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๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)


Mia.
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En la habitación que ella misma se había designado, la peli violeta estaba mirando el sombrío atardecer, las sombras, del casi ocaso, le daba al bosque y proyectaba al césped la ponía alegre, por inusual que parezca, pero la tranquilidad que tenía en esos momentos era comparable al panteón a la medianoche, donde solo las almas olvidadas por sus seres queridos visitaban el mundo de los muertos para hacer de las suyas. Alegna estaba apoyada en uno de los marcos de la ventana, donde se apreciaba la entrada y parte del lago que corría por los jardines. Una silueta a su izquierda la hizo salir de su ensoñación, alguien había arribado a su hogar, pero al ver cómo era recibido, supuso que era visita. No era la primera vez que caía alguien sin anunciarse, aunque no recordaba que anduviera alguien más en la casa además de ella.

 

Volvió su vista al lago, abrigándose un poco más con su chaqueta, su condición humana la hacía vulnerable al frio y al calor, pero su semblante no lo transmitía, había heredado el rostro sin emociones de algún familiar. Un pequeño bulto se aproxima al agua, desplomándose en el césped, la Black conoce algo de eso, una caída esperando retomar fuerzas para levantarse mejor de lo que te sumergiste. Ella misma había tenido varios episodios, tanto en el trabajo como en sus relaciones familiares, y por eso se refugiaba en la biblioteca donde sabía que, sus familiares, no la molestarían allí.

 

-Tadeus-su voz fue apenas un susurro, pero el elfo emergió de un plaf en el instante-traeme unas cervezas, y una manzana

 

Con otro plaf el elfo desapareció para traer los que su ama le había ordenado, la chica metió las cosas en una mochila y bajo los escalones de dos en dos, el hecho de desear estar sola, no significaba que debiera dejar a otros estar sin compañía y aunque no era buena conversadora, era buena escuchando o haciendo compañía. Llego al lago en dos zancadas y se sentó al lado de la chica, que pudo reconocer como su prima Susan. Parecía por su rostro que estaba peleando por decisiones importantes en su vida, por lo que solo le alcanzo una cerveza mientras que le daba un mordisco a su manzana.

 

-Bella noche, pero si quieres balarte desnuda, te comento que no me iré

 

Algo est****o para tratar de que Susan saliera de su letargo, y al menos sacarle una respuesta irónica, a la que alguna vez haba decorado su negocio.

 

@@Susan V. Goldstein

Editado por Alegna Black

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Los ultimos rayos del sol de aquel día iluminaban su habitación, el lugar siempre permanecía bien organizado y ordenado aún asi estuviera repleto de libros, lienzos y materiales de arte. Frente a ella yacía un lienzo de moderadas dimensiones, aquel inicio de semana había sido un poco o bastante mejor dicho pesado para la Lestrange. Su cerebro permanecía en un estado de bloqueo creativo, sin ánimos de trabajar ya aunque siempre solía hacerlo desde las primeras horas de la mañana hasta el atardecer, sabía que solo asi podría mejorar sus conocimientos y su técnica. Se levantó del banco de madera medio desganada para dirigirse a la ventana, tal vez un poco de aire fresco la animaría un poco para seguir trabajando lo que restaba del día. Su ventanal daba directamente una vista al lago que su madre se había encargado de adjuntarle a la mansión hace años. Varios pensamientos emergían de ella al visualizarlo, sentía como volvía a tener la edad de cinco años mientras rodeaba corriendo alegremente el lago, sin preocuparse por nada más que del disfrutar la vida, al menos eso era lo que creía. Se inclinó un poco hacia la vista del exterior sin importarle que alguien más pudiera verla.

 

Al desplazar un poco más su campo de visión logró enfocar dos siluetas; una lo bastante familiar para ella ya que había salido de sus mismas entrañas, ese cabello violeta lo podría distinguir sin mayor problema estando a kilómetros de distancia. La otra silueta que parecía estar descansando o de alguna forma metida en sus pensamientos que ni siquiera se había percatado de la presencia reciente de su hija. Sonrió, su hija, a pesar de que no había cruzado palabra con ella los últimos meses seguía igual de hermosa que siempre y esa nula expresividad facial que poseía sin duda la habría heredado de ella. Permaneció en el alfeizar de su ventana, observando curiosa la escena. Si su hija la descubría, no importaba demasiado, de cualquier forma sabía que iría a buscarla en algún momento.

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Pronto la tarde se hizo noche y las nubes se volvieron puntos brillantes, jamás había pecado de pereza pero no quería levantarse de allí aún. Había escuchado un par de gritos de unas voces que que no conocía, de alguna forma tenía que estar alerta pero no le importaban la naturaleza de los gritos ni quien los diese. Hace mucho que se había resignado a que los rostros extraños fueran los más familiares.

 

Pero, si la situación lo meritaba iría a ver que pasaba.

 

Volvió a su ensimismamiento, disfrutando inclusive de la brisa fría y perenne de la noche. Pronto su tiempo sola se acabó y una voz bastante conocida le dijo algo que le causó gracia. La bruja sonrió, más por quien decía las palabras. Abrió los parpados y miró a peli violeta ofreciéndole una cerveza.

 

Alegna... —Se levantó y cogió la cerveza— Me decepcionaría que te fueras solo por ver algo más de mi piel.

 

La griega bebió de la cerveza—Me da gusto verte, perdona lo de tu local, solo creí que sería gracioso ¿Tienes alguna idea de donde está Rose?

 

Mientras esperaba la respuesta bebió una vez más de la pequeña botella, de alguna forma le agradaba tenerla cerca. La hacía recordar los primeros días en el país y lo infantil que se comportaban en aquel entonces. Por un instante se sintió observada, ya no estaba acostada en el suelo con los ojos cerrados, estaba de pie y bebiendo, las cosas eran distintas. Buscó con los lilas y efectivamente encontró una silueta femenina en uno de los balcones, si mal no recordaba era la habitación de su tía Ashura.

 

Si mi vista no me falla, esa debe ser Ashura cuidando de que no profane a su hija. —Dijo un chiste, sin mucha gracia esta vez— ¿Crees que le gustaría unas cervezas y un poco de charla familiar? Sería un milagro que se acuerde de su sobrina, no la culpo.

 

 

@@Alegna Black @@Ashura Lestrange

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-No prima, me quedaría a apreciar el paisaje- la Black le pico un ojo, con sensualidad, nada propia de ella-parece que ya me distingues de la pequeña clon que tengo

 

No muchas personas podían distinguir al par cuando andaban por separado, aunque Alegna tenía un aire más lúgubre que el de su hermana, que parecía irradiar luz en cualquier entorno en el que estuviese. Destapo una de las botellas y bebió un gran sorbo de ella, mientras negaba con la cabeza sobre la pregunta de dónde podía estar Rose. Era un hecho que donde andaba la mayor, la menor siempre aparecía para teñir las mejillas de Alegna de un tono rojo de vergüenza, no por cómo era ella, sino por lo que podía decir su hermana.

 

-Supongo que de viaje, gracias a Merlín no me ha buscado aun y por lo del negocio ni te preocupes ya está restaurado y en funcionamiento por si Zoella y tu quieren volver a hacer de las suyas- miro hacia donde veía su prima – mmyu es mamá y creo que a la que trata de proteger es a ti, usualmente aparece cuando trato de toquetear alguna prima- con la seriedad que lo dijo cualquiera tomaría sus palabras como ciertas aunque se podía decir que lo eran.

 

Trono sus dedos y en el acto hizo presencia otro elfo el cual no recordaba su nombre, le dio un mensaje para que su madre se uniera a ellas y que de paso trajera vino para ella, la Black sabia de los gustos culinarias de su madre y la cerveza no lo era.

 

-¿Qué te está pasando? Poco queda de la actitud desafiante de hace unos meses en mi local

 

@@Susan V. Goldstein @@Ashura Lestrange

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Rutina, una palabra que ilusamente creyó que no conocería pero que, sin embargo, con el paso del tiempo había pasado a formar parte de su día a día. Algo tan constante, que podía realizar todas sus actividades con los ojos cerrados, y sin temor a tener alguna equivocación, confiaba tanto en sus poderes mágicos que la hacían sentirse segura y con la tranquilidad de que nada cambiaría con ello.

 

Sin prestar atención a aquello que la rodeaba, apareció en su habitación dentro de la mansión Black Lestrange y se dejó caer en un pequeño sofá con vista a los jardines, cerrando sus ojos, permitió que un poco del aire diera de llenó en su rostro, eliminando de esa manera un poco del estrés que se había acumulado en su cuerpo durante el día, pensando en que lo único que le faltaría para estar completamente relajada era una copa de licor, espero a que su elfina apareciera.

 

—Ama… ama. —alertó la pequeña criatura con voz alterada, acercándose a ella con una copa de whiskey en la mano— Tiene que bajar, el se-señor Jocker ha vuelto. —las palabras se notaron nerviosas.

 

Abriendo de golpe los ojos, soltó una maldición en voz alta. Algo estaba interrumpiendo la quietud normal de la mansión y por fin podía notarlo, reprendiéndose a sí misma, por ese descuido. Considerando la posibilidad de bajar de inmediato, la descartó, necesitaba terminar de relajarse, antes de encontrarse con el ojimel, con el que posiblemente tendría algún encuentro interesante de palabras, y más por su larga ausencia.

 

Bebió un par de sorbos de su copa y permaneció inmóvil, hasta que consideró que era momento de salir de su habitación, con la copa aún en mano, bajó uno a uno los escalones que conducían a la planta baja. En el momento, en que comenzó a recorrer el pasillo que la llevaba hasta la habitación que suponía era ocupada por el Black Lestrange, escuchó algunas palabras y no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa ladeada.

 

Sin duda, había elegido el mejor momento para hacer acto de presencia, abriendo la puerta sin preocuparse por interrumpir algo, ingresó con altivez y diversión en la mirada, observando la escena que se desarrollaba delante de sus ojos y sin poder evitarlo, soltó:

 

— ¿Debería sorpréndeme que la primera persona a la que le avisas de tu retornó es una… —guardó silencio un momento, intentando evitar la palabra mujerzuela y usando solamente el término normal—mujer?

 

Acercándose hasta la posición del patriarca, esbozó una sonrisa sincera y le dio un beso en la mejilla, demostrando de esa manera que le alegraba verlo, pero segundos después se alejó de él y miró a la mujer que se encontraba allí.

 

— Espero que sea una broma lo de ir a América… porque, no podría siquiera imaginarte con alguien así en ese lugar tan lejano— señaló a la mujer con su copa— Sin intención de ofenderte querida.

 

Su último comentario, era bastante irónico pero esperó que sonara un poco creíble. Porque era bastante cierto, jamás se habría imaginado encontrarse con ese tipo de conversación y menos, cuando el hombre tenía solo unos minutos de haber pisado la casona. Tomando otro sorbo de su licor, se sentó en un sofá cercano a la chimenea y acarició la cabeza del zorro que se encontraba siempre cerca del patriarca.

 

Sabía que su intromisión, quizás no fuese tomada de la mejor manera pero poco le importó, era parte de su personalidad ser un tanto impulsiva e imprudente y eso no cambiaba por más que su edad no hiciera más que aumentar con el paso de los años.

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Nos habíamos quedado en silencio después de mi última pregunta, lo que reconocí como que Black estaba pensando y analizando mis palabras, conocía a aquel hombre de tantos años que pocas de sus reacciones me tomaban por sorpresa, sabía que cuando algo lo inquietaba o incomodaba su primera reacción infalible era guardar silencio y darle la vuelta al asunto.

 

Sonreí y di un nuevo sorbo a mi bebida, pero lo que ocurrió a continuación si me sorprendió, una mujer hizo acto de presencia en el salón con aires de suficiencia, no tenía el “gusto” de conocerla y por la manera en que me hablaba ella tampoco tenía idea de con quien estaba hablando. En vez de tomarlo como un intento de provocación dibujé una sonrisa divertida, sin duda era una Black siempre tenían el don de tener la lengua más rápida que el cerebro.

 

Espero que sea una broma lo de ir a América… porque, no podría siquiera imaginarte con alguien así en ese lugar tan lejano— me miro de pies a cabeza — Sin intención de ofenderte querida.

 

No te preocupes “querida”— respondí en el mismo tono — Yo tomo las cosas de quien vienen — admití sin perder la sonrisa — ¿No te han dicho que meterte en la plática de los adultos es de mala educación? — pregunté dando un sorbo a mi margarita, para después sonreír a Jock que negaba ligeramente con la cabeza, pero visiblemente divertido por la actitud de ambas, conocía a su gente y sabia sus alcances sin la menor duda.— Sin afán de ofender desde luego...solo como un comentario educativo...

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Jocker no pudo evitar soltar una carcajada al escuchar el comentario de bienvenida de parte de su hija; y aunque tuvo el impulso de responderle con un comentario sarcástico, aludiendo a que sus modales y su carácter eran fiel reflejo de los genes de Alyssa, su madre, sabía a ciencia cierta que aquello no era del todo cierto.

 

Luego que Sol respondió a las afiladas palabras de la Black Lestrange, Jocker negó ligeramente con la cabeza, limitándose a observar a las dos mujeres, al tiempo en que hacía apuestas mentalmente y pensando cuál de las dos perdería los estribos primero. Él, por su puesto, no iba a entrometerse si aquella conversación se desvirtuaba al punto de sacar varitas.

 

Creo que no tienes el agrado de conocer a mi hija, Mía —expuso el ojimiel a Sol.

 

El patriarca de los Black Lestrange era consciente que aquella mujer de aspecto juvenil no solo era su hija, sino que había sido la persona que, en su ausencia, había asumido la responsabilidad de dirigir aquella mansión y la familia completa. La familia Black Lestrange le debía muchísimo más de lo que alguien podría dimensionar a aquella mujer; y Jocker lo sabía muy bien.

 

Mía, ella es Sol Black —añadió presentando a la mujer que tenía una extraña fascinación por las manzanas —Hubo un tiempo en el que estuvo en el árbol de la familia, pero ya sabes cómo son las cosas... unos llegan, otros se van...

 

Jocker se llevó la copa de licor azul una vez más a la boca, esperando las reacciones tanto de Mía como de Sol.

אהבה מושלמת באה במהירות, וכל השקרים צורחים מושתקים


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Asentí suavemente, cuando el Black guardó silencio esperando que alguna de las dos reaccionara primero, no iba a perder aquella oportunidad. No me tomaba por sorpresa que aquella joven fuera una Black era sin duda una copia fiel de su padre, al menos en sus modales. Sonreí a la joven que seguía mirándome con el ceño fruncido, en parte entendía su actitud, yo hubiera hecho lo mismo de encontrar a mi padre con una desconocida en una actitud tan íntima.

 

El ambiente agradable que reinaba momentos antes, se había perdido por completo, aunque en definitiva no me sentía incomoda, siempre me sentía como pez en el agua, aunque a sus habitantes no les agradara, aquella mansión siempre seria mi primer hogar.

 

 

-Oh si grandes tiempos aquellos, cuando se levantó esta casa sobre tus hombros… y los míos…- Admití con un dejo de resentimiento, el haberme marchado de aquella casa no era un grato recuerdo, y mucho menos la actitud que Jock había tomado en esos tiempos. – Un placer conocerte Mía, tu padre y yo nos conocemos hace tanto tiempo, aunque no te preocupes, no pienso raptarlo y llevarlo lejos, eso puede hacerlo perfectamente solo.

 

 

Volví a dar un sorbo a mi bebida, mirando fijamente al Black, levante la ceja y espere algún otro comentario, sabía que no se los guardaría, aquel tema siempre había sido de los motivos de nuestras largas discusiones e incluso temporadas de exilio.

Editado por Sol Lestrange Black R

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El intentó de insulto hacía su persona por parte de la Lestrange, solo consiguió sacar de sus finos labios una risodada, sin duda poco conocimiento tenía de quien era ella, que más allá de ser la Directora del Banco Mágico era la matriarca e hija del hombre que pretendía llevar por el camino del mal y al que estaba dispuesta sacar de sus casillas con tal de tenerlo en casa durante un periodo considerable de tiempo.

 

—Claro, una persona de tu clase debe estar más que acostumbrada a recibir diversos comentarios que difícilmente serían de su agrado. ­—concedió de acuerdo con sus palabras­— Es un alivio, saber que no te ofendí, mi conciencia jamás me habría dejado vivir tranquila de lo contrario.

 

Ironía, era todo lo que se podía rescatar de su último comentario. Por lo que dejo de prestarle atención a la fémina y se concentró en las siguientes palabras de su padre, las cuales no pudo negar que le causaron un poco de malestar, ¿esa mujer miembro de la familia? Sin duda, en ese momento aún no había conocido a su madre o a Candela, que por más mal que le cayera, la consideraba más digna del apellido.

 

—Afortunadamente, los errores siempre se pueden enmendar. —levantando la copa hacía su padre, dando a entender que comprendía que el hecho de que Sol, figurara en el árbol en tiempos pasados se había tratado de un error que por culpa de la calentura había cegado el buen juicio del ojimel— Diría, que es un placer conocerte Sol, pero estaría mintiendo… porque ¿a quién le placería conocer a las mujeres que estuvieron antes que su madre? ­—preguntó con fingida cortesía.

 

Sabía que sus palabras estaban rozando la mala educación y más que posiblemente su padre no toleraría que se siguiera comportando de esa manera, pero estaba molesta, muy en el fondo porque no hubiese sido la primera persona a la que le escribiera y pidiera verla, ¿celosa? Sí, era su progenitor y sentía que se lo debía, porque siempre se había sentido sumamente ligado a él, aún cuando pensó que sus hermanos eran sus padres.

 

—Por cierto, padre ¿a qué debemos el honor de tu visita? —se giró hacía él y lo observo detenidamente­— ¿Cansado del ajetreo de viajar? ¿Piensas ir a América? Quizás quieras saldar las cuentas pendientes que tengo por allá, hay al menos una persona que en estos momentos estaría temiendo encontrarse con un Black Lestrange por esos rumbos.

 

Las últimas palabras que añadió, las hizo pensando en el padre de Joseph, uno de sus hijos que por azares del destino había tenido que dejar en aquel territorio, algo que aún le costaba perdonarse.

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La chica insistía en su intento de hacerme molestar, pero definitivamente seguía las tácticas al más puro estilo Black, aquellas a las que tan acostumbrada estaba y sabía perfectamente sortear, no podía negar que sí, me molestaba la forma en que me hablaba, por mucho que fuera o quisiera ser, yo me sentía infinitamente superior, empezando por mis modales que a simple vista la superaban por completo.

 

 

Afortunadamente, los errores siempre se pueden enmendar. Diría, que es un placer conocerte Sol, pero estaría mintiendo… porque ¿a quién le placería conocer a las mujeres que estuvieron antes que su madre? ­—preguntó en un intento de hacerme sentir ¿mal?

 

 

Rodé los ojos divertida y una cantarina risa escapo de mis labios, sin que pudiera controlarla, era divertido encontrar a alguien con el nivel de sarcasmo capaz de rivalizar, no pensaba ponerme a discutir cosas que evidentemente eran producto de su inseguridad y sus celos, porque si de algo estaba segura en aquel momento era que esa niña intentaba marcar su territorio, sin que pudiera apenas entender que nuestros lugares en la vida de Jock eran infinitamente diferentes pero no por ello menos importantes. En alguna de nosotras debía caber la prudencia.

 

 

-Te entiendo perfectamente, debe ser difícil conocer a la mujer que ha estado en la vida de tu padre, antes y después de tu madre…- solté con una sonrisa de autosuficiencia, aquellas palabras eran completamente ciertas, mi lugar era y siempre seria mi lugar, aun sin que tuviera un adjetivo para calificarlo o un “nombre”. – Y no te preocupes por mentir preciosa, creo que si algo tenemos los LESTRANGE y los BLACK es que siempre hablamos con la verdad -Jock me miró conteniendo una risa, sabía que aquello no agradaría a su hija, me encogí de hombros, y ocupe mi lugar nuevamente en el sillón aun con la copa en la mano.

 

 

Conocía a aquel hombre tanto que si no hubiera tratado de su hija, hubiera celebrado mi” Touche”. Guarde silencio y deje que la niña se posicionara de la atención de su padre, no pensaba pelear por ella, la velada era bastante agradable, y no echaría a perder la vuelta de Black.

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