Bratvá (MM B: 109195)

[Juliens]

~Bastian Karkarov

 

Ha pasado tanto tiempo desde que, de pie y desarmado, un rayo de luz verdoso golpeó su pecho y la vida escapó inmediatamente de su cuerpo. Lo recuerda, aunque no es consciente de lo que eso significa, el dolor que se apoderó de todas las células de su cuerpo.

 

Desde entonces nada ha cambiado, los recuerdos deambulan algunos fuertes y otros apenas perceptibles sin cambiar absolutamente nada. Todas las horas y días son idénticos, aunque él no sólo sabe ya que perdió la percepción del tiempo casi al principio.

 

Sin embargo algo cambia y hace que su conciencia se aclare un poco. Sabe que no puede morir, al menos no mientras Harimau esté vivo, aunque con los días su humanidad se ofusque a favor de fortalecer al pedazo de alma dominante, a la mitad que conserva cuerpo. Un joven le habla sin hablar. Tiene un espíritu tan parecido al suyo propio que son capaces de entenderse pese a las circunstancias.

 

-Harimau, en algún momento debes ir con él. Cuídalo de la forma en que me cuidaste.

 

Pasan varios minutos, Hobbamock (porque ahora ya conoce su nombre) se despide y solo entonces comprende lo que debe hacer. Deja de luchar, se deja llevar, le entrega al tigre todo lo que los une y queda únicamente lo poco que los diferencia.

 

Es imposible que sepa cuanto tiempo transcurrió pues lo que queda de él está muerto y ha dejado de entender conceptos tales como el tiempo. Un poco de lucidez aparece encanto ve aparece en la nada un vórtice que es apenas un poco menos oscuro que su alrededor.

 

-Tú ¿Recuerdas lo que te pedí cuando aprendimos acerca de este lugar?

 

No dice nada, ni ella le contesta, por varios segundos. Si su cuerpo aún existiera probablemente se le habrían escapado varías lágrimas. Lagrimas de felicidad por verla, y de tristeza porque se despedirán.

 

-Te amo y siempre te amaré, pero hay paz aquí

 

 

 

~Hobbamock Graves [\b]

 

Felicidades Ellie. A mi también me notificaron esta mañana. Se me hizo muy raro que la lechuza encontrara mi cabaña, tendré que aplicarme algún hechizo para que no me puedan encontrar tan fácilmentebromea.

 

Aunque aún tiene cierta desconfianza hacia la gente que no conoce, no es tan importante como para que alguien vaya a por él.

 

¿Te invito una copa?

 

Pregunta a la bruja. Hobbamock prefiere la cerveza aunque no le hace ascos a un vaso de whisky con varios hielos, es lo que le pide al barman en cuanto lo lllama. Le sonríe y le guiña el ojo en cuanto se retira a traer su pedido.

[Ellie Moody]

—Bueno, no me parece que sea muy difícil convertirse en una persona Incontrable —dice Ellie, quien nunca ha tenido deseos de convertirse en una Bruja Incontrable, pero está informada sobre el tema. Con los últimos sucesos ocurridos en el Ministerio de Magia, está convencida de que tanto los Ministros de Magia como los miembros del Consejo de Warlocks deben ser Incontrables. Le parece que aquel dato podría interesarle a Hobbamock; no obstante, cuando vuelve nuevamente la mirada hacia él y observa su rostro, recapitula sus palabras, su tono, y cae en cuenta—. Pero estabas bromeando, por supuesto —añade, con una sonrisa tensa. Con los años, ha aprendido a distinguir las bromas mucho mejor que en su juventud... pero, vaya, algunas todavía se le escapan.

 

Quizás la soledad del lugar hace que asentir sea más fácil; sin embargo, la curiosidad, que es capaz de llevarla a límites inimaginables (como a ser una Inefable, como a ser miembro de la Orden del Fénix), también tiene bastante que ver. Se sienta en uno de los taburetes de la barra, justo en el momento en que Hobbamock llama al barman. Mientras él pide un whisky en las rocas, ella toma una de las dos monedas de oro que lleva encima y, luego de sacudirla de pelusas de soledad y pobreza, la coloca frente a ella, esperando que eso sea suficiente para cubrir lo que vaya a tomar. «Eso sí. Será otra noche tomando una cena frugal».

 

—Hidromiel, por favor —Ellie advierte el gesto de Hobbamock hacia el barman, pero opta por no dar señales de ello. Sin embargo, anota mentalmente algo definitivo sobre Hobbamock: no es nada tímido y, quizás, incluso sea una persona extrovertida. Ella no se considera tímida, pero es consciente de que tiene un carácter introvertido con el cual suele aparentarlo. Aprovecha, en cambio, de observar con más detalle aquel lugar—. Es extraño. Los ingleses me parecen bastante cerrados con respecto a los muggles —comenta—, pero han adoptado bastante de ellos. Hace varios años, el Callejón Diagón era bastante diferente —piensa que quizás valdría la pena tomar un curso de Estudios Muggles, aunque la idea finalmente no le convence, por lo menos de momento.

 

En poco tiempo, el barman coloca frente a ellos sus bebidas. Ellie sirve la mitad de la botella de hidromiel en el vaso de cristal, que es lo que cabe, y le da un sorbo a la que es conocida como "cerveza vikinga". Es consciente de que no ha comido desde hace varias horas, por lo que decide ir lento (y, claro, es una buena técnica de ahorro).

 

—Uhm... Lo cierto es que ni me imaginaba encontrarte por aquí. Pero acabo de recordar que tenía una pregunta, ya que estamos, antes de que vuelva a olvidarlo —no se engaña. Sabe que hablar es más fácil cuando el alcohol funciona como un anestésico... y, claro, funciona: éso es lo importante. Le da otro sorbo a la hidromiel, deja que el cosquilleo se extienda por su estómago vacío y suba hacia su cabeza—. A propósito de la clase de Historia, he estado pensando mucho sobre el tema que querías tocar y sobre la reacción de la profesora. Me hubiera escuchado escuchar un discurso abierto y honesto, aunque no dijera lo que yo quería oír. Pero, no es éso. Lo cierto es que me sorprendió tu insistencia con el tema, y me pregunté si es que simplemente te interesa mucho, o... bueno... —no se atreve a terminar la frase y sabe que no es necesario.

[Valky]

Luego de que Valkyria atravesara el portal este se cerró. A su alrededor todo estaba oscuro y a pesar de que en el fondo sabía que eran solo segundos los que llevaba en ese mundo, el tiempo dejó de importar, en realidad lo único en lo que podía pensar era en su esposo, en que a pesar de no poder tocarlo, lo podría ver y hablar con él.

No le costó mucho encontrarlo ya que Bastian la estaba esperando, ella había retrasado aquel encuentro tanto como pudo. Intentó seguir su vida, intentó volver a sentir algo, intento no extrañarlo, pero todo se había quedado en eso, simples intentos, había fallado miserablemente en cada uno de sus esfuerzos por seguir adelante sin él, sin su compañero.

—Lo recuerdo… y sabes que no estoy aquí para eso… —respondió acercándose a él, deseaba poder tocarlo una vez más, tan solo una, pero sabía que eso era imposible.

De sus ojos empezaron a escapar lágrimas de felicidad por verlo nuevamente, había estado deseando eso desde el preciso momento en sintió que él se fue de su lado, desde el momento en que su conexión se rompió al igual que su alma.

—¿Recuerdas nuestros votos? —preguntó deseando poder acurrucarse en sus brazos para que él la consolara, para que le dijera que todo iba a estar bien y creerle como siempre lo había hecho. Pero no era así, en esa situación nada estaba bien.

—me dejaste sola, amor… me dejaste… — dijo limpiando las lágrimas con su mano. Por muchos meses había intentado odiarlo por haberle hecho eso, pero no lo logró. El dolor de perderlo y extrañarlo cada segundo no se lo permitió. —Ha sido una tortura… —añadió levantando la mirada, él siempre había sido más alto que ella.

—Es verdad que aquí hay paz… también deseo esa paz… tú eres mi paz —Sentenció la mujer que después de tantos meses de estar como alma en pena, se encontraba tranquila.

[Juliens]

~Bastian Karkarov

—Siento mucho por dejarte, pero no tenía alternativa.

 

No puede llorar, lo intenta. Tiene la sensación del llanto pero no siente las lágrimas en su rostro. Le molesta, él espera sentir el llanto, espera que soltar las lágrimas le quiten el dolor temporal que tener el portal abierto le causa. No es un mal dolor, lo sabe, es un dolor que esperaba sentir en cuanto Valkyria lo visitara.

 

—Little, Kelian, Ben, Will, tú mismo. Entregarme al traidor que corrompió la agencia era la única forma de salvarlos. Estoy seguro que ya dejaron de esconderse, estoy seguro que todos pueden vivir su vida. Entiendo que les dolió, entiendo que quizá incluso me odiaron por no luchar. Pero no tenía alternativa. También pienso en Harimau. Seguramente está triste, seguramente está dolido. Sin embargo ahora está completo.

 

¿Qué más puede decir? No lo sabe, está asustado mucho más que cuando estuvo de pie frente a sus asesino. Está más asustado que cuando soltó la varita mágica y golpeó contra el suelo.

 

—No te pediré que te quedes y aceptes la paz de este lugar...

 

 

 

~Hobbamock Graves

—En efecto, era una bruma —dice aún sonriendo.

 

Pero entiende que Eileen tiene razón en algo: quizá con las actividades que realiza debe considerar seriamente hacerse incontrable. Se imagina lo que puede suceder si en algún momento, encontrándose infiltrado, es visitado por una lechuza. Aunque comienza como una broma entiende que es una muy buena idea, lo anota en la mente.

 

Por un momento está tentado a decir que él tampoco esperaba encontrarse en ese lugar. Pero entiende que no es una buena idea, que todo lo que todo lo sucedido debe mantenerse en secreto. No teme por lo que le pasó, sino por lo que le puede suceder a Valkyria. Sabe que ella actuó por dolor y la perdona, no le guarda rencor. Sin embargo sabe que quizá lo que ella hizo es ilegal y tiene miedo por eso.

 

—La reacción de la profesora me pareció demasiado exagerada, tengo mis sospechas. Quiero entender lo que sucedió con Voldemort porque forma parte de nuestra historia. Quiero saber como subió al poder, que fue lo que hizo, a quien amenazó y a quienes mató. Porque quizá así entienda lo que sucede en la actualidad, quizá así podamos recuperar la paz.

Editado 20 de Abril del 2018 por Hobbamock Graves

[Valky]

Valkyria Karkarov.

 

Valkyria guardó silencio mientras él hablaba. Podía sentir el dolor en cada una de las palabras de Bastian, sabía que no le estaba mintiendo, que si no luchó era porque no tenía más alternativa y es que, para la pareja Karkarov sus hijos siempre habían sido su talón de Aquiles, su única debilidad, aunque siempre trataron de ocultarlo al final sus enemigos lograron acercarse lo suficiente para hacerles daño mediante ellos y lastimosamente lo habían logrado.

—Los niños están bien… ya no nos necesitan —le dijo, para ella sus hijos siempre serían sus niños, aunque todos ya eran mayores de edad y estaban descubriendo como vivir sus propias vidas —Little y Naunet son felices en otro continente, Kelian está a salvo con Amelie y los gemelos han sabido salir adelante sin tener ir a vivir en otro país —le contó. —Harimau ha quedado en buenas manos — añadió recordando al joven mago de ojos raros.

Ella misma se había encargado de cerciorarse de que todos estuvieran bien antes de ir a su encuentro. En realidad, Valkyria había arreglado todos sus pendientes y su elfina tenia indicaciones precisas de lo que debía hacer llegado el momento. No había dejado nada al azar.

—Esa decisión no es tuya amor… elegir quedarme o marcharme depende de mí — se acercó a él y estiró la mano hacía su mejilla como sí pretendiera tocarlo.

Al mismo tiempo el portal que había abierto se empezaba a cerrar, sabía lo que pasaría si lo cerraba con ella ahí dentro y por un instante sintió algo de miedo. Dio un suspiró y centró su mirada en su esposo, el miedo se disipó y fue sustituido por una paz que nunca antes había experimentado.

El portal finalmente se cerró y segundos más tarde el cuerpo de Valkyria sufrió una fuerte sacudida, como si aquel mundo la estuviera expulsando y es que era una intrusa ahí. Instintivamente cerró los ojos y bajó la mano en el momento justo, para su sorpresa pudo sujetarse con fuerza de la mano de Bastian. Su cuerpo fue expulsado del mundo de los muertos mientras que su espíritu, todo lo que era ella, se quedó junto a su alma gemela.

—Mi decisión siempre serás tú… siempre tú —le dijo abriendo los ojos.

En el Bratva, en el suelo frio de la parte subterránea yacía el cuerpo inerte de Valkyria, pronto sus elfinas más leales Osiris y Cirinde, se encargarían de cumplir con todas las indicaciones que les había encomendado varios días atrás.

[Ellie Moody]

—Bueno, lo cierto es que no tengo mucho tiempo aquí —dice Ellie, mientras rellena su vaso con lo que queda en la botella de hidromiel. Le gusta aquella sensación de ligereza que provoca el alcohol, aunque sea muy probable que sus movimientos no sean tan agraciados como los percibe; le gusta cómo todo pareciera ser más sencillo, más simple—, pero he notado mayor parte de los magos de por aquí son así. No les gusta hablar de "temas incómodos" —explica, dibujando las comillas en el aire—. Pero... ¿de qué podrías sospechar? —suelta, frunciendo el ceño.

 

Ellie es consciente de que su visión, tratándose de alguien que intenta ayudar a la Orden del Fénix, es bastante limitada; sin embargo, es consciente de que muchas personas que pertenecen a aquel grupo rebelde han sufrido muchísimo por esta guerra. Cuando piensa en la Batalla de Hogwarts, generalmente vienen a su mente imágenes difusas, lejanas, incapaces de hacerle daño; no obstante, tampoco pueden ser un motor de ánimo. En realidad, nunca ha pretendido que así fuese. Si está allí, intentando ayudar, no es por el pasado, sino porque lo que ha observado en el presente. Ha visto cosas malas suceder y nadie alzar la voz o hacer algo el respecto... nadie, además de ellos. Sin embargo, a pesar de ello, no siente que esté luchando una guerra o algo tan dramático; lo ve como una especie de acto benéfico, una obra de caridad, cuando aporta con sus conocimientos y sus habilidades para ayudar a alguien.

 

—Uhm...

 

Lo cierto es que nunca le interesó aprender sobre Tom Riddle, pero siempre había imaginado que debía existir alguna obra que relatara sus obras con el detalle que Hobbamock exige. Aunque, ahora que lo piensa un poco mejor, no está segura. Quizás, no sería bueno que cualquiera pudiera acceder a esa información.

 

—Supongo que tiene sentido lo que dices —admite, tras meditarlo brevemente—. «Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan» —recita, y entonces le da otro sorbo a su vaso de hidromiel—. Pero, si de verdad lo quieres ¿por qué no lo haces? Hoy en día, cualquiera con suficiente oro puede hacer casi cualquier cosa con magia —al llegar a Inglaterra, Ellie se dio cuenta de que, en la Universidad Mágica, es muy fácil ir y hacerse con habilidades y poderes sumamente poderosos, prácticamente con tan sólo pagar la cantidad indicada de galeones. El conocimiento es de quien pueda pagarlo—. Con el suficiente conocimiento de Historia de la Magia y Runas Antiguas, todo lo que necesitas es un portal. Aunque... —Ellie, por mucho tiempo, ha razonado que, una vez en el pasado, hay que hacer un portal al futuro para regresar al presente; si nunca ha intentado hacer aquello, es porque no es una Vidente.

 

»Qué extraño que Tom Riddle nunca escribió un libro sobre él o sobre sus ideas, como le gusta hacer a ese tipo de personas.

[Samantha Sokal]

Se acercó a la barra del bar con un suspiro. Se sacó la chaqueta de cuero y se sentó en una de las sillas tratando de relajarse.

 

Samantha adoraba el Departamento de Misterios pero a veces el trabajo allí se hacía difícil y la ponía nerviosa. Mucha tensión, y la posibilidad de que de un momento a otro cambiara la situación y hubiera que actuar con rapidez. O sea, no era muy distinto del quirófano de neurocirugía. A esta altura de su vida, la bruja escandinava ya estaba acostumbrada a trabajar bajo presión, aun así, había días mejores y días peores.

Llamó al barman y le pidió lo de siempre. El hombre le sonrió. Aunque hacía un tiempo que Sam no iba por ahí la había reconocido y le traería una botella sin inscripciones, de ese vodka tan fuerte que a ella le gustaba tanto, ese del cual ni siquiera se podía pronunciar el nombre.

Con la botella en su mano y tras darle un sorbo, ya se sintió mejor, casi como en casa, en su Dinamarca natal. Por un momento cerró los ojos y se transportó con la imaginación al salón de su torre en el castillo de Kronborg. Hasta el tiempo ayudaba. Afuera, Thor esta demostrando todo su poderío con una fuerte tormenta. No pudo evitar tocar el mjolnir que llevaba en el cuello.

 

- No dejes que nadie la pase mal, hermano- dijo mentalmente esperando que el dios del trueno la escuchase.

 

@@Brendon Ravenclaw

[Juliens]

Quizá todo lo que Ellie dice es cierto. Ya no piensa bien. Siente los efectos del whisky en su cabeza, como probablemente en poco tiempo su lengua se aflojará más de la cuenta y sus palabras causarán problemas. Por ello deja el vaso sobre la barra con un sorbo o dos, quizá después sea adecuado dejarlo totalmente vacío, por el momento es mejor no hacerlo.

 

—No me gusta jugar con el tiempo, el presente me parece bastante interesante. Si intento ir a ver la vida de Voldemort no me detendré en eso. Estoy seguro. Comenzaré a visitar los mejores momentos de mi vida, los años que viví en Brasil. Y me perderé, no quiero perderme.

 

Es algo que no le gusta admitir. Pero confía en Ellie y sabe que esa información acerca de él está seguro con ella. Aún recuerda sus primeros días en Gran Bretaña (incluso antes de acudir a la Orden del Fénix) cuando leyó sobre aquellos extraños poderes Uzzas. Recuerda haber imaginado el escenario perfecto. Vivir día a día los últimos momentos con su primer amor, con quién le enseñó la verdad de la vida.

 

—Te comprendo. He pensado lo mismo ¿Porqué no engrandecer su legado escribiendo sobre él? Y aunque he pensado en muchas posibilidades, creo que Riddle no esperaba morir. Él no creía necesita un libro o una historia para que el mundo admirara su grandeza. Su plan era vivir para siempre, dominar el mundo y ser reconocidos todos los días por sus súbditos.

[Ellie Moody]

Es extraño. Ellie es consciente de su capacidad para empatizar con las personas; no obstante, a la vez, también sabe que es la peor persona en cuanto a apoyo moral. Advierte la pena con la que Hobbamock manifiesta un temor y cree entender aquel sentimiento, pero no sabe qué puede hacer o decir. Hacer un comentario sobre el exótico lugar que debe ser Brasil no le parece que sea de mucha ayuda, ni tampoco el que no está segura de qué tan conforme esté con el presente para sentir aquel latente anhelo por el pasado.

 

—Je, ¿quién no lo haría? —consigue decir tras unos momentos, a pesar de que no es su caso; para ella, lo que vive ahora, son los mejores años de su vida. Sin embargo, está convencida de que, teniendo la oportunidad, conseguiría algún bache que evitar, alguna mancha que borrar. Ella es consciente de lo delicado que es el tiempo y lo fácil que puede manipularse (y lo peligroso que es hacerlo), pero ¿pensaría en ello, si viajara al pasado?— Aunque, no es necesario viajar literalmente en el tiempo para perderse en el pasado —añade por lo bajo, algo que normalmente no haría—. Es algo importante que recordar.

 

Piensa en tomar otro trago, pero advierte que su vaso está vacío. Quizás sea lo mejor calmarse, por lo menos por un rato. De todas formas, posa la mirada sobre él un rato, pues no es capaz de mantener contacto visual con otra persona por mucho tiempo.

 

—Puede ser, lo que decías de Riddle... —en realidad, es poca la información oficial que existe sobre Tom Riddle. Tras el curso de Historia de la Magia, Ellie se pregunta si no se deberá a que los mismos británicos, avergonzados, han hecho que así sea— Pero, de esa forma ¿no te parece que, el que todavía (aparentemente) hayan mortífagos que actúen en su nombre, entonces no tiene sentido? Si nunca le interesó dejar un legado, pues nunca pensó que sería derrotado, ¿cómo es que alguien puede actuar en su nombre? No creo que Tom Riddle haya dejado que nadie lo conociera mucho.

[Brendon Ravenclaw]

Su sobretodo lo protegía de las ráfagas de gotas que del cielo caían, los truenos y centellas adornaban el ambiente sombrío del callejón mientras el vikingo caminaba por los charcos de sus calles. Los londinenses se tapan y murmuraban mientras veían a Brendon pasar, con ese gran tamaño, el cabello largo y sus rasgos nórdicos daba mucho de qué hablar. Alzó el rostro aceptando la lluvia, cerrando los ojos y alabando al grandioso Thor por su regalo. Los dioses le sonreían, estaba en paz, incorporó su rostro al camino y sus orbes grises relucían entre las tantas tonalidades.

 

Iría por algo de beber, necesitaba beber con su nostalgia y recuerdos de cuando estaba en Suecia y les servía cual guerrero. Brindar en su nombre más de una cerveza y celebrar la gloria de Valföðr. Pasó por varios pero solo uno de ellos le llamó la atención, por nada en especial pues parecía igual a los otros. Todos tenían las mismas características de ciudad, el nórdico se había resignado a encontrar a alguien que compartiera sus ideales.

 

Pasó al Bratvá y dejó sus sobre todo escurriéndose en el perchero, caminó esquivando a un par de personas hasta la barra donde se sentó al lado de un dama rubia que bebía algo más fuerte que sus finos rasgos. Hizo un ademán al barman para que se acercara y le pidió de su mejor cerveza en su vaso más grande. Había venido a beber y no con otras intenciones, pero la mujer que se encontraba a su lado era hermosa.

 

Su cabellera rubia lucía sedosa y sus finos rasgos, a pesar de delicados lucían serios. Pero sin duda lo que más le sorprendió al sueco fue su tatuaje de mjolnir como collar, algo realmente inesperado. El barman trajo su cerveza y el nórdico pesó por unos segundos como hablar con la bruja.

 

—¿Así que las Valquirias están dejando el Valhalla? —Habló con suavidad esperando una buena reacción de la bruja— ¿O es que mi momento se acerca y vienes a advertirme?

 

 

@@Samantha Sokal