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Prueba del Libro del Equilibrio


Lisa Weasley Delacour
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- La mejor forma de ver, conocer y poder anticiparse a los efectos de un conjuro es viviendolos en carne propia. Yo lo creo así y los Uzzas también. La experiencia gana combates y discusiones allá donde estés. Si, fue premeditado, tu varita esta bien – Me pronuncie al ver como la fémina anhelaba una respuesta a su pregunta interna. Estaba en pie y respirando con un mínimo de normalidad. El cineade era fuerte, no obstante, ella lo era mas, demostrando así las capacidades de las mujeres del siglo veintiuno – Episkey – Con Kim apunte hacia la chica de cabello violeta, regalandole el total alivio, pues su nivel era alto y uno solo de aquellas curaciones no serviría.

 

Gatiux había sido la primera valiente en querer probar el veneno, cosa que superaba mis expectativas totalmente. El brillo diabólico de sus pupilas al saberse conocedora de una magia mas para dañar, fue inmediatamente borrado por la confusión y el miedo de estar ella en graves problemas. El entrar en pánico era, de alguna forma, el causante de que nuestro instinto de supervivencia saliese a flote, creando, al vencerlo y ver la situación desde otra perspectiva, una linea nueva, en donde asumes tus dones y los comprendes de una forma mejorada. Una manera larga y absurda de definir el aprendizaje, pero definitivamente cierta. Me gustaba como iba la clase.

 

Ahora le tocaba el turno a Orión y Antoni. Debian arriesgarse y saltar al vacio sin ningún tipo de ayuda ¿llevarían a cabo tal acción después de ver lo que sucedía en cuanto se abría la boca con la intención de atacar al supuesto doble? Esperaba que si. Por lo que me habían demostrado a lo largo de la cátedra, ninguno de los dos varones era un cobarde. Aunque y bien se sabe que las apariencias engañan fatalmente. Amen de que el pequeño discurso referido a la bruja solo lo habíamos escuchado ella y yo, por ende los magos no tendrían que saber nada de las intenciones de los directores de la institución – Tenéis un minuto mas, la ultima fase esta a punto de arrancar.

 

Y como bien había predicho, la isleta donde estábamos se removió, causando un claro revuelo en las aves cercana. El sonido era inhumano, demasiado fuerte para los mas pusilánimes. Extendió su planicie hasta el doble de su tamaño, convirtiéndose así en un pequeño, pero belicismo domo de lucha. Ya comenzabas sentir la adrenalina tipica de las batallas correr por mi espina dorsal. En mis verdes ojos, si es que alguno los miraba con detenimiento, se podía ver una llama intensa. Odiaba perder. La competitividad era una notoria característica de mi personalidad y la demostraba día si día también – Elegid rival y posición. Vais a poder vengaros de mis ideas.

 

Di cinco pasos hacia atrás, quedando a siete metros de los alumnos, subida en una roca de al menos un metro de alto. Me gustaba la altitud, se podia ver mucho mejor lo que se tenia alrededor. Mi pelo suelto se movía al compás del viento, el cual había empezado a soplar con mayor velocidad. Mi ropa también había cambiado, haciéndome mas fácil el moverme. Ahora lleva un pantalón corto vaquero negro y una camiseta de tirantes en la misma tonalidad. Botas altas de cuero y ningún adorno evidente mas que mi arma, aquella que ya lanzaba chispas a la espera de una orden mia. Los anillos y complementos de los anteriores volúmenes seguían en mi anatomía, pero no se veían.

 

 

OFF

  1. El duelo tendrá una duración de una semana
  2. Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.
  3. Pasadas 48 horas sin posteo alguno, se considerará abandono (reprobará)
  4. Los hechizos permitidos son; neutrales, neutrales graduados y los libros hasta el equilibrio.
  5. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos.
  6. Podéis describir el escenario según vuestro gusto, recordando que el primero que postee tendrá mas beneficios en esto.
  7. Podéis elegir a vuestro rival, incluyendo a, en este caso, la profesora.
  8. Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro.

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Orión sonrió tímidamente ante los halagos de Lisa. Muchas veces lo simple era lo más efectivo. Sin embargo, su semblante cambió por completo cuando se reconoció a él mismo en una figura externa. Un espejo en vida. Misma contextura física, mismos cabellos particulares, mismos ojos… y la misma sonrisa. Verse así mismo en completa introspección era algo tan natural en él que su varita encontró asilo en su bolsillo, como si ella misma supiera que no sería necesario.

 

Aun sabiendo que tenía que usarla en su momento.

 

- Orión.

 

- Orión.

 

- Tiempo sin verte ¿no?

 

- La verdad que sí.

 

- Sí.

 

- Hace tiempo que no medito tanto –anunciaron los dos al mismo tiempo.

 

Se acercaron el uno al otro con la misma cadencia. Después de todo eran dobles. Para él, siempre estaba esa pequeña cosa de incertidumbre si al final de cuentas era una representación mágica física suya o una trampa que lo llevar a realizar movimientos en falso. Pero para llegar a esa magia, había que realizar una copia exacta y él decidió en forma espontánea a lo largo de su vida, controlar y encausar las tendencias pacíficas hacia sí mismo. Después de todo, lo que tenía en frente era él, y tenía cosas de él.

 

- Sabes que tengo, y por lo tanto, tienes, que hacerlo.

 

- Sí.

 

Los dos, cara a cara sacaron lentamente la varita hacia el cuello del que tenía adelante.

 

- Cinaede.

 

Pero solo uno de ellos reaccionó ante el veneno que entró por sus fosas nasales con cierta rapidez. La copia de adelante lo sostuvo cuando este perdió el equilibrio y pensó –en realidad, era él todo este tiempo- en los siguientes pasos. Las claves de ese veneno eran parecidas a las flechas de fuego, no se curaban automáticamente con un episkey, sino que hacía falta realizar una acción anterior.

 

Pensó en un Anapneo y sintió como el veneno rosado salía de su nariz. Aquella estaba irritada y le dolía respirar. El instinto primario era agitarse y sentirse como si necesitaba salir de allí, pero controló sus impulsos. La copia lo sostenía de enfrente. Era pesado. Luego, pensó en un episkey. Inmediatamente se sintió aliviado. Como era de nivel bajo el veneno, se recuperó con cierta facilidad.

 

Sintió como su apoyo se desvanecía en el aire. No se preocupó, ya lo volvería a encontrar.

 

Levantó su mirada para buscar a Gatiux mientras el escenario comenzaba a moverse. El último paso de todas las clases de libro era el enfrentamiento entre ellos. Esta vez, Orión podía elegir, y quería jugar con la Malfoy. Era extraño, pero en realidad, nunca habían tenido un duelo per se. No era algo que tampoco necesitaran específicamente. Tanto ella como él, huían un poco a los enfrentamientos bélicos uno a uno. Orión por su parte había cambiado en ese sentido. Ahora era un mortífago más viejo, que prefería los golpes ideológicos y estratégicos. No ir con la varita en punta a ver a quién pinchaba.

 

El escenario por su parte tenía rocas que estaban a los costados de la línea visual entre Gatiux y él. Se llevaban diez metros aproximadamente de distancia. Tosió un par de veces mientras se ponía en posición de ataque. De a poco iba recuperando la respiración.

 

- Arena del hechicero.

 

Susurró

 

- Si gano el duelo, el desayuno es mío. Doble o nada querida -terminó por gritar con esfuerzo.

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Las aves huyeron batiendo sus alas y emitiendo trinos y graznidos alejando se en el cielo mientras el terreno a nuestros pies se removía como acomodando para que la planicie fuese más extensa, un tanto porque ya esperaba que ocurriere algo y otro tanto por los signos que alertaron de ello, fue que tome aquello como un cambio necesario.

 

Aquel espacio era ideal por carecer de "estorbos visibles" y como en otros cursos, era necesario realizar un duelo. A Orión y Gatiux los vi en otras clases trabajar juntos, así que yo camine para quedar frente a la profesora Lisa.

Unos seis metros entre nosotros, me incline al frente para saludar a la joven con una reverencia, como nos lo enseñaron en la academia mágica, como olvidar lo si la clase de duelo la re-curse cuatro veces por no entender las normas de duelo, además de que aún me disgustaba que tuviesemos que combatir.

 

"Cobra" parecía querer deslizarse de ahí, pero la tome firmemente entre mis dedos, un tanto más que en otras ocasiones, la levante y con un movimiento oscilando en elegante y hábil, la dirigí a ella:

 

-- Silencius-- Sabía que la joven saldría sin ningún problema de cualquiera de sus hechizos, por algo era profesora, pero para él no tenía más interés que realizar actividad en la clase, tampoco es que recordarse bien a sus profesores y profesoras de duelo...siempre tan preocupado por como se desenvolvería el duelo y si era o no permitido tal o cual forma de ataque...pensó entonces en Invocar alguna criatura pero no había alguna que pensará en concreto. Mejor elegir otro hechizo.

 

--Seccionatus-- Pronunció el ojimiel para enviar a @@Lisa Weasley Delacour aquellas medias lunas que impactarían en ella causando heridas sangrantes.

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La pregunta que rondaba la mente de Gatiux y reflejaba en sus ojos no tardó en ser respondida por Lisa. Aquello sorprendió a la Malfoy, no por la maldad que se desprendía en que ellos mismos fueran simples conejillos de indias, si no por la magia distinta que había aprendido la profesora gracias a los Uzza. Seguramente tenía más trucos como aquel escondidos bajo la manga, algo que los antiguos guerreros le habían enseñado a regañadientes pero que era efectivo en aquellas clases.

 

- Gracias.

 

Lisa le ayudó en la completa sanación y ella se lo agradeció. Hizo una mueca de cierta incomodidad, estaba acostumbrada a ayudar a los demás, pero no a que la ayudasen. Para Gatiux era difícil intercambiar los papeles. Nunca había sido la típica damisela en apuros aunque le gustara ponerse vestidos y tacones imposibles.

 

Y mientras tanto observó como Orión trataba a su doble. Intentó esconder la sonrisa cuando los vio andando con esa tranquilidad que lo caracterizaba. El Yaxley había decidido interactuar consigo mismo antes de levantar la varita. Dejó volar su imaginación durante unos instantes, golpeando sus labios con el dedo índice de la mano izquierda. Carraspeó cuando Orión empezó a ahogarse, atenta por si él mismo no era capaz de salvarse a sí mismo.

 

La isla comenzó a cambiar. Los pájaros piaban indignados a lo lejos. Gatiux miró al suelo cuando el temblor empezó y luego pasó a observar el domo que se empezaba a erguir entorno a ellos. Había llegado el momento de que combatieran unos contra otros, y por primera vez, el profesor dejaba a la libre elección el escoger contrincante.

 

Los ojos amarillos de Gatiux se encontraron con los de Orión, ambos se sonrieron como si hubieran pensado lo mismo. La banshee estaba ciertamente entusiasmada por el enfrentamiento, y por lo que vendría después claro. Hizo una exagerada reverencia al mortífago sin romper el contacto visual en ningún momento mientras él adoptaba una posición de ataque. Ella adoptó una parecida instantes después.

 

- Doble o nada. -aceptó- Aunque ya puedo oler los deliciosos pancakes que me vas a tener que preparar.

 

La primera opción del mortífago había sido cegar a la banshee con el nuevo hechizo que habían aprendido aquel día. Eso limitaba bastante las opciones de ataque de ella, ya que había nublado su vista y mermado las opciones de hechizos a utilizar, ya que por supuesto no iban a jugar con hechizos mortífagos delante de civiles. Repasó rápidamente las posibilidades que restaban.

 

- ¡Cinaede! -dijo Gatiux para contraatacar-

 

Aunque era molesto no poder ver, esperaba que aquello igualara las cosas. En teoría su hechizo Cinaede debería ser más molesto para Orión porque ella tenía algo más de nivel mágico. Pero también quería que el sufriese el incordio de no poder utilizar la visión y por tanto no poder apuntar.

 

- ¡Arena del Hechicero! -pensó-

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
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Todo iba saliendo a la perfección según los planes de mortífago. Bah. Si el plan era quedar envenenado directamente en el primer turno. Cuando escuchó a lo lejos el efecto que había lanzado Gatiux, ya se preparó para recibir lo que antes había batallado. Sintió un escalofrío recorrer por su columna y como un cierto aire entró por sus fosas nasales. Abrió rápidamente los ojos cuando entendió que ese veneno era diferente al que había realizado antes. Ella tenía mayor nivel mágico. Y sí, así eran las reglas.

 

Sentía, a su vez, una pesada bola de materia en sus vías respiratorias. Era algo más psicológico que causaba los síntomas. Se tenía que tranquilizar.

 

Pensó en un Anapneo y su cuerpo se relajó al instante.

 

- Jugando sucio. Me encanta.

 

Siendo sinceros, el Mago Oscuro no lo tenía previsto. La ventaja iba directamente para su contrincante. Sólo necesitaba encontrar un pequeño error para sacar ventaja nuevamente.

 

Pero no todo quedó ahí. La ceguera lo golpeó con fuerza. Gatiux conjuró la arena del hechicero tal como él hizo en el turno pasado. Cerró los ojos invitando al efecto. Ya lo aceptaba. Ahora entendía al pobre thunderbird que había hecho sufrir. Alguien que no espera perder la vista enseguida también se pondría así de loco. Iba recortando la distancia con pasos lentos, pero seguros.

 

Finalizó su turno conjurando un Episkey para eliminar las toxinas de su cuerpo.

 

Ignoraba por completo a Lisa y Antoni. Estaba lo suficientemente ocupado para preocuparse tanto por Gatiux como de él. En los duelos estaba bien visto que las cosas escalen demasiado rápido y que en cualquier momento alguno pierda una extremidad o algo. Sobre todo cuando juegas con las estructuras y te permites explayar tu poder hacia otros puntos que no sean solamente tu objetivo. Aunque, sí le daba un poco de cosa estar sin vista. Era algo que tenía que solucionar.

 

- Tu turno.

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- ¡Te he oído!

 

Aunque no pudiese ver, el oído lo conservaba en perfectas condiciones. Orión le acusaba de jugar sucio. Gatiux rió. Su Cinaede no alcanzaba el máximo nivel, lo sabía, eso si que había sido jugar sucio. Lo de ahora era tan solo un mero contraataque, sin intención de matarlo pero lo suficiente efectivo como para ponerle en guardia. Sabía que Orión podría con eso y con mucho más, siempre se había mostrado creativo en el arte de los duelos.

 

Por supuesto, aunque estuviesen allí para demostrar cierta pericia en duelos a la profesora y conseguir que certificasen el Libro del Equilibrio, no estaba en los planes de la banshee el matar a su pareja. No sin un motivo de peso, claro. Puso el brazo recto con la varita levantada, como les enseñó Lisa minutos antes.

 

- Flechas de fuego.

 

Confiaba en que la puntería no fuera del todo necesaria con aquel hechizo, que las flechas que salieron de su varita encontrarían al Yaxley sin importar que su invocadora no pudiera ver, sólo sabía que se encontraba delante de sí. Tan difícil no podía ser. La gravilla le alertaba de que Orión iba moviéndose hacia delante. Por cada paso que él daba, Gatiux daba uno hacia atrás con cautela. Temía que si él acortaba las distancias acabase por jugársela de algún modo que todavía no dibujaba en su imaginación.

 

- Seccionatus.

 

De la varita de Gatiux surgieron unas medias lunas cortantes y resplandecientes que también encontrarían a Orión.

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El ojimiel levanto una ceja....¿Cómo era posible que su ataque dio resultado?...ni él mismo lo entendió, pero era un hecho que ambos hechizos impactaron en la joven profesora, quizás solo era porque tuvo un golpe de suerte. Pero...¿debía dejar de lado esa pequeña ventaja?

 

A su parecer, la profesora podía ocupar sus amuletos, colgantes y anillos, así que también es cierto que estaba en un duelo para mostrar su manejo de los hechizos, así que ahora era momento de ocupar los hechizos correspondientes al libro que ocupaba este curso.

 

Levanto de nuevo su varita mágica y la movió con destreza mientras pronunciaba el hechizo elegido:

--Arena del Hechicero--La bruma de huesos cristalizados se esparció frente a Lisa, cegando de inmediato a la bruja, pues esa bruma era capaz de cegar hasta dos oponentes. Un duelo es un duelo ¿oh no?

 

-Flechas de fuego -- De la punta de su varita, fueron saliendo filamentos que iban en dirección de la oponente del ojimiel, es posible que ahora responda @@Lisa Weasley Delacour así que sujeto con fuerza su varita y presto atención con todos sus sentidos.

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@ Mi internet murio debido a una fuerte tormenta, disculpa la demora.

 

A veces me resultaba complicado quedarme como una estatua y ver como mis alumnos actuaban ante una ventaja tan obvia, no obstante, era mi misión como la profesora y lo hacia, a regañadientes si, pero lo hacia. Mientras veía como Antoni usaba sus conjuros de forma precisa, recordaba el consejo que Runihura me había dado en su día, cuando Badru me lanzaba todo maleficio conocido y me retaba a soportar el dolor que estos regalaban a mi joven cuerpo. Cuanto mas resistas, mas fuerte te harás. Sentir las laceraciones solo incrementa tu fuerza interior. Has de aprender a no ver, a no respirar. El conocimiento es poder y es lo único en lo que debes pensar.

 

- No esta nada mal – Alabe el trabajo del mago.

 

Habia combinaciones mas precisas y mortales que yo usaría en una batalla real, no obstante, para empezar, Antoni había sabido cuales conjuros emplear en su favor para frenar mis sentidos y hacer que yo me valiese de encantamientos defensivos en vez de usar mis dones en su contra. Iba bien encaminado para aprobar la cátedra con la máxima nota, al igual que sus dos compañeros, los cuales se hallaban enfrascados en su guerra particular - Aguamenti – El chorro de agua que salio de Kim aplaco el calor infernal que las llamas de las flechas estaban proporcionándole a mi anatomía, librándome de este – Episkey – Una herida menos, la de las flechas de fuego, quedaba otra.

 

Con toda la parsimonia del mundo, desprendí de mi las siete medias lunas que tenia en el brazo y en el tórax, lanzandolas hacia el lado derecho, a unos seis metros de mi figura y pensé, rápidamente, cuando vi como el liquido vital se escapaba por las aberturas en un – Curación – Eso de poder usarlo sin gastar acciones era genial. Las lesiones del seccionatus quedaron en el pasado, suministrandome así un alivio único. Cierto era que los filamentos envueltos en el elemento primigenio aun me molestarían un rato mas, sin embargo ¿para que estábamos aquí? Quejarse no era una opción. Mi deber era alimentar la curiosidad de los pupilos, sin titubeos.

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El ojimiel presto atención mientras repasaba mentalmente los hechizos que podía ocupar, personalmente estaba interesado en la acción defensiva que ejecutaría la profesora. Gran sorpresa se llevó, al ver como Lisa recibía los daños de aquellos hechizos soportando las heridas, había pensado que lo esquivaría...que la joven tendría un as bajo la manga para quitarse los de encima y salir inlesa...entonces la voz de Anna T. Ryddleturn en aquella consulta médica que tuvo el peliverde, le golpeo con rudeza:

- Debes de alegrarte por ese gran paso, debes de seguir por ese camino para recuperarte del todo, además, toda esta experiencia te hará mucho más fuerte. El tiempo curará tus heridas, tanto las físicas como las mentales.

 

Entonces no importa realmente ser herido...pero él odia ser herido...por ese pasado suyo donde tuvo que soportar ser herido continuamente sin saber el porque, era algo de lo cual tendría que reflexionar mucho. El ojimiel froto la varita entre sus dedos, misteriosamente la sentía cálida al efectuar esos hechizos de ataque...la varita de su "madre sanguínea" la misteriosa bruja que quemo el archivo de esa fabricante de varitas que le había vendido la varita¿y para qué? ¿cuál era ese secreto sobre su identidad?

 

Algo incomodo con el proceder de la profesora, y con el deber de continuar con el duelo, decidió invocar la daga del sacrificio...una locura pues no es de los magos que vaya buscando dañar a otros, pero debía ser previsorio y tenerla a la mano para ocupar la en el transcurso del duelo, la daga se alojo en el bolsillo interno de su capa negra.

 

Pensó en el hechizo de maldición que podría llegar a poner a su profesora Lisa en apuros al dejar su próximo hechizo en una forma ridícula por efecto de la maldición. Después movió la varita apuntando a una piedra cercana a Lisa.

--Morphos-- Transformando esta en una avispa marina a la que ordene atacar a mi rival.

 

@@Lisa Weasley Delacour

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