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Castillo Lockhart (MM B: 78568)


Ela Karoline
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No podía creer lo tarde que iba a la invitación que había recibido por parte de Bodrik para festejar el cumpleaños de uno de los miembros de la familia Lockhart, si bien era cierto que últimamente se la había pasado de celebración en celebración Lockhart pero era difícil rehusarse a tan amables invitaciones a compartir tiempo con personas tan agradables como ellos por lo que siempre terminaba aceptando ir.

 

Siempre se había caracterizado por ser una persona puntual en cada uno de los compromisos a los que asistía, pero el hecho de haber estado estudiando hasta altas horas de la madrugada para sus exámenes del ateneo de la Universidad después de haber tenido un arduo día de trabajo en el ministerio le habían pasado factura, por lo que se había levantando tremendamente tarde.

 

Entonces se ducho y se colocó rápidamente unos pantalones cortos hasta la rodilla color azul claro, una camiseta blanca y encima un sweater gris y unos tenis converse grises, iba lo más casual posible ya que era un picnic. Tomó su bolso con hechizo de extensión indetectable, su varita la guardó en el bolsillo, se puso los lentes de sol y bajo corriendo las escaleras, agarro su nimbus 3000 que estaba justo a la entrada y saliendo de la casa se subió en ella para ir lo más rápidamente al castillo Lockhart.

 

Al llegar a la verja de hierro color bronce saludo a los elfos de la caseta, - Buen día vengo al cumpleaños - y siguió rápidamente los metros que la separaban de la entrada del castillo. Al llegar a la entrada observó un carruaje tirado por caballos y al parecer acababan de entrar al castillo quienes venían en el, no estaba muy segura pero me parecio ver una cabellera morada entre los que acababan de entrar, de pronto sería Sagitas con quien también se había cruzado en el cumpleaños de Mikaela. Bajo de su escoba y la guardó en el bolso, se acomodo un poco el cabello y al ver a un elfo que iba pasando le preguntó por la familia. - Muy buen día, se encontrará Bodrik o tal vez Alexander, vengo a un picnic - le dije al pequeño, odiaba haber llegado tarde, ya tal vez todos estuvieran dentro.

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Aquel día a la mujer le había parecido que sería buen momento para llevar a su bebé

Quizás no iba a dejar de hacer esos gestos de fruncir el ceño y de ver todo con actitud crítica pero era por eso que adoraba al niño que llevaba en brazos y envuelto en una mantita fresca, que esos calores de verano eran espantosos y no lo quería con fiebre; distraídamente le envolvió la cabecita de negros cabellos con parte de la tela y le sostuvo mejor contra sí aunque su novia se reía de sus acciones

-Qué?

La cuestionó al ver la forma en que la miraba

-También sé ser maternal! -intentó defenderse para después alzar la mirada y pasarle al pequeño bultito, consciente de que en esos momentos ella querría llevarlo- vale, vale... pero volviendo a casa, es mío

Refunfuñó. Desde hacía un tiempo se había vuelto demasiado quisquillosa y nerviosa acerca de prestar a su recién nacido y entonces, se cruzó de brazos para ver a Sagitas que iba la mar de encantada con su propio retoño; ella se había propuesto no acercarse al niño nuevamente, consciente de que ahora era más un peligro que una ayuda o al menos, así se sentía ella

-Estás contenta? -le dijo a su hermana- has conseguido que me vista como una pelota playera- se quejó, ya que por mucha insistencia, regaños, ruegos y demás de los demás miembros familiares (y la amenaza de Ashley de ponerle uno de sus enormes vestidos rosados de fiesta), accedió a regañadientes a ponerse ese antiguo vestidito lila que solía usar cuando fuese parte de la Órden, aunque le habían hecho algunos añadidos como el ponerle una capa blanca en lugar de la morada oscura que iba a juego con el traje y, para que fuera más amigable la imagen para los niños le habían amarrado el pelo en una coleta baja con un moño amarillo

Se sentía tan desentonada como una pintura de Picasso

Cuando finalmente llegaron al castillo, entró con el resto de la familia pero le guiñó el ojo a quien había abierto, dejando ver por primera vez una sonrisa y levantando una caja envuelta que había llenado de chuches y golosinas de regalo para el cumpleañero...

Y una enorme pelota de peluche, sugerencia de su novia que insistió en que darle tantos dulces a un niño era una terrible idea

-Buenas noches- saludó con un tic en un ojo, aún se sentía incómodisima con su ropa y golpeó con su cadera de lado a Sagitas

Era toda la entera culpa de ella, si señor!

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Cuando estaba observando a su madre y a su sobrina, una voz femenina llamó su atención, se consiguió con una dama que no reconoció de inmediato, pero su madre había hecho las presentaciones halagándole como la dulce madre que era. dio a conocer su nombre "Dorothy" se uniría a la familia por lo cual Alexander había adoptado su sonrisa más gentil, le gustaba ver como los Lockhart crecían.

 

-Bienvenida hermosa dama Dorothy, espero que nos llevemos bien - habló con mucha educación, para sentir como había mucho movimiento por parte de los elfos ¿habrá llegado muchas personas al castillo? se preguntó mentalmente, era cierto que ya estaban en una fecha importante para la familia, así que no le parecía extraño.

 

-Madre por mi parte iré en escoba, y no es que no me animo con tus bellos animales, solo que... disfrutamos de una convivencia un poco más simple - le respondió a la matriarca algo tímido, no iba a explicarle que posiblemente ya se llevaban un poco mal.

 

Una figura le hizo girarse, para repentinamente sentir un abrazo, se sorprendió de ver a su pequeña hermana, pero estaba feliz tenían mucho tiempo de no verse, quizás se debía a las salidas del pelirrojo y actualmente a su trabajo en San Mungo.

 

-Pequeña hermanita, me alegro mucho de verte - correspondió el abrazo para ver como saludaba a la nueva integrante - bueno quienes están menos sorprendida es nuestra madre y sobrina - le observó con una sonrisa divertida. -Ven hermanita, vamos hacer un recorrido por los cielos - le tendió la mano invitándola a participar con él en su escoba o en cuyo caso en algún animal mágico.

 

-Deberíamos pedirle a los elfos que traigan a los invitados - mencionó preocupado de hacer tardar a quienes estuvieran en la entrada y así fue con un mensaje los elfos le indicaban a los invitados que pasaran hacia el jardín

 

"Por favor, sean bienvenidos al castillo Lockhart, pasen, pasen directo al jardin" mencionaron con mucha educación y tranquilidad.

 

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Fiesta de cumpleaños de Noah Lockhart:

 

Viajar en aquel carromato de aethonats había sido una idea maravillosa para desplazarse. Yo iba a la fiesta de cumpleaños de la familia Lockhart, en la mansión, invitada por la tía Cye, pero nunca hubiera imaginado que íbamos de esta manera. Volar era maravilloso, las vistas fenomenales. Lástima que la ventana se la había quedado la tía Sagis y su niño por un lado y por el otro, la tía Haya y Lisette, su novia. Aún así, lo que se veía era magnífico.

 

- ¡Qué bebito más lindo, tía Haya! - exclamaba de vez en cuando.

 

La tía había tenido el bebé y no nos lo había presentado, creo que por miedo a que le pegáramos algo, alguna enfermedad o la locura, a saber. Era la primera vez que lo veíamos, y tenía que ser en una fiesta fuera de casa.

 

- ¡Es lindo, qué pelo más negro!

 

Lo llevaba en brazos y no nos dejaba que lo tocáramos. Yo creo que le dábamos miedo. Ithilion ni se había podido acercar porque Haya, disimuladamente, se lo alejaba. No dije mucho más pues reprimía el deseo de reírme. La tía Hayame vestía tan... diferente... De colorines, como nunca la había visto.

 

Llegamos al castillo Lockhart. Sagis se bajó y nos dijo que lo hiciéramos también. La puerta se abrió y una chica joven saludó a la tía. La conocía, algo normal, todo el mundo conoce a la tía Sagitas. Nos dejó pasar hacia los jardines diciendo que estaban llenos de cosas interesantes. Intenté ser cordial y presentarme pero enseguida se aleja y se adelanta, para dejarnos avanzar detrás de ella.

 

- ¿Quién es, tía Sagitas? No la conozco. Creo que pocos conozco de la familia Lockhart. Ha debido crecer mucho durante mi ausencia. Al menos, conoceré al tío Ishaya y a la tía Cye.

 

En los jardines había gente desconocida, se trataban con mucha familiaridad. No sabía si hice bien en venir a la fiesta, menos mal que con la familia me sentiría cómoda pero... no conocía a nadie. Excepto a la chica que llegó por detrás, Dennis. La había conocido en el Ministerio, dentro de un autobús rumbo a una excursión mágica.

 

- Hola, Dennis - me atreví a saludarla. ¿Me recordaría?

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Después de haberle informado al elfo del motivó de mi presencia en el castillo el muy amablemente me dio la bienvenida al lugar indicandome que podía pasar al jardín ya que al parecer allá era donde estaba todo organizado para la celebración.

 

Se volvió a acomodar el cabello ya que a pesar de que le encantaba volar en su escoba, la verdad es que no era nada práctico si se pretendía lucir peinada y en orden. Me acomode el sweater y me encamine por donde se me había indicado.

 

Conforme iba llegando a los jardines pude notar que estaban muy bien cuidados y eran simplemente hermosos. Adoraba los jardines grandes como en la mansión ya que me permitían poder pasear y jugar con mis cachorros.

 

Al llegar donde se encontraban todos note a algunas caras conocidas como Sagitas, Alexander, Bodrik, me pareció ver también a mi ex compañera de aurores Scavenger y a otros más que no reconocí de inmediato ya que no los veía bien.

 

Cuando me acerque más una voz pronunciando mi nombre me saco de mis pensamientos. - Hola Xell como estas? - recordaba a la joven de sonrisa agradable de la excursión organizada por el Departamento de misterios, si la memoria no me fallaba ella trabaja en accidentes. - Que gusto verte, eres de la familia? - pregunte a la joven mientras ke sonreía. Recuerdo que cuando la ví en el autobús me cayó bien de entrada.

 

Al parecer habrían muchos invitados a la celebración lo cual haría que fuera bastante amena. Un día soleado con agradable compañia y delicias para probar. Bueno sería un día para disfrutar.

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El sol había salido muy rápido, el rubio como siempre quería seguir dormido y era que por mas que intentara no podía terminar con el papeleo y eso aunque le gustara leer nomas no podía terminar, aunque claro no es como que se concentrara mucho en ello. La otra razón para no querer levantarse era que el estar al lado de su bellista esposa era lo mejor del mundo, pero quisiera o no tenia que hacerlo, era el día de su cumpleaños y tanto el como su familia tenían cosas que hacer y era mejor darles espacio para que hicieran lo suyo, ademas tenia que visitar a su madre y su familia que hace mucho no los veía y seguro planeaban algo.

 

Dejo un beso a su amada y se levanto para bañarse y vestirse rápidamente, no quería llegar tarde con su familia pues quería pasar todo el tiempo que pudiera con ellos, después de todo el día lo pasaría con los Lockahart y en la noche con los Askars, dos celebraciones que seguro le divertirían y le llenarían mucho, pues ambas las familias sentían un gran cariño por el. Se vistió con un pantalón café, una camisa blanca y sobre esta un suéter verde, no quería ir muy formal ya que era su cumpleaños y estaría en familia por lo cual no descartaba quedar mojado o embarrado de algo como era costumbre en las bromas de sus hermanos.

 

Salio de su casa con su escoba en mano, hace mucho que no la usaba y le apetecía usarla, se monto en ella y salio volando, no era muy lejos la distancia que separaba ambas familias por lo cual no tardo en llegar, aterrizo frente a la puerta de la casa y bajo de la escoba, toco la puerta y allí espero a que alguien le abriera.

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La bruja continuaba saludando a las personas con una inclinación de cabeza educada sin despegar la vista de su novia, que ahora llevaba al bebito firmemente agarrado pero ella seguía sintiendo como si se le fuera a caer de un momento a otro; eso y a pesar de que sabía que Lisette tenía la capacidad de cuidar de los niños pequeños, pero...

Observó unos momentos a Xellita que ahora saludaba a Dennise y a los demas y dió un corto suspiro, asegurándose de estar siempre cerca de su hermana y de su novia y la familia

Hacía tanto tiempo que no convivía de forma social!

Un escalofrío la recorrió

En verdad, cuando había sido la última vez que se había mezclado con las personas en un evento de ese tipo? ni siquiera en San Valentín, porque habían ido muy poquitas personas al evento de las historias y del corazón!

Del fondo de su capa sacó una equeña botelita y le dió un trago, recibiendo una mirada de reprimenda de su novia

-Es limonada mineral -se explicó gruñendo por lo bajito; extrañaba su absenthine- es lo más parecido al picor con azucar que he encontrado y no tiene alcohol... eso es lo que te preocupa, no?

Volvió a gruñir y entonces, e acarició la cabecita al bebé que seguía haciendo pucheros

-Tiene el cabello de su papá biológico- le dijo a su sobrina aunque ya no sabía si la había escuchado- y ha nacido con muchísimo pelo... que si se lo deja crecer de adolescente, va a parecer un emo melenudo y metalero!- por una vez, dejó escapar una risa de imaginarse a su hijo quizás lleno de tatuajes y ese tipo de cosas, dándole un infarto al pobre retrato de su padre en casa

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Cye y Bodrik no tardaron en darle una calurosa bienvenida, al igual que lo hicieron Alexander, Ezra y otros presentes. Los elfos se movían de un lado a otro, estaban muy concentrados en la organización y decoración del lugar. Tenía entendido que se celebraría un cumpleaños, aunque no tenía el placer de conocer al protagonista de la fecha. Cye la había adoptado como su hija, así que probablemente se tratara de algún hermano.

 

Dorothy se sentía embelesada con la actitud del pequeño Ezra, él no tan tímido chico tomó su mano y la jaló hasta un hipógrafo que los acompañaba. Dorothy tocó su frente, sintiendo el poder que transmitía le animal, la sutilidad y magnificencia, su calma… Finalmente miró al pequeño otra vez ¡los niños transmitían un aura tan pura!, ¿por qué no podían los adultos mantener ese espíritu? La mayoría estaba lleno de superficialidades, de frivolidades que los ayudaban a abrirse paso y resaltar dentro de una sociedad. No veían más allá de lo material y tampoco transcendían.

 

—Jamás lo he hecho, pero supongo que esta podría ser la primera vez. Pero sí he montado un aethonans, ¿los conoces? —le preguntó a Ezra antes de llamar a Cye para subirse a la criatura.

 

Minutos después llegan Sagitas, a quien ya había tenido la oportunidad de ver en una ocasión, y una chica llamada Scavender. Dorothy le sonrió, le gustaba la energía que transmitía. Difícilmente podía decir eso de alguien, especialmente por los insabores que se había encontrado a lo largo de toda su vida, especialmente después de su llegada al mundo mágico. Se aclaró la garganta y habló, no sin antes llevarse un mechón de cabello detrás de su oreja.

 

—Si, Dorothy. Lindo nombre el tuyo, por cierto. Un placer.

 

Los invitados se habían instalado rápido en la estancia. A medida que pasaban los minutos el bullicio se iba haciendo cada vez más fuerte. Había gestos de sorpresa, de diversión, de curiosidad y hasta de enojo; además se podía apreciar el llanto de un bebé, el ronroneo de un gato y la risa de risueña de Ezra. Dorothy los contempló absorta, podía pasar horas sintiéndose intrigada por el comportamiento de la gente, por saber qué los llevaba a actuar cómo actuaban. A lo lejos vio a Dennis, otro miembro de la Orden del Fénix y con un gesto en su mano la saludó.

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Sagitas estaba un tanto nerviosa. Desde mi boda no había querido salir de casa, al menos no demasiado tiempo, y menos aun, con Ithilion. De hecho, aunqeu los demás no lo supieran, yo si tenía el conocimiento de que el carromato estaba blindado, y no solo eso, sino qeu lo conducían dos guardaespaldas que vigilarían a Ithilion.

 

No iba a decirle nada. Las cosas estaban aun un poco tensas desde mi regreso entre nosotros, asi qeu prefería sobrellevarlo lo mejor posible.

 

Mientras @ elogiaba la melena del primito, a mi me hacía bastante gracia la tía @@Hayame Snape Potter Black, ya que no parecía del todo convencida con su atuendo, y además, protestaba porque ninguno la habíamos visto nunca tan...maternal. Tanto qeu casi no soltaba al pequeño si no era para que Sagitas y Lissette lo sujetaran, y siempre bajo su vigilancia.

 

Al fin, llegamos. Fui el último en bajar, con el regalo en las manos, mientras qeu Ithilion llamaba a la puerta del castillo.

- Xell, Noah estuvo en la boda...llegó para ayudar al final. Trabaja en el SAW y al parecer, como Bodrik, es primo nuestro. - le dije.

 

Me había vestido con un pantalón corto de color negro, y una camisa de color azul claro de verano, dejando un par de botones sin abrochar para no pasar demasiado calor. Caminé por el lado de Sagitas, susurrándole al oido unas palabras, ya que nos habíamos quedado atras.

- Vamos mamá, no va a pasar nada. Relájate.

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Cumpleaños de Noah

 

Los primeros en desaparecer fueron los elfos esperando dar con el sitio indicado por la amita cosa que dejaran todo listo para que los invitados disfrutaran del día de campo, pero en Verdad que los pequeñines no estaban muy seguros de la idea de pelinegra pues nunca antes habían escuchado tal región, Sin Embargo, Cumplirían sus órdenes tan solo con el mapa e instrucciones de Lockhart.

 

Por otro lado, Bodrik estaba sobre volando los terrenos del Castillo sobre todo para reflexionar acerca de lo que debía hacer aquel día. Dudaba mucho de la presencia de su tío Noah en la celebración que estaba preparando pues desde que contrajo matrimonio nunca antes se le había visto por los terrenos de la familia Lockhart y la pelinegra consideraba que sin tenerlo presente sería una pérdida de tiempo realizar aquel viaje que estaba planeado para él.

 

Finalmente, decidió que si se presentaba Noah ella realizaría el viaje y en caso contrario pediría ayuda a su abuela para que el picnic se hiciera en el jardín del castillo para no complicarle la vida a todos inútilmente.

 

Dorotrhy estaba feliz perteneciendo a su familia y estaba conociendo a su Scav que siempre estaba alegre y Alexander que se negaba a volar sobre un hipogrifo pero que por suerte estaba volando en su estaba mientras las acompañaba en su paseo, pero la ojiazul no tenía la menor idea de cuantos de los invitados aparecerían en los terrenos hasta que por casualidad le pareció ver un carro muy extravagante posado en la entrada del castillo y aunque solo veía a los Aethonans, no se le ocurría pensar en otra persona para llegar en algo así, solo a su tía peli violeta, entonces decidió descender para no hacer esperar demasiado a los invitados.

 

-Hola Buenos día Familia – Saludo a todos al mismo tiempo pues contrario a lo que parecía se trataba de alguien bastante – Hola tía Hayame, me alegra que hayas traído a al nene. -Bodrik lo concia desde su nacimiento gracias a su labor como Sanadora.

 

-Matt, Helike, Xell que agradable tenerlos entre nosotros -Por último, desvió su mirada hacia la payasa de cabello violeta y su pequeño Hijo a quien Bodrik consideraba su amigo desde siempre – Hola Ithilon nos vamos a divertir -dijo, aunque no sabía que tan cierto podía ser aquello -Tía sagitas Gracias por venir la abuela seguramente está por venir a recibirlos-

 

Feixac era la única desocupada en ese momento y por tal razón abrió la gran puerta para dejar pasar todos y seguramente lo hizo también para dejar que Dennis y Noah también llegase, sin que Bodrik los notase hasta que entro en la estancia donde estaban y la elfina le invitaba a seguir al jardín.

 

Claro que el jardín trasero al que se refería la elfina estaba muy lejos de la entrada del castillo después de pasar por la piscina, Y todos los que estaban volando lo hicieron después de pasar el bosque de frutales hasta llegar a los establos y límites del bosque. Así que ese “Pasen al Jardín” de Feixac no era tan fácil como dar dos pasos.

 

- ¿En qué lugar estaría mejor hacerlo? – Bodrik estaba muy nerviosa de intentar algo así, aunque había leído sobre el lugar varia veces en el libro que encontró en la biblioteca que ahora descansaba junto con un mapa en su bolsito.

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