Jump to content

Yaxley Manor (MM B: 109997)


Orión Yaxley
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Abrazarlo era la confirmación de todo lo que pululaba en su cabeza, tener entre sus manos al Askar y que este no la dejara apartarse. Sin embargo, dos segundos más tarde, le quitó el aliento —casi, literalmente—, besándola. Los labios de la Yaxley respondieron demasiado positivamente dejando que sus manos pasaran de su cabello a sus hombros, dejándolos con ganas de más cuando él los dejó de presionar. Tenía las mejillas encendidas pero lo miró a los ojos, como si ellos pudiesen sonreírle.

 

De su cabeza, se habían apartado las miles de preguntas acerca de su comportamiento, las ganas de girar hacia la puerta, puso su mano sobre el pecho de Callum y lo sintió tan agitado como ella. Sonrió bajando la mirada mientras él hablaba, casi en un secreto aun cuando estaban solos. “Si tu corazón aún está en otro lado”, aquello hizo que los ojos de la chica se llenaran de agua. Se sentía mal, pero no porque estuviera enamorada de alguien más, de alguien de quién no tendría noticias quizá nunca más. Se sentía mal, porque seguía comprometida, y aunque ese compromiso sólo lo hubiera respetado ella, existía. No tenía derecho alguno de colocar al Askar en semejante posición, no lo merecía, sin embargo, si merecía que ella fuera honesta con él. No podía seguir negándolo todo, menos luego de aquella visita, de ese beso. De esas ganas de más. Tenía los labios apretados con el temor de soltarse en una infinita verborrea que no reflejara bien lo que sentía.

 

Estoy comprometida —dijo al fin metiendo una mano dentro de su túnica y sacando la cadena de plata que portaba el anillo de compromiso—, pero llevo negándome a la realidad de su final por lo menos medio año quizá más, quizá un día pueda hablar de ello, lo siento. Y hace poco más de dos meses, comencé a sentir que jamás podría llevarlo en el dedo —susurró sin atreverse a mirarlo mientras se quitaba la cadena del cuello y encerraba en su puño, tampoco se atrevía, bueno, no quería alejarse de él—, hace un tiempo volví a toparme contigo.

 

Volvió a abrazarse a él, escondiendo su rostro en su pecho esta vez. Por alguna extraña razón, no sentía más la necesidad de esconderse, de pensar en las mil y un justificaciones posibles si los encontraban así, tan juntos. Ella también quería que la extrañara, que la fuera a visitar y quería pasear con él, conocerlo del todo y no, no quería sólo recibir sus cartas. Aunque claro, luego de la confesión del compromiso, no podía hacer mucho más, ella no tenía manera de comunicarse con el Malfoy y pedir o dar explicaciones. Estaba exactamente igual que hace un año, esperando. Y se le había agotado la paciencia mientras tantos, quizá era cierto que no se podía adorar a un dios ausente. Quizá Callum era su presente.

 

— ¿Cuántas cartas escribirás antes de perder la paciencia conmigo? —preguntó susurrando entonces— ¿Tendré al menos una carta de despedida? ¿O tengo que volver a esperar que te aparezcas en uno de mis lugares favoritos?

 

¿Sería realmente el Askar capaz de esperar por ella? Ella no quería esperar más, pero claro, tampoco era del tipo aventado que tomaba lo que consideraba era para ella. De hecho, esa noche se había portado más valiente de lo que había sido en toda su vida, y si no fuera por el abrazo del joven, estaría temblando de pies a cabeza. ¿Sería verdadera su sospecha de gustarle? Río en silencio sin que él pudiera verla, claro que le gustaba, un chico no quiere ir a lugares con una chica si no fuera de esa manera, menos alguien tan como el Askar, tan solitario y ajeno a la costumbres de la sociedad mágica de Inglaterra.

 

@

Morsmordre

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

El chasquido de la leña en el hogar, el aroma a galletas horneadas en la casa, los jingles vintage de gramófono de la misma época. Ah… todo indicaba que las fiestas estaban llegando y para Orión era la excusa perfecta para seguir haciendo lo mismo de siempre: tomar té en unos pijamas largos de invierno, pantuflas de pies de oso y dejarse llevar por la vida llegando a un punto de cuidado personal desesperante.

 

La barba castaña clara ya tenía las patillas completamente blancas por el avance de la edad. Casi que le llegaba a la mitad del cuello en longitud. El pelo largo, también dejado a su suerte. Bigotes con restos de bizcochos. La nariz completamente colorada por el frío (y capaz por alguna cosilla en el té, lo dejo a su criterio). Llevaba unas gafas doradas pequeñas que le daban cierto brillo a la luz de las velas que iluminaban el salón familiar.

 

Alguien se había OLVIDADO de pagar la luz.

 

Igual, él estaba feliz. Tenía en su poder la última edición de CARTAS ASTRALES DE TUS ICONS MÁGICOS. ENTERATE DE TAAADAAAAA (y más). Y claro, ¡cómo no perdérsela! ¿Sol en Aries con ascendente en Capricornio y luna en Libra? Con razón Luis Miguel tenía tantos problemas en su vida, la intensidad ariana con la poca capacidad emocional de capricornio era una bomba de tiempo.

 

Dejó el libro a un lado y terminó de beber su earl grey. Estiró los brazos y prestó atención por si alguien aparecía.

 

- Bueno, no es que la Yaxley esté muy concurrida…

 

No tenía ganas de subir a su cuarto y… cuando tenía ganas de eso, tenía ganas de eso. Me gustaría aclarar que el detonante no fue Luis Miguel, ni menos la astrología, tampoco era tan loco. Sólo que a veces le agarraba ese impulso natural y había que evacuar. Bajó sus manos hacia el bóxer tapado por la bata y se hundió en el sofá.

 

¿Qué era lo peor que podría pasar? ¿Una redada fenixiana? ¡JA!

QlJxtuG.png
3wkkc9v.gif

ZREaNtC.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

Una voluta de humo se disipó frente a una fuente no del todo reparada, y una bruja enfundada en una gruesa capa de viaje negra. Caminó con paso decidido al interior de la Manor, y subió sin mirar a los lados las escalinatas de madera, ubicó su cuarto, cerró la puerta y se fue al dormitorio contiguo, dónde, sin llamar antes, se coló, topándose con un olor que la hizo tambalear unos segundos. Era fresco, el perfume varonil mezclado con la madera que macera un bourbon eran fresco, él había estado ahí. ¿Estaba de regreso? Tragó saliva. Su broche de plata no la había engañado. Caminó hacia su repisa y se apoyó con ambas manos.

 

Aparece —susurró apretando en la diestra un venado coronado tallado en metal plateado, invocándolo—, Aaron, yo... —apretó los dientes, si su primo la escuchara en ese tono la acusaría de débil y si había una persona de la cuál no quería oír cosas negativas, era de él—, yo, ¡Aaron! —gritó, ahogando entre sus labios un "te necesito".

 

Poco a poco, retrocedió y finalmente se sentó al borde de la cama. Sabía perfectamente que su primo no era el tipo de amigo que la abrazaría para consolarla ni nada, pero realmente sentía que perdía el eje de su tridente, y sin él, sin la certeza de su presencia en su vida, terminaría por desaparecer incluso de Inglaterra. Las cosas no iban bien en el despacho, ya no podía seguir ocultando la ausencia del Ministro, y ella misma estaba perdida en los trámites que debían corregirse ante la inminente amenaza extranjera. La familia Yaxley parecía haberse extinto y con tanta soledad gritando desde las paredes, lo único que llenaban los recuerdo de Maida, eran ahora, espinas debajo de sus pies. Aaron llevaba meses sin responder a uno solo de los pergaminos de la bruja, quien terminó por convencerse que algo malo le estaba pasando. Ya la última vez que lo había visto, unas cicatrices en la mano, la habían alertado.

 

@

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

Poco recordaba de mis últimos días en Londres, fue algo superior y ciertamente desconcertante; ¿hechizo?, ¿qué clase de magia fue aquella?; tan solo pasaban imágenes en mi mente, recuerdos que divagaban en una ciudad destruida, el Big ben a medio destrozar y uno que otro puente del Támesis caído. Recuerdo un frío invernal y el sonido del hielo quebrándose a mis pies para sumergirme en turbulentas y gélidas aguas que por poco me quitan el aliento...¿dónde había dejado mi varita?... palpé mis prendas hasta encontrarla, pero ya era demasiado tarde para usarla pues había sido escupido en medio de un bosque.

 

Tosí agua, el cielo estaba repleto de hojas secas, volví a toser. Tenía tierra en los labios, la ropa me pesaba, estaba aletargado ¡y con mucha hambre!, como si hubiesen pasado meses, pero sin darme cuenta, para mí habían sido tan solo cinco minutos. Me arrastré a duras penas, rasgando la tierra, sujetándome de las raíces de un árbol del Otoño para apoyar mi espalda en su tronco. Observé el cielo un tanto atontado...

 

-¿Otoño?...- me pregunté y solté una risa bufada. ¿Viajes en el tiempo?, se suponía que los giratiempos habían sido destruidos, confiscados, en fin. La cuestión estaba en que nadie podía viajar por el tiempo...¿o sí?. Algo me pinchaba en el costado izquierdo de la cadera; busqué entre mis prendas y hallé el prendedor de los Yaxley. Me agarré de un relieve en el tronco del árbol y me puse de pie, la brisa me recordó lo mojado que estaba pues el frío coló en mi piel- debo averiguar qué es lo que ha pasado antes de llamarte, Maida... - sostuve guardando el prendedor en el lugar donde lo hallé, atisbando entre los árboles las luces anaranjadas del atardecer. Sabía que estaba en el terreno de los Yaxley, debía hallar la manor y así fue como me encaminé zigzagueando el apoyo de mis hombros en los distintos troncos aledaños que custodiaban el hogar de Orión y Gatiux.

 

***

 

Al encontrar el hogar de mi familia me percaté que estaba vacío, algunas telas de araña decoraban los rincones y el polvo me hizo estornudar un par de veces, ¿dónde estaban todos?- agité la varita para que todo volviera a relucir dentro de lo que se podía. El polvo se contuvo en un torbellino junto con las telas de araña con uno que otro bicharraco luchando por su vida mientras se abría la puerta de par en par para disiparse en el exterior- un p*** agudo cruzó mi sien, provocando mi caída de rodillas en medio del pasillo principal. Agité la varita para secarme y a duras penas caí tumbado de bruces al único sillón... necesitaba una cura de sueño.

 

El broche ardió pero no sentí nada, tenía el sueño pesado, sin obviar el hambre y un peso en los hombros. ¿Quién iba a saber que me había desaparecido cinco minutos?, un par de horas más no harían la diferencia... al menos eso fue para mí.

 

@

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aaron estaba de regreso, aunque algo no estaba del todo bien, y ella lo sabía. Se apoyó unos segundos en el marco de la puerta de su habitación, tratando de armar un rompecabezas mental en su cabeza. Maida era un demonio, aunque no quisiera admitir o usarlo, seguía siéndolo y en una situación como esta podría ser útil, caminó escaleras abajo presionando el broche, que parecía estar al borde de los cuatrocientos grados de calor, pero no lograba hacer daño a la bruja. Fue al llegar al pasillo que lo vio, si no lo conociera mejor que a la palma de su mano, podía apostar por una pésima y descontrolada borrachera, pero así no era él. ¿Acaso no era él? ¿Por qué la duda? Por la falta de acción del broche desde que pisó la primera planta, como si se hubiera desactivado.

 

La bruja hizo tres cosas, número uno, sacar la varita —posiblemente no la usaría, pero se sentía más segura—; número dos, aparecer en la mano libre un frasco de poción herbovitalizante y número tres, se sentó a su lado, a la altura de su cabeza. Se aclaró la garganta, una, dos y hasta cinco veces a ver si la bulla lo despertaba, pero nada. Entonces, muy poco sabio de su parte, dejó la varita en el suelo y levantó su cabeza por la base, sacudiéndola un poco. Estaba muy desmejorado, pero cada vez tenía menos dudas.

 

¿Aaron? —murmuró sin éxito. Sacudió un poco más fuerte— Aaron, despierta.

 

Bueno, al menos la poción le serviría cuando decidiera abrir los ojos. ¿De dónde había salido y por qué se había ido?

 

@

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Si hubiésemos conocido los sueños del sangre sucia de Tom, ¿qué cosas habrían pasado por su cabeza?, ¿qué pesadillas?- quizás, el niño que sobrevivió le enseñaba el dedo del medio mientras el poderoso Voldemort arremetía todo su poder contra él luego de haberlo dejado huérfano, o en una que otra, escapaba de una Bellatrix encinta, vestida de novia y con un ramo de mandrágoras. Curioso hubiese sido observarle añorando un abrazo del gran Dumbledore o una admiración por sus proezas- un sin fin de emociones que seguramente me harían detestar aún más su gloria en la historia de la magia, porque sí, Lord Voldemort había sido sin duda alguna, unos de los magos más próximos a convertirse en el amo de la muerte. Un anhelo que, hoy por hoy, los cobardes han reprimido.

 

Estaba ahí, apoyado en una pared en lo alto del Big ben, apreciando un mundo controlado por la magia como siempre debió haber sido; selección natural, cadena, el podio de la vida, etc; sabía que no habían mestizos, o si es que había alguno debió de estar muy escondido, la bruja y el mago caminaba libremente por las calles, algunos un tanto más jóvenes, molestando a los muggles con sus varitas (eso era parte de una educación que se podría corregir, quiero decir, a las mascotas se les puede enseñar ¿no?). Me sentía en el apogeo ¡en lo máximo!, hasta que oí su voz como un trueno en el cielo... ¿que ya no le había matado?... ¡no es que no le tuviese aprecio!, era mi prima, casi una melliza y le quería, por eso había decidido acabar con su vida. Ella no hubiese soportado ésta clase de hazañas; ¿Cómo es que sabía todo eso?, ¡quién sabe!, era un sueño y de eso constan los sueños, de saberlo todo y no entender el porqué.

>>Aaron<<

>> Aaron ¡despierta!<<

 

***

 

-¿Eh?...yo... - pestañeé un par de veces, veía todo borroso. Enarqué una ceja- ¿estás viva?, eh...- me quedé observando seriamente a un punto ciego, pestañeé otro par de veces y la reflejé nítida en la oscura y gélida mirada gris que tanto me caracterizaba- ¿Maida?... ¡Maida!...- me acomodé hasta quedar sentado en el sofá- ¿cuántas horas han pasado?, tenía una reunión con Lucrezia y Felicity ésta noche...

 

@

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Lo miró perpleja mientras él se sentaba ¿cómo que si estaba viva? Maida tenía el rostro como si fuera la madre del dichoso mago, pronto se cruzó de brazos y frunció el ceño, ¿reuniones? Si, claro. Ese era justamente el premio por tanto tiempo autoexiliado. Aún con toda la frustración que sentía, respiró aliviada que verlo ahí, en su hogar. Debió saber la bruja, desde pequeña que aquello se le iba a convertir en una pésima costumbre, eso de andar tratando de hacerlo sentir en casa. Aaron tenía muchas cualidades, pero la de ser un hombre hogareño no era una de ellas. Y la frustración que sentía por cada vez que se largoneaba sin avisar no disminuía ni un poquito, ¿qué sería del Black cuando las canas poblaran su cabeza? Dijeran lo que dijeran, una vejez solo no es atractivo al buen ánimo del ser humano. ¡Y Aaron era un humano! Aunque parecía creer que era invencible.
Si, sigo viva, no gracias a ti, por cierto —dijo al fin y acomodó unos cabellos del mago con la diestra—, ¿horas? ¡Aaron llevas fuera de mi registro por lo menos cinco semanas! ¿Fueron los de Italia?
Alzó nuevamente su varita, desenredando sus brazos en el regazo.
Sabes que detesto las soluciones bélicas, sin embargo, si te tocaron un pelo o no me das una explicación sensata de qué demonios te pasó, doy instrucciones inmediatamente —comunicó mirándolo fijamente a los ojos—, y creéme que tenemos un frente dispuesto a pelear por el Reino Unido en cuestión de segundos. Ya sabes como les gusta medirse a los magos.
Estaba más flaco, y alrededor de sus grises pupilas, se extendía la tonalidad a sus párpados formando unas ojeras que lo hacían lucir más viejo, ahora si que lo andaba tasando y verificando su estado de salud. Aaron no era un joven que se enfermara ni nada, pero aquello no quitaba la autoimpuesta función de preocupada "madre" a la bruja. Aunque él detestara eso, poco le importaba. Podía decirse que con el mago, era una de las pocas personas que lograban despertar esa clase de instintos en Maida, una bruja que, de ser posible, eliminaba el contacto físico o emocional con los hombros. Sin preguntarle nada, tomó el frasquito de herbovitalizante que había bajado y lo acercó a sus labios, básicamente obligándolo a tomarlo. Aquello le haría bien y podrían esclarecer toda la situación.
— Tío Orión volvió, por almenos cinco minutos, el resto de la familia ni sus luces, tus hijos en casa de Candela, yo en casa de Candela —claro que notaba que no le estaba dando espacio ni a explicarse ni a hablar, pero era comprensible Maida quería abrazarlo y pegarle, a partes iguales, la falta de decisión entre ambas opciones decantaba en esa verborrea extraña en ella. Era eso o el llanto, pero a su primo, le disgutaban las demostraciones de debilidad, así que se aguantaba—. ¿Qué pasó? ¿Llamó a Lucrezia y Felicity?

@

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Esbocé una ligera sonrisa cuando mencionó que podía cuidarse sola ¿en serio podría?; le observé como quien observa a su hermana menor- aunque a diferencia de las hermanastras que podría tener regadas por el mundo mágico, Maida siendo mi prima, me había demostrado más lealtad que cualquiera otra- más aún fue mi asombro cuando me dijo que llevaba cinco semanas fuera ¡cinco!... ¿El ministerio?, ¡Castalia, Arya y Julieta! el trío Macnair...Felicity, ¡mis hijos!... ¿de verdad me preocupaba por ellos? ¡no habían hecho nada por buscarme! ¿o sí?.

 

-¿Italia dices?- le escuché. La verdad no recordaba mucho y sumando a todo, sentía una fatiga enorme- ¿qué es eso?...quf ef....¡puaj! ¿pociones?- le miré con recelo y acepté con disgusto el trago- sabes que eres la única a la que acepto tomar cosas sin saber qué contienen ¿verdad?.

 

De pronto comencé a sentirme mucho mejor, energizado, como si volviese mi tormentosa alma a éste despiadado cuerpo. Al parecer y por todo lo que comentaba la hija de tía Luisa, en cinco semanas no habían sucedido muchas cosas, salvo que al parecer teníamos un frente dispuesto a pelear por la sangre inglesa de la magia. Y si mi desaparición había sido producto de fuerzas enemigas, es decir, no creo que fuese una maldita broma de Candela o alguno de mi descendencia...

 

-No recuerdo que pasó, Maida. Solo sentí que estuve fuera por cinco minutos...- le oí sobre reunirnos con Lucrezia o Malfoy- ¿Di médici?, no, aún no. Tal vez haya sido ella la que buscó mi ausencia...-acaricié mi barbilla por un par de segundos- lo último que recuerdo de esa odiosa italiana es que estaba muy interesada en Azkaban; ¿ha pasado algo con ello?...- y de pronto comencé a sentir una tremenda ansiedad, como si la vida me urgiera ordenarse en los diez minutos que llevaba de lucidez- ... necesito ver a Castalia, no, no, a Arya...tampoco... o quizás sí necesite ver a Castalia. Mejor vamos a ver a...a... ¿cómo es que se llama el mayor de mis hijos?, o tal vez a esa gitana que tienen por madre...¿Se ha visto a Felicity merodear el callejón Diagon?

 

No sabía por donde partir.

 

@

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Maida arqueó una ceja mientras lo escuchaba rezongar como niño chiquito, ¿si sabía que ella era a la única que le aceptaba cualquier otra cosa que no fuera bourbon? Si, de los pocos logros en su vida adulta. Pero luego se sintió satisfecha, justo cuando el gris de sus ojeras dejó de competir con el de sus ojos y sus hombros parecían tan mullidos y cuadrados como siempre. ¿Castalia, Arya, Juliette, Lucrezia? ¿Por qué razón no terminaba de confiar en ninguna de ellas? A lo mejor por el autopapel impuesto de hermana, las miraba por encima del hombro, metafóricamente hablando, porque ese puñado de chicas, era una más altanera que la otra. Sobretodo la italiana, esa tenía la nariz siempre en punta y a veces apretada, como si todo le pareciera terriblemente mal.

 

— Por partes, campeón, que no vas a poder hacer todo a la vez aunque no dudo que tu cabeza así lo quiera —se rió de su propia broma y se apartó un poco, preocupada, obviamente, diez minutos no eran cinco semanas, ni aquí ni en la China, esta ¿desaparición? Más bien secuestro, tenía que tener otros responsables—, veamos, Lucrezia no sería tan descuidada con los detalles. Tengo la firma sospecha que, de haber sido ella, no lo habrías podido contar.

 

Azkaban estaba igual de cerrada que antes de su desaparición, no había ningún decreto de urgencia que permitiera nada, y Maida, en su sano juicio jamás se habría atrevido a emitir ni siquiera un comunicado a voz del propio Ministro. El poderío ítaloexatranjero que planteaba la Di Medici convencía a muchos, el querer que el dinero y poder proteja a medio Ottery la tenían en la cima de la popularidad y eso le encsantaba, aunque no lo dijera a voz en cuello. Chasqueó la lengua cuando habló de sus hijos, sobretodo del mayor. Maida no había tratado con él ese tema desde que se enteró. Encima Jeremy era el más complicado de todos, o quizá era que, al igual que con Aaron, Maida no se permitía un solo pensamiento negativo contra Mathew, era su favorito y de lejos.

 

— No creo que ninguno de ellos quiera hacerte nada, las Macnair siempre han sido de tu entera confianza, ¿o no? —masculló arrastrando la frase porque a ella no la habían convencido nunca— Por otro lado, Jeremy es un tanto difícil pero no creo que busque una venganza tan siniestra, es un Triviani y por rama materna, hijo de Candela, él buscará desplumarte de cada centavo que tengas en tu bóveda. Así que creo que podríamos comenzar por ahí, necesitas legalizar los documentos, hacerlo oficial y cuidar tu patrimonio. Luego, volveremos a los temas ministeriales.

 

Negó con la cabeza. Tampoco estaba segura que fuera una idea comenzar por ahí. Realmente ¿qué sabía ella de cómo se habían dado las cosas? Y aunque se esforzaba por fomentar una buena relación con Jeremy, no estaba del todo segura de sus verdaderos motivos. Claramente de Mathew jamás podría dudar.

 

@

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Más papeletas?, ésto de ser ministro tenía menos acción que carrera de caracoles; bufé ante la lista de cosas que tenía que hacer y me puse de pie para pasearme alrededor de una mesa y tranquilizar mi ansiedad. Debía saber si aún tenía fieles a mi causa, cuál era, proteger la poca fidelidad a la sangre que nos quedaba en el mundo mágico; ya faltaba poco para que pusieran de esos cines muggles en medio del callejón Diagon, y la guerra...¡la guerra!...eso podría estallar en cualquier minuto.

 

-Solo dime lo que debo firmar y ya, Maida. Sabes que no soy de estar sentado todo el día tras ese molesto escritorio...-chisté con la madurez de un crío de primer año; o quizás ahora entendía a Crazy, pues con la gente que rondaba Ottery, tenías dos posibilidades, o te agarrabas a varitazos o huías de vez en cuando. De pronto, esbocé una sonrisa con la cuál busqué la tímida complicidad de mi prima- ¿y si hacemos una cena?, podríamos invitar a Je...Jerry...Je...¿Jeremy? y a Matthew, ¿qué hay de mi hija?. Y sinceramente necesitaré la presencia de Candela, a ver si convence a esos mocosos de tomar el poder ¡¡por el mango de la varita!!...¡Tropa de cobardes, ya nadie defiende lo que es digno en éste mundo!

 

Ante la ausencia, suponía una jauría que querría el puesto ¡sobre todo porque estábamos en medio de una crisis social, bélica, mágica. Quizás tendría una bandada de fenixianos intentando usurpar el poder del Ministerio, o tal vez no, pues si hubiese habido algo de acción respecto de la Orden y Maida conociéndome, me lo hubiese informado de inmediato.

 

-¿Y si vamos a donde sea que vivan los Triviani?...- comencé a caminar hacia el pasillo- venga ¡levántate mujer! que yo ni idea de donde viven los gitanos esos...-Tendí mi mano para que nos hiciera desaparecer-... ¡no quiero sufrir particiones eh!

 

@

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.