Prueba Libro del Druida

[Badru]

El primero en llegar al lugar del combate fue, por supuesto, Badru, Guerrero del Libro del Druida. Era su deber comprobar que el duelo se celebrara dentro de los términos honorables de una batalla entre iguales, con los mismos conocimientos, con las mismas oportunidades. Dos entran. Uno sale...

Badru contempló silenciosamente el escenario. Aquella última regla no se llevaría a cabo, para su desagrado. Aquel era un duelo en que los dos contrincantes probarían sus conocimientos del libro del Druida pero sin morir, ese acto que da Honor a quien gana y a quien muere. Los Directores de la Universidad lo habían prohibido expresamente. Aunque no era un siervo obediente, el Uzza había aceptado esa cláusula. Era consciente que él no iba a impedir que sucediera, si es que se producía el óbito de alguno de los alumnos. Aunque su Honor le impedía provocar la muerte de forma directa de alguno de ellos, tampoco la evitaría si llegara.

Estaba satisfecho. Aquella isla no era muy grande, lo suficiente para que pelearan, 20 metros de largo de norte a sur y doce de ancho de este a oeste, rodeada por agua hirviendo que dejaba peces muertos en la orilla de la escasa arena que la bañaba. En cada esquina, cuatro volcanes encendidos humeaban como antorchas malolientes. Cada uno de ellos expulsaría piedras ardientes en el primer ataque de cada uno de ellos y ceniza cegadora en el siguiente, de forma alternativa, de manera que cada uno de los contrincantes debería luchar contra el otro y defenderse, a su vez, de lo que les lanzaban aquellos estrechos conos de lava. Iba a ser interesante defenderse de aquel inhóspito lugar.

Espero a que llegaran y les observó desde la arena grisácea de la orilla oeste, sin decir palabra, dejando que se situaran de la manera que mejor creyeran. Sonrió y nadie pudo observarlo. Con el rostro escondido por el trapo amarillo, habló:

- Podrán usar cualquier hechizo común, ninguno particular que el otro no sepa. Podrán usar todos los hechizos de los libros hasta el actual del Druida. El Haz de la Noche sólo podrá usarse una vez pero les llevará siempre al otro cuarto de la isla, no podrán desaparecer de ella hasta que yo les reconozca la Victoria o la Pérdida de la Batalla. Ahora... ¡Peleen!


OFF:

@ vs @@Pik Macnair

• Esto son los obstácul.os naturales que deberán evitar en sus posteos: cada uno sufrirá un ataque de piedras de lava de los volcanes que estén en su mitad de la isla y afectará siempre al posteador; en el siguiente, la ceniza les dejará momentáneamente ciegos. Así de forma sucesiva cada vez que posteen, a los dos por igual.
• Nos guiaremos por las reglas básicas de duelo.
• Los hechizos permitidos serán de neutrales graduados más los correspondientes a libros hasta el Libro del Druida.
• Si pasados tres días de la apertura de la prueba, un alumno no ha posteado, se considerará abandono y suspenderá la clase.
• Pasadas 24 Hrs sin respuesta al duelo, los ataques del enemigo y los naturales de los volcanes se considerarán impactados.
• Pasadas 48 Hrs sin respuesta al duelo, se considerará abandono y el alumno suspenderá la clase.
• Dudas en el topic correspondiente.

[Ky.]

La última vez que vio al Guerrero Uzza, había sido frente al árbol del fuego con sus compañeros todos ansiosos de comenzar la prueba, pero él no. Aries tenía muchas cosas que poner en orden antes de adquirir más poder mágico, entre ellos el aceptar que su madre se había casado y que tarde o temprano debía ir a vivir con ellas.

 

El mago oscuro se encontraba en una pequeña isla, tan pequeña que desde cualquier punto desde donde esté estaba se podía observar la presencia de un inmenso color azul que chocaba contra la arena de aquel lugar formando pequeñas olas.

 

Aún cuando estaba muy feliz en aquel lugar, sabía que no estaba en aquel lugar para relajarse, por lo que decidió ir en busca de Badru y de su rival en aquella prueba.

 

Aún cuando la isla era del tamaño de una cancha de Quidditch, estaba muy bien para tener un duelo. A tan solo metro y medio de forma diagonal al lado derecho, desde el punto en el que él se encontraba, había un montículo de piedras de diferentes tamaños. De lado izquierdo a 12 metros, se encontraban grandes pedazos de madera de lo que pintaba haber sido una lancha que había perecido.

 

Se mantuvo con una sonrisa en los labios en todo momento, hasta que vio frente a él al Ángel Caído. No era que le tuviera miedo al Macnair, pero la última vez que ambos se habían visto sin máscaras, el Ivashkov llevaba de la cintura a la primogénita de este.

 

No espero a las cordialidades de saludarse, y mientras uno de los volcanes de aquella isla hacia erupción movió su varita y apunto al montículo de piedras.

 

-Morphos.

 

Aquel montón de piedras tomo la forma de un oso con garras afiladas que iba directo en busca de hacer el mayor daño posible a Pik, provocando en el cuerpo de este profundas y grandes heridas provocadas por las garras y los dientes del animal, y al tiempo que el oso se acercaba a su rival, la lava del volcán hacia lo propio con él.

 

-Ignea. siseo.

 

Y de su varita salió una lluvia de polen que empezó a cubrirla, haciendo que la lava incandescente no pudiera afectarle. El metamorfomago miro a Badru por varios segundos, estaba seguro que él era el culpable de la erupción de aquel volcán.

[Pik Macnair]

Volar se había vuelto su medio favorito de transporte. En su forma animaga se sentía libre, eufórico y carente de límites. Desplegó las alas y planeó en círculos alrededor de isla, sintiendo la brisa y captando los aromas de esta. Magos, frutas quemadas, salitre y un guerrero que posiblemente tenía un par de días sin bañarse. Todo encajaba.

 

Descendió cerca de uno de uno de los puntos negros que veía desde el aire, no tenía que sacar muchas conclusiones para concluir que era su oponente de la prueba. Unió las alas al cuerpo y cogió impulso hacia el suelo, cayendo en picada cortando el aire a su alrededor. A solo pocos metros del suelo volvió a desplegar sus alas mientras ordenaba al cuervo volver a su interior. Cayó de rodillas en la arena y se apoyó con una mano, aún debía mejorar su aterrizaje.

 

A varios metros de distancia estaba Badru y su contrincante, sonrió al reconocerlo aunque él no parecía tan alegre como el Macnair. Sin mucho preámbulo sacó de su bolsillo la varita y a diferencia de Ariel hizo una reverencia mientras el otro mortífago hizo su primer hechizo.

 

—Veo que no planeas tener una charla conmigo —se quejó notando su invocación, alzó su arma e hizo un simple movimiento con esta— Obsistens.

 

Frente al Macnair surgió una barrera verde, tan brillante que casi parecía radiactiva. El oso que había invocado Ariel fue directamente hacia el cerco y tras intentar atravesarla desapreció, sin dejar ningún rastro de que en algún momento una bestia como esa había aparecido en la isla. Pik sonrió y le sintió cariño por ese nuevo hechizo, deseaba probar si contra con un dragón funcionaba.

 

—Ignea —imitó al otro mago, creando una capa rojiza a su alrededor que defendió al Ángel Caído de la violencia natural que tenía la isla, una obra provocada por alguno de los guerreros Uzzas. Sin mucho más que hacer pensó Flechas de Fuego y una docena de flechas de fuego surgieron del aire directamente hacia el pecho de Ariel, de impactar quedaría con heridas sangrantes y un poco quemada.

[Ky.]

—¿Una charla? Aun me pregunto como siempre terminamos teniendo que combatir entre nosotros. ¿Dónde dejaste a Uzumaki? —preguntó tratando de sacar un poco de conversación, quizás era eso lo que le faltaba. No era muy bueno llevando una charla a mitad de un duelo. Atacaba con palabras o con hechizos y no podía llevar acabo ambas situaciones.

Pero lo estaba intentando mientras el oso había llegado a arañar un poco al Macnair antes de que el cerco luminoso lo desapareciera antes de poder crear un daño más serio y grave. Aries se encogió de hombros al ver que el oso ya no existía, y empezó a notar una pequeña lluvia de ceniza al momento que su rival le había lanzado su ataque.

Obsistens. Pensó y un cerco de luz rosa apareció alrededor de él, su cometido era absorber los filamentos de fuego que habían salido de la varita de su oponente, al mismo tiempo que el cerco absorbía también la parte de las cenizas que caían.

—Señor Macnair, si deseara tener una relación con su hija, ¿me permitiría cortejarla sin importar si usted llega a salir gravemente herido de este lugar, por mi culpa? —preguntó mirándole a los ojos mientras la varita que sostenía en su mano derecha se movía al momento que la palabra cinaede pasaba por sus labios.

 

—Cinaede —Un gas venenoso entraba por las vías respiratorias del Ángel Caído, y poco a poco mientras el tiempo pasaba el gas se iba adentrando hasta llegar a su torrente sanguíneo, ya que el mismo llegaba a cerrarle la garganta y al paso de minutos podía provocarle la muerte.

Editado 31 de Mayo del 2017 por Ariel Aries Bra Yaxley

[Pik Macnair]

El oso había desaparecido luego de hacerle una herida, pero aquello no era un mayor inconveniente para el Macnair. Usando los poderes aprendidos en las clases pensó Curación y mediante el amuleto mágico curó la herida creada por Ariel. Frunció el ceño al recordar a Niko y como había terminado el duelo anterior gracias a sus distracciones.

 

—Niko se adelantó, aunque así es mejor para nosotros y no contamos con su ingrata compañía —sonrió solo durante un instante, cuando escucho la propuesta del mago sobre su hija dejó de hacerlo—. No tengo ningún inconveniente en que salgas con Arya —dijo luego de pedirlo unos segundo—siempre y cuando la trates con el respeto que ella se merece, es mi hija y se merece lo mejor.

 

Esperaba que Ariel entendiera la importancia que tenía Arya en su vida y las consecuencias que traían como consecuencias ser su pareja, cualquiera lágrima derramada por su hija que creara el mago sería un marca que Angel Caído tendría contra él. Esperaba que se tomará muy en serio sus palabras y todo lo que convenía esto.

 

Ariel se defendió de su ataque y de la capa de polvo que empezaba a caer, luego atacó al Macnair y sintió como el veneno lo infectaba, empezó a ahogarse y el aire se convirtió en algo casi inexistente en cuerpo. Como pudo hizo un movimiento con su arma.

 

—Anapneo — dijo con voz ronca y casi inaudible debido a la falta del aire, luego del hechizo un bocanada de aire invadió sus pulmones y pudo respirar—. Cantar del Eleboro

 

La varita del Angel Caído vibró, soltando una vibración musical que protegieron sus sentidos por completo, de esta manera no se vería afectado por la ceniza que empezaba a caer y amenazaba con entrarle en los ojos. Intuitivamente hizo un nuevo movimiento con su arma y pensó Arena de Hechicero haciendo surgir una nube de polvo que entraría en los ojos de Ariel e impediría al mago a realizar ciertos tipos de hechizos durante un periodo de tiempo.

[Ky.]

Por un momento creyó que había matado al padre de la chica que le interesaba, pero al verlo resurgir entendió por qué el Macnair era tan importante en la Marca Tenebrosa, y eso significaba que no moriría tan fácil. Aun así, las palabras de este con respecto a su hija, habían hecho que el pelirosa se pusiera nervioso por la situación.

 

—Bueno tampoco he dicho que me quiero casar con ella. —hizo una pausa para mover su varita y decir en voz clara. —Cantar de Eleboro. —las notas de una melodía armoniosa salieron de la punta de su varita, haciendo que su vista que había sido dañada por la ceniza que seguían cayendo ya que el obsistens no había sido de ayuda.

 

Las cenizas del volcán seguían cayendo, pero gracias al canto de eleboro no había tenido que preocuparse por ello, a lo lejos se escuchaba el golpeteo de las olas en la arena el aumento de ceniza en aquel lugar sólo podía indicar que el volcán haría erupción muy pronto. Aun así, Aries no cambió el sentido de su conversación, llevándola al hecho de que quería salir con la hija de Pik.

 

—No me mal entienda, no es que quiera jugar con su hija. Bueno, no con sus sentimientos. —sonrió y después de ver como el Macnair intentaba dejarlo ciego sin nada de éxito, pensó Daga del sacrificio, una daga plateada apareció en su mano. —Su hija es hermosa y estoy de acuerdo con que se merece lo mejor, y espero ser lo mejor para ella. —lo miro por 1 minuto para después decir en voz alta.

 

—Immolo oppugnare —dijo mientras realizaba un corte profundo a lo largo de su brazo como si lo hubiera hecho un sectusempra, enseguida el mismo corte apareció en el brazo de Pik, la sangre que salía de la herida no era mucha, pero si lo dejaba pasar podría terminar sin sangre, así que en cuanto pudo pensó Curación y la herida de 18 cm en su brazo derecho había cerrado.

 

—Entonces si Arya me acepta usted se convertirá en mi papi suegro... Demonios estoy matando a mi futuro suegro, para mi que esta relación no va a resultar. —dijo burlándose de lo que el metamorfomago estaba haciendo en aquel duelo. Seguro que al terminar le iba a tocar una reprimenda por parte de su madre al burlarse del Macnair de aquella manera.

[Pik Macnair]

—No se van a casar, pero vas a salir con ella y si quieres estar a su lado debes tratarla bien, espero que no sea un capricho tuyo y algo momentáneo.

 

Pik por primera vez miró con poco agrado a Ariel, su comentario le había dejado un sabor amargo en la boca y sus ataques en su contra empeoraban la situación. Solo esperaba que el mago no usara a su hija como un objeto solo para saciar sus necesidades y para sentirse en compañía, no quería aquello para su Arya a pesar de la difícil relación entre ambos.

 

—Tendrás mi bendición, Ariel —dijo omitiendo una pequeña sonrisa ante su comentario sobre el juego y sus sentimientos—. Yo también espero que seas lo mejor para ella y, *****, no ha...

 

Pero era muy tarde. Ariel invocó la daga y la clavó en su brazo, vinculando al Macnair con él. No le quedaba duda que quería formar parte de su familia. Pik pensó Episkey tras mover su arma, terminando de curar su garganta tras el Cineade. Repitió el mismo movimiento con su varita y colocó su arma encima del brazo Episkey.

 

—Está relación no va a comenzar si sigues atacándome así —la herida se cerró luego de unos segundos, la sangre aún estaba impregnada en la camisa y las gotas caían una a una a la arena de la playa—. Pero no tengo problemas, tengo formas de dañarte la existencia sin ni siquiera provocarte dolor físico, así que piensa mejor lo que harás. Salvaguarda mágica

 

Hizo un rápido movimiento con su arma cuando notó como el volcán volvía a escupir y las piedras rojizas iban directamente hacia él, gracias al hechizo estas lo atravesaron dejándolo sin ninguna herida