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Artes Oscuras + Transformaciones


Kahlan Blackthorn
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El concluir con éxito la clase de DCAO, no había hecho más que dejarle un gratificante sabor de boca a Malfoy. Estaba satisfecha por haber empleado a detalle los conocimientos que le otorgará el Arcano de Nigromancia Báleyr, nunca estaba demás agradecer las fuentes externas de conocimiento que le permitían moverse como pez en el agua dentro del manejo de las Artes Oscuras y las defensas adecuadas para repeler las mismas ─ Volvemos al tema que me gusta tratar ─ esbozó una maquiavélica sonrisa en sus labios alcanzando con ese gesto sus orbes lapislázulis. El sitio donde impartiría la clase no estaba del todo decidido, casi siempre le gustaba cambiar de localización e irse más allá de los cánones que marcaba la Universidad Mágica.

 

Era un ser puramente libre y caprichoso, jamás había sido adepta a las reglas y mucho menos a los estándares que le obligaban a cumplir dentro de esa institución ─ Si ha de ser a rajatabla, prefiero que sea a mi tipo de ver ese método ─ abrazando con su diestra su varita la resguardo en la pretina de su pantalón. No tenía un baúl a la vista, quizá porque todo lo que necesitaría para impartir esa materia, ya se encontraba en el sitio dispuesto para dicha tarea ─ Cumbres elevadas que tocan el cielo con sus puntas rocosas, abismos que conducen directamente al mismísimo infierno y para rematar una jaula repleta de dragones hambrientos ─ sí que le estaba sacando provecho a su empleo dentro del Ministerio, agradeciendo sobremanera tener acceso a la Reserva Mágica “ Newt Scamander”.

 

─ Solo resta afinar algunos detalles, entre ellos enviar la lechuza a mi único alumno y poner pies en marcha ─ colocándose una capa de viaje sobre los hombros destacaba en ella el escudo de su familia “Malfoy”, se leía bordado con letras doradas debajo de un imponente basilisco con la boca abierta de par en par. Le fascinaba la idea de pavonearse dentro del mundo mágico haciendo ardid a diestra y siniestra de su linaje real, la pureza de su sangre no sería puesta en duda por nadie y lo dejaría muy en claro. Soltando un pequeño bufido, no le quedo más que despedirse de su oficina dentro del Ateneo. Le resultaba extremadamente divertido moverse con métodos pocos convencionales de un lugar a otro, ya no le producía nauseas deslizarse por torbellinos de neblina espesa o saltar dentro de un agujero negro que terminaba por llevarla a sitios cargados de magia y misticismo puro.

 

Dejándose engullir por uno de esos medios de transporte, deleitaba sus pensamientos con una película de imágenes diversas ─ Autocontrol a la orden del día ─ susurró aterrizando sobre ambos pies con firmeza. A pocos metros de ella se elevaban cumbres enormes, sedimentos cargados de elementos que le serian de utilidad para la creación de la poción del cuerpo rudimentario, la poción del renacimiento de Voldemort y el letal beber de la desesperación. Cada uno de los movimientos de la rubia estaba fríamente calculado, no pasaría por alto las trampillas colocadas por ella misma la vez anterior a su reciente visita ─ Flechas cargadas con veneno de acromántula ─ saboreó la toxina al imaginársela colarse por el torrente sanguíneo de su alumno. El ser precavido sería una pieza clave, solo esperaba que no se topara con una roca más grande que un dragón o entonces si terminaría con algo más que la cabeza rota ─ Malfoy siseó para presentarse ante Mr. Zurin, esperando que emitiera alguna palabra.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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Aquel mes no había esperado dar clase. De hecho, tenía planeada una excursión, salir con la familia a explorar un poco e ir de acampada. Por qué no, al fin y al cabo, como cazador de demonios había pasado toda mi vida de un lugar a otro, entre bosques y lugares recónditos, durmiendo en mi vieja tienda de campaña o al raso.

 

Asi qeu de vez en cuando una escapada de aquel tipo no venía del todo mal.

 

Hasta que la lechuza del ateneo te recuerda tus obligaciones como profesor. Aunque eso no significaba alterar del todo mis planes. Esta vez no cogí la mochila que solía llevar a las clases, sino mi vieja mochila negra. Calzando botas negras, pantalones vaqueros y una camiseta de color gris me decidí a salir de la Potter Black.

 

MIentras pasaba la cabeza por la sudadera amarilla (no dejaba de ser hijo de Sagitas) recordé que también debía avisar a mi alumno donde íbamos. Con esta, eran tres las veces que lo tendría a mi cargo, y esperaba que esta vez terminara la clase con éxito.

 

 

 

@@Adam Lockhart prepárate bien, y espero que te guste el aire libre! utiliza este traslador para llegar hasta mi posición

 

Adjunta a la nota, un pequeño abrelatas, bastante corriente, que serviría para que el chico llegase al lugar elegido para la clase.

 

Y asi, giré, desaparecí, abriendo los ojos de nuevo en una gran explanada verde, con montañas al fondo pero, en principio, en soledad. Parecía que tendríamos un buen día, lo cual animaría un poco más la clase.

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Finalmente el joven warlock había recibido la carta que llevaba varios días esperando, se trataba de la notificación de inicio del curso de Artes oscuras que había solicitado recientemente al Ateneo de Conocimientos de la Universidad Mágica. Concretamente había recibido una carta de la persona encargada de impartir dicho conocimiento, Juv Malfoy según aparecía en la firma de la nota. Un nombre extrañamente familiar, aunque lo más probable fuera que simplemente lo hubiese leído recientemente en alguno de los documentos con los que había estado trabajando en el Ministerio de Magia, pues tampoco había socializado demasiado como para conocer a muchos de los habitantes de Ottery hasta el momento, el puesto no le dejaba mucho tiempo libre por lo general.

 

Nada más colocar la recientemente renovada capa de viaje sobre sus hombros, desapareció de su despacho con un giro de tobillo. No tenía claro como sería el lugar donde la profesora le había citado, aunque presentía que no sería sencillo pasar por todo lo que aquella profesora hubiera preparado para la clase. Elevadas cumbres que no permitían ver más allá, extraños materiales por algunas zonas del lugar y una fría sensación recorriendo su cuerpo fue todo lo que pudo sentir antes de colocarse varita en mano, no sabía si podría haber algún peligro esperando, y prefería estar preparado para lo que fuera que hubiese preparado la profesora Malfoy.

 

Zurin ─ susurró el warlock cuando se situó justo delante de la Malfoy, esperando más instrucciones de la profesora mediante las cuales iría superando las actividades que hubiera preparado para él. Parecía que estaba ante una persona poco habladora, pues tna solo había pronunciado una palabra para su presentación, parecía bastante fría, aunque quizás era solo una barrera para dar clase sin mezclarse con los alumnos. De cualquier forma, había ido hasta aquel lugar para mejorar su manejo de las Artes Oscuras, no para hacer amigos, por lo que tocaba centrarse y trabajar en lo que fuera que la profesora hubiese preparado para él, pues tampoco parecía que estuvieran esperando a más alumnos por la zona. ─ ¿Cómo empieza esto? ─ comentó el mago observando el rostro de la profesora con curiosidad.

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Y allí seguía...esperando a mi alumno @@Adam Lockhart . Para pasar el tiempo, ya un poco cansado de estar de pie, había rebuscado en mi mochila, sacando una pequeña silla plegable que planté sobre la hierba de aquella explanada y me senté para seguir mi espera.

 

Las montañas, aquel lugar abierto donde planeaba dar la clase seguía bastante agradable, a pesar de la ligera brisa, había algo de sol, lo cual se agradecía bastante.

 

Eché un vistazo hacia las cumbres, pensativo. Habría alguien más alli? desde luego, yo no sabía que en el mismo lugar se produciría otra clase, que de hecho tal vez hubiera ya empezado, y mucho menos que coincidía con la profesora que anteriormente había compartido espacio.

 

Para mi, en teoría estaríamos solos en aquel espacio. Tan solo necesitaría que hiciera acto de presencia mi alumno.

 

Asi qeu seguiría esperando.

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El día había llegado , y esta oportunidad me prometí a mi mismo que no reprobaria tenia que pasar la materia como fuera lugar así que me levante temprano de mi cama, me vestí con mi túnica escolar tome mi escoba, mi collar familiar que me había regalado mi padre, me despedí de todos en el hogar, cuando ya estaba por partir veo a mi buho que viene con una velocidad mucho mayor a la que el usa y ademas no estaba esperando carta de nadie.

 

No me dio tiempo a reaccionar cuando veo ya se había golpeado encima de mi, habíamos caído los 2 al pasto, cuando me recupere y vi que el también estaba bien, tome la carta a parecer el profesor tenia planes diferentes para esta clase, si terminar de leer que tenia que llevar o hacia donde ir toque el traslador el cual me llevo al un paisaje montañoso con altos arboles con un clima muy agradable.

 

El detalle era que ya era tarde solo hay rastros de lugar donde tenia que encontrarme con el, comencé a ver que mas lleva encima encontré fue mi varita, un poco de pan, y mi micropuff que se había metido en el bolsillo de mi ropa, ahora como encontrare a mi profesor en toda la inmensidad de montaña.

 

Respire profundo, comence a lanzar rayos de luces rojos al aire esperando, que el me encuentre a mi y que no este molesto por que ademas de no presentarme nunca cuando lo hago llego tarde ademas vengo con mi mascota, eso me pasa por ser el rebelde de la familia me decia en forma de reclamo a mi mismo.

 

@@Matt Blackner

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En un lugar tan verde, con el ruido de las aves, y alguna ardilla lejana (o eran marmotas?) las inconfundibles chispas rojas de una varita llamaban la atención enseguida. Por eso desvié la vista hacia el lugar. No me quedaba demasiado lejos, bajando la ladera, junto a una de las entradas al bosuqe que rodeaba las montañas.

 

Por eso guardé la silla y me aproximé hasta el lugar, escuchando un buho ulular. Cosa rara...era de día. Lo siguiente que vi, a @@Adam Lockhart aun varita en mano, mirando alrededor, esperando qeu alguien lo encontrase.

- Bienvenido! Veo qeu llegaste entero. - dije al joven. Era familia de Ishaya, eso lo recordaba. - Sígueme

 

Asi comenzamos el ascenso, deshaciendo el camino que yo acababa de recorrer cuesta abajo para dar con Adam. Señalé hacia las montañas, desconociendo lo que sucedía en la otra cara del monte.

- MIentras damos una vuelta por ahí arriba, aprenderás el uso de la transformación. Es una materia mucho más complicada de lo qeu se cree, aunqeu no lo parezca, dado qeu el morphos es muy utilizado en la vida diaria, pero va mucho más allá de ese hechizo. Un mal uso de las hablidades en transformación puede llevar a errores que podrían implicar incluso daños graves en seres vivos.

 

Alargué la mano hacia el buho, que sobrevolaba nuestras cabezas siguiendo al chico.

- Antes de nada, qeu sabes de las leyes de Gamp? - pregunté.

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