Jump to content

Pociones - Herbología


Dovakhin Haughton
 Compartir

Publicaciones recomendadas

-¿Por qué se prohibieron algunos encantamientos relacionados con la botánica?

 

Fue cuando opte por caminar unos pasos adentrándome al bosque, dejando unos dos pasos de diferencia con el profesor y note como dos conejos se encontraba saltando de un lado a otro, por lo que direccioné la varita al suelo. Conjurando la Rosa Mortis sin pronunciar alguna palabra, pronto varios capullos emergieron de la tierra, lentamente consumieron toda vida a su alrededor.

 

-No es una lástima que no podamos usar la belleza contra nuestros enemigos, la firmeza de los árboles y la sutileza de los pétalos ¿Acaso menciono que somos superiores?

 

Con un leve movimiento de mi muñeca los capullos emergen y desprende una bella fragancia podía sentir, dulce aroma de los dioses, tan encantador y daba en mi mente una clara señal que las creaturas que había visto, habían muerto, sus cuerpos se encontraban deshidratados, a penas sus pellejos se encontraban pegados a sus cuerpos. Y al pardear luego de mucho tiempo, se desaparece el maleficio.

 

-Pero la belleza de la naturaleza es superior a nosotros, por lo que no subestime este fino arte, ya que puede ocasionar más peligro de lo que pudiera imaginar, este por ejemplo, fue conocido en la edad primitiva en Egipto, es muy común su uso, es llamado el Rose Mortis.

 

Camina por donde había pasado el rastro de su encantamiento y habían florecido una rara clase de hongos silvestre, algo que no era común en ese lugar, como dos plantas negras, que brotaba sin medida, floreciendo ante ellos un hermoso frutal blanco.

 

-Como debe saber, esta planta es conocida como el roba alma, pues para nacer necesita primero un sacrificio, un alma que devorar, de allí nace su fruto que según dicen es algo afrodisiaco. Espero que este país este simple encantamiento no esté prohibido.

 

Y con el uso de mi escasa magia deprendí el fruto, allí este vino a mí, muriendo la planta.

 

-¿Lo desea probar? Algunos dicen que su sabor se adecua al paladar, dándole un manjar a sus sentidos, claro despertando en ellos sus deseos más ocultos. Espero que no mal comprenda, dado que como amigos de las plantas, podre suponer que deseara conocer toda planta y todo fruto, le aseguro que no le pasara nada malo.

 

Mordiendo un poco desde la concha esa fruta, haciendo que de mi boca saliera un líquido cristalino, como la sangre del unicornio, dejando escapar un sinfín de sabores en mi interior, provocando que mi mente viajara a otros rumbos y mi cuerpo llegue a un estado de paz. Ya que no era la primera vez que comía, aquel majar.

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sonreía ante la perspicacia de su alumna dando tan acertadas respuestas, parecía no necesitar la clase para nada pues sabía bastante bien el funcionamiento de las pociones y su preparación paso por paso. Terminó su sandwich y al poco tiempo lo último que quedaba de líquido en su recipiente, luego un fuerte eructo fluyó de su boca y se puso de pie llevando ambos brazos por detrás de su espalda. —Exacto— Una sonrisa se dibujó en su rostro y los ojos del profesor se clavaron como dagas en Maida que continuaba comiendo sus galletas.

 

—Naturalmente sabrá por qué un muggle jamás podría realizar con éxito una poción aunque tuviese incluso todos los ingredientes y siguiera los pasos de la preparación al pie de la letra— Cuestionó dando por sentado que la Ivashkov conocía la respuesta, sin embargo arqueó una ceja esperando oír la contestación de su alumna. De hecho aquella pregunta era más sencilla que la anterior pero lo único que buscaba Dovakhin con todo eso era tiempo.

 

Tenía una idea de cómo seguiría la clase pero aquella joven lo sorprendía, parecía tener muchas facultades para la realización de pociones al menos en la parte teórica, pero lo hermoso vendría en la práctica cuando tuviese que respaldar su tono altanero al responder simples preguntas como si estuviese preguntando algo obvio. Una vez contestó su alumna, el profesor prosiguió.

 

—Puede dar vuelta la hoja— Exclamó señalando la hoja que estaba dada vuelta. Una carilla estaba en blanco, del otro lado también, pero al darla vuelta unas letras comenzaron a aparecer formando una oración. —Espero que lo comprendas. Puedes preguntarme lo que necesites, pero te recomiendo hacerlo rápido— Sentenció para volverse a sentar en su silla. Se regocijaba de su pobre alumna.

 

"Si la manual petaca cremo una opción estanciera arpa recusar"

@

ZtlFOb2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ningún muggle puede realizar nada que requiera magia, esto claro, incluye las Pociones —respondió.

 

Si, así de rápida y cortante, aquel exabrupto corporal del Profesor Haughton la había alterando logrando que el rubor de sus mejillas —por su propio atrevimiento—, se expandiera hasta sus orejas. Siempre había espacio para un poco de educación de sobremesa, de hecho, su gesto la abrumó tanto, que dejó a medio comer una de las galletitas y simplemente ignoró la taza de té. Esperó que el rumbo que tomara la clase no tuviera nada que ver con ingestas de comida ni nada, o se vería en serios aprietos.

 

Podía sentir la mirada del Haughton sobre ella, pero no se atrevió a alzar su mirada hacia él, aunque claro, esto no era personal, le sucedía con casi todos los que iba conociendo en Ottery, ya se había acostumbrado a ignorar un poco a género masculino si la situación lo ameritaba —casi siempre, según su mente, claro—. Respiró pesadamente dejando que el olor del dulce en el te le invadiera las fosas nasales y entretanto esto ocurría para relajarla, un pergamino se extendió frente a ella.

 

Al principio pensó que quizá se trataba de un inglés rudimentario, y bueno, siendo ella búlgara, aún se le complicaban algunas palabras. Sin embargo, una espontánea dislexia ató las letras en el pergamino con lo que decía el profesor. "Rápido", eso escondía, claramente una advertencia para la ojiazul, así que trató de enfocar mejor la frase que ahora, bailaba a sus ojos tratando de ordenarse lentamente.

 

"Si la alumna acepta comer, una poción necesitará para curarse"

 

El rostro de la Ivashkov era habitualmente pálido, pero sin duda alguna, lo escrito ahí le quitó todo rastro de color a sus mejillas. ¡Él profesor había envenenado las galletas! Cuando dijo que escogiera entre alguno de los alimentos, seguramente era porqué cada cosa tenía una poción o mejor dicho, un veneno, dentro. ¿Es qué todos los profesores de Hogwarts llevaban algún curso especial de Pedagogía de la Tortura para poder enseñar? Buscó con la mirada en los estantes del lugar, en algún lado tenía que encontrar algo que la ayudara, una poción, algo, pero claro ...¿Cuánto tiempo le habrá dado el profesor al veneno? No había forma de saberlo.

 

Tiene un bezoar en alguno de estos estantes, ¿no? —preguntó con cierto dejo de ansiedad en su voz y finalmente enfrentando al Profesor Haughton con la mirada— No va a dejar que muera, ¿o si?

 

@@Dovakhin Haughton

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Magnífico, simplemente magnífico— Quedó maravillado ante la rapidez de Maida para descifrar el anagrama. Frotándose las manos con impaciencia observó a la joven y le mostró ahora un rostro aún más placentero que el anterior expresando sin tapujos lo bien que se la estaba pasando tras envenenarla, sin embargo el primero de los errores no tardó en llegar. La Ivashkov daba las cosas por sentado tan rápido como las respuestas que daba. Nadie es perfecto.

—Si, aquí tengo uno— Contestó mientras que de una caja sacaba un Bezoar y se lo arrojaba a las manos de su alumna.

 

—Pero lamento informarte que de nada te servirá— Comenzó a decir cuando Maida procedía a tomarse su antídoto —Deberías saber que el Bezoar cura casi todos los venenos, y cuando digo casi... me refiero a que justo el que tú tienes en tu organismo en éste momento, es inmune a él— Sentenció con malicia ahogando una pequeña risa para no ser demasiado cruel. Sus manos acariciaron el escritorio de caoba donde tenía todos los apuntes docentes.

 

—Lo bueno es que mi jugo tenía el antídoto, pero ya me lo tomé— Comentó con tranquilidad —Debía hacerse sentir que estabas segura comiendo un poco, por eso tuve que comer yo mismo un sandwich— explicaba al mismo tiempo que husmeaba con su ojo derecho el recipiente vacío donde estaba el antídoto que ya había tomado él. Dio vuelta la botella y lo agitó hacia abajo, con el pico apuntando al suelo, mostrándole a la joven que ni una gota caía de él.

—Como te dije al principio, Maida, ésta es una clase de opciones.— Reiteró —Tuviste la opción de comer y no comer y elegiste comer— Su mirada se ensombrecía —tuviste la opción de elegir tu propio veneno y lo hiciste— Clavaba sus orbes color esmeralda en la muchacha. —Tuviste la opción de aprender, pero preferiste ser perfecta y saberlo todo— Se puso de pie.

 

 

Comenzó a caminar rodeando a la muchacha quien para ese entonces debería estar comenzando a sentir los mareos. Los síntomas iniciales del veneno. —Ahora tienes la opción de salvar tu propia vida— Sentenció y señaló con su dedo índice un reloj en la pared que antes no estaba allí. Era un reloj sin números y sólo tenía cuatro indicaciones. A dónde debía ir el número tres había una espiral, que representaba el mareo. Allí estaba en ese momento la manecilla. En dónde debía estar el número seis había una catarata, que representaba el vómito. Donde debía ir el número nueve había unos signos de "calor/caliente" que representaba la fiebre y en el lugar del doce había una carabela con dos huesos cruzados, que de más estaba decir que representaba la muerte. —Tienes una hora para descubrir qué veneno tienes adentro, cuales son los ingredientes para el antídoto, prepararlo y tomarlo claramente, si no quieres morir— Sonrió ahora si más desagradablemente que nunca.

 

—Como tomaste todas tus opciones jactándote de tus conocimientos y demostraste una sabiduría admirable, imagino que no necesitarás mi ayuda, así que te deseo mucha suerte.— Haughton dio unos pasos decididos, abrió la puerta y salió del salón dejando a la pobre alumna sola a su suerte.

 

 

@

ZtlFOb2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Muchos encantamientos en botánica han sido prohibidos por el Ministerio de la Magia, por diversas razones. Algunos, como ese que tú acabas de invocar - señaló el Weasley a las flores que el muchacho, para su sorpresa, había materializado gracias a un encantamiento que llevaba tiempo sin oír ni utilizar - porque potencialmente pueden representar un riesgo para la salud comunitaria o de algunas personas. Otros encantamientos, sin embargo, han sido prohibidos en base a tratados internacionales o de la Unión Europea Mágica. Los motivos son varios, y fundamentalmente depende de cada encantamiento, pero creo que en esencia lo que se busca es limitar un poco la experimentación con las plantas.

 

Nathan rechazó la invitación de su alumno a probar el fruto afrodisíaco de aquella planta. Lo encontraba cada vez más difícil mantener una actitud relajada y seria con aquel muchacho y a cada segundo que pasaba, había una voz dentro suyo que se volvía más y más sonora diciéndole que debía de advertirle a los directores de la Universidad por su conducta. A medida que se adentraban más y más en las profundidades del Bosque Prohibido, Nathan guiaba a su alumno a través de senderos, pasajes o cortos túneles debajo de rocas en dirección al próximo obstáculo que su alumno debería de sortear. En efecto no se había equivocado en preparar situaciones de alto riesgo y dificultad, dado que Darius parecía ser, a pesar de sus preocupantes divagaciones, un prodigio de la británica.

 

"Uno que tiene mucho que aprender" pensó, más no emitió comentario audible al respecto.

 

En cuestión de minutos llegaron a un pequeño claro rodeado por una densa vegetación y tapizado en lo alto por las cúpulas de varios árboles que se entrelazaban entre sí para limitar severamente el paso de la luz solar. La iluminación, sin embargo, era lo suficientemente buena como para tener una visibilidad aceptable. En el medio del claro había un pequeño lago de no más de quince metros de diámetro, cuyas aguas prácticamente negras reflejaban débilmente al patrón de hojas y ramas que se alzaban unos cuantos metros por encima de su superficie. Un par de largas hojas y helechos de color verde oscuro se proyectaban desde dentro del agua hacia afuera, y alguna criatura (probablemente fauna muggle) emitía un chirrido constante que rápidamente se transformó en sonido de fondo para el Weasley.

 

- Bueno Darius, para la segunda parte de esta clase quiero que trabajes con plantas subacuáticas. Pocos son los magos que conocen mucho sobre ellas o que han manipulado ejemplares de las mismas, sin embargo creo que aquí dentro encontrarás unos cuantos que te llamarán la atención. Quiero que te zambullas dentro de este lago, supongo que sabes utilizar el casco-burbuja, y me traigas al menos cuatro ejemplares distintos. Deberás describírmelos con cuanto detalle puedas y luego será mi tarea explicarte qué son y para qué pueden ser utilizados cada uno de ellos. - Nathan instruyó a su alumno mientras tomaba asiento en un pequeño banco de piedra a metros de la orilla - Puedes comenzar cuando gustes, buena suerte.

 

@Darius

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tras haber escuchado la instrucción del facilitador y la sigo al pie de la letra, por lo que había pensado un Casco-Burbuja, al momento que me había lanzado al lago, esto me hacía pensar que el profesor le gustaba verme con la ropa algo pegada al cuerpo, algo pervertido pero que no me molestaba en lo absoluto, así me fui desapareciendo de su vista, cada vez que me sumergía en la más profunda oscuridad, allí usando mi varita utilice el encantamiento de Lumos Máxima. Por lo que note que una esfera de luz me iluminaba el camino, cada vez que descendía.

 

La primera especie que note fue la Myriophyllum spicatum, era de color verdoso y parecía poseer un tallo fino y las ramas eran muy delgadas, me parecía muy delicada, por lo que con mucho cuidado desprendía una de estas. Quizás sea el motivo extraño, pero esta la asocie como la terminales nerviosas, pues todas sus ramitas parecían como neuronas, al menos sus conexiones, era en verdad hermosa. Al seguir mi recorrido, evocaba el tiempo que tenía, lastimosamente el hechizo no dudaría mucho.

 

Curiosamente algo me comenzaba a producir cosquilla en mi espalda, era quizás una creatura, pero su sensación era algo tímida para ser esto, por lo que simplemente me quite la camisa, dejando que la misma saliera a flote, por poco no acabo con el encantamiento que había provocado, si no fuera porque esta tenia botones, no sabía que había hecho en ese momento. Al quitármela, vi que salía una Ruppia marítima, por lo que la tome y guarde, para seguir mi expedición. Esta Ruppia era como hilos verdes que apenas dejaban ver una cabecilla de color dorado, con algunos bellos en la misma, curiosa y fascinante era lo que me venía a la mente.

 

Al pasar el tiempo me topo con una serpiente del mar, extraño fue verla, pues conocía que la misma habitaba los océanos, por lo que al momento que se me acerca a mí, simplemente exclamo un Vipera Evanesca y esta se desaparece en el acto. Aunque, me faltaba algo de oxígeno, por lo que nado rápidamente a la superficie. Allí deshago el hechizo y lo vuelvo a pronunciar, refiriéndome claro al Casco-Burbuja, notando antes en alguna de las esquinas del lago la presencia de Typha angustifolia y Typha latifolia. Las dos muy parecidas en sí, solo un experto las pudiera distinguir, ya que poseían las dos un tallo largo y su punta se encuentra la diferencia, pues esa protuberancia marón era más larga en una con respecto a la otra, esta misma era muy delicada, por lo que al tacto se pudiera des truir, por lo que seguí con mi búsqueda, dado que opte por no tomar ninguna de las dos.

 

Al estar nuevamente en la oscuridad pronuncio un Lumos Lunae y con la varita apuntado abajo, veo brillar una Myriophyllum verticillatum en la profundidad, por lo que voy por ella, la misma era hermosa, pequeña pero increíblemente atrayente, su tallo era amarillento y parecía con sus ramas un pequeño arbusto. Al tocarlo supe que era algo gelatinoso, al menos a mi parecer, aunque era firme su contextura. Era muy agradable sentirle, por suerte suponía que no era toxico, dado que había observado varios peces comer de este. Tarea fácil fue arrancarlo y guardarlo.

 

-Aaggg

 

Escuche pronunciar y sentir algo filoso que me rosaba la espalda, por lo que no tarde en pronunciar un encantamiento. El mismo fue como una onda expansiva y me voltee, para ver de qué se trataba. Allí note un selkies o merrows, el termino británico no lo conocía. Esta creatura al parecer se encontraba molesta.

 

-Regresa aquello…

 

Esto no lo podía hacer y mi anillo era inútil por mi bajo poder, por lo que le lance un Sectusempra y la creatura comenzó a sangrar, sabía que me tendría que marchar rápido, abandonar mi expedición lo antes posible, pues la sangre llamaría a los depredadores, pero me faltaba una especie, pero eso no me importo. Por lo que elevando la varita grite.

 

-Ascendio

 

Y salía impulsado rápidamente, que por suerte lo había hecho, pues había finalizado el encantamiento que me dejaba respirar, por lo que caía a los pies del maestro, algo decepcionado, a no ser que hubiera visto esas Branquialgas a la proximidad que tenía cerca, por lo que me levante, guarde mi varita y la tome. Por la alegría que tenía, abrace el profesor mojándole un poco, pues aún seguía escurriéndose algunas gotas de mi rostro, le deje de abrazar, dando unos pasos hacia atrás, para explicarle la planta la última que había llegado.

 

- Esta se especie se llama Branquialgas y son algas, como bien su nombre lo dice, que tienen la cualidad de producir en la persona que las toma, unas branquias para poder respirar bajo el agua por 1 hora, los efectos varían según el tipo de agua, además de manos y pies palmeados.

 

Después de haber terminado ella, le enseñe la especie que había recolectado y la explicación de la misma, como la aventura que había tenido. Al cabo de un rato comprendí que había mojado al profesor por lo que añadí.

 

-En verdad lo lamento, es que supongo fue la alegría.

 

Al bajar la mirada, veo de reojo el lago y el mismo se encontraba teñido de sangre, por lo que sacando nuevamente mi varita me seco un poco. Pero para ese momento ya no poseía mi camisa, pues me había desprendido de esta, como de mi capa. Ahora lo que me preguntaba era donde demonios había dejado mi mochila.

 

-Accio Mochila

 

Y la misma va a mi mano, pero por desgracia tumba al profesor, al parecer la había dejado tras de este.

 

-En verdad lo siento.

 

Le clave la mirada y guarde mi varita, extendiéndole la mano para ayudarle a levantar, esperando que el mismo comprendiera que esto fue un accidente.

 

@

Editado por Darius

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Maida trataba de entender lo que su profesor decía, sobretodo porque en sus palabras existían adjetivos que no se adecuaban a ella como persona, ¿jactándose ella? Era cierto que había contestado relativamente rápido a sus preguntas, pero era porque se había pasado meses encerrada en la biblioteca del colegio y entonces, claro, algún fruto tenía que haber. No se podía ir por la vida devorando libros y pretendiendo que no se sabe nada. Pero la confusión era tal, que la Ivashkov comenzaba a marearse, detestaba sobremanera dar la impresión equivocada a las personas y que sus descripciones la juzgaran de mala manera.

 

Lo que si era raro, era que la ojiazul estuviera más preocupada por eso, y no por el veneno que según el profesor Haughton le estaba recorriendo las venas en ese preciso instante. Entonces el bezoar lo servía, y según lo que señalaba él, pronto los síntomas solo empeorarían. ¡Aún más! Porque de tanto aguantar el piso que se le removía por debajo de los pies, comenzaba a sudar demasiado, sus palmas eran dos pegostes que claramente, dejaban ver que el profesor no había mentido.

 

Pro-profesor —tartamudeó antes de verlo casi irse por la puerta, giró hacia donde estaban los ingredientes del lugar, recordó muy vagamente la 3era ley de Golpallot, pero casi inmediatamente la vista comenzaba a nublarsele y además de nada le servía recordar eso, si no tenía idea de lo que se andaba esparciendo por su torrente sanguíneo.

 

Dispuesta a hacer lo que estuviera en sus manos para cambiar su destino, y con la esperanza que Hogwarts no autorizara aún a los profesores a matar a sus alumnos, Maida recurrió a él.

 

Necesito que me ayude —dijo con la molestia de una garganta seca y cero estabilidad, logró tomar al profesor por la túnica justo un segundo antes de desplomarse al suelo y con el rostro pálido—...no voy a poder yo sola —sentenció sintiéndose al borde de la inconsciencia.

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tomó la mano de su alumno y utilizó su propio cuerpo para ponerse de pie, sin verdaderamente valerse de la ayuda de su alumno. Intentó de sobremanera que su malhumor no se notase en su accionar: el patente infantilismo de su alumno, que no había perdido ocasión de demostrar desde el comienzo de la clase, ya le estaba molestando en exceso y agradeció por lo bajo que sólo restase la última parte de la clase. De todas formas, no estaba seguro de que su alumno necesitase aprender algo de él, parecía verdaderamente instruido en la herbología y algo le decía que sólo había recurrido a él por una cuestión de formalismo para valerse con el título y certificado que la Universidad expendía previa aprobación del Weasley.

 

- Sígueme, por favor. - zanjó, tras inspeccionar los ejemplares que su alumno había recogido en el lago cuyas aguas, para su más altísimo disgusto, ahora estaban teñidas de un leve tono rojizo producto de la sangre que había escapado del animal que el joven había asesinado. Prefirió no emitir comentario acerca de los medievales métodos del muchacho: quizá así se manejaban las cosas en su país, quizá así se manejaban en su familia. Sin embargo, matar una criatura mágica era un atentado contra la pureza.

 

Guío a su alumno a lo largo del bosque, por unos cuantos minutos ninguno de los dos emitió palabra mientras Nathan se metía entre ramas y árboles, por debajo de arbustos y saltando pequeñas corrientes de agua, hasta que finalmente llegaron al punto donde la clase probablemente se daría por concluida si su alumno superaba la última prueba satisfactoriamente. No era algo demasiado difícil pero era algo que probablemente se ajustaría, o al menos un poco, a las extrañas expectativas de su alumno, quien había manifestado repetidamente su deseo de poder controlar la naturaleza a su propio gusto.

 

Habían llegado a la orilla de un río de quizá diez metros de ancho, cuyo cauce era tan peligroso que probablemente nadie en su sano juicio se atrevería a probar atravesarlo nadando. Del otro lado del río aguardaba una especie de laberinto, muy similar al que Hogwarts una ves había visto para el torneo de los tres magos. En el centro de dicho laberinto había una pequeña mesa de cemento con unas cuantas macetas y dos mandrágoras adultas allí.

 

- Darius, tu misión será valerte de la naturaleza para crear un puente que te permita cruzar, no quiero ver ningún encantamiento mágico que no esté relacionado a la herbología. Luego tendrás que entrar y atravesar el laberinto hasta llegar a su centro, donde encontrarás unas mandrágoras que quiero que transplantes sin utilizar audífonos, un buen herbólogo no necesita de ellos. Buena suerte.

 

Lo que Darius no sabía era que el laberinto estaba infestado de plagas como acromántulas, duendecillos de Cornualles, lazo del diablo y arbustos de fuego. Una vez más el Weasley se valió de sus habilidades de Legeremente para repetirle, en su cabeza, el mensaje a su alumno, quien lo escucharía alto y claro:

 

- Ningún encantamiento que no esté relacionado a la herbología. En cuanto lo hagas, estás fuera.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Canto de las rosas:

 

Baje la mirada y apunte al suelo, rápidamente comenzó a florecer un rosal, unas orquídeas y girasoles. –Venid a mí, siervo del bosque.-Entonaba el cantico.- Florezcan hermosas flores del paraíso.- Mirada se clavó en el profesor. –Creen los caminos del sendero de las espinas.- Cerro los parpados. –Retoñen una vez más.- El ambiente se volvió tenso y un rugido se escuchó, un gran Árbol se levantaba de sí mismo. -¿Quién osa llamarme?- Expreso el ser vegetal. –Y traigan al caminante.- Seguía el cantico. –Parad.- Advertía el que había sido despertado.-que había sido despertado.- hagan que el mismo pronuncie la plegaria.- Allí los pétalos de flores se comenzaron a desprender, dejándose llevar por la brisa. –Tierra escucha la plegaria y que el ruego cree el sendero.- Conjuro contra su voluntad el árbol. –Permitid al zorro caminar nuevamente por el sendero espinoso.- Allí lo expreso. En ese momento el ser vegetal, queda dormido y un puente de rosas se crea frente a mí.

 

Pero dicho encantamiento necesitaba un sacrificio, así que me descalce y comencé a caminar entre las espinas, a cada segundo el dolor recorría mi cuerpo y la sangre teñía el camino, ese era el pequeño sacrificio, pues a cada gota de mi sangre se creaba pétalos de rosas. Al terminar de cruzar, el puente se encontraba lleno de pétalos, por lo que pensando un Herbolus Sanun, la naturaleza me sana, algo parecido a un Episkey, pero la energía provenía de la naturaleza. Por lo que técnicamente, no había corrompido la regla que se me había dado. Allí concentro toda mi atención en mis pensamientos, pues odiaba que alguien merodeara en estos, más que era descarado, dado que me había hablado. –Ven siervo del boque, venid en mi auxilio.- Entonaba otro cantico. –Salid de la profunda oscuridad.- El ambiente se volvió gélido, y una brisa golpeo mi cuerpo, lentamente la tierra comenzó a temblar y una mujer de rosas y espinas se creó frene a mí. –En que os puedo servid.- Indaga, mientras que me apunta con su espada, la cual crea de su cuerpo. –Seguid el sendero de pétalos y divertíos.- Indicándole que sedujera a mi maestro, la misma comienza a caminar entorno a este.

 

Al menos eso le mantendría ocupado por un momento, así que proseguí con la prueba, camine sin prisa por el laberinto, el lugar era agradable, más de lo que pudiera imaginar. El lazo del diablo me pareció algo muy común, por lo que lo atravesaba como si nada. Mi anillo de plaga me detecto una amenaza, a lo que simplemente conjure un Bio Sius , una extraña planta que rápidamente creció, era carnívora y a mi servicio, por lo que devoro cada duendecillo. Pero escucho una pequeña alerta con otro de mis anillos, era un ejército de acromantula, pero no estando mi profesor, decidí divertirme. –Ereis Usip Sop- Y del suelo mil lazos del diablos se crean, por lo que atrapan a las arañas, lentamente las matan, curiosamente nadie sabía lo útil que podía ser la magia de las plantas. –Pensé, que sería un desafío.- Y nuevamente recibo la alerta de mi anillo, por lo que cuatro bolas de fuego aparecen frente de mí.

 

-Protus Nature.- Y de inmediato un muro de raíz se levante frente de mi bloqueando el ataque, el mismo comenzaba a resistir cada impacto de bola de fuego, pero sabía que no dudaría mucho. –Nature Lunae- Pétalos negro comienzan aparecer rápidamente del cielo, cayendo sobre los arbusto de fuego y quedan petrificados desde la raíz, por lo que poco a poco comienza a secarse. Y una y otra vez, aparecían más creaturas, era una lástima que cada una de ellas moría y el suelo se teñía de un rojo carmesí.-No la puedo desperdiciar.- Pensé en voz alta. –Sangui Rose.- Y un jardín de rosas blancas se comenzó a crear, cada una comenzó a absorber la sangre y al terminar, comenzó a emitir un extraño canto. El mismo dormiría a toda planta en un profundo sueño. Allí camine hasta donde se ubicaba el recipiente, saque las mandrágoras adultas, y producto del sueño de la rosa, esta no despertaron, a no ser que así lo deseara, conocía las consecuencias, pues si duraba mucho el efecto las plantas de ese lugar se petrificaría. Por lo que las trasporte, estas parecían más que muñecos por los efectos de la música.

 

-Creo que es mejor que despierte las plantas.- Y apunte mi varita al suelo. –Arci Nocte.- Y raíces negras comenzaron a cubrir a los cantaoras, lentamente las mataron y aprisionaron la música, parte del laberinto quedo petrificado, al menos las mandrágoras se encontraban bien, la vida animal murió, dado que de eso me encargue rápidamente. Y camine de retorno, pasando nuevamente por el sendero espinoso con el mismo sacrificio de sangre, y volviéndome a sanar con aquel encantamiento herbolario. –Pensé, que le gustaría algo de compañía..- Hice pausa y apunte al ser herbolario. –Rose mortis. –Y de la misma comenzó a brotar y lazo maldito que la mata. Dejando en su lugar un frio cadáver. –Lamento, pero era necesario.- Camine al mismo. –Espero que esto quede entre nosotros, dado que sé que penetrar la mente de los estudiantes es algo prohibido.

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Dovakhin rió maliciosamente, Maida estaba agonizando y él finalmente había logrado lo que quería, que aquella sabelotodo pidiese ayuda para resolver un problema y no fuese aquella alumna perfecta que sabía todo y no necesitaba tomar la clase para aprender. La mujer podría o no ser una bruja excelente e insoslayable, sin embargo en aquél campo de las pociones el profesor era él. Finalmente accedió a ayudar y se posó frente a ella

 

—De pie— Le ordenó con el rostro totalmente serio. —¿A qué se te ocurre que deberías acudir para solucionar el problema, teniendo en cuenta que un bezoar no te ayudaría?— Inquirió una vez su alumna se puso de pie y trató de estabilizarse como pudo para continuar con la clase. —Depende de tu respuesta que apruebes o no mi clase— Sentenció con tranquilidad, después de todo, apruebe o no a él le pagaban igual.

 

Según los cálculos que había hecho, pronto la poción multijugos dejaría de hacer efecto, por lo que era el último tramo de la clase como el viejo Athos Haughton, no podría ocultar su verdadera identidad mucho tiempo más y sabía que cuando lo viera, Maida se asustaría o se enfadaría, pero algo le iba a generar a la muchacha verlo a él.

—¿Y bien?, ¿alguna idea?

 

@

ZtlFOb2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.