∞ La Mazmorra ∞ (MM B: 99618)

[Radamantys]

Radamantys escucho el nombre de la bruja , al tiempo que estrechaba su mano, -Digno Nombre para una joven tan encantadora- agrego el demonio mientras notaba aquel brillo de melancolía de los que añoraban algo, en cierto modo el no extrañaba aquellos tiempos de colegia, su verdadera vida había comenzado al salir de ahí.

 

-Seria un honor- respondió el Slytherin al tiempo que se sentaba a lado de la joven, la música que había empezado a sonar llegaba de manera distante hasta el , que contemplaba a cada momento con mas agrado a aquella bruja, -El que nada busca, todo encuentra- pensó Radamantys con una suave sonrisa en sus labios.

 

Antes de que el mesero se pudiera marchar Slytherin , lo detuvo , -Por favor Whisky de fuego- pido el demonio regresando su atención a la bruja, -Así que cuéntame sol, a que te dedicas, cuentame un poco de ti- quiso saber Radamantys, -He de confesarte que no recuerdo haberte visto antes en el mundo mágico y debo decirte que no olvidaría ojos tan hermosos como los tuyos- concluyo el mago, esperando no estarse excediendo.

 

Sin duda alguna aquel día Radamantys no esperaba conocer a una bruja tan agradable, pero había algo en ella que llamaba su atención, no podía negar que era guapa, pero no se trataba solo de eso, haba algo místico, alguna magia que Radamantys no podía distinguir, pero no había duda que se encontraba bastante a gusto en compañía de ella.

[Sol Lestrange Black]

Escuché sus piropos y sentí arder mis mejillas, me sonroje y sonreí apenada, aquello era bastante extraño en mi, no me turbaba tan fácilmente, pero la insistente mirada del mago había logrado lo inimaginable. Me mordí el labio escuchándole preguntar por mi vida, extrañada también de no habérmelo topado antes, aquel era un pueblo chico y no mucha gente pasaba desapercibida, seguramente viajaba mucho, o yo misma lo hacia.

 

- Muchas gracias, eres muy galante- admití después de que el había roto el hielo y comenzado a hablarme de tu. - Si, definitivamente tampoco recuerdo haberte visto antes, seguramente es por que no hemos pasado mucho tiempo quietos en este lugar ¿No crees?- Sonreí nuevamente y di un pequeño sorbo a mi bebida antes de continuar.

 

El lugar comenzaba a llenarse de gente, la hora de la comida se acercaba y probablemente el calor en el exterior atraía a los visitantes a esconderse dentro de aquel fresco ambiente.

 

Volví a concentrarme en el dispuesta a continuar con la charla- Pues te diré que tengo un castillo en Ottery, paso poco tiempo en el, prefiero viajar, vengo pocas veces al año prácticamente a visitar a mi familia. Adoro mi casa pero pasar demasiado tiempo en ella me llena de recuerdos que no siempre son agradables- admití suspirando-

 

El mesero interrumpió la platica, trayendo la bebida de mi acompañante, sonreí paciente esperando a que se marchara nuevamente.

 

- La verdad es que he hecho mucho, trabaje un tiempo en el profeta, otro tanto en la Académica... pero no quiero aburrirte, ahora háblame de ti, ¿Que hace aquí solo un mago tan agradable, nadie te espera en casa?

[Radamantys]

Slytherin escucho la respuesta dela joven, -En efecto, eso debe ser , aunque antes solía yo pasar mucho tiempo por Ottery, - respondió Radamantys recordando aquellos años en los que el solía asolar todas las mansiones relacionadas a la Orden y quien lo diría que ahora el era miembro de ella, aquello parecía ya un vago recuerdo.

 

-Eso seria interesante de ver- respondió Radamantys, -Yo solía tener un gran castillo, pero mi familia fue desapareciendo poco a poco y cayo en el deterioro, al final yo mismo desapreci por mucho tiempo y la propiedad paso a manos de la Banca- dijo Radamantys mientras su mente volaba a aquellos buenos tiempos en el Castillo Slytherin y a todos aquellos con los que había compartido esa época.

 

-Te entiendo- le dijo Rada ante el comentario de los recuerdos desagradables, el mismo tenia un sin fin de ellos, que habían contribuido enormemente a que el se fuera por periodos bastante extensos, de hecho después de aquello sin duda alguna volvería al extranjero a auto exiliarse por un largo tiempo, pero de momento quería disfrutar de aquella charla , que no esperaba pero que estaba resultandole bastante entretenida.

 

A los pocos minutos llego la bebida, el demonio agradeció al mesero que se volvió a retirar, tomo el vaso con la diestra mientras examinaba el liquido que se mecía suavemente en el vaso, pero sus ojos no veían realmente nada, la mente de Slytherin había dejado el cuerpo por unos segundos, hasta que la voz de Sol le devolvió a aquel momento y aquel lugar.

 

-Ya veo- dijo Radamantys, -Pues si te soy sincero nunca fui muy aficionado a lee el Profeta, ahora me es extraño que no coincidiéramos en la Academia- añadió al tiempo que sonreía, -Para nada me aburres, de hecho eres una persona bastante interesante- le respondió Radamantys buscando los ojos de la bruja, a veces una mirada decía mas que mil palabras.

 

-Pues yo, siempre he sido un mago errante- le respondió desviando la mirada,-Aunque también trabaje en la Academia por mucho tiempo,después termino mi periodo de enseñanza y me dedique a viajar por el mundo- agrego mientras seguía atento a las palabras de ella, una sonrisa melancólica se dibujo en sus labios.

 

-Ahora yo te agradezco los elogios- respondió a las palabras de ella, -Pero hace ya mucho tiempo que nadie me espera en casa, ni en cualquier lugar- añadió -Y ahora que lo pienso ni siquiera tengo casa, me quedo en hoteles o posadas de todos lados a donde voy- le contó a la bruja, -Tal vez es el destino de los grandes magos, desaparecer poco a poco y con el tiempo, ya vez como paso con mi linaje, ya pocos quedan o tal vez solo yo, la verdad no lo se - dijo esta vez con una sonrisa renovada.

 

-Pero no es momento de pensar cosas malas- le dijo el demonio,-Que te parece un brindis?- le pregunto al tiempo que levantaba el vaso en dirección de ella, -Por este momento tan agradable, por tu grata compañía y por lo linda que te vez- agrego Radamantys haciendo una ligera reverencia en dirección de Sol.

[Sol Lestrange Black]

El tiempo y la charla transcurrían de manera fluida, era extraño, pero parecía como si nos conociéramos de tiempo, aunque estaba completamente segura de que no era así, me sentía mucho mas cómoda de lo que me había sentido en largo tiempo, no era de congeniar de inmediato con alguien y mucho menos de intimidar con desconocidos, por el contrario en ocasiones pecaba de hostil con los extraños.

 

En esta ocasión había resultad bien el experimento, ya que desde el contacto inicial habían sentido un click. Le escuchaba contarme de su vida y notaba con cada palabra nuestras similitudes, su vida, sus afectos, sus miedos y huidas, me hacían verme reflejada en el mismo.

 

- Vaya que es extraño no habernos visto antes- admití al escucharle- Los mejores momentos de mi vida creo que los pase justo en la academia, el trabajar con los jóvenes magos fue una de mis mejores experiencias, guardo muchos bellos momentos y creo que si decidiera repetir algún momento de mi vida volvería a aquella época.

 

El destino y las coincidencias siempre me habían parecido un mito, pero ahora al escuchar como nuestros caminos habian estado muy cerca y no se habían cruzado hasta ahora me parecía bastante curioso.

 

 

-Como te dije antes yo si tengo una casa, pero la verdad es que pocas veces me siento cómoda en ella, de no ser por mi familia creo que no volvería nunca a ese lugar, si bien muchos de los buenos momentos de mi vida los he tenido ahí, los peores también están ahí guardados entre esas paredes, y rivalizan entre si cuando estoy dentro. A veces es algo complicado mantenerme ecuánime.- una suave risa escapo de mis labios de fresa.

 

Tras unos segundos de silencio en los que ambos nos sumimos en nuestros recuerdos y pensamientos, el mago volvió a tomar la palabra proponiendo un brindis por nuestro afortunado encuentro, sonreí y volvió a hacer un comentario que coloreo mis mejillas, definitivamente aquello se le estaba haciendo costumbre.

 

- Tienes toda la razón no hay espacio aquí para la melancolía- afirmé sacudiendo la cabeza como queriendo alejar cualquier mal pensamiento- Salud Radamantys, por este momento y por que sea el principio de muchos y en tan agradable compañía- levante mi copa y la choque delicadamente con la suya, me mordí el labio y le guiñé el ojo antes de dar un suave sorbo a mi copa, el hizo lo propio- ¿Parece tan extraño que de pronto te topes con un desconocido y termines brindando no? - admití divertida- Nunca creí en las casualidades, pero me parece que esta vez me estoy llevando una muy agradable sorpresa...

[Zoella Triviani]

Sentía los efectos del alcohol empezar a dejar rastros. La suave voz de Sísifo era como melodía para mis odios, y su grisasea mirada me hipnotizaba de a ratos. Tomando el próximo trago que sirvió para nosotros y dejando el vasito nuevamente en la barro me inclino en su dirección - Yo espero que termine bien - murmuré - bastante bien - Terminé dejando un pequeño beso cerca de sus labios.

 

El que fuera mi primo me dificultaba las cosas, puede que entre nosotros no existiera ningún lazo sanguíneo pero a fin de cuentas familia es familia ¿cierto?

 

Una lucha interna entre ser más atrevida o calmarme un poco me hizo arrugar el entrecejo. Tomando la botella sirvo otro par de tragos y vuelvo a tomar - Sisi, cuéntame. ¿A que te dedicas o que haces? - Pregunte intentando cambiar de tema pero sin alejarme mucho de su cuerpo. Mi yo racional me decía que me alejara aunque como siempre no le hice caso, acercando más el taburete donde me encontraba al suyo.

 

#TeamCaldero

@@Oniria

[Oniria]

Sísifo:

 

 

 

Me percaté de que acercaba su taburete al mío. Esbocé una suave sonrisa.

 

––Bueno, a nivel laboral... me he postulado para el Ministerio, a ver si cobro algo ––expliqué, riendo. Realmente necesitaba el dinero–– pero en mis ratos libres, dibujo y hago fotos, escribo... cosas intensas. Puedes venir a mi habitación a que te fotografíe algún día, o por los jardines de la Manor.

 

¿Habría sonado a proposición indecente? ¿Lo era? Quizá inconscientemente sí. Antes Zoe me había besado en la comisura del labio. Había sido la oportunidad para lanzarme, pero seguía frenándome la duda de si moralmente aquello sería aceptable para mi familia.

 

––¿Y tú, qué haces?

 

Mientras preguntaba, había movido la mano hasta un mechón suelto de su pelo negro, para colocárselo tras la oreja con delicadeza.

 

@

[Zoella Triviani]

Su invitación me tomo desprevenida, el compartir un momento a solas en su habitación era tentador - Acepto tu invitación - Solté sin pensarlo - ¿Que clase de cosas intensas escribes? Claro, si puedo saberlo - Pregunté mientras inclinaba un poco la cabeza. Me sentía encerrada junto a e en una pequeña burbuja, donde solo se podía escuchar la melodía de nuestras voces intercambiando palabras y compartiendo pequeñas cosas de nosotros. La situación se sentía bastante intima, una conversación en susurros que solo nosotros escuchábamos.

 

Con la vaga sensación de su piel en mis labios le conteste - Yo trabajo en cooperación internacional, además de atender mi propio local junto a una amiga en Diagon. Estás invitado por si gustas ir - Lo invité al Puño, los últimos días no había pisado el lugar, pero parecía una buena excusa para volver a el una futura asistencia de Sísifo.

 

El delicado gesto de llevar ese mechón suelto tras mi oreja me hizo sonreír, mi mejilla ansiaba sentir nuevamente la suave piel de su mano al tocarla y el frió que de ella emanaba. Extrañamente me sentía acalorada, pero sabia que ese calor no venia de mi frió cuerpo sino de una sensación, causada por la cercanía que entre ambos había - Sísifo - susurré - ¿Puedo besarte? - Pregunté mientras paseaba mis ojos por todo su rostro.

 

#TeamCaldero
@@Oniria

[Oniria]

Sísifo:

 

 

 

Sonreí, y antes de que pudiese terminar la frase, la besé yo. Suavemente. Se me podría considerar una persona bastante dulce en ese sentido. Llevé la mano hasta su nuca, y hundí mis dedos donde nací su cabello azabache. Aunque en realidad era bastante evidente que aquello iba a pasar, no dejaba de sorprenderme. Apenas nos conocíamos, éramos primos políticos... pero me daba bastante igual.

 

––Menos mal que lo has dicho ––confesé–– estaba un poco preocupado porque a lo mejor esto estaba mal y era feo lanzarse.

 

Seguí entrelazando algunos mechones de su pelo entre mis manos, hundiendo mi mirada en sus ojos grises.

 

––Eres como el final de una tormenta. Oscuramente bello. ––susurré, contemplando las tonalidades melancólicas de su rostro–– ¿quieres ir a algún lugar más privado?

 

Aquello ya era, indudablemente, una proposición indecente, pero lícita porque era ella al fin y al cabo la que había dado el primer paso. Tampoco nos comprometía a nada, pero era incómodo besarse en mitad de la gente como dos adolescentes. Prefería un espacio silencioso donde poder charlar y... cualquier cosa que surgiera.

 

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[Zoella Triviani]

No había terminado de soltar aquellas palabras cuando el contacto de sus labios con los míos empezó. una pequeña corriente subió por mi espina al sentir sus frías manos acariciar mi cuero cabelludo, con bastante lentitud subí mis manos por su pecho y las deje en su cuello haciendo círculos imaginarios con las yemas de mis dedos sobre su piel.

 

La palabra prohibido alumbraba mis pensamientos, causando molestia en la yo interna que desconectó el gran cartel de neón que brillaba tras mis ojos cerrados. Aún con los ojos cerrados pude percibir el alivio en su voz - De haberlo sabido hubiese preguntado antes - Mencioné mientras levantaba lentamente mis parpados. Aun podía sentir el movimiento de sus labios al compás de los míos, la suavidad y el dulce sabor que tenían combinados con el licor que segundos antes estábamos tomando.

 

Sus ojos brillantes no se apartaron de mi, mientras aun acariciaba mi cabello con sus manos - Vamonos de una, esta tormenta está apenas empezando - susurre mientras me levantaba del taburete, dejando unos galeones sobre la barra tomé su mano para salir del bar.

 

Pasara lo que pasara, sabia que seria una larga noche. Al salir el viento azoto mi rostro, y con Sísifo agarrado de la mano empecé mi rumbo hasta la Manor.

 

 

@@Oniria

[Dovakhin Haughton]

En época de cambios un hombre debe establecer sus prioridades, y el alcohol era una de ellas. A pesar de querer llevar una vida distinta a la que recordaba, Dovakhin jamás podría dejar el elixir de los dioses, el brebaje de la vida. Por esa razón se dirigió a uno de sus bares favoritos, La Mazmorra.

Se abrió paso dejando la puerta atrás y subió las escaleras perfilándose directamente a la barra, pretendía embriagarse de lo lindo ese día y nada ni nadie lo impediría, a lo sumo dejaría que lo ayudaran en su cometido pero esas cosas pocas veces ocurrían.

 

Se sentó en una de las banquetas de la barra y esperó a ser atendido mientras sacaba un cigarrillo del atado que tenía en su bolsillo derecho del pantalón, lo prendió e inhaló la primera pitada. Era un mal hábito que había adquirido en su viaje, si tan sólo hubiese sabido que aquél vagabundo lo llevaba por mal camino jamás habría tocado el tabaco, pero ahí estaba, con su nuevo vicio latente entre los labios llenándolo de humo por dentro.

 

Recordó que la primera vez que fue había conocido a la dueña del lugar y mientras fumaba miraba a su alrededor como si quisiera vislumbrarla en algún sitio. Sabía que ella misma frecuentaba su propio negocio por lo que no sería nada extraño hallarla allí, sin embargo al no ver caras conocidas volvió a lo suyo y centró su atención en una botella de licor de chocolate que se veía como si estuviese ahí esperándolo a él.

 

@@Candela Triviani