Historia de la Magia. El Inicio del Fin.

[Emily Karkarov]

No dudó ni un solo momento cuando Valkyria abrió el portal, usando la nigromancia, pues era una oportunidad única y realmente quería saber qué era exactamente lo que estaba pasando. Lo traspasó justo después de Heliké. A pesar de estar acompañada, sentía frío, pero uno del cual tuviera que cubrirse con muchos abrigos, sino un frío que sabía no podía evitar.

 

Decidió que seguiría a Valkyria durante el tiempo que estuvieran en ese lugar, después de todo, ella era la única que podía sacarla de allí y la única que lo conocía. Bastaron unos segundos para que el alma de alguien conocido por Heliké la interceptara. Esperaba que lo mismo no sucediera con ella, pues si bien habían personas que conocía –y hasta podía decirse que quería, de cierta forma- cuyas almas debían estar cerca, dudaba que su reacción se pareciera al de su compañera.

 

Era un ambiente denso el que las rodeaba. Les habían advertido de no tocar el agua aunque no sabía exactamente por qué. Tampoco tenía muchas ganas de averiguarlo.

 

—Indagar en las historias de cada uno de ellos…

 

Repitió en voz baja mientras continuaba mirando a la mujer fantasmal. Le había llamado fuertemente la atención. La conocía de algún lado, estaba segura, su cabello oscuro, sus facciones juveniles. Como si la hubiera visto hacía muchos años atrás, incluso, la sencilla ropa que llevaba puesta se le hacía extrañamente familiar. Intentó recordar, había pasado demasiado tiempo desde que vio por última vez ese rostro.

 

—¡Rocío! — dijo en voz baja cuando la recordó, pero aun así llamó la atención de la mujer en cuestión, que emitió una triste sonrisa mientras asentía con la cabeza.

 

No tenía recuerdos claros de ella, solo la recordaba viviendo con Goderic en la misma mansión que ella, cuando Emily era tan solo una niña. Sentía que era un gran logro haber almacenado su nombre y rostros en su memoria. Lástima no poder usar su habilidad de leer mentes con ella.

 

—Entonces debemos ir por allá… — dijo, en tono de pregunta, a la que Rocío asintió e hizo un ademán señalando el palacio nuevamente. Keaton y Goderic, o sus almas, debían estar allí —Gracias.

 

Tenía la impresión de que las dos almas acompañarían a las mujeres en su búsqueda, una de ellas obviamente estaba interesada en encontrar a Goderic y la otra, seguramente estaba preocupada por la seguridad de Heliké.