Jump to content

Prueba del Libro de la Sangre XI


Hades Ragnarok
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Sus brazos se sentían flácidos y sin energía pero entre las muchas cosas que detestaba, la principal de todas ellas era la debilidad. Cuando aparecieron en medio de las grandes dimensiones de la estancia y vio los pilares resquebrajados pensó en sí misma y también en lo que estaba ocurriendo a su alrededor. De hecho, el asunto era que justamente por lo que había sucedido en la cueva los recuerdos volvían a ella, sin atormentarla, claros y frescos. Era como ver pasar el tiempo ante sus ojos en una gran cortina; sus extremidades, atadas a ese recuerdo, parecían reaccionar de manera aletargada y reacios. Así, Catherine tenía los ojos vacíos y el cuerpo maltrecho pero echaba a un lado la falta de energía y se desplazaba con normalidad. Se preguntaba donde podía andar Dayne, que parecía haber reaccionado al salir de la cueva pero de quien habían sido automáticamente separadas en cuanto aquella aparición conjunta había tenido lugar.

 

El por qué la aparición había excluido a Dayne era algo que no comprendía. No tenía tiempo para seguir preguntándose por ello tampoco aunque se prometió averiguarlo en cuanto pudiera librarse de todo. Había consumido además una poción reabastecedora de sangre adicional y una herbovitalizante poco antes de salir de la cueva. Eso, era porque era lo mínimo que necesitaba para intentar reponerse a un nivel físico, si bien en el terreno mental no tenía muchas esperanzas luego de haber visto a su madre y a Káiser juntos, en un mismo día. Su cuerpo era una bolsa de huesos y músculos demasiado blandos pero se obligó a componerse y encararlo.

 

Se trataba de aquel mago que le había ofrecido su ayuda aunque poco después desestimara sus palabras junto a la otra bruja. No recordaba que hubiese mencionado su nombre y Catherine no iba a preguntarlo así que se limitó a evaluar sus posibilidades. Contra todo pronóstico, se vio sorprendida por un saludo amable. De hecho, le resultaba tan extraño an un ambiente como ese que se echó automáticamente hacia atrás con una expresión de desconfianza en los ojos que se abrieron de par en par, a la par que se curaba con un episkey de la herida que se había abierto en su brazo derecho antes de empezar, tal cual les habían indicado.

 

Parecía un animal enfurruñado pero algo en el rostro del tipo que encaraba le había recordado su primer hogar, Glasgow. Mandíbula cuadrada, expresión decidida pero no necesariamente fina, altiva o demasiado... inglesa. Lo más probable era que sólo estuviese algo "sensible" por haber visto a su madre y lo imaginase todo pero de todas maneras prefirió cortar aquella amabilidad que hacía que prestase atención a sus palabras. Se suponía que tenía que atacarlo, al menos, eso pensaba a un nivel más profundo, que no alcanzaba a expresar abiertamente en su mente.

 

-Moody, Catherine Moody -replicó. Aún presentándose podía percibirse su incomodidad. A pesar de encontrarse todavía algo débil, estaba tiesa. Jamás había sido su intención que sintiesen lástima por ella-. Estoy Perfectamente. Así que será mejor que no se contenga o confíe -en sus ojos se reflejó nuevamente aquella desconfianza que la mayoría confundía con hostilidad.

 

Dado que se había tomado demasiado tiempo para reaccionar, una piedra había caído desde arriba, por lo que, pensando en evitar cualquier ataque que pudiese venir de parte de su contrincante o de arriba, pensó en una salvaguarda mágica. De esa manera, la piedra atravesó su cuerpo y Catherine se desplazó unos pasos a su izquierda, hasta quedar junto al trozo de un pilar, a más o menos un metro, aunque solía ser mala para tal clase de cálculos. Sólo piedrecillas o arenilla demasiado menuda para resultar en un accidente se encontraba bajo sus pies.

 

Así quedó y esperó, mirando fijamente a la persona que se encaraba en aquella oportunidad mirando hacia la derecha, preparada para realizar lo que fuese necesario. Invocó así la daga del sacrificio, que quedó firmemente sujeta con su mano derecha, la que no llevaba la varita. Con ella, nada hizo pero consideró que prefería tenerla desde ya consigo.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.