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En el bosque


Invitado Arcanus
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El viento soplaba tenuemente en aquel bosque espeso. Las hojas color verde intenso de los grandes árboles que había allí, se movían al compás de la brisa, mientras que las aves que habitaban en sus ramas silbaban alegres melodías que resonaban por todo el lugar. Distintos insectos y animales disfrutaban de aquel bello hábitat. Arcanus podía divisar panales de abjeas, las cuales trabajaban incansablemente, como también ardillas que jugueteaban por las ramas de los árboles. Ciervos, conejos y zorros, la fauna era realmente abundante.

 

El joven caminó hasta llegar a un claro donde habían dos grandes rocas, del tamaño de un automóvil pequeño, y dos troncos secos los cuales parecía que hacía mucho tiempo habían sido cortados. El lugar era bastante grande y los rayos de sol eran intensos, tanto que el joven decidió tomarse un descanso. Afortunadamente llevaba una camiseta de seda de color blanca, pantalones cortos y unas sandalias, por lo que estaba relativamente fresco.

 

Sacó su varita y comenzó a jugar con ella entre sus dedos. Añoraba aquellos tiempos donde la utilizaba casi todo el tiempo para defenderse y atacar a los demás magos. Extrañaba la adrenalina que le generaban los buenos duelos, los cuales siempre fueron su pasión. Esos tiempos eran muy lejanos ya, pero siempre los recordaba con mucho cariño, ya que fueron parte importante de su vida.

 

Absorto en sus pensamientos, notó que los pájaros habían dejado de cantar. Algo estaba perturbando la paz de aquel lugar. Por lo que comenzó a observar a su alrededor. Realmente no esperaba encontrarse a nadie allí, pero siempre era una buena excusa para sacar su varita y comenzar a atacar.

 

- ¿Sabías que es de mala educación espíar a las personas? - Exclamó hacia el vacío.

 

Una figura hizo su aparición de entre un gran arbusto que había a siete metros de Arcanus. De allí vio emerger a un joven que parecía perdido. Arcanus no tenía intención de ayudarlo, pero si de mover un poco su varita para ver si era capaz de manejarla como lo hacía antes, cuando era el terror de los miembros de la Orden del Fénix.

 

- Mucho gusto, soy Arcanus - Se presentó y realizó una reverencia ante el joven. - Podría entrar en detalles preguntando que haces aqui o quien eres pero creo que mi varita hablará por mi - Tras pronunciar esa frase. Arcanus enarboló su varita contra Darius.

 

- Sectusempra - Pronunció alto y claro, tras una floritura por demás elegante. Un rayo de color verde salió de la punta de su varita y partió a toda velocidad hacia el cuerpo de Darius para causarle graves heridas sangrantes.

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-Avis

 

Respondió el joven desorientado y con su mirada puesta en @@Arcanus , al poco tiempo una parada de aves embellecieron el entorno con un hermoso cantar, al tiempo que el efímera belleza fue destruida, ya que el rayo que se dirigía en su contra impacto en las creaturas, lagrimas se deslizaron en su rostro, pues le dolía haber perdido ese deleite en sus oídos. Pero era algo penoso para el momento, ya que desvió la mirada y con la varita sostenida en su mano derecha por las yemas de sus dedos murmuro.

 

-Morphos

 

El atuendo de pantalones cortos de su oponente se transformó, los mismos eran de una tela gruesa y le llegaban a los tobillos, vaya definición de cortos eran, lo que aprecio fue una avispa mariana, algo que no se mesclaba con el ambiente, la creatura se envolvió con sus tentáculos viciosos en la piel y ahora descubierta partes inferiores de ese mago. Por lo que no tardo en inyectarle su toxina, fue lo primero que provoco a su aparición.

 

Y así la mirada del egipcio se posó sobre aquel bulto del joven, pues no lo podía negar algo se traía escondido, pero no paso mucho tiempo en ese momento, pues levemente alzo su mirada, su respiración se mantuvo tranquila, a cada exhalada su camisa manga corta negra se pegaba a su robusto cuerpo, el short del mismo color que su prenda de arriba y sus sandalias, era todo lo que poseía, claro, sin contar las medias de algodón. Ya que no deseaba aguantar frio. Este paso su mano izquierda por sus gafas, para arreglarse un poco.

 

Retrocedió unos pasos, alargando la distancia, quizás unos dos metros más. Por lo que ahora se encontraba en una posición de nueve metros de distancia, eso lo hacía, mientras que jugaba con su varita, era posible que el mismo le silenciara y todo lo que había visto, fue detallar el bulto sobre la prenda inferior de su oponente, igual ello no importa, dado que luego se deleitaría. El caso era que simplemente se encontraba espiando a ese supuesto Black, ya que algo le decía que guardaba algunas sorpresa, quizás no debiera subestimar quien lo encontraba espiando.

 

Lo que por su mente estaba seguro era que no existía nada a mayor de veinte metros a su alrededor, por lo que no había ni árboles que posaran sus ramas sobre su cabeza o rocas de gran tamaño, a lo mucho eran piedrecillas menor al tamaño de un diente. A diferencia, de su oponente, que tenía varias ramas de árboles sobre su cabeza, algo que quizás este utilizará a su favor en un momento a otro. En su lado izquierdo, no existía más que un arroyo, cuya agua cristalina era muy agradable y a su derecha, una gran extensión de un camino de piedra con flores silvestre a su lado, quizás ese era uno de los caminos principales hecho por la humanidad en ese paisaje natural, pero este se encontraba como a unos cinco metros del mismo, pero se notaba como las flores se movían al ritmo de la brisa, y la fragancia que llegaba era muy agradable.

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El peligroso rayo se dirigía velozmente hacia el cuerpo de Darius, quien con un rápido movimiento hizo aparecer una bandada de aves las cuales se sacrificaron por él, deteniendo el peligroso hechizo, desapareciendo tan rápido como habían aparecido. Arcanus no iba a darle tiempo al chico para que pudiera recuperarse.

 

- Silencius - Exclamó el joven al ver que Darius se preparaba para realizar un hechizo el cual nunca fue conjurado. Por alguna razón, Arcanus recordó aquella asquerosa estrategia de la avispa marina que tanto lo aburría y un escalofrío recorrió su cuerpo. Por supuesto que no esperaba algo así de Darius por lo que se volvió a concentrar en el duelo. Las cosas estaban algo aburridas, por lo que era momento de pasar a la acción.

 

- Incárcerus - Tres sogas partieron velozmente hacia el cuerpo de Darius listas para amarrarlo fuertemente y dejarlo indefenso. La primera iba hacia sus tobillos, para mantenerlos juntos y así evitar que pudiera seguir moviéndose. La segunda iba hacia sus brazos, a la altura de las muñecas, que estaban hacia abajo al lado de su cuerpo, por lo que lo atarían fuertemente imposibilitandole apuntar. La última iba hacia su cuello para apretarlo fuertemente hasta ahorcarlo y así acabar con su vida.

 

Arcanus echó un vistazo a su alrededor y notó que estaba cerca de muchos objetos que podrían ser usados en su contra por lo que tendría que tener mucho cuidado si no quería perder el duelo. Se mantuvo atento a su oponente listo para el contraataque.

 

***

Editado con el permiso de Darius porque se envió el post por error. Shame on me :(

Editado por Arcanus
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Al tiempo que su oponente comenzaba a conjurar su invocación, el mago le respondió de inmediato. Y así fue que le apunto sin vacilar, pronunciando al mismo tiempo, pero milésimas de segundo de diferencia, entre los encantamientos, por lo que se pudiera considerar que casi salen al mismo tiempo, teniendo un curioso resultado. Y con solo al murmurar el egipcio. –­Expelliarmus

 

El rayo viajo a gran velocidad, tomando la forma de una serpiente la cual se encontraba amenazadora con su paso rectilíneo, mientras su contra parte al mago se le acercaba tres cuerdas en diferentes direcciones. El efecto fue extraño, mientras que uno se encontraba amordazado, atado y e inmóvil de su mano derecha con respecto a piernas. Y por lo bajo de estatura, esta se encontraba cercana a sus tobillos. El licántropo, tomo con su mano izquierda la varita y observo, como la de su oponente viajaba a siete metros de distancia lejos de él.

 

Allí le dificulto hablar, por lo que apresuro su palabra, dado que sería más rápido la magia, que la velocidad de este en recogerla. –Accio Varita de Arcanus- Del suelo se comienza a levantar aquella varita, y va rápidamente a la mano derecha del mago, ahora el egipcio tendría dos varita, habiendo finalizando el combate, después de estar seguro del éxito de su hechizo, terminaría en quitarse esas cuerdas y luego, darle la varita el mismo, explicándole el motivo del porque le seguía e invitarle de una posible revancha.

 

Off. Certifico el permiso para editar. n.n Creo que gane. :D En ese caso, si quiere continuamos aquí.

@Arcanus

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Tal cual y como lo esperaba. Arcanus vio como las cuerdas impactaban en cada uno de los puntos que había elegido cuidadosamente. Las cosas se habían inclinado favorablemente más rápido de lo que esperaba. Tranquilamente observó como el pobre Darius, que cayó bruscamente al suelo, realizó un Expelliarmus que salió disparado para cualquier lugar, muy lejos de Arcanus, ya que se encontraba totalmente atado. La cuerda que rodeaba su garganta había comenzado a asfixiarlo y su cara ya estaba tomando un extraño color morado.

 

Ahora la pregunta de Arcanus era si rematarlo, o dejarlo morir lentamente. No tenía nada personal contra aquel chico, por lo que no consideraba necesario asesinarlo ahí. Le daría la oportunidad de buscar alguna forma de salvarse, aunque realmente era casi nula.

 

- Expelliarmus - Susurró el mago para que un rayo rojizo partiera a toda velocidad hacia Darius. El mago que yacía atado, parecía algo confundido, ya que en lugar de defenderse intentó quitarle la varita a Arcanus con un accio, cosa realmente inútil dado que Arcanus la sostenía fuertemente con su mano derecha. Tras dudar por un segundo. Arcanus decidió que lo mejor era terminar el trabajo, había que tener cuidado con los errores.

 

- Sectusempra - Exclamó con voz cortante lanzando un rayo hacia el pecho de Darius. En caso de impactarle le causaría graves heridas que acelerarían su muerte.

 

- Creo que esto se acabó... - Susurró esperando el trágico final de Darius.

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El Egipcio observo mal todo, pues había sido desarmado, su rayo desviado y al estar desarmado no pudo desviar el segundo rayo que @@Arcanus le había dado, sentía mareado lentamente, por lo que poco a poco perdió la vitalidad, no muere desangrado, sino ahogado por la sangre de sus pulmones, su cuerpo cae desplomado, al parecer no contaba con la habilidad de su oponente, dando como resultado su derrota. El cuerpo del mismo quedo inerte y su mirada seguían observando a ese ser tan extraordinario. Allí, sin saber cómo perdía, perdió sin derecho a réplica, quizás en un futuro le enfrentaría de nuevo.

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