Jump to content

Prueba de los Hablantes de Pársel #4


Lawan Nguyen Thanh
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Solo una de las aprendices parecía estar dispuesta a seguir con su aprendizaje, mientras que la otra quedó rezagada. Lawan no se iba a hacer responsable del avance que tuvieran, sino eran capaces de seguir su ritmo o por lo menos mostrar el mínimo interés, dejaría de invertir energías en tratar de enseñarles. Nymeria regresó acompañada de Hyuna, quién parecía de buen humor por alguna extraña razón, pero no era el momento para indagar el repentino cambio de humor del reptil, le preocupaba más que Symmetra no hubiese regresado y aquello sólo significaba una cosa.

«Encuéntrame aquí mismo el día de mañana» siseó poco antes de que Nymeria se marchara.

— En cuanto a ti —dijo en la lengua de Juve Malfoy —, tendrás que esperar a que regrese y eso no será sino hasta dentro de tres días. Si de mí dependiera terminaríamos con esto ya mismo, pero he cambiado de opinión con respecto a ti, siento que aun no has demostrado todo tu potencial. Ve a casa, descansa, medita o reflexiona, y luego regresa si aún deseas seguir aprendiendo —Lawan ni esperó respuesta de la mujer, sino que junto con las demás serpientes que lo siguieron se encerró en el Bungalow.

Muy temprano por la mañana Lawan ya se encontraba listo para dirigir a Nymeria hacia el lugar de la prueba y para su sorpresa había llegado bastante puntual, pese a que nunca fue específico en cuanto a la hora. Pero ella no venía sola, sino que traía a la que supuso que era su compañera.

«¿Cómo te llamas?» siseó de forma paternal «¿Mei? Un nombre bastante apropiado para alguien de tu especie» agregó rascándole la cabeza y dándole algo de comida «Espero que hayan traído ropa seca, la van a necesitar»

A esas alturas el vietnamita no veía la necesidad de hablar en otra lengua que no fuera la de las serpientes y estaba más que seguro que Nymeria le entendía, lo que la niña desconocía es que todo aquello que había dominado hasta el momento pronto sería olvidado y en los rincones de su mente tendría que encontrar nuevamente las respuestas que venía buscando desde hace tiempo.

«Toma mi mano» dijo a su aprendiz, extendiendo la suya como si se tratara de una serpiente en sí, misterioso y con un dejo de peligro.

Mientras ésto ocurría la varita de Lawan dejó de ser tal, creciendo lentamente hasta volverse la vara que era en realidad, hasta que la cabeza de una serpiente adornaba la punta con dos ojos que colocó a la altura de los de Nymeria. Automáticamente, debido a su magia y la mirada intensa que tanto él como la cabeza de serpiente estaban proporcionando, los ojos de los tres resplandecieron y empezó un proceso veloz y un poco desconcertante para la estudiante, que quizás duró un minuto o menos. Lawan estaba rebuscando en su aprendizaje, borrándolo. O más bien, opacándolo.

Nymeria no recordaría absolutamente nada de lo que había aprendido a menos que pusiera mucho de sí misma, a menos que usara su intelecto y se obligara a recordar con dificultad, o aprendiera sobre la marcha por su instinto natural. Las pruebas le costarían el doble y tendría que no sólo confiar en sí misma, sino lograr superar los obstáculos sin ayuda. Lawan no la acompañaría, de hecho, la esperaría en la pirámide como había hecho con todos los demás y aunque no esperaba que llegara hasta el final, porque siempre era excéptico con aquellos que intentaban pasar la prueba, tampoco esperaba que pereciera. Por ello le dedicó una sonrisa afilada casi condecendiente.

— Permíteme todas tus pertenencias —pidió en lengua común, para no darle una visión de lo que estaba por vivir, se enteraría al pasar las pruebas.

Colocó las manos como un cuenco para recibir los anillos y amuletos que pudiera portar la mujer, así como la varita, a la que esperó con más insistencia que todo lo demás. Asintió de buena gana cuando lo tuvo todo y lo reservó, dejando en su lugar un anillo que aunque no era el de la habilidad, serviría para impulsar las acciones de su estudiante y para mantenerlos comunicados, a pesar de que fuera en dirección unilateral.

— Este bote no se detendrá una vez que entres en él, puede que parezca lento en un principio pero será veloz cuando llegue el momento. La primera prueba está dentro del lago. Hay un huevo de serpiente esperando a que lo encuentres y tendrás que convencer a sus cuidadoras para que te lo entreguen antes de que el bote te abandone. Si llega a la orilla y no estás adentro, las serpientes pensarán que no eres digna y volverán por el huevo, quizás pasando encima de ti. Es importante que consigas el huevo o no podrás avanzar.

» La segunda prueba está en el bosque, una vez que arribes a la isla. Tendrás exactamente una hora para encontrar el camino correcto o la isla te tragará. Tendrás que evitar a toda costa que el huevo sufra daños o, que en el peor de los casos, sea robado. Esto pasará si eliges mal o si te detienes demasiado tiempo en un lugar. Los árboles tienen ojos y los animales se han aliado en tu contra, ten cuidado. La más mínima falla te llevará a perder el huevo.

Miró hacia la isla, como si estuviera recreando la situación en su cabeza y con el siseo característico que solían tener sus palabras, prosiguió.

— Tu tercera prueba es la más complicada de todas. Antes de encontrarme en la pirámide deberás entregar el huevo a su dueña en medio del laberinto y encontrar la salida hasta mí. Y deberás hacerlo cuanto antes, porque... —silenciosa, una serpiente que se camuflajeaba con el entorno se arrastró hasta la pierna de Nymeria y mientras hablaba, hincó sus colmillos cargados de veneno en la piel de su pierna. Después, desapareció—. Sólo ella tiene la cura para ti.

«Suerte, Nymeria, estaré esperando frente al portal de la habilidad y si logras pasar todas mis pruebas, tendrás que enfrentarte a algo mucho más fuerte. A ti misma»

Dicho esto, el Arcano desapareció directo hacia la pirámide, dejándola sola y envenenada ante el bote que se movía parsimonioso sobre la superficie del lago.
4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • Respuestas 4
  • Creado
  • Última Respuesta

Top participantes en este tema

Nymeria nunca había sido una niña que temiera o se echara para atrás a cualquier reto que le ponía la vida. Pero aquella noche la había pasado realmente mal, se había cambiado de posición en la cama siguiendo las manecillas del reloj, hasta que decidió ponerse de pie. Mei, su mamba negra. la miraba preocupada, tratando de saber que era lo que le ocurría, pero al verla de pie le entendió. La peliazul temía no poder hacer uso de su habilidad, así que ambas desaparecieron de la mansión para encontrarse con el arcano a primeras horas de la mañana.

 

Al llegar ambas con Lawan, Mei se deslizo de su cintura y se trasladó hasta donde se encontraba el arcano y las otras serpientes. La forma en que el vietnamita trataba a las serpientes, ya sean propias o extrañas, era como si de un padre se tratará. Y la forma tan familiar en la que se sentían cada una de las serpientes era un momento hermoso de ver. Mei se despidió de Nymeria con un suave roce en las piernas para después seguir hasta donde había más comida.

 

Al ver partir a Mei la dejo un tanto nostálgica, era que ella no la iba acompañar en aquella prueba y si era así, ¿por qué le había pedido que la trajera? No lo entendía, pero prefirió no preguntar. Ya que frente a ella se encontraba la mano del arcano el cual minutos antes había pedido que le diera la suya, dudo por varios segundos. Odiaba tomar de las manos a otras personas, en realidad odiaba todo contacto físico con otras personas. Pero aun así tomo la mano de este y pudo sentir como la magia sucedía.

 

Lo que para ella parecía haber pasado minutos, en realidad solo habían durado segundos. Aún estaba consciente de lo que estaba haciendo ahí, por lo que cuando Lawan le pidió sus pertenencias ella no dudo en ponerlas en sus manos. Primero se desprendió de los amuletos que le colgaban en el cuello, el amuleto volador, el de curación y el de resurrección, más los frascos de semillas de hielo y pétalos de pensamiento. Se había acostumbrado tanto a ellos, que cuando se los quito se pudo sentir un poco más ligera, se miró los dedos de sus manos y dedo por dedo fue dejando los que hasta ese momento eran siete anillos, ya que aparte de los obtenidos por los libros, tenía con ella el anillo de metamorfomagia.

 

Tras separarse de cada una de sus pertenencias, y haber dejado hasta el ultimo la varita puesta en las manos del Arcano, escuchó con atención cada palabra que este le decía, hizo un recuento mental de cada una de las pruebas, la primera parecía sencilla. Convencer a unas serpientes de que le entregaran un huevo que custodiaban, le parecía una tarea sencilla. Ya que aún no notaba que había olvidado la habilidad de hablar con las serpientes y mientras seguía escuchando miro la barca que le ayudaría a cruzar hasta la segunda prueba, por lo que ahí era cosa de agilidad y precaución.

 

Sus ojos azules siguieron al vietnamita como tratando de encontrar la razón de aquella prueba, pero ya la encontraría, por ultimo cuando estaba escuchando la prueba final antes de poder llegar de nuevo con el arcano sintió como un par de colmillos se hincaban en su pierna. El dolor que aquello le provoco había sido exorbitante, si no se había desmayado a causa de eso había sido justo por las últimas palabras que había escuchado de Lawan.

 

Solo ella tiene la cura para ti.

 

Que minutos más tarde se habían convertido en siseos a la lejanía, ya que ella había emprendido su viaje para salir viva de aquel lugar.

Después de la mordida de la serpiente, solo habían pasado dos minutos cuando ella ya se encontraba en la barca que le ayudaría a llegar al otro extremo, donde empezaba la isla de la cual debía salir airosa para poder entregarle un huevo a la serpiente y esta le entregará el antídoto.

 

¡El huevo! —exclamo al ver que aún no había intentado hacerse por él. Asomo su rostro al agua, miro a dos serpientes marinas y al fondo un huevo de serpiente.

 

Hola…

 

Amigas…

 

Las llamó, pero ninguna de las dos le prestaba atención, la mitad del recorrido se acercaba y la situación en la que se encontraba le hacía sentirse más desesperada y presionada. Balbuceo, siseo, pero nada de eso se acercaba a la lengua de las serpientes. En eso recordó el por qué estaba ahí, Mei, no era por un beneficio propio, era para poder comunicarse con ella. Poco a poco la claridad de las cosas empezaba a surgir.

 

«Hola… podrían ayudarme»

 

Una de las serpientes giro a verla y salió a la superficie. Sus ojos amarillos examinaban a la pequeña bruja y de una forma burlesca se dirigió a ella y a la otra serpiente que aun cuidaba del huevo.

 

«Ves… te dije que nos estaba llamando»

 

«Dile que se largue, los de su especie todo lo destruyen. Aquí no hay nada para ella»

 

El intercambio de siseos entre una serpiente a otra le hacía ir de un lado a otro con la mirada y cuando la primera serpiente le iba a pasar el recado de la segunda esta se adelantó un poco. Había escuchado la conversación y la había entendido en un sesenta por ciento, pero lo necesario para saber que aquella serpiente no le daría el huevo tan fácil.

 

«Por favor, necesito de su ayuda.»

 

Suplicó.

 

La segunda serpiente salió a la superficie con todo y huevo. Y al igual que la primera serpiente recorrió el aspecto que Nymería tenía, el deterioro por el veneno era sorprendente hasta para las serpientes que la miraban. Eso más que era la primera vez que miraban a alguien tan joven pasar por aquel lugar.

 

«Se ve realmente mal» dijo la primera serpiente que era más corta que la segunda. Pero esta última ignoró el comentario y se dirigió hacia la oscuro.

 

«Los humanos siempre necesitan ayuda. Dime que es lo que necesitas humano… y quizás, solo quizás, quiera ayudarte.»

 

El sudor frio que recorría su espalda gracias a que su metabolismo trataba de eliminar de aquella forma el veneno la estaba poniendo aún más cansada de lo que debía sentirse en un principio. Pero aun así el siseo era claro para ambas serpientes.

 

«El huevo que custodian, es lo que necesito. Su madre me ha mordido y es mi deber recuperarlo. Ya que realmente quiero regresar con Mei»

 

Su voz era cansina y apagada, pero cuando hablo de lo importante que era pare ella volver con su serpiente, ambas serpientes se miraron y asintieron. Estaban dispuestas a darle el huevo si ella podía llegar hasta él. Así que con la poca fuerza que le quedaba se puso de pie en la barca y se lanzó al lago. Lhyn, la había agarrado de un tobillo, para que de esa manera no llegará hasta el huevo, pero a su vez aquello servía como una red de protección, ya que había notado lo mal que ya se encontraba la niña y no iba a dejar que se muriera en aquel lugar.

 

Cuando la Malfoy se hizo con el huevo, fue llevada hasta la orilla de la isla ayudada por ambas serpientes. Su ropa estaba empapada, pero el sacrificio había valido realmente la pena, en sus manos se encontraba el huevo, ahora solo debía elegir el camino correcto. Al ver los dos caminos, uno parecía mejor que el otro, el primero parecía tranquilo y muy bonito, el otro oscuro y pantanoso. Así que antes de que Lhyn y su compañera regresaran al agua la banshee se giró a verlas.

 

«Un último favor, ¿qué camino tomarían?»

 

«Humana, es tu deber elegir el camino que crees mejor. ¿Qué te hace pensar que te ayudaremos con eso?»

 

Tras aquellas palabras Lhyn ingreso al agua dejando a su compañera atrás.

 

«Guíate por tu instinto. Ya sabes qué camino tomar.» siseo esta y entro al agua siguiendo a Lhyn.

 

Sus palabras no parecían tener mucho sentido, pero al cerrar los ojos por un segundo, realmente lo supo. Para salir de aquella isla sólo debía seguir la piel que las serpientes dejaban a su paso. Así que eligió el camino pantanoso y oscuro.

 

Al entrar por el camino correcto Hyuna la empezó a observar, de manera silenciosa le acompaño durante los primeros metros del trayecto para salir de aquella isla.

 

«Hola Nymeria, que alegría verte…»

 

La mortifago busco de donde venía aquella voz, al tiempo que evitaba que una segunda serpiente tratara de hacerse con el huevo.

 

«¿Hyuna?»

 

Al parecer aquella serpiente y la fémina habían hecho una conexión muy fuerte, porque la comunicación entre ambas fluía sin problema alguno. Pero su caminar era demasiado lento al que estaban acostumbrados a ver de la gente que pasaba por ahí.

 

«Si, debes apresurar el paso. No queremos que la isla te devoré ¿o sí?»

 

Nymeria asintió. Y comenzó a caminar más rápido, lo más rápido que el dolor y el veneno la dejaban avanzar. Al mismo tiempo que trataba de evitar que diferentes tipos de serpientes le quitaran el huevo que durante todo el trayecto había mantenido en la mano. Se había tenido que arrastrar, que trepar algunos árboles y que evitar otros reptiles diferentes a las serpientes más mas animales que le estaban dificultando todo el trabajo.

 

Después de haberse llenado de fango y hojas de los arboles por los cuales había trepado, llegó al final de la isla aun con el huevo en su poder. Realmente aquella prueba era más sencilla de lo que en verdad parecía. Y dándose un minuto para respirar y poder continuar se dirigió a Hyuna. La cual toda la isla la había acompañado, pero sin ayudarla en nada.

 

«Hyuna, sabes el ¿Por qué de esta prueba?»

 

«si, la mayoría de los humanos al llegar hasta este punto demostraban en la isla, sus verdaderas intenciones. Con tal de quedarse con el huevo para salvarse del veneno lastimaban a las otras serpientes. Esos, no lograron salir de este lugar.»

 

Hyuna miraba el lugar donde debía estar la Isla y después la entrada al laberinto.

 

«Tu, sin embargo, has hablado con cada especie, les has abierto el corazón y tus deseos por llegar a tu compañera.»

 

La serpiente hizo una pausa y siguió siseando en respuesta a la pregunta de la bruja.

 

«Las serpientes no somos tan frías como nos pintan. Ahora debes seguir. Y gracias por no maltratarnos, a pesar de que te hicimos de esta experiencia un infierno. Adios Nymeria.»

 

La despedida de Hyuna había sido un tanto dolorosa, por que volvía a sentirse sola. Necesitaba a su compañera, necesitaba a Mei a su lado para poder seguir adelante en aquel laberinto. Si iba morir dentro de aquel lugar, quería que fuera con Mei a su lado. Y como si su suplica hubiera sido escuchada, al inicio del laberinto su mamba negra le estaba esperando.

 

«No llegamos juntas hasta este momento para que te rindieras.»

 

Escucho que Mei le decía cuando ella había tomado asiento aun lado de ella, el veneno le estaba haciendo que no pudiera seguir, pero los ánimos que esta le estaba dando era lo que la empezaba a poner de pie.

 

«Esto no es tan complicado como llegar hasta tu padre y hablar con él. Eso si que será complicado. Ya te vi toda aburrida escuchando como el hippie e incitador a probar sustancias nocivas te cuenta cómo es que él y tu madre son las personas más amorosas.»

 

«No tenías que recordarme aquello» respondió con una sonrisa.

 

Era por este tipo de situaciones que Mei era de sus mascotas la favorita. La serpiente no se detenía a decir lo que pensaba y tampoco a detenerse de burlarse de lo que le pasaba a Nymeria en su vida diaria.

 

«Así que terminemos el recorrido para que puedas tener tu encuentro familiar con aquel hombre.»

 

Mei se fue moviendo delante de ella, y al igual que las demás serpientes se mantuvo al margen de todo. Era Nymeria la que decidía si girar a la derecha o hacia la izquierda, estaba seguro que aquella prueba hubiera sido pan comido si tuviera su varita, pero no la tenía, así que, como todas las otras pruebas era su instinto de supervivencia la que le hacía tomar el camino correcto.

 

Al llegar hasta la serpiente que le había mordido, sólo había tenido la oportunidad de entregarle el huevo para después desfallecer. No había tenido la oportunidad de hablar con la serpiente, solo le había enseñado el huevo que se encontraba en perfecto estado y cuando se lo entregó su cuerpo ya no pudo más y cayó desplomado.

 

La serpiente entrego el antídoto a Mei, la cual hizo el trabajo de que lo bebiera para poder hacer que la niña se despertará. Estaba segura que no estaba muerta, quizás solo era el dolor que de la mordedura la que le había hecho caer como costal de papas.

 

«Es mejor que se despierte lo más pronto posible. Aún debe llegar con Lawan y aunque él puede ver todo el recorrido y sabe que cumplió con las tres pruebas si no llega hasta él. Es capaz de marcarle esto como un intento fallido.»

 

Al parecer aquellas últimas palabras habían hecho que la banshee despertara y sintiéndose un poco mejor gracias al antídoto del veneno que su amiga le había hecho beber de manera inconsciente. Se despidió de la serpiente que le había mordido.

 

«Gracias por el antídoto. Espero que tu hijo sea hermoso como tu.»

 

Y tras aquella despedida continuo su camino hasta donde se encontraba Lawan esperando por ella con cierta sorpresa. Al parecer el arcano no se esperaba que la jovencita llegara hasta él, mucho menos que pudiera terminar aquellas pruebas en menos de una hora para que no pereciera. Si alguien le hubiese dicho que ella iba a tener que hacer tres pruebas estando envenenada en menos de una hora.

 

«He regresado, gracias por su paciencia. Y por saber esperarme.»

 

-----------------

*desaparezco*

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

-Paciencia -repitió, asintiendo ante las palabras de su alumna-, es precisamente eso lo que se necesita para poder superar muchas pruebas. Como la última prueba que debes enfrentar.

 

Nymeria había enfrentado todas y cada una de sus pruebas como se suponía debía hacerlo. Había sufrido y había visto lo complicadas que podían ponerse las cosas si no ponía su corazón y confianza en lo que hacía. Porque confiar en las serpientes, cuando se decía que eran traicioneras, era una acción que solo un verdadero hablante de Parsel podía realizar. No todo el mundo tenía la facilidad para dejarse invadir por el idioma de las serpientes, era verdad. Pero también era cierto que no todo el mundo tenía la fortaleza suficiente como para enfrentar una prueba como aquella y si bien Lawan nunca admitiría en voz alta que sentía una cantidad de respeto considerable por la muchacha, tampoco

la reprendería por su tardanza. De hecho había tardado lo justo, tomando en cuenta que no había perdido tiempo gracias a que estaba sola.

 

Por eso el vietnamita se apartó, para mostrarle el portal. Lo había abierto cuando la había escuchado llegar y ahora esperaba ver la misma reacción que veía en todos. Miedo, incertidumbre, ansias. Lo que fuera que Nymeria encontrara ahí dentro, era la prueba más valiosa que iba a cursar. Ya había pasado las suyas com éxito, ahora tenía que enfrentar algo mucho más complicado: a sí misma. La prueba dependería de su habilidad, sus conocimientos y su memoria. Y él la observaría desde donde estaba, gracias al anillo que la muchacha aún portaba en su falange.

 

«Es tiempo de que entres al portal y demuestres que eres una verdadera hablante de Parsel.

Hizo una pausa, echando un vistazo atrás. Los colores se arremolinaban entre ellos, llamaban a la estudiante con una energía potente.»

 

«Yo no intervendré, incluso si veo que las cosas no salen como deberían salir. Así que concéntrate bien, Nymeria. Eres tú, tu cabeza y lo que sabes.»

4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La Malfoy miro primero al Arcano y después al portal frente a ella. Los colores que emanaba aquello le incitaban a cruzarlo sin esperar instrucciones de manera impulsiva, pero otra parte le hacía dudar si estaba lista para ver lo que pasaba del otro lado. No porque dudará de su habilidad en parsel, sino porque si lo que veía del otro lado no era algo que ella se esperará.

 

Y aunque el miedo a lo desconocido la invadía, cerró los ojos un segundo y camino hacia el portal escuchando las palabras de Lawan. Aquello significaba algo más que una prueba de Parsel, era demostrar el por qué se consideraba digna de tener aquella habilidad y si era verdad que podía dominarlo en situaciones complicadas.

 

Después de cruzar el portal, al otro lado se podía ver una edificación de 23 pisos, el por qué su cabeza le había llevado hasta ese lugar no lo entendía, pero no tardo en entrar a la edificación para entender el porque estaba ahí. Justo en el piso 18 del edificio se encontraba un serpentario para el disfrute de varias personas. De aquel lugar se podía escuchar claramente gente gritando, la Malfoy subió hasta aquel piso donde se encontró con un niño de 10 años dentro de la jaula de una mamba negra.

 

El reptil seseaba y se deslizaba alrededor del niño, Nymeria corrió para ver si podía ayudar a alguien, pero al verse reflejada en el cristal se sorprendió. No tenía más de siete años, pero debía llamar la atención de la mamba negra.

 

«Hola amiga, no le hagas daño al niño» siseo.

 

El reptil giró a verla al tiempo que el niño gritaba como loco, cosa que volvió a captar la atención de la serpiente. Nymeria frunció el ceño y dentro de su cabeza maldecía al niño, pero volvió a hacer el intento de comunicarse con la mamba.

 

«Mi nombre es Nymeria, ¿Cuál es el tuyo? »

 

De nueva cuenta la serpiente se le quedo mirando y una vez más el niño grito. Por lo que la serpiente le soltó una mordida a la pierna del niño justo cuando uno de los encargados del lugar llegaba para sacarlo de la jaula.

 

«Me llamo Mei» respondió la mamba negra justo antes de que el adulto se la llevará a ella y al niño lejos de aquel lugar.

 

Nymeria se sintió un poco frustrada por no haber podido evitar que la serpiente mordiera al niño, pero entonces capto que el nombre de la serpiente era el mismo que su mamba negra, así que aquel momento en el portal era el recuerdo de como se había conocido con su mejor amiga.

 

Lo que aún no le quedaba claro era ¿cómo aquello le ayudaba a ser digna de tener aquella habilidad? Y entonces se dio cuenta que cuando se dio cuenta de que podía hablar con las serpientes su única finalidad era la de ayudar a las otras personas y a las serpientes mismas para tener una convivencia entre ambas partes.

6ulee7D.gifoPlJzyO.gifM99Ea8K.gif 

vJ4GOyW.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Lawan se encontraba esperando pacientemente al otro lado de la puerta, viendo todo lo que sucedía con Nymeria gracias al poder del anillo. Más que una prueba lo que la joven necesitaba era descubrir la verdadera razón por la cual debía aprender la habilidad. ¿Sería por poder o por hambre de conocimiento? La respuesta a esas preguntas sólo las podía encontrar en sus pensamientos, en el mar de su subconsciente a donde pocos saben llegar, porque la mayoría tiene miedo de descubrir la verdad, su verdad. Sin embargo verla le planteaba otras dudas a Lawan, que lo hacían preguntarse si no se había apresurado en la decisión de ser un Arcano, pero antes de que pudiera explicarse a sí mismo su decisión, Nymería debía regresar junto con él.

 

«¿Lo has averiguado, cierto?» le habló el Arcano a la malfoy, quién aun no cruzaba la puerta de regreso «Por fin has encontrado la verdadera razón por la cual viniste a mí, del por qué haces lo que haces y aunque las opciones pueden ser muy variadas, la tuya en particular me ha llamado mucho la atención. Sé que deseas quedarte, pero hay cosas que aun no es tiempo que veas, así que regresa.»

 

El Vietnamita quedó en completo silencio, si bien la conexión con el anillo no se había roto, no volvería a hablar con la muchacha a menos de que regresara.

 

«A partir de aquí es poco lo que puedo enseñarte. Has aprendido tanto de las serpientes como de los humanos por igual y los comprendes. Mi prioridad siempre será los reptiles y eso puede que afecte un poco mi juicio acerca de los de tu especie, sin embargo, confío en que podrás mantener el equilibrio entre ambas partes sin descuidar demasiado a ninguna. ¿O me equivoco?»

 

Su pársel nunca había sido tan fluido como en esa ocasión, sabía que ella lo entendía y era capaz de seguir sus rápidos siseos.

 

«El anillo que te he entregado dejará de ser uno de prueba, ahora pasará a ser un auténtico anillo que te identifica como una hablante pársel. Tal como ocurrió mientras estuviste en el portal, el pequeño artilugio que ahora adorna tu dedo seguirá conectado al mío a través de la magia, porque a partir de ahora tenemos algo en común que nos une... Puedes marcharte cuando quieras Nymeria, estás lista para seguir tu propio camino de aprendizaje.»

 

Y tal como había ocurrido otras veces, Lawan regresaría a su cómodo Bungalow a seguir con su rutinaria vida.

4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.