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Pociones X + Idiomas VIII


Valentina Ricci Yaxley
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Alumnas: Alessandra G. Delacour y Alyssa Black Triviani - Leah. A Ivashkov

* * *

Septiembre llegó trayendo un nuevo curso académico. El día uno, el Expreso de Hogwarts trajo consigo a numerosos magos y brujas de todo tipo. Para algunos era su primer año, lleno de ilusiones y con expectativas preconcebidas, mientras que muchos otros por fin se graduarían y pasarían a formar parte de la vida adulta de la comunidad mágica de Gran Bretaña, que incluiría también ampliar sus estudios en la Universidad.

En el Ateneo de Conocimientos las clases continuaban como de costumbre, acompañadas del calor estival que aún perduraba. Valentina esperaba que las altas temperaturas no alteraran las propiedades mágicas de los brebajes que pronto daría a conocer a la nueva trupe de alumnos que se avecinaba. Pocos días antes, había recibido la noticia de que compartiría el aula con un compañero del claustro, el señor Niko Tonks, con el que también trabajó tiempo atrás siendo su profesora de Pociones. Tan solo esperaba que su invitado se encontrara cómodo entre sus calderos para llevar a cabo la lección de Idiomas.

Aún temprano, la profesora novel llegaba a los terrenos de la Universidad para preparar el aula a tiempo para sus alumnos. Esperaba que las lechuzas enviadas a @ y @@Alyssa Black Triviani advirtiéndoles de la hora y el número de aula hubieran llegado correctamente a sus destinos. Suponía que los demás alumnos del otro profesor acudirían más o menos a la par que ellas.

Con un par de libros colocados en dos pupitres, se dirigió a su escritorio para echarle un último ojo a las fichas de alumnos que había solicitado con algunos datos relevantes. De ahí pudo saber que Alessandra llevaba trabajando en San Mungo durante un largo tiempo y que Alyssa era inquisidora. Mientras tanto, Niko llegó a la habitación y la saludó amablemente. A cambio, ella lo invitó a una taza de café. Los minutos pasaron rápidamente mientras tomaba una de sus bebidas favoritas.

¡Bienvenidas a Pociones! —dijo cuando finalmente las dos muchachas se situaron en los asientos—. No se si me conoceréis, pero me presento. Soy Valentina Ricci y seré vuestra profesora durante este tiempo. A mi lado se encuentra Niko, profesor de Idiomas, con quien compartiremos lección —presentó a su compañero de oficio—. Antes de entrar en materia, me gustaría conoceros un poco mejor. ¿Qué os ha motivado a indagar más en el noble arte de las pociones? ¿Cuáles son vuestras expectativas? ¿Qué os produce más curiosidad de todo este amplio campo que se nos ofrece? —terminó apoyándose sobre el escritorio para escuchar mejor a las recién llegadas.

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- Debes compartir clase - Fueron las palabras de Elvis, el Director no se caracterizaba por extenderse mucho en sus afirmaciones y esa no sería la excepción. El Warlock asintió y tomó el pergamino que tenía el mago en sus manos, la clase la tendría que compartir con la que había sido en algún momento su profesora de Pociones - Esto será muy interesante - Susurró, la clase se la tendría que dar a una antigua compañera del Concilio y con quién había tomado la clase de Herbología: Leah A. Ivashkov

El Tonks había decidido enviarle una lechuza a la bruja para citarla en el aula correspondiente, la clase empezaría al tiempo tanto para ella como para las alumnas de Pociones y esperaban que todos llegaran al tiempo. El día indicado había llegado junto con su regreso oficialmente al Ateneo, aunque había tenido que dar la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, no era lo mismo dado que no era el profesor titular de la clase. No obstante, en dicha clase sería el titular de Idiomas, un regreso que había esperado durante mucho tiempo.

La mañana había sido demasiado tranquila, había decidido descansar un poco antes de aparecer en el Ateneo. Su trabajo como Warlock era demasiado interesante y lo entretenía bastante, aquel día había decidido dar un paseo por el Magic Mall y de paso comprar un Fénix para añadirlo a su colección de criaturas. Su colección era rica en criaturas XXX pero solo tenía una XXXX: Su unicornio así que tenía que comenzar a gastar galeones en adquirir criaturas XXXX.

- Buenos días - La profesora de Pociones ya se encontraba en el aula a la llegada del Tonks y le tenía una taza de café para poder iniciar de la forma correcta - Muchas gracias, esto no me lo esperaba. Solo espero que no tenga Amortentia - Bromeó antes de tomar un poco, sabía que la profesora no haría eso y su olfato le advertiría si algo estaba mal con la taza, así que no tuvo problema y siguió bebiendo. El tiempo pasó demasiado rápido y no notó que los alumnos habían llegado, por suerte la mujer sí lo notó y comenzó a hablar rápidamente.

La mujer al parecer había seleccionado un par de libros para dar su clase, Niko por su parte había decidido no traer textos. La clase sería bastante diferente a las que estaba acostumbrado a dar, así que de nada serviría la teoría en dicha aula. El rubio escuchó atentamente la presentación de la profesora de Pociones y después de sus palabras decidió hablar - Efectivamente soy Niko Tonks, el profesor de Idiomas y uno de los Warlocks - Probablemente todos conocían su labor en el Ministerio pero siempre lo daba a conocer en sus presentaciones.

- Yo también tengo curiosidad así que me gustaría saber varias cosas - Dijo mientras miraba a Leah, Valentina había formulado un par de preguntas a sus alumnas y ahora el turno era para la estudiante de Idiomas - ¿Qué conocimiento tienes en idiomas? En la última clase que tuvimos pude darme cuenta que hablas francés, pero... ¿sabes otra lengua o alguna mágica? ¿Qué esperas aprender o realizar en esta clase? - Eran preguntas un poco generales, pero deseaba conocer un poco más sobre sus conocimientos previos para determinar desde qué punto sería bueno empezar.

Editado por Niko Uzumaki

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No fue ninguna sorpresa, que incluso en una clase compartida, fuera la primera en llegar al aula. Sus ojos se posaron principalmente en Valentina, quien había sido su alumna en algún momento, y sonrió con verdaderas ganas al verla. Una inclinación le demostró respeto y orgullo, puesto que se lo merecía, pero en eso se resumió su saludo. Seguidamente, hizo algo similar con Niko, aunque mucho menos formal. Su relación siempre había sido más o menos distante, laboral, así que fue lo suficiente amable como para dejar en claro que seguiría sus enseñanzas de la mejor forma posible.

 

Tomó asiento haciendo que su túnica ondeara con elegancia antes de que cayera a los lados de la silla, de un verde que hacía resaltar mucho más el tono de sus ojos. No tenía intención de correr o ensuciarse, como había sido el caso de Herbología el mes anterior, de modo que no había elegido nada más formal que aquello. En la tela, apenas visible, había ligeros trazos que se extendían hasta sus brazos, donde la muñeca subía y bajaba casi de forma distraída en el borde de la manga, donde tamborileaba los dedos. Los minutos pasaron tranquilos, hasta que llegaron las presentaciones. Ella omitió la suya, limitándose únicamente a responder la pregunta del educador.

 

—Tengo un amplio conocimiento en idiomas —admitió, haciendo un rápido repaso mental—. Inglés y francés, desde que me mudé a Londres y de mi tiempo en Beauxbatons. Mi idioma natal, rumano, además del ruso y algo de español y portugués.

 

Se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa, porque con todos los años que llevaba encima en realidad le parecía normal.

 

—Lenguas mágicas me temo que no conozco ninguna —dejó de tamborilear los dedos, pensando—. De esta clase, espero aprender esas lenguas que menciona.

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La Universidad era un lugar espléndido, podías sentir la magia presente en cada rincón, detrás de cada pared, rodeándote e imbuyéndote en su presencia nata dentro de aquel lugar tan imponente. Se lo sentía solemne, todos tan regios y comprometidos a la tarea de aprender y acrecentar así sus conocimientos dentro del amplio mundo de la magia y todas sus ramificaciones. La Black no era una excepción claramente, cualquier posibilidad de desarrollar su poder sería más que bienvenida y aquel era el medio más rápido, aunque también el más costoso. Un privilegio que solo pocos podían darse se podrá decir, y como la mortífaga siempre había sido un tanto elitista le encantaba alardear al respecto. La carta había llegado hace unos días atrás con todas las indicaciones necesarias, y así fue como el día acordado se presentó en el aula donde le habían citado.

 

Se le antojaba un tanto extraño que dictasen una clase de idiomas junto a una de pociones, no le parecían dos conocimientos compatibles, aun así no se quejó pues observó que la única alumna recibiendo la otra materia era Leah; sería divertido compartir una clase con ella, aunque fuera de forma indirecta como en esta ocasión. Esbozando una fina sonrisa ingresó a la habitación dedicándoles un cordial gesto a sendos profesores junto con un guiño para la Ivashkov, allí solo había dos pupitres preparados con un grueso tomo sobre cada uno de ellos por lo que la Triviani procedió a tomar asiento en el que le era más cercano. Llevaba para la ocasión una fina túnica azul con ribetes negros, la misma se ceñía a su torso con corte elegante cayendo suelta de la cadera para abajo, enseñando así unas mallas negras y sus respectivas botas a juego.

 

- Es un gusto conocerla al fin, señorita Ricci – replicó la Black manteniendo aquella fina y enigmática sonrisa – Supongo que ya no tiene sentido presentarme ¿o sí? Respecto a sus preguntas… - realizó entonces una pequeña pausa sopesando sobre sus próximas palabras – Siempre me ha interesado nutrir mi conocimiento, quiero en algún momento poder llegar a manipular tantos conocimientos como me sea posible, pero particularmente pociones creo que es una rama elemental dentro de la magia. Es un arte delicado y muy complejo, eso lo sé bien, pero por eso mismo estoy aquí después de todo, para poder aprender sobre tan esplendida materia.

 

Lo cierto es que aquellos brebajes místicos nunca habían sido su fuerte, jamás tuvo buena mano para ello como sí era el caso de su hermana Aland. Pero nunca era tarde para aprender, tal como había dicho las pociones eran una poderosa herramienta que más valía tenerla en el arsenal. Con la espalda erguida, sus piernas cruzadas y las manos entrelazadas sobre el libro que le habían dejado, la joven italiana permaneció paciente mientras que aguardaba a por la respuesta de su compañera de clase.

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-Al fin- dijo corriendo a la lechuza que había picoteado su ventana.

 

Llevaba días esperando el aviso que estaba abierta su clase de pociones, apenas sintió el picotazo en su ventana de la Delacour se puso de pié para encontrarse con lo que llevaba esperando.

 

Se puso un vestido negro suelto, para cubrir su embarazo, unas zapatillas azules y su bolso azul, amaba ese color pero no podía ponerse algo que resultará su vientre y cómo el negro tapaba bastante era la única opción. Ató su cabello rubio en una cola alta y desapareció directo a la clases.

 

Nunca había tenido clases compartidas y aquello la tenía bastante preocupada, lo más seguro era que se distraeria con la otra enseñanza en ves de con la suya. En la puerta de la clase suspiro y giró la perilla para encontrarse que ya estaban ambas alumnas y estaban ambos profesores. Al único que conocía era a Niko pero a ambas mujeres no.

 

Se fue a sentar y escuchar lo que su profesora le decía para luego su compañera hablará, Alessandra se recosto en el pupitre pensando sobre las palabras de la profesora.

 

-No soy buena en pociones por eso me anoté- simplifico su explicación -pero dicen que la práctica hace al maestro- trató de sonreír la Delacour.

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Ver a la señorita Ivashkov sentada en las bancas de los alumnos mientras ella ocupaba el sitio del profesor era imponente, pese a que ni siquiera hubiera acudido allí para cursar idiomas. Hace relativamente poco era una de sus profesoras en Hogwarts, y ahora las tornas habían cambiado. Esperaba estar a la altura, aunque no se debía centra en ella, sino en las otras dos muchachas que acababan de hacer acto de presencia. Escuchó atentamente las palabras que recibió por parte de la demonio.


Una muy buena respuesta, Alyssa. Una mente bien cultivada puede marcar la diferencia entre magos corrientes o magos poderosos, por supuesto siempre que el poder no sobrepase los límites de la ética.


Acto seguido, la segunda alumna contestó a las mismas preguntas, tal y como lo había hecho su compañera. Eso sí, de una manera mucho más escueta.


Me parece interesante eso que dices, Alessandra. Me acuerdo cuando a mí misma se me daban mal las Runas Antiguas y siempre intentaba evitarlas —memoró divagando en sus recuerdos—. Pero bueno, no estoy aquí para contaros mi vida. Intentaré, pues, que mejores tus habilidades aquí —terminó.


Así que habéis venido a mi para aprender del noble arte de las pociones... Pues bien, os diré que las pociones se pueden clasificar en diferentes grupos dependiendo del resultado que obtengamos. Así, podemos crear antídotos para enfermedades, venenos o transformar algún aspecto de aquel que la ingiera a nuestro placer, tanto en el ámbito físico o incluso aplicándole o sustrayéndole habilidades. Precisamente nosotros nos centraremos en este último aspecto.


Hizo una pausa para indicarle a las chicas que miraran los libros que tenían delante suya.


Si os fijáis, aquí tenéis una enorme lista de ingredientes, sobretodo orgánicos, cada uno con una serie de propiedades parecidas o distintas al anterior. Supongo que os preguntaréis para qué lo necesitáis. Bueno, dado que tenemos la oportunidad de compartir clase con el profesor de Idiomas, se me ocurrió que tal vez podríamos hacer un pequeño... experimento entre estas cuatro paredes. ¿A que sería genial poder hablar un nuevo idioma mágico totalmente desconocido con tan solo unos tragos? La cantidad de horas que nos ahorraríamos en aprenderlo sería muy interesante, el tiempo vale muchos galeones de oro últimamente.


No sabía si crearse grandes expectativas después de que las mujeres confesaran que la preparación de brebajes no era el punto fuerte de ninguna de ellas, pero había tenido esa feliz idea en una de sus reuniones con Niko y realmente le apetecía llevarla a cabo, ya que en el caso de que tuviera un poco de éxito, no sabría distinguir con exactitud ni el idioma ni la correcta forma de hablarlo, ya que no era su especialidad. Pero, ¿y si resulta que, de pronto, creaban la poción más efectiva del mundo para hablar en lenguas extranjeras? Una patente de esa receta la haría volverse de oro, incluso se podría permitir una jubilación anticipada con dinero suficiente como para vivir por el resto de años. Si de verdad conseguía algo decente que atrajera a los directores del Mall, obtendría grandes recompensas.


Lo primero que tendréis que hacer, por supuesto, será enumerar los ingredientes. Buscad aquellos que os resulten atractivos para facilitar el aprendizaje, por ejemplo, e id describiéndolos cuando los encontréis. Tranquilas, no hay prisa, podéis tomar el tiempo que necesitéis —finalizó la explicación—. En cuanto a Leah, ahora Niko te dirá qué tiene pensado para ti —sonrió.

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- Tal como lo esperaba - Niko conocía la respuesta a su pregunta pero deseaba confirmarlo antes de continuar con la clase - No sé si vamos a estudiar todas las lenguas mágicas que quisieras aprender pero con seguridad aprenderemos algunas y quizás algunas que ni siquiera existen - La idea de Valentina había sido muy buena pero esperaba que sus alumnas aprendieran bien y no hubiese ningún daño que no pudiesen reparar o estarían en problemas muy graves con los Directores y con los otros Warlocks.

 

Las alumnas de Valentina comenzaron a hablar, Niko se dedicó a escucharlas atentamente. Sus palabras eran interesantes pero era la profesora de Pociones la que debía guiarlas en su aprendizaje y así lo hizo. Su tarea sería crear una nueva poción que permitiera hablar un idioma que nadie conocía pero para ello tendrían que seleccionar los ingredientes a partir de los que se encontraban en el libro que Valentina les había dado.

 

- Tu tarea será bastante simple - Las alumnas de Valentina tendrían que buscar los ingredientes mientras que Leah los traduciría. El conocimiento de idiomas no solo debía garantizar la capacidad de hablar múltiples lenguas, también era muy importante tener conocimientos en traducción entre lenguas. Niko estiró su mano y tomó un pergamino que había dejado en el escritorio y lo llevó hasta el lugar en el que se encontraba Leah.

 

- Este pergamino tiene algunas palabras básicas en el idioma de la gente del agua - Hizo una leve pausa antes de continuar - Con esta lista y con tus conocimientos previos, deberás traducir cada uno de los ingredientes que ellas vayan seleccionando - Era una tarea relativamente sencilla pero había dicho que no tenía conocimientos en idiomas mágicos así que era bastante apropiada para aumentar los conocimientos de la bruja.

 

- Espero que nada salga mal - Murmuró, solo Valentina lo pudo escuchar debido a que había activado su anillo contra oídos indiscretos. La tarea que les estaba otorgando era muy complicada y le daba miedo que todo tuviera consecuencias muy grandes, pero confiaba en lo que la titular de Pociones estaba realizando y en que todo sería exitoso.

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—Triviani —sonrió a la pelirroja al verla entrar, sintiéndose cada vez más cómoda en la clase.

 

Ver caras conocidas siempre era algo liberador, porque no tenía que perder tiempo en presentaciones y otras cosas triviales que realmente no servían para nada más que para alimentar el interés momentáneo de los extraños. Además, podría conversar con ella si la clase la aburría, que lo dudaba puesto que Valentina estaba haciendo un excelente trabajo con la instrucción de Pociones mientras que Niko se mantenía callado. Sonrió, sintiendo un dejo de orgullo en lo más profundo de su ser, recordando cuando ella había tomado el conocimiento con su esposa como profesora.

 

Entonces el Tonks salió de su ensimasmiento y la Ivashkov llevó los ojos hasta él, prestando atención otra vez. Lo que decía no le sorprendía. Nadie era capaz de aprender más de un idioma por día y si lo hacía, sería únicamente una parte de cada uno, lo suficiente como para comunicarse. Pero ella se conformaba con aprender sólo uno, ya que ningún aprendizaje debía ser despreciado. Asintió al tener la lista en mano y le echó un vistazo rápido para poder familiarizarse con las palabras.

 

—Vale.

 

Era más sencillo de lo que Niko creía. En primer lugar, ella tenía Pociones hacía años y conocía todos los ingredientes posibles, además de que tenía Herbología. No iba a ser una tarea difícil. Así pues, se acercó al grupo de Pociones y tomó asiento con tranquilidad, repasando las palabras en el nuevo idioma mientras las pronunciaba mentalmente, haciendo de cada sonido algo conocido para su cerebro. Aún nadie había seleccionado el primer ingrediente cuando ella tenía aprendidas dos o tres palabras, adelantándose a traducir uno que otro para ganar un poco de terreno.

 

Sería una clase más interesante de lo que parecía.

 

—Entonces —empezó, mirando a Alyssa para que supiera que se dirigía a ella antes de volver a enfocarse en su pergamino—, ¿interesada en hacer Amortentia? Me parece que no la necesitas estos días —sonrió casual, sin dejar de repasar la lista, su concentración compartida era digna de admirar.

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- La verdad es que siempre quise poder hablar Sireno, pero es tan complejo que se me van las ganas ni bien pensarlo – comentó la Black ante la propuesta de su profesora – Supongo que podría experimentar con ello ¿no? Si llego a conseguir una pócima que me haga hablar en Sireno me hare rica – agregó entre risas.

 

Abrió el libro que tenía ante ella y comenzó a revisar aquellos apartados que podrían servirle en su pequeño experimento, puso el caldero a un lado y abrió el maletín con todo un surtido de ingredientes donde esperaba poder encontrar algo que le fuera útil. El pergamino con el listado que les había entregado Valentina tenía una extensa variedad, con pluma en mano la Triviani se puso a marcar allí aquellos que podían relacionarse con lo que pensaba llevar a cabo y así luego transcribirlos en un pergamino nuevo.

 

Tenía en su lista los siguientes ingredientes: escamas de cola de sirena, algas de agua dulce disecadas, entrañas de grindilow, polvo de caracol y esencia de la sangre de un tritón. Podría haber elegido otra combinación tal vez, pero esa era la que ella creía más apropiada para lo que estaba buscando. Sacó todos los frasquitos de la maleta y los alineó sobre su mesa junto al caldero, luego le pasó la lista que había garabateado a su profesora esperando que ella pudiera echarle un vistazo y así indicarle si podía seguir con la preparación de aquella novedosa poción.

 

- ¿Qué piensas de estos que elegí? – le preguntó en cuanto se acercó a su zona de trabajo.

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-Uhm... -observando la elección de Alyssa, no podía sino arrugar la frente-. Si eso no te hace hablar sireno, mínimo te saca aletas.

Se centró en la lista que Niko le había dado con las palabras en el idioma de la Gente del Agua y empezó a compararlo con lo que Alyssa estaba eligiendo, haciendo anotaciones en una parte libre del pergamino con una pluma que había sacado hacía unos instantes de su túnica. Cuando acabó, había suficientes garabatos como para que no se entendiera absolutamente nada de lo que había querido expresar. Por suerte, tenía más pergamino en el bolsillo.

Sacó una hoja limpia y la estiró en su mesa, haciéndose de nuevo con la pluma para empezar a trazar con letra más elegante lo que antes había escrito en el borrador. La tinta era azul y resaltaba a la luz de una forma curiosa, como si hubiera hecho aquello con la intención de señalar con más fuerza que estaba escribiendo en el idioma de las sirenas. Cuando acabó, tuvo un par de errores en uno que otro ingrediente pero nada grave que cambiara el significado del ingrediente en sí, solo una que otra letra en el lugar equivocado.

~Escamas de cola de sinera
~Algas de agua dulce disecadas.
~Entrañas de Gwindillow.
~Polvo de caracol.
~Esencia de sagre de tritón.

Lo leyó un par de veces y lo entregó a Niko, recitando cada ingrediente con un acento que sería difícil de quitar de su sireno.

-¿Hay algo malo? Hay palabras que no me convencen -admitió.

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