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Castillo Lockhart (MM B: 78568)


Ela Karoline
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En la bajada hacía el comedor se encontró a su linda hermana, se sorprendió un poco, pero al escuchar sus palabras le siguió de inmediato afirmando con la cabeza, era cierto su madre seguro ya se acercaba, debían correr y así casi hicieron, cuando por fin se ubicaron a la gran espera de la matriarca, allí fue cuando Alexander se fijó que había un buen número de personas a la espera de su madre, aquello le encantaba le hacía realmente feliz y esperaba que de esa forma, la femenina sintiera el cariño que muchos tenían por ella.

 

-Feliz cumpleaños -

 

Exclamó con una sonrisa al ver como su madre se reunía con todos, aquello realmente le ocasionó una leve risa, nunca se hubiera planteado que en algún momento de su vida, estaría reunido con un gran número de personas para desear un feliz cumpleaños pero aquello no le molestaba solo lo hacía sentir muy vivo.

 

Cuando tuvo oportunidad de acercó a su madre y le depositó un beso en su mano, para finalmente darle un pequeño abrazo, le tenía mucho cariño, y le guardaba gran respeto por siempre mostrar ese gran porte elegante, y esa sonrisa que desplegaba felicidad genuina - te deseo lo mejor de mundo madre... - habló bajito para finalmente retirarse, pero justo en ese momento su lechuza que había quedado sobre la cabeza del pelirrojo todo el rato, saltó al hombro de su madre y le acarició la mejilla para picársela gentilmente.

 

-¡An! - le regañó al ver que no deseaba separarse, pero después de hacer mimos volvió a colocarse en la cabeza del pelirrojo - jajaj disculpad - mencionó entre risas para por fin dar espacio, no podía evitar que su lechuza fuera tan libre, después de todo siempre le había permitido que hiciera lo que realmente deseara.

 

y... ¿ahora? debía pensar muy bien qué hacer, después de todo había mucha diversión en cualquier lado, aunque quizás sencillamente se perdería a pasear y se despreocuparía un poco de las cosas, era lo que usualmente hacía cuando había mucha gente, perderse y ahora con un circo y mucho festejo podría hacerlo mucho más fácil.

 

-Hermana, recuerda mostrarle el detalle que hicimos - le mencionó desacomodándole en cabello, dejándole encargada de esa tarea, para comenzar a ver las cosas de alrededor.

 

@ @@Patri Gryffindor L @@Noah Lockhart @@Bodrik @ (...)

Editado por Alexander Fox

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Llegaba muy tarde, no era propio de mi para una fiesta de tal calibre, no queria llegar tarde, pero unos asustos (dormir) me había retrasado infinito en el día del cumple de Cye. Que mal, segur que me iban a reñir, y aun por encima habia olvidado hacerle un regalo, enos mal que siempre me acuerdo que a esta casa hay que venir con una cesta de magdalenas... porque como a Cye le encantan... mejor traer algo... aunque sea solo eso como detalle...

 

Y si mejor no iba? Llegando tarde y con manos casi vacias... sería mejor no ir...

 

Pero mis pies no pararon de caminar hasta estar en la puerta de la casa... Malditos pies mios, que me trajeron hasta aqui. Pues nada, ahora tendré que ver como me las apaño.

 

Me comi una magdalena de los nervios y llamé a la puerta.

 

--¿HOLA?

 

 

 

OFF: perdon por la tardanza, me despisté XD

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El Circo en la Mansión Lockhart:

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El negrito sonrió con una sonrisa totalmente blanca al elfo que le dijo que era la mansión de la señorita Cye. Estaba feliz porque había llegado a destino sin perderse (las otras cuatro mansiones que había invadido con las criaturas del Circo no contaban) así que hizo un gesto con la mano a los enanos que transportaban las jaulas de los animales para que descansaran: era allá.

-- ¿Enseguro ke kié ké pasemo pó el medioel kastillo? Li dejaremo tóo lleno de kakotas danimale. Llo pasaría pó er laterá. Mirusté ke lestierkol de dragón é mú oloroso.

Al final, usaron el camino más largo pero más seguro para todos, aunque a Babila no se le escapó el olor a tarta de chocolate (tendría que pedir un trozo grande para su ama) ni los murmullos de la gente que ya había llegado a la fiesta. Llegaron a una zona libre y allá todos los enanos empezaron a destapar jaulas y a murmurar hechizos protectores. Los animales que la boba de la Dueña había permitido sacar del Circo, en contra de todas las normas ministeriales y de la lógica, eran demasiado peligrosos. El Dragón Ridgeback Noruego debiera haberse quedado en casa pero Sagitas había insistido en llevarlo porque sabía que a la Matriarca le gustaría dar un buen paseo por toda Ottery con él. Insensata de dueña... No sabía lo nervioso que podía ponerse este animal fuera de su entorno.

Los gritos no le gustaban al dragón pero a la cría sí: Briboncete, un bebé dragoncillo de unos cuatro meses, que ya volaba distancias cortas y que echaba humo por la nariz (aún no le había crecido el poder del fuego), ya correteaba por el césped, feliz con la gente que se veía cerca, esperando que alguien le dejara jugar con él. Estaba acostumbrado a que el niño pequeño de Sagitas corriera a su lado y, alguna vez, le había dejado montarse encima, aunque casi siempre se había caído porque ninguno de los dos estaba acostumbrado a montar y a ser montado. @@Matt Blackner le había dicho al pequeñín que le enseñaría a montarlo pero aún no se había terciado. Además, al pequeñín (y me refiero a la criatura) le atraía el olor a dulce de la máquina de algodón de azúcar.

Pero sobre todo, lo que le atraía más era ver aquel gato que había cerca. Estaba al lado de un niño (Ezra Lockhart) y se moría de ganas de jugar con él. Así que aprovechó que Babila saludaba con la mano a una mujer que conocía como @@Tamarindo para salir volando hacia el gato y el niño, quien comía, además, algodón de azúcar. ¿Qué más quería el dragoncillo para ser feliz? Niños, comida y animalitos chiquitos...

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De inmediato en cuanto el elfo dio el aviso todos corrieron a tomar uno de los puestos para hacerse cargo, bueno solo los mas allegados lo hicieron era sorprendente ver como había una feria tan grande y nuestra madre ni siquiera se lo imaginaba, claro que nada se eso había podido hacer sin la ayuda de los pequeños elfos que con su magia y la de los miembros de la familia habían logrado hacer que la recamara de la rubia fuera a prueba de ruido y así por mas escándalo que hicieran al montar la feria esta seguiría siendo una sorpresa.


La matriarca apareció apenas unos minutos después del aviso del pequeño elfo por suerte para ese momento ya todo estaba en su lugar listo para que la fiesta comenzara y en ese momento el grito unisono de feliz cumpleaños no se hizo esperar así como la gente que se disponía a abrazarla al verlo el rubio decidió aparecerse frente a su bella madre ganándole a todos y dando el primer abrazo de cumpleaños ademas de acompañarlo con un beso en la mejilla -feliz cumpleaños mami que te la pases muy bien- comento el chico justo en el momento indicado en el que sus hermanos la abrazaban también.


El joven sonrió y se parto mirando a su madre feliz recibiendo los abrazos y las felicitaciones de los presentes que tanto la querían, el ojiazul estaba feliz de ver ese feliz y conmovedor momento en el que la felicitaban y ella aun estaba un poco sorprendida, el joven vio a su hermana Scav quien también veía el momento seguramente esperando para felicitarla y abrazarla, recordó que ella no había tenido mucha familia en donde vivía y así se acerco a ella dándole un abrazo aprovechando el emotivo momento y mientras lo hacia alcanzo a escuchar a la princesita entregándole un regalo a su madre.


El rubio aun abrazando a su hermana recordó el regalo de su madre y un poco acelerado salio hacia su habitación -perdón hermanita ahora seguimos con el abrazo, recordé que debo ir a buscar algo importante- le dijo a la chica antes de salir corriendo con gran agilidad mientras a su madre aun la abrazaban y llenaban de mimos, ya cuando bajaba de su habitación y con una enorme caja de color blanco con un listón azul, alcanzo a escuchar como tocaban la puerta del castillo, con solo mirar la hora podía imaginarse quien era pero un simple aroma que llego a su nariz pudo confirmar sus sospechas.


Abrió la puerta y fue en ese momento que encontró a tama con una magdalena en la boca y una cesta de estas en la mano, el rubio sonrió y la abrazo -vamos pasa mujer no te quedes como una escultura pasa- le dijo el chico a su amiga para que entrara a la fiesta.



@ @ Zamolódchikova @@Bodrik @ @@Ezra Lockhart @ @@Patri Gryffindor L @@Alexander Fox @@Ezequiel granger @ @Sagitas E. Potter Blue @Tamarindo

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--Espero no ser inoportuno—Susurró para sí, una figura masculina se paseaba por las calles de Ottery, el mago que dejaba la comodidad de su atuendo de campamento se mostraba contento de llevar ahora un traje no demasiado formal, un conjunto entero azul, camisa blanca sin cuello, adornado con un bonito pañuelo que hacia juego con la camisa de tipo cadete, entre sus manos aquel personaje traía consigo una pequeña cesta cubierta por gasa de un llamativo dorado que ocultaba el contenido de cualquier ojo curioso. El mago llego hasta un enorme portal de hierro forjado, donde se veía en medio un escudo familiar, hermoso y de mucho respeto, por algún motivo las puertas se abrieron para él, dejándolo ingresar, camino durante varios minutos, observando tocones y árboles que daban la bienvenida de forma visual.

 

Dagonet finalmente se vio frente a una edificación majestuosa y de gusto exquisito, otra vez se sorprendió que antes de llamar la puerta se abriera, una pequeña figura elfica llamo su atención –Mis saludos, soy Dagonet hijo del rey bajo la montaña, capitán de la compañía sin nombre, mata orcos, nieto de mi abuelo “el guerrero de la montaña”, dile por favor a tu ama que he venido a brindarle mis respetos y felicitaciones por el día de su nombre.

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“Esta Feixac” pensó la Lockhart mientras dejaba caer la toalla y se sumergía en la tina llena de rica agua y esencias, como fuera se lo agradecía, su piel siempre resentía la falta de mimos, y una mujer casada no podía olvidarse de esos lujos, no con un esposo completamente perfecto y muy detallista. Los aceites, la espuma jabonosa y los pétalos de rosa hicieron lo suyo, relajándola y nutriendo su piel hasta dejarla tersa y con una luminosidad propia de la buena hidratación y cuidado.

 

Cuando al fin se sentó en la cama, luego de haber escogido un atuendo sencillo pero ya saben, hermoso, porque se suponía que pasaría rato con los chiquitines que corrían de un lado al otro, la bruja se calzo unas zapatillas de taco bajo, por fortuna era de buena estatura para no necesitar siempre tacones, el color celeste en sus pescadores y blusa de seda le quedaba fantástico y resaltaba su frescura, luego su cabellera suelta, libre y cepillada se negaba a que los rizos abandonaran su ondulación natural y caían cual cascada sobre sus hombros y espalda.

 

--¿Quien te entiende Feixac? Primero me clavas de cabeza en la tina para que me relaje y ahora me apresuras a bajar, ¿qué te pasa?-- dijo sintiendo los jalones de la elfina de ojos almendrados, para que dejara la cama y luego lo pequeños empujones hacia la puerta. --Esta bien, ya voy, ahora ¿en qué lio se metieron mis hijos?-- pregunto la rubia sospechando que como en otras ocasiones era para ponerles quejas de las travesuras de sus familiares, cosas que ella tomaba con calma y naturalidad, primero frunciendo el ceño y haciéndose la dura, luego sencillamente los mimaba.

 

Bajo por las escaleras, ya el ruido no se escuchaba, era como si de pronto el castillo entero hubiera enmudecido, algo casi imposible con tanta gente habitándolo. Entonces noto que las puertas que iban hacia el jardín posterior estaban abiertas de par en par, pero los ventanales no, las cortinas tapaba la visibilidad impidiendo ver el exterior y que entrara la luz, estuvo a punto de ir a conversar con su abuelo, pero la elfina corrigió su rumbo. Cuando al fin su persona abandono la edificación pisando la grama y encandilada por el sol de primer momento, fue que escucho las felicitaciones, entrecerró los ojos mientras su mente buscaba la causa, y fue entonces que recordó que hoy era su cumpleaños.

 

Se llevo ambas manos al rostro, tapándose la boca por la sorpresa de verles a todos reunidos allí, sus ojos deambularon por el nutrido grupo, Bodrik, Noah, Ezequiel, Alexander, Patri, scavenger, la pelirroja Lunita, JunnyCo y faltaban sus chiquitines, bajo la vista un poco más a la espera de encontrarse con Ezra parado al lado del coche de su hermanito Eirian, pero no fue así, claro que estaban, así como Tamarindo y Sagitas, solo que en ese mar de abrazos que recibía y felicitaciones, no lograba divisarlos aun.

Las emociones afloraban y se quedaban en la superficie, recibía y devolvía cada abrazo agradecida con el universo que le había permitido la dicha de tener familiares y amigos como los presentes. EL primero fue Noah, su pequeño gigante, luego las palabras de todos y de Bodrik la hicieron abrir mucho los ojos, ¿Cómo que el hombrotote de Babila estaba por allí? Luego la palabra circo y pelivioleta la hicieron abrir mucho la boca, no era posible!!!. Los presentes eran entregados, Bo hacía mención de 4 elementos al entregarle una cajita, que Cye abriría en breve, pero estaba segura de que era precioso, Alexander la besaba y le susurraba su deseo porque a la bruja le ocurriera lo mejor, hasta su lechuza la felicito, piqueteando la mejilla de la rubia

 

--On muchas gracias An, hoy no tengo semillas, pero al rato te comparto de lo que haya-- dijo sonriendo al animal, que sabía que la entendía, para nadie era un secreto que la sacerdotisa se comunicaba con los animales a la perfección.

 

--¡¡¡Muchas gracias a todo!!! Me han sorprendido gratamente, yo…-- se le quebró la voz --No esperaba nada-- y era cierto porque ni siquiera ella misma se acordaba de la fecha, pero qué bueno que Kassandra la obligara a regresar a casa, aunque sospechaba que era un complot, ahora entendía a Feixac y su actitud, mira que se había amarrado la lengua para no decir nada, con todo y lo comunicativa que era

 

--Y pues tomando en cuenta sus sugerencias de disfrutar y divertirme como loca, hay que empezar-- dijo cual cría haciendo ademanes con ambos brazos para que se apartaran y la dejaran ver qué había detrás de ellos, claro que ante la rubia no había pasado desapercibido el hecho de que faltaba la figura de Ishaya, ¿se le habría olvidad? Su labio inferior tembló, si así era, resultaría una clara señal de que ella ya no ocupaba el primer lugar en sus prioridades, bajo la mirada al suelo, y negó con la cabeza, no debía sacar conclusiones, el día apenas comenzaba y era para estar feliz. Vio a Noah correr al interior de la edificación pero no se sorprendió porque sintió la presencia de una amiga de la familia Tamarindo, si, si, estaba lejos la puerta, pero para una sacerdotisa las energías se manifiestan como los aromas en la nariz de un cheff o en la de un somelier.

 

Cuando se apartaron y sus orbes celestes se pasearon a distancia por lo que parecían puestos de feria no pudo evitar dar saltitos de alegría y aplaudir, allá detecto a su pequeño Ezra con ese traje que lo hacía lucir tan tierno, y también diviso a su gata Lucy junto con un… bebe dragón ¡Por Merlín que se habían volado la barda!

 

--Quiero un tour como si estuviera comprando, solo que hoy no pagare yupiiiii-- y echo a correr hacia el primer puesto en la feria dispuesta para ella. Ya estaba pensando en su primera travesura, hoy la recta y señorial matriarca se esfumaba como estaba segura se esfumarían todas las delicias que alcanzaba a olfatear.

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Jobs elfo Mayordomo del castillo Lockhart

 

El pequeño y calvo Jobs apresuraba sus pasos de un lado a otro ayudando en los quehaceres de la fiesta y llevando bandejas de bocadillos para llevar a los puestos de comidas porque aunque los genes Lockhart consiguieron comida, Heyda no descartaba la posibilidad que se les terminará, sobre todo porque la Joven Tamarindo solía comerse todo a su paso.

 

-Buenas señor- mi nombre es Jobs elfo Mayordomo, viene a la fiesta?.pase usted que todo el mundo esta en la feria .- le llevó hacia la estancia y de ahí hasta el jardín quw este perfectamente decorado y donde ya la ama Cye se hallaba brincando como niña chiquilla.

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Me habian pillado con las manos en la masa, o mas bien con la magdalena en la boda. Me habían abierto la puerta y me habian invitado con mucho ímpetu a entrar a la fiesta. Me da que ya llegaba tarde. Porque habia un jolgorio dentro que ni imaginaba, se oía la fiesta desde la entrada.

 

Cerré la puerta a mi espalda, tragué la magdalena que estaba masticando para poder hablar con Noah

 

--Hola Noah, gracias por abrirme, perdona por llegar tarde.

 

Supongo que no pasaba nada por llegar un poco tarde, no se iban a dar cuenta de que faltaba un amigo de la familia.

 

Me fui hacia el jardín a ver si encontraba a Cye y asi darle mis magdalenas, no eran gran cosa, pero espero que ella las apreciara. Busqué entre mucha gente y allí la vi, mirando a un... ¡MINI DRAGÓN!!?? En serio habría un dragoncito en la fiesta de Cye, jope, si que se lo toman en grande aqui las fiestas.

 

Me fijé quehabia muchas mas criaturas, y quedé fascnada de verlas todas a disntacia desde la entrada al jardín... Me escurri entre la gente y fui a junto de Cye.

 

--Felicidades preciosa. Por hoy no te robaré al marido (?) y bueno, te traje una cesta de mis magdalenas, que sé que te gustan. Para el desayuno de mañana o lo que quieras, jeje

 

@ @@Noah Lockhart

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--Pues estas en lo correcto mi querido Jobs, vengo a la fiesta de mi señora Cye—Mintió, no estaba invitado, no sabía que se ofrecía una fiesta en su honor, no sabía quiénes eran los anfitriones – Guíame por favor—Volvió a dirigirme al pequeño mayordomo, el mismo avanzaba con un paso formal, casi lento, paso que le permitía admirar la belleza arquitectónica del castillo, pinturas, muebles y buen gusto en la decoración, eso le daría unos minutos para pensar, el acontecimiento sería formal, casual o de etiqueta, nunca había sido bueno con los encantamientos de apariencia, con seguridad toda la familia estaría presente, amigos, colegas, magos y brujas, el mundo mágico del cual había perdido contacto por años. Nadie que conociera al mago sabría que estaba nervioso, una leve sonrisa ocultaba todo.

 

--Dime mi buen Jobs, ¿ha tenido comienzo la celebración? ¿Cómo amaneció la festejada? —Algo de conversación trivial para aflojar los nervios.

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Jobs Elfo doméstico del Castillo Lockhart

El elfo hizo una venía hacia el mago visitante y escuchando que venía directamente para el festejo de la ama y matriarca de la familia Lockhart y como Jobs siempre era tan atento no dudó en guiarlo hacia el interior del castillo - Claro señor sígame por aca- dijo caminando por en medio de los pasillos hasta la última puerta que conducía hacia el jardín que era el lugar donde estaban llevando las festividades -Venga señor siga a Jobs-

Ambos se adentraron un poco más hasta que el mago hizo una nueva pregunta - no se preocupe la fiesta acaba de dar comienzo pues la Ama Cye acaba de bajar -

 

@Dagonet

Editado por Bodrik
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