Aritmancia & Pociones~ Noviembre 2016

[Valentina Ricci Yaxley]

La pelirroja observó la mueca que hizo su alumna. Parecía concentrada en la tarea, aunque no la veía del todo convencida de en qué estaba trabajando. Vio como tomaba una pluma de ¿su oreja? e iba tachando con su tinta algunos de los nombres escritos sobre el pergamino. De fondo, la voz de Mery sonó dirigiéndose a ella. No parecía muy... familiarizada con aquellos ingredientes que necesitaban.

—Mujer, ¿una Karkarov como tú no va a tener estómago para soportar unas pocas sanguijuelas? Tranquila, están muertas, no se escaparán por la clase —rió.

Se acercó a la banca de su alumna para corregir su trabajo. Había unos cuantos ingredientes sin tachar, donde se encontraban las temidas sanguijuelas, por ejemplo. Debía reconocer que un poco repulsivas sí que eran, aunque ya se encontraba bastante familiarizada por su trabajo.

—Una poción que te da alas, por ejemplo. Tú lo has dicho. Lo que estamos buscando es un brebaje que nos permita transformar parcialmente una parte de la anatomía humana en la de un animal, ya que la multijugos es únicamente para transformaciones de humano a humano —contestó a las dudas de Candela—. Tal y como escribes aquí, es necesario el ADN o cualquier tejido del animal en cuestión. En el caso de querer alas, necesitaríamos una pluma del pájaro en cuestión —dijo mientras señalaba con el dedo dicha frase.

Las siguientes palabras de la muchacha avivaron la mente de Valentina, que hizo un poco de memoria antes de continuar con su discurso.

—Uhm... si no recuerdo mal, unos magos austríacos estuvieron experimentando hace ya años para conseguir un brebaje para mantener el cuerpo despierto las 24h, cuyo principio activo era... ¿cuerno de toro, tal vez? Una variedad de toro rojizo, creo recordar. Y es probable que mientras experimentaran con ella hubiera algún que otro fallo técnico dando lugar a eso. Igual, me decantaría por las plumas para correr menos riesgo, si es que finalmente te decantas por las alas —finalizó.

—Así que tenemos crisopos, sanguijuelas, Descurainia Sophia, Sal Ammoniac, Centunaida, cuerno de bicornio y piel de serpiente arbórea africana. Tres plantas, un mineral, y tres animales. Veo bien esta elección, creo que queda bastante proporcionada, podemos conseguir un resultado favorable y más rápido de realizar. Personalmente, utilizaría un caldero de plata. Podríamos ir empezando por disolver la sal en un cuarto de agua tibia e infusionar las hierbas en un caldero aparte antes de unirlo, ¿qué te parece? Voy a ir trayendo los ingredientes de la parte de atrás para que lo prepares todo en seguida. Ahora me dices en qué queremos transformarnos, a ver si con suerte tengo algo que nos sirva en el almacén.

@@Candela Triviani

[Mentita]

Conforme Valentina iba hablando, Candela parecía menos convencida de lo que estaba haciendo o diciendo. Era la primera vez que escuchaba de una poción que le diese partes de animal a su propio cuerpo; según sabía eso hacía la transfiguración, ¿o no? Sin embargo, la Triviani decidió guardar silencio pues, al fin y al cabo, ¿quién era ella para cuestionar a su maestra de conocimientos? Candela estaba allí para aprender, así que puso su mejor cara de póquer para disimular la expresión incrédula que, sin darse cuenta, se le había formado en el rostro.

 

— No me gustan las alas... —dijo por fin cuando la muchacha insistió en las plumas, por alguna razón era parte de un pasado que repudiaba.— preferiría unos tentáculos, ¿tienes algo por ahí que nos pueda servir? Siempre quise tener la sensación de tentáculos como brazos.

 

Mientras iba hablando, siguió a Valentina hasta la parte de atrás en donde se encontraban, además de los ingredientes, los instrumentos que necesitaría para la elaboración de la poción. Las manos de la castaña eran ágiles, y sus pies igual, de modo que ir y venir con todo lo necesario no les llevó más de diez segundos.

 

La Triviani acercó una hornalla donde poner el caldero, no le gustaba lo rústico, de haber usado leña se hubiese llenado todo de humo y lo detestaba; por lo cual sería todo al estilo moderno, o eso creía. No llevaba fósforos a mano, así que usó su propia varita para prender el fuego y colocar el recipiente en donde calentaría agua para la sal; en otro receptáculo se dedicó a mezclar las hierbas con sumo cuidado.

 

Era la primera vez que la ojigris se concentraba tanto para preparar una poción. Semanas atrás había "tomado prestado" unos ingredientes para la poción de "memoria" que necesitaba de los suministros de su hermana, pero nada salió bien desde entonces y supuso que se debía a la poca práctica y a los escasos conocimientos que tenía sobre cómo pociones. Es por eso que precisaba de ese conocimiento, quizás así lograría lo que deseaba.

 

— ¿Las plantas se agregan a la sal, antes o después de los animales? ¿Encontraste algo de tentáculos? ¿Así está bien? No me importaría que algo saliera mal, en serio. Pero sería mucho mejor si le dieras el visto bueno. —más que nerviosa, estaba ansiosa. Impaciente.

 

 

 

******

 

 

@