.:: Castillo Black ::. (MM B: 97834)

[Jessie Black Lestrange]

Observaba el intercambio entre su madre y el recién llegado que había descubierto se llamaba Martín. Estrechó la mano del mismo cuando se la ofreció con un poco de asco, apartandola de inmediato y guardandola en el bolsillo de su chaqueta ni bien tuvo oportunidad.

 

-Primos... Ese término aquí no lo conocía

 

Sus palabras eran afiladas, demostrando su lado Black Lestrange tan bien aprendido de Mía.

 

Escucho las palabras que Mahía le ofrecía al recién llegado sonriendo divertida por lo que escuchaba, ansiosa por ver una carnicería con el nuevo.

 

Aún estaba nerviosa por lo que ahora representaba su matrimonio con el patriarca Black pero no dejaría que un desconocido viera su debilidad.

 

-Hola Maida, No sabía que hubiera alguien en el castillo, es decir... Regularmente está solo y tenemos todo para Otto y para mí... Lo hemos disfrutado tanto.

 

Sabía que sus madres entenderían el doble sentido de sus palabras pero Maida siempre estaba llevándose a su hermanastro Aarón y ella no podía permitir que le quitarán a sus hermanos, si ella era celosa con algo, era con sus hermanos.

 

-Como Aarón no está en el castillo, Otto y yo podemos hacer lo que nos plazca... Mi hermano siempre anda contigo y no se porque... Es decir, eres su... Prima ¿No? Y tú, hasta donde tengo entendido, estabas en una relación con Nathaniel

 

No es que no le agradará la hija de Orión, sino que nadie se metía con sus hermanos y vivía para contarlo.

 

-Así que... Martin, te informo, si quieres llevar una relación sana conmigo... Aléjate de mis hermanos, que no respondo de mis actos y eso incluye a Akiza.

[Gabrielle Delacour]

Más gente y los ánimos parecían calentarse. Gabrielle puso los ojos en blanco al ver que su novia había invocado su varita y giró el rostro hacia otro lado, el estar presente en algún tipo de concurso de ver a quien le mide mas no era lo suyo y no pudo contener la sonrisa al oír la propuesta de su hermana, la amaba.

 

Era un tanto extraño tener un sobrino meramente puro y el linaje se notaba de inmediato. Parecía que estaba en los genes Black el desaparecer por un tiempo, el buscar superarse a si mismos... así como el demostrar quien era más que quién.

 

– Espero demasiado de ti jovencito, más después de toda la palabrería entre ustedes dos. Eres algo de Orión ¿Cierto?.- sujetó fuerte la mano de su hermana, odiaba un poco el tema y prosiguió.– Y respecto al ministerio ¿Tienes idea de qué departamento?

 

Tema sensible, la Delacour había sentido demasiado el cambio al haber dejado el ministerio para ser una simple reportera, extrañaba el departamento de accidentes y estar en donde se encontraba la acción, no solo tratar de perseguirla.

 

La Mago Oscuro había tomado la palabra y de inmediato clavó la mirada con reproche al ver el mal gesto hacia su primo ¿Desde cuándo había ese tipo de modales? Cierto, adoptada. Arqueó la ceja aún incrédula, las palabras de su hija seguían manteniéndola en total asombro ¿Estaba del todo bien? ¿Qué estaba pasando?

 

La Black soltó la mano de su hermana, estaba calmando su paciencia y necesitaba tranquilizarse. En definitiva tener demasiada gente en el castillo calentaba los ánimos.

 

Estaba más que nada anonadada; sí, los Black tenían ese carácter altanero y burlón que les hacía sobresalir, ese carácter que les había llevado a casi enemistarse con la mayoría de las familias, pero aquello era demasiado. Su mano buscó un poco más tranquila el dorso de la mano de su novia y el punto llegó cuando la bala le tocó a ella.

 

– ¿Disculpa Jessie? ¿Solo?- estaba un tanto ofendida, si alguien estaba en el castillo era ella y era rara la vez en la que se encontraba su hermana.– Lo dice la que acaba de pasarse por el castillo y no me hagas empezar por tu esposo, sí hablo de ti Otto.

 

Pero la verborrea seguía y los golpes estaban al alcance de todos. Gabrielle sentía hervir su sangre y apretó fuerte la mano de Mahia, clavó sus ojos miel en Jessie y justo cuanto estaba apunto de callar a su hija escuchó nombrar a Aaron y a su hija sanguínea, misma que le dejó más que fría, golpe bajo, demasiado a su parecer.

 

– ¿Maida y Aaron? Merde... - hasta había olvidado a Akiza; giró de inmediato su rostro hacia su hermana y no pudo contener la sonrisa burlona.– Bueno, al menos no somos las únicas que tomamos en serio el lema familiar, "toujours pur" ma belle soeur.

 

Su mano sujetó el mentón de su hermana y besó rápidamente sus labios, su declaración era demasiado apresurada pero prefería cortar el ambiente tenso con algo de humor. Las cosas ya estaban tiradas a perder a lo que qué importaba tirar un poco más de leña al fuego, podría ser el caso que aquel pedazo terminara de apagar la acusación hacia Maida.

 

– ¿A qué viene tanta amenaza Jess? Es familia, no es como si nos fuéramos a robar a alguien, preocúpate si fuera no sé...- "otra familia" y calló rápidamente sus palabras al recordar que al menos una de las presentes tenía más que sólo la familia Black, sobretodo la del desparecido de los cuatro- Dejemos el tema.

 

De cierta forma aquella reacción de celos le resultaba un tanto tierna de parte de su hija, misma que era de esperarse de una chica de 16 años pero no esperaba tanta agresión. Su mano pasó por el muslo de la Base y esperó atenta a las palabras de Maida.

[Maida Black Yaxley]

Escuchaba las palabras de Gabrielle y de Mahia girando los ojos hacia cada una en cuanto sus bocas se abrían. Sonrió a Otto y Jess y finalmente, al que supuso que era Martín. Le saludó con una reverencia intentarlo ubicarlo en el árbol geneálogico que tantas veces había repasado.

 

— Mucho gusto, mi nombre es Maida —dijo con suavidad mientras, y finalmentte, hacía caso a Mahía y tomaba asiento cerca—. Yo tampoco creo que seas un animal que corre a la gente, por si te sirve de algo.

 

Se fue cruzando de piernas mientras seguía vagando mentalmente por el árbol de los Black, qué falta le hacia Mushu en ese instante, le habría sacado la duda en un segundo. Resopló y fue entonces cuando su recién casada prima tomó la palabra. El inicio fue lo más normal, luego, no pudo evitar abrir de par en par los ojos y agradecer internamente no estar bebiendo algo mientras terminaba de oírla. Tuvo que apretar los labios para no soltarse en risa.

 

— No sé si había alguien en el castillo, Jess, yo simplemente entré a mi casa —se encogió de hombros—, me alegra que Otto y tú estén disfrutando de los primeros días del matrimonio, casarse tan joven ha tenido que ser todo un reto para ti. Sobretodo por lo ajetreado de la recepción. Todo muy lindo, además, te felicito por la organización. Aunque claro, ya de por sí la mansión Riddle como escenario impacta.

 

Al escuchar el nombre del Malfoy la verdad, la ojiazul desvió un poco la mirada hacia la salida. Se obligó a permanecer sentada, pero al menos ahora hablaban de alguien a quien sí estimaba y que le daba forma su triángulo de sanida como lo llamaba ella.

 

— Eso de que Aaron siempre anda conmigo, creo que acabo de desmentirlo justo ahora —señaló a su alrededor—, pero si, disfrutamos mucho el tiempo juntos, porque como bien dices somos primos. Cuando la familia es la adecuada, el tiempo que se comparta es perfecto, ¿no, tías? —dijo con una sonrisa haciendo alusión al lazo sanguíneo que unía a las Black—.

 

Afortunamente Gabrielle interrumpió a Maida, porque no tenía ganas de hablar con ninguno de los presentes acerca de las últimas noticias de él. Aún estaba enfadada y podía soltar alguna tontería. Aunque al finalizar, ni su tía ayudó. ¿Aaron y ella? De sólo pensarlo tenía que volver a apretar los dientes para no reírse. Sonrió y negó con la cabeza hacia la francesa.

 

— No, no, yo a Aaron le tengo mucha paciencia y me tiene mucha paciencia como familia que somos, y trabajamos muy bien juntos, pero nada de "Aaron y Maida", porque eso no existe —le dijo a Gabrielle, aunque más que nada, miró a su tía Mahía, sabía de antemano que no eran exactamente unidos con el hijo, pero era mejor prevenir—. Eso si, primita, te aseguro que si un día Aaron quisiera tener novia, y Voldemort tenga piedad de la chica que le aguante el genio, no va a venir a pedirte permisos ni a ti, ni a mí, ni a nadie.

 

Resopló y acarició sus muslos sobre la túnica.

 

— Yo vine más bien a ver si podía hacer unos cambios en mi habitación, necesito pasar unos días en el Castillo.

[Martin N Roses]

La tensión de su intercambio de palabras con Mahia había disminuido. Lo cual en parte agradecía, ya que recién estaba regresando al castillo, no andaba con ánimos para discutir con su familia. Sin embargo, las últimas palabras de Jessie lo habían divertido internamente. Con su semblante pálido sin aparentar dicha diversión, la contempló clavando sus orbes platas en aquel rostro.

 

—Deberías presentarme a Akiza entonces, porque no la conozco y podría… —hizo una leve pausa— desconocerla… e incumplir tu prohibición. —El acento galés resonó muy claramente cuando agregó lo último, arrastrando cada una de las sílabas.

 

Gabrielle fue la que volvió a hablar, y se dirigió a Black. El mago centró su atención en ella. No la conocía y posiblemente fuera de los miembros de la familia de mayor tradición, con lo cual sentía un respeto gigantesco por ella.

 

—Espero honrar tu confianza —dijo con sinceridad—. Se supone que si todo sigue como creo que sigue, soy su nieto… —Los lazos sanguíneos de aquella familia eran un completo laberinto si alguien quería seguirlos. Pero sí, Orión Black era su abuelo. Mientras que su padre… —El Departamento de Transportes y Deportes Mágicos me ofrece cosas que me seducen mucho. Mientras que en el caso de otros departamentos, al parecer no es el momento oportuno: no necesitan personas.

 

El primer lugar en donde se fijó en la planilla ministerial fue el Departamento de Misterios. Experimentar, investigar y crear magia posiblemente fuera su razón de ser. Pero tampoco podía negar su amor por los deportes y su antiguo paso por las divisiones menores del deporte mágico más popular de todos. Por ello se había postulado allí, tenía ideas para fortalecer aquel espacio del Ministerio de Magia.

 

—Siempre me han gustado las escobas y volar. —De hecho, siempre que podía, Black lo hacía—. Además que fue mi antiguo lugar de trabajo; allí estuve durante años.

 

El cruce entre las brujas lo tomó por sorpresa. Al parecer aquel día el castillo estaba por entrar en erupción. Siguiendo lo dicho por Maida, el mago de cabellos negros recordó que él también debía ordenar su habitación. ¿Cuánto tiempo hacía que no dormía allí? Demasiado tiempo. Y Sam, su antiguo elfo doméstico, ya no vivía como para ayudarle en aquellas tareas mundanas. Pero claro, contaba con la magia a su favor. No perdería tiempo ordenando las cosas ni limpiando.

 

—Supongo que también debo subir a mi habitación, familia —dijo entonces, dirigiéndose a todas las presentes, algunas de ellas, sentadas. Dejó la bebida con Mahia, sabiendo que se encontraba en buenas manos.

 

Con un movimiento de manos, la capa de viaje con capucha en la espalda desapareció, quedando visible la camisa de tono semejante a su mirada perla. En cuanto hizo aquello, se dirigió a las escaleras de elegante naturaleza.

 

—Si necesitan algo… —Se detuvo en seco al poner un pie en el primer escalón—. Ya saben dónde estaré. —Entonces retomó su camino, ascendiendo hacia la siguiente planta, sintiendo a su espalda las voces de reproche y las palabras cruzadas de las brujas de su familia.

 

[Jessie Black Lestrange]

Volteo a ver a su madre tras dirigirse a Maida. Gabrielle, mejor que nadie, sabía cuánto le había costado ingresar al castillo, aún podía sentir sus piernas temblar pero no podía echarse para atrás en ese momento.

 

-Madre

 

Una sola palabra pero el tono lo decía todo. Ella se sentía con la necesidad de demostrar que no solo era la esposa del patriarca e hija de las matriarca, sino que ella era Jessie, descendiente de un largo linaje y que no se dejaría sobajar por nadie.

 

Las palabras de Maida no la.hicieron retroceder, no sabía cómo pero sentía que la Yaxley quería probarla y ella no retrocediera, jamás lo había hecho en el campo de batalla y menos aquel día.

 

-Gracias... La verdad no me percate de cómo estaba todo adornado, solo me importaba algo esa noche

 

Sonrió de lado satisfecha, había logrado que Maida desviará la mirada, la observó triunfal mientras escuchaba su respuesta y la aportación de su madre.

 

-No lo creo querida, la situación con Mahía y Gabrielle es distinta pero tú... Provocas que mi hermano salga a deshonras de la oficinas. En realidad no me importa que ahora salgas con él... Pero no lo hagas perder su empleo, si es verdad que te importa tanto

 

Un brillo divertido apareció en sus grises ojos al voltear y ver a Mártin para amenazarlo; le gustaba como este al parecer salía por la tangente para librarse de la batalla.

 

-¿Familia? Seremos conocidos casuales pero no familia, sigo siendo adoptada. Les guste o no a las dos lo noto, en sus cara, solo soy la adoptada pero ahora aparte soy la esposa del patriarca pero "prima" de ella... Jamás

 

Se puso de pie fulminando a Maida con sus grises ojos, volteo a ver a Gabrielle y Mahia con un brillo nostálgico en su mirada y salió corriendo del lugar siguiendo los pasos de Martín.

[Maida Black Yaxley]

— Deberías mandar al colegio nuevamente a tu esposa, Otto, acabo de decir claramente que no salgo con Aaron y parece insistir en pensar eso, le falta comprensión y paciencia —dijo mientras veía la melena pelirroja salir de la sala, minutos después de Martin.

 

Miró a Mahía unos segundos tratando de encontrarle un parecido físico con su primo. No dejó sin embargo que las palabras que la Black Lestrange quedaran en el aire, demasiado drama para su gusto. Quizá por eso disfrutaba hablar con las tías Black, se había acostumbrado al carácter de los hijos de Fernando, todo parecía estar hecho para bañarse en aceite y que nada rompiera la tranquilidad. ¿Aaron fallaba en su trabajo? Lo dudaba, era incluso más responsable que ella en su cargo Ministerial, de todas maneras, le preguntaría apenas la viera.

 

— Y ya en serio, lo vuelvo a aclarar, no tenemos nada —alzó las manos como si en ellas estuviera su verdad escrita—, ni con él, ni con nadie—comentó con el gesto un poco distraído—, me he centrado en arreglar cosas del hogar, pero necesito vacaciones de mi propia casa, ¡prometo portarme bien y no hablarle a Jess! Aunque sería divertido tener una prima con la quién chismorrear la verdad, Aaron y Near son un encanto, pero...son hombres. Y mi hermano anda desaparecido, casi soy una hija única.

[Gabrielle Delacour]

La palabra "nieto" golpeó parte de su tranquilidad fingida y no pudo evitar el que su rostro mostrara su asombro; sus dos hijas eran demasiado jóvenes para comenzar a dejarla en aquel punto: Abuela. Mordió su labio inferior y trató de no pensar en el asunto, sin duda su próximo deber de matriarca era el aprenderse el árbol familiar.

 

Transportes, su cabeza giró por varios segundos en aquella idea ¿A caso su hermana no estaba en ese departamento? Recargó la cabeza en el hombro de su hermana y antes de poder decir palabra su hija había comenzado la guerra. Levantó de inmediato el rostro y frunció el ceño ¿En verdad todo eso por celos a un hermano?

 

Martin había logrado escapar con la diplomacia que caracterizaba a los Black mientras que Gabrielle... Cubrió su rostro con ambas manos, no podía estar pasando ¿Desde cuando los Black se caracterizaban por dramas familiares? El incesto era lo suyo pero... ¿Dramas?

 

- Basta he dicho.

 

Su voz marcaba autoridad; pocas veces Gabrielle lograba enojarse, evitaba a toda costa que la poca sangre de veela que corría por sus venas (o genes...) sacaran su horrible carácter, sabía que solo empeoraría la situación a lo que cerró los ojos y acarició su sien con sus dedos mientras contaba mentalmente.

 

Pero Jess se había marchado y aquella mirada fría... Por más adoptada que fuera se aprendía de algún lado. Puso los ojos en blanco y dejó que su espalda se posara completamente en el sillón. El daño estaba hecho.

 

- Otto, tu esposa te necesita. Sé qué batallas pelear y cuáles ceder, ya que esté mas tranquila subo para hablar con ella...

 

Autoritaria como siempre. Y giró el rostro hacia Maida, quería a su sobrina, por mas lejana que fuera era la única que tenía, a la que aún le guardaba un poco (aunque fuera mínimo) de cariño.

 

- No pienso juzgar, sabes que por mi estaría más que bien que tú y Aaron estén juntos me agrada verlos...- dicho esto miró con el rabillo del ojo a su hermana y sonrió de medio lado.- No necesitas hablar con Jess, entiendo que es un tema difícil para ella... Sólo dale tiempo. También tienes otra prima, Akiza... si la encuentras, es un poco más...

 

¿Amigable? ¿Normal? ¿Qué descripción usaba?

 

- ...Tranquila. Sabes que eres bienvenida Maida y no seremos las primas que buscas pero sabes que cuentas con nosotras ¿Cierto? Y aprovechando que no está Jessie ¿En verdad no hay nada? Mahia estaría más que encantada...

 

Miró divertida a su hermana tratando que no se metiera en la plática, hablaban de su hijo y lo que menos quería era que saltara a en su defensa, conocía a su hermana y por juzgar de primera impresión el chico era igual de calculador que la madre, que las cosas quedaran en familia podría ser de cierta manera en beneficio. Más no conocía las intenciones de Maida...

[Martin N Roses]

Cuando ya se encaminaba hacia el pasillo de las habitaciones del castillo, Black sintió unos pasos a sus espaldas. Detuvo su ligero andar, y giró a medias. En parte lo sorprendió que quien había subido era la pelirroja, quien había demostrado una actitud irascible.

 

—Pensé que te quedarías un buen rato en el vestíbulo, peleando con tu prima… —Sabía que mencionar la palabra prima iba a enfurecerla una vez más, así que, antes de darle tiempo a responder, volvió a hablar—. Calma, es tan sólo una broma. Dejando la broma de lado, en este castillo no es problema que seas adoptada. Al fin y al cabo, la pureza de sangre es importante, pero también hay otros atributos a elogiar.

 

No supo cómo abordar lo que pensaba decir a continuación de forma elegante, así que simplemente lo dijo como pudo.

 

—Pero entre esos atributos no se encuentra lo de “soy esposo de…” o “hijo de…”. A mí en particular eso me importa poco y nada. Puedes ser la mismísima esposa del Ministro de Magia o su hija, que no va a cambiar las cosas. La valía, el respeto o el honor no se ganan imponiendo con gritos nuestra postura, Jessie. Y los celos son tan sólo inseguridad… ¿Acaso estás enamorada de tu hermano? —La última pregunta sorprendió al propio Black, ¿acaso era de su incumbencia? Naturalmente no, pero ya que pretendía conocer a la nueva miembro de la familia, le pareció adecuado preguntarlo.

 

En cuanto a las voces del vestíbulo, se habían acallado un poco. Tal vez empezaban a hablar como gente civilizada y por eso no llegaba a sus oídos. Lo prefirió así y se mantuvo viendo a la pelirroja.

[Matthew Black Triviani]

Matthew era nuevo en Inglaterra, en busca de una nueva familia la cual pertenecer y poder perder la mayor parte de su tiempo fue en busca de los Black. Esperando algún tipo de "apoyo" moral, nada sentimental, encontró una bruja llamada Jessie la cual ofreció refugio en el castillo de su familia y hoy era el día en el cual podría encontrarla o tal vez, conocer a los demás integrantes.

En lo alto de la colina un tenebroso castillo ubicado en una zona privilegiada según describían, el joven aprendiz se dirigió hasta llegar al sombrío lugar -Interesante.- Comento sorprendido.

La notoria presencia de entidades desconocidas en los jardines del castillo "fantasma" según las leyendas era muy notoria, no era algo que lograra perturbar a Matthew, por algo fue criado en las sombras y bajo sus propias condiciones. Se paro frente a la puerta y dio un par de golpes secos esperando que alguien pudiera ayudar en su búsqueda.

@@Jessie Black Lestrange

[Jessie Black Lestrange]

Subió las escaleras con presteza, aún escuchando las palabras de Gabrielle en su cabeza. Cerró los ojos al llegar a la puerta de su habitación y se recargo en la puerta intentando controlar sus lágrimas.

 

Debía calmarse, sabía que lo de abajo había sido innecesario pero tenía miedo y aunandolo al hecho de su reciente boda...

 

- Martín... Perdón, no te escuché ¿Qué decías?

 

Se extraño por lo dicho por su primo. A ella jamás le había importado eso, al contrario, ella sentía que había escogido a Mahia y Gabrielle más allá de lo contrario. Volteo a ver a Mártin y trato de sonreir sin lograrlo del todo.

 

-Lo sé, detesto ir por la vida mostrando mis títulos y demás, se me hace algo totalmente impropio y falta de clase pero...

 

Bajo la mirada y desvío el rostro a las escaleras. Suspiró para volver sus grises ojos a Martín.

 

-No me interesa Aarón en ese sentido... Es solo que... Estuve mucho tiempo sola, perdida en el mundo, creía que todos habían muerto por culpa de eso... est****os muggles y de buenas a primeras descubro que mi hermano si está vivo, tengo dos hermanas más... En mi otra familia tengo un hermano y una hermana... No quiero perderlos otra vez

 

Juguetes a con sus dedos mientras explicaba que le pasaba a alguien que apenas había conocido. No se llevaba del todo bien con Aarón, siempre tenían esa rivalidad de quién tenía más poder y aquel siempre la molestaba y con su mellizo... Siempre desaparecía y cuando llegaba le jugaba bromas pesadas.

 

- Perdón... No debo contarte eso... Yo... Bajaré un rato

 

Alzó su rostro y regreso sobre sus pasos bajando las escaleras y caminando hacia la entrada del castillo topandose con un chico que se le hacía extrañamente familiar.

 

-Hola ¿Buscas a alguien?... Pero que descortés soy, me llamo Jessie, si gustas puedo ayudarte

 

Sonrió a aquel chico extendiendo su mano esperando una respuesta.

 

@@martin N' Roses @