasados con respeto, enseñando sus nombres a vuestros hijos para que perduren en la memoria.

 

Xell, mientras, acercó un pañuelo largo, blanco impoluto y con las iniciales de ambos muchachos bordadas en hilo de oro. Rodeó la muñeca de él con la de ella mientras yo hablaba de nuevo:

 

-- Al igual que este lazo os une las manos, que vuestras almas se unan para que vuestras fuerzas se dupliquen para afrontar la nueva vida juntos. Que vuestras cualidades se unan y suplan los defectos del otro para que vuestro Matrimonio sea fuerte, fruto de dos conciencias, dos almas, un sólo destino.

 

De repente, sentí ganas de llorar. La novia más hermosa y el novio que, por cierto, no puedo negar que le quedaba bien el trajecito. Esperaba que no lo hubiera robado... Ay, mis pensamientos siempre van por delante de mis actos y aún no le había puesto los anillos. Xell ya los había puesto encima del altar.

 

-- Encender juntos el Velón Blanco con el que simbolizáis vuestro deseo de ser sólo uno en el matrimonio que iniciáis hoy en común. Que su Luz os iluminen en los días oscuros que intenten separaros, que su llama os caliente en los días fríos de desánimos. Que nunca os falte Luz Mágica en vuestras vidas.

 

Esperé que ellos hicieran el rito y después sonreí. Un último paso y ya habría acabado. Xell desató el lazo y les indicó que se acercaran hacia el altar, donde descansaban los anillos. ¿Quién los había traído? No me había fijado.

 

-- Con este lazo que os ha unido, tapo el cuenco del árbol plantado y sello con las gotas de cera del Velón que os ha ungido en este rito. -- Vertí con destreza la cera que goteaba de la vela, en el borde del receptor, sellando el lazo de tela que ellos habían llevado puesto, con los picos colgando del que sólo se veían los nombres de ambos, bordados a mano. -- La semilla que hemos creado dentro crecerá y luchará por salir de la tierra. Si la Diosa Naturaleza cree en este matrimonio, os confiará la gracia que germine y salga al exterior. Dentro de un mes, confirmaréis vuestra unión plantando el árbol nacido en un terreno de los jardines, validando así vuestra felicidad. Ahora...

 

Ufff, ¿cuándo acabaría para ir a tomar una copa?

 

-- Entregaros los anillos y decir en voz alta: "Con este anillo yo te desposo". Y ahora, yo os Declaro Marido y Mujer ante los ojos de la Diosa y de la Comunidad Mágica. Podéis...

 

A regañadientes....

 

-- ... Besaros.

[Matt Blackner]

No pude evitar sonrojarme al ver llegar a Sagitas, seguida de Perenela. Llegaba tarde, pero a pesar de que reconocía tono de broma en sus palabras, sabía que parte de ella deseaba que aquel momento no llegara totalmente. Porque igual que en mi boda, Sagitas era bastante reacia a que sus hijos se unieran a otra persona...al menos, en apariencia.

 

Ofrecí el brazo a Perenela, con una sonrisa, mientras avanzábamos por el pasillo entre invitados, siguiendo a Ithilion. Al frente, Sean esperaba que le entregase a la novia, mientras Sagitas al frente, parecía dispuesta a oficiar la ceremonia. Al menos aquella iba a ser una boda bastante más tranquila que la mia. Aquí, la única amenaza sería mi madre, tratando de deshacerse del novio.

 

Retrocedí un par de pasos, quedando por detrás de la novia, frente a la primera fila de invitados. Me ajusté la corbata, color burdeos que contrastaba con el traje de color negro, y me crucé de brazos, echando un vistazo hacia atrás para observar los alrededores. Con mi hija alli...podía decir que me sentía ligeramente intranquilo, pero siempre me pasaba, supongo. Observé a los invitados, la tía Cye, Cissy, a la que hacía mucho tiempo que no veía, Xell...suponía que Harpo seguía con mi hija, mientras yo hacía las labores de padrino durante la ceremonia, pero mi vistazo hacia el publico acabó cuando sentí cierta amenaza en la voz de mi madre. Eso me hizo alzar la ceja mientras la miraba. Había sido inaudible para casi todo el mundo, pero aun asi...

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Ya ahi, frente al altar y tomados de la mano, uno se ponia a pensar el porque se dilataban tanto estas cuestiones. Tal vez era para darle mucho bombo y platillo y una bellaza unica con ese cumulo de palabras de no entendia en su mayoria. Sobre los halagos que la vieja bruja, alias la suegri, alias la que nos casaba decia sobre su bella hija no tenia ni queja, aunque admito que podia incluir algunas extras algo mas intimas en esa proclamacion de meritos. Por otra parte nunca me habia sentido tan orgullos cuando Sagitas enumero mi muchas cosas buenas. Sin lugar a dudas la suegri lo habia bordado para dar la version mas realistas de mi y lo que ahi pasaba. Asi que sonriendo, despues de que mi ego se inflase un monton, segui de cerca el parloteo de los labios de sagitas aunque para mi ya era mas bien un continuo bla..bla..bla...en mi oido. O sea, cuanto faltaria para eso de "besar a la novia".

 

Un cuenco...tierra de un colegio japonez y de la Mansion de Macnair (Cissy habria autorizado eso??)...cenizas del fallecido padre, una semilla y agua. Sin lugar a dudas tendriamos la labor ornamental de hacer germinar la semilla y hacerla crecer, aunque si el objetivo era plantarla en el jardin de esta casa la verdad tendriamos que ver donde ponerla porque ya los buenos lugares estaban tomados. Por suerte no tuve que darle mas vueltas al asunto...legaba lo de los anillos.

 

Sin mas me acerque y tome entre el dedo pulgar y indice de mi mano derecha el aro con la delicada medida del dedo anular de Perenela. Tomando su mano derecha con mi mano libre acerque elaro a su dedo y mirando a Sagitas mientras le sacaba la lengua me incline hacia la demonio.

 

-Con este anillo yo te desposo y le gano a Sagitas- y dejando e caer en su mirada puse el anillo en el dedo. Si, la puya estaba de mas, ya despues fumarian la pipa de la paz. Y claro ya que la suegri nos daba le visto bueno, despues que Perenela hizo el mismpo proceso con mi dedo anular dejandome el anillo, dejando caer a Penernela en mis brazos, la bese.

 

 

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Estaba extasiada. Mi madre nos casaba, mi hermano estaba allí, mi familia y mis amigos también, incluso mi primo Anthony había venido, aun cuando sus emociones estaban a flor de piel y no todas eran congruentes con la boda... debía recordar abrazarlo fuerte después de la ceremonia. Me bebí todas y cada una de las palabras de orgullo de mi madre y no pude evitar derramar un par de lagrimas cuando me di cuenta de todo lo que tuvo que recorrer mi madre para tener cada uno de los ingredientes donde sembraríamos el árbol familiar que íbamos a realizar Sean y yo y del cual el primer fruto ya había germinado: nuestro hijo SJ.

 

Me abanique la cara tratando de secar las lagrimas mientras mi madre y Xell continuaban la ceremonia juntando las tierras de nuestras casas y plantando la semilla a la cual ya había escogido el lugar donde la sembraría. El mismo lugar donde vi a Sean la primera vez: Bajo mi ventana... ahora nuestra ventana, no pude evitar sonreír ante ese hecho y trate de concentrarme en lo que mi madre decía antes de que mi mente volara mas allá de donde estaba permitido a estas alturas de la ceremonia. Rebosaba de amor, por mi familia, por mi marido... deguste la palabra en mi boca: "Marido" Ahora la podría decir con propiedad. Por eso no dude ni un solo segundo de tomar el anillo después de que Sean pusiera el suyo en mi dedo sin dejar de sentir la puya que le lanzo a mi madre y fue la malicia de su acto lo que me hizo sonreír y decirle:

 

-Con este anillo yo te desposo y te ato a mi en cuerpo y alma, soy tuya y eres mio hasta que el cielo o el infierno nos reclame - puse el anillo en su dedo anular viendo como calzaba y sabiendo que aun cuando Sean quisiera el no se lo podría quitar, ninguna mujer mas tocaría a Mi Marido sin que yo lo supiera y eso me hizo sonreír aun mas, le bese con todo el amor que sentía por el y con toda esa sensación de posesión recorriendo mis venas y queriendo marcarlo con mi cuerpo, mi sangre, mi sudor y mi piel, pero me controle y simplemente rompí el beso para mirar a nuestras familias allí reunidas.

[Xell Vladimir Potter Black]

No tuve mucho tiempo para sociabilizar con la familia pues, por fin, salieron de la mansión. Primero salió la tía Sagitas quien lucía hermosísima con aquel traje de lujo de sacerdotisa poderosa. Iba seria, como se supone ha de ser una persona de su raza. Detrás de ella, Ithilion parecía divertido moviendo una serie de hadas que lanzaban polvillo por el camino.

 

- ¡Creo que se van a marear si sigue dando vueltas al canastillo! - Se lo decía a Sean pero él no hacía caso pues miraba a la prima Perenela, quien apareció detrás. -¡Qué linda está! Eres un hombre con suerte - le dije en tono de broma y muy sonrojada, recordando lo sucedido en la Vladimir. No quise preguntarle qué llevaba debajo del traje, por no seguirle la broma y porque todo estaba a punto para su boda.

 

Era todo un halago verla vestida de novia con un vestido tan hermoso. Casi no oigo a la tía Sagitas haciendo una broma al primo Sean sobre que no habría boda y que huyera. Vi su gesto, sin embargo, y me apresuré a subir al estrado con ella. Me situé por detrás, al lado del altar, esteraba el inicio de la ceremonia.

 

- La madre del novio te saluda, tíita Sagis.

 

Supongo que la vio, aunque susurró unas palabras que no llegué a oír ni saber a quién iba dirigidas. Tal vez, sólo iniciaba las plegarias de sacerdotisa. Empezó de forma directa, sin rodeos. Noté que miraba detenidamente al novio y, por unos instantes, pensé que no les iba a casar. Después siguió como si nada. A medida que iba mencionando los elementos del ritual, los fui depositando en el altar. Fui extremadamente cuidadosa porque sabía lo difcil que había resultado para Sagitas encontrar todos aquellos ingredientes para la boda. Puse el agua, las cenizas, la semilla del cerezo, la tierra...

 

Me retiré otra vez detrás de la sacerdotisa mientras ella hablaba. Mi papel era sólo de ayudante. Así que puse el velón blanco y los anillos casi al momento que ella los necesitaba. Cuando me tocó estar con los novio, desaté el lazo y lancé una sonrisilla de ánimo a mi prima, quien parecía muy tensa.

 

Después, me fui detrás del altar para sentir las voces de los novios. Casi me muero de la risa cuando Sagitas tuvo que decir que podían besarse con un tono de voz que parecía indicar que sentía ganas de vomitar. Creo que el primo Matt también se dio cuenta por la forma de alzar la ceja. Cuando Sean dijo que le ganaba a Sagitas, me salió la carcajada. La tía estaba de espaldas así que no pude ver su expresión pero seguro que su cara sería todo un poema.

 

Mi sonrisa desapareció cuando sentí las palabras de Perenela. ¿Qué tipos de votos acababa de pronunciar? Me puse de puntillas y noté que el anillo de Sean brillaba un poquito, ¿o habría sido el refulgir del polvo de las hadas? Como sea, creo que Perenela había hecho un conjuro en el anillo para atar a Sean a ella. ¿Qué habría hecho? Carraspeé. La ceremonia había acabado.

 

- Hem... ¡Vivan los novios! - me salió así, para que todos aplaudieran y pudiéramos salir de allá. Me apetecía bailar y divertirme.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Y ahí estaba todo feliz cuando mi amado tormento le dio por complicar mas las cosas. Porque aunque sabia poco de magia demoníaca el hecho de que el anillo brillase así de repente, era bien problemático. No es que tuviera problemas con el tema de fidelidad, solo tal vez un poco de pánico, terror y pesadillas recurrentes. No era mi estilo de vida y aun no sabia si tenia completamente la fuerza de voluntad de resistir la tentación. De todas formas estaba ahí dispuesto a mejorar por alguien a la que quería con todas mis fuerzas. Así pues la cara de sorpresa que debí tener debió ser de fotografía.

 

-Oye eso es un golpe bajo- dije sonriendo- ademas le das la razón a todos aquellos que tiene en su lista colgarme de mis partes. -Mi mirada paso de Sagitas a Cissy. -por Merlin...como que casi todos esperan que fracase..jajaja

 

Pese a tomarlo todo de forma jocosa me incorpore y mostrando enteresa y una cara de total seguridad lo confirme.

 

-Pues se darán con el trasero en la puerta. -una muy sincera intención -

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Ada Camille Dumbledore]

La ceremonia era muy linda, me alegraba de veras ver a Perenela muy feliz y a mi primo, esperaban estuvieran unidos siempre como en este momento de sus vidas. Yo no confiaba ya en el matrimonio, a mi eso no me daba suerte ni me servia de nada :dos matrimonios dos veces viuda, eso no era algo para mí.

 

Tome la mano de mi hijo y la estreche eche las mías para mi hijo Luka y todos mis hijos deseaba plena felicidad y alegría infinita todos los días de su vida.

 

Mire al cielo casi pensando en que Juan estaba mirando a su hija desposarse en este instante y ojala como ella misma había a dicho haya el cielo o el infierno los separaran.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

-No es un golpe bajo Marido - dije saboreando la palabra contra sus labios - míralo de este modo, vas a tener que encontrar formas mas creativas de salirte con la tuya y si no lo logras te esperara un castigo en la cama - le di una mirada sugerente para que supiera a que era lo que me refería y aun así no pude evitar la sonrisa picara que se extendía por mis rostro. Estos eramos el y yo, sin importar a que caminos nos llevara el cielo y el infierno sabíamos que siempre íbamos a regresar al otro, sin importar con quien coqueteara Sean para lograr hacer su trabajo, sabia en mi sangre y en mis huesos que el siempre volvería a mi y eso era lo único que me importaba.

 

Baje la capucha del vestido y me eche a reír cuando de mi pelo salieron miles de mariposas de colores como si de un hechizo se tratara, volví a ver a mi madre @@Sagitas Potter Blue y le sonreí, sabiendo que esto era cosa suya para agradarme y hacerme feliz, tendría que esperar a que la ceremonia acabara para poder darle un abrazo, pero me moría de ganas de abrazar a mi madre. Acaricie la mejilla de Sean sintiendo la piel lisa sin vello y volví a besarle, contestando la pregunta que vi bailar en sus ojos a un volumen bajito:

 

-Debemos esperar a que acabe la ceremonia y saludar a todos nuestros invitados antes de escaquearnos a una habitacion... Marido.

[Sagitas E. Potter Blue]

Era ineludible. El "podéis besaros" era el fin de un principio y tenía que aceptarlo. Allá, delante de mí, dos novios tomaban mis palabras con una felicidad extrema en sus ojos mientras que a mí me había producido una sensación de vacío. ¿Por qué...? No sabía decirlo. De repente, aquella sensación de que acababa de casar a mi hija me cayó como un mazazo. No por ellos, amaba a los chicos (bueno, a Sean un poquito menos que a mi hija); era el sentirme mayor, con un gran peso arrastrando de por vida y que no podía quitarme, era el sentirme demasiado tiempo viva, el haber vivido mucho tiempo y tener la certeza que era mejor dar un paso a un lado y dejar que el tiempo siguiera avanzando con otros protagonistas, quedándome atrás, cerrando los ojos...

 

Parpadeé, algo aturdida. ¿A qué venían esos pensamientos ahora, en un día tan feliz? Era como si... Elevé la vista al cielo intentando que mi sonrisa no se borrara. Buscaba algo, dementores o algo que sólo presentía en aquel momento como una sombra...

 

-- ¿Jack? -- susurré muy bajito.

 

Preguntar por mi marido fue instintivo aunque sabía que él no estaba allá, hacía tiempo que no lo notaba. Era como si... me hubiera abandonado. Respiré con fuerza y tragué saliva. Después, todo volvió a la normalidad.

 

-- ¿Qué me has ganado, muchacho? Ten cuidado, las "viejas" somos muy sabias por la edad que arrastramos. -- Bordeé el altar y besé a mi hija. Quería ser la primera en hacerlo antes que el resto de invitados. Después hice lo mismo con Sean, aunque susurrándole en el oído: -- Yo de ti no probaría nada durante el banquete. Puede que se me haya caído un chorro de Poción Blandengue Pastelina por alguna copa y no sé en cual. Tal vez no puedas cumplir con tus obligaciones de recién casado.

 

Los gritos que coreaban la frase de Xell se oyeron por todo el jardín y sonreí, esperando que los novios captaran toda la atención que se merecían y poder aprovechar para escaparme. Tenía otras cosas que hacer en aquel momento. Ya volvería para sentarme en la mesa principal pero me daba tiempo, mientras se daba la sesión de fotos y las felicitaciones.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Las palabras de Perenela me hicieron caer en cuenta que eso que proponia no resultaba tan descabellado. Asi dejaria volar mi imaginacion y jugar un divertido juego de gata y raton. Por lo tanto no habia que preocuparse por "ese golpe bajo", ya lo solucionaria. Y mientras regresaba mi mente al estado de envelezo por la situacion Perenela bajo el velo regalando un bello momento a la ceremonia, al salir de entre su pelo una gran cantidad de mariposas multicolores. Sonrei y aun tomado de la mano mire hacia el cielo disfrutando como se perdian las mariposas. Una vez se fueron senti la presencia de la suegri a mis espaldas saludando a la novia para despues dirigirse hacia mi.

 

-No te preocupes suegri -dije ante la amenza obviando la parte de la sabiduria de las viejas.- lo unico que me apetece saboreaer de esta fiesta lo tengo al lado..y lo tomo de la mano.

 

Declaracion muy acorde con la situacion y que Perenela supo interpretar muy bien. Ya que rapidamente plasmo en palabras la idea escencial que nos embargaba, y para eso solo habia una respuesta.

 

-Solo saludemos rapido....para escaparnos despues..con ese vestido que llevas muchas ideas rondan por mi mente.