Libro de la Sangre 14

[Hades Ragnarok]

Un nuevo curso se avecinaba. El vampiro “respiro” profundamente dejando que el vital gas pasara por sus pulmones muertos. Había pasado mucho tiempo desde que había pasado aquel pueblo o más bien aquella zona perdida del mundo. La última vez que había estado allí casi había muerto, había sido salvado, había evolucionado y se había vuelto a perder en un camino que lo llevo casi a su propia destrucción. ·Si elegiste un camino acepta las consecuencias de tus actos” retumbaba en la mente del cainita. Tanto el karma que estaba limpiando, como las consecuencias de cada una de sus decisiones debía llevarlas a cuesta, solo esperaba que al final, aquello sirviera de algo, aunque estaba cansado ya de todo aquello, aun así, el cainita seguía luchando cada día un poco más.

 

Observo el cielo y lentamente los alrededores, todo parecía estar relativamente tranquilo pero jamás se podía fiar, en cualquier momento podrían llegar los estudiantes y toda aquella paz y tranquilidad se iba a ir al caño, además, era extraño que aun no hubiera recibido ningún mensaje de los Uzzas, ¿sería acaso que al fin lo dejarían en paz y que Badru no lo molestaría aquella vez?, bufo, ¿acaso alguna vez había sucedido alguna cosa como aquella?, negó con la cabeza sabiendo perfectamente la respuesta… Nunca.

 

A lo lejos se podían ver algunas personas en su vida normal, algunas iban al mercado, otras salían de sus casas o regresaban, a pesar de estar a la entrada de aquel sitio aquella zona estaba un poco concurrida, claro estaba, la ultima ve que había estado allí había sido de noche, el silencio reinaba y la oscuridad lo protegía, así fue como logro llegar a aquel refugio donde casi encontró la muerte. Ahora, era diferente, era de día y no podía cometer los errores del pasado. Maldijo, estaba oxidado y quizás ya un poco viejo para aquello, claro estaba, ahora tenía muchas más experiencias y conocimientos, aun así, debía suponer que todas aquellas criaturas a las que se había enfrentado alguna vez seguían por allí esperándolo, o quizás habían muerto.

 

Al fin algunos instantes después escuchó los sonidos de aparición. Dibujo una mueca y se obligo a voltear para quedar en frente de aquellos aprendices, Darla Potter Black, Cye Lockhart, Dave Black Lestrange, Amelie Black Lestrange. Reconoció a Cye, quien había quedado en shock en la clase anterior, quizás no había aguantado el precio de la sangre o más bien no había querido pagarla, aun así, esta vez quizás las cosas serian diferentes, tal vez, ahora era que la chica conocería la verdadera oscuridad,. Se encogió de hombros, aquello estaba por verse.

[Sapphira Black Lestrange]

La vampira se estaba preparando una vez para asistir a la clase del libro de la sangre que le había llegado una nota de donde seria en este ocasión , ya había cursado ese libro pero no había aprobado pero esta vez la vampira se proponía pasar el curso , luego de ver la lista de sus compañeros sabia que con Dave estaría porque habían coordinado volver a presentarse en la clase , luego estaba Darla y Cye y de esta ultima recordaba haber cursado el libro de la fortaleza.

Luego de estar lista mediante aparición , aparezco en el lugar donde se llevaría a cabo la clase del libro de la sangre y en esta ocasión el escenario era totalmente distinto al de la vez anterior , ya no tenía que saltar de risco a unas aguas y bucear para encontrar una cuidad sumergida, esta vez estaba en un pueblito perdido en alguna zona de este mundo , un lugar normal con gente llevando una vida normal yendo al mercado que lo que menos se imaginarían que algo extraño pudiera ocurrir en esa zona remota del mundo.

Al parecer era la primera en llegar al lugar acordado y solo esperaba que los demás aparecieran en cualquier momento , para ver que tenía preparado el profesor en esta ocasión , llevaba guardado su libro de la sangre que ya tantas había leído y la daga del sacrificio que sabía que en algún momento debía hacerla aparecer para usarla

[Darla G Dumbledore]

Se había levantado una vez más, sin trabajo, simplemente por gusto, había mimado a Seba antes, durante y después del desayuno, había sido una mañana cálida, tórrida más bien. Tras que él se marchara al banco, algo atrasado, había tomado una ducha y al salir del baño descubrió un pergamino sobre la cama, se acercó a verlo y llevaba el sello de la Universidad. En su interior le indicaban cómo llegar a su nueva clase del Libro de la Sangre.

La Potter Black se dirigió a su guardarropa y cambió el cómodo atuendo de entrecasa que había pensado lucir por una pantalón estilo cargo, color negro, una remera mangas cortas gris topo, zapatillas y una chaqueta negra. Cargó en su bolsa de piel de moke, con hechizo extensor en un interior, el libro de la sangre y los amuletos que venían con él. Recogió su cabello en una coleta, aseguró a Edelweiss, su varita, en uno de los bolsillos laterales del pantalón y, tras avisar a sus elfos, se desapareció del departamento sobre el local de House of Books, rumbo a una nueva lección de magia.

Cuando se apareció en las afueras de aquel pueblito quedó un poco sorprendida, no lejos de ellos había una ciudad que parecía bullir en actividad. Observó a su profesor, Hades y le hizo una suave reverencia, al igual que al resto de los que se habían ido apareciendo casi a la par que ella. Reconoció a Amelié que ya estaba allí y tras ella fueron llegando Dave y Cye, una nueva sorpresa. Había estado atenta al registro, aunque por lo visto no lo suficiente, y no tenía idea de que hubiera más interesados en cursar, pero eso no era malo, al contrario, rompería la monotonía que ya conocía podía significar una clase particular.

—Buenos días —dijo al fin, esperando alerta a las indicaciones de quien sería su profesor, preguntándose cómo se mantendrían ocultos de los muggles, seguramente habría hechizos de protección activados, o los activarían quizás ellos. ¿O se trataba de un poblado de magos que no se sorprenderían de lo que ocurría a las afueras de su comunidad?

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Mi paseo se estaba prolongando demasiado, no había rumbo. Simplemente caminaba con una capucha que cubriera mi rostro. Quería permanecer aislado de los demás magos, no ser reconocido y desaparecer al menos por unos cuantos días.

 

Nunca supe como la universidad realizaba tal magia, pero siempre me encontraba en la situación que ellos me necesitaran. Ya fuera para dar clase o para que yo asistiera a ellas. En esta ocasión el aviso llegaba en un pergamino, solo aparecía un dirección, la cual no estaba muy lejos de donde me encontraba. Sin embargo lo raro era que esta ciudad mencionada fuera el espació para la clase.

 

Hacía algunos años la misma ciudad me había acobijado, ocultándome de los magos, aquí se llevaba una vida normal o al menos una como muggle. Un perfecto lugar para ocultar la magia y "disfrutar" de las comodidades que podrían brindarte los lugareños de este sitio. Aunque el sitio que mencionaba la carta era un espacio que no conocía, por lo que me costo un poco llegar a él. Al llegar observe como ya se encontraba en el sitio el profesor de igual forma dos damas, una de ellas la reconocía ya que había tenido algunos encuentros con ellas en anterioridad además de que acordamos en la mansión Black Lestrange, tomar la clase juntos. Por otro lado una chica que era mi compañera de bando, por lo que al parecer seriamos los únicos en la clase. Compañeros de bando.

 

Al llegar, no me retire la capucha, y me quede a una distancia considerable para seguir ocultando mi identidad al momento. Aunque eventualmente tendría que acercarme a ellos y participar en la clase. Bajo la capa mis libros iban ocultos en una mochila que no contenía un fondo. Por su lado los anillos, collares y la daga misma. Se encontraban en el colgije que prepare para la anterior clase, un collar donde estaban todos los objetos de tamaño miniatura, que al ser retirados de este se convertían en su forma original con las mismas propiedades.

[Hades Ragnarok]

El cainita hizo aparecer la daga en sus manos, no se inmuto en lo mas mínimo ni le importo si a aquellos aprendices se sorprendían por lo realizado, mas bien, generalmente invocaba aquella daga a penas llegar al sitio donde daría la clase, pero aquella vez, solo aquella vez, había sido diferente. Miró a cada uno de aquellos alumnos a los ojos, estudiándolos, intentando adivinar si serian capaces de controlas aquel poder o si simplemente caerían desquiciados por la desesperación y el sacrificio que tendrían que hacer. Nada más y nada menos, un sacrificio de sangre.

 

-Sean bienvenidos a lo que para mí es el libro mas peligroso y oscuro de todos los que llegarán a estudiar, aquí es donde se separan las niñas y niños de los adultos –dijo en tono serio- si no están preparados para lo que tienen que hacer a partir de ahora será mejor que den al vuelta, estoy aquí para acompañarlos en el viaje, para enseñarles, no para ser el niñero de nadie –dijo mas serio aun- si desean irse es mejor que lo hagan ahora, no sé qué es lo que encontraremos más adelante así que si le temen a las sangre pueden retirarse de una vez.

 

No esperó a que ninguno de aquellos alumnos reaccionara ante sus palabras, simplemente se volteo, él lo había dicho, ya eran niños grandes que tenían los conocimientos s necesarios como para sobrevivir ante cualquier eventualidad o eso esperaba. Recordó algunos de aquellos alumnos que habían muerto o simplemente habían desistido pensando que aquello seria pan comido, pero la oscuridad había consumido sus almas y él había tenido que ir hasta el mismísimo inframundo para recuperarlas.

 

Bufo y comenzó a caminar sin saber si le seguirían o no, ya en aquel punto daba igual lo que decidieran sus alumnos, él ya había empezado con el camino que debían seguir y si eran inteligentes tomarían una decisión, buena o mala pero tendrían que hacerlo. Comenzó a caminar por aquellas calles adentrándose en el pueblo y en algunas de las zonas. Muchos de aquellos que le veían pasar lo miraban extrañados, se notaba que no estaban muy acostumbrados a los viajeros o visitantes, aunque en aquel mundo cualquier cosa podría suceder. Llego hasta aquella bifurcación y tomo el camino de la derecha adentrándose en un callejón angosto, uno que los llevaría hasta el camino que debían seguir para salir de aquel pueblo e intentar llegar al siguiente.

 

Se detuvo en seco sintiendo que lo estaban vigilando. Dibujo una mueca y miro de reojo intentando encontrar la causa de aquel extraño sentimiento. Delante de él, aquella pared metálica comenzaba a levantarse formando extraño edificio o más bien dejándolo ver. No le gusto aquella sensación, no había sido allí donde había peleado por su vida, había sido mucho más adelante.

 

-Deben tener mucho cuidado a partir de ahora –dijo mirando hacia adelante.

 

Sin decir más comenzó a rodear aquella construcción hasta que encontró la puerta, saco la varita y se preparo ante cualquier cosa que pudiera pasar, sin embargo, a penas entraron la paz y la tranquilidad finalizo, al parecer habían caído en una especie de trampa, ahora eran atacados por un grupo de inferís y algunas bestias parecidas a lobos esqueléticos con sed de sangre

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Observaba todo lo que realizaba el profesor, mi sorpresa fue que en esta ocasión no nos hiciera ningún corte a ninguno de sus estudiantes como la situación anterior en clase. Es más incluso apenas andaba haciendo aparecer su daga en la mano. Se le notaba nervioso como si el mismo temiera de lo que estaba por venir. ¿Pero por que nos traería a un lugar que hasta él teme?.

 

De igual forma observaba a mis dos compañeras presentes. Al parecer ambas les había asustado un poco cuando mencionaba el profesor algo sobre la sangre. Cosa que a mi me divertía mucho ya que al ser vampiro me llamaba mucho la atención esta sustancia en especial. Sin hacer caso de las chicas me fui adentrando a donde nos dirigía el profesor con paso lento y manteniendo aún la distancia y el anonimato ante ellos.

 

Un edificio se anteponía frente a nosotros, lo cual pensé que o lo rodearíamos, en su defecto entraríamos a el. Sin embargo al ver que el tutor de la clase estaba rodeando la construcción pensé que seguiríamos de largo. Por otro lado lo que andaba era buscando la puerta.

 

Al entrar a la edificación vaya sorpresa la que nos esperaba. Una horda de inferis y de unas criaturas parecidas a lobos solo que era puro esqueleto nos andaban apunto de atacar. Aunque ambas chicas eran mis familiares de una u otra manera. Quería proteger a una de ellas por lo que jale la daga del sacrificio de mi collar haciéndola de forma natural en mi palma derecha. Me deslice a un costado de Darla, realizandole un pequeño corte en su antebrazo.

 

-Immolo ad protegendum- Sabía que mi prima no necesitaba protección alguna sin embargo, quería apoyarla en esta ocasión y que no sufriera ningún daño de lo contrario no sabría que razones darle a su novio.

 

Por su parte de igual forma me acerque a Amelie, ella en la anterior clase me había querido dañar aliándose con Antoni, y aunque no era una persona vengativa quería que ambos concluyéramos la clase. Por lo que le realice un corte en su mejilla no tan profundo pero que sirviera para realizar mi siguiente hechizo.

 

- Inmolo oppugnare- Así de esta forma ella sufriría los mismos daños que yo recibiera con la daga. Por lo que tendría que cuidarse de saber que actos realizaría. Además no quería que todo esto acabara tan pronto por lo que adjunte- Yo juro no desaparecerme- Por lo que ambos tendríamos que concluir la clase juntos sin poder retirarnos al menor por desaparición del lugar.

 

Al ver que ninguna de las dos reaccionaba. Hice aparecer en mi mano diestra mi fiel compañera, la varita que poseía desde hacía ya algunos siglos.

 

-Incendio - Mencionaba en dirección de algunos inferis para que estos comenzaran a disminuir, aunque con respecto a los lobos no sabía que realizar, necesitaba ayuda o de lo contrario nuestras vidas concluirían en ese sitio.

 

Me realice un corte en la mano, para ver si con el dolor que producía reaccionaba Amelie y me pudiera ayudar. Por lo menos sabía que mi prima estaría bien mientras mi hechizo siguiera en efecto sobre ella.

[Sapphira Black Lestrange]

Las palabras iniciales que dio el profesor al comenzar la clase no era novedad ya la había escuchado la vez anterior , sabía que era el libro más peligroso al tener que sacrificar algo y que la sangre era lo principal en este libro , sacrificarse para proteger o hacerle daño a alguien mediante un pacto de sangre según recordaba de la vez que no pudo aprobar el libro

No entendía muy bien que hacían en un pueblo que al parecer al profesor no le agradaba estar pero sabía que todas sus dudas se contestarían a lo largo de toda la clase y delante de donde nos encontrábamos una pared metálica comenzaba a levantarse y formar un extraño edificio , ese edificio que aparecía de la nada le daba mala espina seguro nada bueno saldría de ahí.

Con cuidado rodeamos la construcción hasta encontrar la puerta y cuando entraron enseguida fuimos atacados por unos esqueletos de animales inferís , sabía que había magos tenebrosos que son capaces de todos pero la vampira al estar relacionada con criatura le dolía ver que fueran capaces de hacerle esos , tenia firme la varita en su mano pero no atacaba en su cabeza mentalizaba no están vivas solo eran cadáveres manipulados con magia negra.

Veo que el primero en reaccionar era el encapuchado misterioso que sabía que era Dave , era el único compañero hombre que había en esa clase , lo primero que haces el sacrificarse para proteger a Darla y viendo que aun seguía rencoroso por la clase del libro anterior se sacrifica otra vez pero hacerme daño porque siento un corte en la mejilla y luego un corte en la mano para que reaccionara y atacara a los inferís

- Incendio levanto mi varita en dirección a algunos inferís porque solo una persona no podía con todos los que se me acercaban hacían donde nos encontrábamos

- Eres un rencoroso y yo que en esta clase pensaba protegerte pero creo que no te hace falta.

Seguíamos atacando a diestra y siniestra los inferís que parecía que nunca se acaban que cada vez aparecían mas, sabía que no era necesario proteger a Darla de eso ya se había encargado Dave y tenía ganas de pagarle con la misma moneda por ser un poco rencoroso pero se le había ocurrido algo mejor.

Invocando su daga para tenerla a mano pero esta vez no la usaría pero me acerco a Dave y digo - Obediere y le dejo una marca de sangre en el cuelo de una garra de águila no más que la palma de mi mano y como esa marca podía controlarlo telepáticamente pero su intención en esta ocasión era que sabía que el afectado no podría realizarse una herida sangrienta , al menos sea aseguraba que no se hiciera daño a si mismo solo para hacerle daño a la vampira aunque si sabía que no estaba seguro de daños externo y mas con inferís cercándolos

[Darla G Dumbledore]

La Potter Black lanzó un suspiro por lo bajo y sacudió la cabeza, sentía que aquel lugar la comenzaba a afectar de alguna manera y no entendía muy bien por qué. Observó una vez más a los dos magos y a la bruja, extraño, el hombre que había llegado tras ellas cubría aún su rostro. ¿De verdad pensaba que no podía sentir su aura? Se encogió de hombros porque ya Hades estaba actuando, quizás debería imitarlo, pensó buscando su propia daga en el bolso de piel de moke y la pasó a su zurda en el momento en que sus ojos se cruzaron.

 

Las palabras que pronunció casi le arrancan una carcajada, había leído el libro y observado la daga, aunque, por respeto y por seguridad, no la había probado. Pero ¿en serio pensaba que un vampiro temería a la sangre? Por lo que respectaba a la de cada una de ellos pues no le atraía, pero si debían hacer daño a alguien, no era el miedo, sino la preocupación de que aquella magia le hiciera perder el control. Se había alimentado convenientemente en una breve pero divertida cacería en un barrio de delincuentes antes de la clase.

 

Lo vió girarse y comenzar a caminar hacia el pueblo, aquello era algo que no esperaba, era un pueblo mágico pues. Reaccionó tras sus compañeros, aún sorprendida por la actitud de Hades, pero debería haberlo sabido, ya le conocía de haber compartido una nada feliz gala de Halloween. Acarició su varita en el bolsillo y ocultó la daga, no le sorprendía la mirada que les dirigían aquellos con que se cruzaban, nadie se había molestado en crear un glamour para ocultarse y la pinta de los cuatro avanzando debía ser de lo más extraña como mínimo.

 

Se sorprendió cuando el profesor se detuvo y lo observó, él miraba para todos lados, sí, se podía sentir, pero ¿acaso no lo habían hecho todos en el camino? Observarlos, pero quizás tenía razón, no era como la curiosidad, era como una sensación de peligro. Se preguntó si alguien estudiaba sus movimientos por considerarlos peligrosos. Una vez más no tuvo mucho tiempo de pensar en aquello porque Hades se dirigió hacia un edificio y los demás parecían dispuestos a no cuestionarles nada ni aún después de sus palabras de advertencia. Ya no dudo y sacó a Edelweiss, daga en una mano y varita en la otra lo siguió.

 

Maldición, pensó unos minutos después cuando las palabras del Ragnarok parecían proféticas. Habían atravesado una puerta que había hallado a lo largo de la pared metálica y el recibimiento que tuvieron distaba mucho de una bienvenida. Como vampiro su reacción debería haber sido inmediata pero acompañada de otros de su raza eso se volvía casi como la normal de un humano. Volvió a maldecir cuando Dave se le acercó y antes de que pudiera hacer nada la cortó, a punto estuvo de desgarrar su rostro pero las palabras de él lo salvaron. Gruñó un agradecimiento mientras de sus labios surgía un hechizo hacia el grupo más alejado de bestias.

 

--Sectusempra --sangre, pensó, el rayo ya se dirigía hacia algunas de las bestias con forma de lobo famélico y muerto de hambre, no solo ello les haría sangrar, presionó la daga en su mano mientras entre patadas, golpes y hechizos alejaba bestias e inferis, detrás de ella Dave y Amelie parecían discutir quién dominaba a quién.

 

Cambió de mano la varita por unos segundos y tomó por el cuello a una de las bestias lobunas, sus ojos destellaron en un tono escarlata mientras pronunciaba con fiereza.

 

--Obediere --una flor de liz de un rojo brillante casi del tamaño de su palma se marcó en el cuello de la bestia, una marca de sangre se había marcado permitiéndole controlar a la bestia, o sea, acababa de conseguir un perrito faldero que los defendiera.

 

Mientras tanto tras ella seguía lanzando hechizos y se preguntaba cuál sacrificio de sangre debería hacer. Sus ojos buscaron a Hades, quizás debería cortarle a él y buscar protegerle, así como había Dave con ella. Se preguntó si el cananita la dejaría hacerlo, la dejaría acercarse lo suficiente.

[Zack Ivashkov]

En una tarde como cualquier otra, el consejo de Warlocks llevabó a cabo una reunión en la que se tocaron diversos temas del Ministerio. A pesar de durar pocas horas, Zack estaba desesperado por irse, pues tenía una tarea especial de su bando pendiente por realizar. Se le podía notar la ansiedad en su rostro y en sus movimientos ya que cambiaba de posición en su asiento una y otra vez. Sus intervenciones eran breves y aunque entendió todo lo que sus compañeros dijeron, su cabeza no estaba precisamente en ese lugar. Ya luego tendría tiempo para pensar en todo lo que hablaron.

 

Cuando se dio por finalizado el encuentro, el vampiro se levantó tan rápido como pudo y abandonó la enorme sala con paso apresurado. Hubiera estado fuera de la locación en un segundo de no ser por los directores de la Universidad, que ambos lo abordaron durante su salida. Se detuvo en seco frente a Anne y Niko mientras elevaba ambas cejas incitándolos a que hablaran de una vez. No le gustaba cuando se interponían en su camino. Y aunque aquella fuera la primera vez que lo hicieran, algo le decía que era por un tema importante.

 

Tardaron un instante explicándole la situación. Un profesor de libro de hechizo debía ser cubierto ya que por motivos ajenos a su voluntad tenía que partir fuera del escenario donde se daba la clase. El castaño aceptó la propuesta de relevarlo considerando desde ya la excusa que tendría que dar en su otra obligación. A sabiendas de que sus líderes entenderían la urgencia de los directores, su velocímetro bajó y la ansiedad desapareció para enfocarse en la nueva situación que lo envolvía.

 

-¿Dónde está él?- Cuestionó haciendo referencia a Hades, el profesor a cargo del grupo. Niko le ofreció un pequeño panfleto con la ubicación, y Zack desapareció tras tocarlo. Se trataba de un translador.

 

En cuanto sus zapatos tocaron tierra firme se puso en marcha, con la misma prisa que abandonó la sala de reuniones. Pero esta vez porque a lo lejos, en el pueblo donde apareció, podía ver una gran disputa de territorio entre magos y criaturas esqueléticas. En medio de su caminata su varita de ébano cayó desde los pliegues de su túnica en la diestra, lista para utilizar. Y de momento, sólo por ahora, no creyó necesaria la aparición de su Katana. No sabía qué alumnos estarían en esa clase.

 

Se juntó al grupo con una expresión de intriga mirando a todos lados en busca de respuestas. Ahí se encontraban dos personas conocidas, más una chica de la cual no tenía idea quién podría ser. Y ese fue el problema. No había una cuarta figura. No estaba Hades.

 

- Terminen con esto y salgamos de aquí- Dijo en voz alta para ser escuchado por los presentes. Los sonidos bestiales que dejaban escapar las criaturas eran tan altos que creaban un cálido ambiente de batalla. Como los que existían hace meses con los Fenixianos. Zack dio un largo suspiro con una media sonrisa en el rostro, agradeciendo volver a las andadas al menos en esa modalidad. Extrañaba las batallas.

 

Y mientras él disfrutaba del caluroso ambiente hostil, aquellas tres personas peleaban por sus vidas. Alcanzó a ver que una de ellas tenía un corte en la mejilla, fue entonces cuando supo que alguno de los otros le había dejado una marca de sangre. Pero la guerra no podría ser entre ellos, no aún. Para cuando volvió la vista hacia los verdaderos rivales del momento, notó que una nueva horda de inferis se dirigían a ellos. Tenía que intervenir de alguna forma.

 

- Arena de Hechicero- Murmuró dando un paso al frente, quedando justo en la corta línea que dividía la nueva banda de criaturas con los tres pupilos. De su varita surgió una enorme nube de polvo que se propagó hasta consumir a los oponentes. Eso provocaría que su visión se viera afectada, de manera que tendrían un margen provechoso para salir de ahí. Zack les señaló con la mano libre un callejón de escape y esperó a que obedecieran siguiéndolo. No podían perder más tiempo en ese lugar.

 

Tras varios segundos de maratón, el Ángel Caído se detuvo. No parecían estar siendo seguidos. Podrian descansar. Sin embargo, tampoco había demasiado tiempo. Ellos debían enfrentarse a una nueva prueba, y para tal cosa, el nuevo profesor tenía que asegurarse de que conocieran bien los poderes.

 

- Bien, chicos. Creo que todos me conocen. Voy a ser su profesor de ahora en adelante. Hades tuvo una emergencia- Esas fueron las únicas explicaciones que creyó conveniente dar. - Necesito saber si tienen alguna duda referente a los poderes del libro de la sangre. Podemos practicar un rato más antes de avanzar a la prueba final. ¿Les parece?- Preguntó finalmente mientras se pasaba una mano por la frente, quitando las escasas gotas de sudor que aparecieron por el evento reciente.

Editado 25 de Mayo del 2017 por Zack Ivashkov

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Los inferis se estaban acumulando el profesor de la nada había desaparecido. Parecía que ahora si iba muy literal lo del libro de la sangre por que solo parecía que esas criaturas se detendrían hasta conseguir su cometido, Obtener nuestra sangre de cada uno de los que estábamos presentes.

 

Poco a poco nos deshacíamos de algunas de los monstruos frente a nosotros, sin embargo más hordas llegaban y se acumulaban de una cantidad sobre mayor. No entendía nada para que nos había llevado ahí el profesor, ni siquiera si había realizado bien los hechizos del libro para poder cuidar a Darla y de una u otra forma dañar a Amelie.

 

Afortunadamente alguien llego en nuestra ayuda, no lograba observar quien era pero fue nuestro gran salvador, no supe bien que fue lo que realizo, solo que teníamos un poco de tiempo para salir de donde estábamos por lo que me apresure a seguirlo a donde nos guiaba primeramente por ese callejón y correr a la velocidad que el marcaba para poder estar a salvo de esos peligros, solo esperaba que por mucho tiempo o al menos que si nos enfrentábamos a otros sucesos no fueran esas mismas criaturas.

 

Finalmente cuando pudimos descansar fue cuando percibí que nuestro salvador era mi padre, no sabía como reaccionar ante él ya que pocas veces habíamos convivido juntos, además de que no sabía sí tomaría bien que lo viera como padre en una situación como esta o revelar información frente a dos personas que aunque sean nuestras compañeras era un "secreto" familiar.

 

- Bien profesor, yo tengo muchas dudas - Sabía que sería nuestro nuevo educador gracias a su presentación - Primero quiero saber si realice bien mi hecho de protección contra Darla. O como es que se hace este hechizo?- Me quede un rato en silencio solo para tomar aire.

 

- También quiero saber que tan profundo se puede hacer una herida para dañar a la otra persona? Cuanto tiempo dura una marca de sangre en la persona que se le coloco? Puedo escoger mi propia forma de marca o ella nos elige? Puedo controlar a cualquier criatura con una marca de sangre o hay un limite de clasificatoria del mm?. Si hago un hechizo de juramento, como el que realice a Amelie de yo prometo no desaparecerme cuanto tiempo dura este efecto?. -

 

Si que eran muchas preguntas las que estaba realizando, pero no quería quedarme con ninguna duda. Y aunque tuviera la capucha y probablemente las personas en el sitio ya me hubieran reconocido no quería quitarme la mascara que traía por la condición que poseía pero de igual forma quería conocer todo lo del libro y sus poderes que me pudieran brindar.

 

@@Zack Ivashkov @@Darla Potter Black @