Historia y Runas

[Orión Yaxley]

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El olor nauseabundo no era un problema tan grave para Orión, quien se refugiaba en el cálido y amable aroma de una taza de té. Hacía un frío particular, producto de la falta de luz solar. De vez en cuando salía un cúmulo de vapor de algún caño perdido por ahí, pero no era lo suficiente como para revertir aunque sea un mínimo, la situación de porquería –un tanto literal– en la que se encontraban los dos mortífagos.

 

Si hubiesen sido más jóvenes, se entendería. Cuando uno entra en ese tipo de organizaciones como lo era la marca tenebrosa; los primeros pasos eran los más… sucios. Las misiones iban y venían. El cuerpo a tierra era fundamental. Camuflaje. Muchos hechizos. Golpes específicos a ciertas estructuras. Cosas de soldados en campo de batalla.

 

Y esa noche todas esas tácticas les iban a servir.

 

En un principio, el mago más alto había insultado de forma repetitiva al Malfoy. Él ya estaba en otra etapa ¡Daba runas antiguas, por el amor de Merlín! Se suponía que era una de las materias más aburridas de todo el ateneo y que, bueno, tenía que mantener ese estatus. Las aventuras agitadas y que significaban muchas divergencias en cuestiones de resultados ya era algo del pasado para Orión. Ahora era un hombre casero. Se agitaba un poco más rápido que de lo costumbre. Incluso prefería la cama a tener que salir a un evento social. Salvo que haya alcohol de por medio, claro. Lo borracho no se le iba con lo viejo.

 

Pero algo le hizo cambiar de opinión. La propuesta era clara. Estar en el sistema de cloacas en pleno Londres no era una decisión que se tomaba todos los días.

 

Resulta que esa misma noche había una exposición importante sobre tablas rúnicas descubiertas cerca de Stonhenge. Orión intuyó que se trataban de unos conjuros que fueron excesivamente poderosos pero que ya les había llegado su fecha de caducidad. Nathaniel seguramente vería la parte histórica del evento. Y obviamente, las cloacas daban la entrada perfecta para burlar cualquier seguridad muggle que pudiera estar vigilando los artefactos antiguos.

 

Él llevaba su cabello largo de color cobrizo con puntas azules recogido atrás. Un saco color marrón oscuro que intentaba repeler el frío del ambiente. Unos jeans cómodos y zapatillas también le daban cierta movilidad que no era acorde a las túnicas utilizadas para magos de su edad. Sus ojos azules estaban clavados con el área marcada por el lugar donde los tres alumnos se aparecerían gracias a los mini trasladares enviados por la universidad.

 

Esta vez, la clase por su parte era muy diferente a lo que venía realizando en los últimos meses. Finalmente palpó los bolsillos. Su bolsita de runas estaba presente.

 

- Les pedí a los de la universidad que enviaran los trasladores. Darán las once en unos veinte minutos. Eso nos dará tiempo para entrar al museo y robarnos las tablas.

 

Lo que ninguno de los dos sabía, era que los muggles llevaban una gala de apertura, con personajes famosos de su mundo, y miles, miles de agentes de seguridad.

[Nathaniel Malfoy]

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En realidad, aunque su primo Orión estuviese mascullando cosas que eran instantáneamente ignoradas por el Malfoy, sabía que a él le gustaba el plan. No lo confesaría. Pero le gustaba.

 

La túnica de color azabache iba rozándose con las inmediaciones de las cloacas donde todo indicio de acción se revelaría. La varita del pelinaranja iba alumbrando con el hechizo más utilizado para proporcionar luz allá donde se necesitase. El ligero y más que conocido frufrú de la capa rozando por todos los lados, adornaba con onomatopeyas el escenario. Maloliente, sí, como cabía esperar.

 

Sus alumnos habían sido citados por el Yaxley. Éste se había encargado de la burocracia, no sabía ciertamente si de manera directa o avisando a alguien de la Universidad. Poco le importaba. Borró aquellos pensamientos que le hacían divagar en cuanto se pararon ante las áreas marcadas para la aparición de sus alumnos. Estaba estaba propiamente organizada por unos trasladores que habían sido enviados. O eso esperaba el Mago Oscuro, que no quería ponerse a pensar en posibilidades de error que pudiesen torcer el plan.

 

¿Qué había de interesante para la Historia de la Magia en una cloaca?

 

En realidad podría intentar buscar algo que relacionase a las instalaciones con el hilo del pasado, aunque aquella vía subterránea era un simple mediador que separaba el punto inicial y el punto al que de verdad quería llegar: Stonhenge. Aquella exposición traía consigo demasiada información.

 

- Si te soy sincero, no he preparado nada para esta clase. He estado demasiado liado como para hacerlo y... - hizo una pausa y miró a su alrededor, comprobando que nadie los escuchaba.

 

- ... Me voy a aprovechar de que voy contigo. Improvisar siempre es una buena opción. -

 

Las palabras del Malfoy habían hecho que su primo pusiese los ojos en blanco. Era verdad que él era un muchacho aplicado y que cumplía con las expectativas que se le ponían. Sin embargo, también tenía sus ocupaciones y problemas del día a día. Seguro que encontraban algo interesante en Stonhenge, allí habría información bien en libros, o bien en guías que hablasen alto y claro sobre el pasado. Una vez allí, improvisaría si sus alumnos terminarían por recibir una clase más teórica o...

 

- Hey, no me mires así, que la última clase que di de Historia de la Magia ya fue lo suficiente movidita. Viaje al pasado, giratiempos, invasión a los miembros del MACUSA... ¿Algo más? -

 

Las palabras replicaron los gestos de su primo que terminó por reírse. Miró el reloj de mano y asintió. Estaban a punto de llegar los alumnos, si todo salía como estaba previsto. De todos modos, él sólo contaría con la presencia de Amelie como alumna.

 

- Te quiero un poco, eh. No homo. -

[Athena Rouvas]

Y dieron las 11 y tomó el traslador, tal como indicaba la nota que recibió de parte de la Universidad junto a un calcetín con agujeros en la parte de los dedos. Rouvás no había olvidado que se había inscrito para la clase de Runas Antiguas, pero si confundió las fechas. Eso hizo que no tuviera nada listo para partir, salvo por Niké, su varita de Roble inglés, que siempre llevaba en la manga. No venían recomendaciones de qué llevar ni de dónde la esperarían, solo un escueto mensaje. De todas maneras ese día vestía ropas cómodas, supuso que no tendría problemas.

 

Todo a su alrededor giró rápidamente y sintió el clásico gancho tirando cerca de su ombligo, en poco tiempo más iba a estar cayendo frente al profesor.

 

—¿Qué demonios...? —Cayó sentada en el suelo, pero siquiera antes de ponerse de pie se llevó las manos a la nariz y se hizo una pinza con los dedos. —¡Esto apesta! —Se quejó. Aparte había pésima iluminación en el lugar.

 

Tardó un par de segundos de darse cuenta en donde estaba (o imaginar lo que era, porque en realidad no estaba cien por ciento segura). Se levantó con lentitud y con la precaución de no chocar con nada en la cabeza, y solo cuando miró hacia uno de los costados distinguió la figura de dos hombres que parecían estar acechando más que esperando por comenzar una clase. Ellos quizás llevaban más tiempo allí, y eso les constituía una ventaja. Se llevó la mano a la manga con la clara intención de apuntarlos con la varita, en el último tiempo se había vuelto demasiado desconfiada.

 

— ¿Quiénes son? —Preguntó ya más determinada.

 

Pensó hasta en una posible cátedra saboteada por los mismo que estaban investigando desde el Cuartel de Aurores, y hasta le alcanzó para armar una teoría llena de aristas extrañas que después le presentaría a Moody. Claro, estaba acostumbrada a esas cosas cada que veía algo fuera de lo común. Su trabajo sumado a asumir públicamente el grupo en que estaba inmersa le habían hecho creer que algo así era solo cuestión de tiempo.

 

Aguardó en silencio que ellos dieran alguna respuesta, sin dar ápice de moverse del lugar.

[Sapphira Black Lestrange]

La vampiresa no podía creer la hora que era , se le estaba haciendo tarde para asistir a la clase de conocimiento , había decidido volver a probar suerte y cursar historia de la magia, como siempre la vampira iba elegante y últimamente se estaba vistiendo de negro , un vestido negro que se confundía con la capa de bruja que siempre usaba.

Había recibido la nota de donde seria la clase y al parecer estaba compartida con otra materia , solo sabía que la clase será una exposición de un museo en stonhenge y luego de tener sus libros se dispone a salir de la mansión y tocar el traslador que le había enviado y llega justo a tiempo a tocarlo porque nota como el traslador iba perdiendo su brillo, al tocarlo nota instantáneamente como todo a su alrededor empieza dar vueltas y de repente caer de golpe en suelo , como odiaba ese medio transporte , la vampira prefería siempre y toda la vida una escoba voladora.

La vampira se levanta enseguida y sacude el polvo que le había quedado en el vestido , puede notar ya que se encontraba otra personas que debía ser la alumna de la otra materia y podía ver a los profesores y tenia curiosidad de que trataría la historia de la magia en esta ocasión

- Espero no haber llegado tarde a la clase

[Apolo Granger]

— Debí haber dormido mas...

Faltaba un minuto para las 11 de la noche. Se encontraba en pleno patio de la Universidad, con la mano sujeta a una botella de agua e intentando hacer tiempo. La botella se iba a activar en cualquier momento en un traslador, así que Apolo había aprovechado los segundos extras para checkear que todo estuviera en orden con su atuendo: llevaba el pelo azul cubierto con un gorro, y aunque llevaba jeans oscuros y camisa blanca, casi no se notaban por la chaqueta negra que tenia encima. En la mochila que colgaba de su hombro, llevaba su varita mágica, un envase metálico vació y un cuaderno con algunas notas sueltas.

Aguantando un bostezo, sintió el tirón de la botella de agua, pero se había sentido preparado. Al momento siguiente apareció justo detrás de una chica de cabello marrón, y sintió como alguien caía al suelo. Se afirmo de lo primero que pudo para evitar seguirla, y su mano termino apoyada en algo pegajoso y metálico. No veía nada, pero donde fuera que estuvieran parecía que fuera bajo tierra, ya que el sonido de automóviles pasando se escuchaba sobre ellos. Asustado (y algo asqueado) intento acomodar su vista a la oscuridad.

— ¿Buenas noches...? — alcanzó a decir intentando ubicarse.

Se sintió aliviado de escuchar a la joven frente a el señalar que también buscaba la clase: por un momento pensó que el traslador se había estropeado. De cualquier forma no parecía el mejor lugar para enseñar algo; el lugar estaba oscuro y el olor lo había obligado a respirar por la boca. No se atrevía a moverse de donde se encontraba por miedo a chocar con alguien, pero alcanzaba a vislumbrar ligeras siluetas de personas delante de él.

 

— Mi nombre es Apolo — soltó cuando una voz femenina encabezando la fila pidió que se identificaran. — Vengo por Runas Anti... ¡¡AH!!¡CON UN DEMONIO!

Maldijo con mas fuerza de la que debía, alcanzándose a sujetar de la chica que tenia frente a él. Un paso en falso y un ligero splash de su botella de agua le hizo darse cuenta de donde estaban: Era una especie de acueducto, y le falto un pelo para terminar cayendo en el canal de agua estancada que corría junto a ellos. Sintió un tirón de regreso con mas fuerza de la que hubiese imaginado, pero agradeció volver a apoyarse en la pared, por muy asquerosa que estuviese.

Saco su varita mágica e intento limpiarse donde el agua lo había salpicado y sus manos, aprovechando de arreglar donde había ensuciado a una de sus compañeras al sujetarse. No se atrevía a encender su varita hasta ver que alguien mas lo hiciera.

— ¿Por que estamos aquí?

@Orión Yaxley @@Nathaniel Malfoy @@Athena Rouvás @

[Orión Yaxley]

 

Orión clavó la mirada en Nathaniel cuando este pronunció su última razón. Era el hermano que Fernando, su padre, nunca le pudo dar. Le dio un pequeño golpe en el brazo, justo cuando escuchó a los alumnos aparecer.

Primero lo primero, era obvio que se estaban quejando de las condiciones insalubres del lugar. A decir verdad, él tampoco tenía la clase demasiado preparada y sólo se disponía a coordinar los conocimientos a medida que usaba las runas para llegar ante las tablas. A diferencia de sus clases anteriores tendría que ponerse a la altura de la situación y apelar a una diferente pedagogía. Carraspeó y realizó un ademán hacia los recién aparecidos.

- ¡Bienvenidos a una nueva y apasionante clase sobre Historia de la Magia y Runas Antiguas! Él es Nathaniel y yo Orión, sus profesores en esta peculiar noche.

Tomó un poco de silencio y con una floritura, hizo que la única flama que iluminaba el lugar brillara con más intensidad.

- Lo que haremos hoy, roza los parámetros morales. Pero tranquilos, nadie saldrá herido, ni magos, ni muggles. Resulta que estamos debajo de un importante museo británico, que está inaugurando unas tablas con escritos rúnicos de importante contenido académico.

Sacó de su bolsillo dos paquetes pequeños, envueltos con papel madera. Dentro, encontrarían una bolsita que a su vez, cargaba dos sets de runas. Se los lanzó tanto a Athena como a Apolo. No estaba tan presente como para darse cuenta que sus dos alumnos portaban nombres de la mitología griega. Sino, hubiese indagado un poco en sus historias. Por el momento, en esa clase no tendrían la oportunidad de armarlas, así que tendrían que partir desde otro punto.

- La idea es poder llegar a esas tablas, sin ser detectados y con la ayuda de las runas. Eso quiere decir que iremos aprendiendo en base al transcurso. El paquete que les entregué es un pequeño set de runas para que puedan usar. Les recomiendo que se construyan ustedes.

Apuntó la varita al techo y luego de murmurar algún encantamiento, una escalera se desprendió, bajando con cierta celeridad hasta los pies del Mago Oscuro. Estas escaleras llevaban al sótano del lugar, donde se encontraban las piezas de arte que se conservaban en ambientes con propiedades específicas. Orión sabía más o menos donde estaba parado, pero no lo que se iba a encontrar. Sacó de su otro bolsillo su propio set de runas. Sacudió un par de veces la bolsa y metió la mano. Cerró los ojos y las lanzó sobre un paño blanco que flotaba, el cual se había colocado mientras se preparaba para la consulta.

- ¡Oh! Tenemos al poder y movimiento cercanos, con una equidistancia a la runa de la finanza.

Levantó la mirada hacia sus alumnos.

- Quiere decir que hay guardias en trayectos diferentes en un espacio con objetos de gran valor financiero. Lo que acabo de hacer es una consulta. Deben meter la mano en sus bolsiltas de runas y preparar una pregunta, luego lanzar un puñado sobre cualquier superficie. Luego, interpretar las runas en tanto sea su significado-concepto y cercanía con el resto. Si tienen dudas, pregunten. Me gustaría que cada uno de ustedes realice una pregunta, me nombre las runas que le salieron, cómo interpretaron y bueno, realizar la acción recomendada para aturdir los guardias del lugar.

[Apolo Granger]

Pestañeo rápidamente, acomodando la vista a la nueva fuente de luz que inundaba el lugar. El lugar en el que estaban definitivamente no se favorecía de mas iluminación y... ¿era eso una rata? Le hubiera sorprendido que sus dos compañeras no se hubieran sentido aunque fuera un poco incomodas, y mientras escuchaba al profesor Orión dirigirse a ellos, Apolo no pudo evitar echarle un vistazo a todos los presentes desde su posición al final de la fila que se había formado.

Sabia que las clases de conocimientos se compartían con otro grupo de vez en cuando, pero era la primera vez que participaba de una clase en conjunto. Recibiendo una de las bolsitas que Orion arrojo (con algo de dificultad) comprendió que la chica frente a él debía estudiar Historia de la Magia, lo que dejaba a la que encabezaba la fila como su compañero. ¿Pero iban a tener que separarse? No terminaba de quedarle claro por que estaban debajo del museo y a que se refería con “parámetros morales”.

Le hecho un vistazo al interior de la bolsa, sacando una pequeña runa para examinarla de cerca. Era un reloj de arena... Apolo sabia su nombre, pero le estaba costando recordarlo: Habia intentado leer para recordar lo que sabia pero a lo mas el usaba 3 o 4 runas de todas las que existían. Volvió a guardarla y colgó la bolsita a su cinturón, guardando de paso su varita en el bolsillo lateral. Sus profesores fueron los primeros en subir, y tuvo que esperar a que sus dos compañeras hicieran lo mismo antes de usar la escalera. Ya saben, las damas primero... aunque no quería que pensaran que las estaba espiando. Por que... bueno, da igual.

— Voy a suponer que no deberíamos estar aquí... — susurró mas para si mismo, cerrando la comitiva y observando alrededor las piezas y sus diferentes protecciones.

Agrupados nuevamente en uno de los niveles inferiores del museo, y luego de ver como Orion leía las runas, Apolo no pudo evitar entrecerrar los ojos y estuvo claro que su expresión delato que no entendía nada. Aunque las instrucciones parecían sencillas, estaba claro que era mas fácil seguirlas que entenderlas. Se notaba que era un experto, por que él ni en broma podría haber deducido eso solo viéndolas. Viendo que el resto se preparaba para hacer lo suyo, dio unos pasos hacia atrás.

Separado un poco del resto, metió la mano en la bolsita y agarro un puñado grande de runas, tratando de abarcar las que mas pudo. Se pregunto mentalmente que pasaría si un guardia los descubría allí a todos reunidos, y luego pensó que eso era una buena pregunta para hacerle a las runas. Jamas las había usado así antes, y no podía evitar sentirse algo tonto, pero hizo lo que le pedían. Fue soltando las runas de a poco hasta que quedo con un numero mas considerable y las arrojo sintiéndose algo tonto.

— ¡Ah! Casi lo olvido... — musitó sacando un ejemplar del Silabario de Runas de su mochila, echándole un vistazo al suelo.

Algunas runas habían caído dadas vuelta. Eso no era tan difícil de interpretar: “Nosotras no contamos”, lo que dejaba solo 4 runas para ser interpretada. Una era... un diamante. La otra era el símbolo del Bluetooth o algo así. La otra era Laguz, sonrió un poco cuando la vio. Y la otra era Eiwaz o Sazwas o algo así, aunque no estaba seguro. Pero no costaba nada echarle un vistazo al libro. Y si, solo una de cuatro. Hojeando un poco se percato de que al parecer dependía de en que lado caía. Desde su posición, una de las runas estaba al revés, y las otras eran simétricas así que daba igual. Dioses que complicado era esto.

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Hojeando de cuando en cuando el libro, tuvo que esperar a que Orion terminara de hablar con su compañera (tenia que preguntarle su nombre en algún punto) antes de que se dirigiese a él. No estaba para nada seguro de lo que estaba haciendo, ni que hubiese resultado su tirada de runas en primer lugar, pero sentía que tampoco estaba tan perdido. Ademas, casi todo era muy subjetivo cuando se trataba de adivinar. Ahora, hacer la tarea bien al primer intento parecía mucho pedir.

— ¡Hola! Ehh... — ¿Que era lo que iba a decir? — Pre-pregunte que pasaría si los guardias nos descubren, ya sabe, en el peor de los casos. Las runas que me aparecen son Laguz, Hagalaz, Othila en posición invertida, e Ingwaz. — No podía asegurar que las hubiese pronunciado correctamente. — Laguz representa las buenas ideas y ser positivo, ¿así que quizá no nos encontremos con ningún guardia? O tal vez si... Hagalaz representa sucesos imprevistos malos, pero... pero también la calma después de la tormenta. Así que aunque nos encontremos con guardias, todo terminara para bien.

No estaba para nada seguro de lo que estaba diciendo.

— Othila habla de un lugar físico, y sobre las herencias, así que pensé que por estar invertida se estaba refiriendo al museo, y la ultima... Ingwaz, también habla sobre cumplir los objetivos, y estar confiado. Pero también habla sobre cosas buenas. Y Laguz también hablaba sobre cosas buenas... entonces...

Le estaba costando un mundo poder decir lo que se le había ocurrido.

— Creo que lo que las runas tratan de decir es que no deberíamos aturdir a los guardias. Dejarlos inconscientes no suena muy... ¿loable? Solo están haciendo su trabajo... y mi intuición me dice que si tratamos con uno terminaremos tratando con todos, y creo que no es la idea. — Respiro hondo — Hay algo que me llama la atención... Laguz es la runa del agua, y es en la primera en la que me fijo siempre. Así que pensé que tendría que ser mas importante que las demás. Y... — ¿¡Estaba hablando demasiado?! — El agua también representa el reflejo, y un reflejo es solo eso... no es algo real.

No, no estaba llegando al grano.

— Cre-creo si nos disfrazamos o nos ocultamos, pasaremos desapercibidos. — soltó intentando parecer mas confiado de lo que estaba. — Podemos desilusionarnos o disfrazarnos de guardias. O... quizá alguna otra solución mas pacifica, una que no incluya atacar guardias.

[Athena Rouvas]

—Eh... ya.

 

En realidad Athena no llegó a comprender ni media palabra de lo que dijo Orión, mucho menos de lo que mencionó después Apolo. Las Runas le sabían a chino, ilegibles. Se trató de repetir el discurso mentalmente pero solo consiguió confundirse más de lo que ya estaba.

 

Parte de lo que la llevó a tomar esa clase fue algo así: En un caso del trabajo (Cuartel de Aurores) se vio algo implicado por Runas Antiguas, y tuvo que dejarselo a sus compañeras de trabajo para que lo resolvieran, bueno, las que tenían el curso aprobado. Por eso se decidió por esta clase, para poder complementarlo con la jornada liberal y ampliar sus posibilidades. Pero hasta ahora era poco lo que comprendía.

 

— ¿Sabe profesor? Creo que a mi tendrá que explicarme un poco con manzanitas. De partida apenas entiendo el concepto de una runa o de lo que hace. Segundo, ¿funcionan con preguntas y apareciendo al azar? Es algo así como el tarot ¿no? Bien, jamás he descifrado una Runa —Se sinceró sin ninguna pena. — Y digamos que tampoco tengo ese librito que tiene mi compañero. — Haciendo alusión a la forma en que Apolo había descifrado su enigma.

 

Tal vez, a primera vista, se hubiese interpretado que ella tenía algún tipo de conocimiento básico pues su nombre invitaba a relacionarla con la una Grecia más antiguas pero nunca antes en su vida tuvo contacto directo con las Runas, a ella siempre se le comunicó todo en un ámbito actual.

 

Estaba tan concentrada y también preocupada con el tema que dejó en el olvido lo raro que se veía meterse a un museo, seguramente lleno de muggles, para conseguir unas tablas de quien sabe de que año. ¿No era eso ilegal? ¿Sortear guardias? Apolo hablaba de no atacarlos cuando se presentaran, en primer lugar por qué ellos los atacarían. Estaba divagando demasiado, tal vez solo comprendió mal la dinámica. Metió la mano en su bolsita pensando en la primera pregunta, "¿estamos haciendo algo ilicito?". Fue insconciente, no llegó a tirar el puño todavía pero era su cuestión.

 

—A estas horas deberían haber más muggles en esta exhibición. ¿No sería sospechoso para ellos que también lleguemos mirando las tablas. —No quería mal pensar.

[Orión Yaxley]

Orión sonrió cuando entendió hacia donde iba Apolo con su lectura de las runas. Inteligente. Sabía qué significaba desde un primer momento sin la necesidad de explicarle la comunicación conceptual entre cada runa. Disfrazarse como miembros destacados de la sociedad era, después de todo, la salida más coherente frente a la situación. Capaz una mentira por ahí podía justificar la presencia del contingente en el subsuelo.

 

El sótano del museo constaba de varias salas especiales para el cuidado mismo de las obras guardadas. Lo principal, era llegar a un terreno cómodo, o neutral. Tras las escaleras, se encontraba el túnel que conectaban las cloacas con el edificio central y una puertilla que los llevaba a la sala de máquinas que mantenía todo en funcionamiento. Se separaron de su primo y su alumna. Él manejaría las cosas de otro modo. Finalmente, se detuvieron frente a una caldera que les otorgaba una iluminación tenue.

 

- Me parece una excelente idea Apolo –dijo el mortífago mientras sacaba su varita y cambiaba su atuendo con una floritura.

 

Con una bruma que lo rodeó, las prendas que antes llevaba se cambiaron a un traje azabache, con una camisa clara y una corbata azul oscuro. Finalmente, un par de zapatos relucientes. Nada extravagante.

 

Aproevecharía el tiempo que sus alumnos tomarían para el cambio para ampliar un poco en los concomientos de runas. Esperaba que Athena pudiera practicar. Casi se golpea la frente cuando se dio cuenta que no llevaba su diccionario de Runas en la mano.

 

- Disculpen por la impulsiva lección reciente. Quería salir de esa situación lo antes posible.

 

Volvió a sacar su bolsita de runas.

 

- La magia de las runas es una de las más antiguas que siguen presentes de alguna manera u otra en nuestro cotidiano. Se trata de 24 piezas, con la posibilidad de 25 si agregas la runa vacía, que están cargadas de magia. Cada una de ellas representa una runa, que a su vez, plasman un concepto. Por ejemplo, en la tirada que Apolo acaba de hacer, vimos que salió Laguz, de las buenas ideas, como también Hagalaz, de los giros negativos.

 

Sacó un par de ellas, que brillaban con delicadeza ante la dominante naranja.

 

- Nosotros utilizamos el lenguaje Elder Fulthark y las runas tienen tres funciones principales. La primera, es de lenguaje. En las tablas que veremos se utilizaron en forma comunicativa. Ahora, la segunda está relacionada, porque como las runas están cargadas de magia performativa, es decir, la propia letra-palabra representa concepto, estas sirven para la escritura de hechizos y encantamientos que concentran su poder en la propia pronunciación. Es como cuando uno dice “yo soy” y es, “es” así mismo, por su propia afirmación. La última, es el de la consulta. No es un tipo de adivinación, sino más bien comunicación con las probabilidades.

 

Finalmente guardó la bolsita y comenzó a buscar la puerta que los llevaría al pasillo donde estaban los guardias.

 

- Para la consulta, se tiene que tener en cuenta el contexto. Generalmente se la utiliza cuando el lector se encuentra en conflicto de decisiones. Depende de la consulta, es la tirada. Hay algunas que requieren solo dos runas, otras cinco. Eso tiene que ver con cómo el lector de runas se sienta cómodo. Antes de la misma tirada se debe tener en cuenta las pequeñas reglas autoimpuestas, como si tomar en cuenta las runas invertidas, o la relación espacial entre ellas. Las que caen juntas pueden tener más relación, que las separadas. Depende del lector. Finalmente, el concepto de cada una pueden buscarlo en cualquier diccionario de runas.

 

Clack se escuchó y un chillido que se camufló entre los ruidos estrambóticos que soltaban las máquinas. El aire pesado de la misma sala de máquinas fue retrocediendo. Estaba frente a ellos el largo pasillo con guardias que los llevaría a la gran exposición.

 

- Bien, es su turno.

[Athena Rouvas]

Tomó nota mental de todo lo que estaba escuchando, aunque a decir verdad le resultaba un poco complicado, casi le sonaba a que le estaban hablando en chino. Lo más probable es que solo comprendiera bien los conceptos al ponerlos en práctica, como sucedía con muchas otras cosas que a veces intentaba aprender. Seguramente iba a fallar en los primeros intentos pero eso no la desanimó, al contrario, haría que se esforzara más para concluir de buena manera la bendita clase.

 

—En el fondo todo es comunicación, transmitir algo y llegar a comprenderlo ¿no? —Esa era como la idea central. —Bien, entonces lo intentaré de la manera en que hizo el joven. —Señaló a Apolo terciando la cabeza hacia su posición. —Ehm... ¿crees que puedas prestarme tu libro? No sabía que necesitaría uno para la clase, y eso que tengo uno a mano en casa.

 

Pero no esperó a que el chico le diera una total respuesta afirmativa, solo lo vio medio asentir e inmediatamente tomó el libro de sus manos. Tampoco iba a quedárselo, era solo por la ocasión, y eran compañeros, tendrían que resolver el asunto juntos. Le dio una rápida hojeada al libro para hacerse una idea de con qué se podía topar. Con cada hoja que avanzaba sentía que comprendía menos.

 

Bueno, ahí iba.

 

Metió la mano en su bolsita con runas mientras se preguntaba si habría algún camino seguro que seguir para alcanzar su destino, porque para salir de allí tendrían que volver sobre sus pies, o eso creía. Tomó lo que su mano le permitió (cinco) y luego las arrojó al suelo como si fuesen un par de dados en algún tablero. Dos cayeron boca abajo, y las restantes boca arriba pero mirando en distintas direcciones, si entendió bien, eso no era coincidencia.

 

—Kenaz... —Dijo mientras corroboraba en el silabario la runa. —El fuego, representa la antorcha ¿Tal vez sea algo oscuro? O puede ser algo secreto. Ehwaz, el movimiento y Algiz... De acuerdo.

 

Guardó silencio mientras intentaba encontrar una conexión a esas tres runas. Era más difícil de lo esperado.

 

—Pregunté por si existe algún camino seguro para llegar a donde deseamos. Algiz me confirma que existe protección y a caído mirando hacia el sur, creo que esa puede ser la dirección que tomemos. Kenaz, el fuego... la antorcha. No creo que sea literal a llevar una o la varita en la mano, pero me parece que es para esclarecer que efectivamente ese camino nos guiará con éxito, con claridad, además está Ehwaz si nos movemos alcanzaremos el objetivo.

 

Quizás se lo estaba tomando demasiado literal pero tenía claro que no iba a ser una condenada experta con apenas una lectura de runas en la vida.