~Mansión de la Familia Gryffindor~ (MM: B 104490)

[Saori Rambaldi Ragnarok]

escuche unos ruidos algo molestos viniendo de la habitación de mi sobrina, pues ella había gritado que no lo molestáramos pues había llegado algo cansada de sus estudios, pero le pregunte algo elfo pues en el fondo se escuchaba una pequeña voz de hombres pero era raro nadie me aviso ya que algunos de los familiares estaba ausente en el castillos otros trabajaban pero como era la tía mas joven de charlot pues aun estudiaba igual que ella. La respuesta del elfo fue - La señorita recibió una incomoda visita de un lejano amigo- . Se me hizo algo raro pues ella no traía a muchos de sus amigos o amigas a esta casa ya que ella era algo seria fría y seca así que me extraño. decidí subir para mirar de que amigo se trataba. Jumm sera que se molestara conmigo si voy. pero antes paso a la cocina por un pastelilllo de chocolate, fui a la cocina por mi pastelillo de chocolate, y ahora si subire haber que pasa.

 

al subir las escaleras me di de cuenta de re ojo que charlot estaba molesta y algo cansada seguir mirando * reí* vi al amigo de charlot algo tranquilo e inocente con una pequeña mirada * niño pequeño* me pareció agradable decidí acercarme y saludar.

 

-Hola * vos dulce* Perdón por interrumpir es que el elfo me dijo que habías venido perdón por no recibirte en la puerta. mucho gusto soy Paula Black Grynffindor, soy la tía de Charlot , tu eres...

 

- en fin sobrina que paso por que esa cara me extraña. Quieres un pastelillo de chocolate. perdón amigo de charlot quieres un pastelillo.

 

los mire con buena cara y espere sus respuestas tranquilamente espero no le moleste a Charlot que haya venido tan repentina mente sin dar un llamado de atención, pero * ríe* no creo que se moleste ella me quiere mucho.

 

@@Charlot Gryffindor @@JosephEsteban C.G

[Mica Gryffindor]

Con @@Arabella Gryffindor

 

Mientras esperaba, contemplé tranquilamente mi hogar. A pesar de tanto tiempo alejada lo seguía considerando mío, pues había contribuido a crearlo y hacerlo prosperar hasta que por obvios motivos ya no pude hacerlo. Era muy extraño ahora sentirme tan ajena a ese lugar, por el que al mismo tiempo sentía profunda pertenencia.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la repentina presencia de Arabella. Estuve a punto de abrazarla cuando hizo señas de que guardara silencio y la siguiese hacia el interior de la casa. Me tomó el brazo y me condujo. Supe enseguida de qué se trataba: Elvis aún no confiaba en que estuviese de regreso. Sin decir nada, seguí sus indicaciones. Una vez en su habitación, ella misma se sintió segura y me abrazó en señal de bienvenida.

Arabella habló mientras nos dirigíamos a los sillones que había a un lado de la habitación. Mientras terminaba de escucharla me dejé caer en uno y asentí sonriendo.

-Sabes que amo a mi familia más que a nada. Todo ya está perdonado, aunque siento que realmente yo soy la que debe disculparse por todo lo que generé... -me encogí de hombros. Nunca habíamos llegado a charlar sobre aquel lejano pero latente tema, yo me sabía culpable de todo lo que me había sucedido.

La elfina de mi prima dispuso amablemente té y galletas para ambas y tomé mi taza como excusa para hacer una pausa. No bebí ya que estaba caliente, pero calenté mis dedos con la fina porcelana.

-Lo lamento...

[Charlot Gryffindor]

En ese momento alguien apareció en mi estudio, era mi hermosa tía @ ella saludo a Esteban. Era bastante inusual que se presentara en mi estudio. No me gustaba que nadie irrumpiera de tal forma pero era mi tía así que tenia que comportarme amable con ella. Quedaba claro que necesitaba colocarle un hechizo de protección a mi estudio para que nadie ingresara de esa manera nuevamente.

 

 

-¿ Hola tía, que haces aquí? ¿se te ofrece algo?-dije.-era encantador que se presentara tan solo para saludar a Esteban pero ahora mi conversación se vería aplazada para otra ocasión.

 

Tenia que ser cortes y invitarles algo de comer pero no en la mansión ¿ pero que lugar? no sabia que sitio seria bueno para pasar el rato, tal vez un parque de diversiones o una cafetería.

 

 

- ¿ Que les parece si vamos a un lugar a comer algo? o prefieren quedarse aquí con este aburrimiento tan grande.

 

 

@@JosephEsteban C.G

[JosephEsteban C.G]

confundido... no hay más palabras para expresarlo: una nueva señorita aparece de repente; y aunque siento curiosidad por saber sobre ella, me sorprendió la tremenda capacidad de desviar la tención que había en el aire. Escucho que la señorita me pregunta mi nombre así que le respondo

 

-soy Joseph, mucho gusto- digo con una voz cordial y un poco tímida.

 

mientras me presentaba, Charlot evadiendo aun más el tema, para dejarlo en otra ocación; nos invitó a mi y a su tía de esta casa para irnos a cualquier lugar a hablar y comer algo. Topmé esa invitación como un reencuentro por esos mese, motivandome aun más para decir:

 

-Bueno vamos, ¿adonde iremos?- Espero mientras observo a las dos chicas.

 

@Charlot Gryffindor

@Paula Malfoy

[Saori Rambaldi Ragnarok]

Paula black se encontraba en una situacion la cual la obligaba a dejar el pastelillo y seguir con lo mismo, miro a su pequeña sobrina que la queria mucho peeo su rostro no era agradable por un instante vi que charlot cambio de tema de repente y seperdio un poco. Vio al amigo de su sobrina algo nerviosa pues penso que se habiai merido de sopeton y sentía que era asi.

 

-ohh joseph mucho gusto, que agrqdable tener visistas.- dijo son hna sonrisa en la cara y un tono de voz algo delicada.-

 

La propuesta de su sobrina era algo inesperado pero estupendo hace unos dias que no salgo, seria divertido que despejara la mente ya qe tuvo ub encuntro familiar poco agradable con su familia.

 

-Claro seria estupendo vamos y miramos a donde vamos -con voz de entusiasmo, la pequeña demonio sintio algo de algria.

 

@@Charlot Gryffindor @@JosephEsteban C.G

[AriamAshar016]

Despues de estar casi seis mese afuera de Inglaterra por cuestiones personales y de trabajo que me enviaba mi tio, decidi visitar a mi familia por parte de la tía Arya, así que utilizando la licencia recien adquirida me apareci en los terrenos de la familia.

 

-Buen día- salude al aire sin fijarme si había alguien presente o no-.

 

Me dirige al salón y me senté a esperar que alguien apareciera, mientras esperaba me coloque los audífonos para escuchar música y me puse a leer uno libro de aventuras, aunque realidad no leía sino que pensaba en algunas cosas que habían pasado, una comunidad gitana amiga había sido atacada por suerte los magos lograron rescatarlos y protegerlos, pero no nos quedaba claro el motivo y las investigaciones no daban ninguna pista concreta, al regresar habia una carta en mi departamento que contenia una amenaza si seguia investigando así que para despejar mi mente decidi visitar a la familia y distraerme con otra cosa.

Estaba pensando en eso cuando alguien aparecio en el salon.

 

-Hola- dije-.

[Luna Gryffindor Delacour]

La pequeña Gryffindor corría por el parque ¿que por qué corría? es que simplemente le agradaba hacerlo, lejos de miradas curiosas y de todos los que pudieran verla, al menos que ella supiera, corría por el lindo parque que tenía su adorada mansion, nadie recordaba ya porque estaba ahí, ni si quiera ella pero ese día se le había dado por correr, aunque una chica alta, de 14 años, ojos azules claros, piel palida, más palida que la misma cera, cabellos pelirrojos riendo y jugando era algo que muy pocos podían pasar por alto, pero eso no le importaba había sufrido demasiado en sus contiuos viajes a Italia como para que le detuviera algo como eso, había tenido que responder tantas preguntas que había odiado, pero al menos ahora sería libre, completamente libre para poder correr por aquel parque que dicho sea de paso le daba una calida y linda bienvenida a su lindo hogar, o mejor sería decir viejo hogar.

 

No me pregunte si es que alguno me recordaba, tampoco era que lo necesitara, porque riendo y jugando en aquel paraje mi alma de niña volvía para curar todo el horror que había tenido que vivir y ver, no esperaba encontrarme a mi mama o mi papa, aunque me pregunté si habría alguien a quien conociera allí ¿estarían Annick o Elvis? ¿Mi elfo Arturo habria cumpldio con lo que le pedi? le habia encomendado que cuidara a todos hasta mi vuelta ¿lo habia hecho? y ese todos incluia a las personas nuevas que hubiera en mi ausencia en mi querido hogar, al que volvía luego de tanto sufrir y de tanto pensar.

 

El follaje verde se confundia con mis cabellos pelirrojos que parecian volar por inercia del viento mismo, ¿como había vuelto y cuando? cualquiera que me viera desde donde fuera podría preguntarse aquello, pero ciertamente había llegado apenas hacía unos minutos y quería correr y reir como antes, quería ser libre por primera vez desde hacia tanto tiempo y quería cantar cuanto quisiera, hacer eso me hacía sentir en casa y completamente feliz y contenta, no necesitaba nada más, excepto quizas ver a mis papás, pero eso lo haría luego o esperaba hacerlo luego en cuanto pudiera.

 

 

- Familia, lo siento, ¿me recuerdan? pelirroja, alta, de ojos azules claros, sonrisa contagiosa, algunas locuras variadas y bastante alegre, lo siento, vengan todos podremos correr por el parque, hoy es un dia hermoso, esté dia, porque en este dia se los tengo que contar, es el día en que soy libre, si así es soy libre, no más viajes a ningun lado, soy completamente y absolutamente libre, eso hay que celebrarlo, vengan todos - Dije al aire mientras seguía corriendo y saltaba por doquier, sin parar de reir feliz y esperando ver a alguien conocido -

- "No más Vulturi, no más vampiros malos, no más, nunca jamás, soy libre, completamente libre de hacer lo que quiera y de ir a donde quiera, soy libre, eso hay que celebrarlo" - Pensé sonriendo y riendome del todo feliz, preguntandome como es que había tenido tanto suerte y porque -

 

Mi alegría duro unos pocos minutos más, antes de que pudiera seguir gritando por alguien más un papel escrito con una pulcra caligrafia me llevo a la tierra de nuevo, quizas los Vulturi me habian liberado pero aun tenía que responder ante el consejo de vampiros, así que tan libre no era del todo ¿o si? deje de correr y pare como si me hubiera anclado al piso, relei la nota de mi desgracia y la rompi en mil pedazos, gruniendo enfadada, ¿como había pasado de la alegria a la desazon tan de repente? suspiré diciendome que aún me quedaban más batallas que librar, pero que al menos podía sonreir porque había ganado una de ellas.

[Talia Mckinnon]

La biblioteca de los Gryffindor contenía grandes tesoros. La pelirroja no sabía si la familia estaba enterada de ello, pero ella hacía poco lo había descubierto.

Hacía un par de días que había decidido aparecerse por la mansión, impulsada por un ferviente deseo de volver a encontrarse con su hermana y por una casi tangible necesidad de interactuar con personas mas... normales; aunque el calificativo en realidad no iba bien adecuado. Solo quería sacudirse de tanto embrollo de divinidades griegas que la habían perseguido incluso en aquél lugar.

El primer día no se había topado con ningún alma, contrario a lo que recordaba cuando había puesto pie por primera vez en aquéllos terrenos. Los integrantes de la familia brotaban a cada segundo, como flores de cerezo en primavera, al grado que era difícil para la semidiosa recordar a todos los que había conocido ese día; y eso era decir demasiado.

Haciendo una pequeña excursión por salas y pasillos, perdiendo una que otra vez el camino y reencontrando en otras la dirección correcta, fue como había llegado de nuevo a la imponente biblioteca. Las grises tormentas de sus ojos relampaguearon con anhelo, devorando con la vista cada título en cada tomo. Ese día tomó uno, y comenzó a leerlo mientras seguía deambulando por la mansión. Para aquélla noche, habiéndolo finalizado, sus pies habían terminado terriblemente hinchados.

El segundo día, habiendo dormido en la acogedora habitación que gentilmente su hermana y cuñado habían dispuesto para ella, volvió a la biblioteca y tomó dos libros más, regresando con ellos a la habitación de donde no se le vio salir más. Al quinto día ya tenía una pila de no menos siete libros sobre la cama, y otros cinco sobre la mesilla de estar. Para entonces la pelirroja intuía que nadie en la mansión estaba enterada aún de su presencia.

Decidió volver a salir, evitando el camino que ya de memoria sabía hacia su fuente inagotable de sabiduría, deseando que, aún cuando no se encontrase aquél día con Annick, por lo menos alguien (corpóreo o incorpóreo... lo que sea) se le cruzase por el camino.

[Annick McKinnon]

El sol asomaba entre unas impávidas nubes grises que se negaban a alejarse del pueblo. En los alrededores se escuchaba el canto de las aves que revoloteaban para estirar las alas o buscar alimento. En medio del jardín de la mansión Gryffindor, un par de gnomos asomaron la cabeza entre unos arbustos y señalaron una ardilla que parecía buscar algo en el tronco de un árbol cercano. Probablemente los curiosos seres intentarían perseguirla en cualquier momento, sin embargo la ardilla se puso alerta al notar que alguien se acercaba.

 

A unos metros de la entrada, Annick detuvo sus andares, cerró los ojos y llevó una mano hacia su frente. Se sentía ligeramente mareada y débil. La luz del sol le lastimaba la vista del mismo modo que cuando alguien se despierta en medio de la oscuridad y enciende la luz. Con la cabeza agachada para evitar el reflejo directo de los rayos solares, retomó el camino y llegó a la pequeña escalinata que conducía al interior de la mansión.

 

Al abrir la puerta se preguntó si sería buena idea subir a descansar, pero se sentía tan distanciada de la familia que una parte de ella le animaba a buscar compañía; no obstante no tenía demasiada energía ni ánimo para hacerlo. Mientras se preguntaba qué hacer, cerró la puerta y se sobresaltó al percatarse de que alguien se acercaba. A pesar de que su corazón latía rápidamente, esbozó una sonrisa al reconocer a Talia.

 

―¡Hermana! –saludó intentando ocultar la sensación de mareo y debilidad, aunque por momentos notaba una ligera punzada de dolor en la cabeza–, ¿vas a algún lugar? No sabía que estabas aquí… –al terminar la frase se dio cuenta de que en realidad debía explicar el motivo por el cual desconocía aquella información–. Disculpa, Eneas y Dido no estaban en la mansión. Los llevé conmigo y con Elros a Francia. Fui a visitar a mis padres adoptivos, los Poulain.

 

Se acercó a la pelirroja y le dio un abrazo y un beso en la mejilla. Escuchó ruidos en el siguiente piso, y supuso que Eneas y Dido desempacaban el equipaje mientras cuidaban de Elros.

 

―Llegamos hace un momento –explicó–, pero me retrasé un poco porque fui a echar un vistazo a mis perros. ¿Cómo has estado?, ¿ya te ibas? –se preguntó si Talia tendría prisa, pues estaba acostumbrada a que muchos miembros de la familia tuvieran que ir a trabajar o a atender diversos asuntos.

 

 

@@Talia Mckinnon

[Hilary J. Gryffindor.]

La tarde estaba totalmente fresca, se veía un mínimo rocío sobre las hojas de las plantas del jardín Gryffindor. El camino hacia la puerta era igual a mis recuerdos de niña. Y pensar que ya habían pasados muchos años de eso. Una ráfaga de viento hizo que cerrara los ojos por un momento recordando como me había sentido la primera vez que vi esas puertas en brazos de mi padre Elvis. Nunca había tenido un hogar, por un tiempo nadie me había cuidado como papá Elvis.

 

Abrí los ojos para entrar por la puerta dejando mi maleta en la entrada pues sabia que algún elfo lo recogería. Solté mi cabello del hongo que tenia dejando caer mis rizos negros en la espalda. Me dirigí directamente a la cocina aun sin encontrarme a nadie de la familia. No era que estuviese huyendo, todo lo contrario, seria muy extraño no encontrar a alguien allí. Aunque mis intenciones eran distintas, una taza de chocolate caliente y las galletas prohibidas de papá. Nunca olvidaría como no podíamos comerlas antes de cenar. Solo esperaba que mi hermanito no sufriera lo mismo que nosotros.

 

Al llegar vi una elfina haciendo sus quehaceres los cuales detuvo al verme entrar por la puerta. -hola- comencé diciendo con una sonrisa. -Se que es extraño verme en la mansion y mucho mas en la cocina, pero esperaba encontrar chocolate caliente con jengibre y las galletas de papá. ¿No se habrán acabado verdad?- no sabia como se llamaba el sabor de esas galletas, algún día tendría que preguntarle a Elvis.

 

Off

 

Hola familia. Se que soy una abandonadora, pero por aqui estoy por un tiempito. Lamento mi mini rol, estoy fuera de practica.