Jump to content

Historia de la Magia. El Inicio del Fin.


Keaton Ravenclaw
 Compartir

Publicaciones recomendadas

http://i.imgur.com/n6Gbict.png

--¡Qué si! Demonios, tu nunca estás de acuerdo con lo que nos mandan a hacer día con día. Estoy harta de tener que estar a tu contentillo, desearía, en verdad, poder trabajar sola, sin tu pésima compañía --Decía la Catrina a una alta figura encapuchada que se encontraba a su diestra.

--Ay, Catri, tu siempre tan dramática. Entiende que hay humanos a los cuales no vale la pena quitarles la vida así como así, pueden hacer más cosas vivos que muertos --Dijo aquella figura quitándose la capucha. La cara era la de un hombre demacrado pero bastante sonriente, aunque había un detalle, solo había carne en la mitad de su cabeza, la otra mitad era solo el cráneo, blanco, pulcro y muy limpio.

--¡¡ES QUE ENTIENDE QUE ESO NO ES DECISIÓN TUYA!! Servimos a una fuerza mayor, solo seguimos órdenes, nos dedicamos a llevar al otro mundo a personas que ya han cumplido sus misiones en el mundo terrenal. ¿Acaso quieres que dejemos a todas las criaturas vivientes gozar de inmortalidad? ¡¡NOS QUEDARÍAMOS DESEMPLEADOS!! A parte de que el mundo no aguantaría tantos seres vivos. Entiende, hay que hacer esto sin tentarnos el corazón. Por eso estás adquiriendo humanidad, ¡ve tu cara, por Dios! Estás corvirtiéndote en aquello que prometimos jamás volver a ser, Dough --Le reprochó la Catrina.

La Historia de aquellos dos seres era larga. Eran la pareja que se dedicaba a terminar con la vida de los seres vivos que ya habían cumplido su tiempo en la tierra, eran, en conjunto, la muerte. La Catrina era la dedicada a llevarse al más allá a las almas de quienes habían perecido en conflictos bélicos, en disputas políticas o sociales, básicamente en cualquier conflicto violento. Dough, por el contrario, era el encargado de llevarse a las almas de los accidentados y de los que fallecían por muerte natural. Era un trabajo algo pesado pues tenían a veces que emplear giratiempos para llegar a la hora exacta. En un día normal fallecían por lo regular de 45000 a 203000 personas, eso en condiciones normales, pero cuando había ataque bélicos, a veces Dough tenía que ayudar a la Catrina porque ésta no se daba abasto.

Sin embargo, Dough había veces en las que no realizaba su trabajo debido a que analizaba por horas a la persona que se tenía que llevar y concluía que servían más vivas que muertas. Casos extraordinarios desde las Antigüedad quedaban reflejados en este paso de seres humanos (tanto muggles como magos) que se libraban de la muerte gracias a que Dough se portaba condescendiente con ellos. Casos como el de Aristóteles, Platón, Julio Céser, Alejandro Magno, Carlomagno, incluso villanos como Hitler, Mussolini, Voldemort... pero tal vez al mago que más cuidado había proferido era a Harry Potter.

Catrina y él habían discutido por su muerte por años y años, incluso, Dough fue el encargado inclusive de dar a los antepasados de Potter las Tres Reliquias de la Muerte y hacerlo, al final, el Señor de la Muerte. Era una historia curiosa, algo descabellada pero que ningún ser humano, mago o muggle, tenía por sabida. Las constantes peleas entre La Catrina y Dough eran veces muy acaloradas, lo cual a veces se reflejaba en la cantidad de muertos que podían llegar a llevarse. Casos como el de la peste negra, habían sido consecuencia de una de estas discusiones.

--¡Desearía que dejaras de estorbarme y que todo fuera fácil a la hora de cumplir nuestro trabajo! --Dijo furiosa La Catrina antes de salir hacia una pequeña ciudad en Siria que acababa de ser bombardeada.

¿Han escuchado la frase de "Ten cuidado con lo que deseas? Pues bien, ese es el tema de este día. Dough miró la lista de aquellos por los que tenía que ir aquel día, el primero, era un integrante de la Comunidad Mágica, el cual, fallecería en el Ateneo de Conocimientos de la Universidad Mágica de Inglaterra a las 12:25 del día.


~+~



El sol de aquella mañana, se alzaba poco a poco por el horizonte, pintando de bellas tonalidades la bóveda celeste. Aunado a ello, unas gélidas corrientes de aire se dejaban sentir por todo el país bretón. El inminente arribo del invierno se dejaba sentir ya con todas sus fuerzas, vaticinando que aquel año sería uno de los inviernos más fríos de los últimos tiempos. Muchos magos, brujas y muggles del país estaban empezando a sacar de sus armarios las capaz, bufandas y guantes para protegerse de aquel frío amanecer, pues a parte, en el norte, se veía venir una tormenta, ¿sería la primer nevada de invierno?

En Ottery St. Catchpoĺe, en las afueras, se alzaba, aún majestuoso, el Castillo de los Ravenclaw. Dentro sus muros, el patriarca, Keaton Ravenclaw, se alistaba para sus actividades de aquel día, que entre muchas cosas, incluía comenzar con su clase de Historia de la Magia correspondiente al mes de Noviembre. Pese al gélido clima, las ventanas de su habitación se hallaban abiertas de par en par dejando entrar las frías corrientes de aire, mientras él andaba en boxers buscando sus ropas. No era de mucho taparse, ser un vampiro le ayudaba a tener una piel tersa pero a la vez blindada de las inclemencias del clima.

--Lancy, ¿me traes de favor la ropa que se quedó planchada a noche en el cuarto de lavado? A penas recordé que allí la dejé --Pidió con amabilidad el ojiverde a su elfo doméstico, el cual, obedeció de inmediato.

Al cabo ya de unos minutos, Keaton se hallaba ya completamente ataviado. Unos jeans ajustados cubrían sus piernas marcando así aquello que había estado trabajando en sus ejercicios diarios, una playera de mangas largas y cuello de tortuga color azul cubría su torso y una gabardina negra le cubría de hombros a tobillos mientras que una bufanda con los colores de los Ravenclaw adornaba su cuello. Lucía bastante bien, el estar realizando actividades físicas le había sentado de maraculla. Pero aquel no era el momento de ponerse a contemplar su cuerpo en el espejo. El reloj marcaba las 9:00 de la mañana ya y debía apresurarse, tenía que ir al Ateneo y prepararlo todo, aquel mes él y sus alumnos irían a las antiguas ruinas de los templos nórdicos en Noruega para aprender algo de los magos de esa región.

Así pues, tras haber llegado mediante aparición a su aula en el Ateneo, Keaton se dirigió a su escritorio y redactó una nota que multiplicó con un movimiento de la varita. Cada una de estas notas viajaría hasta cada uno de los estudiantes que tendría aquel mes, citándolos a las 12:00 en punto del día. En la nota se aclaraba que debían ser puntuales debido a que se realizaría un viaje de campo. Así pues, y mientras sus alumnos llegaban (les había dado tres horas para arreglarse y que no se quejaran de que les avisaba a la mera hora), el vampiro se puso a leer un gran tomo de hechicería nórdica, básicamente para brindarles a sus estudiantes una mejor experiencia de clase.

En ese momento, el pelinegro sintió que había alguien más en el aula aparte de él, pero como era una sensación que tenía a veces, lo dejó pasar. El destino de aquella clase de Historia de la Magia no sería el que el Ravenclaw había programado, la Muerte le tenía otro futuro planeado a la misma. Dough rondaba ya en los alrededores esperando a que todos los que tenían que llegar al aula lo hicieran y así poder ejecutar su plan. El destino de clase estaba en su Oz. Editado por Keaton Ravenclaw

YTJke.gif  ~+~ uGSfO2w.gif

LMqjPAM.jpg

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Vamos a inscribirnos a Historia de la Magia.

Emily le lanzó un formulario a Goderic, que estaba sentado en la mesa del estudio que Sally había dejado vacío para que lo usaran todos en la familia. Su intención no había sido ser grosera -aunque con Goderic no le importaba serlo- sino darle énfasis a que no era una opción, que no iba a recibir un no por respuesta. Era algo que ambos habían aplazado y que necesitaban para poder usar el haz de la mejor forma posible.

Ya se había tomado el trabajo de llenar todos sus datos,y de inscribirlo. Lo único que tenía que hacer era firmar para dar el consentimiento de descuento en gringotts. Mil galeones para él no debían significar demasiado, más si sabía del poder que podrían conseguir combinándolo con sus conocimientos de runas antiguas. Sonrió complacida cuando su tío tomó la pluma y escribió su nombre en él. Sería una buena clase.

Por cierto, ya cámbiate que empieza hoy mismo —le dio la nota que Keaton les había enviado unos minutos antes —Te espero.

Con la sonrisa aún más grande, salió de la oficina a buscar unas cuantas cosas: amuletos, anillos y, por supuesto, su varita mágica, que reposaba tranquilamente sobre su velador. Se puso un abrigo grueso pues el frío la afectaba cada vez más y bajó para encontrarse con su tío. Como estaba animada ese día, le dedicó una sonrisa y le ofreció su brazo para poder salir y desaparecer en conjunto.

Vamos bien ¿no? —preguntó, mirando a su muñeca y notando que había dejado el reloj en casa.

Tenían que estar allí a las 12 en punto para poder salir a un viaje de campo, o algo así decía la nota. Le agradaba la idea de que historia no se desarrollara únicamente leyendo libros o que el profesor fuera como Binns, el fantasma que solo recitaba unos cuantos fragmentos de distintas obras, pero que nunca levantaba la cabeza ni para mirarlos. Ese temor había hecho que aplace el tomar ese conocimiento.

Hola, señor Ravenclaw — saludó de lejos Emily a Keaton mostrándole una sonrisa.

Había atendido varias veces al hombre en el Magic Mall y luego se habían visto un poco más en el mismo mall pero ambos como empleados. El aula del ateneo al que llegaron era tradicional. Casi nunca habían recibido las clases en el mismo lugar donde los citaban, por lo que no buscó un lugar cómodo, sino que se sentó en una de las sillas que estaban en las primeras filas, esperando a que sus demás compañeros lleguen.

fwb3AQB.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Se levantó de golpe. No recordaba haber soñado algo pero su súbito despertar se debía a la presencia de Garfield quien le había lamido su mejilla para traerlo de vuelta a la realidad. Le acarició detrás de las orejas. Cualquiera estaría enojado de ser despertado de aquella forma pero Goderic no podía enojarse con aquella criatura, de hecho, no recordaba ni una sola vez que estuviera molesto con el tigre de bengala. Lo acarició una vez más antes de levantarse a realizar sus labores diarias.

Caminó a una de las habitaciones que se encontraban desocupadas y que se utilizaban como oficinas. Esta vez no se encontraba inmerso en un libro por razones de trabajo sino más bien seguía investigando al respecto de la Historia del Concilio de Mercaderes. La conocía muy bien pero debía repasarla para no olvidar ningún detalle que sirviese como pista para lograr su cometido.

Por lo mismo no rechazó la invitación de su sobrina a inscribirse a la clase de Historia de la Magia. Había leído bastante sobre el pasado como para considerarse un autodidacta en el campo pero la guía de un profesor nunca venía mal. Lo cierto que en el fondo tenía la esperanza de encontrar alguna información útil para la investigación que había estado llevando a cabo los últimos años, aunque bien sabía que aquello era más bien improbable. Lo creía imposible aunque la fé no era algo que se pudiese controlar.

A pesar de quedar algo de tiempo antes de dirigirse a Ateneo para la clase, no cambió demasiado su vestimenta. Solo agregó un polerón negro sobre su camiseta blanca para así cubrirse del frío. Buscó entre sus pertenencias su monedero de piel de Moke, sus anillos y amuletos, y se los colocó con cuidado. Por mera costumbre no salía de su casa sin ir extremadamente armado, incluso llevando su amuleto de la resurrección para casos de emergencia.

Tomó no de muy buenas ganas el brazo de su sobrina para desaparecer de ahí, pensando en que podría haber sido una mejor idea utilizar un portal para moverse más cómodamente. Iban bien en la hora, confirmando la pregunta que Emily le hacía. El profesor había dado énfasis en llegar a la hora pues iban a realizar un viaje de campo. Solo esperaba que dicho viaje no se complicara demasiado aunque no temía pues iba preparado para todo.

Hola Keaton — saludó luego de su sobrina.

No sabía muy bien cómo actuar, después de todo como miembro de la Logia Eligentium era el superior de quien ahora era su profesor. Tampoco creía necesario ser extremadamente formal, la verdad Goderic no recordaba haber sido formal con ningún profesor de conocimientos. Acompañó a Emily sentándose a su lado mientras esperaban que sus compañeros llegasen. Rezaba porque no fueran muchos y que fueran agradables. No tenía deseos de ver magos incompetentes, engreídos o a sus enemistades en dicha clase.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Bridget despertó ese día casi de golpe, el sol ya iluminaba su habitación en el Castillo Black desde una delgada ranura que dejaban ver sus cortinas de seda. Por un momento creyó que se le había hecho tarde, sin embargo miró con rapidez al reloj que colgaba de la pared de en frente y este daba las 9:30 am. Pipoca, su elfina, tan eficiente como siempre, apareció en ese momento con su chasquido característico, llevando sobre sus brazos una bandeja con un vaso en medio, que obviamente contenía su desayuno. La pelirroja se acomodó de manera que pueda beber el líquido sin tirárselo encima y cogió el vaso con cuidado. El espeso fluído paso por su boca y paulatinamente le dio la energía que necesitaría por el resto de la mañana. Aquella era una mezcla de varias infusiones y gotitas de algunas pociones revitalizantes que le había pedido a Pipoca que preparara con jugo de calabaza.

En cuanto acabó con su contenido, le devolvió el vaso a la elfina, que a su vez le señaló con la cabeza a una silla junto a su cama, que tenía encima su atuendo del día. Bridget saltó de la cama y corrió hacia el cuarto de baño para darse una ducha rápida. Tan solo un cuarto de hora después estaba saliendo envuelta en una toalla. Tomó las prendas que Pipoca le había acomodado y se vistió sin apuro. Se trataba de un vestido verde esmeralda en material de gamuza, ajustado por la cintura, remarcando su silueta más de lo normal y con las mangas largas. La falda le llegaba solo hasta las rodillas, pero como afuera se empezaba a sentir el invierno, se puso unas gruesas medias y unas botas altas de tacón bajo.

Fue a mirarse al espejo y después de comprobar de varios ángulos que se veía espléndida, tomó un colgante de serpiente del pequeño perchero que ella misma había fabricado. Tomó su varita que estaba sobre la mesa de noche y después de hacer unas florituras apuntando a su cabello, este quedó relativamente seco y cayendo en sus conocidas ondas rojizas sobre su rostro. Abrió el cajón de la mesita y tomó una pequeña caja musical, que al abrirla descubrió una especie de esponja circular, apuntó a esta con su varita y después de otro par de movimientos, la esponja maquilló su rostro con suaves tonos naturales y su boca de color carmesí, en combinación con sus cabellos.

Perfecta —dijo en voz alta, admirándose en el espejo y sonriendo ampliamente.

Mientras cogía su bolso del perchero junto a la puerta de su habitación, atinó a ver un sobre que seguramente su elfina le había dejado mientras estaba en la ducha. Lo abrió cuidadosamente y leyó su contenido, era de la Universidad, indicando la hora de inicio de su clase de conocimientos: Historia de la Magia. Miró sobre el hombro hacia el reloj de pared y concluyó que estaba aún en tiempo. Tomó una gruesa capa de invierno del armario, que le llegaba casi hasta las pantorrilas, y con un movimiento rápido la colgó de sus hombros. Antes de salir se agachó y guardó su varita en el interior de su bota derecha y rápidamente se dirigió hacia los jardines Black, donde desapareció hacia su destino.

La Black apareció de golpe muy cerca del territorio de la Universidad, tambaleándose pero recuperando el equilibrio rápidamente. Enrolló la capa a su alrededor, escondiendo los brazos y su bolso debajo de esta, de manera que era una oscura silueta avanzando por los jardines. No era la primera vez que estaba por ahí, sin embargo había pasado muchísimo tiempo, casi un año para ser exactos. Encontró su aula fácilmente, y antes de entrar tomó una gran bocanada de aire para ser lo más amigable que le permitía su actual estado emocional.

Buenos días —saludó alegremente, consciente de que todavía no daban las 12 del mediodía. Adentro ya se encontraban dos de sus compañeros a quienes no conocía (o no recordaba) y el que seguramente era el profesor, sentado en el escritorio delante del aula. Les sonrió con algo de timidez y luego tomó asiento en uno de los bancos de la primera fila. Sus ojos azules comenzaron a escudriñar cada rincón del salón.

SemperFidelis

http://i.imgur.com/U0xEmp8.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- La magia es poder - era el mantra que me repetía cada vez que recordaba el porqué me había inscrito a Historia de la Magia- el conocimiento, es poder - y así rumiaba por lo bajo en mi habitación del castillo Rambaldi, mientras rebuscaba las prendas que llevaría ese día a clase. También era cierto que, si quería viajar al pasado, necesitaba de ese título universitario.

 

Rebuscaba entre las prendas cuando mi elfina se apareció en mi cuarto. Me molestaba mucho que no lo hiciera sin anunciarse, pero sabía que a pesar de los años, jamás cambiaría. Bufé cansada.

 

- Ama, ha llegado ésto para usted - me dijo y me tendió un documento. Lo leí, y asentí con la cabeza. Me indicaba la hora de inicio de la clase.

 

- Al menos, aún es temprano - murmuré yo, al ver cómo en el horizonte el sol aún no había salido. El despertador marcaba todavía las siete de la mañana. Pero en la habitación había indicios de que había estado ocupada, mezclando ingredientes de pociones y demás enseres para la práctica de esa "habilidad".

 

- Ordena todo eso, ¿quieres? - le mandé a Galadriel, asintió con la cabeza mientras yo, iba a darme un baño relajante. Después de media hora, tenía las prendas encima de la cama recién hecha, con la mesa recogida y las ventanas abiertas de par en par, haciendo que el fresco de la mañana entrara para que airease el cuarto, de los fétidos humos del caldero en el que estaba practicando.

 

Recogí varios pergaminos, plumas y tinta y los metí en el monedero de piel de moke, que ya estaba lleno con bastantes galeones. Además de eso, todos los objetos de los libros de hechizos que había estudiado, además de esos pesados tomos, los incluí en el morral de cuero.

 

Até mi pelo en una cola de caballo alta, y me fui poniendo mis prendas interiores, además de unos tejanos, botas de piel de dragón, camiseta y una cazadora de cuero. Tomé la varita de álamo que reposaba encima de la mesilla de noche, al lado del despertador, y cuando vi el reloj, me di cuenta de que faltaba media hora para que diese inicio la clase.

 

Apuré en meter una petaca de whisky de fuego además de una pitillera de plata, en el monedero cuando estuve lista lo puse al cuello y agarrando mi arma mágica, me desaparecí del castillo hasta que llegué a la Universidad.

 

Tuve que poner una pantalla en mi frente, porque el sol ya estaba en su auge, sabía que era por encantamiento y que así se mantendría todo el tiempo, pero nunca me acostumbraría. Odiaba el calor y soportaba mejor las temperaturas frías.

 

Fui caminando lentamente hasta llegar a la clase. Cuando entré ya vi que había unas tres personas en su interior incluído el profesor.

 

- Lamento llegar tarde. Buenos días - dije a mis nuevos compañeros de clase.

 

Me dirigí hacia a uno de los pupitres que no estaban muy alejados de la mesa del tutor, y esperé ansiosa a ver lo que nos depararía ese día.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Hacía tiempo que no se anotaba para adquirir un conocimiento y siempre elegía anotarse en esos conocimientos que le servían en el departamento pero por primera elegía un conocimiento por puro conocimiento porque le gustaba la historia y quería seguir conociendo mas la historia del mundo mágico.


Me encontraba en mi habitación del castillo Croft algo solitaria viviendo ahí pero tal vez muy pronto se mudaría a vivir a la mansión de su madrina para no sentirse tan sola, sería un día muy frió no faltaría mucho para que comenzara a caer la nieve , llevaba puesto un vestido grueso azul, y me puse una media gruesa junto con unas botas medias bajas , cuando en eso veo que entra mi elfina que trae una nota.


- Ama Mary llego una nota para uds


Y cuando me entrega la nota, veo que es una nota del profesor que nos decía que debíamos estar a la clase de historia de la magia 12:00 hs y debíamos ser puntual y solo faltaba media hora para la clase , sabía que era una clase en la habíamos varios estudiantes queriendo aprender más de la historia.


- Isis tráeme el abrigo que debo ir a mi a aprender un nuevo conocimiento y mi elfina muy eficiente me trae un abrigo largo negro y una bufanda para que me protegiera del frió , además de unos pergaminos y pluma para poder sacar notas en las clases.


Salgo del castillo y desaparezco para aparecer en los terrenos de la universidad y poder tomar el conocimiento de esta , la aparición era de los modos de viaje que menos me gustaba siempre me dejaban algo mareada.


- Buenos días faltaba poco para ser las 12 y ya había algunos alumnos presentes , espero no haber llegado tarde a la clase y me voy a sentar a unos de los pupitres que tenia cerca de la puerta

http://i.imgur.com/CGWCYY0.gifhttp://i.imgur.com/0lF1p7Y.gifhttp://i.imgur.com/3QRpLXP.gif
CiPIgv5.jpg
http://i.imgur.com/OjQFQY0.gifhttp://i.imgur.com/TZgSflD.gifhttp://i.imgur.com/OUocR8U.gif
Animarium-hotel para mascotas

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Envuelta en una túnica negra Karkarov caminaba muy aprisa en busca de su aula de clases, llevaba uno minutos de retraso, la impuntualidad era uno de los defectos que tenía la hechicera, jamás podía llegar a tiempo a una reunión. Mucha veces calculaba mal el tiempo que le tomaba llegar, otras olvidaba por completo que tenía que ir a algún lugar y otras veces se entretenía más de lo debido en hacer diferentes cosas. En esa oportunidad había perdido demasiado tiempo visitando a una vieja amiga, prácticamente se le había ido toda la mañana en ponerse al día con sus respectivas vidas.


La nota con las respectivas indicaciones para la clase habían llegado con varias horas de anticipación, pero para Valkyria habían sido muy pocas. > iba pensando. El atuendo que llevaba puesta sin duda alguna no era el adecuado. Vestido ajustado al cuerpo, escote redondo, mismo que le llegaba un poco por debajo de su rodilla y era en color verde oscuro, zapatos de tacón negros.


Una vez estuvo frente a la clase se vio tentada a dar media vuelta y tomar la clase en otra oportunidad, pero le había prometido a Keaton que asistiría y ella era una mujer de palabra. Dio un leve suspiro y toco la puerta tres veces, recorrió con la mirada la clase y solo conocía de vista a algunos alumnos.


—El tiempo se me fue volando… siento llegar tarde Kea — dijo la bruja saludando a su amigo y guía de la clase. Le dedico una sonrisa y luego saludó al mago y brujas que serían sus compañeros de clase —Buenos día… Tardes a todos —dijo corrigiéndose al instante, luego se quedó callada y miró con mayor detenimiento a su alrededor.


Un escalofrió recorrió su espalda al comprender que no estaban solos, la habilidad de la nigromancia que poseía la mujer le permitía saber que un ente que no era del mundo de los vivos los rondaba.


—Kea como que mejor nos vamos al campamento... no es seguro estar aquí... No estamos solos —dijo Valkyria haciendo aparecer la varita en su diestra, aunque ¿qué podía hacer en contra de la mismísima parca?.

trFd9O9.gif       |E1K6rE7.gif |             6ulee7D.gif

https://i.imgur.com/IALDOC3.png

OtrJr1c.gif |1WWGxI5.gif|BeQGYFc.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


Sus compañeras de clase empezaban a llegar una tras otra. No le sorprendió ser el único hombre además del profesor ya que no era la primera vez que había pasado por aquella situación. O los hombres eran unos vagos sin deseos de aprender nuevos conocimientos o simplemente no coincidían pero la gran parte de sus clases las pasaba rodeado por mujeres o en solitario. Aunque claro, aquello no le molestaba.

Claro que no estamos solos... la Diosa Uzza siempre está con nosotros — bufó.

Su tono había dejado en claro el sarcasmo de sus palabras. Lo cierto es que no se atrevería a decir tal comentario en frente de un Uzza por lo que esperaba que no llegara a sus oídos aquella frase. No obstante, tenía deseos de molestar a la Warlock para distender un poco el ambiente que su advertencia podría tensar.

Él, como vidente, también sentía una sensación extraña de ser observado aunque no sentía un real peligro. Sentía que alguien tenía dudas, debía elegir entre sus creencias y sentido del deber aunque no lograba entender del todo lo que pasaba allí. Ni siquiera sabía quién era el que sentía esas dudas. No entendía nada pero no sentía un real peligro.

Se levantó de su asiento sin esperar a que su profesor tomase la palabra. No sabía si iba a dar alguna introducción a la clase o de la historia de la magia como tampoco si les explicaría a dónde les llevaría. Sintió que levantándose lograría hacer presión sobre Keaton para apresurar un poco el paso y comenzar más temprano que tarde el viaje de campo. Tenía deseos de terminar pronto aquella clase pero aprendiendo lo más posible. Sabía que lo lograría pero para eso debían aprender del pasado.

En fin, estoy de acuerdo con la ¿señorita? Valkyria. Ya deberíamos partir o se nos hará demasiado tarde.

Lo cierto es que Goderic no la conocía demasiado, solo sabía que era Warlock. No recordaba haberla visto en otra ocasión más que en la Fortaleza Errante. Esperaba que Emily se uniera al grupo impaciente y en conjunto presionar al profesor para apresurar el viaje de campo. Estar en una sala de estudio tradicional sin instrucciones resultaba algo incómodo, más estando tanta gente ahí. No le gustaba estar rodeado por muchas personas.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¿La diosa que...?— dijo la castaña un tanto confundida —No me diga que usted cree en esas cosas... vaya… — añadió frunciendo ligeramente el entrecejo, al parecer los Uzzas estaban influyendo mucho en el pensar de los magos londinenses.


El resto de la clase permanecía en silenció al igual que Keaton a quien parecer haberle comido la lengua el ratón. Volvió a ver al mago rubio que había sido el único en reaccionar ante sus palabras, no lo conocía más que de vista. Si supiera el nombre quizá alguna información adicional se le viniera a la mente, pero al no saber pues solo podía describirlo como el mago raro que cree en la diosa Uzza.


—Es señora… —dijo corrigiéndolo cuando la llamó señorita. —Creo que tiene un admirador… y uno no muy agradable déjeme decirle — A espaldas del mago se había posado una sombra, no sabía si los demás podían verla, pero ella siendo nigromante claro que podía —¿Acaso no la siente? —le preguntó.


Quizá el mago pudiera sentir algo, quizá un escalofrío, cada quien podía percibir a los entes de una forma diferente. La pregunta que en realidad llegó a su mente era ¿que hacía ahí? y porque precisamente en la clase de historia de la magia. Habían tantas clases, pero no, tenía que estar precisamente donde ella estaba, ella que quería una clase tranquila y sin contratiempos. Quizá solo estaba de paso, si se iban de una buena vez al campamento desaparecería, a menos que estuviera detrás de alguno de los alumnos > pensó.

trFd9O9.gif       |E1K6rE7.gif |             6ulee7D.gif

https://i.imgur.com/IALDOC3.png

OtrJr1c.gif |1WWGxI5.gif|BeQGYFc.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


¿Por qué no lo creería? Los Uzzas y Arcanos siempre me han parecido más sabios que muchos miembros de nuestra sociedad.

Esto último si era verdad, aunque el hecho de creer en la misma deidad en la que creía el pueblo Uzza no era del todo cierto. Sí, como Vidente él podía sentir una presencia aunque no podía decir a ciencia cierta qué era pero al parecer la bruja sí podía.

Sí, puedo sentirlo aunque ciertamente estoy acostumbrado a tener algunos admiradores. Siempre lanzando halagos un poco perturbadores pero al final uno se acostumbra, supongo que usted también tendrá un par ¿no?.

A pesar de que fuera un poco arrogante decirlo, era de alguna forma cierto. Aunque no era tan sencillo como para reducirlos a todos como admiradores, de alguna forma u otra cumplían bastante la descripción de uno. Atenea podía ser un ejemplo de ello, además de otras personas que utilizaban frases como ‹‹querido›› o ‹‹besitos››.

Perdone mi falta de educación, mi nombre es Goderic.

Lo último lo había dicho a un volumen lo suficientemente alto como para que cualquiera de las brujas que se encontrara ahí se enterase de su nombre sin necesidad de volver a presentarse como tal.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.