๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Guthrie]

El joven Guthrie quien hacia poco hacia parte de la familia Black Lestrange se dirigió a conocer mas de los aposentos donde comenzaría a vivir una nueva historia, se trataba de una enorme mansión que de entrada tenia un hermoso bosque y un cementerio familiar custodiado por un Grifo hermoso pero temible, su curiosidad era tal que se acerco a la imponente criatura, la cual al verlo se le acerco sin dudar. Un poco asustado Guhtire se quedo paralizado ante aquella imponente criatura, pero esta parecía conocerle, no era mas que una amigable pero incomprendida criatura, que quizás estaba ahí para proteger, pero de alguna manera sabia que Guhtrie ya pertenecía a ese lugar...

 

Fue así como dando vueltas por el busque se encontró un jardín lleno de flores de muchos colores, en donde se distrajo otro tanto tiempo, contemplando la gran variedad de flores que habían, era fresco y el día la verdad estaba bastante soleado, se sentía cómodo y a gusto, creo que hice una buena elección al llegar a aquel lugar...

 

"Mejor no me distraigo mas y termino por entrar a la casa, de seguro mi madre esta ansiosa por recibirme en nuestra casa y mostrarme el lugar"

 

Fue así como Guthrie se dispuso a entrar y al llegar a la casa lo primero que pudo notar fue un enorme árbol pintado junto a una gran escalera, vio un bar y aunque era un poco joven había desarrollado atracción por los vinos tintos, así que mientras esperaba su recibimiento fue al bar y se sirvió una copa de vino...

 

"Creo que es un abuso entrar de esta manera e incluso servirme vino, pero creo que si este va a ser mi nuevo hogar es correcto que me ponga cómodo y me sienta bien aquí y la verdad creo que podre disfrutar bastante en este lugar"

 

Fue así como Guhtrie se puso a contemplar el lugar dando vueltas y hablando solo mientras esperaba la llegada de alguien que le pudiera indicar su posible habitación y poder interactuar un poco mas con los miembros de aquella familia a la que ahora pertenecía.

[Ashura Lestrange]

Observó cuidadosamente la escena del jardín que daba hacia su ventana, sonreía al ver a la mayor de sus hijas llevando una vida social de lo más satisfactoria.

 

— Señorita Lestrange, su hija y sobrina me han pedido que insistiera en invitarla a su conversación — Exclamó el elfo de su hija desde la puerta, sabía cuánto odiaba que una criatura de su calibre entrara dentro de sus aposentos sin su aprobación.

 

— Bajaré en un momento — Anunció, le dió una ojeada al espejo para revisar su apariencia, aunque generalmente solía lucir impecable.

 

— Llévame el mejor vino de la mansión y ni se te ocurra desparramar alguna gota o lo lamentarás después —

 

— Si señorita — Le dedicó una reverencia un tanto exagerada en señal de respeto.

 

Respiró hondo para posteriormente materializar su cuerpo cerca de donde se encontraban su hija y su sobrina.

 

— Gracias por la invitación niñas, espero no haber interrumpido alguna conversación importante — Les dedicó una sonrisa ligera a ambas mientras caminaba en dirección a su hija.

 

@@Susan V. Goldstein @@Alegna Black

[Oriánthi]

La bruja se encontraba en quien sabe donde, dentro de la residencia de los Black Lestrange. Estaba descalza, con un vestido de gaza negro como pijama, con los hombros descubiertos por lo que le quedaban flojos aquellos tirantes que sostenían el delicado vestido. Su cabello blanco, tan peculiar de la demonio y una botella de Vodka en su mano derecha; la cual había hurtado de la bodega de su abuela Mia.

 

Se encontraba por las mazmorras, serca de las habitaciones principales, o eso creía ella en aquel momento... Se dirijo rápidamente dando pequeños brincos bebiendo de su botella hasta la sala principal, donde se quedó levemente sorprendida viendo al chico que estaba allí. Se quedo quieta antes de ingresar a la sala, pasando por lo que siempre pasaba cuando veía caras nuevamente. La mortífaga dio un grito que lleno cada vació de la Mansión.

 

- ¿Hijo? ¡HIJO! - Corrió a darle un gran abrazo para luego pararse frente a él y dar otro sorbo a su bebida. - ¿Quieres? - Inquirió.

 

Giro sobre sus talones, revoleando su cabello como si esa fuera su principal intención. (?) Y dio unos pasos hacia delante. - Prepara algo de comer - Indico al elfo - Marnier tiene hambre y tu seras su almuerzo. - Se agacho y acaricio la cabeza del elfo, en modo de amenaza.

 

@Guthrie

[Guthrie]

"Claro que quiero, estaba esperando te aparecieras para que me digas donde me haré! y me presentes a las demás personas que viven en esta enorme mansión, ¡aunque ya creo que de a poco ire conociéndoles a todos!"

 

Expreso Guthrie al tiempo que probaba aquella bebida con unos grados de alcohol incalculable que alcanzaron a marearlo con un solo sorbo.

 

Miro a su alrededor y vio al elfo Domestico Sunev a quien le entrego sus maletas y le solicito que las llevara a sus nuevos aposentos.

 

"¿Madre cuando entraba al castillo por los jardines vi a una extraña mujer que me espiaba desde su ventana, me podrías decir quien es?"

 

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[Oriánthi]

Se reincorporo y lo miro levantando una ceja - ¿Seguro? la mayoría de tus tías están locas. - Murmuro mirando a su alrededor. El estar asi en la mansión con Gutherie era algo que le agradaba a ella, pero al mismo tiempo hacia que no se sintiera cómoda en realidad. Dánae entrecerró los ojos observando al muchacho.

 

Le arrebato de las manos su botella de alcohol, ya había probado un pequeño sorbo y no permitiría que se lo acabara, a fin de cuentas, ella se lo había robado. Miro sobre su hombro a la ventana, buscando aquella muchacha que supuestamente observaba a su hijo antes de ingresar al castillo. Rasco su barbilla con la varita con cara de ebria y pensativa. No tenia idea quien pudo haber estado paseándose por los pasillos de la Mansión.

 

- ¿Podrías decirme como era, ella? - soltó, al menos asi podría ir a buscarla y preguntarle porque lo estaba observando.

 

Sus cejas se alzaron, incrédulas. ¿Fantasmas en la Black Lestrange? allí no toleraban espíritus entrometidos. Al menos, ella, solo daban problemas y ademas al hijo de Lady quizás lo alteraría y no tenia intenciones de escuchar a un infante llorar. Gesticulo para expresar la grima que producía el mero hecho de pensar en ellos.

 

Por ahí, el elfo se acercaba con una bandeja llena de bocadillos, la cual Dánae fue a buscar y pateo al elfo retirándose hasta volver a Gutherie. - Ven, siéntate, come algo y luego te mostrare los demás rincones de la mansión, los que pueden ser mostrados. -

 

@Guthrie

[Guthrie]

Feliz de ver a su Madre Guthrie paso por alto que le quitaran la bebida de las manos, miro a su alrededor y vio al molesto elfo domestico, (la verdad le parecían algo repulsivos estas criaturas) vio que traía una bandeja de bocadillos y aprovecho de tomar unos cuantos, pues amaba el dulce mas que a muchas otras cosas! Abrazado con su madre la cual parecía muy pasada de copas, lo cual le parecía gracioso, pues a de ser que de ella heredo tal fijación por los vinos y el buen licor

 

 

"Madre la mujer que me miraba a través de las ventanas era algo blanca y con rasgos asiáticos, juraría que es japonesa, pero que mas da, ya no importa!"

 

 

Siguieron caminando por aquella enorme mansión, mientras se asombraba del tamaño de la misma, sin embargo se dio un buen estirón y comenzó a bostezar, comenzaba a sentir un poco de cansancio a causa del viaje! Sus ojos verdes comenzaron a verse enrojecidos y un poco caídos.

 

"Madre es interesante ver como no soy el único ser con magia, de pequeño pensé que mis habilidades eran únicas, pero ahora veo que hay muchos mas como yo y la verdad me tranquiliza saber que cuento contigo para aprender mas de la magia y mis habilidades"

 

Entre tanto el elfo domestico pasaba muy cerca de donde se encontraban y Guthrie de un grito le llamo

 

"Criatura horrible tráeme algo de tomar, quiero que se me calme el sueño que tengo y mas vale que sea algo de calidad o te las veras con mis puños"

 

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Editado 13 de Octubre del 2018 por Guthrie

[Oriánthi]

Enarco una ceja en cuanto las palabras del joven salieron dando replica a las preguntas de la bruja. En esas circunstancias no se preocuparía por las apariencias, incluso había varias personas que se presentaban desnudas a la Mansión... Revoleo sus ojos pensando en su primo Aries; aun ella estaba a la espesativa de como continuaría su visita al momento de que los demás se levantaran.

 

- Seguramente estas viendo fantasmas por las ventanas, hijo. - Se tapo la boca casi al instante luego de su broma.

 

Dánae se planteo nuevamente la idea de que los fantasmas en esta mansión no eran bienvenidos, claro, podría tratarse de algún experimento o juego de su abuela Mia en los sótanos donde eventualmente jugaba con las personas que encontraba husmeando los alrededores de los extensos jardines de la Black Lestrange.

 

- Una de mis tías, llamada Ashura... Tenia entendido que madrugaba demasiado. No tengo idea para que. - Respondió levanto ambos hombros.

 

Cautiva su atención el trato hacia el elfo que estaba sirviéndolo, en un momento le recordó a su hermano Matthew, quien también sentía un profundo odio por ellos... La verdad nunca pudo encontrar el motivo por el cual eran asi con ellos, criaturas indefensas; a decir verdad, él era asi con todos. A puertas adentro, sobre todo en asuntos tenebrosos, podían hablar sin ningún tipo de incomodidad, todo estaba permitido, solo no traer la cena sin vida.

 

- ¿Nunca has intentado matar a alguien con tu Magia? - Sonrió subiendo ambas piernas al sofá y colocando su cabeza en su mano. - Te comprendo, también me han abandonado y discriminado por ser portadora de Magia... Ahora, no queda ninguno con vida. Tus abuelos, desaparecidos por cierto, me han enseñado como mantener mi cordura a raya. - Mintió con descaro. ¡ESTABA LOCA!

 

- Ven, vamos a dar unas vueltas por la Mansión, quizás tengas suerte y encuentres a alguien para que puedas también conocerlos. - Lo tomo del brazo y jalo con dirección a las escaleras.

 

Agito su varita y vestía de una manera informal, jeans negros y una blusa mangas cortas blanca y unas botas del color de su pantalón, ya no podía lucirse por las mazmorras en pijama, ese era deber de su primo Aries. - Oh, esa mujer, es tu bis abuela, Mia. - Apunto con su dedo indice el retrato que posaba al final de las escaleras. - Con suerte la encontraremos libre. -

 

@Guthrie

[Guthrie]

Guthrie siguió a su madre por las escaleras y ante ellos el retrato de su bisabuela mía, era simplemente magnifico, con un marco dorado que claramente era oro, quedo impactado ante la belleza de aquella increíble mujer!

 

Sentándose relajadamente en un sofá junto al su madre, se dio cuenta que definitivamente Cissy estaba loca, pero esto lejos de asustarle le hacia gracia y le parecía adorable!

 

"No pues nunca he matado, apenas controlo mis habilidades y no he tenido la oportunidad de matar, aunque soy terrible y creo que seria capaz de muchas cosas, aun no he tenido la oportunidad de matar y menos con mis habilidades, quizas cuando controle mejor mis habilidades cobre algunas cuantas cuentas pendiente" Sonrrio Guthrie con aires de superioridad y mirando de reojo a su madre, esperando ver la reacción de la bruja.

 

Entre tanto se comenzó a preguntar si su madre tendría algún hombre en su vida, sin lugar a dudas se atrevió a preguntar, puesto su curiosidad era enorme y siempre estaba buscando respuestas a todo!

 

"Madre y dime.... ¿Hay algún hombre en tu vida? Espero que te traten bien eh! sabed que si hay alguien que se atreva a hacerte daño a ti o a cualquiera de los nuestros, no me importara dar mi vida a cambio de defenderos!"

 

Entre tanto el elfo domestico se apareció ante el y le dio un buen susto a Guthrie a lo que le dijo "¿Criatura horrible que crees que haces? ¿matarme de un susto? ¿a ver dime que haz traído para mi?"

 

Era sin mas ni menos una cerveza de mantequilla, con una enorme cantidad de alcohol justo como a el le gustaba!

 

"Te salvas de que me haz traído una bebida que realmente me encanta y seguramente me hará mantener despierto mientras llegan el resto de integrantes de la casa"

[León Crowley]

<<¿Tienes algo que perder?>>

La pregunta daba vueltas en su cabeza como un duendecillo de Cornualles encerrado en una jaula, inquieto, imparable e intranquilo. Estaba aún muy débil para aparecerse en la periferia de la mansión Black Lestrange por lo que prefirió caminar la distancia entre su castillo y el enorme bosque de álamos que rodea los terrenos de la familia mortífaga. Sacó un puro del interior de su abrigo que encendío con un chasquido de los dedos.

Los último rayos naranja del sol rasgaban el atardecer y daban paso a la noche compañera de la brisa fresca de otoño que arrastraba las hojas secas del suelo y arrancaba las rezagadas que aún se aferraban a las ramas de los álamos. A lo lejos, las antorchas se prendían automáticamente con la caída de la tarde e indicaban el portón proncipal.

León sacudió el polvo del abrigo oscuro que cubría la camisa carmesí y el pantalón oscuro que había elegido esa noche, no a falta de más ropa sino porque era la que aún le quedaba sin que pareciera un gancho. Había vuelto de un largo sueño hacía poco tiempo y no lograba completar su masa muscular del todo. Apagó lo que quedaba de puro contra el suelo y se acomodó el cabello, o lo que le quedaba. Para su sorpresa, cuando llegó al pontón principal, no había un elfo o un sátiro esperándolo. Seguro no era normal que las visitas llegaran a pié.

Avanzó sin interrupción alguna hasta algunos metros antes del gran portón principal donde se manifestó un elfo de carácter recio y desconfiado que se presentó a si mismo como Tadeus. Si bien era normal en los miembros y exmiembros de la Marca Tenebrosa tratar con crueldad e indiferencia a todo elfo o sátiro a su servicio, al Exdirector del departamento de Cuidado de Criaturas Mágicas del Ministerio, no le era a fin tal práctica

—Busco a tu ama Mía —espetó el hombre mientras terminaba su recorrido hasta la puerta principal y sacaba otro puro -. Avísale que León Crowley ha venido a verla

[Mia.]

La noche anterior había sido peculiar y divertida, un simple paseo por el bosque de Álamos con un final inesperado en el casillo Crowley. Sin embargo, debido a sus labores como directora de Gringotts, había tenido que dejar a León, sin siquiera dejar una nota o avisar que se iba. Considerando, que quizás no había sido la mejor decisión que había tomado, intentó concentrar su mente en sus actividades diarias y de ese modo, el día transcurrió rápidamente, dejando paso al color anaranjado de la tarde.

 

Por no pudo evitar suspirar al saber que ese momento tan anhelado y deseado para todo trabajador había llegado, podía retirarse a su hogar a descansar un poco y prepararse para que el día siguiente la jornada comenzara una vez más. Podía decirse, que su vida se había tornado en una rutina casi cronometrada, porque siempre realizaba las mismas actividades, a los mismos horarios, con las mismas personas. Solamente, tenía pequeños atisbos diferentes, y eso la hacían mantenerse viva y feliz.

 

Recordando la noche anterior, decidió que lo más idóneo era aparecer en los jardines pertenecientes a la casona y así lo hizo. Gozando de cómo la brisa del aire acariciaba sus brazos desnudos, cerró los ojos durante un segundo, permitiéndose quedarse durante al menos un par de segundos en esa posición, hasta que sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Era momento de ingresar y ponerse cómoda.

 

En cuanto llegó a la puerta de la mansión, pudo vislumbrar la figura de un varón de cabellos negros. Había ido a buscarla, así que era lógico que no estaba enojado con ella, así que no pudo evitar que en sus labios se formara una media sonrisa, la cual la acompaño hasta quedar detrás de él. Momento en que rodeó con sus brazos su cuerpo y pocos segundos después se giró para quedar frente a él.

 

—Bienvenido —saludó para después despedir al elfo por el momento—. Pensé que tardaría un poco más en volver a verte.

 

Acercando su rostro a unos cuantos centímetros del suyo, no permitió que le diera siquiera una respuesta porque unió sus labios en un sencillo beso que logró que su cuerpo comenzara a calentarse. Sí, su temperatura corporal aumento considerablemente, permitiéndose olvidar la locura de salir únicamente vestida con su vestido color negro de la oficina, usando únicamente el largo de su rubia cabellera como protección para sus brazos y hombros desnudos, confiando en que no haría frío, pero había errado.

 

—Vamos, ¿tienes hambre? —cuestionó pidiéndole que la siguiera, lo condujo hasta el segundo piso de la casona— Podríamos comer algo y después, hacer lo que desees. —añadió con una divertida sonrisa, abriendo una puerta de cedro con las iníciales B y L, talladas dentro del escudo de la familia.

 

Era un pequeño salón con un par de sofás, una mesita y una chimenea que podía servir para los fines que había propuesto. Se sentía cómoda con él, sin duda alguna y no podía evitar demostrarlo, así que esperando su respuesta se acercó hasta la chimenea, en donde segundos antes uno de los elfos había puesto fuego para calentar el ambiente. Recordando en ese momento, que jamás preguntó el motivo de la visita del holandés, negó con lentitud y no logró evitar que un sonrojo apareciera en sus mejillas.

 

—Creo que olvidé por un momento preguntar, ¿puedo hacer algo por ti? —soltando un suspiro añadió—. Creo que simplemente, me pareció normal tenerte aquí. —finalizó con una sonrisa, mientras notaba la presencia de una de las elfinas, que esperaba por recibir alguna orden de los presentes.