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V Gala del Bosque Prohibido


Sagitas E. Potter Blue
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Mirar las hojas no era tan tedioso como puedan imaginar, no para mi, con curiosidad pude ver que ese árbol tenía una bella colección de memorias pasadas con algunos chicos que tenían que rescatar su espiritu navideño antes de que dieran las doce de la noche...pude ver en cada hoja, como uno a uno se veían en su pasado y con valor iban descubriendo porque motivo habian perdido el espiritu navideño. Me extremecio conocer su problematica y entender que los retos más grandes se tienen en nuestro interior y nos afectan para toda nuestra vida.

 

Estuve tan entretenida descubriendo lo que el árbol me confiaba, que no se me hizo pesado esperar al ojimiel...después de todo...amo leer!♡ por eso yo le miro tanto a los ojos...lo leo a él, me gusta conocerlo.

 

Llamo mi atención y lo vi arrojarse de "Sombra"

--loco!^^--Dije sonriendo, feliz de verlo aparecer, también camine a su encuentro, nos abrazamos, no importo el tiempo de espera, me alegra tanto sentir el entuciasmo de nuestro encuentro. Me gusta mirarlo a sus ojos miel fijamente y ver el gran amor que me tiene, eso me hace sonreir muy feliz, porque yo también lo amo con todo mi ser y me entrego a él cuando me besa y me trasmite ese sentimiento bello que guarda en su corazón y con facilidad me trasmite siempre.

 

Quisiera hacer eternos esos instantes...lo escucho hablar de la gala anterior, no se bien que me emociona de ese recuerdo, pero yo me siento ilusionada por este paseo que daremos...ir juntos! Eso me alegra y me siento soñada cuando me toma de la mano, su mirada y charla alegre es tan contagiosa!^^

 

Me da un hermoso farolito y lo alzo a la altura de mis ojos...me quedo maravillada al ver la hada del interior. Su suave luz es encantadora.

 

Es cuando Antoni me enseña su semilla y sonrio complice...también en un bolso llevo la semilla que se recibió y se la muestro sonriendo traviesa.

 

Todo parece que ya estamos listos y observo a mi hada esperando que no me señale otro camino distinto al del ojimiel...me entristería si después de esperar al ojimiel, tuviese que ir por mi cuenta...

 

Veo la dirección que me señala Antoni, y veo a mi hada...esta sonriendo, da vueltas como eligiendo a donde marcar mi andar...yo retengo mi respiración expectante, mis ojos no la pierden de vista...que haré si me muestra otra dirección?...

 

Me siento tan nerviosa! La agitación me hace sentir que salta mi corazón en mi pecho y con alivio veo que me muestra también el mismo camino que el ojimiel me mostro.

 

Mis labios se curvan en una sonrisa de satisfacción, podremos avanzar juntos!Aprieto con alegría su mano y dejo que me guié a traves del bosque tan especial como nuestra relación que avanza como un bote atravez de un mar que al mismo tiempo es misterioso, apacible y enigmático.

 

Ansiaba escuchar más sobre él y las aventuras que tuvo por lo que dije sonriente mientras le solicitaba:

 

--Porque no me dijiste de la búsqueda de animales? Yo te hubiera acompañado!^^ no quiero perder esas aventuras! Ahora tendras que contarme, anda, quiero enterarme de todo. Si??

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http://i228.photobucket.com/albums/ee150/sagitaspotter/129b6ff8-f892-45c8-bd96-c95992ac353f_zpsbasmhmy1.jpgLa Custodia del Bosque sabía que había mucha gente merodeando entre los árboles. Era gratificante aunque, en su fuero interno, el miedo a que pudiera ocurrir algo irreparable la mantenía en vilo. Era la Custodia de tanta riqueza que, a veces, se sentía como una Guardiana de las Palabras, como esos sacerdotes que guardan el saber en bibliotecas con pasadizos ocultos donde prevalecer la sabiduría antigua sin que nadie pueda tocarla, sabiendo que estaba escondida pero, a la vez, sana y salva. La Custodia del Bosque había abierto el lugar a todos pero temía. Temía por los árboles que defendía a la vez que le halagaban las personas que los visitaban. Tenía que aprender a dejar libre el lugar para todos aunque vigilara que no sufriera ningún daño en el encuentro.

El Bosque debía ser Honrado. Por ello, aquella Gala abriría todas y cada una de las historias que se albergaban en ellos. La Custodia se levanto de la ribera del río y se alejó de la seguridad de aquella zona, a la que el Guardián Nocturno no podía entrar, para revisar los antiguos árboles. Eran tan viejos que sus ramas se doblaban al menos indicio de aire frío, sus hojas mustias indicaban el tiempo pasado desde que empezaron como una semilla en el inicio de todo. ¿Cuál sería el árbol más mayor?

Caminó, con su farol en alto, en busca de ese árbol. Sabía que una gran tormenta y un incendio había destruido todo la zona antigua. Ahora, el árbol más antiguo databa del 2011 pero aún estaba allá y aún los merodeadores de sus raíces contaban las historias que habían contenido. La Custodia del Bosque estaba orgullosa de aquel árbol y sus enseñanzas. Había sido un gran árbol en su día, creciendo fuerte hacia el cielo. Se acercó a él, despacio... No había que asustar a los gnomos que recorrían su corteza.

Uno de ellos le saludó. Ella correspondió con una ligera reverencia y se sentó en la hierba, sin importarle que su ropa se ensuciara de verdor. Esperó.

Esperó...

Esperó hasta que uno de ellos se sentó a su lado y habló, con una voz cantarina, sobre la historia que contenía aquel árbol:

Los novicios no tardarían en llegar. Una anciana de pelo canoso, ataviada con un desgastado abrigo de lana, los esperaba en el Bosque de Cedros, a las afueras de Ottery St. Catchpole. La luz de la luna iluminaba un rostro demacrado y cubierto de arrugas que sonreía de forma misteriosa mirando la varita que portaba en la mano. Bien pudiera ser que la hubiese robado, pues aquella varita de una fina madera, ricamente labrada, no tenía el aspecto que uno esperaría encontrar en las manos de una bruja harapienta.


El lugar en el que se encontraba la anciana era un pequeño claro situado casi en el centro del bosque, donde la vegetación era tupida y los senderos se estrechaban y desaparecían. Alrededor del claro, ocultas por la maleza y la oscuridad, se hallaban varias puertas de colores, texturas, tamaños y formas diferentes. La anciana estaba sentada en un tocón, junto a un cedro de proporciones gigantescas. Las ramas bajas del árbol casi la esconderían de la vista de aquellos que estaban a punto de llegar.

Eran novicios que se postulaban para entrar a uno de los más prestigiosos clubes de la sociedad mágica. Sus miembros solían llamarlo simplemente por sus iniciales “CR” y muchos magos pensaban que se trataba sólo de un lobby de poder, uno más de entre los muchos clubes a los que la sociedad mágica de Ottery St. Catchpole estaba tan acostumbrada.

Alguien giró por el sendero y se encaminó hacia el lugar en el que esperaba la anciana. Como todos los que acudirían allí aquella noche, había sido apadrinado, nada más y nada menos que por la mismísima Viceministra de Magia, por lo que esperaban encontrarla allí, para darles la bienvenida. Sin lugar a dudas, iban a llevarse una sorpresa.

Editado por Sagitas E. Potter Blue

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Ni idea de qué estaba pasando, en este bosque. Pero los bichos que me daban el té y me contaban cuentos eran taaaan entretenidos que la llevaba varias tazas de té bebidas con una media docena de cuentos ya escuchados...

 

En algun momento había oido como una fiesta cerca del claro donde estaba, pero ni caso, las historias eran taaan entretenidas y extrañas. Como la de que uno de esos bichos se había hecho equilibrista o algo asi, y se dedicaba a hacer saltos mortales entre las ramas sin que se movieran estas, si se movía, perdía puntos. Ni idea de qué puntos hablaba, pero seguro que si se caia, se ganaba los puntos de sutura que usan los muggles. Algo de eso si sabía.

 

Pero creo que ya era hora de seguir mi camino...

 

Pero estaba tan rico el té...

 

Pero la gala no esperaría por mi precisamente...

 

Pero las historias eran tanm divertidas...

 

--No, es ahora o nunca. Lo siento chicos, muy buenas historias, y el té es fantástico. Pero creo que es hora de seguir mi camino. Piespuntis y yo debemos seguir el camino. Tenemos un destino al que llegar, aunque yo ni idea de dónde está.

 

Dejé la taza, me levanté y agarré el farolillo de Piespuntillas para seguir mi camino. Le pregunté por donde ir, y simplemente levantó el pie izquierdo hacia un lado, y allá que me fui por ese sendero, donde su pie me guiaba.

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  • 2 semanas más tarde...

~ Aerón Dolohov

El pequeño adolescente prestaba marcial atención a las entrañas del Bosque, solo iluminado por su espíritu siempre alerta y la lucecilla que despedía el hada que había decidido acompañarle en su travesía. Empuñaba la varita en su mano izquierda, cuyo pelo de cola de Thestral vibraba en el interior del Tejo negro debido a la inclemencia de la aventura en la que su amo se había internado.

 

De vez en cuando se podía ver destellos oliva botarse de su punta. Sin embargo, a pesar de los crujidos del interior del bosque, Aerón siguió adelante.

 

Si la luna de aquélla noche estaba llena, nadie dentro de ese espeso podría ser testigo. La oscuridad era asfixiante y para las mentes débiles era el peor de los obstáculos.

 

Sin embargo, el tatuaje que llevaba escondido bajo su túnica, que parecía estar grabado a fuego sobre su piel cobriza, ardió. Y detuvo su andar. El hada volteó de manera abrupta y pudo observar el rostro de su acompañante como se fruncía por la preocupación.

 

Más allá, a unos cuántos pasos, el bosque se estremeció. Lo que robó la atención de ambos, que intentaron escudriñar la oscuridad con sus miradas, pero ni siquiera las luces que llevaban eran capaces. De pronto, un olor a sal y carne descompuesta los rodeó.

 

Era insólito. Una explosión en lo alto de la copa de los árboles reveló la Marca Tenebrosa: La típica calavera verde acechada por una serpiente amenazante. Distendió la oscuridad e iluminó su alrededor inmediato con la luz verde característica. El rostro de Dolohov también fue invadido por el dominio de la Marca Tenebrosa, a la cual se acercó de inmediato sabiendo que algo malo había pasado.

 

La pequeña hada llevó sus diminutas manos a su pequeño rostro para intentar tapar sus lágrimas, pero sus sollozos reveleban que las cosas no estaban dentro de la acostumbrada normalidad.

Ex-Líder de Bandos | Ex-Wizengamot | Ex-Orden de Merlín 1ra Clase
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  • 2 semanas más tarde...

Adentrarnos al interior del Bosque era lo que más anhelaba en este tiempo...rodearme de los árboles es como una buena terapia para mi. Busco tranquilidad y con ellos siempre era muy tranquilo. Por eso mismo habíamos detenido la marcha y al pie de un grueso tronco de un árbol especialmente frondoso, nos acurrucamos para tomar una siesta.

 

Fue un sueño dulce y re confortable que disfrutamos o al menos eso imagino al ver su rostro sonriente mirando me con ese afecto amoroso que parece ir acrecentando se día a día. Miré el follaje que es bastante tupido. Seguramente porque los "hermanos" de Shena Cindy se han preocupado por enseñarme a ver con más detenimiento cada detalle de los magníficos ejemplares de la naturaleza, es que mis ojos miel pudieron ver entre el ramaje frondoso, a unos pintorescos seres con vestuario verde al igual tono que las múltiples hojas que tenían esas ramas.

 

Muy contento se lo hice notar a Shena Cindy, me sentía como un especial "aventurero" que descubría una de las maravillas del mundo natural. Los seres resultaron muy amables así que estuvieron un buen rato disfrutando de la amable compañía. hasta que vio que su hada señalaba con su hermosa luz, había que tomar en cuenta que iban camino a una gala.

 

Renovado su espíritu y sus fuerzas, fijo la mirada miel en ese fulgor azulado, guiño el ojo a su bella novia y tomados de la mano fueron avanzando, mientras el rumor de cientos de hojas, iban cantando odas de las aventuras que fueron testigos. Era hipnotizante imaginar cada una de esas confidencias y le alegro.

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-- ¡Tengo que irme! ¡Tengo que encontrar que...!

 

La mirada hacia el cielo la hizo palidecer. Aquello era otra cosa, mucho peor que un habitante del Bosque en apuros. Allá, en el cielo, se reflejaba una calavera verde. ¿Qué significaba aquello?

 

-- ¡Por los Dioses! ¿Qué habrá sucedido?

 

Pero nadie podía responderle porque nadie sabía quién había invocado esa Marca Tenebrosa en el cielo del Bosque Prohibido ni cuál era el motivo. La Custodia del Bosque tomó la única decisión que podía hacer en aquel momento.

 

-- ¡A mí, Seres Elementales y Gnomos de la Corteza! ¡A mi, duendes y todos los animales del Bosque! ¡Acudir a mi llamada de auxilio! Buscar en el Bosque y llevar a todos los humanos que estén dentro a la zona del Roble Milenario. Su magia antigua y mis hechizos protectores librarán a todos de lo que pueda haber sucedido. Por favor... Traerlos a todos sanos y salvos.

 

¿Cuántos lograrían superar los obstáculos y traerían las semillas? Necesitaban de cuanta más gente mejor, todos a salvo y todos plantando una raíz, por pequeña que fuera, en el lugar sagrado. La Custodia se dirigió hacia allá para ofrece cobijo a quien lo necesitara. Esperaba que todos llegaran a aquel claro.

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No pude entender como de pronto cambio nuestro paseo, hubo una vez que estuvimos en problemas por una comunidad de acromantulas, pero ya nos contaron que muchas criaturas mágicas viven en el Bosque Prohibido....pero lo que ocurrió fue raro y muy preocupante...

--¡Una marca!...como aquella vez el el concierto de rock! :o --Me alarme mucho...aquella vez conté con mi amigo Elvis...¿pero ahora? ¿a quién acudir?...atraje a Shena Cindy hacia a mi, lo rodee con mis brazos, con intención de protegerla de...¿qué peligro era ese de la marca?...no lo sabía, pero sentía miedo...miedo de no saber que podía pasar, que peligro era ese que anunciaba la calavera...solo podía relacionarlo con la muerte, que ya una vez vimos en una bandera negra, una calavera con dos huesos cruzados...aunque los huesos también los vi con los sanadores...

 

Las ideas daban vuelta en mi mente, si por lo menos fuesemos más...según recordaba, a cada familia le llego una semilla, entonces todos cuantos conocía la tenían...no podrían aparecerse en el bosque, tendrían que llegar a la entrada y tomar una hada de las que se encontraban en los farolitos dispuestos en aquel tocón de madera...

 

La única esperanza...es que estuvieran cercanos al Bosque Prohibido...¡En Hogwarts! y vieran la misma marca que nosotros: la calavera con esa serpiente...que vinieran a ver que ocurre...solo así tendríamos apoyo, de @@AriamAshar016 @@Albus Severus Black @ @ @@justo @@Tamarindo @@Kira~ ...eran los nombres que me venían a la cabeza por el momento, una respuesta rápida necesitamos...

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La marca apareció en el cielo, no sabía que estaba pasando, me dio miedo, y dele miedo que me dio, ajaja, pues me quedé en el sitio, mirando a mi alrededor, con mi haga Piespuntis que tampoco estaba entiendiendo lo que pasaba. Eso me dio la pista de que no era parte de lcaminop, que eso escapaba de las manos de lo que era la aventura para llegar a la gala.

 

Al poco... un ser magico apareció a mi lado, me asisté un poco... es que aparece de la nada y claro, me da miedito... me agarro de la ropa, del pantalon que llevaba y me arrastró...

 

No dudé mucho en seguirle, es habitante del bosque, seguro sabía que pasaba y me llevaría a donde estaría a salvo.

 

--Tranquilo bichito, te seguiré, solo no vayas muy rapido, correré tras de ti, pero no te me escapes, no soy tan rapida...

 

Creo que me entendió, porque empezó a trotar y yo corri tras él, con el hada en alto para saber donde pisaba.

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No entendia que pasaba, pero no era nada tranquilizadora aquella marca en el cielo. Antoni me abrazo y confirme mi sospecha, esa marca era sinónimo de peligro.

 

Es algo desconosido, me preguntaba que paso y que acontecería ahora...no sabia que pasaría. Intente ver alrededor alguna otra persona...la gala!...habría más gente? Precisamente fue cuando reaparecieron, muchos de aquellos que amablemente nos habían contado sobre esas historias pasadas.

 

Ellos nos decian ahora, que deberiamos ir con ellos, que había un lugar con magia al cual deberíamos ir.

 

También ellos referían que había peligro y que mejor era partir cuanto antes a donde había un gran roble milenario.

 

Eso sonó esperanzador para mi...

--Antoni!...un roble! Uno de los árboles más fuertes! Vamos!

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Sin pausa pero sin prisa, y menos mal porque estaba ya echando el hígado por la boca de tanto correr, perseguía al habitante chiquitito del bosque que me guiaba por entre los árboles hasta llegar a donde se celebraba la gala. No sabía si quedaba mucho o poco... pero el tiempo pasaba, yo me iba cansando, el hada Piespuntis hacia ruiditos de preocupación.

 

--Falta mucho, bichito?

 

Pero no me hizo caso, siguio avanzando por entre los arboles, hasta que se detuvo, esperó a que estuviera a su lado, me tiró del pantalón, creo que tenía que mirarle, asi que lo hice, y me señaló hacia delante. Ahí era ya el destino. ¡Había llegado! Parecía que estaba a las puertas de dónde era la gala, asi que me acerqué andando hasta un roble milenario. Se escuchaba un arrollo cercano, tranquilo, solo quería llegar y sentarme. Descansar...

 

--¿Qué me dices, Piespuntis? ¿Crees que al fin hemos llegado?

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