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Astronomía + Meteorología


That is not my name
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A s t r o n o m í a

&

M e t e o r o l o g í a

 

 

Profesores:

  • Ishaya Tonks
  • Divied Potter Black

 

Alumnos:

 

Aquella noche pintaba para bien en los terrenos de la universidad, algo que ayudaría a todos los aspirantes de los conocimientos especiales que impartiríamos entre mi sobrino, Divied, y yo en aquel mes. Era una fortuna el que pudiéramos estar juntos en es emomento porque ambas clases estaban relacionadas de una u otra forma, aunque las especializaciones no fueran dentro de la misma rama de la magia.

 

Me había despedido de mi esposa Cye en el castillo Lockhart, esperando que aquel curso no nos tomara mucho tiempo para regresar a tiempo con ella porque, claro, era bastante diferente el salir al campus universitario que el responder ante un llamado de defensa mágica en alguna otra parte en contra de los mortífagos.

 

Se les había mandado un pergamino a los tres aprendices, citándolos en la torre más alta de aquel lugar con todos los elementos necesarios que consideraran para su clase, yas ea meteorología o astronomía, esperando con esto saber su tenían el interés real por aprenderlo al investigar lo que se necesitaría como base y no porque nos negaramos a enseñar dichos conocimientos, al contrario, sino para saber desde qué punto debíamos de partir.

 

Había sido el primero, algo que no me sorprendía al llegar media hora con anticipación, por lo que me acerqué hasta la orilla de aquel lugar para sentir como solpaba el viento al mismo tiempo que jugaba con mi enorme, bombacha y blanquecina túnica de cuerpo completo y, sí, despeinándome el cabello.

 

Solo debía de esperar...

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Hacía ya bastante tiempo que no me ponía en contacto con mi tío Ishaya, bueno al menos la relación de tío y sobrino podría decirse que seguía aunque no fuera del todo cierto. Sin embargo en esta ocasión no iba a una reunión familiar y tenía que concentrarme en la clase, afortunadamente iba a tener a un gran compañero de profesor para la clase, además de que podríamos relacionar muy bien nuestras asignaturas aunque no todos sabrian el por qué.

 

Finalmente llegue a donde habíamos acordado para la clase, en ese momento vi a mi compañero en la orilla, como si se tratara de una postal viendo como se agitaba su capa.

 

- Vaya no vas a cambiar - Le sonreí a Ishaya mientras me acercaba hasta él, mientras mi capa también se agitaba con el viento, al parecer en esta noche iba a llover pero sin duda eso nos ayudaría a ambos - Crees que tarden mucho? - El viento dejaba ver la ropa que llevaba debajo, unos jeans y una camisa con un estampado de estrellas, a muchos les parecería comico que el profesor de Astronomía llevara algo así.

 

- Pues veamos, cuanto tardan estos estudiantes, no te importa que me siente a esperar? - Le sonreí mientras me acomodaba en el piso a contemplar desde ahí el cielo estrellado. - Sabes la Astronomia tiene algo que ver con tu clase, me da mucho gusto que compartamos esperemos que esta lluvia que se aproxima no nos afecte, aunque podríamos hacer más entretenido la clase. - Le sonreí mientras seguía contemplando como veía por la orilla en la espera de los alumnos.

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La voz de Divied me sacó de mi breve concentración, provocando una sonrisa en mi rostro y que me girara hasta quedar frente a frente. Siempre me había aprecido un mago muy intrigante, a pesar de que nuestras ideologías no fuesen compartidas y eso no era ningún secreto, al menos no de mi parte.

 

- Procuraré que mis alumnos no obstaculicen mucho a los tuyos.

 

Dije la broma mientras veía como se sentaba el Potter Black en espera de la llegada de los nuevos aprendices, imitando su movimiento ya que teníamos algo de tiempo ganado.

 

- Solo espero que no les de hipotermia, - continué hablando desde mi nueva posición, mirando al cielo - insolación o cualquier otro efecto secundario por lo que tengo planeado...

 

Solamente en una ocasión habíamos estado en esa situación mi sobrino y yo, cuando me dio el curso de astronomía para que pudiera aprobarlo sin problemas, pero nunca como dos compañeros del claustro. Sería muy interesante el ver como reaccionaban los aprendices y, claro, también nosotros.

 

Revisé rápidamente la lista de los tres alumnos, quienes ya tenía el gusto de concoerlos, sobre todo a la que llevaría la clase de Divied... una bruja que podría sacarme una sonrisa aunque me resistiera.

 

- Eso sí, - proseguí - no me hago responsable por los daños materiales.

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El interés por aprender más sobre las artes meteorológicas y sus aplicaciones mágicas le había llegado casi de sopetón y de ningún lado en particular, simplemente se había despertado un día con el interés de conocer más sobre aquella rama de la magia y había corrido a inscribirse a la clase en la Universidad Mágica, aprovechando que nuevamente estaba habilitado para aprender un conocimiento. Se había enterado luego de que su abuela lo acompañaría en la clase, lo cual lo entusiasmó aún más dado que hacía ya tiempo que no la veía a pesar de que ambos seguían viviendo en la mansión Weasley.

 

Fue por eso mismo que concertó la cita para la clase aquella noche de agosto en la torre de astronomía, tomándose la libertad de empacar en su mochila varios elementos que consideró de utilidad para la clase, a pesar de que no le habían especificado ningún instrumento como requerimiento fundamental. Se preguntó como encararía el profesor la clase mientras aparecía en los terrenos de la institución donde tomaría lugar la clase, para proceder a caminar en dirección a la puerta principal del Ateneo de Conocimientos de la Universidad, su mochila colgando de su hombro.

 

Le tomó unos diez minutos llegar hasta el lugar, donde se encontró con su profesor y con Divied, quien le había impartido la clase de Astronomía meses atrás. No tenía idea de que la clase se daría en conjunto, pero como profesor de la Universidad sabía perfectamente que eso a veces ocurría por fines de conveniencia práctica. Le llamó la atención que, al preguntarse qué relación había entre la Meteorología y la Astronomía, se sorprendió con que quizá había un vínculo más profundo de lo que podría haber imaginado... simplemente no se había planteado aquella pregunta.

 

- Buenas noches. - saludó Nathan, acercándose al barandal que se abría a las inmensidades del terreno aéreo.

 

 

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*

Mynerva leía el mensaje que le había entregado una pequeña lechuza gris con las plumas muy alborotadas. Parecía haber volado a través de un torbellino.

- Muy apropiado para iniciar mi clase de Meteorología, - sonrió condescendiente la matriarca.

Que la clase se realizara en la torre más alta no le pareció extraño. Le intrigó, sin embargo, que el horario fuera nocturno. No tenía la más mínima idea de lo que le podrían enseñar. Pero sintió que en plena oscuridad, le sería más difícil fijar los nuevos conocimientos. Suponía que el profesor sabría cómo impartir sus enseñanzas; lo que le preocupaba era si ella las entendería.

Sabía que su nieto Nathan también tomaría la misma clase. Pero él no estaba en la mansión en ese momento por lo que decidió ir sola. Ya lo encontraría allá y tal vez volvieran juntos.

Tomó una larga capa azul que colocó sobre sus hombres ya cubiertos por una camisola celeste que llevaba pintado sobre la espalda un hermoso árbol cubierto con rojos frutos. Pantalones de jean y zapatos deportivos completaban su atuendo.

Desapareció de la mansión Weasley rumbo al lugar prefijado. La recibió un poco de viento que parecía empujar las nubes con tanto empeño y determinación que ya había conseguido que el cielo se hubiera cubierto.

- Por suerte no es Astronomía lo que elegí, - se dijo pensando lo incómodo que sería ver las estrellas a través de aquellos nubarrones.

Subió con determinación las escaleras rumbo a la torre y salió a una explanada. No es que tuviera miedo a las alturas. Pero ver a dos hombres justo al borde con sus capas agitadas por el viento, le hizo sentir un pequeño escalofrío recordando la trágica muerte de aquel viejo mago sabio. Pudo observar que su nieto ya había llegado. Le guiñó un ojo con complicidad.

Desplegó una sonrisa infundiéndose valor y se acercó a los que supuso serían los maestros. No se le hubiera ocurrido que necesitara dos profesores, pero tal vez la tarea era muy ardua y había decidido ayudarse mutuamente.

- Hola, soy Mynerva de Weasley y vengo a mi clase de Meteorología, - saludó a los magos presentándose y esperó sus respuestas.

Editado por Mynerva de Weasley

Mynerva, matriarca Weasley
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De inmediaot escuché el saludo de dos de los alumnos, los del conocimiento de meteorología por lo que, instintivamente, me giré hacia Divied sonriéndole ampliamante como una mueca de satisfacción "ganadra", aunque en realidad no estaba ganando nada, simplemente era mi personalidad a flote.

 

Me levanté en seguida del suelo para acercarme a Nathan y a Mynerva, dos magos con los que ya había compartido en alguna ocasión algún tipo de convivencia, sobre todo con el miembro de la Orden del Fénix que se había mostrado dentro del bando como una promesa que solo estaba dormida.

 

- ¡Excelente noche! - Dije con un tono más animado de lo que podrían estar acostumbrados. - Ishaya Tonks, profesor de meteorología, y él es Divied Potter Black, profesor de astronomía. No, no se preocupen, no aprenderan dos conocimientos al mismo tiempo, pero aprovecharemos la relación entre ambas ramas para poder impartir cada quien su clase, esperando que no sea un inconveniente para ustedes.

 

Extendí mis brazos ampliamente mientras les daba la espalda y miraba hacia el cielo que lentamente comenzaba a nublarse cada vez más, sintiendo ya el aroma de humedad que precedía a una tormenta.

 

- Me encanta la lluvia, el cielo relampagueante y el viento frío cuando golpea mi cuerpo, sin embargo no será una completa satisfacción para mi compañero si lo que desea es ver el cielo nocturno, por ello es que debemos de actuar pronto... ¿alguno sabe la definición misma de nuestra amteria? ¿El por qué es importante estudiarla en el mundo mágico? Sería bueno conocer lo que saben antes de comenzar...

 

Un trueno se escuchó a la distancia, donde ya había comenzado a azotar el agua y que amenazaba con seguirnos hasta ese punto.

 

- ¡Tempestatum! ¡Fulminibus!

 

Dije mientras apuntaba con mi varita hacia el cielo, lanzando una ráfaga desde la punta de mi varita hacia las nubes, gennerando en un par de segundos una reacción en cadena: había acelerado la lluvia y el viento soplaba con mayor fuerza. El segundo conjuro había provocado justo donde había impactado el primero, una serie de pequeños rayos que se juntaba, tronaban y se unían hasa crear unos potentes relámpagos.

 

- Uhm... debí de asegurarme que no había otros cursos en la universidad. - Había dicho el comentario cuando un par de rayos cayeron en las cercanías del campus. - Bueno, para eso están ustedes... para controlar todo lo que provoque.

 

Me giré nuevamente ante mis alumnos mostrándole suna sonrisa inocente, bajando las manos.

 

- Tempestatibus tranquilla, - proseguí - debe de realizarse apuntando la varita hacia el fenómeno meteorológico relacionado con el viento y el agua, no es tan efectivo contra tierra y viento, pero se podría utilizar para calmar un momento la situación. ¿Alguno de ustedes sabe por qué este hechizo en particular? Les doy una pista... tiene que ver con los dos anteriores que usé.

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Se entretuvo quizá demasiado con la fresca brisa que golpeaba contra su cuerpo en aquella torre mientras sus ojos contemplaban la enormidad del terreno que se desplegaba frente a él. A pesar de que el cielo nocturno cada vez exhibía más y más nubarrones que se unían los unos con los otros, empaquetándose en densas formaciones de gas, todavía podían verse algunas estrellas en los recovecos que quedaban entre las nubes. Se preguntó como harían los alumnos de Divied para contemplar las estrellas con el clima así, y de pronto se le ocurrió la idea de que ellos, como alumnos de Meteorología, probablemente tomasen lugar en ello.

 

El ruido de la puerta del salón abrirse lo tomó por sorpresa, y se volteó para encontrarse con su abuela, a quien saludó con un asentimiento. Ya habría tiempo para ponerse al día luego de la clase, quizá incluso podían volver juntos luego de la clase y compartir una taza de té antes de ir a dormir. No obstante, no hubo tiempo para más saludos ni cortesías, dado que el profesor rápidamente comenzó la clase. Nathan esperaba que les tuviese algo grandioso preparado.

 

- La meteorología es la rama de la ciencia que estudia los fenómenos climáticos, ¿no? - intentó el Weasley, quien se pensó la segunda pregunta por unos segundos - Y creo que es importante estudiarla desde la magia para poder controlarla y modificarla a nuestra conveniencia, cualquiera sea la situación.

 

Sus inquisiciones se vieron quizá confirmadas en cuanto el profesor alzó su varita hacia el cielo y conjuró dos encantamientos, uno seguido del otro, que despertaron una cascada de reacciones metereológicas que empeoraron la situación climática tremendamente. Ahora, una tormenta eléctrica parecía querer descargarse sobre ellos, lo cual no le resultaba precisamente apetecedor al Weasley dado que estaban a unos cien metros por encima del suelo y estaban al descubierto en el balcón de la torre de Astronomía.

 

- ¿No será mejor detener eso? - inquirió el Weasley - Podría ser peligroso. Aunque respondiendo a su pregunta, supongo que ese segundo hechizo podría revertir los que conjuró anteriormente, dado que si es más efectivo contra viento y agua y usted justamente aceleró el proceso de lluvia y aumentó la intensidad del viento, pues perfectamente podría aminorar los efectos de sus antecedentes... No sé que opinara Mynerva, pero en verdad me gustaría ponernos bajo techo.

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Un fuerte relámpago se escuchó en ese momento, iluminando nuestras figuras repentinamente al caer a un par de kilómetros cerca... no me imaginaba si alguno cayera en nuestros alrededores. Bueno sí, si me lo imaginaba. Sonreí complacido mientras escuchaba a Nathan responder a mi cuestionamiento y, antes de que Mynerva se uniera a la respuesta, me adelanté antes de que se creara una confusión.

 

- Sí y no.

 

Un nuevo tronido del cielo llegó hasta nosotros, obligándome a realizar una pausa ante mi discurso mientras la lluvia seguía llegando con fuerza sobre nuestros cuerpos. Miré rápidamente a mi compañero de clase y pensé en su pequeña suerte... lo bueno es que mis alumnos estaban preparados apra todo esto, o al menos eso suponía.

 

- Las reacciones meteorológicas son una serie de consecuencia que se hacen al juntar varios elementos, condiciones y especificaciones; lo que hacemos con los diferentes conjuros es juntar la buena suerte con una pizca de elementos que nos están rodeando. ¡nere caeli!

 

Realicé una pequeña floritura de mi varita alrededor de mi cuerpo, creando una ligera ventizca que me libraba de la lluvia y me secaba al instante.

 

- Efectivamente el conjuro "tempestatibus tranquilla" sirve para poder calmar los efectos de una tormenta normal, como la que se estaba formando y que le di un empujón para que se creara correctamente. El primer hechizo que realicé fue para llamar a la lluvia y el segundo fue para acelerar los truenos... cuestiones de física simple. ¿Podrían practicar los conjuros para dejar la torre libre de los efectos meteorológicos? Les daré una pista, sí, se pueden combinar.

 

Mi sonrisa se amplio, después de que mi cabello se terminara de secar, mirando directamente al par de Weasley que tenía en frente, aún esperando que los dos pudieran realizar los conjuros de forma correcta antes de que comenzara como tal al clase de mi sobrino Divied.

 

- Deben de apurarse, - les dije mientras me acercaba a la orilla, alejándome de ellos para darles espacio para su práctica - sobre todo porque a la priemra nunca resulta como uno espera. ¡Buena suerte!

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Uno de los magos se levantó para dar la bienvenida a sus alumnos y explicó que él mismo, Ishaya Tonks, les guiaría en Meteorología y Divied Potter Black, daría Astronomía a otros jóvenes que aún no habían llegado.

Ishaya les explicó que le encantaba la lluvia, el cielo relampagueante y el viento frío azotándolo. Myne recordó su juventud cuando sus gustos eran los mismos. Pero ahora se había convertido en toda una señora burguesa, como dirían los muggles y esas delicias prefería observarlas detrás de una ventana vidriada. De hecho, esperaba que a pesar de lo que estaba viendo, la lluvia no se desatara y los empapara en la intemperie.

Pero se equivocó. El profesor preguntó a ambos qué pensaban que era la Meteorología y Nathan se apresuró a dar su opinión. Mientras lo hacía, Ishaya apuntó su varita hacia las nubes lejanas y pronunció dos hechizos que la bruja no había oído en toda su vida. No es raro que nunca hubiera sido capaz de influir en las tormentas ya que no sabía qué hacer.

- ¡Tempestatum! ¡Fulminibus!

Mynerva repitió mentalmente las palabras para aprenderlas. Tem-pes-ta-tum. Ful-mi-ni-bus. No sabía qué efecto produciría si las decía en voz alta, pero lo que hizo Tonks fue magnífico ya que la lluvia llegó rápidamente sobre ellos y unida al viento comenzó a azotarlos sin piedad. La mujer apuntó rápidamente a sus anteojos que habían empezado a llenarse de gotas que le impedían una clara visión y murmuró Impervius para evitar ese problema.

La respuesta de Nathan no había satisfecho del todo al profesor ya que dijo que la materia estudiaba fenómenos climáticos cosa que ella también creía. Tonks agregó que la meteorología era la consecuencia que se daba al juntar elementos, condiciones y especificaciones y que los magos aplicaban sus conjuros sobre algo de los elementos que los rodeaban para modificarlos. Eso sorprendió un poco a la bruja que preguntó.

- ¿Quiere decir que estudiar los fenómenos meteorológicos no es suficiente, ni hacer los hechizos correctos? ¿Es necesario tener primero algún elemento? En un año de gran sequía ¿no es posible hacer llover si no hay ni una mísera nube en el horizonte? Creía que nuestro poder mágico sería capaz de resolver esos problemas climáticos.

Mientras esperaba una respuesta alzó su brazo empuñando la varita y pronunció los hechizos recién enseñados temiendo lo peor.

- ¡Tempestatum! ¡Fulminibus!

Por supuesto, la tormenta arreció y el viento sopló con tal violencia que tuvo que sostenerse con fuerza de una baranda para no ser borrada del lugar. Buscó rápidamente en su mente el tercer hechizo y lo pronunció con decisión.

- ¡Tempestatibus tranquilla!

La lluvia comenzó a ceder y con ella retornó la calma. Pero estaba empapada de pies a cabeza. Tal vez sería mejor usar también ¡Nere caeli! realizando la floritura alrededor de su propio cuerpo que comenzó a secarse a causa de la ventisca que la rodeó con rapidez.

- Me siento desilusionada. Aunque en realidad es lógico. No podemos crear lluvia. Sólo podemos acercarla o alejarla de nosotros si tenemos suerte y ya está en el ambiente. Imagino que sucede con otros fenómenos también. Lo interesante sería poder crearlos. O tal vez me equivoco y sí hay algunos que podemos crear, - comentó con una mirada interrogativa hacia el instructor que tal vez tuviera alguna afirmación.

Estaba deseosa de oír la opinión de Ishaya.

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Spnreí ampliamente al escuchar a la segunda de mis alumnas, sobre todo porque las cuestiones de Mynerva eran lógicas por donde se le viera. MIentras veía como lograba tranquilizar un poco la tormenta, me acerqué hasta ella mientras Divied seguía empapado, esperando a su alumna.

 

- Debemos de tener en cuenta la Ley de la Transformación Elemental de Gamp, - respondí al estar más cerca de ambos aprendices - que nos marca las limitaciones del poder mágico hasta donde conocemos... y bueno, no vamos a aprender de historia de la magia ni de transformaciones en este conocimiento, pero si hay que tener esas bases en cuenta.

 

Con un simple movimiento de mi varita logré levantar un pequeño remolino de gotas de agua del suelo hasta formar una esfera que giraba sobre la palma de mi mano.

 

- Combinamos elemntos: aire, agua, tierra, fuego... ¡como lo haríamos con un simple aguamenti o icendio! Poe lo que, sí, podemos crear y manipular ciertas fuerzas más portentes.

 

Mi tono comenzó a volverse serio ya que, en efecto, la Weasley había tocado uno de los temas de la meteorología que siempre me tenía con mucho cuidado.

 

- El trabajo de un mago meteorologo es el poder utilizar los conocimientos básicos para poder ser de ayuda en medio de alguna situación que nos ponga en desventaja. ¿Se imaginan estar perdidos en medio de la antártida por sus investigaciones mágicas y que una enorme ventisca los tome por sorpresa? ¿O que un huracán arremeta en medio de su viaje por el caribe? - Suspiré tranquilamente, el conjuro que habpia lanzado Mynerva comenzaba a dejar la zona más tranquila aunque la lluvia continuaba un poco más lejos de nuestra posición. - Cada mago o bruja mide su propia ética al momento de utilizar cualquier tipo de conocimiento, poder o habilidad mágica que posee...

 

Nuevamente di una floritura con mi varita y la esfera de agua comenzó a incrementarse, creando rayos dentro de ella y que se podían ver perfectamente desde afuera, inclusive se alcanzaba a escuchar un sonido sordo.

 

- Bien puedo lanzar esto con fuerza hacia alguno de ustedes y podrían salir con quemaduras graves por empaparse primero por el agua y luego por recibir una descarga eléctrica. ¿Y cómo fue que hice esto? Conociendo los principios básicos de los elemntos, los mismos que usamos hace unos momentos.

 

Moví rápidamente mi brazo y los rayos cesaorn, el agua dejó de girar y cayó de inmediato sobre el suelo de aquella torre.

 

- ¿Una tormenta de nieve les apetece? Glaciem tempestas, y movemos de esta forma la varita...

 

Un par de palabras y movimientos para ver que tanto podían hacer los dos magos en esa situación, sobre todo porque era un conjuro relativamente fácil de hacer... y crear una peligrosa tormenta de nieve a nuestro alrededor. ¿Serían capaces de controlar o sobrellevar la situación? Tal vez, lo único que lamentaba era tener a Divied en medio de todo ello en lo que llegaban sus alumnos.

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