.:: Castillo Black ::. (MM B: 97834)

[Juliens]

Hobbamock se aparta en cuanto el ministro queda a buen recaudo junto a Madeleine. Dirige sus pasos fuera de las mazmorras hacia el hall principal del castillo. En ese sitio la magia oscura es aún bastante fuerte. Y, de la nada, Hobb detecta a un mago que por la forma en que viste y en que actúa parece ser un soldado de la marca tenebrosa. Son tiempos bastante oscuros, es difícil confiar en las personas. Es mucho más difícil confiar en personas que viven en el castillo de los Black.

 

—Corpus Patronus

 

A diferencia de un patronus normal, el corpus no está ligado a una forma única. Es mutable, puede adoptar la apariencia de cualquier criatura que su invocador necesite. Es mucho más especial que solo eso: tiene los poderes de esa criatura. En esa ocasión Hobbamock invoca un Colacuerno Húngaro que con solo su porte destruye varias de las paredes del hall. La criatura invocada se interpone entre los dos magos, lo defiende del fuego púrpura.

 

—Kansho

 

Usando el poder de los libros de los Ancestros devuelve el Cinaede que envía Demian.

 

Acto seguido, extrae del monedero de piel de Moke un Cuerno de Erumpent Ancestral y lo lanza al aire. Para cuando el cuerno toca el suelo todos los miembros de la Orden del Fénix, salvo él, están fuera del castillo Black. Han rescatado también a los prisioneros que tenía el Ministro de la Magia.

 

Luego de la explosión, que a él no le hace ningún daño, agita la varita e invoca un Fulgura Nox pronunciando las palabras "Haz de la Noche". La oscuridad se abre delante de él, Hobb atraviesa ese portal en dirección al Cuartel General de la Orden del Fénix

 

 

[Juliens]

OFF ROL:

 

Resultado de la redada

 

Muertos Marca Tenebrosa:

 

-Aaron (no puede desaparece antes de los tres posts)

-Demian

 

Los dos mueren producto del Cuerno de Erumpent Ancestral

 

Adicionalmente, Herpo y el ministro muggle son rescatados.

[Matthew Black Triviani]

No podía quitarse el mote de salvaje aunque lo quisiera. Siempre había algo que lo sacaba de quicio, una actitud, un hecho, algún reaccionar con el que no estaba de acuerdo. Y si no estaba de acuerdo lo manifestaba, quedándose de esta manera sin muchos beneficios. Black no aprendía a ser diplomático, era una pequeña pero importante parte del carácter que no podía moldear. Por esa razón era que en ese momento se encontraba sin lugar en donde llevar a cabo el pedido de su padre, aunque tuviera dos hogares, no estaban preparados para sus planes. Su padre estaba demasiado ocupado siendo el Ministro de Magia que no apreciaba las artes oscuras tanto como su primogénito -resoplo exhausto por sus pensamientos-. Augustine había pedido que desaparecieran al elfo, y tenía razón, en tiempos de crisis, no se puede permitir la insubordinación de ningún ser.

Crucio hincó su varita en el cuello del elfo.

Pandemónium Mágico.

Abrió un portal y se dirigió a otro lugar... Solo accesible para aquellos magos y brujas, que sean dignos, que sean capaces de controlar tan magnífico poder, y sean capaces de controlar sus mentes aún cuando los espectros están intentando atacar y destrozarla. Soltó al elfo que aún retorcía de dolor en el suelo, sus quejidos eran melodía romántica para los oídos del licantropo, al atravesar la entrada principal, flanqueada por gruesas puertas de piedra negra, un amplio pandemonio parecía darle la bienvenida. Del alto techo abovedado colgaba un candelabro con innumerables brazos de huesos cada uno rematado con infinidad de velas, que iluminaban las amplias escaleras con trémula luz. A los espectros si que les gustaba vivir bien.

 

Se encaminó hacia el interior pasando por un largo pasillo lleno de cuadros. No les prestó atención alguna, no quiso hacerlo. La última vez que se había visto a sí mismo en un cuadro no se había reconocido, generalmente a aquellas criaturas tortuosas les gustaba jugar con la mente de los magos y brujas que fueran capaces de acceder a aquel lugar escondido en lo más recóndito del universo, -algunos decían que era el mismo infierno- por lo que preferia no tocar, ni ver, ni decir nada, solo entregar los cuerpos aún calientes de sus víctimas para que ellos terminaran el resto.

 

Tiró al elfo frente a los sabuesos mestizos. Y se marchó hacia la entrada, para volver a conjurar un portal y aparecer en la sala principal de los Black.

 

Sala de la Familia Black.

 

¿Maida? preguntó en voz alta, se había olvidado totalmente y la dejo parada sola.

 

Seguramente por el ruido que había y el gentío, por no mencionar mujeres que abarrotaban la sala; misma que había cambiado totalmente de decoración, paseo sus ojos por todo el lugar en busca de la bruja, pensando donde podría estar perdida, y recordó: ¿Tenían perros? un aroma a tabaco y calas invadió sus fosas nasales... ¿Oriánthi? medio sonrió al saber que se encontraba en el Castillo, tenía mucho tiempo sin saber de su melliza, la cual paulatinamente intentaba asesinar. Su relación era un amor odio... Cambio a pasos tranquilos hacia donde pensó que se encontraban sus familiares, y los encontró.

@ @Oriánthi

[Maida Black Yaxley]

— Que yo sepa sigo sin necesitar permiso para entrar a este castillo —vociferó altanera en cuanto sintió su gruesa voz inundar la estancia superior —, me alegra ver que sigues vivo y digamos que “entero”.

 

Se acercó a él para cerciorarse que no se estaba equivocando, alzando la mano izquierda hacia su cuello. Bufó enfadada, una de las cosas positivas de la magia era que la mayoría de heridas podía ser sanada con facilidad, no hacia los rastros de maldiciones y hechizos oscuros, eso siempre dejaba huellas, y ahora, aunque con más carácter el rostro de Aaron era fiel prueba de ese efecto. El saludo de Mathew llegó a sus oídos y retractó la mano en cuanto sintió sus labios en la mejilla.

 

— Podríamos, pero dudo que el Ministro de Magia que rompió el estatuto del secr…

 

Pero no pudo decir nada, lo que sucedió luego fue bullicioso y la verdad, confuso. Pronto perdió la noción de dónde estaba su sobrino e incluso su primo. Se escondió, algo en lo que por lo menos era clara su habilidad, huir era lo suyo aunque no necesitara magia para ello. Estaba claro que el alto al fuego entre los mortífagos y fenixianos había terminado. Ella se había retirado de un juego que para ella era inexistente, e innecesariamente riesgoso para los suyos, sin embargo, Mathew y Aaron estaban ahí, en la línea de fuego.

 

¿Esas habían sido las consecuencias del irracional acto de su primo? ¿Dónde estaba ahora?

 

Para cuando volvió a la escena no pudo evitar suspirar cansada, ¿de qué había valido lo que Aaron había hecho? Ella veía las cosas peor a cómo estaban antes, ahora la amenaza venía por dos flancos, el muggle y el mágico, y el Ministro de Magia en medio…brillante. ¿Acaso tenía esperanza de que él lo viera de esa manera? Ninguna, si había algo innato en los genes Yaxley y Black, era la terquedad. Su nombre volvió a sacarla de sus cavilaciones.

 

—Si, aquí sigo —contestó a voz en cuello mientras ubicaba con la mirada a Mathew— parecía que tu papá necesita una niñera, una veinticuatro por siete.

 

@ @

[Tauro M.]

Aun era muy pronto para definir o darle un nombre a la reacción de Martin. La peli-azul optó por ser paciente, no quería adelantarse ni asumir, tampoco quería influir en cómo el mago podría sentirse con respecto a ella y si ese encuentro llegaba a su fin ese mismo día, saldría por la puerta con la cabeza en alto sin sentir vergüenza por su confesión, después de todo ella era la única que entendía el motivo por el cual lo estaba haciendo. Eso era lo que su mente le decía a gritos que hiciera, pero su mirada a veces se convertía en su debilidad, ya que en ella podías ver realmente lo que estaba pasando en el interior de la bruja. Luego de un momento de silencio, que le pareció eterno, intervino.

— Estoy segura. Es necesario. De lo contrario me voy a aburrir mucho —intentó bromear. De repente sus ojos se le iluminaron, en ellos había un atisbo de esperanza luego de escuchar de boca Martin que la entendía. ¿Cómo sería su vida a partir de ahora? Siempre se burló de quiénes mantenían una relación a escondidas por compartir ideales diferentes, ¿sería ese el castigo por menospreciar a aquellas personas? Pero lo que dijo a continuación la dejó a ella sin habla, sorprendida. —Tú... —empezó a decir, pero no terminó con la frase, sino que se contuvo para no interrumpirlo.

—Tú... —volvió a empezar, esta vez con una sonrisa de oreja a oreja que se reflejaba también en el brillo natural de su rostro —Siempre encuentras una manera diferente de sorprenderme, de hacerme feliz —. Ahora estaba más segura que volver a encontrarse con su viejo amor de escuela no era una mera casualidad, sino que una vez más sus destinos estaban unidos y esta vez sospechaba que sería por un largo tiempo —Jamás contemplaría la idea de querer deshacerme de ti, no ahora, mucho menos después de lo que ha pasado —agregó con picardía.

—¿Alguna vez imaginaste esto? —rió, dándose cuenta de que sus palabras podrían ser malinterpretadas —No esto como tal, debo confesar que muchas veces lo imaginé. Me refiero a esto que estamos haciendo, cambiando bandos. Es algo drástico si te pones a pensarlo, pero cuando recuerdo que no le debo nada a nadie, se hace más fácil y ahora que sé que estaré contigo, más segura me siento de lo que estoy haciendo.

— Martin... Me alegra haberte encontrado —agregó en un tono suave, esperanzado, para luego lanzarse a sus brazos y abrazarlo con todas sus fuerzas. Se sentía feliz, sin preocupaciones, sentía que podía conseguirlo todo, con esa energía y extraña fuerza que solo podía venir de algo en especial que tenía tiempo de no experimentar —¿Tienes pensado contárselo a tu familia? —preguntó, jugando con su cabello mientras lo acariciaba. Luego miró hacia su alrededor, las sábanas esparcidas por el suelo, algunas prendas que permanecían visibles mientras que las otras no estaban a la vista —¿Alguna vez saldremos de aquí? —bromeó, soltando una carcajada.

@@Martin N Roses

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Yaxley

Tras voltearme con vaso en mano, esbocé una ligera sonrisa pues la hija de papi estaba en casa. Oriánthi saludó mientras se acercaba hasta la mesita tras de mí para servirse su propio trago luego de guardar su varita; bebió y besó mi mejilla después de algunas palabras de afecto para terminar sentándose en el sofá. Llevé la copa hasta mis labios para beber la mitad del ambarino licor y lo rellené para sentarme en un sitial frente a la bruja.

-Mientras no sea por los galeones...- bromee- ¿cómo estás hija?, no te veo desde que nos cruzamos en el local de mi nieta...- de pronto se sintió un temblor muy fuerte, uno que logró que la lámpara en el techo se moviese de lado a lado. Confiaba en mis hombres hasta ese entonces; observé el reloj en la pared y me percaté que era la hora del cambio de guardia- ¡vaya! ¿qué ha sido eso?... en fin, lo que sea. Dime Oriánthi, ¿qué te trae de vuelta a casa?...

>>¡...hora...ron...ack...gue...nes!<< un eco confuso. >>Hora de que Aaron Black pague por sus crímenes<<

El castillo era gigante, tanto así, que muchas veces y de niño me había perdido por horas o mañanas y tardes completas en un solo nivel. Achiné la mirada intentando oír sin mucha concentración pues tener a mi hija en el castillo después de varios años me era más primordial. Volvió a temblar, por lo que quise llamar a Nius nuevamente para que me pusiera al tanto, pero de eso me desvió la entrada de Matthew y Maida al salón.

-¡La familia reunida!, el viejo Yaxley estaría feliz como una perdiz...¿no crees Maida?- ironicé en un sarcasmo innato, pues y a pesar de considerar a mis hijos junto con mi prima y casi hermana, no era del sentimentalismo familiar de Orión. Me levanté y teatralicé a un oso con ambas manos enaltecidas, cara de gruñón y una caminada pesada sin soltar la copa; mi voz sonaría más gruesa que de constumbre- ¡GRRR! tal vez, andaría por ahí de animago ¡tirando todo a su paso y buscando a tía Gatiux para que le prepare su cena!...

Finalicé riendo por mi est****a actuación y bebí la nueva mitad de mi bourbon. ¡De pronto las alarmas se activaron!, Nius apareció de imprevisto bajo el cuadro vacío de Luna Farien Black y me miró con el usual temor de su semblante mientras su oreja caída a la mitad tiritaba intentando erguirse de la misma forma que la otra. Titubeó, saludó como buen elfo doméstico a los demás de "jovencito- señorita" y "madame" para luego dirigirse a mí.

-La orden del fénix señor...Nius los vio en los terrenos del norte, destruyeron gran parte de los establos señor... y de esa zona del castillo...- comenzó a informar mientras mi rostro se desfiguraba en una rabia absoluta- Nius quiso venir de inmediato amo Black, pero Nius no contaba con las criaturas con las que amenazaron cada rincón del ala norte...- prosiguió mientras una neblina oscura comenzaba a desintegrarme lentamente, esperando la información completa para salir disparado a defender mi hogar- ...¡ya se han marchado señor!...

-¿Qué hay de los inquisidores?- cuestioné a secas, respirando pesado y sin ánimos de cambiar las duras facciones de mi semblante mientras se difuminaba la espesa niebla a mi alrededor. Me había vuelto a sentar al lado de mi hija cuando le pregunté- ¿dónde estaba Emiliano?...

- Un cuerno de erumpent, amo Black....

-¡¿Un maldito cuerno?! ¡ésto debe ser obra de la italiana!- exclamé sin sentido, exaltado y recordando su amenaza en el palacio Buckingham, olvidando que Di Médici era tan mortífaga como yo.

-Eran... fenixianos...señor- respondió el elfo inmediatamente, recalcando cada palabra para que recordara no salir de mis casillas. Dubitativo, largo lo siguiente de una sola vez- ...sellevaronalmuggleyalodiosodeharpo...

Apreté tan fuerte la copa que se quebró en mi propia mano, ¡aguantando una sacada de quicio de aquellas!. ¿Quién me habría traicionado?, ¿cómo habrían tenido idea del cambio de guardia?; sin duda alguna era ésto lo que había estado buscando: ¡sabía que la maldita orden de impuros y traidores no estaba extinta!. ¿Seguiría Delacour a su cabeza?- aún tenía a sus hijos, fuera de Londres claro y bajo la custodia de una familia de confianza que les criaría con los ideales correctos y totalmente contrarios a los que la fenixiana les había alcanzado a inculcar. ¿Habrían venido por ellos?...¡que est****o!... me acababan de decir que se habían llevado al ministro muggle y al elfo de Sagitas. Me puse de pie y comencé a pensar, resolviendo en voz alta mientras frotaba con la yema de mi índice el anillo contra oídos indiscretos, dejando que solo mis hijos y mi prima, junto con mi elfo, me oyeran.

-El muggle fue bien atendido, le borré la memoria y solo le utilizaba para conquistar masas de muggles. Harpo no debió haber visto mucho, y siempre tuve el cuidado de no enseñar mi vínculo a la noble casta, al menos no como Aaron...- comentaba mientras me paseaba de un lado a otro, sosteniendo la mirada a mi hijo ante mis últimas palabras. El chico era hábil y de seguro ya se había dado cuenta que yo era el tal Caelum (párrafo 4°, estrofa 7) que les llevó a las tierras del olvido hacía días atrás-... pero ya sabe que en éste castillo merodean los mortífagos, por lo tanto los ataques no cesarán, y de seguro será la puerta para otras familias amigas. Aunque tampoco es que les convenga enseñarlo a la comunidad...la sociedad está muy dividida y ésto es como una guerra fría con asaltos y redadas que volverán al igual que mucho tiempo atrás...- concluía punto por punto, deteniéndome en cada esquina de la habitación y a veces, dedicando la mirada a los presentes- debo avisar a los Macnair, a los Rosier, ¡a vuestra madre!...- les dije tanto al chico como a la chica-... los Yaxley ni luces. No les veo hace mucho tiempo ¿tú sabes algo de ellos?- comenté en seguidilla a Maida y empuñé aún más mi mano- debemos devolver el golpe.... aunque, me fue útil, sí...-acerté con el tono áspero de mi voz- Harpo me contó sobre la historia de la daga del deseo más preciado, pero ¿para qué es que me serviría?...¡no puedo recordarlo!...

Y me detuve observando el piso. Siguiendo con la gélida mirada gris la hilera de gotas rojas que caían de la mano que aún no curaba.

-¿Emiliano?...-pregunté

-Moribundo señor, es un vampiro. Está tirado y mal herido en los jardines...

-Debo interrogar a cada uno de los inquisidores, de otra forma- observé a mi muchacho- tendremos que matarlos uno por uno y conseguir nuevos fieles...- me volví a mi elfo-... ve por Emiliano, déjalo en su habitación. Se curará solo. Ya tendré una conversación con ese Black...

La criatura desapareció y allí nos quedamos los cuatro, mirándonos las caras. El golpe había sido certero, duro y bajo.

-Necesito otro trago...

OFF:

Soy un maniático de hilar las cosas para que tengan algo de coherencia xDDD. Sagitas me ofreció rol respecto a su elfo, pretendo y propongo que lo hagamos de la siguiente manera, así le damos actividad a ambas familias y vinculamos el marco de la historia foril con éste sector del foro ¿les parece?. Sería algo así:

-Sagitas cuenta a sus presentes la famosa historia de la daga y así la conocemos todos, pues podría etiquetarme y yo traerles el LINK para que vayan estando al tanto. Hagamos el juego y el rol de forma ligera para que no olvidemos labores foriles y muggles jejeje... así no estancamos el juego y en eso me incluyo pues me estreso si debo mucho (?) xD

-Yo cuento la historia, con palabras de Aaron, a sus presentes en el castillo Black para que de la misma manera el ON rol tenga vida y no nos quedemos con el link de una u otra familia ¿me explico?

-Harpo podría decir que los Black ocultan a los mortífagos lo que abriría coherentemente y de cierta manera, el juego de bandos (como hizo la orden con el asesinato de Aries BL). Supuestamente quien le torturaba (a Harpo) era un tal Caelum Black, que es el seudónimo que Aaron utiliza bajo la apariencia mortífaga. Si quieren saber porqué el nombre les cuento, sino ... ni modo :V xD ... de hecho y se me ocurre- luego de haber escrito todo, releer y agregar más cosas en éste off :V- que Aries habría descubierto la identidad mortífaga de Aaron y fue por lo mismo que fue asesinado.

- Y es lo que se me ocurre de minuto: Etiqueto a @@Mackenzie Malfoy y a @@Sagitas Potter Blue para ver qué opinan. La idea es unificar roles de ambas familias para que no se dé el enredo de ir allá, ir acá y hacer un nudo con tentáculos de pulpo (?) así los leemos y uds nos leen.

-De la misma manera, el juego de bandos se generaría con rol (como lo hizo la ODF al seguir un asalto con los conocimientos de su bando) y también con asaltos y redadas cuando se dé la oportunidad. Ésto por ejemplo, podría ser parte de esa guerrilla más rolística que duelística (?) xDD a Maida no le gustan los duelos -.- ! y bueno, tampoco es que tengamos siempre el tiempo disponible para ello ¿no?. Así no dejamos los futuros y eventuales asaltos o redadas en la nada; ¡les damos base rolística!. Como la orden lo hizo con la muerte de Aries.

- @@Darla Potter Black ... *O* Darla recordó ésto en la redada que hicieron xD que cool! ni yo me acordaba! jajaja me encantó ese rol, lo busqué y es de Septiembre del 2017!!!! : Dejo Link, aunque lo dejé también en el ON rol jaja

- @ @Oriánthi @

[Oriánthi]

Claro que no es por dinero, ¡por quien me tomas! elevo un poco su melódico tono de voz.

 

Padre tenia razón, hacia mucho tiempo que ambos no se cruzaban, pero siempre sostenía que desde que a aquel le habían otorgado su titulo de Ministro de Magia, poco aparecía por los lugares más concurridos por la albina. Ladeo su cabeza en un circulo, buscando que sus vertebras sonasen al movimiento de la misma; un temblor. *¿Acaso están haciendo experimentos en el ala norte del Castillo?* pensó, mirando hacia la puerta que llevaba a las mazmorras para dicho lugar.

 

Si no es tu hijo haciendo de las suyas, vaya saber que puede ser aquel horroroso temblor volvió su mirada ambarina hacia él , realmente nada en especial, solo deseaba pasar a visitarte, saber como te encontrabas. tomo vuelo y se levanto del sofá en el que se había reclinado . Hasta el hombre más poderoso, muchas veces necesita un pilar que lo sostenga, alguien que esté ahí, cuando nadie más lo hace. observo sus grisaseos orbes, tan antárticos y decididos como siempre.

 

Su hermano había decidido hacer un acto de aparición, junto con su tía Maida, la madrina del Triviani. Les dedico una sonrisa, le alegraba verlos aunque no lo demostrara paulatinamente. Enarco una ceja y se preguntó quien estaba ocasionando aquellos temblores, si Matthew estaba frente a ella. El pequeño actuar de su padre le hizo largar una carcajada inocente, hacia mucho tiempo que no lo hacia, no se sentía completa.

 

Nius había aparecido, elfo que tempranamente quizo saludar a Oriánthi, había informado de un pequeño ataque en la zona Norte del Castillo... La Orden del Fénix, presuntamente extinta había vuelto a aparecer. La bruja no tenia el suficiente poder para enfrentarse a una masa de criminales, tan solo podría defenderse de uno o dos a la vez.

 

Frotaba la yema de sus dedos mientras Aaron hablaba, dando vueltas, realmente la situación parecía preocuparle demasiado, por lo que apretó sus manos y gruño al ver como sus verborragia se apoderaba completamente de él. ¡Cálmate! gritó a viva voz , ¡eres el maldito Aaron Black! añadió y respiró.

 

 

@ @ @

 

OFF:

 

¡Hooliiss! me encanta *O* cuenten conmigo <3 me van a cag** a palo en una redada, puros AR llegaron pero fue, me planto igual xD

[Eterno Black Triviani]

No había escuchado ni un bufido ni mucho menos el estruendo de las noches anteriores, puede que hubiera una reunión y no le habrían invitado a participar de la ocasión.

El olor picante de una explosión aún quedaba levemente en el aroma que el hombre lobo había detectado al oler en el ambiente sus sentidos.

 

Pero de todas y en buena manera alistó sus cachivaches y a ver cómo los elfos terminaban de arreglar el gran salón central dejandolo más bello que antes, solo instó a pasear por los pasillos del magestuoso lugar sin buscar nada en particular.

 

Había escuchado algunos comentarios de un rescate ODF pero en esos momentos después de todo, ya era tarde para intervenir y ni mucho menos hacer algo al respecto. Pero viendo la circunstancias y los motivos del tema se lamentó al no haber estado presente.

 

Recordaba cuando antiguamente una clase de adeptos que por costumbre o quizá por diversión solían degollar a esos elfos que bien se sabe solo sirven para atendernos, una especie tan baja que exactamente no debería existir en esta faz de este mundo.

 

Ya mucho sementalismo sin sentido por esta clase de alimañas y aunque sea para dejar marca de propiedad deberían tener algún corte o mutilación talvez para que queden más acordé a su estado.

 

Dirigiéndose después de su catarsis hacia el vestíbulo dónde buscaba a @ recordandole hablar en una ocasión (no soy tan detallista buscando dónde me lo dijo, si lo recordaba le pongo el link, sino para la otra prometo buscar) de entrar en una iniciación y ser parte de ella, ya que quisiera tener un nombre casi iguitoal tuyo jaja bueno, uno que me identifique como Black, de esta familia a quien pertenezco.

 

Veo a su hijo de este personaje quien estaba acompañado de una linda chica quizá charlando, no me interesó mucho saber si estaban de coquteoS obquiza sean familia, da igual.

Pasé por su lado llevando mi copa llena de un champagne refinado mirando de frente cómo divagando en mis pensamientos. Seguramente no se percataron de mi presencia por estar tan entretenidos ellos.

[Cornelia Black]

@

 

Off rol:

He visto que muchos lo hacen pero no sé si pueda. Si no, no lo vuelvo a hacer. ¿Podemos seguir el rol o introducirme en uno nuevo? Porque pasó mucho tiempo desde el encuentro.

 

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Me lancé a abrazar a mi padrino con fuerza. Sentía que habían sido más de veinte años los que habían pasado desde la última vez que lo viera, parado en la puerta de la casa de mi padre, pidiendo por mí. Mi padre era desconfiado y no le había creído que mi madre y él eran parientes, sino que habían sido amantes. ¿Acaso tenía derecho a hacer semejante acusación luego de que él mismo hubiera engañado a mi madrastra? Por supuesto que no, pero con apenas quince años, yo no hubiera tenido el valor de enfrentarme a él. Ahora, siendo una mujer adulta y habiendo vivido doce años lejos de él, podía decir que mi padre era muchas cosas malas, pero también muchas buenas y eso me había ayudado a forjar mi propio camino en la comunidad mágicas.

 

-Lo lamento mucho, llevaba años sin escribirte porque estuve trabajando en el extranjero- me disculpé, aunque lo que estaba usando de excusa no parecía ser suficiente. Podría haberle enviado alguna lechuza o correo muggle, pero no lo había hecho. En parte porque renegaba de mi herencia como Black, aquella que se me había negado de infante y que luego se me había impuesto a la fuerza. Era una Black, por supuesto, y respetaba a los Black, pero eso no significaba que ellos representaran todo lo que yo quería ser en la vida. Y eso me llevaba a un punto en específico-. ¿Cómo has estado?- pregunté.

 

En realidad, lo que quería preguntarle era si era cierto que uno de los patriarcas de aquel ostentoso castillo emplazado en Ottery St. Catchpole era mismísimo Ministro de Magia, Aaron Black. Lo había visto en El Profeta hacía meses atrás. Primero con la noticia de la guerra entre Bulgaria e Inglaterra que había comenzado tras un ataque de un dragón en el Atrio del Ministerio. Luego, con el anuncio de que Inglaterra ya no se vería oprimido por el Estatuto para el Secreto de la Magia, lo que había causado revuelo ante la indignación y los vitoreos en partes iguales. Esto último había desencadenado lo que yo creía, era la peor parte de la historia: una guerra de muggles contra magos. Luego de eso, empacar y volver a Inlgaterra no había sido una decisión difícil de tomar, sobre todo por los rumores que me habían llegado desde Estados Unidos.

 

Pero no podía preguntarle a mi padrino de una sola vez si era cierto todo lo que yo quería saber, porque sino iba a parecer que era una interesada. Primero tenía que comportarme, mostrarle que en realidad él sí me importaba y que me alegraba de verlo luego de tantos años. Apenas nos conocíamos, era cierto, pero eso podía cambiar si permitía que él ocupara el espacio que mi madre le había dado años atrás. Sólo era cuestión de tiempo juntos.

[Eterno Black Triviani]

Andaba pensado en sus asuntos lo cuáles lo tenían aturdido, machacada su cabeza como solucionar esa confusión que le llevaria a tomar aquel camino, ese por el cual quería luchar y dar todo de si para conseguir sus metas cómo las metas de todos.

 

Sabia que todo era tan simple, con una decisión bastaba para poder enrumbarse. Esas imágenes en su cabeza aún le daban vueltas y con ese encuentro que pasó en su incidencia le llevó a una solución.

 

Pero el miedo, ese bendito miedo

Quizás era normal, tenerlo aunque no le gustaba. Se sentía quizá inútil tanto como un squid.

En su interior se formó un yo que le habla al corazón, este se sincero directamente con él abriendo sus ojos y quitando esas vendas que lo habían tenido prisionero. Sintiendo un gran alivio. Para regresar así estado de conciencia.

 

Aún de pie en el mismo lugar que buscaba la presencia del Patriarca de la Mansión. En el fondo sabía que difícilmente le iba a atender su llamado. Se quedó mirando aquel gran salón donde se encontraba. Ahora estaba solo en esa oscuridad, tan acogedora que le llenaba de fortalezas y regenera a su ser interior para que saliera a flote.

 

Peinó sus cabellos con sus mismas manos seguidamente después arreglo su traje el cual llevaba y se le veía tan bien entallando su cuerpo mientras le daba la forma adecuada.

 

No entendia porque tanto los elfos de este lugar le encantaban ver todo lo que el hacia. En ese momento un olor de demonio que le pusieron en alerta, aunque este aroma le resultaba tan peculiar cómo conocido.

 

Dejo que aquellos brazos le rodearan . Una hermosa mujer tiernamente le expresaba su cariño, el abrió sus ojos y simplemente logro abrazarle también, quedándose un rato cuando escuchaba sus palabras disculpándose con él. Con aquel sentimiento se sintió complacido y atinando a sonreír y hacer un gesto aprobatorio.

 

 

- Todo muy bien mi ahijada querida, espero que tu ausencia halla sido provechosa y de todo esto hallas aprendido lo correcto que un Black debe hacer y sentir en este mundo tan lleno de incoherencias. -

 

Atinó a dejarle un beso en su mejilla para luego besarle la otra y tomar sus manos bajando por sus delicados brazos y tomarlas firmemente mientras le decía aquello. Le vuelve a sonreír para llevarla caminando por lo pasillos aquellos que le alumbraban con antorchas de luz tenue, cuya flama no se movía pareciera que en ese lado no existiera brisa alguna.

 

Estando uno a lado del otro, cada vez que pasaban se encendían las antorchas y se apagan las que dejaban atrás. Las miradas de las personas de los cuadros quienes habían estado siendo torturadas se posaban sobre ellos como pidiendo ayuda.

 

-Sabes qué ? Estoy muy feliz de que estés aquí, si tú madre te viera... ella estaría muy orgullosa de la mujer que te estás convirtiendo, pero siento en ti un tristeza en tu rostro o no sé quizas una angustia que lleva a un malestar.

Mira querida, sabes que puedes confiar en mí como yo confío en ti. Eso tenlo siempre claro en tu mente. -

 

Le lleva el dedo índice de su brazo izquierdo a tocarle la frente mientras le decía este último. Siguieron caminando hasta salir por una puerta que le llevaba a un gran jardín inmenso lleno de flores de colores oscuros llenos de vida, con varios animales que andaban trepados por los humedales muy cerca del lago. Llegando hasta unas bancas dónde sentarse.

El le invita a hacerlo señalando con su mano dónde podría, él hace lo mismo junto a ella.

 

@Cornellia Black

 

OFF:

Claro que lo puedes hacer si deseas aclarar algo ??. Y si acá si se puede.

Editaba para aclarar esto.

Editado 5 de Julio del 2020 por -Eterno Black Triviani