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Prueba del Libro de la Sangre XI


Hades Ragnarok
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Abrió los ojos. Aquel terreno era muy diferente al anterior donde se había encontrado junto a sus alumnos, era un salón abovedado en el cual no se podía observar el techo, arriba solo había oscuridad, a los lados algunas paredes y en diferentes zonas del piso se encontraban algunos pilares rotos como si fueran ruinas de un antiguo templo griego o romano, ¿Cómo habían pasado de estar en aquella cueva a muchísimos metros bajo tierra a aquel sitio?, maldijo por lo bajo, los guerreros se las habían jugado otra vez, pero ¿Cómo los habían encontrado?, ni siquiera sabia para que se preguntaba aquello, una y otra y otra vez era lo mismo. Aquella era la segunda evz que lo intentaba, era él quien habia decidido a donde ir, negó con la cabeza, ya no se podía confiar en nadie, definitivamente.

 

No hizo más que mover la mano resignado, conocía aquella parte del plan como la palma de su mano, ahora cada uno de aquellos aprendices debían tener una especie de duelo para probarse a sí mismas que habían captado la esencia de aquel libro tan sangriento y que así pudiera quedarse en sus cerebros. Además, algunas cosas irían ocurriendo, porque así estaban siempre planeadas, con antelación por los seres superiores que les habían permitido a él y a sus compañeros enseñar aquellos libros. Si querían conocer el poder de la daga y los poderes de Sangre, debían sentirlos en carne propia. De hecho cuando quisieran acordar, tendrían una herida en el pecho.

 

Al observar cómo se les abría la herida recordó su propia prueba. Todos los grupos de duelo empezaban con aquella herida sangrante.

 

**************

 

@@Emmet Haughton Gaunt vs Hades Ragnarok
@Catherine vs @Orión Black
@@Gatiux vs @

**************

 

Reglas de la Prueba.

 

  • Podrán usar hasta los hechizos de Graduados. Más los del Libro Nivel 1, Nivel 5 y Nivel 7. (LINK)
  • No se permite interferir con los demás duelos.
  • En su primer post, la Daga de Sacrificio se activa y les produce una herida en el pecho a ambos duelistas. Deberán curarse antes de empezar el duelo.
  • En el segundo post, la Marca de Sangre actuará en ustedes y los obligará a anular su segunda acción.
  • En el cuarto post, el Juramento de Sangre les prohibe lanzar rayos por ése turno.
  • El saltar las barreras, no consume acción. Pueden saltar las barreras en un post y luego (despues de que les hayan hecho puente) volver a postear para atacar a sus compañeros.
  • Si el rival no responde en 24hs, se desprende una roca del techo y deberán evadirla.
  • La prueba finaliza el día 03 de Marzo

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- ¿Y ahora que?

 

De repente se acordaba haber estado, unos segundos atrás, en la entrada de la caverna en dónde Hades los iba a estar esperando para continuar con la travesía que les había propuesto. Ahora se encontraba en el suelo frío de un lugar en ruinas que no reconocía pero, lo "positivo" de la situación si así se le podía decir, era que no estaba solo ya que a pocos metros estaba Gatiux y Orión desparramados por allí; al igual que las otras dos muchachas que habían comenzado el curso. Hades se encontraba un poco más adelante del grupo.

 

El Nigromante se incorporó sobre su eje. Tambaleó un poco. Estaba mareado por aquél tipo de aparición forzosa que lo había llevado a dónde estaba ahora. Su mochila, que contenía todos los libros que había cursado, estaba a un lado. ¿Cómo se salió de su hombre? Seguramente fue producto del método de trasporte. La tomó por una de sus enganches y la dejó apoyada contra una de las paredes que tenía en el costado. Se sacudió el polvo que tenía en su ropa utilizando sus manos como si fueses plumeros.

 

Nix se materializó en su diestra, aunque allí se encontraba desde que había llegado a la entrada de la cueva. ¿Que está pasando? ¿Se estaría volviendo loco? No importa. Ahora ya era momento, por lo que suponía, de llevar a cabo la recta final del desafío del Libro. La prueba estaba por comenzar ...

 

- Ayyyyyyyyyy ...

 

Un profundo y doloroso grito salió desde lo más recóndito del cuerpo del vampiro. La Daga del Sacrificio había abierto una tajo en su pecho del cuál había comenzado a salir sangre que estaba tiñendo la remera blanca que traía puesta. El dolor era insoportable. Parecía como si una punta de metal ardiente se había deslizado por su fina y fría piel.

 

Le costaba respirar por el dolor que sentía pero tenía que curarse de eso si no deseaba morir desangrado.

 

Con la concentración que pudo juntar, pese al dolor, pensó en Curación sin dudarlo un segundo. El efecto de aquél hechizo hizo que la herida comenzara a cerrarse logrando que la piel se volviera a regenerar como si nada hubiese pasado; lo mismo hizo con el dolor que ya quedó atrás. Intentando recuperar de nuevo el aliento y enfocarse en su objetivo (Hades) se colocó a ocho metros de cualquier compañero que estaba allí; tenía que comenzar a tomar los recaudos necesarios si deseaba salir con vida.

 

- Buen recibimiento pero creo que ya es hora de comenzar ... ¡Sectusempra!

 

El rayo verdoso salió disparado desde la punta de su varita a toda velocidad para buscar impactar, con eficacia, en su objetivo. De hacerlo varias heridas sangrantes se comenzaría a abrir en el pecho de Hades. No sólo tendría que curarse la de la producida por la daga si no que se le sumarían las del hechizo de Emmet.

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- ¿Y ahora qué?

 

Emmet había puesto voz a los pensamientos de Gatiux, por la mente de ésta pasó la misma frase pero no llegó a decirla en voz alta por la velocidad de su compañero. Sí, eso. ¿Y ahora qué? Hades se presentó ante ellos cuando llegaron al final de la cueva para aparecerlos en otro lugar. Aquella aparición obligada por parte del profesor pilló a la Malfoy desprevenida e hizo que su estómago se intentara rebelar, teniendo que concentrar todo su esfuerzo para no vomitar tras la llegada al lugar. Por un momento había adquirido un color verdoso que presagiaba lo peor. Respiró profundo.

 

Pues podría haber avisado.»)

 

Eso hubiera sido lo ideal. Y también que caminara junto a sus alumnos y no estuviese en una competición personal para batir un record de kilómetros recorridos en el menor tiempo posible sin preocuparse ni un momento por el estado de quien tenia encargado. Una cosa es que fuesen personas ya crecidas, y otro que el profesor los ignorara por completo para verlos en un par de ocasiones sin que su intervención fuera más que una mera anécdota.

 

Gatiux gimió de dolor y se llevó una mano al pecho. Justo por debajo de la clavícula se le abrió una herida que comenzó a sangrar inmediatamente. La Malfoy miró extrañada a su alrededor para observar si alguien había hecho algún movimiento en su contra, pero todos parecían estar tan confundidos como ella, y todos recibían la misma herida. Inmediatamente pensó en un curación para librarse del dolor. La herida desapareció como si nunca hubiera existido.

 

Fue entonces cuando la mujer de cabellos violetas miró en derredor para ver hasta donde les llevaron. Era un salón sin techo, donde debía haber uno sólo una oscuridad que debía ser mágica. Poca decoración, aparte de unas columnas derrumbadas que podrían servir para descansar sus adoloridos pies. Ni siquiera un cuadro que revelara los gustos del propietario del inmueble.

 

Ella quería irse a casa, pero por lo visto Hades quería verlos batirse en duelo antes de dejarlos marchar. Una parte de sí misma se desilusionó de que no la emparejasen con Orión. Después de una pelea (o un duelo) venía una fogosa reconciliación tras curar las heridas. Tal vez en otra ocasión. Encogiéndose de hombros con un gesto resignado se apartó de su pareja e hizo lo mismo que Emmet, tomar distancia, unos 8 metros para luego mirar a la muchacha. ¿Le habría dicho su nombre?

 

- Al parecer hacer un duelo es la única forma de irnos a casa. -dijo Gatiux- Y después de estar todo el día caminando no hay nada que me apetezca más.

 

Hizo un leve asentimiento con la cabeza a la chica (Bel) con la que le habían emparejado y alzó la varita.

 

-¡Sectusempra!

 

El rayo escarlata salió de la varita de Gatiux de forma veloz, surcando la distancia que separaba a ambas buscando impactar en su contrincante. El hechizo causaría más dolor, más sangre, si llegaba a impactar. No importaba. Lo único en lo que podía pensar era en un baño caliente para dar calma a sus adoloridos pies, el resto era un daño colateral.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
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El vampiro recorrió el sitio con la mirada. Suspiro al ver que no solo estaban él y Emmet sino los demas menos jank que seguramente habia muerto. Observo aquel pergamino que aparecuio frente a el flotando en aquella extraña llamarada de fuego, como habia supuesto, al faltar uno de los alumnos él debia tomar su lugar. Maldijo por lo bajo y bufo. Observo quienes eran als parejas y vio su nombre junto al Gaunt. Justo en aquel momento recibió aquella herida en el pecho confirmando aquello. Ladeo la cabeza y dibujo una mueca divertida ante lo sucedido. ¿Cuánto había pasado desde la última vez que había tenido que tener un duelo con alguno de aquellos aprendices que osaban entender al menos mínimamente alguno de aquellos libros?, la verdad, la clases anteriores, estaba molesto ante aquello, como estudiante era una cosa, pero como profesor al menos esperaba que no sucediera y allí estaba él, realizándose una curación para que aquella herida causada por la daga del sacrificio antes de empezar el duelo cerrara.

 

-Bueno, ni modos, supongo que me lo veía venir –comento el Ragnarok dibujando una mueca y dejando que un brillo oscuro apareciera en sus orbes negros- suerte –simplemente dijo ante Emmet quien se encontraba a unos cuantos metros de él. Miro la distancia y calculo, parecía estar entre 8 y 10 metros pero no estaba seguro de aquello.

 

La verdad es que el Ragnarok conocía aquel sitio, lo había visto varias veces y sabia todo lo que se encontraba allí y lo que podría utilizar, sin embargo, primero vería con que iba a salirle Emmett, con suerte todo terminaría rápido y aquella prueba estaría finiquitada antes de decir quidditch, solo que, conociendo a los Uzzas seguro pedirían algo de sangre antes de que aquello acabara.

 

-“Salvaguarda mágica” –pensó el Ragnarok rápidamente al ver como el Haughton movía la varita y le lanzaba aquel Sectusempra, claro estaba, el efecto de aquella salvaguarda había sido instantáneo por lo que aquel rayo lo atravesó sin ningún tipo de problemas.

 

-Interesante –dijo en tono tranquilo.

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Fue un chispazo el que se dio para que ellos desaparecieran del lugar. Típico. Te decían de ir a un lugar y terminabas en otro diferente. Ahora se encontraban como en un salón arruinado y antiguo. Seguramente necesitaba una mano. Una escoba. Una limpieza. Pero ya qué. Lo más probable es que se tratara de un coliseo o campo de batalla. Los pilares griegos lo delataban. Pero la ubicación era un tanto extraña. Un salón, separado, o puesto en vaya a saber Dios dónde.

 

Por eso Orión fue y se sentó en una de las rocas que estaban cerca de dónde apareció. Suspiró, al ver todas las complicaciones que habría para poder terminar efectivamente la clase del libro. No entendió como no pudo adivinarlo. Un duelo. Siempre todo tenía que terminar en un duelo. Sobre todo con gente con la que no quería entrar en combate. Porque se reconocía y no quería terminar lanzando magia oscura a alguien porque sí.

 

Extendió sus labios a un lado, cuando vio que no le iba a tocar con Gatiux.

 

Miró a Catherine. Era la muchacha a la que se había referido cuando ofreció su ayuda y las pociones de su pareja. Se acomodó los cabellos. Con la remera se quitó el sudor y el polvo que le había quedado de la anterior travesía. Estaba cansado. Quería relajar los muslos en una enorme tina caliente que no tenía y que probablemente le usurparía a Gatiux en la Mansión Malfoy. Obvio, tras pasar los fantasmas y cosas así que presentaban problemas en el lugar.

 

Sintió una punzada y vio como sus pantalones comenzaban a teñirse de rojo en su muslo izquierdo, un poco más debajo de la entrepierna. Bufó, ¿acaso no venían protectores diarios para esos casos? Eran preguntas que si uno quería conservar una decencia social eran mejor no hacerlas en voz alta.

 

Sacó su varita. Y mirando hacia Catherine con pena apuntó a la herida y pensó en un Episkey. De esa forma, la misma cerró al instante.

 

- Pe-perdón por lo de recién –dijo, mientras se levantaba del pilar y se posicionaba a unos diez metros de ella-. No tengo muchas ganas de hacer esto. Pero bueno. Es tu turno…

 

Intentó ponerse en posición. Ya estaba viejo para estas cosas.

 

- Mi nombre es Orión. Disculpa, ¿el tuyo? Por cierto, ¿estás mejor del ataque anterior?

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Había sido muy rápida la reacción del Ragnarok ante el ataque que se le había propiciado. El Nigromante guardaba el respeto que tenía para con su superior, no sólo porque era su profesor en ese momento (además de compañero de Bando) si no que también tenía mucho más conocimientos que el Gaunt deseaba aprender con el paso del tiempo. No conocía mucho al hombre pero sabía que era un mortífago respetado dentro de las filas oscuras. Aun que eso hacía que Emmet se tuviera que esforzar más para dar todo en el duelo que estaban llevando a cabo.

 

Su rayo verdoso había traspasado el cuerpo del otro vampiro sin hacerle ningún rasguño. Parecía que había utilizado en hechizo de salvaguarda mágica; ¿que sería de varios de nosotros sin ese conjuro en estos momentos? Tan simple como para salvar una vida de cualquier ataque que provenga.

 

- Muchas gracias pero la suerte nunca está de mi lado - contestó dibujando una sonrisa en su rostro que, por la distancia a la que se encontraban, no la iba a poder percibir.

 

- ¡Incárserus!

 

Gritó haciendo que de la punta de Nix salieran tres cuerdas perfectamente materializadas dirigidas a toda velocidad hacia Hades. De impactar una de ellas terminaría en su cuello enroscándose como una serpiente pitón y, la otra, llegaría a sus pies para amarrarlos a ambos y así tumbarlo al suelo.

 

- ¡Des ... ¿Pero qué mi****?

 

Su segunda acción no salió. No pudo terminar de pronunciar el siguiente hechizo que se vio anulado mucho antes de que saliera. ¿Pero que es lo que había provocado tal situación? Seguramente otra de las jugarretas que el profesor o, el desafío planteado, tenían preparado para los magos que estaban en el lugar. Pudo notar que es uno de sus antebrazos estaba brillando una marca que antes no estaba allí. Tenía forma de un círculo semi-cerrado atravesado por una línea vertical que terminaba con una medialuna en su extremo final.

 

¿Se trataba de la Marca de la Sangre?

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El vampiro se mantuvo atento a lo que sucedía en aquel duelo. Tanto él como Emmet habían comenzado de una manera lenta, quizás por aquellas restricciones y reglas que habían colocado los Uzzas desde mucho tiempo atrás cuando estaba viendo la clase junto a sus otros compañeros, sin embargo, sabía lo que se avecinaba después por lo que no podía bajar la guardia ante cualquier cosa que pudiera pasar.

 

Entrecerró los ojos y siguió cada uno de los movimientos de aquel aprendiz esperando el momento justo en que ambos debían actuar, sin embargo, aquello seria para la siguiente ocasión ya que sospechaba que sus antiguos maestros habían preparado alguna cosa más solo para probar a cada uno de las personas que intentaran dominar aquel libro y aquellos poderes oscuros.

 

-<<¡Evanesco!>> -pensó el cainita apuntando a aquellas 3 cuerdas que habian salido de la avrita del aprendiz. Inmediatamente aquellas cuerdas que se dirigían en dirección a él, desaparecieron.

 

-Muy fácil Haughton, los Uzzas quieren probarte, ver que es lo que puedes hacer con lo mínimo, por ello es que ambos no podemos hacer más que un simple movimiento –comento el Ragnarok ante la pregunta del joven- sin embargo, como me la apse comentandoles en toda la clase, si no practicaban los encantamientos iban a tener que aprenderlos sufriéndolos en carne propia, o sea, a las malas, y eso es lo que está sucediendo en este momento, un simple sacrificio de sangre

 

El vampiro dibujo una mueca malévola esperando el momento de actuar, de un momento a otro aquello terminaría y estaba evaluando cada una de sus opciones para finalizar aquello de una buena vez.

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Las apariciones, odiaba las apariciones, pero aquella a la que Hades acababa de someternos se llevaba por lejos al premio a las peores que me había tocado tener en la vida. El lugar era tan deprimente como la ciudad en ruinas que habíamos visto antes: escombros por aquí y por allá, paredes que apenas alcanzaban a distinguirse y por encima de nosotros una oscuridad tal que no dejaba ver siquiera si teníamos o no un techo sobre nosotros.

Aun arrodillada sobre el suelo, apenas contuve las arcadas. La cabeza parecía que me iba explotar.

Tenía todavía el morral y saqué el libro, pero entonces un profundo dolor me dobló en dos y al estirar la mano que por un acto reflejo había llevado hasta mi pecho al sentir allí aquel dolor, la vi teñida de mi propia sangre que manaba de un corte limpio provocado con la daga del sacrificio.

Él, o los uzzas, o quien demonios fuera, volvía a jugar con nosotros como si fuéramos solo unas marionetas. No tenía tiempo para perder, así que obligándome a concentrarme para canalizar mi magia pensé en una curación, aquel sencillo hechizo de los libros que enseguida me libró de aquella herida.

Por lo menos volvía a estar sana. Y aquello era bueno, teniendo en cuenta que Hades anunciaba que necesitaríamos de un duelo para poder salir de allí.

- Hagamos lo que tengamos que hacer para que este maldito lunático, o los uzzas que parecen estar igual o más locos que él nos dejen de una vez en paz.

Conservando la distancia de ocho metros que la mujer había establecido entre las dos, vi como inmediatamente me lanzaba un sectusempra. De mi parte, no tenía intención alguna de dañarla, así que me limité a pronunciar fuerte y claro. Por si fuera poco vi en ese momento como una piedra se desprendía del techo.

- Salvaguarda mágica

El hechizo actuó de inmediato, tornándome incorpórea de manera tal que el rayo solo me atravesó y fue a chocar contra una de las paredes, y la piedra cayó a un lado, sin herirme. Rápidamente me aparté medio metro, y fue entonces que mi condición corpórea se restauró. Me quedaba claro que ella no se andaría con rodeos, y tampoco ese escenario maligno nos pondría las cosas sencillas, así que alzando la varita me obligué a concentrarme para no dejarle las cosas tan fáciles como podía imaginar.

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- ¡Por la mi****!

 

Otro improperio salía de la boca del Nigromante. Pequeñas piedras de escombros comenzaron a caer en su hombro anunciando que algo se estaba por desprender del techo por lo que sus ojos se giraron a esa dirección y, confirmando lo que estaba pensado, un pedazo de roca se desprendió y comenzó su viaje para aterrizar encima del vampiro. Rápidamente y, como su naturaleza lo permitía, se movió rápidamente hacia un costado; unos segundos más y hubiese muerto aplastado cual insecto por una zapatilla.

 

- Lindas sorpresitas, profesor.

 

Dijo con algo de irnía sacudiéndose el polvo que había quedado y, de por medio, algunas tocidas que se le había despertado por la tierra levantada con la caída e la piedra.

 

Volviendo a tomar su posición en duelo, agarró con fuerza su varita mientras pensaba en un Zancadilla haciendo que en ese momento el profesor cayera de bruces al suelo. Seguramente algo de dolor había sentido con tal golpe que se dio de repente.

 

Sin dar algún tiempo de reacción para el profesor se dipuso a atacarlo nuevamente pero esta vez con otro movimiento. Apuntando a la piedra, de tamaño considerable, que había caído desde el techo, conjuró:

 

- ¡Morphos!

 

La punta de la varita del Nigromante vibró por el efecto del hechizo. Ahora la piedra era una pantera negra adulta lista para servir al vampiro y destrozar a quien se le interpusiera en el camino - Ataca - le ordenó y, después de la orden, el animal salió corriendo a grandes zancadas hacia Hades.

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Por lo menos la chica contra la que le habían puesto de pareja estaba de acuerdo en hacer lo que fuese necesario para salir de allí. También coincidían en que su profesor era un lunático, lo llevaba diciendo desde el principio de la clase, le alegraba no ser la única que hubiera pensado en ello. Gatiux asintió a sus palabras con una sonrisa aprobatoria.

 

Sin embargo, no esperaba que su primer hechizo impactara, nunca lo hacían, pero activaban al contrario. De algo se tendría que defender aparte de la enorme piedra que caía del techo. Los ojos amarillos de Gatiux siguieron la trayectoria de la roca que cuando fue a impactar en la chica se volvió incorpórea, esquivando así también el sectusempra.

 

- ¡Muy buen movimiento! -la felicitó gritando- A día de hoy todavía me maravilla la efectividad del Salvaguarda.

 

Esperaba que no se lo tomara muy a mal el ataque con el Sectusempra. No se había dado cuenta hasta ese momento del mal color de la otra mujer. Tal vez había perdido mucha sangre antes de ser transportada allí o que la iluminación de la cueva dejaba mucho que desear. Gatiux solía ser muy agresiva cuando actuaba sin pensar. Cuando lo hizo se dio cuenta de que la civil desconocida estaba en su misma situación, siendo arrastrada de un lugar a otro mientras era desangrada y obligada a combatir.

 

- ¡Expelliarmus!

 

Lo más fácil y rápido para acabar con aquel duelo sería quitarle la varita a la chica, ¿no? Bueno al menos no podría decirse que la banshee de cabellos violetas no le estuviese poniendo empeño. De su varita salían rayos y atacaba a quien le habían dicho, aunque no estaba tampoco muy convencida al respecto.

 

-¡Des...d...us!

 

(¿Eh?)

 

Era como si la lengua se le hubiera cansado a mitad del hechizo (o al principio). De la varita no salió el hechizo como debía ser. Gatiux miró en derredor para ver si el profesor estaba interfiriendo en el duelo, pero parecía concentrarse solo en Emmet. Pero se sentía confusa, como si alguien hubiese interferido metiéndose en su mente prohibiéndole a mitad de al acción llevarla a cabo. Se preguntó si sería la Marca de la Sangre u otra magia aún peor.

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