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~Mansión de la Familia Gryffindor~ (MM: B 104490)


Mael Blackfyre
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Zahil Gryffindor

 

Suspire al ver aparecer la mansión ante mis ojos, mire a Aranel y ambas sonreímos, amábamos aquella casa, era nuestro hogar y allí se encontraban todas las personas que amábamos, solté la mano de mi madre y vi que mi hermana hacia lo mismo,, ambas comenzamos a caminar por el sendero de grava que nos llevaba a la puerta de entrada, cuando escuchamos voces cerca nuestros.

 

- Vamos Ara- le dije a mi hermana mientras le tomaba de la mano y la arrastraba hacia donde se escuchaban las voces.

 

Un grupo de personas se había conreado en los jardines, la tía Sophie, Luna y la tía Annick, todas ellas se encontraban con un hombre, quien al escucharnos se dio vuelta y comenzó a correr hacia nosotras, tarde un poco en reconocer a mi tío Elvis… Había cambiado demasiado, envejecido, y sus ojos, antes risueños y sonrientes, ahora eran ríos y tristes. Al llegar a donde estamos nos arao y nos regaló una sonrisa que nunca llego a sus ojos.

 

Mire a Ara y pude ver que ella se encontraba tan atónita como yo, mientras el tío saludaba a mama, llego hasta nosotras Luna, ella era mi prima y con Ara la queríamos mucho, porque siempre se había portado bien con nosotras. La abrace por la cintura mientras mama le pedía que nos diera algo de comer y tomar, eso significaba que nos llevaría a la cocina, pero no queríamos irnos, por lo que corrí a abrazar a mi tía Annick.

 

- Tía queremos quedarnos con ustedes- dije mientras tomaba su mano- no queremos ir a la cocina, con Ara no tenemos hambre -Y le sonreí como para afirmar lo que decía.

 

Mientras el tío Elvis hablaba dos jóvenes más aparecieron por la verja de la mansión, un joven de cabellos castaño y una hermosa mujer, amos al parecer eran parte de la familia o amigos. Un estruendo llego hasta nosotras mientras Sophie tomaba el lugar de Annick y nos saludaba. Todos los se asustaron por el ruido que habíamos escuchado, algo estaba pasando y no era bueno que nos encontráramos fuera de la mansión.

 

La tía Sophie, le indico a su elfina, quien nos había cuidado de bebes cuando estamos con nuestros primos, que nos llegara dentro para tomar algo y eta vez decidí no decir que no, ya que sentí que los adultos querían ponernos a resguardo, tomé la mano de Aranel y le indique no fuéramos con la elfina. Así que con mi hermana nos alejamos del grupo mientras veíamos como Sophie y Annick desenfundaban sus varitas.

 

 

 

 

 

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Editado por Arabella Gryffindor

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La atmósfera no parecía muy amable en el dia de hoy, tras los informes de ataques a magos por muggles que creían que éramos una clase de sanguinarios y extraños seres que los dominariamos o tal vez esclavizarlos, que se yo la cantidad de pensamientos inutiles que puede tener una persona de poca razón, estaba el hecho de que nos temían y no estarían dispuestos a quedarse quietos.

 

Estaba en la Mansión Gryffindor en casa del primo de mi madre, buscando informes sobre ella, pero apenas habíamos podido intercambiar una o dos palabras. Pero mis informes iban mas alla, no era extraño eso al tener influencias políticas.

 

-Se que la última vez que la vieron estaba en la reunión de los sagrados 28 en Buckingham y que usted tambien estuvo hay...

 

Hable mas bajo al terminar esa frase, ya no tuve tiempo de decir nada mas, otro golpe se escucho y levante la varita para evitar cayera algun fragmento sobre mi. Tenia que desocupar mis manos y poder moverme, me puse la capa de camaleon que tenia en mi mano derecha y me quite los zapatos de tacón enviándolos lejos. Vio el trozo de piedra que estaba a sus pies, le toco con las yemas de los dedos de la mano izquierda, no habia rastros de nada en la piedra. No entendía lo que sucedía.

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Caminaba por la calle contenta de saber que vería a mi familia, mi padre estaba en su casa en Ottery St Cacthpole y yo venía desde Alemania a verlos después de hacer mis estudios de química y alemán en la universidad de Frankfurt era muy emotivo llegar a la casa de mis padres y verlos después de mucho estudio y concentración en la Universidad. El Verano era lindo porque volvía con la familia a mi casa. Tenia calor y me gustaba, el frío era algo que no me gustaba. Era bonito ver el Sol y sentir su calor. Ya estaba en la puerta de la casa Gryffindor y quería ver a mis padres.

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Para horror de Annick, había sido Elvis quien había recibido la primera embestida. De pronto el mago había salido despedido unos cuantos metros hacia atrás, como si hubiera sido víctima de un encantamiento repulsor. Era extraño que alguien tan experimentado como él no hubiera logrado esquivar el ataque. Quizá se había distraído brevemente al escuchar lo que la rubia le decía.

 

―¿Te encuentras bien? ―Annick se acercó a su esposo para asegurarse de que no tuviera ninguna herida de gravedad―. ¿Y tú estás bien? ―preguntó a la joven [@@Ada Camille Dumbledore], quien había estado tan cerca de Elvis que había sido una fortuna que el animal no los hubiera embestido a ambos.

 

Entonces la pelirroja se dio cuenta de que el temor y la preocupación comenzaban a provocar que actuara de manera descuidada, pues había bajado la guardia ante un enemigo que no podía ver.

 

―Por los sonidos que hace, parece que un animal nos ataca, pero es invisible. Debemos estar alerta –en ese momento deseó haber prestado más atención a las clases de Cuidado de criaturas mágicas–. ¿Alguien tiene idea de qué tipo de animal se trata?

 

Apenas había terminado de formular esa pregunta cuando vio algo que provocó que su corazón diera un violento vuelco. En la entrada de los terrenos se encontraba una de sus hijas.

 

―¡Cuidado, Aitana, no te acerques demasiado, es peligroso!

 

Como no podía ver dónde estaba el animal que los atacaba, apuntó a su hija con la varita y pensó en el único hechizo que se le ocurrió en ese momento: «Levicorpus». En un abrir y cerrar de ojos, Aitana se elevó un par de metros por arriba del suelo y comenzó a flotar en dirección a donde todos se encontraban.

 

De pronto se escuchó otro gruñido y un rasgar de pezuñas en el suelo, como si animal estuviera enojado y preparándose para otro ataque. Fue entonces que Annick se percató de que mientras mantuviera a Aitana en el aire, ella quedaba vulnerable ante otra posible embestida.

 

@@Aitana Koch Dumbledore @ @@Arabella Gryffindor

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Cuando decía que mis movimientos se habían vuelto más duros y que mi cuerpo no era el mismo, tal vez tenían que suceder aquellas cosas para que lo corroboraran por sus propios ojos. El golpe fue duro, seco y certero. Tal vez si me habría tan solo colocado bien firme sobre el suelo y habría apuntado con la varita hasta habría amortiguado la caída. Sin embargo volé unos cuatro metros hacia atrás y golpeé la espalda contra una columna. Caí completamente tendido sobre el suelo.

En mi cabeza surgía la última pregunta de Ada que no había respondido. La bruja tendría que esperar, tal vez, en un momento tranquilo podía ayudarla mejor pero ante los sucesos era imposible. Y a la vez que eso, todo me giraba. Pude sentir la presencia de mi esposa y le aseguré que estaba bien.

Me han pegado cosas peores —le comenté en modo de chiste y funciono porque la pelirroja se alejó para ver cómo estaba al resto. Y fue lo mejor que podíamos haber hecho, porque no sólo que el resto hasta el momento estaba bien, sino que alguien había aparecido en la verja y no en buen momento. No porque no fuera bueno la persona, al contrario. Pero no era buen momento para llegar y ser atacado—. ¡Te dejo ésa charla, Ada!

Comenté con un grito a la joven rubia, aprovechando ése momento para levantarme de un salto. Annick había reaccionado igual o más rápido que yo. Hizo levitar a Aitana, para evitar que su llegada llamara la atención del Tebo. Definitivamente era un Tebo, que aprovechaba su habilidad para pasar desapercibido. Aunque llamaba su atención. Me puse de pie y me dirigí donde estaban las muchachas cerca de la entrada, Aranel y Zahil.

Detritus —comenté. Delante de la entrada de la mansión, delante de las dos jovencitas, apareció una niebla que las cubrió. Algo me decía que las jovencitas podían aprovechar ése momento para hacer de las suyas o que mi percepción paternal se alarmaba por ellas. De todas maneras continué con mi camino, acercándome al grupo—. Tengan cuidado con el Tebo. Deberiammos encontrar la manera de visualizarlo o logrará embestir a más personas —comenté.

 

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Como su primo había terminado volando por los aires era algo que se escapaba de su entendimiento, pero ahora sabían que no eran los muggles sino alguna especie de criatura que era invisible y sonaba como un puerco, ahora estaba lamentando no haber tomado criaturas mágicas con mas seriedad. Para colmo de males, una jovencita estaba en la entrada y por la reacción de Annick supo que era parte de la familia. Aunque no se le hubiera ocurrido protegerla levantandola por los aires no podía negar que no era mala idea. Salvo el hecho de que eso dejaba sin protección a su prima y el maldito animal ya estaba buscando contra quien estrellarse.

 

- todos, fuera de los jardines, ahora!!! - grito a los que aun podían ser el siguiente blanco de la criatura.

 

El gruñido se escucho de nuevo y no podia estar segura que no le daria de lleno a su prima por lo que decidio llamar su atencion y darle la oportunidad a Elvis y Annick de ponerse a salvo

 

- ey tu, bestia peluda, ven aqui, tengo comida!! - grito haciendo mucho ruido con las manos y moviendo la tierra con el pie, con la esperanza de que aquel sintiese que lo estaba retando. De pronto la bestia se detuvo un poco, estaba segura porque no lo escuchaba y probablemente estaba decidiendo a quien atacar esta vez.

 

Ella podia soportar un golpe mejor que los demas por su naturaleza vampirica, en cambio no estaba segura de los demas. Era preferible que le diese a ella y no a los demas. De pronto el animal gruño de nuevo y pego carrera, la Granger no hizo mas que cerrar los ojos y esperar el golpe que no tardo en llegar, a pesar de ser mas fuerte que un humano normal, aquello si que habia dolido

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Aquel feliz reencuentro se había convertido rápidamente en algo peligroso, los sonidos cada vez más fuertes se sentían cercanos, tome mi varita fuertemente mientras veía como las niñas llegaban sanas y salvas a la puerta principal, en ese momento otro estruendo resonó a mi derecha, sorprendida pude ver como mi primo era levantado por el aires y atravesaba el jardín para ir a estrellarse en una de las columnas del porche.

 

Comencé a acercare hasta donde estaba Elvis, pero la llegada de una persona me hizo volverme hacia la entrada de la mansión. Todo pasaba como en cámara lenta antes mis ojos, el grito de Annick me trajo a la realidad y gire tratando de ubicar a mi primo, a Sophie y Annick.

 

Mi primo se encontraba todavía en el porche lanzando algún hechizo de protección sobre la casa y las niñas. Annick lanzaba un hechizo para proteger a la recién llegada en una burbuja, quedando ella misma completamente desprotegida y Sophie, estaba tratado de llamar la atención de aquella criatura invisible que nos atacaba.

 

Mientras me acerca a Annick para tratar de protegerla, escuche que mi primo decía que lo que nos atacaba era un Tebo, rebusque en mi mente aquella palabra, tratando de recordar que criatura era.

 

- Annick estoy aquí para ayudarte- le dije a la pelirroja, lista para protegernos mientras ella ponía a la joven a salvo.

 

En ese momento mi mente se ilumino al recordar que era un Tebo, aquella criatura, originaria de África era similar a un jabalí, muy peligrosa y belicosa. Era necesario descubrir donde se encontraba, ubicarlo nos permitiría derrotarlo. Trate de aguzar el oído para intentar localizarlo, al parecer la bulla que estaba haciendo Sophie servía.

 

- ¡Revelio!- dije apuntando mi varita donde supuse podría estar el animal- espero que funcione – susurré.

 

 

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Aún aferrado a mi varita, podía ver que la situación se había complicado, pero tampoco para exagerar. La preocupación más inmediata ya la había disipaso cuando puse a las dos pequeñas gemelas detrás de mi propia invocación. Y la recién llegada (pobre recién llegada Aitana) también estaba fuera de peligro, de momento. Sonreí al ver quién era la que se estaba llevando todo el crédito por intentar resolver aquello.

Zahil.

La rubia vampiro intentaba llamar la atención de la criatura aunque no sabía donde estaba. Arabella cubría las espaldas de mi esposa y todo parecía un poco más controlado que hacía unos minutos atrás. Oíamos las pezuñas sobre la tierra y por momentos no. Al parecer se estaba decidiendo atacar. No pensaba entrometerme porque de ésa manera dejaba desprotegida la entrada, donde estaban las muchachas. Pero si podía ayudar a que el plan de Zahil saliera con éxito.

Apunté mi varita hacia adelante. Y con cada una de las sacudidas salía despedida una Flecha de Fuego que claramente no tenía ningún objetivo más que alejar al tebo de la entrada de la mansión y que éstas impactaran en el suelo. Por cada vez que chocaban contra éste, despedían chispas flameantes en todas direcciones. Esperaba que eso al menos se decidiera al fin atacar a Zahil. Ella sabría qué hacer.

¿Vieron a la tia, niñas? Hace muchos años atrás la he visto hacer lo mismo contra los mmortífagos —les dije a modo de burla para que intentaran ver realmente los poderes de la Granger.

Tiempos pasados. Los extrañaba realmente. Antes todo parecía mucho más real, más estable. Respondía tanto a una institución como era el Ministerio de Magia como a la vieja Orden del Fénix. La primera se había destruido. Y la segunda parecía más un cementerio que otra cosa. Intenté no divagar en aquellos pensamientos demasiado tiempo.


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Se había salido con la suya, el animal la había golpeado de lleno y le había dolido pero no como le habría dolido a sus primos mortales. Ademas de que eso le dio oportunidad a Arabella de lanzar un hechizo para revelar al amigo invisible. El ataque la había arrastrado un par de metros pero algo suave había detenido su camino y un par de manos sostenían sus hombros. La rubia sonrío pues no necesitaba voltear para saber de donde había venido la ayuda.

 

- justo a tiempo mis pequeños - dijo tomando ambas manos con las propias antes de voltear y abrazarlos.

 

 

 

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- Porque ustedes siempre se divierten cuando no estamos tio Elvis - dijo Mith cuando pudo zafarse de su cariñosa pero muy empalagosa madre. Sabia que ella solo se mostraba así con ellos y era algo que amaba de su madre, que gastara el poco amor que podia dar en ellos. Se alejo de ella y fue a abrazar a su tío y luego a su tia Arabella y su tía Annick para luego ponerse en guardia para el próximo ataque del ahora visible animal

 

- Madre, porque siempre estas metida en líos - reclamo Oscurus que era mucho mas aprensivo y protector con su madre y aun la tenia abrazada mientras levantaba su varita hacia el Tabo que viendo tanta gente no estaba seguro a quien atacar ahora.

 

- no seria yo sino lo estuviese hijo - dejando que su hijo la protegiera aunque no lo necesitaba

 

Ambos chicos voltearon a ver a sus primas y les guiñaron el ojo con la promesa muda de luego ir a por ellas a jugar

 

- quieren Tabo asado o ahogado - dijeron los gemelos al unisono mientras invocaban ambos el elemento que dominaban y que ahora controlaban mejor gracias a su padre.

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  • 2 meses más tarde...

Fruncí el entrecejo pensativa ¿contra que estábamos luchando? ya se me habían agotado las ideas y por si fuera poco los hechizos, no había forma de que pudiera saber como salir de aquella embestida invisible que nos tenía en combate desde hacía por lo menos medía hora, ¿cuando iba a acabar aquello? parpadee pensando que quizás necesitábamos agilizar las cosas o encontrar alguna manera de terminarlo de la mejor manera posible, no podía ser posible que fuera un auror por tantos años y no pudiera encontrar la manera de finalizar aquello ¿o quizás sí? a diario me preguntaba como salía viva de las batallas, luego recordaba que había sido suerte y el malestar se me pasaba al instante, pero aquella vez era invisible el contrincante, así que tendría que hacer algo para saber que era lo que nos embestía sin cesar en su empresa.

 

- Homenum Revelio - Dije fuerte y claro esperando que eso nos revelara que era lo que nos embestía -

 

Como por arte de magia el animal con cuernos, cara humana y cuerpo de león se materializo delante mío, ¿eso era una esfinge? ¿o era otro animal y yo creía que era una esfinge? me dije que aquello era un tabo y que estaba equivocada en mi idea, así que ahora tendría que intentar detenerlo de alguna manera o por lo menos ver que hacía para que no nos lastimará a nadie, sabía que podría hacer aquello, solo que tenía que buscar la forma de lograr que no nos lastime a ninguno, algo que era por demás importante para vencerlo del todo.

 

- Incarcerus - Dije fuerte y claro viendo como 3 gruesas cuerdas se dirigían al animal atrapandole las patas delanteras y traseras -

- No quiero asustarlos, pero quizás mi idea no funcione, porque esta como loco tironeando todo, bueno ¿alguna otra idea? cielo santo luche con cosas más peligrosas que un tabo ¿o era tebo? decía que luche con cosas peores, así que este animal no nos vencerá, por cierto, papá ¿estás bien? ¿están todos bien? - Pregunté preocupada dirigiéndole una mirada a Elvis y luego a los demás presentes, temiendo que algún otro saliera lastimado -

 

Estaba feliz de ver que parecía que la caída no había afectado a Papá, pero aún así lo observé preocupada por si se había lastimado o algo así y había otra cosa que me preocupaba por demás, estaba feliz de que estuviéramos teniendo más gente por allí, aunque eso me alarmaba al pensar que podría ser peligroso, me dije que lanzaría salvaguardias cuando todo esto del animal termine, suspire dirigiendo mis ojos azules a mis padres, tanto Annick como Elvis, tenían esa relación rara e intente disimular mi preocupación. ¿Qué les sucedía? negué con la cabeza intentando no pensar que las cosas entre ellos no estaban bien, parpadeé para que nadie notará mis ganas de llorar, solo podía pensar que ellos no, todo menos ellos, no podía perderlos también ya bastante perdidas había sufrido, lentamente me pasé la mano por mis ojos azules, intentando disimular todo lo que pude, ser vampiresa me ayudo a que no se notará que estaba mal, pero supuse que quien me conociera podría leer mi preocupación a un palmo de distancia, así que me apresuré a dar una sonrisa torcida, alejada de mis sonrisas alegres y despreocupadas, prometiéndome que no me metería a menos que ambos quisiera hablar conmigo y que me tragaría la preocupación cuanto pudiera.

 

- Solo prométanme que pasé lo que pasé siempre podre verlos y que jamás dejaremos de ser una familia ¿lo prometen? yo los quiero, son mis papás, quiero decir que los adoro y que bueno estoy aquí por si me necesitan, ustedes saben los gryffindor nos ayudamos entre nosotros ¿no? - Les susurre a mis papás Annick y a Elvis, esperando que solo ellos me escucharán y deseando decirles así que contaban conmigo para lo que necesitarán -

 

Las palabras sonaron sin mi repique habitual de campanas y esa alegría innata que tenía siempre, realmente me preocupaban aunque estaba decidida a no meterme, porque dicho sea de paso no era algo que yo pudiera solucionar, aún así quería que supieran que eran mi familia y que siempre lo serían, sentí un peso extraño en mi corazón, uno que no estaba ahí momentos antes, suspiré negando con la cabeza y segura de que no me abandonarían de nuevo, podía perderlos a todos, pero a papá y a mamá siempre los tendría allí, la certeza de que no se irían me hizo sonreír y entre tanta preocupación me dije que podría contar con ellos siempre o al menos, eso esperaba que siguiera siendo así, pasase lo que pasase entre ellos, siempre serían mis padres y eso ni mil guerras mágicas podrían cambiarlo nunca.

 

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