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Libro de la Sangre 15


Hades Ragnarok
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Había sufrido un atentado y casi habían logrado lo que se proponían, pero como decían por allí…”hierba mala nunca muere”, claro estaba, él había muerto una y otra vez desde el inicio de sus días, de formas muy dolorosas o simplemente tranquilas, ahora, se encontraba allí esperando que comenzara aquella odisea otra vez, claro estaba, no lo tomarían de nuevo con la guardia baja. Maldijo por lo bajo. No volvería a cometer aquel error.

 

“Respiró” profundamente mientras el vital gas para algunos pasaba por sus pulmones inertes. Podía sentir la ponzoña en su boca y el viento golpear su nívea faz. Ladeo la cabeza de manera casi imperceptible. Abrió los ojos. El lugar no había cambiado nada, aquel parecía un edificio normal y quizás por fuera lo era, pero adentro, entre todas aquellas paredes y pasadizos secretos la sangre se había derramado casi en todas las habitaciones. Aquella vieja mansión les invitaba a entrar, pero no los dejaría salir, o al menos no tan fácilmente,

 

Mantuvo la varita entre sus níveos dedos y murmuro algunas palabras que ni se podían entender, para terminar en una especie de susurro.

 

Segundos después aquella verja se abrió y el cainita comenzó a caminar lentamente para llegar hasta la puerta de roble cruzando aquel extraño jardín lleno de estatuas y fuentes. Se detuvo y coloco la mano en la aldaba y justo en ese momento escucho el sonido de apariciones tras de él. Puso los ojos en blanco y fastidiado se volteo para observar atentamente a aquellos alumnos que osaban penetrar en uno de los conocimientos más oscuros, por no decir, el libro que era puramente magia oscura.

 

Los estudio con la mirada intentando adivinar cual se ellos sobreviviría, cual saldría corriendo o simplemente seria carroña para las bestias hambrientas del lugar-

 

 

@@Patrick Colt

@@Keaton Ravenclaw

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Editado por Niko Uzumaki

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Aparecía con la mirada baja y mi rostro cubierto por mi cabellera, en mi mano derecha se encontraba mi varita y en la izquierda una daga, la cual se encontraba goteando algunas gotas de sangre y con ello dejaba un pequeño rastro.

 

-Disculpen la demora.

 

Musite y caminaba en dirección al tutor y quizás a donde se encontraba mis posibles compañeros, lo curioso es que para ese momento no había notado a nadie, aunque no podía negar que esa sensación me agradaba, algo me hacía alertar y era mi anillo que me alertaba de un gran peligro.

 

-Perdón, quise decir disculpe mi demora.

 

Hice énfasis que en ese lugar por el momento solo estaba con mi tutor del libro de la sangre, lentamente pase mi daga ensangrentada por mi boca, dado que tenía la intención de limpiar la sangre con mi lengua. Al momento de poseerla cerca, realizo aquella intencionalidad que poseía, sintiendo el filo del metal con mi lengua, cuando la termine baje y curiosamente apunte al profesor.

 

-Según comprendo existe una magia de relación con este instrumento, me pudiera indicar si es verdad que si me causó una herida esta es producida en mi adversario.

 

@@Hades Ragnarok

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El vampiro observo a Demian atentamente. Escucho sus palabras mientras lo estudiaba pensando en lo que podría decirle tras aquella demora, aunque claro estaba, parecía que los otros no llegarían o llegarían mucho después. Bufo por lo bajo, obviamente él no los iba a esperar y seria decisión del alumno si quedarse allí parado como una inútil estatua o simplemente aceptar el reto y afrontar los desconocido y lo oscuro de aquel libro.

 

-Digamos que llegaste justo a tiempo para lo que podría ser tu última aventura –comento en tono serio- espero no le temas a la sangre ya que este libro no es un juego, en el está encerrada una de las magias más oscuras de las que podrías estudiar, así que si tienes miedo o decides que es suficiente es tu problema y puedes retirarte cuando quieras -lo miró a los ojos- si estás aquí es porque sencillamente conoces lo suficiente para sobrevivir –comento.

 

Se volteó y el Ragnarok obligo a aquella puerta a abrirse pero antes de adentrarse en la oscuridad escuchó aquella pregunta. No se volteo apara responder, sin embargo, el tono y la respuesta que el cainita estaba por dar daba a entender la importancia de aquella pregunta ya que muchos preferían cometer errores por no preguntar y aprender por las malas cuando la vida se les iba en ello, en cambio Demian había actuado bien y había sacado aquella duda.

 

-Es verdad lo que dices, recuerda que la sangre es importante y muy poderosa para algunos ritos, por eso este libro es tan oscuro –comento el Ragnarok- un corte con la daga –movió la mano y en un segundo aquella arma se encontraba entre sus níveos dedos- puede trascender a tu rival, solo tienes que estar seguro de lo que deseas hacer o como la vas a utilizar –dijo sin más.

 

Luego de aquello el cainita dio unos cuantos pasos y recorrió con la mirada aquel hall de entrada, todo parecía en desuso, el mobiliario estaba cubierto con sabanas blancas y el suelo estaba lleno de polvo, aunque claro estaba, los ojos de aquellos cuadros parecían posicionarse en los del Ragnarok y cada vez que este se movía estos parecían seguirle.

 

Ladeo la cabeza mientras movía la varita y en al chimenea aparecía el fuego que iluminaba aquella tétrica habitación. Un extraño movimiento en las sombras alertó al Ragnarok, le pareció extraño y mantuvo tanto la daga como la varita entre sus dedos, al parecer no estaban solos y en aquella oscuridad los estaba esperando algún tipo de sorpresa.

 

-Supongo que la paz y tranquilidad se acabara de un momento a otro –murmuro mientras a su encuentro salían algunos cuerpos con llagas y ensangrentados para destrozarles el pecho con sus filosos dedos.

 

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“¿Qué predestinación tendré con los vampiros?” Pensé y observa al instructor. “En verdad menuda embrollo me he metido.” Aceptaba con la cabeza, mientras que me encontraba hablando con migo mismo. “Espero que el mismo no sea tan seductor como mi esposo, aunque sería interesante verle pelear y que este debelara su lado oscuro, dado que a pesar que sea un nigromante no es tan agresivo como me imaginaba, a no ser que no conozca esas facetas de él, al menos no todavía.” Allí me queda como una estatua, sin decir nada, incluso le desvié la mirada, para así pasar como una dulce paloma. “Será mejor que responda.”

 

-Immolo oppugnare

 

Y procedía a cortarme el cuello provocando de inmediato un flujo rojo por mi cuerpo, lo mismo le sucedió a uno de los cuerpos llagados que por allí aparecían, quizás no era la mejor forma de hacerlo, pero no me importaba, dado que por mi mente pasaba una simple palabra “Curación”, por lo que mi sangre se detuvo. En ello espero que ese acto detuviera a esos cuerpos, en verdad no me importaba si eran aliados o no, dado que igual era algo repugnante de ver.

 

-Supongo que la intención era emerger la sangre.

 

En ese momento apunte mi varita a esos cuerpos restante, me preguntaba que podría usar para detenerlos, en verdad era algo difícil, dado que no sabía a cuantos cuerpos me estaba enfrentando, pero evocaba la palabra de mi tutor sobre que este libro era de las artes oscuras, por lo que no me fue mala idea usar la misma. Igual, suponía que el mismo pertenecía a mis ideales y al no existir nadie más, porque no usar ese hechizo.

 

-Vitae

 

Dándole así vida una biblioteca de gran tamaño, a la que le salieron unos orbes infernales de can agresivo, dos de lobo y unas garras. La medida de esta era de cuatro metros de ancho y dos y medio de largo, de mármol, con libros oscuros en su ser. Al emerger de la sabana, se dirige contra aquellos cuerpos llagados, su intención era clara y era de aniquilarlos, para mí me era indiferente si eran mis posibles compañeros de clase, dado que igual, ya uno había aniquilado o tenía la intención de hacerlo.

 

-Tenía curiosidad sobre la marca de sangre. Me pregunto, si debo tocarlo o es suficiente que le lance flechas o simplemente el impacto producido por mi daga, no sé, con esa herida que antes me había causado.

 

@@Hades Ragnarok

Editado por Demian Malfoy

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El Libro de la Sangre...

 

La verdad es que no entendía porqué al ser un vampiro aquel libro me causaba taan poco interés como a Dudley Dursley las dietas, sin embargo era así. Sentía que la Sangre era algo mucho más que solo utilizarla para causarme daño a mí y a alguien más, no entendía la funcionalidad de aquellos saberes de aquel libro rojo, porque bien era, a mí parecer, mucho más útil lanzar una maldición asesina que cortarme yo la yugular, por ejemplo, y con esto matarme yo y a otra persona, además estaba el hecho de que había que "tocar" a la persona, qué asco, ¿qué tal me tocaba interactuar con un Sangre Sucia o un Traidor a la Sangre?

 

Sin embargo, era un requisito para poder obtener el libros del Druida y el de las Auras que tanto anciaba conocer sus secretos. Debía tener cuidado de que el profesor Ragnarok no se enterara de mis forma de pensar, porque seguro la tomaba contra mi por menospreciar la magia de aquel libro, pero... ¡es que por Voldy! Había magia más eficaz. Pero debía alejar esos pensamientos de mi cabeza, porque si los mantenía me iba a desempeñar tan bien en la clase como lo hacía Neville Longbottom en la clase del difunto Severus Snape.

 

Me aparecí de lleno en las afueras de aquella edificación en ruinas, donde según entendía iba a llevarse a cabo la cátedra. <<Vaya lugar tan idóneo para la clase>> pensé con sarcasmo. Mi desavenencia con el Libro aquel era tal que iba a criticarlo todo mentalmente a menos que hayara alguna utilidad en los conocimientos que éste transmitía. Agité la cabeza de lado a lado para alejar esos pensamientos y me acomodé la negra capa que cubría mi espalda y mi torso y me enfilé hacia la entrada del Castillo.

 

Cuando estuve lo bastante cerca pude detectar el aroma de un demonio y el de un vampiro. Sabía de antemano que el vampiro era Hades, pero... ¿y el demonio? Detestaba a los miembros de aquella raza, eran detestables, y con la única que me había llevado medianamente bien, ahora ya descansaba en paz con su padre Lucifer en el infierno, si, Lyra Katara. De ahí en fuera me parecían el resto odiosos, arrogantes y hábidos de atención. Ni hablar, tendría que aguantarlo. Entré entonces al rellano justo en el momento en el que Hades decía...

 

—Es verdad lo que dices, recuerda que la sangre es importante y muy poderosa para algunos ritos, por eso este libro es tan oscuro —Comento el Ragnarok —Un corte con la daga –Dijo moviendo la mano y aquella arma se encontraba entre dedos —Puede trascender a tu rival, solo tienes que estar seguro de lo que deseas hacer o como la vas a utilizar —Finalizó.

 

—Veremos si es tan magnífico como sonó eso —Dije en voz queda inaudible para el vampiro y el demonio, a este último lo fulminé con la mira —Disculpen la demora, Keaton Ravenclaw, un gusto —Dije justo después de que Hades mencionara que la paz se acabaría pronto y de qué el demonio realizará sus unos cuantos hechizos —Te recomiendo que cuides tu sangre, pues aunque aborrezco a los demonios, he de admitir que su sangre me vuelve loco —Añadí y me coloqué a la diestra del Ragnarok.

 

Mis otbes rojizos, producto de la caza nocturna del día anterior, recorrieron el lugar. Todo estaba en completa decadencia. Lo gracioso fue que me pareció acogedor por la gran cantidad de misterios que aquello significaba. Sonreí y esperé la clase siguiera su curso.

 

@ @@Hades Ragnarok

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“¿Quién demonios es este sujeto?” Clave la mirada en @@Keaton Ravenclaw, al momento que comenzaba a formular unas ideas en mi mente. “Además es inútil y no ha notado los sujetos llagados, al menos mi hechizo de las artes oscuras lo ha detenido, pero no puedo negar que su consejo me pudiera ser de utilidad.” Le desvié la mirada y lo enfoque a esas cosas que comenzaba atacar a mi creatura tenebrosa. “Supongo que este es un juego y no sería mala idea poner a funcionar la marca de sangre.” En ello me intente acercar al Ravenclaw y le extendía mi mano con la intención de tocarlo.

 

-Demian Malfoy.- Vocifere y le clave la mirada. –Al parecer no tenía el placer en conocerte- Insinué y baje la mirada bruscamente. “¿Acaso no piensa saludarme? En verdad esta raza de malditos seres que me ha tocado compartir la clase se pone más insolente cada día, antes era un mortal y ahora entre inmortales parece que soy la única escoria que proviene del infierno.” Fruncí el ceño y cerré los parpados. –Al parecer soy algo torpe.- Le comentaba a mi compañero de clase con la intención de tropezarlo, curiosamente había notado que el mismo no había activado su daga, por lo que desee aprovechar la ocasión. –En verdad soy muy torpe. – Me aleje un poco y observe con cuidado a @@Hades Ragnarok que sin duda alguna adivinaría mis oscuras intenciones.

 

Mi daga proclamaba algo de sangre, quizás mi cuerpo comenzaba a jugar y anhelaba algo más, pero no estaba seguro de lo que era, dado que aquellos hombres no me atraían, no obstante a veces le miraba y en otras ocasiones a esos cuerpos. En verdad cuestionaba los impulsos de ese compañero de clase que había llegado tarde, bueno en realidad le había dado chance de verme actuar y me cuestione un poco. “¿Acaso me va delatar contra el Ministerio de Magia, supongo que como mi anterior jefa puedo atribuir que es un hechizo que se enseña en la Universidad, o simplemente matarle.” Dibuje una sonrisa en el rostro. “Si eso es posible, igual ando en clase de libro de la sangre, supongo que al final alguien debe derramar su sangre.”

 

En ese momento desee ayudar a mi creatura. –Sectusempra.- Y rápidamente un rayo se desprendió de la punta de mi objeto mágico viajando a gran velocidad y transformándose una serpiente, al poco tiempo es posible que impactara en esos cuerpos llagados. Y al poco tiempo pronuncie otro encantamiento. –Petrificus Totalus.- A diferencia de mi primera maldición, esta se transformó un ave y al impactar en una de esas creaturas no le causo severas heridas, sino en su lugar la petrifico. Algo de eso me estaba causado diversión, apuntar y lanzar rayos, no era gran arte, pero al menos andaba matando el tiempo, solo esperaba que esos cuerpos no fueran de utilidad.

 

-Ravenclaw ¿Acaso no te animaras a jugar con los cuerpos llagados? Supongo que si estamos en clase ritual, sería interesante ver algo de sangre y a ver que resulta de tu estado, dado que si te altera ver mi sangre, puedo intuir que es un vampiro.- En ese instante poseía la mirada baja. –Así, que supongo que los charcos de sangre en el suelo te debe encantar, quizás desees algo más fresco, pero deberás antes conseguirlo y te aseguro que no soy presa fácil. Aunque, si deseas te puedo ayudar con esos cuerpos de esos mortales.- Solté una carcajada. –Vamos a ver tu estado de frenesí, en verdad me agrada ver a tu raza de putrefactos cadáveres.- Algo irónico si lo pienso, pero qué más da. –Anhelar la sangre y más aún desearla con una sed inagotable, vamos, te he dado un festín con esos cuerpos, devorarlos como una alimaña parasita que eres.

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La noche se abría como un libro para recibir a sus lectores convertidos en asesinos. Vetado de sangre en forma de estrellas que se regaba cómplice por todo el cielo.

 

Al mortífago no le costó nada ponerse en pie, seguido de sus elfos que lo custodiaron hasta que tomara su varita y en medio de las tinieblas desapareciera sin rumbo definido.

 

Pero era ahí, en los terrenos de una mansión con la fachada de completo abandono, era el lugar donde había hecho aparición. Era un paradero desconocido, y aunque su tatuaje empezó a arder, no le prestó atención a sus alrededores en lo absoluto.

 

Ignorado por el Cardenal de la Muerte, el lugar estaba repleto de la presencia de magia negra, magia muy avanzada y que a pesar de todo él era capaz de poseer. Sin ella, fue el autor de sanguinarias masacres y asesinatos seriales alrededor de todo Londres. Las artes tenebrosas no eran poderes que el mortífago ignoraba y a los que nunca rehuía.

 

El espeso de las tinieblas lograba abrigarse junto a la gabardina que vestía. Lo único sobresaliente en medio de la carencia de luz eran sus manos y su rostro que alzaba orgulloso dos faros color oro tras una máscara de titanio, que servía para que el mortífago pudiese observar, examinar y acechar sin sospecha alguna.

 

El profesor del Libro de la Sangre debía ser capaz de enseñarle al Mago Tenebroso todo lo referente a aquel libro sin necesidad de identificarlo. Al fin y al cabo, ambos pertenecían al mismo puñado de ideales.

 

- Rápido - sentenció empuñando su varita contra los presentes que fueron apareciendo posteriormente, uno a uno. Y sonrió.

Ex-Líder de Bandos | Ex-Wizengamot | Ex-Orden de Merlín 1ra Clase
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Cada vez éramos un poco más y quizás sentía algo de alivio cuando llega o habla el asunte demonio y auto proclamado “Cardenal de la Muerte”, pude notar que al igual que el Ravenclaw no realizo algún conjuro, en verdad era posible que me encontraba con dos canes del infierno que solo ladran y no muerden, eso de ser cierto sería un verdadero estorbo y no andaba con la intención de proteger a los inocentes, ni mis ideales o conciencia me lo permitiría para hacerlo, en ello me cuestione si tenía conciencia.

 

-Supongo que estos seres son algo para divertirnos, pero no sé si me termine aburriendo.

 

Hice pausa. Y provocaba que un juego de medias lunas apareciera y se clavaran en unos de esos cuerpos, para cuando por mi mente pasaba la única palabra. “Seccionatus”, en verdad ya estaba a punto de pronunciar la maldición imperdonable o arriesgarme a tocar a unos de esos cuerpos para controlarlo, pero ahora que lo pienso existe una maldición que eso me lo facilitaría.

 

-Estas creaturas siguen apareciendo, supongo que habrá que hacer otra cosa para detenerlas ¿Alguien se le ocurre algo más útil que estar matándolos?- Mire a los presentes y pronuncie. – Engorgio

 

Y con ello provoque que mi creatura tenebrosa incrementara su tamaño tres veces, quizás no sería mucho, pero al menos detendría por más tiempo a esas cosas, pero curiosamente suponía que los efectos de la misma pronto llegaría a su fin, en ese caso, solo seria una barrera y nada más.

 

@@Patrick Colt , @@Keaton Ravenclaw , @@Hades Ragnarok

Editado por Demian Malfoy

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  • 2 semanas más tarde...

-La marca de sangre es simplemente eso, una marca que se produce al tocar de alguna forma a tu adversario por lo que no es necesario nada mas, a menos claro está que lo creas necesario o logres tocar su varita o algo que este en contacto con él –contesto a Demian para darse cuenta de la presencia de Keaton quien se había colocado a su derecha.

 

El vampiro bufo cuando comenzó aquel extraño ataque. Aquel grupo de “bienvenida” solo quería desgarrar a cada uno de aquellos intrusos que osaban pisar aquella mansión maldita, sin embargo, el Ragnarok había sido rápido y como ya había conjurado la daga del sacrificio realizo el corte en un par de aquellos especímenes sangrientos y les ordeno protegerle, por lo que tanto ellos como las demás criaturas que intentaban atacarle se destrozaron mutuamente. Aun que noto al esencia de alguien más, quizás del último alumno que faltaba no le importo mucho ya que debían encargarse de aquel escollo que se les había presentado, luego ya tendría tiempo para alguna otra cosa.

 

Ladeo la cabeza y siguió adelante por el largo pasillo. No se detuvo a ver a sus alumnos, no era niñera y esperaba que si habían llegado hasta allí al menos supieran defenderse.

 

-Bueno, eso ha sido muy fácil –se detuvo y espero algunos segundos esperando que Demian, Keaton y Patrick aparecieran por allí.

 

Observo atentamente lo que le estaba rodeando. Noto como alguno de aquellos cuadros parecían seguirlo a cada centímetro que se movía o si cambiaba de posición. Dibujo una mueca, era obvio que estaban siendo vigilados.

 

Suspiro mientras mantenía la varita en sus manos y la daga en la otra esperando que algo más sucediera, aquello seguramente era el principio de todo. Se encogió de hombros, ya había pasado muchas cosas yd e seguro vendrían muchas más, pero la pregunta importante era… ¿aquellos alumnos comenzarían a practicar la magia del libro entre si o tendrían que aprenderlo por las malas?

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No agregaba nada a la situación que nos encontrábamos, por lo que cuando obtengo la respuesta del instructor del libro bajo la mirada y utilizo el anillo del libro de la fortaleza, volviéndome intangible y caminando tras el Ragnarok. En aquel estado físico le comento a @@Hades Ragnarok

 

-Si estoy en este estado ¿acaso puede ser lastimado si estoy bajo los efectos de la daga? – Medite un poco sobre mi formulación y añado. –Es decir, si me lastimo o que invoca esa magia de sangre se lastima y estamos unidos por ese poder oscuro ¿me causa daño?

 

Era posible que era algo muy bobo ese juramento, pero no estaba de más hacerlo, algo decían que era muy sabio preguntar las preguntas más tontas, dado que lo tonto era no preguntar, ya que uno se quedaba con la duda. Por lo que sí tendría que pasar por un idi*** o un ignorante, que en verdad lo era de esa magia, le formule de nuevo.

 

-respecto al juramento, acaso puedo hacer que se destruya él con una maldición imperdonable o un hechizo muy potente que le cause muy severas heridas. Aunque, ahora que lo pienso no sé si es esa magia denominada juramento o algo así que le roba la voluntad.- Me volví corpóreo. –¿Acaso tiene duda de cómo lo he planteado?

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