Prueba de Videncia #8

[Helike R V PB]

- yo... yo... -balbuceaba un poco agobiada, por la bronca que me estaba echando el arcano... ¡Sólo pretendía ayudar!

 

- Bueno -carraspeé- digamos que pretendía ayudar a Sagitas, a volver... Entenderé que bueno -menuda torpeza al decir las palabras- no volveré a cometer ese error, lo prometo -asentí firmemente. "No regesaría jamás" esas palabras hicieron que me diese un escalofrío. Tenía razón, había sido una insensatez por mi parte, pero, ¡No iba a pretender a dejar allá a Sagitas!

 

No era religiosa, para nada, pero cerré los ojos y di gracias mientras suspiraba a que me dejaran salir de ese portal, ilesa. Menos mal que no había sufrido despartición alguna. Por los pelos y Matt había conseguido ayudarme a salir. ¡Le debía la vida! Bueno, "mi vida inmortal" mejor dicho.

 

Sus palabras me hicieron sentirme orgullosa por Matt. Sí, él nos había ayudado a las dos, sin pensarlo tal y cómo el Arcano había vaticinado. Desde luego, su poder de visión era demasiado grande tanto que había podido percibir todo lo que pasaba dentro del Portal. Y la verdad, es que me daba algo de miedo... Pero en mi fuero interno me había alegrado, al menos, tendría el anillo de Videncia que iría a parar al de Animagia que había conseguido hacía un par de meses. Poco a poco, los poderes de mis familiares iban a parar a mis manos.

 

Mi abuela podía sentirse orgullosa en ese caso. No me sorprendería nada que, en cuánto llegase a casa y si me viera, me regañara por lo del viaje astral... Hice girar mi pie, intentando no contradecir las palabras de ese hombre. Aunque tenía cierto temor en sus últimas palabras. Esperaba que sólo fuesen eso, porque yo sí que quería a ese pelirrojo y hoy me lo había demostrado intentando salvarme hasta el último momento... Suspiré...

 

De nuevo todo se disolvió. No había pirámide, ni nada de lo que hubiésemos pasado ahí dentro. Sí, sobre todo sufrimiento pero al final, todos lo habíamos conseguido...

 

La magia del Arcano nos había transportado a nuestros hogares. Yo me aparecí en la habitación del castillo Rambaldi y a voz en grito indiqué a mi elfina que me preparara la cena y un buen baño para relajarme. Lo necesitaba, demasiadas emociones en un mismo día. Necesitaba tiempo para reponer energías antes de enfrentarme a una nueva habilidad. Debería de rastrear los dones de mis antiguos familiares para ver a quién había pertenecido. Por genética y herencia los estaba teniendo todos, por el momento.

 

En la cama, encendí un cigarro y suspiré tranquilamente mientras Galadriel iba preparando todo, de cuándo en cuándo me miraba como si estuviese preocupada, pero ninguna de las dos, dijimos nada. En cuánto estuvo listo, hice desaparecer el cigarro y me fui a dar un baño. Esperaba tardar un poco más, antes de iniciarme en una nueva aventura. Lo que no dudaba es que, los tres seríamos famosos dentro de los maestros Arcanos de habilidades, gracias a nuestras aventuras.