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Un duelo por... accidente


Adryanie
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Hacía mucho no se daba una vuelta por el Ministerio y no era raro que la razón que la llevara a él fuera curiosamente su primo. Ese warlock siempre se andaba metiendo en líos y, lejos de solucionar los problemas de la comunidad mágica parecía quererlos empeorar apropósito, aún se preguntaba como era que lo habían elegido warlock justo a él por sobre otros excelentes magos y brujas que había en el mundo, pero era algo que no le había querido contar hasta ahora pero que algún día descubriría.

 

Se enteró de que había caos en recursos humanos y en criaturas y algo le decía que él tenía algo que ver. Subió al ascensor apretando todos los botones con la esperanza de que cuando se abriera la puerta encontrara el lugar donde parecía haber más caos aunque lo cierto era que nunca había visitado todo el Ministerio y se sorprendió de lo que encontró en las diferentes plantas.

 

—Tal vez.... — Cuando el ascensos se abrió en la planta de accidentes pensó que tal vez ellos podrían saber algo.

 

Se apresuró a salir del ascensor cubriéndose del viento que hacía el ascensor al salir disparado al siguiente piso que hacía que la falda de su vestido color vino ondeara un poco, siguió su camino algo deprisa fijándose constantemente hacia atrás como esperando que algo le diera indicios de dónde estaba su primo cuando de repente chocó con alguien...

 

—Aaaaaah — Gritó sin siquiera fijarse quien era se puso a la defensiva de una y sacó su varita susurrando — Sectusempra — El rayo rojizo voló hacía el cuerpo de Heliké causando las múltiples heridas sangrantes que causa típicamente este hechizo.

 

Adryanie se alejó de Heliké tratando de ubicarse de nuevo y recuperarse luego del susto observando a quien le había lanzado el hechizo.

 

— ¡Heliké! Lo siento no ...yo... no sabía es que yo .... — Claramente no había excusa.

 

Ella era una mujer muy ala defensiva, sutrabajo en la orden la había hecho así, las contantes batallas habían hecho que siempre estuviera con la varita en la mano esperando atacar o...o defenderse, claro que si tal vez había sido muy agresiva con un sectusempra pero ya no había vuelta atrás.

 

Dio una mirada rápida al lugar. Al ser el departamento de accidentes habían muchas cosas allí, algunas eran graciosas y otras daban miedo pro lo peligrosas que se veían, algunas hasta se movían como locas de un lado a otro. Por otro lado estaban ahí los clásicos escritorios y sillas y algunos de los trabajadores que los veían expectantes a la reacción de Heliké ¿será que la arrestarían ahí mismo?.

 

 

************************

 

Off

 

Hace mucho no roleo ni dueleo así que no te burles de mi XD

 

Si quieres usamos hechizos hasta tú rango y los libros yo solo tengo hasta la fortaleza :$

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El alba estaba bastante próximo. Podía notarlo por sobre todo, cuando los rayos del sol se iban filtrando por la gran cristalera que, hacía a la vez de puertas de acceso a la terraza, en el castillo Rambaldi. Obviamente, no dormía... Hacía siglos que no, pero me había dispuesto a echar una ojeada al firmamento esa noche, con un telescopio que había conseguido ya, hacía tiempo.

 

Miré el despertador mágico que tenía encima de la mesa y comprobé que tenía que ir a trabajar así que, me puse una camiseta, tejanos, botas de piel de dragón y una cazadora de cuero. Até el pelo en una cola de caballo alta y tomando la varita, recogí la habitación. Abrí las puertas que daban al exterior y dejé que el aire fresco matutino entrase para que aireasen el cuarto. Tomé el monedero de piel de moke y lo guardé en el bolsillo interior de la cazadora. Cuando estuve lista, me desaparecí para llegar al trabajo.

 

Traspasé todas las zonas de seguridad del edificio gubernamental y fui directa hasta el departamento de Accidentes. Lo que menos me gustaba era todo el papelo burocrático que se requería, tanto antes cómo después de hacer cualquier cosa; desmemorizar, reparar, o incluso controlar magia indebida de objetos...

 

Era temprano para que todavía llegase el resto de mis compañeros. Recogí uno de los informes del día anterior que estaban encima del escritorio de Babila, y le eché un vistazo. A unos cuatro metros había una máquina de café instantánea que casi nadie usaba, siempre traíamos del exterior y era mejor que el que había ahí. Ya que parecía puro veneno. Era de un tamaño de un metro y medio. Tenía varias cosas, cómo vasos en el lado izquierdo y sin usar.

 

Había una hilera de sillas en su lado derecho, (unas cuatro) para los que viniesen si había cola que se sentaran cómodamente. Un poco más allá del último mueble, una planta un tanto estrafalaria. En medio del hall la mesa de Babila; el secretario, con su silla aún sin ocupar. Por lo demás, al fondo, había las entradas principales a cada despacho pero que, con las reformas, apenas se usaban. Sólo había un corcho en dónde se colocaban las cosas que importantes, que habían sucedido durante el día anterior.

 

Me fijé en que la puerta de acceso estaba semi-abierta, tomé la varita e hice abrirlas de par en par, para que, quién lo necesitase entrase sin dificultades. Otro movimiento de mi varita y recogí todos los expedientes que había encima de la mesa, para guardarlos en el cajón. Ya estaba el escritorio decente. Cómo así también, limpié la papelera que estaba hasta los topes. No pude evitar reírme el hecho de que, había varios potingues del africano, esparcidos por el suelo.

 

Tenía la sensación de que iba a suceder algo más, así que, agudicé el oído. Estaba inquieta, dejé el pergamino encima de la mesa y agarré con fuerza la varita, estaba alerta, generalmente en el Ministerio se podían arreglar las cosas hablando.. pero...

 

En ese instante, un rayo rojizo vino en mi dirección y cómo antaño, cuando practicaba duelos, con rápidez exclamé:

 

- ¡Avis! - exclamé invocando doce palomas blancas, que revolotearon delante de mí y el rayo al impactar en una de ellas, desaparecieron, evitándome males mayores.

 

- ¡Se puede saber qué haces maldita bruja de los demonios! - chillé yo ahora.

 

- Ésta ofensa no tiene perdón - rechiné yo, con los dientes apretados - ¿cómo se te ocurre atacarme dentro del Ministerio? - Pregunté ahora, intentando tener algún tipo de extrategia.

 

- ¿Acaso no podías esperarte a que saliréamos del trabajo? - Intenté calmarme, pero no podía... Es cierto que hacía mucho tiempo que no tenía ese tipo de ataques y la verdad lo último que me esperaba era que fuese precisamente ahí dentro...

 

- Hay que tener mucho valor - negué con la cabeza, sonriente - ¿sabes? Si fuese mortífaga, ten por seguro que no tendría compasión de ti...

 

Levanté la varita, suspirando intentando tener algún tipo de estrategia, pero tenía la cabeza en blanco en esos momentos. Sólo se me ocurrió en esos instantes.

 

- ¡Seccionatus! - Había invocado unas doce medias lunas cortantes, de diez centímetros de diámetro, yo estaba a una distancia de unos seis metros. Pero sabía que alguna le iba a impactar, si no tuviese los reflejos suficientes para deshacerse de ellas. Impactarían en zonas no vitales de su cuerpo y estaba segura de que, alguna le haría trizas ese vestido horroroso que llevaba puesto.

 

- Vamos a ver, lo sucia que tienes la sangre - dije, con una sonrisa siniestra.

 

**

 

off: Yo no tengo todavía el libro de la fortaleza .-. así que, no podría usar ese tipo de hechizos. Sólo de neutrales graduados.

 

y lo mismo digo, hace mucho que no dueleo tampoco así que.. Estamos empatadas jajaja no me importará perder.. y por lo del rol, espero que al menos sea decente. Eso sí, lamento que sea tan largo jajaja me emocioné :P (?) xD

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—Pero yo..pero yo ¡Lo siento! Te juro que no fue mi intención

 

De nada estaban sirviendo las disculpas de la Gryffindor porque era evidente que Heliké se había y se había enojado en serio y es que ¿quién la puede culpar? Si a ella la atacaran así desprevenidamente también se enojaría pero más que eso estaría alerta porque era probable que fuera un mortífago.

 

La bruja parecía aún conservar sus reflejos porque, con una rapidez impresionante, hizo aparecer unas doce palomas blancas que se interpusieron entre su rayo y su sectusempra que la dejaron intacta hasta el momento y fue el instante que Adryanie aprovechó para respirar que luego del susto inicial y el intercambio de hechizos que la habían hecho dejar de respirar por unos segundos.

 

—¿Salir del trabajo? Pero ¿no me estás escuchando? Te dije que no fue mi intención— Le repitió la Demon Hunter aunque parecía que hablaba con la pared y lo pero de todo, es que ella comenzaba a enojarse también por la actitud de Heliké — ¿Mortífaga? Vaya es una interesante revelación ¿acaso añoras ese mundo? ¿Es por eso que te fuiste de la Orden? ¿Para unirte a ellos? — No era de interrogar a los exmiembros de la orden pero ella le había dado un motivo para eso — ¿Sabes qué? No importa, ya estoy viendo tú vena asesina salir...Pero que sepas que la oscuridad nunca le gana a la luz.

 

Vió el movimiento de la varita de Heliké, estaba lista para lanzar otro hechizo y no importaba si ni siquiera lo reproducía con sus palabras, la Gryffindor no iba a dejar que le lanzara nada más.

 

—Expelliarmus— Antes de que Heliké lanzara su segundo hechizo (el seccinatus) Otro nuevo rayo salió disparado dela varita de Adryanie y fue a dar directamente a la varita de Heliké.

 

Aunque el hechizo fue efectivo y la varita salió volando por los aires a unos 4 metros a la derecha de Heliké, el hechizo de la Rambaldi también había sido efectivo y las medias lunas filosas y brillantes también habían salido antes de que la morena pudiese evitarlo. Sitió como algunas de ellas rasgaban su piel y se lamento de no haber llevado pantalón en ese momento. Le alegró saber que ninguna de ellas había dado en algún órgano vital pero igual, sangraba y debía curarse pero lo dejaría para después.

 

—Accio Varita de Heliké— y la varita que antes estaba a unos metros de la bruja ahora la tenía Adryanie en su mano libre en cuestión de segundos — Si lo ves de lado bueno Heliké, te he hecho un favor parando el duelo ¿qué diría el Ministro de Magia si ve a sus empleados peleando sin ton ni son?

 

La morena aprovechó para quitarse las semilunas que aún tenía en su cuerpo para dejarlo sin ellas y solo con las cortaduras sangrantes que estas dejaron en su piel que pronto se curaría.

 

—Te sorprendería saber lo equivocada que estas acerca de mi linaje....

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