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Prueba de Animagia #7


Suluk Akku
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- Una prueba para un solo alumno - Suluk prefería las pruebas con múltilpes estudiantes, pero se estaba volviendo común tener uno solo en las pruebas. Su prueba anterior había contado con la presencia de 2 magos pero esta vez solo sería uno solo y uno de los que más rápido había completado su aprendizaje. Así que la arcana tenía muchas esperanzas en que sería una prueba muy interesante y de las mejores de su vida. Nunca sabía qué tenía preparado el portal, pero siempre se llevaba sorpresas y muy agradables la mayoría de veces.

 

- Creo que el descanso ha llegado a su fin - Eran las únicas palabras escritas en el pergamino que recibiría el mago para acudir a la Gran Pirámide. Al igual que en todas las pruebas, tendría que demostrar de muchas formas que merecía llegar hasta dicha fuente de poder y superar cada uno de los obstáculos dejados por la arcana en el camino. Suluk intentaba cambiar los retos en cada una de las pruebas pero siempre intentaba cubrir las mismas habilidades, las cuales debían poseer todos los aprendices de su habilidad.

 

- La preparación es muy importante - La isla estaba encantada para que el mago llegase a su extremo externo y tendría que caminar hasta llegar a la Pirámide, no podría aparecer ni utilizar ningún encantamiento mágico para llegar más rápido y evitar superar los obstáculos. El espíritu del Gran Lobo sería el encargado de invocar cada uno de los retos desde la Vara de Cristal de la arcana. Suluk comenzó a volar por todo el lugar en su forma animal en busca de los lugares más apropiados para cada una de las tareas que tendría que cumplir Pik.

 

- Nieve - La arcana solo daba indicaciones con una sola palabra, unos segundos antes había aterrizado en una zona completamente despejada para dejar su primer obstáculo. El espíritu comenzó a generar muchos destellos y mucha nieve comenzó a caer sobre el lugar para comenzar a crear un gran muro de hielo imposible de romper con magia, solo un aprendiz capaz de dominar su forma animal podría encontrar la forma de romperlo. Además, la nevada se mantendría durante mucho tiempo y la temperatura comenzaría a bajar rápidamente para congelarlo, así que tendría que actuar con mucha agilidad.

 

- Creo que recordar el pasado siempre es bueno, pero quizás no sea verdadero - Esta instrucción era mucho más específica, un copo de nieve salió de la Vara de Cristal de Suluk y comenzó a volar justo después del gran muro de hielo. El copo se estrellaría con la cabeza de Pik y le haría recordar un momento de su vida, solo que tendría un pequeño cambio que él tendría que notar y hacer todo lo posible para modificarlo y lograr que su pasado se mantenga igual que como lo recuerda.

 

- Creo que el tercer y cuarto obstáculo siempre han funcionado bastante bien así que los voy a mantener en esta prueba - El tercer obstáculo era muy complejo dado que se exponían a morir si no contestaban bien las preguntas de la esfinge, una criatura con muchas ganas de saber cosas sobre su forma animal y conexión. Si contestaban bien podrían continuar con el laberinto que tendrían que realizar caminando, sin utilizar su magia ni excavar, tendría que ser únicamente con base en su instinto animal.

 

- Espero que no muera en el intento - Suluk había intentado no poner obstáculos muy difíciles pero había decidido tomar un par de riesgos que podrían sacarlo definitivamente de su intento por realizar la prueba o incluso llevarlo a la muerte. No obstante, la arcana deseaba que solo los mejores pudieran realizar la prueba dado que solo ellos podrían superar los retos del portal y quería seguir siendo una arcana sin alumnos muertos al interior del portal.

 

- Bienvenido, has aceptado realizar la prueba, pero el Ministerio de Magia me ha impuesto algunas reglas que debo cumplir - Suluk odiaba tener que preguntar nuevamente si deseaban presentar la prueba dado que sentía que repetía información, pero ya estaba acostumbrada a realizarlo aunque no le gustara. Ella siempre había creído que la gente no cambiaba de opinión y menos si uno de los arcanos les ofrecía realizar una prueba tan importante que los haría magos más poderosos.

 

- Los Directores te deben haber dado una copia de: El Portal de las Siete Puertas y Breves apuntes sobre las Pruebas de las Habilidades para que los pudieras leer. Y claro que supongo que lo hiciste, así que conocer los riesgos de realizar esta prueba. Teniendo en cuenta dicha información, ¿deseas realizar la prueba? - La anciana estaba segura de la respuesta que recibiría pero debía escucharlo antes de poder continuar con todo el proceso para abrir el portal.

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Suluk le informó sobre la prueba a su manera, directa. Le agradaba que fuera así, sin hablar más de la cuenta y sin adornar cada oración como muchos magos hacían. Había completado la primera parte de su habilidad hace casi dos semanas y había descasado como se le ordenó, poco, pero lo hizo.

Los primeros días de su estadía en la mansión Macnair consintió en convertirse en cuervo cuando el lo necesitaba y no a su antojo, pronto descubrió que aquello era una necesidad entre ambos, no solo entre el Macnair. Había mejorado mucho pero aun le quedaba camino por recorrer, tenía una prueba por delante y tenía que demostrar que era merecedor de la habilidad de Animagia.

Pik se encontraba en una isla y tenía que llegar al otro extremo. El clima de la isla era poco calurosa y no le impidió el caminar sin mucha dificultad. Notaba como el aire era seco y carente de humedad, extraño para tratarse de una isla y de la cantidad de poder mágico que se encontraba concentrado, se podía notar hasta en las raíces de los arboles. Una nube cubrió el sol y alzó la vista, sorprendiendose por el cambio que observó.

Copos de nieve empezaba a descender, cubriendo poco a poco cada centímetro del suelo, cada piedra y amenazando con teñir de blanco cada árbol a su alrededor. A medida que avanzaba podía notar como el piso la nieve del suelo tomaba más nivel y la nevada empezaba a volverse más fuerte. Sacó su arma del pantalón e intentó convocar una defensa mágica para protegerlo del frío, pero parecía que su varita no reaccionaba.

Siguió su camino y todo era blanco a su alrededor, parecido a la primera vez que vio la cabaña de su maestra. Si no podía usar su magia debía deducir que era parte de la prueba y solo podía contar con su ingenio y su forma animal, ahí se encontraba la clave de todo. Sabía que era así, pero tenía que resolver como llegar a su meta. Cuando logró caminar lo más que pudo y notó a la distancia una sombra tan alta como las nubes se quedó de pie, sin poder encontrarle fin tanto en alto como en ancho.

Intentó hacer un Incendio para derretir el hielo, pero de su arma no salió más que una simple chispa de fuego. Intentó otro hechizo de las clases de la academia, lanzó unas flechas de fuego y no pasó nada, el hielo ni amenazó con derretirse. Optó por usar un hechizo de bando y uso un Fuego Maldito, creando tres llamaradas de fuego que no hicieron efecto. Su magia no servia. Maldijo por lo bajo y se abrazó, sintiendo el frío filtrándose en sus huesos.

Luego de tres intentos de magia sabía lo que tenía que hacer, era bastante lógico y había dejado esa opción para lo ultimo. Se conectó mentalmente con el cuervo que estaba en su interior y aquella magia antigua se apoderó de él, en un cerrar y abrir de ojos se encontraba aleteando hacia el cielo, luchando contra las corrientes de aire.

Se acercó al muro y le dio un pequeño picotazo, creando un pequeño agujero que, si sacaba cuentas, tendría que durar horas en abrir un hueco de su tamaño. No era una opción. Solo había una. Voló y se alzó lo más que pudo, siguió volando hacia las nubes ignorando el cansancio, la amenaza del frío y los calambres que empezaban a dominar sus alas. Aleteó lo más que pudo hasta cruzar el limite de las nubes en donde pudo ver, a muchos metros bajo él, la isla tan pequeña como una ciudad.

Al fin el muro de nieve tenía limite, se esforzó en cruzarlo ya sin energía y sintió como se desmayaba tras pasarla. Empezó a caer en un vacío oscuro que solo trajo recuerdos lejanos en él. Era esa noche en el bosque de suecia, lo único que se escuchaba eran el ruido de las ramas romperse y los pasos de tres magos corriendo en búsqueda de ayuda.

Pik y su hermano corrieron como nunca, sin caerse ni ser impactado por ningún rayo del mago que seguía a ambos. Eran jóvenes, de 12 y 10 años respectivamente. No era la primera vez que tenía ese sueño y, a pesar de todos los cambios que su mente le podría dar, siempre terminaba de la misma manera. Algo en el sueño era diferente, se sentía más vivido que nunca.

El ardor en su pecho por la falta de aire era tan candente como aquella noche. La preocupación y el peligro aun lo dominaba, pero a pesar de la falta de practica de sus hechizos y la magia, por primera vez Pik y Alec pudieron detener a su perseguidor tras hacer que unas ramas de un árbol cayeran sobre él, creando el tiempo suficiente para que ambos se escaparan de él. Se sentía bien ver un sueño cambiar y poder jugar con la mente, pero el graznido de un cuervo rompió el ambiente.

Volvió a graznar, pidiendo ayuda. Pik, a pesar de que en aquel pensamiento tuviera 12, sabía que aquello estaba ocurriendo en su mente y la conexión con algo exterior, su forma animal logró sacarlo de aquello. Lo que estaba sucediendo no era más que una prueba y no era verdad, las cosas no debían de ocurrir así. En la distancia del bosque podía ver como la sombra de un hombre volvía a amenazarlos y, en vez de cambiar la historia, la aceptó y salió corriendo al lado contrario del bosque.

Al abrir los ojos se encontraba en su forma de cuervo, descendiendo a toda velocidad hacia el suelo del lado contrario del muro. Abrió las alas y empezó a planear, descendiendo con lentitud al suelo hasta caer al piso y optar nuevamente con su forma humana. Desde la distancia podía ver que aun le faltaba recorrido, pero la ya tenía una parte recorrida.

 

Off: no había visto que ya tenía topic la prueba, disculpa el retraso ;o;

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Las pruebas puestas por Suluk habían aumentado su dificultad a medida que avanzaba el tiempo, la arcana esperaba mucho de sus estudiantes dado que el nivel demostrado por los anteriores era muy bueno y esta no era la excepción. Pik había sido uno de sus alumnos más veloces y esperaba que tuviera una de las mejores pruebas, aunque siempre podía llevarse decepciones como en otros casos que definitivamente no deseaba recordar.

 

- Los recuedos son mis favoritos - La anciana amaba acceder a los pensamientos y pasado de sus aprendices, por eso quizás siempre había incluido un obstáculo relacionado con dicho tema. Era uno de los que siempre le daba sorpresas y así fue, la arcana no sospechaba que el mago tenía un hermano pero era muy interesante conocer algo más sobre la historia de cada uno de los estudiantes de su habilidad dado que tendrían una conexión eterna en caso de aprobar la prueba.

 

- Creo que pronto lo vamos a poder ver en este lugar - Suluk sabía que si había logrado superar dichos obstáculos, podría hacerlo con los siguientes. No obstante, esperaba que estuviera completamente preparado para dejar su magia y su capacidad de transformarse fuera del portal, en su interior solo podría acudir a su experiencia para aprobar la prueba. Ella misma había pasado por dicha experiencia y siempre le había parecido muy difícil no poder tomar su forma animal durante la prueba debido a la conexión que sentía.

 

- La temperatura está comenzando a subir - La arcana nunca se había resignado a soportar dicho calor y por eso había aprendido mucho sobre el control de clima para generar nieve en cualquier momento, sabía que tendría que invocar una nevada muy pronto para lograr una disminución en la temperatura de la Gran Pirámide.

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Una de las tantas cosas que había aprendido de su forma animal es que el cuervo siempre tenía hambre, cosa que se apoderaba del Macnair luego de estar en esa forma durante un largo periodo de tiempo. Tenía hambre y se sentía cansado, pero aun la prueba no había terminado. No veía donde terminaría, solamente esperaba que estuviera más de la mitad del recorrido avanzado.

Caminó durante casi veinte con una temperatura fría, a pesar de alejarse de la tormenta todo el recorrido había quedado repleto de nieve y la brisa hacia que los copos se metieran entre su ropa. Desde la distancia pudo notar que, en el cielo, empezaba a aparecer una gran estructura de metal en forma de laberinto. Flotaba por el aire y conectaba directamente hacia una montaña a varios kilometros de distancia.

—Está muy fácil, Arcana Suluk.

Nunca se había arrepentido tan rápido de algo. Una sombra descendió del laberinto de un salto y Pik corrió hacia atrás, notando como lo que caía estaba por aplastarlo. Casi sin hacer ruido una esfinge apareció frente a él, dejando una nube de copos de nieve volando alrededor de ella. Sabia que estaba en aprietos ante esa aparición, nunca traían algo bueno.

—Supongo que…

—Una pregunta bien respondida equivale al precio de salvar tu vida, una pregunta mal contestada y tu vida será arrasada —se comunicaba mentalmente, sin mover sus labios y con una voz fría, áspera y sin tacto. La cola en forma de serpiente miraba al Macnair fijamente, saboreando el aire—. Soy el estanque de los sueños, el pozo de los lamentos y el río de las emociones ¿que soy?

Se quedó callado esperando mas información para poder responder, pero solo recibió silencio. Desafió con la mirada a la esfinge y esta no respondió, aunque el brillo de sus ojos era ardiente, viva. Todo en esa experiencia que había tenido estaba relacionada su animal interior, por lo que tenía que estar relacionada a la respuesta. Tuvo varias ideas en mente, pero ninguna lo convenció.

Duró un par de minutos pensando, eligiendo un máximo de diez opciones y empezó a justificar cada una, eliminando cada una hasta que solo restaba la opción final. Era su respuesta y a pesar de su sencillez, le costó llegar a ella. Tuvo que pensar y analizarse en los últimos días, en como había cambiado desde que aceptó al cuervo y como este estaba relacionado a la esfinge.

—La respuesta es uno mismo, el humano. Uno mismo es el estanque, el pozo y el rio, el lugar donde uno se queda estancado, el lugar donde las emociones se contienen y como las emociones pueden fluir..

La esfinge asintió, haciéndose a un lado y dandole paso al Macnair a que siguiera el camino. No lo pensó dos veces, dejó que la magia fluyera dentro de él y tomó la forma del cuervo nuevamente, aleteó y empezó a volar, directo a la entrada del laberinto flotante y empezó a volar por sus caminos. Podía caminar el laberinto ya que contaba con piso y antes de ingresar notó que estaba conectado con una montaña, pero volando era más fácil y el instinto animal le proporcionaba más sentido.

Podía evitar las trampas del laberinto y las paredes en falsos, por lo que esa ultima prueba haciéndola en su forma animal fue la más fácil, lo único complicado fue encontrar el camino correcto. Duró casi veinte minutos en hacerlo, cruzando de una esquina a otra y sintiendo el cansancio por su cuerpo. Finalmente cuando cruzó por un pasillo vio un camino de cerrado de piedra distinto a los demás, ingresó a este y empezó a descender. Abajo, pudo ver finalmente a la arcana. Cuando estuvo lo bastante cerca del suelo volvió a su forma a original, tropezando un poco al caer.

—Arcana Suluk —la saludo, haciendo una leve reverencia, con la respiración un poco alterada por todo lo que tuvo que volar— deseo realizar la prueba —. Se encontraba emocionado a pesar de todo, se podía notar en cada centímetro del rostro del Macnair, sus ojos brillaban emocionados y se sentía listo, había aprendido más de lo que pensó en aquel tiempo.

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- Perfecto, entonces podré darte a conocer más detalles de la prueba. Lo primero que debes saber es que espero que hayas aprendido mucho sobre tu forma animal porque el portal no te permitirá utilizar magia ni adoptar tu forma animal - Esa era la parte más complicada de la prueba de la Animagia, los magos debían demostrar sus conocimientos sobre la habilidad y la capacidad de controlar su forma animal sin transformarse, así que debían haber aprendido muy bien la esencia de la Animagia o quedarían encerrados para siempre en el portal.

 

- No sé si has presentado otra prueba antes, pero en todo caso debo darte a conocer todas las indicaciones. Para ingresar al portal debes llevar un anillo que es conocido como el anillo del aspirante de la habilidad en este caso de la Animagia - Suluk se acercó rápidamente a la Estrella de Cinco Puntas en donde se encontraban todos los anillos para todas las pruebas de habilidad y tomó uno, a simple vista era igual que todos los de la Animagia (lisos y plateados) pero eso cambiaría pronto aunque Pik no lo tenía que saber en dicho momento.

 

- Debes ponerlo en tu mano y nunca lo puedes quitar. Este anillo tiene dos funciones al interior de la prueba: Te puedes comunicar conmigo en cualquier momento y si deseas abandonar la prueba, simplemente debes tocarlo para que el portal me permita sacarte. Solo recuerda que una vez haya iniciado la prueba, no puedes abandonarla o el portal no te permitirá ingresar nuevamente - Suluk se acercó al mago y le entregó el anillo, esperaba que comprendiera la importancia del mismo durante la prueba. Al finalizar la prueba le daría a conocer las otras funciones del mismo.

 

- Lo otro que debes saber es que el portal puede hacer cualquier cosa para tu prueba. Solamente recuerda que todo lo que veas es parte de la prueba y no es verdadero, el portal te va a intentar engañar para hacerte fracasar pero es tu deber evitar que eso ocurra - El portal siempre cambiaba, a veces era el futuro, a veces el presente o incluso el pasado pero Suluk no podía saberlo. El entrenamiento que le había dado era suficiente para asegurar que no se dejaría engañar del portal y entendería en qué momentos tendría que demostrar sus conocimientos.

 

- La hora de activar el portal ha llegado, ya tienes toda la información necesaria para realizar tu prueba - La Vara de Cristal seguía en las manos de Suluk así que la movió un poco e inmediatamente comenzó a emitir destellos en busca de la puerta de la Animagia. De un momento a otro una puerta quedó estática y Suluk supo que esa era la indicada. La anciana le hizo una señal al mago para que ingresar al portal, esperaba verlo a su regreso como había ocurrido con todos sus otros estudiantes.

 

- Si recuerdas todo lo aprendido, tendrás una prueba exitosa - Fueron las últimas palabras de la anciana, ahora tendría que avanzar solo dado que la arcana no podría ingresar nuevamente al portal. Suluk se limitó a esperar a que la prueba comenzara a desarrollarse, aunque sabía que la aprobaría dado que había sido su estudiante más rápido en entender la importancia de la Animagia.

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Escuchó a Suluk con atención, sin interrumpirla en ningún momento. La prueba que estaba por hacer no se asemejaba a lo que tenía en mente, en algún momento pensó que todo seria únicamente en su forma animal, pero se trataba de todo lo contrario. Aquello lo incomodó al darse cuenta de las limitantes que tenía tras acostumbrarse a contar con su animal interior cuando lo necesitaba.

Las instrucciones eran sencillas: entrar al portal y sobrevivir con lo que se encontraría en su interior. La magia arcana sabía lo poderoso que era y no dudo en lo que era capaz de llegar a crear, solamente pidió a una fuerza desconocido que no lo regresaran nuevamente a cuando su hermano había muerto. Recordar su muerte era un peso que, aunque no lo recordara todos los días, vivía presente y colgando con un peso inexplicable. Tomó el anillo que le ofreció Suluk y se lo colocó en el dedo indice de la mano derecha.

— Haré que te sientas orgullosa de mi, arcana Suluk.

Fue lo único que dijo, decidido y dedicándole una fina sonrisa a su maestra antes de girarse hacia el portal e ingresar en el. Cuando tocó el portal sintió frío, era una magia que se veía espesa como el agua pero no mojaba y cuando tuvo medio cuerpo dentro esta sintió como una fuerte presión lo absorbía, llevándolo a un remolino de oscuridad en el cual solamente cayó.

Pik despertó, manteniendo los ojos entreabiertos debido a la claridad del lugar. Se cubrió con la mano un poco de la luz y tras no reconocer el lugar se incorporó de golpe, notando como el heno de la cama lo tenía pegado por todo el cuero. Se quedó quieto, acostumbrando la vista a la luminosidad para empezar a identificar el lugar. No lo conocía, pero parecía un granero.

No olía mal, pero se podía ver montañas de heno por todo el lugar, el sol entraba por huecos en la parte superior y en el exterior se podía ver el cielo azul. Sentía una punzada de dolor en la cabeza y podía recordar absolutamente nada, como había terminado ahí y porqué estaba vestido como un campesino. Se levantó y se sujetó con una pila de heno cercana, no había caído en cuento en lo mareado que estaba.

— Al fin despertaste, Pik, mamá ya estaba preparando un viaje para San Mungo si no despertabas en las próximas tres horas. Mentí por ti sobre anoche —acotó de unos segundos— la fiesta en el pue… ¿me estas escuchando? ¿vas a vomitar?

Con el rostro arrugado, algo jorobado, con dolor de cabeza y la garganta seca, Pik veía frente a él una imagen que ni en sus sueños habían ocurrido. Luke, contemporáneo con él, lo miraba con ojos juicios y preocupado por los pensamientos del Macnair. Sabía que había estado viviendo con Luke desde hace muchos años… pero algo no estaba bien, la impresión de verlo no era normal.

— ¿Luke? —dijo con la voz quebrada, sintiendo como las lagrimas lo amenazaban por salir.

Su hermano lo vio con gesto confuso y tras un gesto con las manos, se acercó a Pik y lo rodeó por el hombro, haciendo que apoyara su peso en él.

— ¿El golpe fue más fuerte de lo que aparentaba, no? Aunque tengo que decirlo —Luke soltó una fuerte risotada y abrió la puerta del granero— estar tan borracho para saltar de un segundo piso y no usar tu magia para detenerlo fue un verdadero acto de estupidez, ni que pudieras volar.

Las palabras de Luke no tenían sentido para el Macnair, no recordaba absolutamente nada y la vista frente a él no lo ayudó a recordar. La granja de la familia Macnair en las colinas de Irlanda nunca se habían visto tan vivas como en esa ocasión, o así recordaba él. En la distancia, en la cima de la colina, se encontraba la cabaña de su familia.

Ambos Macnair empezaron a caminar hacia la cabaña. Luke le explicó que anoche en vez de aparecer en casa apareció en el granero, había demasiado alcohol de por medio para hacer una buena aparición. Su hermano habló de temas variados, Pik más que todo asentía y se lo quedaba mirando embobado, como si nunca antes lo hubiera visto.

Algo estaba mal, lo podía sentir. Simplemente aquello no encajaba con lo que él era pero, ¿qué era? Siguió el camino sin hablar hasta llegar a la puerta de su hogar, desde el interior llevaba un aroma a comida que pudo identificar. Solamente existía una persona en la tierra que podía crear esos platos. Estaba por empujar la puerta cuando Luke me detuvo el brazo.

— Hay que buscar primera una calabaza, mamá hará para la noche.

Asintió y ambos rodearon la casa, llegando a un pequeño huerto que contenía varias verduras. Pik dejó que Luke fuera a coger la calabaza y mientras lo veía un sonido lo sacó de mismo, un graznido proveniente de un par de cuervos que volaban encima de ellos, esperando por comida.

— ¡Eh, fuera! —Luke sacó su arma. pero antes de que pudiera hacer algo el mayor de los Macnair se lanzó hacia él y le quitó su arma— ¿¡Que mier** haces, Pik!? Esos pájaros lo único que hacen es destrozar el huerto y cada centímetro de comida que vean por la granja.

— No los ataques —se limitó a decir el Malfoy, con la voz entrecortada.

— ¿Que importancia tienen? Son solo unos pájaros carroreños que buscan destrozar nuestra granja.

— Te dije que no los ataques, Luke, solo por ser unas aves no se merecen el derecho de ser asesinadas a sangre fría.

El menor de los Macnair no se esperaba esa respuesta. Pik cogió la calabaza y se dejó a Luke atrás, dirigiéndose hacia la puerta trasera de la cabaña. Abrió la puerta y entró, dirigiéndose a la cocina.

—…sempra!

Un frío recorrió la espalda del Ángel Caído, dejando caer la verdura al suelo y dándose media vuelta desde donde venía. Vio como el hechizo de su hermano asesinó a uno de los cuervos y este cayo de golpe al suelo. Un sentimiento de dolor incompresible se apoderó de Pik, sin saber de que se trataba todo aquello. En ese momento solamente quería asesinar a su hermano, un sentimiento que nunca llegó a pensar pero que se sentía correcto.

— Te dije que no lo hicieras, Luke, ¿¡es que no haces caso!?

Con varita en mano Pik se dirigió hacia Luke, dispuesto a enfrentarlo por lo que hizo. Sin prestarle atención a lo que sucedía a su alrededor, se le fue imposible detallar que el anillo de plata que antes era plano empezó a cambiar, adoptando en el centro de este el rostro de un cuervo con los ojos rojos y el pico en apuntando a la punta de su dedo. La parte de atrás del anillo no se llegaba a tocar, pero adoptó la forma de un par de alas que rodeaban el dedo del Macnair.

— ¿Por qué lo hiciste? —preguntó Pik, apuntando directamente a su hermano con su arma. Se hizo silencio incomodo en el ambiente, interrumpido por una risa profunda que provenía de Luke.

— Lo hice porque no merece vivir, es un simple animal sin valor.

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- Un nuevo hombre - Suluk pudo notar que eran hermanos, pero sabía que el portal no jugaba limpio y perfectamente podía ser una ilusión que había creado en la mente de Pik. No obstante, ella no podía saberlo y mucho menos su aprendiz, era parte del desarrollo de la prueba y quizás de las cosas que hacían que las pruebas no fueran fáciles y no todos los magos estuviesen en capacidad de tomarla y aprobarla.

 

- Esto no lo sabia - La situación estaba un poco aburrida hasta que Pik decidió proteger a unos cuervos de su hermano. Suluk no había tenido acceso a esos pensamientos durante su entrenamiento, el portal tenía muchas más herramientas que ella y entraba hasta lo más profundo de cada una de las personas para hacerlas demostrar que eran capaces de controlar su habilidad. La anciana detalló muy bien la reacción de Pik y definitivamente parecía la de un Animago, pero sabía que eso no sería suficiente para el portal y le pondría más retos.

 

- Espero que haya aprendido lo suficiente - Su hermano decidió matar uno de los pájaros, pero Pik debía ser lo suficientemente sabio para controlar sus instintos animales y actuar como un animago. Su acompañante lo había retado pero era su deber mantener la calma y tomar buenas decisiones para impresionar al portal.

 

- Agradezco no ser la que está en el interior o lo habría golpeado - La arcana se ofendió al escuchar que los animales no tenían valor según el hermano de Pik. Suluk conocía muy bien la importancia y valor de los animales y solo esperaba nunca tener alumnos con esos pensamientos porque tendrían problemas muy serios - Yo sé qué haría en su lugar pero... ¿qué hará Pik? - De eso dependía si continuaba la prueba o no, si tomaba una mala decisión quedaría encerrado para siempre y Suluk perdería su primer alumno.

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La ultima frase que soltó Luke lo golpeó sin la necesidad de tener contacto físico. Se quedó helado, quieto, con la mirada fija en su hermano y sin terminar de comprender como podía decir aquello. La crianza de ambos fue siempre en contactos con los animales y la familia Macnair siempre se había relacionado con estos a pesar de su fama de asesinos, pero que su propio hermano no valorara la vida de ellos no terminaba de encajar en su mente.

Aquel que se encontraba frente a él no era Luke. Lo sabía, aunque no podía terminar de comprender aquello. Sentía una presión en la mente, como si algo le estuviera ocultando la verdad de todo. No sabía que estaba pasando, pero sabía que no era correcto lo que estaba sucediendo. Así no debía ser.

—Los animales tienen tanto valor como uno mismo, Luke, lo que estás diciendo no tiene ningún sentido.

—¿Sentido? ¿Te estas escuchando? —Luke soltó una carcajada fría, algo que Pik no pudo asociar con él— ¿estás diciendo que la vida de un simple animal tiene el mismo derecho que la nuestra?

Lo normal seria meditar su respuesta como lo hacia con cada debate con su hermano, pero simplemente, lo que decía carecía de lógico y de los principios que le enseñaron a valorar. No respondió al instante aunque sabía su repuesta, solamente la indignación que sentía no lo dejó a hablar con la fluidez necesaria.

—La vida tiene un valor, Luke, sea la vida que sea. Solamente por tener magia y sentirte un ser superior no te otorga el derecho de asesinar a lo que te complazca —Pik alzó su arma, desafiando a su hermano—. No sé quien eres o que haz hecho con mi hermano, lo único que sé es que Luke nunca diría eso. Crucio.

Pik era un asesino, eso lo sabían sus compañeros de bando y la mayoría de los miembros de la Orden del Fénix aunque no supiera que se trataba de él. Solo asesinaba a los que iban en contra de sus principios y atacaban contra su familia. Ver a Luke frente a él y a pesar de saber que no era su hermano, asesinar a alguien con el rostro de él era difícil. Enseñarle una lección de una forma poco ortodoxa era para él mejor opción.

—Luke nunca asesinaría por placer, ¿¡quien eres y donde está Luke!?

Sentía su magia recorrer cada centímetro de su cuerpo como una vibración eléctrica que invadía cada poro de piel. Imágenes de una ventisca, un laberinto, un cuervo y una anciana llegaron a su mente. Reconocía todo esos recuerdos aunque no terminaban de encajar. Luke, gritando de dolor en el suelo, empezó a soltar unos gruñidos que poco a poco terminaron convirtiéndose en risas cortas y pausadas.

Pik no aguantó y se lanzó sobre él, sentándose sobre su pecho y clavando su arma en el cuello del más joven de los Macnair. Podía sentir como sus ojos echaban chispas y las lagrimas amenazaban con salir por la impotencia que sentía. Escuchaba las palpitaciones en su mente y como la sangre fluía con fuerza.

—Soy yo, Luke —soltó una risa tranquila tras la culminación del hechizos— simplemente soy diferente a ti o como pensabas que era.

Sin aguantar más el Malfoy hizo lo único que le provocaba. Soltó su arma y le clavó un puñetazo en la mandíbula en su hermano. Fue un golpe en seco y se sorprendió de su reacción, en algún momento deseó matarlo pero esa idea era un poco primitiva para lo que él era. De lo que debía convertirse. Viendo a Luke bajo, sangrando por la nariz y casi inconsciente, una marea de recuerdo invadió su mente.

Vio a su hermano morir en una noche de invierno en los bosques de Suecia. Se vio a él volando por el cielo, sintiendo una libertad como nunca lo había hecho. Se vio meditando en silencio absoluto, comprendiendo sobre su animal interior. Se vio como un cuervo, surcando el cielo. Cayó hacia atrás y se llevó ambas manos a la cabeza ante la mareada de recuerdos que lo invadieron.

—¿Suluk? —fue lo único que dijo, el primer nombre que le vino a la cabeza junto al rostro de la anciana que, como recordó, era su tutora— ¿Esto es la prueba?

Se le secó la boca al decir las palabras, mirando a un Luke inconsciente en el suelo que, como recordaba en su mente, había muerto hace muchos años. Las emociones se apoderaron del Macnair y aunque sabía que aquel ser frente a él no era en realidad su familiar, Pik se lanzó sobre y se echó a llorar sin importar que aquello era una ilusión o un truco de magia. Aunque nunca fue lo que esperó, compartir minutos o segundos con alguien que parecía su hermano de adulto fue una prueba a la cual sus emociones nunca pensarían encontrarse.

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- Estas cosas nunca antes las había visto en una prueba - El portal había adquirido nuevas capacidades y sus pruebas habían estado subiendo de nivel en sus últimas entradas a dicha Pirámide. Suluk tendría que mejorar el entrenamiento de sus estudiantes para garantizar que cumplieran con las expectativas de la prueba y todos pudieran conseguir el Anillo de la Animagia y no un simple Anillo del Aspirante como el que tenía Pik en dicho momento.

 

- No, eso no está nada bien. Eso no es lo que una arcana como yo enseñaría. Además, eso no lo permite el portal - Pocas veces el portal reaccionaba en contra de los aspirantes pero en dicho momento era necesario. El mismo no permitía realizar magia durante la prueba y mucho menos una de las maldiciones más terribles, Pik tendría graves consecuencias por dicho atrevimiento pero ni la misma Suluk lo sabía. Quizás había ganado el quedar encerrado en dicho lugar para toda su vida o el tomar mucho más tiempo durante la prueba.

 

- Creo que no tengo permitido responder menos después de lo que acaba de ocurrir - La arcana no debía intervenir en las pruebas y ese era uno de los momentos en los que no debería hacerlo, así que Pik no podía escucharla. El portal debía tomar una decisión, sabía que lo mantendría encerrado por más tiempo pero de la reacción del mago dependía el tiempo o si sería un castigo de por vida

 

- Lamentablemente las reglas se deben respetar y ha roto una de las que no debía - Suluk había sido clara y le había advertido que no podría utilizar magia ni adoptar su forma animal durante la prueba así que tendría que entender las consecuencias de dicho acto.

 

- Espero que no sea un castigo muy fuerte o esta prueba se va a poner muy complicada - La arcana sabía que la prueba no había terminado o habría perdido la conexión con Pik pero el no regreso del mago indicaba que por ahora su prueba no había finalizado y que aún tenía que demostrarle sus habilidades y conocimientos al portal.

Editado por Suluk Akku
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No sabía cuanto tiempo pasó desde que lloró encima del cuerpo de Luke. Extrañaba a su hermano mucho más de lo que la gente pensaba, era un recuerdo que siempre reprima para no hacer que sus emociones salieran a flote. El día había pasado y el sol ya no se encontraba encima de él, ahora amenaza desde el horizonte con ocultarse mientras teñía la cabaña Macnair de tonos naranjas y rojizos.

Se separó y se sentó en el suelo, intentando pensar que sucedía. Recordaba varias cosas pero todo era como el encuentro entre el mar y un río, eran una laguna entre dos diferentes composiciones las cuales no lograba separar. Estaba confundido, cansado y sus emociones eran un desastre, nunca antes nadie lo había visto así. Alzó las rodillas y clavó su cara en ella, dejando correr lagrimas que no podía terminar de comprender. Miedo, tristeza y soledad era lo que lo dominaba.

Quería estar junto a Alyssa y Massimo, su hijo, sentir su calidez del hogar junto a ellos. En cambio se encontraba en un lugar frío, con el cuerpo de un Luke que nunca conoció sin vida y sin ninguna respuesta de lo que estaba pasando, ¿se estaba volviendo loco? Consideró ir a San Mungo y ver si se encontraba bajo una maldición o una enfermedad, pero no podía levantarse. Sus piernas no reaccionaba, eran unas extremidades frías que no respondían su llamado.

—¿Pik?

Si bien no sabía como sentirse, aquella voz lo dejó helado. Alzó solamente el rostro y dirigió la mirada a la puerta de la casa para encontrarse a un Luk joven, como la ultima vez como lo vio en su infancia. Como debía ser. No entendía que estaba pasando, cual magia lo había tocado y porqué lo hacían vivir aquello. Eran los recuerdos de su pasado junto a sus sueños más profundos de un manera retorcida.

—Mamá está dentro esperando todavía, vamos.

Giró para ver el cuerpo de su hermana adulto y ya no se encontraba. No se sorprendió con aquello, lo que le sucedía no tenía una explicación para él. Intentó ponerse de pie y pudo, por lo que siguió a Luke y entraron a su anterior hogar. Adentro el ambiente era salido y con un exquisito aroma, la sensación que invadía su cuerpo era una paz que había tenido muchos años sin experimentar. A pesar de los sucesos que acaba de experimentar se encontró relajado entre las paredes conocidas.

Luke lo tomó de la mano y el primer instinto de Pik fue retroceder un paso ante el tacto, pero dejó que lo agarrara ante el gesto de intento de molestia de su hermano. Cada segundo que pasaba recorriendo su hogar se reprendía por lo que había hecho, atacar a su familiar de la manera que hizo no era la adecuada que le habían enseñado, pero sus emociones para defenderse pudieron más que él. No debía volver a dejarse llevar por sus emociones tan a la ligera, debía controlarse.

—¡Al fin haz llegado! No debes hacer esperar tanto a tu madre y menos a tu esposa —lo reprendió su madre de tono amable, con una sonrisa en el rostro y haciendo flotar platos, cubiertos y comida hacia la mesa— ¡Vamos, vamos! No te quede ahí parado, solo faltaba tu por llegar.

No habló, solamente se quedó de pie mirando a sus familiares. Estaban todos los que importaba para el Malfoy, desde su primera Cissy hasta sus padres, incluso Alyssa ahí. Su comprensión estaba al límite y tuvo que buscar una solución sana para su mente, tenía que hacer lo mejor para él aunque le costara aceptarlo. No tenía una respuesta a lo que sucedía y solamente tuvo que agradecer que pasara, debido a que en ningún momento llegó a soñar tener a todos su familia reunida incluida a la que por naturaleza no debían de estar ahí.

Algo mayor que su comprensión lo rodeaba y aceptó que pasaba, sin buscar un porqué. Quizás no estaba lo suficientemente maduro para encontrar la respuesta a esa pregunta, quizás era una pregunta que no necesitaba respuesta. Decidió hacer lo único que iría contra su lógica y su instinto de supervivencia: disfrutar del momento. Ninguna persona consiente lo haría, pero por alguna razón estaba sucediendo eso en la vida del Ángel Caído.

Se sentó entre Massimo y Luke, disfrutando de la charla, del ambiente y la calidez del hogar. Cerró los ojos un momento y simplemente disfrutó de la compañía, de sentirse seguro entre los suyos. Sabía que, a pesar de todo, lo que sucedía era momentáneo y en alguna parte de su confusa mente sabía que más de la mitad de ellos no seguían con vida. Massimo, Alyssa y Cissy eran los únicos familiares con vida que recordaba en los últimos años de su vida y, a pesar de no ser la misma cantidad de personas, su amor era igual de profundo.

—¿Quien te regaló eso? — preguntó Luke, mirando hacia el brazo de Pik.

—¿Regalarme qué? No tengo nada de nuevo.

Massimo en ese momento colocó sus brazos encima de la mano de Pik y cogió su dedo indice, captando la atención del Mortífago por primera vez lo que tenía en el dedo. Reluciente, de color plata, con detalles de diferentes tonalidades de grises y dos rubíes brillante, un anillo con la forma similar a la de un cuervo miró detenidamente al Macnair. Era su anillo de la prueba de Animagia.

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