Libro del Equilibrio

[Lisa Weasley Delacour]

- No esta nada mal para ser la primera vez – Habia orgullo en mi voz. Aprobé los movimientos de los tres, pues a pesar de la rapidez de mis explicaciones habían logrado entender perfectamente estas, asumiendo los riesgos de los maleficios y enfrentándose a los rápidos Thunderbird con arrojo y valentía. Sus capacidades eran altas y eso me gustaba, así podría incrementar sustancialmente los obstáculos que tendrían que pasar para al final aprobar el libro diez de encantamientos. Desde que me habían dado el visto bueno para enseñar dicho manuscrito, había entendido que era como un punto y aparte. Te capacitada y preparaba para algo muy superior. Los Uzzas poseían un poder sin igual, el cual pocos magos alcanzaban a domar.

 

Un nuevo chasquido de mis dedos, detuvo el combate. Las números criaturas aladas volvieron a mi lado, como inofensivos canes. Les regale una ligera reverencia, agradeciéndoles el gesto para con nosotros. Ellos no habían sufrido ninguna herida, ni mis alumnos tampoco, por ende la primera prueba había sido superada con total éxito. Era así como me gustaban las clase; dinámicas e interactivas, que todos aprendiésemos y que amen de descifrar los misterios del equilibrio, entendiésemos la naturaleza y de donde provenían los conjuros. En mis ojos verdes apareció un brillo singular, adoraba lo que Runihura me había preparado a continuación. Quien tuviese algo de vértigo se iba a acordar de toda mi familia, estuviese viva o muerta.

 

– Perfecto, no tengo nada que decir, a excepción de…. Ryvak no te me pongas a leer mientes estés en combate por favor, los desmembramientos tan temprano no me agradan. Vamos, por aquí - Camine hasta dar con un enorme precipicio. Las rocas puntiagudas, el viento sopando con fuerza y las olas del mar rugiendo mas allá de lo que nuestra vista lograba enfocar fue la presentación perfecta para lo que se avecinaba - Bien, no perdáis mi mano de vista ¿si? - Mi diestra se irguió, quedando en un angulo de noventa grados con el brazo y apuntando a una roca cercana – Flechas de fuego – Pronuncie con claridad, haciendo que varios filamentos saliesen de la punta de Kim en dirección a mi objetivo. Otro que contaba con mi total aprobación.

 

Tenia una puntería genial, cosa que me servia de mucha utilidad a la hora de enfrentarme a los oscuros – Producen heridas sangrantes, necesitáis un aguamenti para eliminar el elemento primigenio y dos episkey si queréis curaros de algo así. Hoy, aquí, no vamos a usarlo como ataque, si no como herramienta. Allí arriba, en medio del abismo hay, como veis, una isleta, con tres aros. El primero que lo encienda gana. Para cruzar usad vuestra imaginación. Podéis usar las semillas que seguramente tendréis en el frasco de cristal que os venia con el volumen o algunos de los amuletos que ya hayáis estudiado – Les daba vía libre porque la estratagema y la imaginación eran parte fundamental de un mago experimentado en batalla.

[Anthony R. Dracony M.]

En definitiva, lo que imagine sobre el dragón y el amuleto de Resurrección, sonaba bastante emocionante...pero según el libro, solo se podía utilizar una vez y luego se debía esperar una luna completa antes de que pueda ser ocupado de nuevo.

 

El ritmo de la clase era dinámico, algo que me gusta pues me identifico con ello. La profesora Lisa se veía complacida, tanto mis compañeros como yo, se nos facilito bastante llevar a cabo los hechizos, por lo menos para mi, fue muy clara su explicación y su demostración, que me ayudo a entender bien sobre cada uno de ellos.

 

Deje de nueva cuenta el libro en el bolsillo interno de mi capa, reduciendo su tamaño para que no resultará estorboso y fui cerca del grupo. Escuche el alentador comentario de la profesora Lisa:

 

--No esta nada mal para ser la primera vez -- Después con una facilidad increíble, se hizo cargo de los thunderbird que acudieron a su llamado mostrandose dóciles y fieles, era para sorprenderse.

Después tuve una advertencia por parte de ella, a lo que solo creí que debía atender, aunque a decir verdad, solo en clase me atrevía a ser de esa forma: temerario y osado.

--Muy bien, trataré de no echar a perder su día profesora.

 

Acto seguido, seguí a la profesora, que nos encamino a un precipicio. El aire en esa altura, corría con velocidad, haciendo que mi cabello y capa se agitarán. Solo unas veces presencié una vista semejante, así que escuche el plan que tenía la profesora.

-Bien, no perdáis mi mano de vista ¿si?- Mi respiración aumento de rapidez, la expectativa se elevo en mi interior, la vi realizar un maravilloso tiro de flechas de fuego hacía una gran roca que se veía a un lado. Me maraville de su destreza pero también el espectáculo era grandioso. Completo la demostración del hechizo, mencionando la forma de curarnos en caso de sufrir el ataque en nosotros, eso es a lo que yo llamo estar prevenidos XD!

 

Después nos describió la prueba, implica cruzar, llegar a la isleta y ya por último encender uno de los aros.

Mordí mi labio inferior, me gustaba más la idea de la competencia...como que despertaba mi interés, los combates me disgustan, pero los desafíos me agradan.

Me alegre mucho de haberme preparado con todos los amuletos, colgantes, anillos e instrumentos mágicos, así que mejor iniciar de una buena vez.

 

--¡Vamos!--Dije eufórico aunque sin especificar a quien me dirigía, pero toque mi Amuleto Volador, poniendo en mi mira llegar a una de aquellas salientes, entonces di unos pasos con rapidez para arrojarme al vacío del precipicio, debido al Amuleto, mi caída fue con suavidad, era como hacer rapel de un modo mágico...

 

No era volar, era descender planeando. Apenas llegue a la saliente, miré desde mi nueva posición, busque un nuevo sitio como objetivo, me impulse para descender y ocupar el poder de mi Amuleto Volador. Ocupe otras cuatro veces esa misma forma de bajar, hasta que llegue al nivel del agua que corría con gran fuerza. Una locura si pretendía cruzar nadando.

 

Camine unos pasos para encontrar la parte elevada de donde me encontraba, luego tome el frasquito y tras abrirlo en cuyo interior estan las semillas de hielo, que más que semillas tenían la apariencia de arena plateada. Con sumo cuidado dejo caer la cantidad justa para formar un puente de hielo ideal para cruzar sin problema hasta la isleta. Se concentró en darle forma y conforme el hielo se esparcía se fueron formando barandales que servían de apoyo y a la vez de un límite.

 

Contento con mi logro, me dispuse a cruzar, estaba bastante cerca de aproximarme a la isleta e ir al sitio donde estaban los aros.

[Gatiux]

En un momento dado Lisa hizo volver a los Thunderbirds, que se comportaban de nuevo como criaturas mansas y apacibles. Gatiux observó con atención, como queriendo averiguar el tipo de conjuro que había usado para llevar a cabo aquel truco. Tal vez los Guerreros Uzza le habían enseñado magia distinta a la que usaban los británicos, como comunicarse con criaturas sin tener que mover la varita para hechizarlas. Ni siquiera sabía la clasificación que les daba el Ministerio y si un Orbis Bestiarum bastaría para poder darles una órden, después de todo se parecían a los hipogrifos lo suficiente.

 

Gatiux regresó al lado de Orión y en un gesto inconciente tocó su espalda. Estar en contacto con él se había vuelto algo cotidiano, casi natural, una conexión que tranquilizaba su torbellino interior. Con un gesto suave recorría la columna del mortífago con los dedos. Observaba a la profesora mientras tanto, estaba practicando un nuevo movimiento y de la varita de ella salieron unas cuantas flechas en llamas que se clavaron en una roca.

 

- No imaginaba que esta clase se volvería... ardiente.

 

Lo había dicho bajito para que sólo el Yaxley pudiese escucharla. Estaba apretando los labios para no reírse de su propio chiste. El chiste había sido tan malo que sólo faltó un golpe de platillo al final de la frase. Mientras tanto Lisa les explicaba que necesitarían apagar las flechas y luego un par de episkeys. Gatiux asintió. Luego pasó a indicarles que tendrían que llegar a la isla que tenían enfrente.

 

- ¿Te hace una carrera, grandullón? -lo retó con media sonrisa- Si gano quiero que me sirvas el desayuno en la cama.

 

No le dio tiempo a que aceptara la apuesta, simplemente salió corriendo hacia los acantilados. Cuando estuvo en el borde, y con el impulso que daba la carrera, saltó hacia delante. Empezó a caer, adquiriendo velocidad mientras bajaba. Soltó un grito emocionado a mitad de camino. A Gatiux le encantaba sentir el viento en la cara, la sensación vertiginosa de estar a punto de morir, la adrenalina que explotaba por todo su cuerpo. Solía saltar de lugares altos a menudo sólo por experimentar esas sensaciones.

 

Y cuando estaba a punto de impactar de cabeza... -Salvaguarda Mágica-

 

El cuerpo de la Malfoy se volvió etéreo, dándole la oportunidad de realizar una voltereta en el aire antes de que sus pies tocasen el suelo. O más bien el puente que Antoni había creado con las semillas de hielo. Hasta le había puesto barandillas para no caerse. Dejó salir una semilla sólo para asegurarse que el puente no caía a su paso, sólo por precaución por si duraba menos de lo debido y comenzó a seguir los pasos del otro chico de cerca. La superficie era dura, lo pudo sentir en sus pies cuando volvió a materializarse.

 

Giró la cabeza, buscando a Orión con sus ojos amarillos, intentando averiguar si se había tomado en serio la apuesta y había echado a correr para llegar a la isleta antes que ella.

[Anthony R. Dracony M.]

Cuidaba mis pasos, caminar en hielo debe ser con cautela, aunque se sentía que el hielo era lo suficiente grueso para resistir, y solo debía evitar resbalar. A pronto vi llegar a la compañera, realmente no dude de ninguno de ellos, personalmente de Orión menos, pues ya lo he visto en "acción".

 

Por fin llegamos a la isleta sobredicha se visualizaban los aros algo más allá de la vista que podíamos abarcar, el destino no sería tan sencillo, se veía lo agrio de la senda pero era hasta lógico, después de todo debiamos superar las dificultades que nos planteaban. Me fui caminando por esa senda y más adelante vi lleno de mezquitales, podría rodear pero se desviaba mucho y lo que deseaba era seguir en línea recta, a donde se veían los aros, pero esos arbustos espinosos podrían rasgar y dañar el avance entre ellos...sonreí en ese momento, al venirme la idea

 

--Salvaguarda Mágica--Me hice intangible y pude cruzar sin problema alguno entre aquellos especímenes especialmente desarrollados. al final se halla un paso muy estrecho, si pretendíamos cruzar, debíamos hacerlo uno a uno, no había más.

 

En esa parte de la isleta, había dado fondo en una quiebra un grupo considerable de gorros rojos...¿pensarían que era suficiente para detener a magos experimentados?

-Una buena oportunidad de usar el hechizo que me hizo falta...--Me dije lleno de contento. Debía ser rápido en mis acciones.

--Arena del Hechicero-- La bruma de huesos cristalizados se esparció cegando a las criaturas tenebrosas--Petrificus Totalus Desmaius!--Dejando fuera de combate a las criaturas, cruzo sin más para continuar avanzando, por el momento no parecía haber más ostáculos.

 

Unos metros más y alcanzaría el sitio, repasaba mentalmente el movimiento del brazo y solo era cuestión de apuntar bien...como cuando lanza su daga...

El pastizal es alto, como generalmente es en los lugares naturales donde no interviene el ser humano, pero quizás no tuvo el cuidado adecuado al caminar por él, un dolor agudo sintió en su pierna izquierda, un siseo le hizo reparar en una serpiente de cascabel.

--Petrificus totalus-- Se ocupo de la serpiente con ese hechizo, luego fue tocar el anillo anti-venenos para activar el poder, porque una serpiente de cascabel es venenosa, se miro la pierna, dos gotas largas se deslizaron de los agujeros de los colmillos, así que ahora uso su topacio amarillo, este brillo mientras el pronunciaba con seguridad el hechizo necesario:

--Curación-- La herida cerro y ahora podía proseguir, no olvidaba que debía llevar a cabo el hechizo que les mostró Lisa. No hubo de andar mucho, ya estaba a unos metros de los arcos, así que era el momento, se preparo mentalmente, "es como dar en una diana..."se dijo así mismo, levanto el brazo derecho sujetando su varita mágica, "cobra" parecía tomar un calor que trasmitía al ojimiel seguridad, "es canalizar mi magia...puedo acertar con mi daga, no veo porque no hacerlo con la flechas de fuego, es basicamente lo mismo..."

 

Respire profundo, mire fijamente el aro de un extremo, moví mi varita imaginando que era mi daga de plata, ahora vería el alcance del hechizo, siete metros no es mucho...

--¡Flechas de fuego!-- De la punta de mi varita, salieron filamentos de fuego...estos salían uno detrás del otro, en dirección del centro del aro... sonreí de forma triunfante, pues el fuego es el elemento que más me gusta y atrae...

[Gatiux]

El aire quema los pulmones cuando corres a gran velocidad durante mucho tiempo. Es una sensación que perdura durante un rato aunque hayas dejado de correr, mientras recuperas el ritmo normal de la respiración. Gatiux pisó tierra firme tras atravesar el puente de hielo que había creado Antoni, pero mientras que el muchacho siguió corriendo hacia el lugar que la profesora les había indicado, la Malfoy se paró un segundo a identificar el terreno que le rodeaba.

 

Unos arbustos espinosos en la dirección que había salido corriendo Antoni, por lo que sus pasos se decantaron en la otra, no le importaba dar un rodeo si con ello evitaba arañarse entera, además, tampoco quería aprovecharse de todo lo que crease el muchacho siguiendo sus pasos sin más. Caminó por la arena y encontró con una zona de piedras, unas más grandes que otras por las que se podía caminar con cierta dificultad. Gatiux hizo un movimiento suave de varita.

 

- Morphos

 

Una de las piedras más grandes se transformó en un hermoso hipógrifo azabache de plumas brillantes. Gatiux hizo una pequeña reverencia, igual que haría con uno real, antes de acercarse a él y acariciar el plumaje de la criatura.

 

- Orbis Bestiarum.

 

Un anillo dorado rodeó a la criatura. Gatiux montó en ella y el hipogrifo comenzó a mover sus grandes alas para despegar del suelo. La banshee de cabellos violetas sonrió y le indicaba hacia donde tenía que ir. El suelo podía estar plagado de arbustos espinosos así que el cielo era un lugar bastante seguro. Volaron en dirección a los aros, y cuando estuvo a una distancia adecuada, apuntó con su varita en dirección a uno de los que estaba apagado.

 

- Flechas de fuego.

 

Una hondanada de flechas se clavó en el lugar exacto al que Gatiux las dirigió. Se quedaron en el aro ardiendo mientras ella conminaba al hipogrifo a descender a la planicie segura al pie de la estructura. Cuando estuvieron en el suelo, la banshee desmontó y acarició el cuello del hipogrifo. Pronto volvería a ser una piedra grande en mitad de un paisaje agreste pero había servido bien a su cometido transportado con seguridad a la Malfoy.

[Orión Yaxley]

- ¿Te hace una carrera, grandullón? Si gano quiero que me sirvas el desayuno en la cama.

 

- ¿Cómo? ¿Qué?

 

Orión quedó aturdido y con una cara de incrédulo al ver a su pareja cómo saltaba hacia el precipicio. Empecemos por entender que para el Yaxley, los últimos momentos habían sido un poco bastante dinámicos. Por un segundo estaba intentando domar animales de alto calibre mágico, y ahora estaba parado al borde de un precipicio, teniendo que cruzar hacia una isla a lo lejos. Lisa les había dado un desafío. Orión no estaba del todo convencido. No por culpa de ella, no, la actividad era perfecta para usar los hechizos del libro del equilibrio. Pero Orión estaba un poco reacio.

 

Tragó saliva.

 

- Si sabes que igual te llevo el desayuno a la cama –murmuró para sí.

 

Dio un último reojo a la profesora mientras se acercaba cuidadosamente ante el precipicio. Parte de él le daba adrenalina saltar. Parte sólo quería aparecerse en ese islote. A decir verdad, lo podía hacer. La profesora les había dado completa libertad. Chasqueó los dedos y dio un par de pasos atrás. Se puso casi en frente de Lisa y se encogió de hombros.

 

- No quiero que esta sea la ley del menor esfuerzo, pero nos diste libertad en eso y me parece que otro puente de hielo es copiar ideas.

 

Terminó de hablar y sintió el típico empujón de una aparición en proceso. Todo el escenario comenzó a girar a su alrededor para desdibujarse por completo. Odiaba ese sentimiento. Le daban nauseas. Lo peor, fue que aterrizó con sus posaderas sobre los famosos arbustos de espinos que tanto Antoni como Gatiux habían superado con éxito. Su cara diversión se hacía evidente si estuviésemos hablando idioma sarcasmo. Se levantó con cuidado con indignación en sus ojos.

 

Pensó en un Episkey para calmar el dolor que le causaban los múltiples pinchos. Suspiró cuando vio a los aros prendidos fuegos por sus compañeros. Había cruzado con su aparición los matorrales, salvo por ese pequeño percance.

 

Movió su varita nuevamente. Otro hechizo no verbal. Un conjunto de filamentos de fuego habían salido de la punta de su varita que iban directo hacia el blanco tras haber pensado en un Flechas de Fuego. Las llamas anteriores se revitalizaron con el nuevo ataque.

 

- Eso salió dentro de todo bien.

[Lisa Weasley Delacour]

Un movimiento de cabeza basto para hacerle entender al Yaxley que estaba en lo correcto; podían llegar a la isleta como bien les pareciese, siempre y cuando usase el conjuro que antes les había mostrado para encender los aros. Sus restantes habilidades eran, de cierto modo, un beneficio para así superar las pruebas que los Uzzas les proponía a través de mi figura. Omití la carcajada que estuvo a ponto de salir al comprobar que el hombre solo quería ganarle a la única fémina de la cátedra, con la cual parecía tener una relación mas allá de la amistad. Hombres….. murmuré.

 

Su elección me sorprendió. La desaparición era algo tan natural para un mago que pocos se acordaban de esta cuando la adrenalina estaba tan presente. Me gusto, tenia que reconocérselo cuando volviésemos a estar en el mismo plano, a fin de cuentas yo estaba ahí para evaluar sus dones y como usaban estos en x situaciones. Acaricie la cabeza de aquel joven Thunderbird que se había acercado a mi persona, mientras observaba como el fuego cubría la zona señalada. Una vez mas habían logrado el reto y sin ninguno percance de por medio; agradecía eso mas que nada.

 

En mi fuero interno y según la experiencia que tenia desde el segundo cero, sabia que Badru no tardaría en aparecer y hacer de las suyas. ¿El porque? Porque el dramático guerrero del Nilo no toleraba que fuese mejor que el, sin mas. El haber dominado los desafíos a los que me habían sometido era como una bofada en su ego y por desgracia para mi lo tenia bastante alto. Acalle mi voz interior y salte al vació como antes lo habían hecho Antoni y Gatiux. Con el amuleto correspondiente llegue a donde estaban los pupilos sin esfuerzo alguno. Adoraba aquellos dijes, eran sensacionales.

 

- Buena estrategia Orión, ninguno lo hizo así nunca – Aplaudí su versatilidad – Ahora nos centraremos en uno de los hechizos mas difíciles y dañinos del volumen. No es complicado en cuanto a funcionamiento, pero si en cuanto a defensa– Era cierto, el maleficio era un veneno muy potente y capaz de asesinar al sujeto en menos de un minuto si este no sabia como frenarlo - Es rápido y letal. Se llama cineade. Es instantáneo. En cuanto lo pronunciéis este caerá sobre vuestro rival como una sombra. Sale de esos pequeños pétalos tan bonitos que seguramente todos habéis visto ya.

 

De la única forma que iban a advertir su poder seria probando lo con ellos mismos y tanto yo como mis maestros lo sabíamos, por ende con un chasquido de mis dedos hice aparecer una replica exacta de cada alumno, el cual se situó delante de su reflejo. Ante mis ojos, ahora, había dos chicas y cuatro varones. Tres de ellos, los reales, asombrados hasta la médula. Serian sus blancos. Complicada la magia de la universidad, pero justa en muchos sentidos – Para deshaceos del veneno debéis recordar el anapneo y el adorado episkey. Cuanto mas potencia, mas curaciones ¿captáis?

 

- Ahora, atacad a vuestro análogo – Apremie. Si ya su expresión me gritaba pasmo, en cuanto notasen los efectos del sortilegio sobre ellos seria de autentico pánico. Yo seria la encargada de ayudarles en caso de que fallasen sus protecciones. No iba a dejar que a ninguno le pasase nada malo. Una alarma lejana me distrajo, sabia lo que significaba. Dentro de uso minutos la materia finalizaría y los directores de la académica institución abrirían el coliseo para que el combate diese inicio. La practica era la mejor formar de hacer algo tuyo y eso yo lo demostraba a diario.

[Anthony R. Dracony M.]

A punto estuve de quedarme al margen cuando escuche el siguiente reto. La razón...era difícil de explicar, como ya antes me daba cuenta que no era bueno para analizar mis propios sentimientos. Tenía un extraño sabor que no me agradaba, pero deseche la idea de buscar porque lo sentía, lo que ahora podía servirme para olvidar ese desagradable sentir, era "aventarme" nuevamente a llevar a cabo lo que pedían.

 

Tome a "cobra" con firmeza, solo deseaba terminar, que todo acabase...vi como la profesora usaba su magia y creaba una replica de cada uno...no me agrado nada, porque en un principio yo cree de forma desesperada un "yo" que era a la vez mi amigo, mi familia y mi enemigo.

 

Trate de que no se notará que sentía furia...deseaba destruirlo, acabar con él porque estaba seguro que él lo deseaba también. Ya antes tuve esa horrible experiencia de axficcía y no me agradaría sentirla de nuevo...pero también es cierto que no habría otra forma, más la que detallo la profesora Lisa.

[Gatiux]

Gatiux se encontraba ajustándose la larga cabellera violeta en la cola alta ya que con la carrera y el viento se había torcido un poco y algunos mechones se descolocaron del lugar. Con los dedos iba peinando tranquilamente mientras escuchaba a Lisa hablar. Los ojos amarillos de la banshee no se apartaban de la profesora, que en aquel momento les explicaba el hechizo 'Cinaede'. Rápido y letal les decían.

 

El ojo atento hubiese captado el brillo de maldad que por un momento tililó en los ojos de la Malfoy. Un hechizo dañino nuevo siempre era motivo de celebración. Fue el que más le llamó la atención al leerlo después de adquirir el Libro del Equilibrio en el Magic Mall. Una nueva forma de matar a alguien siempre era bien recibida. Procuró disimular sus emociones, escondiéndolas bajo la máscara de la indiferencia, mientras observaba los movimientos de Lisa.

 

Delante de Gatiux apareció su copia exacta. Se preguntó si cambiaba de aspecto en aquel momento la copia también lo haría o se quedaría con el característico pelo violeta y ojos amarillos suyo. La metamorfomagia era algo inherente a ella, y por tanto una simple copia no sería capaz de calcar esa magia específica. De todas formas no confiaba en el resto como para transformarse delante de ellos, sólo Orión y un círculo cercano sabía de aquello.

 

- Cinaede.

 

Algo salió terriblemente mal. Debía ser la Gatiux falsa la que debía estar ahogandose, pero en lugar de eso, era la de verdad la que sentía como algo la ahogaba mientras que la otra la observaba desde arriba con una mueca de superioridad y una media sonrisa en el rostro. Llevándose la mano a la garganta cayó de rodillas al suelo.

 

Debía calmarse y rescatar las palabras que había dicho Lisa unos minutos atrás ya que por algún motivo el hechizo había rebotado y acabó impactando en ella. Tal vez ese fuera el plan desde el principio, sufrir en sus propias carnes el efecto para saber lo que se sentía cuando te atacaban con él. Primero el episkey... No. Primero el anapneo que liberaría sus vías respiratorias. Era dificil pensar cuando el cuerpo quería tomar el control entrando en pánico desde un primer momento.

 

- A... Ah... Anapneo.

 

Tuvo que juntar fuerzas para pronunciar el hechizo. Luego inspiró aire como si fuera la primera vez que lo hacía. Parpadeó un par de veces, había comenzado a ver puntitos negros cuando parpadeaba al estar quedándose sin posibilidad de poder respirar. Volviéndose a apuntar a sí misma de nuevo, murmuró el hechizo curativo.

 

- Episkey.

 

Miró a Lisa frunciendo el ceño, deslizando la pregunta silenciosa de si aquello estaba preparado o había algo intercediendo con la magia. No sería la primera vez que algo así ocurría.

[Lisa Weasley Delacour]

Hey, ya esta abierta la prueba. Es aquí http://www.harrylatino.org/topic/110176-prueba-del-libro-del-equilibrio/

 

Orion, Antoni, si quereis hacer lo del cineade allí por mi vale, aunque este topico seguira abierto igualmente.

 

Buen dia y buena suerte ^^