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Bratvá (MM B: 109195)


Juliens
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Tras una buen comida como la que yo he tenido ¿que he hecho? me he ido a un saloncito separado del resto para tomarme un te ruso digestivo en un samovar. Para los no iniciados, un samovar es como se llama al recipiente donde se toma el te.

 

El samovar es una combinacion de infiernillo, deposito de agua y tetera en una sola pieza. Parece mentira pero permite tomar grandes cantidades de te para varias personas por medio de un grifo que tiene en su parte inferior.

 

La delicia consiste en disfrutar de una velada, tomando un te miestras reposas sobre un sillon mullido. Esta claro que la digestion resulta mas agradable asi y mas si estas en buena compañia.

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Luna Delacour

 

 

Soltó un largo suspiro, sintiendo un retorcijón en el estómago, aunque no estaba segura si se trataba de lo que hacía poco había recordado o al hecho de que tenía un poco de hambre y no contaba con demasiado dinero como para poder comprarse algo por ella misma. Si tan sólo se dirigiera a la Delacour, de seguro la recibirían de forma acogedora y con diversos manjares preparados por los elfos de la casa ya que su madre no era demasiado diestra para la cocina…

 

¡No! las preguntas comenzarían, y eso sólo quería decir el que debería de recordar de forma obligatoria. No, su regreso podía esperar, aunque fuera unas horas. Sacudió enérgicamente la cabeza para despejarse al momento que el empleado que se hallaba del otro lado de la barra se acercaba para dejar su pedido. Pero no esperaba encontrarse con aquella extraña invitación.

 

Sus instintos fueron inmediatos, y giró su cabeza para ver a la persona que el hombre señalaba. El muchacho de cabello castaña sonrió levemente y asintió con la cabeza, confirmando que se trataba de él. No tenía aspecto sospechoso, ni de alguien que pudiese ser un acosador o algún tipo de pervertido, aunque de todas formas no era prudente aceptar aquella invitación, por lo que decidió no hacerlo.

 

Un ruido bastante notable a pesar de la música de ambiente que había en el lugar se dejó oír. Suerte que aún tenía puesta la capucha y nadie pudo ver su rostro al rojo vivo.

 

Sírveme el plato de la casa, por favor ― le pidió al cantinero, el cual rápidamente asintió y se dirigió a la cocina.

 

Para su suerte, no tardaron demasiado en traerle un plato considerable de comida. O por lo menos considerable en proporciones para ella. y comió, bastante rápido para tratarse de una mujer, y aunque era consciente de que los comensales de los alrededores la miraban de reojo, no le interesaba demasiado, ¡hacía meses no comía algo tan delicioso!

 

A los pocos minutos, su plato quedó vacío, y sólo en ese momento tomó la bebida que había pedido, que sorprendentemente le resultó delicioso. Mientras seguía saboreando su trago, observó de reojo al hombre a través de la capucha. Parecía no prestar demasiada atención a su alrededor, y en realidad esperaba que no la hubiese visto.

 

Disimuladamente se movió un poco, pero al ver que el otro seguía igual, decidió moverse un poco más. Una silla a otra, fue acercándose lo más discretamente que pudo, hasta quedar una silla vacía entre ellos. Sólo en ese momento hizo evidente que lo observaba y, como un gesto de respeto, se quitó la capucha, descubriendo su cabello largo y algo enmarañado, como así también su rostro más delgado de lo normal, pero con una mirada un poco más viva ahora.

 

Muchas gracias por la invitación, ― le habló al fin ― pero de todas formas prometo pagar por lo que coma mañana mismo, ¡lo prometo!

 

 

 

@@Darian Mcnair

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Al parecer la joven dudo un poco sobre mi invitación a comer, pero un curioso ruido proveniente de su posición la hizo cambiar de parecer. Echando miradas rápidas vi como la joven devoraba su cena, sonreí contento al ver que se alimentaba enérgicamente. Habia vivido mucho tiempo con los Gryffindor y la hospitalidad que tanto los caracteriza se me había hecho habitual, satisfecho de que la joven se alimentaba mire al empleado y le hice una seña para que me sirviera una medida de whisky..no era de todo mi agrado, pero hoy no era una noche normal.

 

 

Dejando a la joven tomar su cena lejos de mi mirada curiosa, volví a mirar el mismo punto fijo que había sido mi portal a mi propia mente... "​Que quiero? Que busco? Tanto vació puede haber dentro de mi? " ese tipo de preguntas nublaban mi mente al mismo tiempo que la música de Jazz que armonizaba el lugar iban tomando rumbos diferentes dentro de mi mente. Pase a estar en el estado en que todo hombre puede entrar y salir a voluntad, el estado "nada" cuando la mente se desconecta del cuerpo y solo nos limitamos a las funciones motoras básicas.

 

 

 

Durante ese estado de no pensar absolutamente nada, no adverti que la joven ya no se encontraba en su silla original sino que se había acercado hasta quedar a una silla de distancia conmigo. Se quito la capucha y al fin pude ver su rostro al mismo tiempo que su cabello largo y algo enmarañado caía por un costado de su hombro. La joven era de figura delgada y curvilínea, podía notar que que era bastante mas pequeña que yo y sus ojos eran de un café muy oscuro, también pude observar que no habría mucha diferencia de edad entre la misteriosa joven y yo. Ella debería tener entre diecisiete y veinte años, arriesgaría unos dieciocho ya que parece que ha viajado. A pesar de estar vistiendo una capa de viaje, se notaba que la joven era muy hermosa...

 

 

Ella habla y me agradece por la invitación a cenar prometiendo que mañana pagaría por lo ingerido, una pequeña risa broto de mi garganta..

 

 

- De nada, me alegra que hayas aceptado y no, no me debes nada, es una hospitalidad de mi parte hacia ti y no aceptare nada como forma de pago - le comente entre divertido y serio - Parece que estas viajando, yo también estuve viajando y se lo que es un buen plato de comida caliente, perdón si te juzgue rápido, pero intuí que te vendría bien algo caliente para degustar. - haciendo una seña al barman le pido que se acerque.

 

 

- Por cierto, me llamo Darian, Darian Mcnair... Quieres beber algo mas? pídelo sin miedo, el local pertenece a mi prima y su marido y a quien te esta hablando - sonrió un poco, era la primera vez que lo decía a un cliente..aun que ella no fuera necesariamente un cliente, sino mas bien, una invitada, que aquel lugar también me pertenecía como dueño - Si quieres puedes quedarte y beber algo conmigo, no pienses mal.. - dije temiendo que sonara a una especie de "cita" - Me vendría bien alguien con quien hablar... - baje la mirada al vaso que tenia en mi mano sin poder evitar que la amargura se adueñe de la ultima frase. Ella era una completa desconocida, pero por alguna extraña razón mi intuición me decía que podía confiar en ella, no sabia porque, pero había algo familiar en aquella joven.

 

 

 

@@Mei Black Delacour

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Me siento perezoso tras una buena comida y un riquisimo te. Tambien me gusta sentirme lleno para poder disfrutar de mi estancia en el Callejon Diagon. Pero no puedo estar eternamente en el local, es menester salir a que me de el sol o acabare teniendo complejo de vampiro.

 

Asi que me he desperezado y estirados las piernas, abonado el total de las cosumiciones y salir a tomar el aire. ¿Que me apetece ahora? ¿Quizas una limonada? No lo se, que mis pasos me lleven y yo me dejare llevar...

 

Esa ha sido siempre mi politica, no voy a cambiar.

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Luna Delacour

 

 

Por un momento, por un ínfimo momento, olvidó todo lo que había visto, todo lo que había tenido que ver, y un atisbo de la vieja Luna volvió: al oír la negativa de aceptar el pago o alguna forma de devolución, infló los cachetes y puso mala cara. No le agradaba no pagar por lo que acababa de comer, no es como si le faltase dinero precisamente, su familia tenía bastante, aunque el haberse mantenido lejos de ellos por más tiempo del previsto le había jugado en contra tanto a ella como a su hermano.

 

Aún contrariada por las palabras del hombre y fulminando con la mirada al asiento vacío que tenía a su lado, permaneció de esa forma un momento antes de que el muchacho volviese a hablar.

 

Darían Mcnair, ¿estaría relacionado con los Macnair? No, su apellido suena levemente distinto, además, no tiene la pinta de pertenecer a aquella familia. Lo observó detenidamente, adquiriendo un rostro más relajado ahora, notando el aire decaído que rodea al hombre, casi como derrotado.

 

Lo observó por un momento a pesar de que había dejado de hablar. No era una muchacha que habituara sentarse a tomar una copa con un completo extraño, sino más bien todo lo contrario, su instinto le impedía hacer eso muchas veces. Con los únicos hombres que había hecho eso hasta el momento eran Hades, su padrino, Henry, su hermano gemelo, y Dimitri, el mejor amigo de su padre Luca y amigo de ella también.

 

Lo meditó por un momento, sin estar del todo segura. Fue entonces que entendió por qué había notado su aura. Lo reconoció, como cualquiera de los suyos lo hacía siempre, claro, siempre que prestaran atención a aquel detalle. Eso le inspiró un poco más de confianza.

 

No sé qué tan buena compañía pueda ser en este momento, ― habló al fin, volviendo a acomodarse sobre la silla para mirar al frente de la barra ― tal vez en otra circunstancias sí, pero ahora no mucho… Quiero decir, ¡en otro momento de tiempo, de ánimos! Claro, claro ― aclaró rápidamente al percatarse de que podía confundirse su frase, sintiendo vergüenza inmediatamente.

 

»Ah, lo siento, no me he presentado. Me llamo Luna, y gracias por la invitación y el ofrecimiento. Pero como dije, no creo que sea buena compañía, no creo que pueda hacer mucho para… ayudarte ― finalizó de forma vacilante. No sabía si tutearlo o no, pero no estaba acostumbrada a aquellos tratos, por lo general era muy informal.

 

 

 

@@Darian Mcnair

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He vuelto al local, pero esta vez solo al bar, me urge hablar con uno de mis agentes. Estaba tomando un vodka con un poco de limon cuando mi agente entro.

 

- Buenos dias, Señor.

 

- Buenos dias ¿hizo lo que le pedi?

 

- Si Señor.

 

- ¿Desea tomar algo?

 

- Lo mismo que usted, gracias.

 

El camarero vino y le sirvio lo pedido, luego quedamos solos.

 

- ¿Y bien?

 

- Tenia usted razon, comisionaron a un elfo para que le investigara.

 

- Sin resultado, espero.

 

- Asi es. Su identidad sigue a salvo. Hay un detalle...--- ojeo unos papeles--- el Ministerio sabe de su presencia aqui y quizas mande un auror para seguirle.

 

- Quiero que vaya al Ministerio y que les comunique que deseo permanecer en el incognito, nadie debe saber que estoy aqui.

 

- Bien, Señor.

 

- Puede irse, si le necesito le llamare.

 

Me quede solo, el Ministerio deberia ser mas discreto, de todas maneras ya he tomado mis medidas.

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Luego de mi ofrecimiento la joven se tomo unos minutos para reflexionar sobre mi ofrecimiento pero al final hablo y alego que no podía ser una buena compania y menciono algo sobre en otro tiempo, un rápido pensamiento se cruzo por mi mente y me hizo pensar un poco, pero lo deje de lado con la misma velocidad que apareció.

 

 

- Encantado Luna, puedes decirme Darian por si te incomoda llamarme por mi apellido, de echo, todos me dicen por mi nombre de pila - comente mirando hacia adelante - No te ofendas, pero no busco ayuda, ayuda seria par alguien que esta en apuros.. y yo no me encuentro necesariamente en un apuro, sino mas bien un bache. De nada, viví mucho tiempo con los Gryffindor y digamos que su hospitalidad se me arraigo bastante.-

 

 

- Parece que haz viajado, si es que quieres.. cuéntame por donde has viajado.. yo tambien viaje mucho tiempo y conoci mucho gracias eso, Jhon, sirveme algo mas suave y a la señorita sirvele lo que te pida - finalice dejando mi vaso vacio y girando mi cabeza hacia la joven y prestar atención a lo que iba a responder

 

 

@@Mei Black Delacour

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Algunos de vosotros quizas piensen que soy alguien que intenta eludir al Ministerio porque he vulnerado la Ley. No, la respuesta es mas sencilla, lo eludo porque me gusta la privacidad, y tambien porque tengo los suficientes contactos a alto nivel que me garantizan una estancia aqui lo mas discreta posible.

 

Asi que acabo mi vodka, saboreo un poco la bebida que acabo de tomar y, con paso tranquilo y sin prisas salgo a la calle. Y alli esta, tras una esquina, un auror haciendose el despistado. No me va a ser muy dificil darle esquinazo, esto va a ser divertido...

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Luna Delacour

 

 

A veces aunque sólo estemos en un bache, la ayuda puede servir más de lo que esperamos. Si nos dejamos ayudar, claro.

 

Sonaba a un hombre derrotado y sin ganas de seguir con el día a día de su vida, arriesgaría a pensar que incluso más que deprimido.

 

A medida que hablaba lo escuchaba atentamente, aunque observando de forma distraída el ir y venir de algunos empleados del lugar, hasta que oyó la pregunta directa que le hacía, sólo en ese momento volví a centrar su mirada en él.

 

¿Hablar respecto a su viaje? No era algo que pudiese hacerlo, no había lugar para ello, el motivo de aquel viaje y todo lo había buscado y descubierto era un secreto que sólo compartía con su hermano, no porque quisiera, sino sencillamente porque algo mucho más fuerte les pesaba. La carga de lo que pudiese suceder. Pero sí podía responder un poco a su intento de charla con la parte más trivial de ella.

 

De hecho varios lugares. Egipto, el norte de Sudán, Perú, entre otros. Nuestra última parada fue en Argentina, donde pasamos un largo tiempo antes de emprender el viaje de regreso. Gracias, sólo quiero una bebida gaseosa, por favor ― le dijo al muchacho que se acercó para tomar el pedido de Darian ―. Han sido largos meses. ¿Y tú? ¿Eres de por aquí? ― inquirió, echando una rápida mirada a su alrededor, notando la temática rusa que invadía el bar.

 

 

 

@@Darian Mcnair

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Me dirijo resueltamente hacia el auror y lo pillo desprevenido.

 

- ¿Asi que me estas vigilando? Pues no eres muy bueno, la verdad...

 

- Yo cumplo ordenes.

 

- Vale. Hagamos una cosa, pasa conmigo y te invito a un vodka.

 

- Yo soy insobornable.

 

- No seas tonto, es una invitacion y luego hablamos delo que tu quieras.

 

- ¿Sin trucos?

 

- Naturalmente.

 

Los dos pasamos al local, desde luego iba a ser divertido.

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