Bratvá (MM B: 109195)

[Sol Lestrange Black]

Cuanto tiempo había pasado desde la ultima vez que la había visto. Prácticamente años. Aquello era terrible, necesitaba con urgencia que nos pusiéramos al día y comernos a cuanto mago había osado no cumplir nuestros deseos. Una picara sonrisa dibujo mis labios de solo recordarle.

 

Caminé feliz por el callejón aquella soleada tarde, mi cabello rizado volaba suavemente movido por la fresca brisa de primavera, era raro que en Londres hubiera días soleados, pero para mi fortuna aquel era uno de los afortunados.

 

Para la ocasión había elegido un vestido corto, con el cual mis largas piernas podían ser apreciadas en su magnífico esplendor. Últimamente no salía mucho del castillo, pero el volver a ver a mi vieja amiga era motivo y razón suficiente para dejar el enclaustramiento y recordar que ningún motivo es suficiente para desperdiciar la vida.

 

Llegué al lugar de la cita, era elegante y justo como nos gustaba, excelente pinta, seguramente encontraríamos alguna victima que obviamente si estaba en aquel distinguido lugar valdría la pena acosar.

 

- Buenas tardes…- saludé al hombre que estaba en la entrada.

 

- Buenas tardes Madame bienvenida…- saludo de manera formal, mientras sus ojos bajaban discretamente admirando mis torneadas piernas, le sonreí antes de continuar.

 

- Tengo una reservación, mesa para dos a nombre de Sol Lestrange…

 

- Un placer madame, por favor acompáñeme…- indico sonriendo mostrando una hilera de impecables y perfectos dientes blancos.

 

- Gracias…- me cedió el paso caballerosamente, mientras me conducía al centro del fastuoso y elegante salón, algunas mesas estaban ocupadas, no puse demasiada atención mientras avanzábamos hasta un costado, donde una hermosa mesa dispuesta esperaba junto a un enorme ventanal con vista a un perfecto y exuberante jardín. – Es preciosa la vista…- afirme mientras el capitán me ofrecía la silla.

 

- Me complace que sea de su agrado- afirmó mientras caballerosamente me ayudaba a tomar asiento.- ¿Gusta tomar algo mientras espera?- pregunto ofreciéndome la carta de bebidas.

 

- Si por favor, una margarita de manzana…- pedí sin consultar.

 

- Sera un placer, enseguida…- una última reverencia y el hombre se marcho. Observe a mi alrededor, buscando algún rostro conocido, mientras esperaba la llegada de mi querida amiga.

[Valky]

Kelian Karkarov

 

No se sorprendió ante la reacción de la rubia, la verdad era que muy pocas personas sabían que Bastian y Valkyria Karkarov habían fallecido y él prefería que continuara así. Sonrió en forma amable cuando la bruja cuyas mejillas ahora lucían un suave tono rosa, le decía que lo sentía mucho. En silenció esperó a que terminara de hablar explicando los motivos por los cuales estaban en el local y de presentar a los otros miembros del equipo de Control de Comercio, que ya se encontraban observando toco con atención.

Al haber estado de viaje por varios meces no estaba del todo seguro de las actividades que se estaban realizando en el bar y de si sus padres dejaron todo en orden antes de fallecer, la verdad era que no sabía nada. Su mente estaba trabajando a toda prisa analizando la situación, su madre siempre fue muy cuidadosa y su padre aún más. Pero, ¿y si luego de morir todos los hechizos y escudos que pusieron en vida habían desaparecido? ¿y si habían dejado cosas al azar?

Ellos siempre habían tenido cierta fascinación por las cosas oscuras y a pesar de que en los últimos años habían cambiado mucho, conservaron gran cantidad de sus cosas, cosas que de caer en manos equivocadas podrían hacer mucho daño y, aunque, la mayoría se encontraban seguras en el castillo Karkarov, quizá alguna no la pudieron dejar a buen recaudo. Luego de un momento y como digno hijo de los ex-warlocks mantuvo su rostro impasible y dijo.

—Es un placer…señorita Rambaldí, señor Ollivander…—eran los que estaban más próximos la joven Weasley estaba lejos como para escuchar su saludo. Apartando la mirada del mago que revisaba entre los documentos volvió a centrar la atención en Alessandra.

—Mi nombre es Kelian Karkarov… — se presentó y luego añadió —Le seré sincero, acabo de llegar de viaje, pero confió en que todo en el local este al día en permisos y confió así mismo en que no hay objetos tenebrosos— hizo una leve pausa y añadió —Si me permite ver la orden para la revisión no tengo inconveniente en que inspeccionen el local…solo tengo una petición —añadió pasando los dedos por su cabello.

—Como podrá haber notado tenemos clientes en todas las secciones… mi petición es que por favor no se los incomode ya que siempre nos hemos caracterizado por brindar un excelente servicio y discreción — sin duda alguna el joven mago había madurado mucho en su estadía en América.

A todas esas donde se había metido su hermano Ben, ya debería haber llegado. Miró hacia la puerta espera a que apareciera por ella, seguramente él estaba más al tanto de los secretos que guardaba el Bratvá.

 

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[Valeskya Granger]

Al escuchar ambas respuestas del fenixiano, Valeskya no pudo evitar sentirse ¿aliviada, contenta quizás? En primera porque no parecía molesto por lo que había preguntado, después por enterarse que no tenía pareja en esos momentos: ”espeeera… ¿qué demonios te pasa?” Se reprochó internamente por lo que acababa de pasar por su mente en ese momento. Sus pensamientos se disolvieron rápidamente y no pudo evitar sonreír cuando le mencionó acerca de no creer sobre los rumores que lo mencionaban acerca de ser mujeriego.

Y era algo que no podía sorprenderle, Arcanus le parecía un chico muy simpático y agradable, por dentro y por fuera; lo menos que podía esperar de respuesta, era que le dijera que estaba casado o algo similar. De todas formas, le agradeció su sinceridad al decirle las cosas como eran, o al menos esperaba que lo que le hubiera dicho resultaba verdad; la pelinegra no solía dejarse llevar por rumores y, a decir verdad, pocas veces se veía envuelta en los chismes que rondaban por allí. Se dedicaba a vivir tranquilamente y de una forma casi aburrida, manteniendo un perfil bajo.

La Granger no pudo evitar darse cuenta de la forma en la que el joven de cabello castaño se expresaba de los duelos. Era evidente que era un tema que le apasionaba, al punto de ver que su mirada se iluminaba con cada palabra. Estaba segura de que era un excelente duelista y que había hecho bien en pedirle que le enseñara; y también había tenido que contener su emoción al ver que él también pensaba que era un excelente pretexto para verse otra vez.

Se mordió el labio para tratar de disimular un poco su reacción, pero esta sensación de felicidad se desvaneció casi inmediatamente. Lo más obvio de esperar era que él también preguntara lo mismo, pero era algo con lo que la bruja no había contado; se sintió sumamente halagada y hasta feliz al escuchar ese comentario acerca de la fila de pretendientes, pero la realidad distaba mucho de lo que él decía… demasiado. ”¿Cómo decirle?” Pensó casi de forma desesperada, al tiempo que tomaba el contenido del whisky de un solo trago: era para tomar el valor necesario para devolverle la sinceridad que él le había mostrado anteriormente.

- Creo que antes de hacer un duelo de manera oficial, debería practicar un poco, en un parque u otro lugar donde no pueda salir alguien herido… en verdad tengo muchos años sin enfrentar a alguien y será demasiado penoso perder antes de lanzar el primer hechizo siquiera ¿está bien? – Tosió un poco y trató de esbozar una sonrisa tranquilizadora, aunque veía difícil que algún día le gustaran los duelos, nunca habían sido su fuerte.

- Y con respecto a lo otro… bueno… si después de lo que te cuente, aun deseas enseñarme a lanzar hechizos con mi varita, seré muy feliz … - Estaba bajando la voz y comenzaba a ponerse nerviosa. La ojivioleta empezó evitar el contacto con los ojos marrones de Arcanus - La verdad es que…yo… no sé cómo empezar… Vas a pensar que mi vida es una tragedia. - La voz se le quebró un poco, pero tenía que hacerlo, así que inhaló profundamente y empezó a hablar de forma pausada.

- Hace algunos años, conocí a un chico y bueno… nos casamos. – Ya estaba listo, había dicho la parte más complicada. - Quizás te resulte absurdo o te suene como un mal pretexto, pero… Bueno, casi inmediatamente después de que ocurrió “eso”, él tuvo que irse por cuestiones de trabajo.- No disimuló en hacer una mueca de total desagrado, ella sabía perfectamente que era por su amada Orden… simplemente había desaparecido de la noche a la mañana. - Pasaron un par de años, nos volvimos a encontrar y se volvió a ir. Han transcurrido algunos años más y… Era la primera vez que se lo contaba a alguien. - …Me he cansado de esperar a que vuelva a aparecer… supongo que al final no lo quería tanto como yo pensaba.-

A la ojivioleta le resultaba doloroso hablar de eso, bajó la mirada mientras se mordía el labio; dejar la Orden era lo que le había devuelto la tranquilidad, pero no su felicidad. Ni siquiera pensar en recuerdos de su vida de casada, por que no los había; en gran parte había sido la causa por la cual se había marchado de Ottery, pero había que dejar esos recuerdos atrás y comenzar nuevamente. Era como fingir que nada había pasado, un tema del cual evitaba hablar y sin embargo, había decidido contarle al joven que estaba frente a ella.

- Comprendería que quisieras evitarte problemas si no quisieras verme después de lo que te he dicho… Aunque a mi favor debo decir que no hay un marido que vaya a golpearte por hablar con su esposa. - Esbozó una triste sonrisa.

Editado 9 de Junio del 2018 por Valeskya Granger

[Melrose Moody]

—Uhm...

 

Melrose mastica un poco, procesando las palabras de Ellie respecto a las razones de su renuncia. Por supuesto, mastica es tan sólo metafórico, pues nada parece acudir a su mesa al pedírselo al menú discreta y disimuladamente (según ella) mientras su prima le explicaba los motivos que la habían llevado a empezar a ganar 750 galeones mensuales en lugar de 4000 a pesar de ser una niña genio. Cuando vuelve a pensar en Les Grands Buffet tiene que recordarse lo amable que es su prima con ella a pesar de su ineptitud inicial en el departamento de misterios para mantener la diplomacia. Después de todo, eran razones altruistas las que la habían llevado a renunciar (al menos, la investigación es un motivo altruista ¿no es así?) y antes de hacerlo, nada le había obligado a tener consideraciones para con Mel, por más que ambas fueran Moody.

 

—En ese caso espero que consigas lo que andas buscando y puedas seguir adelante...

 

No está segura de si eso expresa sus genuinos deseos de que su prima pueda mantenerse estable tanto física como económicamente. Además, también tiene que ver con la admiración que siente hacia Ellie, debido a la imposibilidad que tiene de ser como ella algún día. De sólo recordar que apenas el día anterior había tirado bajo la cama su número de la revista corazón de bruja para que Ellie no la pillara leyéndola a escondidas, casi sentía deseos de invitar ella la comida.

 

Al menos ya no guardaba el secreto para con Richard e incluso se había tomado la libertad de leer los artículos sobre "Los Golpeadores más Robustos del mundial de Quidditch" a pierna suelta y comiendo pizza junto al fogón, durante las horas que La Orden del Fénix o el trabajo consumían del tiempo de Ellie. Lo que la llevaba justamente a la pregunta que le había hecho.

 

—Yo.... bueno, es sólo que nunca lo entendí del todo ¿sabes? —masculló sin estar muy segura de qué debía decir a continuación. Se sentía un tanto culpable, pero no lo suficiente como para mostrarse genuinamente apenada— Nada sucede por aquí y... bueno, siento que no era lo mío.

[Lehdzay Rexdemort Xtrong]

Mi estadía en aquel lugar, siempre era un tanto fugaz, sin embargo aprovechaba aquellos momentos de locura para disfrutarlo al máximo al lado de las personas que adoraba, y esa sin duda era mi querida socia, quien inmediatamente al saber de mi llegada se había encargado de agendar una cita. Eso no era un buen presagio ya que las aventuras al lado de mi querida boquita de manzana nunca terminaban bien , varias sonrisas se dibujaron en mi rostro .

 

Me encaminé hasta el sitio de la reunión, el vestido estampado en flores que delineaba perfectamente mi figura , y dejaba ver aquel par e piernas que durante todo el tiempo se escondían bajo los jeans , esta vez jugueteaban con el aire fresco que corría bajo el sol de primavera.

Al llegar al sitio no pude esconder la sonrisa pícara que se dibujó en mis labios, mi solcia siempre elegía lugares elegantes y con distinción, por lo tanto los caballeros o “presas” que pudiésemos encontrar en el lugar siempre resultaban ser esos típicos magos con porte de galán que se creen la última pizza de Italia.

 

Era momento de jugar el juego de dama fatal y arrogante.

 

- Buenas tardes, joven tengo una reservación – dije al caballero que se encontraba en la entrada , dirigiéndole una mirada altiva, con mi postura erguida y un toque de seducción en mi voz.

 

- Bienvenida Madame.. ….

 

-Rexdemort – interrumpí al caballero , entregándole mi bolso y mi sombrero – y mi reservación está a nombre de Sol Lestrange – concluí dedicándole una gran sonrisa al pobre hombre, que al parecer sudaba

 

-Bienvenida Madame Rexdemort … po por aquí – dijo tartamudeando un poco , tal vez los nervios le estaban traicionando .

 

Pude ver a lo lejos aquella linda sonrisa que bien conocía, así que me adelante unos pasos del mozo permitiéndole que admirara el contonear de mi figura al encaminarmé hasta donde mi hermosa amiga ya se encontraba.

 

-Siempre tan puntal e preciosa? Disculparas mi demora - sonreí y la levanté para darle un enorme abrazo - te extrañe tanto solcia de mi vida

 

El caballero que no nos quitaba la vista de encima y aguardaba para que tomara asiento , alejo la silla continua a mi amiga.

 

Intentando recuperar la cordura accedí a sentarme sin dejar de tomar la mano de mi gran amiga - te encargo por favor una margarita de cereza – dije al caballero para que finalmente pudiera alejarse.

 

Sonreí a mi solcia con aquella sonrisa de complicidad y dije – y bien mi querida amiga .. que haremos esta noche? – la sonrisa se convirtió en carcajada para ambas.

 

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[Sol Lestrange Black]

Había llegado mi bebida, me perdí unos segundos mezclandole un poco antes de levantarla de forma delicada y elegante para después darle un pequeño sorbo disfrutando de su dulce sabor.

 

- Deliciosa - dije en un susurro saboreandola.

 

En ello estaba cuando al levantar nuevamente vi venir a mi querida amiga, sonreí de manera significativa y levante la ceja admirando su atuendo, sin duda alguna aquella tarde el lugar estaba siendo engalanado por dos de los mejores iconos de belleza del mundo mágico.

 

Alabo mi puntualidad, mientras nos abrazábamos de forma efusiva perdiendo un poco la delicadeza, adoraba volver a verla y estar con ella me hacia sentirme un poco como una adolescente alocada e impulsiva.

 

- Yo también te extrañe mi reina ¡Pero mírate nada mas! Eres una diosa, cada día que te veo estas mas bella, empiezo a sentir un poco de ganas de desaparecerte del mapa- dije bromeando mientras tomaba el sitio a mi lado.- Y respondiendo a tu pregunta cariño...- dije con una picara sonrisa cómplice-Esta noche vamos a arrasar , no todos los días tengo tanta competencia señorita Rexdemort, así que después de aquí podemos ir a cazar ...¿Te parece?

 

@Lehdzay Rexdemort Xtrong

Editado 12 de Junio del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Kaiser Lord Pilu]

- Por esta noche la luna velará mis gélidos matices de tristeza y amargura. - Dijo el joven mago mientras contemplaba como la ciudad se iba sumiendo en la oscuridad. Sentado en uno de los tejados ubicado a las afueras de la urbe. La túnica negra se movía con una gracia etérea por culpa de las ráfagas de viento arremolinado, sin duda sería una noche tormentosa. El black se irguió con tranquilidad sin dejar de mirar las luces del poblado, su rostro se mantenía cubierto y reparado por la capucha del atuendo. Sus ojos esmeralda habían desaparecido por completo, presos de la intolerancia y de la soledad que se habían arraigado por todo su ser,.. ahora solo quedaban unos orbes negros, carentes de luz y de vida.

 

-Tal vez aún me quede por ofrecer un pequeño espasmo inherente de lujuria, antes de que el odio me consuma por completo. - Al terminar la frase el pelinegro desapareció sin dejar rastro.

 

De alguna forma había desembarcado en el centro del callejón mas famoso del mundo mágico y sus pasos errantes lo colocaron en la puerta de un muy conocido bar.

 

- Bratvá - Dijo en un fatídico murmullo. -Apuesto a que puedo reconocer a varios de tu mugrosa clientela regular, insípida y aburrida.

 

Con desgano cruzó la puerta principal y al ingresar al lobby un olor particular llamo su atención.

 

- Mmm.. que bellezas, parece que finalmente mi visita no será una pérdida total de tiempo. - Musitó el ex mortífago acercándose a la recepción.

 

-Buenas noches caballero, sea ud. bienvenido- Comentó el recepcionista con una gran sonrisa en el rostro.

 

-Buenas noches, no tengo reserva mi querido amigo, pero tal vez esto te ayude a facilitarme una buena ubicación- El black saco del bolsillo una pepita de oro y la colocó suavemente sobre el escritorio del recepcionista. -Eso es oro ruso de la mejor calidad, ¿sabes cuantos galeons vale?, yo tampoco, pero yo que tu lo averiguaría.-

 

-Ciertamente señor- Contestó el joven guardando rápidamente la piedra.

 

-Buen hombre- Contesto el pelinegro entregándole la túnica, dejando a la vista su traje negro italiano de dos botones.

 

El recepcionista fue guiando al pelinegro al salón mas importante y atractivo que tenía el bar, justamente el lugar de donde provenía la intoxicante esencia.

 

- Esa mesa de ahí, junto a esas señoritas - Señaló el black, reconociendo la familiaridad de los rostros.

 

Caminó hacia el destino y se sentó tranquilamente. Miró una vez más al recepcionista.

 

-Macallan imperiale, sin diluir- Comentó volviendo la vista a las dos jóvenes.

 

El recepcionista hizo una pequeña reverencia y se retiró raudamente.

 

Las dos brujas parecían estar inmersas en una muy amena conversación y luego de admirarlas un rato, el pelinegro decidió intervenir.

 

- Vaya vaya, muchas cosas me han abandonado durante los últimos años, pero parece que aún mantengo la suerte... mira que coincidir con dos de las brujas mas bellas de la comunidad mágica europea, eso sería equivalente a ganar la lotería muggle.- Dije llamando la atención de ambas.

 

 

@ @@Lehdzay Rexdemort Xtrong

[Lehdzay Rexdemort Xtrong]

La delicadeza y la cordura se perdieron por unos segundos, la emoción de verla y los recuerdos nos hacían parecer un par de adolescentes brincoteando en el concierto de su ídolo, aunque después de todo eso eramos la una para la otra, una especie de soporte de confidencialidad y complicidad.

 

- Ni que lo digas querida amiga, casi creo que me hechizas para que olvide quien soy y no vuelva por un rato, ¿quieres acaparar a todos los magos del país con ese par de piernas y esos labios desgarradores? – pregunté dibujando una gran sonrisa – no veo la gran competencia que menciona señorita Lestrange creo que la cacería será sencilla con ese atuendo brutal que portas hoy- agregué al ver lo bien que lucía aquella noche.

 

Tomando la compostura de nuevo, tome la bebida frente a mí, y me deleite con el sabor a cereza dulce y amarga al combinarse con el escarchado en su copa.

 

- Creo que justo esto necesitaba, una deliciosa copa, y una linda compañía, para iniciar una exitosa cacería según mi augurio- alcé mi copa y mire con complicidad a la hermosa chica frente a mi – Por los viejos tiempos mi querida amiga

 

Después de el choque de nuestras copas, una voz que podría haber reconocido a distancia nos sorprendió. Dejándome en shock completamente vire a admirar al caballero, lucia gallardo y galante con aquel traje Italiano, aunque un tanto distinto, su mirada apagada y sus hermosos ojos esmeralda habrían desaparecido dejando en su lugar una profundidad absoluta debajo de sus orbes negros.

 

Arreglé mi cabello con cierto nerviosismo, pero al tiempo erguí la postura y mis labios dibujaron inconscientemente una mueca de coquetería y una mirada penetrante se dirigió al mago

 

-Dijiste cazeria? – susurré a mi socia al tiempo en que me ponía en pie

 

Mucho tiempo había admirado aquel porte y galanura del que fuera mi padre, y me había contenido la increíble atracción que sentía, el incesto era practicado en cada rincón de la comunidad mágica, puesto a que lo único más importante en ese lugar, aparte de mantener en secreto la comunidad misma, era preservar a nuestra especie y en el porcentaje más alto de pureza. Por lo que sentir aquellos pensamientos perversos no me causaban ningún remordimiento.

 

Me encamine lentamente hasta donde el, con cierta picardía, contoneando mis caderas y dejando ver un poco del pronunciado escote. Lo tomé por el cuello y dije en voz suave y delicada

 

-Pues permítame decirle caballero que usted acaba de ganarse la lotería- le guiñe un ojo, para después abrazarlo fuertemente- claro si es que gustas acompañarnos -agregué

 

Casi podía imaginar la cara de mi amiga, pero me conocía lo suficiente y yo lo conocía a el, después de todo éramos tan iguales que no me sorprendería que comenzara a seguirme el juego de inmediato.

 

-Y bien Solcia tu que dices ¿cumple con los requisitos para nuestras fechorías? – pregunté a mi amiga dirigiéndole una mirada de esas que parece que están ocultando una enorme carcajada bajo ella, esperando que Kaiser No se diera cuenta de ello.

 

@ @@Kaiser Lord Pilu

[Invitado Arcanus]

Tal parecía que a Valeskya no le gustaban demasiado los duelos. Arcanus no la culpaba, sabía que en la Academia siempre se había relegado a las clases de duelo y era difícil que los alumnos se interesaran en ellos porque nadie hacía el esfuerzo por explicárselos. Sonrió al escuchar que ella quería practicar antes de tener un combate real. A él no le importaba enseñarle desde las bases. De hecho enseñar duelos era algo que siempre le había gustado. Le parecía bastante admirable el hecho de que no le gustaran los duelos y sin embargo, se interesara en aprender. Conocía a muchas personas que siempre se habían cerrado a ellos con la excusa de que le desagradaban.

 

- No te preocupes, si necesites que te enseñe paso a paso, con gusto lo haré - Bebió un sorbo de su bebida y dio por terminado el tema. Fue cuando Valeskya comenzó a contestar su segunda pregunta que le prestó la máxima atención posible. Era como si todo el lugar hubiera quedado en silencio y solo ellos se encontraran allí.

 

Arcanus realmente no se sorprendió ante el hecho de que Valeskya había estado casada. En realidad, él pensaba que, seguramente, algún dichoso hombre sería su pareja. Pero fue cuando ella terminó de contarle la historia que la sorpresa se dibujó en su rostro. Ella realmente era bonita y muy agradable. Le resultaba confuso que su esposo se hubiera ido así sin más dejándola sola. Se notaba que revivir aquel hecho le causaba algo de tristeza.

 

- No creo que no lo quisieras. Lo esperaste bastante y es normal que alguien pierda el cariño que le tiene a una persona si esa persona no demuestra algo de reciprocidad. - Dijo el joven al tiempo que pensaba que era linda hasta estando triste. Pero prefería verla con una sonrisa. Arcanus tomó la mano de Valeskya y la miró a los ojos - Él se lo pierde ¿Sabes? Yo creo que eres una mujer fabulosa y no vale la pena que estés triste por alguien que no supo valorarte Si tu estás segura de que diste lo mejor por él y él aún así decidió dejarte, no tienes nada que lamentar. - Se acercó un poco más a ella y pasó su brazo por sus hombros en un abrazo reconfortante. Arcanus se percató que eso podría resultarle incómodo a Valeskya pero algo dentro de él quería mantenerse así por un par de horas, al menos. La soltó lentamente un poco sonrojado.

 

- ¿Cómo no querría verte ahora que te conozco? Tendría que estar loco. Aunque no me hubiese importado tener que duelear hasta con el mismísimo Merlín para poder pasar, al menos, un segundo contigo - Acarició la mejilla de la ojivioleta. Sin dudas se veía más linda con una sonrisa en su rostro.

 

Distintas personas comenzaban a entrar al local. De a poco se iba llenando todo con voces, personas y tragos. La lluvia afuera amainaba y el joven observaba por la ventana como caían las últimas gotas. Luego volvió a mirar a Valeskya. Nunca se había sentido tan feliz de que lloviera como en ese momento. Arcanus se puso un poco tenso, tenía que saber más sobre ella antes de que se fuera. No quería que esa tarde mágica quedara en solo una tarde.

 

- Por cierto... Me dijiste que tenías familia... Digamos que ahora, por cuestiones del azar desaparecemos los dos y uno termina en España y otro en Japón ¿Cómo hago para encontrarte? ¿Dónde es que vives? Recuerda que tengo que saber donde encontrarte para enseñarte duelos - A decir verdad, le había costado un poco hacerle la pregunta. No quería que Valeskya se sintiera intimidada y esperaba que no lo tomara a mal pero pensó que con esa "excusa" podría saberlo.

[Sol Lestrange Black]

Aquel día pintaba para ser simplemente increíble, inmersas estábamos en nuestros planes para la noche cuando de la nada y como por arte de aquella misma magia que tanto conocíamos hizo su acto de presencia la segunda agradable sorpresa de la noche.

 

Escuché aquella voz fuerte y varonil, hacía años que no veía a aquel apuesto mago, pero era sin duda difícil de olvidar, sonreí al recién llegado, mientras mi querida socia me tomaba la delantera para recibirlo como merecía.

 

- Y bien Solcia tu que dices ¿Cumple con los requisitos para nuestras fechorías?- escuche la pregunta de mi querida amiga y solo atine a ponerme también de pie soltando una cándida y cantarina risa.

 

- Las cumple y rebasa…- dije mientras ocupaba el puesto entre los brazos de aquel magnifico caballero- Has caído del cielo Kaiser- dije besando su mejilla- Bienvenido a esta magnífica noche querido, que agradable sorpresa volver a verte.- Guiñe un ojo a Lehd que me respondió de igual manera- Pero por favor siéntate con nosotras cenaremos y después… veremos como nos trata esta noche…¿Te parece?

 

Sonreí de manera coqueta y ofrecí a nuestro recién llegado el lugar a nuestro lado, Merlín estaba de nuestro lado, no iba a desperdiciar las señales y regalos que la noche nos tenía preparadas.

 

- ¿Que gustas tomar cariño? Tenemos que brindar por este maravilloso reencuentro...