Libro de la Fortaleza~

[Athena Rouvas]

Libro de la Fortaleza.

 

 

―Cuando se conocen lugares memorables siempre se debe regresar.

 

Estiró los brazos hacia ambos costados e inclinó un poco la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos. Inspiró y expiró el aire varias veces mientras el viento hacía que sus cabellos revolotearan alrededor dejándolos mucho más despeinados que de costumbre. Podría haber pasado una eternidad así, sintiéndose completamente libre, pero había obligaciones de las que ocuparse.

 

Cuando volvió a tener la vista al frente pudo escuchar las risas de dos niños, (Quién sabe a cuánta distancia real estaría). Por aquellas fecha, en ese lugar del planeta, era pleno verano, de modo que el Parque Nacional estaba lleno de turistas por varias partes, todos tratando de conocer, sacar la mejor foto o simplemente aprovechar la naturaleza en familia o con amigos.

 

Faltaban varias horas aún para el ocaso, por lo mismo la sensación térmica era bastante agradable. Era el sur del mundo, la temperatura nunca era demasiada alta y el viento contribuía a mantener todo fresco, de modo que no era necesaria la abundancia de ropa.

 

Tuvo que alejarse de los senderos, esos que contaban con innumerables pisadas de los turistas. El lugar que tenía pensado estaba un par de kilometros más allá todavía, allí donde ni siquiera los guardaparques podían llegar con facilidad y donde lo único que rompía el silencio y la monotonía eran el sonido de las aves, el agua de alguna vertiente o la comunicación de los animales. Y por qué no, también de las bestias mágicas. Al igual que el bosque prohibido cerca de Hogwarts esa zona estaba protegida para que varias especies pudiesen vivir su vida silvestre; quizás, incluso, hubiesen utilizado hechizos como hiciesen con el estadio de Quidditch la última vez que Inglaterra organizó una copa. Por algo, no se veían muggles en el lugar. Pese a eso activó su Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos que llevaba colgando en una cadenita de plata alrededor del cuello.

 

Le tomó algo más de una hora, pero al fin estaba allí. Desde esa perspectiva también podían verse las Torres del Paine, solo que desde otro ángulo de la Patagonia.

 

―Ahora solo falta que lleguen los alumnos. No debiesen tardar demasiado. . .

 

Previamente a tener que reconocer el terreno una carta fue enviada desde la Universidad para @@Ernest Macnair Wilfred, @@Mr Zurin y @Darius. En ella explicaba el sitio donde los esperaría, el que acudieran con ropa cómoda y que llevaran consigo el Libro de la Fortaleza más todos los accesorios que este contenía. Además, indicaba que el papel era un traslador que partiría a determinada hora. Hora que estaba por cumplirse.

 

Con buena precisión del tiempo, los vio llegar uno a uno. Esperó a que se orientaran un poco luego del breve viaje antes de tomar la palabra.

 

―Bienvenidos, mi nombre es Athena Rouvás, designada por los guerreros Uzzas como instructora del Libro de la Fortaleza. Nos encontramos actualmente en una parte alejada del Parque Nacional Torres del Paine, tierra de algunas leyendas muggles poco conocidas. Espero que hayan traído las cosas que les solicité pues las necesitarán. ―Sin querer se llevó la mano al lugar donde llevaba los anillos y amuletos reunidos, en el cuello, le era así más fácil de tener. ―Si gustan pueden presentarse y más importante pueden exponer sus preguntas que tengan hasta el momento si es que han leído algo del Libro, si no pues, partimos desde cero.

[Thoth]

-Según comprendí al leer algunas páginas del libro.- Clava la mirada en la instructora designada por los guerreros Uzza. –El mismo fue creado o está relacionado con una antigua civilización, por lo que me gustaría que me contaras un poco más de ella, dado que en Egipto esto es más que rumores de caminos, por lo que ahora veo que puede ser verdad.- Se quita las gafas.- ¿Acaso no te molesta si indago un poco?- Cierra los parpados. –Y que olvidadizo soy, mi nombre es Darius Licaón.

 

Allí espero que la misma le respondiera y comentara sobre los guerreros, en verdad al mago le fascinaba, aunque su silencio no duro mucho, pues algo le inquietaba y era lo relacionado al uso medicinal del mismo.-En verdad te pido disculpa, si mi pregunta te incomodo, pero hablando del libro, veo que tratase de uno creado por y para los Sanadores de San Mungo, ya que creo que necesita.- Medito un poco. –Un conocimiento básico de primeros auxilios – Abre los parpados. –Un conocimiento que ya me aliste para estudiar, dado que si es un requisito, supongo que es necesario para usar todo su poder.- Se pone las gafas. -¿Acaso es necesario adquirir ese conocimiento?- Clava la mirada en Ernest. –Supongamos que cierto empleado del Magic Mall sufre heridas severas en todo su cuerpo y este conoce los secretos de este libro y porte ese objeto tan particular, entonces si no posee el conocimiento, este es inútil o simplemente no lo sanará por completo.

 

Allí baja su mirada. –Todo esto es hipotético, ya que nadie osaría a lastimar a ningún empleado del Magic Mall, al menos eso creo.- En eso clavo la mirada en su otro compañero. –Lo que me da curiosidad es la forma de volverse intangible, se debo al menos tener un conocimiento específico para prolongar sus efectos o simplemente portar el objeto.- Pasa su mano por la barbilla y la otra por su cabellera. –Es que me parece algo interesante el poder de ser como fantasma.- Existirá sus dos brazos hacia arriba. –Esto debe ser muy divertido y sin contar que puedes llegar a todos los lugares.- Clava la mirada en la profesora y se cruza los brazos. -¿Pero en verdad puede atravesar todos los objetos?

 

@@Athena Rouvás

[Athena Rouvas]

―No me molesta ni me incomoda que quieras saber más, sin embargo, me parece que sería una pregunta más apropiada para los mismos Guerreros Uzzas que conocerás cuando llegues a los Libros más altos. Ellos deben saber todo aquello de primera mano, además esta "clase" es corta y para priorizar el uso de anillos y hechizos, más que de historia misma.

 

Si bien Rouvás había ido aprendiendo de a poco lo que los Guerreros Uzzas iban enseñando, aún no podía considerarse una experta en el tema. Los primeros meses habían sido netamente manejar las cosas del libro en sí para recién después dar pasos más profundos en el aprendizaje. Además, ellos eran bastantes recelosos con los conocimientos de su gente, y a sabiendas de que siempre podían estar expectantes a lo que se enseñaba en los Libros más bajos, prefería relevar esa tarea a ellos.

 

Los otros dos alumnos estaban bastante callados, se preguntaba si de verdad estaban ansiosos de aprender aquel tipo de magia o solo iban a dar un visto. Porque no sería solo teoría.

 

―Definitivamente no es un Libro creado para Sanadores, es solo un hechizo el que requiere el conocimiento de Primeros Auxilios y es mucha la gente que lo ha adquirido. Yo tampoco trabajo en San Mungo y aún así lo tengo. Y sí, lo necesitas para ocupar la Curación de lo contrario no ayudará en nada. ―No le gustó nada la mirada que lanzó sobre Ernest más porque allí no permitiría ataques entre ellos para probarse. ― Y sobre la Salvaguarda Mágica, como todos los hechizos tiene un tiempo de duración que luego decae hasta concluir, no necesitas de ningún conocimiento para extenderlo, no se puede, si deseas seguir utilizándolo solo debes volver a realizarlo, y puedes atravesar cualquier objeto sólido con él, aún no se ha encontrado algún material que no pueda ser sorteado.

 

No era necesario hablar demasiado fuerte pues el silencio era bastante imperante, por lo mismo los ruidos, ya fuesen lejanos o cercanos, tenían cierto eco. El ruido de un batir de alas le hizo elevar un poco la vista mientras se hacía un techito con la mano diestra para evitar que la luz del sol entorpeciera la visión.

 

―Bien, parece que ya vienen. Tendremos compañía en esta clase.

 

En total eran cuatro. Idénticos a los caballos muggles pero con unas alas enormes llegaron los cuatro Aethonans, especie que no era oriunda de Torres del Paine, si no que traídas por ella para aprender de mejor manera el uso de algunas cosas, luego serían devueltos a su hábitat natural.

 

Permanecieron a varios metros de distancia, batiendo un poco las alas. No se veían con extremadamente fieros pero tampoco deseosos de querer acercase a los magos.

 

―Deben saber que son, pero por si las dudas, estos Aethonans nos ayudaran un poco a sortear el camino hasta el final de la clase. Deberán convencerlos de que los ayuden, hay una manera bastante sencillo si se han fijado en los anillos. Aunque antes, si todavía tienen dudas pueden plantearlas, o si prefieren podemos hacerlo de camino al lugar.

[Thoth]

@@Athena Rouvás

 

-¿Acaso debo montar en aquella creatura?- Fijo mirada en particular en el más salvaje, un corcel de pelaje negro. –No niego que sea interesante, pero no es mejor experimentar el hechizo de curación con esos seres.- Asevero e hizo énfasis en lo último. –Ya que supongo que no podre lastimar por cuenta propia, sería algo imaginable.- Bajo la mirada. –Pero supongo que pudiera ser una buena práctica. – Allí su anillo de amistad con las bestias brillo un poco. –Interesante, al aparecer desea jugar un poco.- El caballo alado comenzó acercarse. El mismo se le quedo observando.

 

-Creo que es mejor si…- El anillo de amistad de la bestia cambio del color de brillo y doblego la voluntad de esa creatura. Al parecer poseía dominio completo del mismo. Lastimosamente no era muy efectivo, le falta cierto conocimiento para doblegarlo como deseaba. –A ver, creo que es mejor que regrese, ya luego te llamare.- Allí, deja de controlar a su corcel. En verdad le era difícil mantener ese dominio. – Ahora bien, me surge una duda, ¿Qué pasaría si traspaso a una ser vivo y apareciera corpóreamente en el mismo?- Bajo la mirada. –Es que accidentes pueden pasar.

 

El egipcio estaba probando que tal de luz era esa profesora, pues la desconocía, aunque sus preguntas eran algo extraña y sus compañeros parecían permanecer en silencio, pero usando otro objeto ( Amuleto Volador ) Se comenzó a elevar un poco. – Pero otra duda, es referente a cierto libro, es que carecí de información, sobre su uso, espero que me puedas ayudar.- Planea un poco. –El espejo de niebla, no comprendo mucho ese encantamiento, sin contar esos nuevos anillos Detector de Enemigos, Escucha y Salvaguarda contra oídos indiscretos.- Clava la mirada en su profesora y desciende. –Es que no sé porque debo llevar tanta joyería, sin contar que… - Clava la mirada en Ernest. -¿Cómo descubro quien es mi amigo? Ya que si el anillo comienza a decirme que algún enemigo, como lo detecto a ciencia cierta.

[Athena Rouvas]

Al parecer Darius tenía la extraña idea de que podía elevarse o levitar con Amuleto Volador, pues le vio intentar usarlo, pero obviamente nada sucedió pues su único uso era si se saltaba desde una considerable altura, era la única manera de conseguir planear o hacer más lenta una caída. Más adelante verían mejor su uso, así le podría quedar claro su real utilización.

 

―Por supuesto no he traído los Aethonans con el fin de que practiquen la curación en ellos. Si no para que creen confianza con alguno, más adelante necesitarán de su ayuda. ―Su rostro reflejaba completa seriedad pues tenía un alto sentido del "animalismo". ―Creo que ustedes también deberían intentarlo, si es que desean vincularse realmente con el Libro, claro está. ―Añadió en dirección de Ernest y Mr. Zurin que seguían demasiado callados.

 

Alzó las cejas antes las siguientes interrogantes. Ya no sabía si las preguntas eran a propósito o de verdad era curiosidad.

 

―Podrías hacer un millón de preguntas sobre situaciones hipotéticas, pero creo que aquí prima el sentido común ¿Alguien en su sano juicio haría tal cosa? Quizás magos un pocos desviados podría ser. Si lo utilizas, sabes que la magia tiene su límite en el tiempo por ende debes moverte rápido antes de que el efecto se acabe. Cuando los Uzzas decidieron dejarnos aprender esta magia creo que no lo hacían para que la gente se ponga a "jugar" con ella.

 

Porque eso le parecía. Intentar atravesar un animal siendo intangible era más asunto de niños experimentando el mundo no de adultos ya formados con criterios sólidos. Ahora, si el lo preguntaba para después llevarlo a cabo iba a irle un poco mal pues la magia de los guerreros tenía aún muchos aristas desconocidas para el mundo mágico. Habían cosas que solo ellos pueden responder.

 

―Lo que intentamos crear en esta "clase". ―Era muy corta para un termino así, pero a falta de otro más cercano no se le podía denominar de otra manera. ―Es que crees un vínculo con el Libro. Llevar los anillos o amuletos encima es lo que ter permite usar la magia sin tener que cargar con el Libro encima ¿No te parece más cómodo? No es necesario que los lleves en los dedos, puede ser en algún bolsillo, en alguna mochila, etc. ―Por eso ella prefería usar un collar en donde juntar todo. ―El Anillo detector de Enemigos te avisa cuando vas a ser atacado por algo o alguien pero no quien lo hará, de modo que te pone en alerta.

 

Hacía tantas preguntas a la vez que no recordaba cuál era el orden correcto, más porque intentaba mezclarlo con situaciones.

 

―Preguntaste algo sobre el Espejo de Niebla ¿no?. ¿Qué es exactamente lo que no comprendes?

 

Serían los últimos minutos allí antes de emprender el camino. Por supuesto en el trayecto podían seguir lanzando sus preguntas. Pero ya era tiempo de que comenzaran a experimentar un poco más de lo que el Libro de la Fortaleza traía.

[Thoth]

@@Athena Rouvás

 

Ahora comprendía un poco más sobre aquel libro del aprendiz de brujo, sabiendo la razón o el motivo del porque no me había elevado. Fue en ese instante y de manera espontánea le contesta.

 

-Si es que no comprendo, porque dicho artefacto puede replicar tanto la magia oscura y tenebrosa ¿acaso el objeto se adapta al usuario? – Hizo pausa. –Es que son dos naturaleza y no comprendo una posible unión, supongo que alguno la podrá tener, pero esos Guerreros ¿Por qué compartieron su conocimiento con nosotros ¿Qué ganan ellos? Aparte de nuestros galeones, claro está, pues no es regalado dicho conocimiento.

 

Asevere, deseando conocer un poco más de esa tribu, pero cada respuesta de ella no me dejaban una clara idea, más que pregunta de niños, la misma estaban ubicada para hacer que hablara, era posible que mis compañeros callaron antes mis bobas interrogantes, pero para un sabio no es boba una pregunta, sino bobo el que no pregunta, por lo que bajo la mirada, pensando que esa clase solo sería teórica. Y acatando la sugerencia, me coloco toda joyería que pudiera poder usar, desde la más sencilla a la más compleja.

 

El peso de ese collar me pareció muy incómodo, solo esperaba que pronto mis compañeros rompieran el silencio ¿acaso había hablado algo que les ofendiera? Y sea esa la razón de su silencio, pero no le importó mucho, igual, estaba para aprender un poco más.

[Ernest Dumbledore Prior]

El joven Gryffindor se encontraba concentrado en las palabras de la joven profesora y las dudas que el joven alumno Darius le llevaba a la joven profesora de nombre Athena, un nombre apropiado para una clase como esta.

 

Sin embargo el muchacho parecia que el se habia inscrito a la Historia de los libros y de momento se habia olvidado de los 4 Aethonans que la profesora habia llevado, afortunadamente llevaba todos los amuletos y anillos del libro del aprendiz del brujo.

 

-El espejo de niebla, a mi parecer creo que funciona como que absorbe el hechizo de magia oscura o magia blanca- dijo el mago hacia la pregunta del joven Darius- Sobre las propiedades para el espejo de niebla se desconocen asi como las del espejo de Oesed o de la Sala de los Menesteres en Hogwarts, son secretas.- dijo el muchacho mientras miraba uno de los Aethonans atento, intentando poner en accion el anillo de Amistad hacia las bestias.

 

-Yo tengo una duda sobre dos cosas del libro de la fortaleza- dijo mirando la joyeria que traia puesta en las manos. - A veces por error uno mismo es el mismo enemigo, digamos que ahorita por ejemplo intentando controlar a estas criaturas, estas se volvieran locas y arremetieran contra mi.... ¿El anillo detector de enemigos podria detectar esto? Y el otro es acerca del hechizo Salvaguarda Magica, podria usarlo para meterme entre las paredes de algun negocio y espiar conversaciones de ese lugar? ¿O no te puedes quedar entre dos paredes?- dijo distrayendose de los Aethonans por un momento. - Creo que se como controlar a este Aethonan en mejor forma.- dijo mordiendose el labio inferior y sacando la varita.

 

El lugar en el que se encontraba estaba cerca de las famosas torres de Paine y era algo parecido al bosque que se asemejaba bastante al Bosque de Dean, un bosque que se habia famoso puesto que el trio dorado habia pasado una noche ahi unos meses antes de luchar contra el mago oscuro del momento.

 

Con la varita penso en el nuevo hechizo que tenia en el libro y sin mover ningun labio penso -Orbis Bestiarum - se pudo ver que de la nada habia aparecido un anillo dorado que envolvio por completo al Aethonan, en ese momento el anillo de la amistad de las bestias se habia activado provocando una pequeña iluminacion verde en este, mientras mentalmente le ordenaba al aethonan sentarse y este obedecer se guardo la varita en su pantalon de mezclilla que combinaba con su playera de manga azul corta y sus tenis de color verde.

 

De pronto sintio que el anillo de amistad de las bestias cambiaba de color, indicando un azul que asemejaba agua.

 

-Creo que mi Aethonan tiene sed- dijo mordiendose los labios- Se ha puesto azul transparente mi anillo, creo que seria buena idea irnos de una vez y buscar agua o algun lugar donde el Aethonan duerma, no se que signifique el azul Espero no dure mucho el efecto del Orbis...- dijo para si msmo esperando indicaciones nuevas...

 

@@Athena Rouvás @Darius

[Mr Zurin]

─ Zurin, ha llegado una lechuza para ti, parece que llega desde el Ateneo de Poderes y Magias Guerreras, por lo que puede ser la que estabas esperando para comenzar el entrenamiento ─ exclamó Faith mientras corría hacia el joven Warlock carta en mano. Una vez hubo llegado junto al mago se le entregó y volvió a sus quehaceres, pues parecía que el chico querría saler de inmediato hacia el lugar donde le hubieran citado para comenar a comprender mejor el Libro de la Fortaleza, la reciente adquisición que le ayudaría a volverse un mago con mayor poder, buena capacidad para batirse en duelo sin problemas.

 

El joven se desapareció de la sala en la que se encontraba para llegar rápidamente al parque Nacional Torres del Paine, el punto de encuentro donde la profesora del Libro de la Fortaleza le había citado, nada más llegar tuvo la impresión de haberse retrasado un poco, pues allí se encontraban tres personas hablando sobre el libro y se había perdido las presentaciones, tendría que ponerse manos a la obra para no quedarse atrás y unirse al ritmo de la instrucción.

 

─ Disculpad mi retraso, mi nombre es Zurin ─ comentó en un tono medio una vez encontró un hueco entre dudas y respuestas. Acto seguido se paró a escuchar algunas de las dudas que sus compañeros comenzaban a formular sobre el libro en cuestión, algunas de las cuales también las tenía él, por lo que igualmente resultaba bastante interesante simplemente escuchar las respuestas de la instructora.

 

Antes de que pudiera preguntar nada, cuatro Aethonans invadieron la zona, parecía que tendrían que lidiar con ellos para poder continuar con la clase. Estaba claro que para poder hacerlo iba a tener que utilizar algunas de las herramientas que la instructora había solicitado para aquella clase, concretamente el anillo que llevaba puesto en su mano derecha, el de amistad con las bestias. No lo había utilizado nunca antes, por lo que no tenía claro como debía proceder para obtener la relación necesaria con aquella criatura, pero trató de acercarse primero con cuidado, recibiendo una respuesta claramente negativa por parte de la criatura, que caminó unos pasos hacia atrás con cierta desconfianza hacia el mago, dato que pudo obtener gracias al anillo que llevaba puesto.

 

─ Entiendo que debemos crear un vínculo con estos Aethonans, podríamos comenzar por el uso de hechizos, pero eso...¿no estropearía justamente lo que estamos buscando? ─ comentó el joven en voz alta mientras trataba de pensar como acercarse a la criatura. Acto seguido, y sin esperar respuesta por parte de la instructora, trató de acercarse una vez más a la criatura que se le había asignado, lentamente y con pulso firme. La mano que había extendido para tocar el lomo del aethonan podría sufrir un ataque de la criatura si esta se negaba al contacto con el mago, pero en esta ocasión iba tranquilo, y parecía que la confianza fue transferida al aethonan, que le permitió interactuar con él sin problemas, y sin necesidad de controlarle de ninguna forma, quizás lo más apropiado si necesitaban crear un vínculo de confianza.

 

─ Tengo una duda sobre el detector de enemigos, quizás bastante similar a lo que preguntan mis compañeros, ¿realmente no podemos obtener más información de él mas que el mero hecho de que nos acechan? ─ hizo una pausa para reordenar sus palabras ─ quiero decir, ¿podremos saber algo sobre nuestro enemigo o del tiempo que tenemos antes de que nos ataquen? ¿Puede alguien protegerse de ser detectado? ─ terminó mientras continuaba acariciando el lomo del aethonan ─ También me gustaría saber qué tipo de protecciones existen contra la Salvaguarda Mágica, dado que el hecho de permitir sortear cualquier tipo de materia sólida podría ser bastante peligroso, ¿no es así? Me refiero en cuanto a la protección de lugares, por ejemplo ─ finalizó concretando un poco más la pregunta, pues además de dominar los poderes del libro, estaba bastante interesado en conocer como defenderse del mismo.

[Thoth]

La repuesta del empleado del Magic Mall (@@Ernest Macnair Wilfred ) me había dejado curioso, ya que luego de un silencio por fin se escuchó su voz, pero no eran como mis preguntas algo bobas, este tenía más firmeza y conocía más del libro, quizás allí radicaba nuestra diferencia, al parecer me había dejado con la boca abierta, pero no podía dejar que este me intimidara, ya que en ese caso me sentiría humillado, por lo que cerré mis parpados y deje que se notara mi sonrisa.

 

Por lo que solo meditaba cada una de esas palabras y maldije por dentro, ya que este parecía darse un aire de no sé dónde, y el que me hizo despertar de ese trance era la voz de mi otro compañero, ya que no lo conocía, incluso al estar en los mismos ideales, ese chico siempre me pareció reservado, por lo al abrir note que en verdad allí se encontraba. Ya que al parecer @@Mr Zurin era más cuidadoso con lo que decía y sus preguntas más asertivas.

 

Pase mi mano por el rostro y me retire las gafas, volviendo a cerrar mis parpados y pasando por mi mente que esos dos seres eran algo de temer, sin duda alguna era quienes debería acompañarme, ya que tienen más experiencia y posiblemente más habilidad, ya que mis facultades de duelo son más teórica por lo que a la hora de la práctica eran inútiles. Para ese momento y producto de mis nervios me había mordido el labio inferior, al sentir algo de dolor los volvía abrir los parpados, colocándome nuevamente las gafas.

 

Allí solo esperaba que la facilitadora determinar las instrucciones y pues deseaba a profundidad conocer las preguntas planteadas, en particular la que el empleado del Magic Mall había contestado de una forma tan imprudente. Por el momento debería quedarme en ese tiempo en la espera.

[Athena Rouvas]

De pronto Ernest y Mr Zurin tomaban también la palabra y Athena tuvo que hacer un enorme esfuerzo por recordar el orden de cada pregunta sin desviarse demasiado del tema principal, o terminaría dando una charla enorme que no venía para nada al caso. Esperaba no confundirlos demasiado.

 

―Déjame ver si comprendo lo que planteas porque aún tu duda es con el Espejo de Niebla, ¿cierto?. ―Preguntó a Darius pues era algo ambigua. ―El espejo de Niebla es un hechizo que puedes utilizar para equipar otro. Por ejemplo con un Sectusempra, utilizas ambos y le hace cree a tu adversario que tienes un poder inimaginable por lo que haga lo que haga saldrá lastimado. No absorbe el poder del hechizo lo potencia embelesando al contrario, ¿se entiende mejor? ―Cuestionó, está vez también lanzando una mirada fugaz a Ernest.

 

> ―Ahora, me saltaré tu primera pregunta Macnair pues se enlaza con la que ha preguntado Zurin. Sobre el Salvaguarda Mágica. . . Yo no te recomendaría que te quedaras entre las paredes para espiar, nunca sabes en que momento comenzarás a perder parte del efecto del hechizo, porque si, los hechizos no son eternos, y duran casi lo mismo que un rayo siendo lanzado por la varita. Estos libros no son para jugar. . . ―No sabía por qué, pero se los imaginaba como niños con juguetes nuevos cada que hacían preguntas de ese tipo.

 

El chico había logrado mantener cierto control sobre otro de los Aethonans. Esperaba que siguiese así porque ya en unos minutos partirían.

 

―No se a qué te refieres con estropear, pero creo que si no practicas algunas cosas después podría costarte un poco más realizarlas. Sobre el Detector de Enemigos, no, no les da ninguna información extra, solo que serás atacado de manera inminente pero no les dice quien o qué harán, solo los pone alerta a su alrededor para que tengan un margen de tiempo a ponerse a resguardo o a sacar la varita.

 

Rouvás se acercó con cuidado hasta el Aethonan que quedaba disponible y poniendo una mano cerca del lomo tocó con la otra su Anillo de amistad con las bestias para que el animal quedara bajo sus deseos. Lo que causaba era solamente que obedecieran sus ordenes sin oponer resistencia pero no que el animal no tuviese su propia voluntad frente a cosas como el peligro o a sus necesidades.

 

―Cualquier rayo o cosa sólida que lances a una persona usando el Salvaguarda Mágica no le afectara, pero será solo en ese momento. No es un hechizo que vaya a durar largos minutos y defenderte eternamente, no. Dura lo mismo que un hechizo común y corriente, es por eso que les menciono que no lo utilicen en cosas medio extrañas. Una vez que su función acabe puedes atacar y si la persona no se defiende con lo mismo, o con otro hechizo, simplemente causarás el daño que buscas.

 

Pese a ser baja de estatura, tomó un vuelo por el costado del animal y se encaramó en la espalda justo con las piernas detrás de las alas para no molestar en el batir de estas. Los instó a hacer lo mismo mientras buscaba el agarra por el lomo, como no tenía riendas solo quedaba afirmase del pelo.

 

―¡Vamos! Tenemos que llegar un par de kilómetros más allá. ―Señaló hacia el sur. ―Hay un lugar más propicio por ahí. Descuiden que por el camino pueden preguntar o debatir más cosas, no volaremos demasiado rápido para poder escucharnos bien. Por cierto, ―se dirigió nuevamente a Darius. ― no lo he olvidado. Si quieres saber más sobre los Guerreros Uzzas tendrás que esperar a llegar al Libro del Druida, ahí comienzas a relacionarte más con ellos. Son bastante recelosos con su historia, incluso con nosotros. Supongo que piensan que suficiente es con que compartan sus Libros con nosotros.

 

No mentía. En algún momento, cuando comenzó, ella también sintió el pinchazo de la curiosidad sobre quienes eran todos ellos y cómo habían aprendido este tipo de magia, pero nunca encontró respuestas muy certera salvo cuando se trataba de los conocimientos en sí. O quizás era porque había partido después que los instructores de la Sangre y del Equilibrio y se había perdido esa parte. Quien sabe.

 

Esperó a que ellos estuvieran acomodados para partir.