Pociones & Runas Antiguas

[Bridget Wenlock]

Por fin había dejado de postergar su siguiente clase de conocimientos y se había anotado para tomar Pociones aquél caluroso mes. Sin embargo y como era propio de ella, se había quedado dormida justamente el día de inicio. Despertó exaltada con los golpecitos que le daba su elfina en uno de sus brazos desnudos que sobresalía de las sábanas. Su vaso de jugó de calabaza de siempre estaba sobre la mesa de noche, ya medio lleno de grumos por el tiempo que llevaba ahí, pero eso no evitó que se lo tomara de dos sorbos.

 

Por fortuna para ella se había duchado la noche anterior, de manera que solo tuvo que tomar uno de sus vestidos floreados del closet que tenía en frente. Se calzó unas zapatillas de cuerina roja y tomando uno de sus grandes bolsos y la varita del peinador, salió a zancadas de su habitación, recordando aquella escena como una típica de todas las veces que debía enfrentarse con el deber. A medio camino de las escaleras recordó que esta no era una de las tradicionales clases en los apartados de la Universidad, así que refunfuñando regresó sobre sus pasos por el largo pasillo del segundo piso del Castillo Black. Bajo el umbral de la puerta de su habitación estaba Pipoca, apoyada sobre su baúl, como si hubiera estado esperando que su dueña se percatara del error.

 

-Le he alistado varias mudas de ropa, ama -chilló la criatura, como orgullosa de su hazaña-. Y todo lo que pueda necesitar.

 

-Gracias, Pipoca -soltó entre dientes la pelirroja, más por compromiso que por sentirlo.

 

De un jalón levantó el pesado baúl y lo arrastró con torpeza por el camino hacia el portón. De la percha que estaba al ingreso tomó un abrigo del mismo color de sus zapatillas, el más parecido que había encontrado a la vestimenta muggle actual, y se lo puso. Guardó su varita en uno de los bolsillos interiores de la prenda, después de hacer un par de hechizos necesarios a su bolso y a su baúl y emprendió su salida hacia los amplios jardines, donde desapareció dejando un brisa de verano tras de ella.

 

Apareció en medio del estacionamiento del Aeropuerto Heathrow de Londres, que había visitado una sola vez con su padre. La clase iba a darse nada más y nada menos que en otro continente, una distancia que la Black nunca había recorrido y que temía recorrer por sus propios medios. A regañadientes había tenido que hacerse cargo de aquella situación con varios días de anticipación, reservando un vuelo a Colombia que no solamente la privaría de su identidad como bruja, si no que la forzaría a permanecer por más de 10 horas junto a un montón de mugrientos muggles.

 

Tomó aire y se acomodó el saco antes de caminar hacia las escaleras mecánicas, intentando aparentar que no escondía nada. Siguió todo el proceso respectivo hasta que por fin habían abordado el avión. Tenía en el bolso un libro de Pociones que había estado hojeando en pre embarque, y para continuar con su tarea en paz, realizó un hechizo aturdidor a los pasajeros que estaban en su fila, de manera que eran sólo un par de bultos inmóviles durante todo el vuelo. Repitió la misma travesía para el vuelo más corto hacia Leticia Amazonas, donde tendría que salir a pie en busca de la cabaña donde la esperaban, a ella y a sus compañeros de clase.

 

Una vez en tierra, salió del aeropuerto con sus cosas y buscó un lugar apartado en medio de los arbustos más frondosos. Allí desapareció rumbo a la inmediaciones de la selva que más cerca podía estar de la cabaña destino. Tenía sobre los hombros el peso de las últimas horas sin dormir y no sentía del todo bien sus extremidades inferiores, a causa de la falta de movimiento. Ya en medio del laberinto de árboles y el sonido de la selva amazónica, inició su caminata, sacando su varita para mantenerse a la defensiva y mirando para todos lados para encontrar la señal de humo y algunas cosas que fueran a serle útiles.

 

-Esto puede servir -se oyó decir más de una media docena de veces, en medio del monólogo que mantuvo las tres horas hasta llegar a la semi destruida pero acogedora cabaña, de la que además de un halo de humo salía un notorio olor al café caliente que los esperaba.

 

En su bolsa de cuero de dragón había guardado cerezas, hojas de menta, semillas de ricino, un par de ramas y hojas que desconocía pero llamaron su atención y los huevos de doxy que encontró en un nido abandonado. Sobre el cuello tenía los cuerpos inertes de dos serpientes, a las que había atravesado con su navaja después de petrifircarlas. La sangre oscura había manchado la parte superior de su vestido, sus cabellos que eran casi del mismo color y parte de la piel blanquecina de su cuello. Aquello le hizo sentir como en los viejos tiempos.

 

Por fin atravesó la puerta que la separaba del calor que generaban los allí presentes. Entró haciendo bastante ruido y después de incorporarse en uno de los sofás libres, dirigió una mirada traviesa a su profesora y al resto de sus compañeros.

 

-Buenas tardes -dijo, estirando sus mejillas en una sonrisa que más parecía una mueca de desprecio.

 

Sobre la mesa más grande vio algunas hierbas que probablemente había recolectado alguno de sus compañeros, así que después de tirar al suelo su baúl y el bolso que colgaba de su hombro entumecido, se adelantó hasta allí para dejar su parte y a los reptiles muertos.

 

-Perfecto. ¿Qué sigue? -inquirió, dando dos pasos hacia atrás y esperando que alguien le indicara donde se servía su café (?. Tenía el rostro cubierto de sudor y el cabello rojo sostenido sobre la nuca en un moño despeinado y bastante húmedo. No estaba tolerando del todo bien las temperaturas de aquel lugar.

[Apolo Granger]

En un destello azul, Apolo apareció frente a la cabaña. Solo logró vislumbrar la selva un momento, antes de que el barro acumulado por la lluvia lo hiciera resbalar de espaldas. El traslador, una pequeña botella vacía, se soltó de su mano con el golpe y desapareció en la espesura de las plantas y lianas que serpenteaban a raz del suelo. Apolo tuvo que aguantarse la sacudida, por que estaba lloviendo a cantaros y en solo unos segundos ya estaba completamente empapado. Calado hasta los huesos se puso de pie, y rodeo la cabaña hasta encontrar la puerta de entrada, en la que se atropelló para entrar con el pelo tapándole la cara.

— Bu-buenos días...

Saludó con la mano al ver que el resto de los alumnos ya se encontraban allí, mucho mas secos que el. Le ponía nervioso tantas miradas sobre él, pero era claro que solo fue la curiosidad del momento por quien había llegado. Viendo como todos se volvían nuevamente a Taurogirl, ingreso al interior y se coloco en una de las esquinas escurriendo algo de agua en el proceso. Viendo que se había mojado complementamente, se dio cuenta de que lo primero era secarse si no quería terminar temblando durante toda la clase. Con un encantamiento de obliteracion empezó a absorber el agua y el barro, aunque el proceso le tomo bastante tiempo por lo complicado que era.

Solo cuando estuvo lo suficientemente presentable dejo su mochila junto a la puerta, y acomodándose el pelo azul se volvió hacia Taurogirl. La joven esperaba frente a una mesa con comida para un ejercito, y Apolo supuso que era para sus estudiantes. ¿Cuantos tenia nuevamente? ¿Treinta? No supo que decir y no estaba seguro si esperaban a mas gente, así que se dedico a observar al resto de los alumnos mientras tanto. Algunos llevaban en sus brazos los ingredientes de pociones que había mencionado en sus instrucciones: Apolo no llevaba ninguno por que uno: el estaba allí como estudiante de Runas Antiguas; y dos: Habia aparecido tan cerca de la cabaña que no había tenido tiempo de adentrarse demasiado en la jungla.

Trato de capturar la mirada de su profesora con un ligero saludo. La verdad aun le costaba dirigirse a Taurogirl de manera informal, y es que había momentos en el que mirándola de reojo podía detectar destellos de una mirada que decía mucho mas de lo que aparentaba. Sin embargo esa no era una de las ocasiones, donde le devolvió la mirada de forma normal algo divertida por la primera impresión que le había dado. Normal claro para la situación en la que se encontraban. Su clase de Pociones slash Runas Antiguas los había sacado a todos del confort de la Universidad y llevado hasta... en medio de la nada al parecer.

Pudo observar por la ventana que a pesar de que hacia solo un momento llovía torrencialmente, retazos de luz aparecían de vez en cuando a través de las nubes. Estaba seguro que para los magos acostumbrados al clima europeo, la temperatura tropical los iba a terminar frustrando. No le hubiese gustado ser un participante mas de esa caminata por la jungla recolectando ingredientes, y trato de hacer una nota mental de agradecerle a Taurogirl por obviarle el viaje a través de la selva. Según iba viendo las caras o la ropa de algunos, no había sido ningún paseo por el parque.

Lo que si, con todo si él apenas podía hacer hielo, mucho menos hervir una poción como los Dioses mandan. Trataría de poner atención: hasta donde sabia Taurogirl era una experta en el arte de pociones por lo que había escuchado en la Universidad. Su intervención allí era meramente para asistir en relación a Runas Antiguas, y le preocupaba un poco la idea de usar runas en una poción si se ponía en plan experimentación. ¿Que tan inestable podía volverse un caldero en el que tallas símbolos? Sacudió su mente de esa idea, no era el momento de plantear escenarios. Era mejor mantenerse ocupado.

Con miedo de preguntar primero que todos directamente cuales eran los planes planes para la clase, solo se atrevía a observar la cabaña intentando suponer mas cosas. No pudo evitar fijarse en el suelo la habitación. Al menos explicaba por que habían construido una cabaña encima: Al pasar su zapatilla por el suelo se dio cuenta de que estaba formada de alguna especie de material bastante extraño, que continuaba fundiéndose con todo el suelo. Quien quiera que hubiese construido la cabaña había usado el suelo como soporte, ¿pero para que?

[Tauro M.]

El crepitar del fuego actuaba como perfecto somnífero mientras Tauro esperaba que el primero de los aprendices llegara. El olor a café recién hecho impregnaba la cabaña y los alrededores, lo cierto es que era de allí de donde ella se suplía para llevar la mercancía por contrabando hasta su local en Juan Valdez, aunque nadie nunca sospechó nada. ¿Qué de raro podía tener un local que se dedicaba a vender café? En Londres, el Ministerio de Magia vivían tan pendientes de los magos tenebrosos y la orden del fénix, que se olvidaban de las demás actividades fraudulentas que ocurrían frente a sus propias narices.

Las primeras personas en presentarse fueron Ishaya, Nathaniel y su propia esposa, que a juzgar por sus caras no estaban del todo satisfechos por la travesía y el trabajo que les tocó llegar hasta allí. Tauro en cambio, los recibió con una amplia sonrisa persuadiéndolos a escoger el mejor asiento alrededor de una mesita de madera que estaba cerca de la única ventana.

— Al menos me alegro de que hayan llegado enteros —pensó en voz alta, sin preocuparse por corregirse —Pero adelante, adelante, pónganse cómodos mientras vienen los demás. Y sí Nathaniel, tengo una variedad de bocadillos que traje de mi propio negocio, puedes escoger el que quieras –dijo señalando la bandeja sobre la mesa mientras acomodaba las tazas y colocaba la tetera con el café prometido — ¿Qué les ha parecido? Esta es la segunda vez que vengo aquí —mintió —Y lo cierto es que tenía este viaje planeado desde hace meses, pero lamentablemente se cruzó con la clase, por lo que decidí traerlos hasta acá —Por supuesto Tauro no se había olvidado de la presencia de su esposa, por lo que aprovechó para rozarle la mano con cariño cuando le entregó una de las tazas para que la ayudara.

No pasó mucho tiempo para que el grupo estuviera completo y entre ellos estaba su único hijo Ariel. El muchacho era bastante guapo a decir verdad, había salido a ella, prácticamente se sentía en familia contando a Bridget y a Ishaya, excepto claro por el único con el que no estaba relacionada.

—Antes de que lo olvide, nos estarán acompañando dos personas más que decidieron venir como oyentes, a los cuales les voy a pedir que ayuden a acomodar los ingredientes que han traído porque más tarde los vamos a necesitar. Mientras tanto sólo pónganse cómodos, creo que todos se conocen y si no, les presento a Apolo Granger, oyente de Runas y a Tazz, oyente de Pociones.

La mayoría de ellos tenía conocimiento sobre la respectiva materia que cursaban, pero en vista de que Ariel había tenido dificultades con la hoja de runas –la verdad desconocía cómo se las había arreglado para llegar hasta allí por sus medios, pero la hacía sentir orgullosa de que lo hubiese logrado-, decidió ahondar un poco más sobre la materia.

—Las runas otorgan poder sobre lo emocional y mental, pero si no conocemos su significado poco o nada nos pueden ayudar. Su poder es legendario, es lo que se utilizaba cuando no existían las varitas y aunque su uso ha disminuido, su poder no. Vale aclarar que las varitas emplean las runas para sellarlas. Sus símbolos y líneas simplificadas representan fuerzas cósmicas que atañen a cada individuo de manera inconsciente. En los tiempos de guerra era común ver símbolos en las armaduras e incluso en las armas, pero contrario a lo que pensaba la persona corriente, no se trataban de simples dibujos que representaban una casa o el reinado de alguien en particular y si alguno tiene un amuleto, si lo observa muy de cerca encontrará algún rastro de una runa.

»En la hoja que les entregué encontramos la runa NAUTHIZ, maestría del dolor. Nos sirve específicamente para manejar un dolor que en condiciones normales no podríamos soportar. Para un guerrero es muy útil cuando se encuentra en batalla, aunque también peligrosa, pues el no sentir dolor no nos exime de por ejemplo sufrir las consecuencias de una herida profunda que puede culminar en la muerte. ¿Me explico? —hizo una pausa antes de continuar —Sí, las runas nos elevan nuestros sentidos y habilidades, pero no funcionan si no las conocemos y por supuesto debemos ser prudentes al emplearlas. ¿Ahora, quién me puede decir otro ejemplo de runas y su uso? Pueden ser diferentes a las que ya tienen y lo más importante, quiero que intenten hacerlas, dibújenlas en el suelo, en su cuerpo o donde quieran y no se detengan hasta que logren que funcione. Tengan en cuenta que la concentración es importante, el entendimiento también, usen la magia que yace en su interior y llévenla más allá, hacia lo tangible.

Esta vez la pausa fue más prolongada, dándole tiempo para que agregaran o preguntaran algo si les apetecía e hicieran el ejercicio. Mientras tanto añadió:

 

—Los traje hasta acá pero no para quedarnos, de hecho sólo usaremos la cabaña para descansar por la noche y comer.

 

 

—Ahora, mis estudiantes de pociones. En ese pequeño estante que se encuentra al lado de la puerta encontrarán varios frasquitos con sustancias e ingredientes varios. Bridget, te pediré que clasifiques los que reconozcas como ingredientes con propiedades de animales y me nombres cinco de ellos; Nathaniel, tu harás lo mismo con los que tienen propiedades de plantas mágicas, aunque quiero que me digas cuáles pudiste recolectar en el camino. Una vez los clasifiquen quiero que cada uno me diga qué tipo de pociones conocen y no me refiero sólo al nombre, sino a la clasificación. Por ejemplo, encontramos las Pociones de Corrección, las cuales son sumamente difíciles de preparar y se utilizan para corregir otras pociones sin modificar el fin original de la poción. Existen otras más conocidas, tan sólo pido que me nombren una.

 

»No sé ustedes, pero mis favoritas son las pociones dañinas, dentro de las cuales se encuentran los venenos. Su complejidad, el cuidado y lo peligrosa que es su preparación son aspectos que me atraen a pesar del daño que puedan causar si no se hace de manera adecuada. Aunque suene mal, la muerte de algunos y sacrificios de los mejores preparadores de pociones han permitido el gran avance que hemos tenido a través del tiempo, porque es gracias a sus muertes que hoy podemos salvar vidas.

Se notaba lo apasionada que era respecto al tema, pero por supuesto no dejaría que únicamente los de runas fueran los que practicaran, así que decidió agregar algo más al ejercicio.

—Una vez terminen de practicar sus runas, harán una en su compañero y con esto no me refiero a que perforen su piel, espero que antes no me hayan tomado tan literal. Si les pareció difícil lograr que hicieran un efecto sobre ustedes, encontrarán que es aún más complicado cuando se trata de alguien más. Entonces, mi hermosa esposa puede hacer equipo con Jank, Ariel con Ishaya y Apolo… mejor enséñame esas runas que descubriste para lo de las pociones.

»Bridget con los materiales que están a disposición y que ustedes mismos trajeron, quiero que prepares una poción pimentónica y Nathaniel, te toca la crece-pelo; Tazz los estará ayudando a ambos. Debería resultar bastante sencillo para ustedes, de todos modos también tienen un libro de texto en ese mismo estante y calderos a su disposición, así como un par de utensilios. Si no encuentran lo que necesitan para extraer el jugo de una de las plantas o aplastar un tallo, deberán arreglárselas con lo que tengan a la mano o encuentren alrededor, tienen permiso de salir. Todos tienen exactamente una hora para terminar.

Una vez dejó clara las instrucciones, Tauro se acercó a Apolo. Tenerlo allí significaba que algún tipo de accidente estaba a punto de ocurrir, pues el muchacho siempre se las arreglaba para provocar el caos; lo mejor sería observarlo de cerca.

—¿Algún avance en nuestros experimentos? —susurró bien bajito para que sólo él la escuchara.

[Ky.]

No era que no supiera de Runas, tenía algunos conocimientos acerca de ellas, lo que no entendía era la hoja que sostenía en sus manos. La había mirado durante el viaje y de nueva cuenta durante la explicación que Tauro acababa de hacer con respecto a ella, sin embargo, para el pelirosa seguía siendo una hoja con trazos y palabras en ella.

Deseaba negar la explicación que había dado su madre acerca de las runas, ¿Había sido clara? Si, al menos él le habia entendido aquel discurso acerca de las runas y su poder, pero el Nigromante estaba consciente que nadie en su vida iba a hacer uso de las runas para mejorar su vida. Si su madre le hubiese preguntado como es que él había llegado hasta ahi le hubiese enseñado su varita. Y es que para él, la varita era todo lo que necesitaban los magos, ya que justo con ayuda de ella, era que él había llegado a aquel lugar.

 

Pero en lugar de hablar de la varita decidió afrontar la clase con unas cuantas palabras que sonaban entre una afirmación y una pregunta. Al menos para él, era de suma importancia conocer el origen de aquel alfabeto que se encontraba en la hoja blanca que aun tenía en sus manos.

—Profesora, este alfabeto rúnico es Futhark Joven. —espero a la respuesta de Tauro para poder entender el por que no reconocía por nombre ninguna de las runas que se hallaban dibujadas en la hoja blanca.

Así que en lo que dejaba que los otros chicos de Runas contestaran a las preguntas que su madre había hecho, Aries tomo asiento y con el dedo comenzó a trazar la Runa Os, necesitaba toda la ayuda de inteligencia y la mejor de las suertes para acreditar aquella clase. Trazó la runa tantas veces que creía que con su dedo iba a llegar hasta el núcleo de la tierra.

—Las runas otorgan el poder sobre lo emocional y mental. —repitió las palabras de su madre sin dejar de dibujar la runa de la que intentaba conseguir su poder y mientras lo hacía comenzó a captar muchas cosas acerca de las runas, su poder y uso que estas tenían.

Se preguntó si debía levantar la mano ó quizás con solo ponerse de pie servía para ser escuchado por su madre. Opto por la segunda opción y mientras leía la hoja que se le había entregado al iniciar aquella odisea empezó a hablar, esperando que lo que dijera estuviera correcto.

—Rad o Raido, como viene en tu hoja —la agito mientras la doblaba y metía dentro de sus bolsillos. —Es la runa guía, es la que te conduce y orienta durante el viaje hasta tu lugar de destino. Hay que tener claro el destino al que queremos llegar por que puede conducirte a otro lugar.

» Por cierto, nunca entendí el por qué cambio el uso de las runas. Tenía entendido que estas servían para conocer el presente, pasado y futuro de otra persona de una manera más exacta que la adivinación. Pero por lo que entendí en su explicación, este nuevo uso de las runas crea poder emocional y mental. Lo que indicaría que no todos pueden llegar a hacer funcionar una runa. ¿No es así?

[toji]

Habían llegado todos los compañeros que faltaban, tantos los de runas, como los que pociones. Era una clase muy variopinta, y a pesar de no reconocer a la gran mayoría, pudo identificar a un familiar, o eso pensaba Tazz. El árbol genealógico de los Malfoy es un poco complicado de leer, Tazz muchas veces pensaba que se requería una cierta maestría para poder leerlo.

 

 

 

El joven Malfoy tenía una taza de café en las manos e iba bebiendo mientras escuchaba las explicaciones que la profesora Lavigne sobre las runas y las pociones. Era muy interesante que a Tau le gustasen los venenos, aunque tendiendo en cuenta los rumores de que se encuentra en la cúpula de la organización llamada La Marca, organización a la una vez Tazz perteneció. Lo recordada por que en aquellos tiempos Tau y Tazz eran compañeros “bases” dentro de la misma. Eran otros tiempos.

 

 

 

La petición de Tau de que vaciaran lo que habían recolectado en el trayecto hacia la cabaña sacó de su ensimismamiento a Tazz, que bebió el último sorbo de su café colombiano y después de dejar la taza en la mesa vacío la bandolera que traía consigo. Principalmente había recolectado ingredientes para elaborar el filtro de los muertos en vida o filtro de los muertos vivientes. El Malfoy estaba experimentado con esa poción, había leído en un libro antiguo sobre matices en la elaboración que le confieren a esta un resultado más eficaz. Sin embargo, aún le quedaba un ingrediente que no había podido encontrar en su viaje a la cabaña, Tazz tenía esperanza de poder encontrarlo en el armario de su profesora.

 

 

 

—Listo, está todo encima de la mesa aquella—señaló una mesa vacía que se encontraba al otro externo de la cabaña. —Por cierto, a mi también me atraen muchos los venenos, sin embargo, ahora estoy profundizando en las elaboraciones de los filtros, me llaman más—añadió mientras volvía con el grupo. Los venenos tienen sus encantos, pero algunos filtros y su proceso de elaboración son casi más complicado que muchos venenos.

 

 

 

Tau explicaba las tareas a cada uno de sus alumnos, tanto de runas como de pociones, a Tazz le había encargado la tarea de ayudar a Bridget y Nathaniel con la elaboración de sus pociones. Las dos pociones eran muy básicas y de fácil elaboración si se seguían las indicaciones correspondientes. En lo que a Tazz respecta era un principio algo anticuado ya que el prefería utilizar sus propios métodos de elaboración, que tanto tiempo y más de una herida de gravedad le han costado, hasta hacerlos suyos.

 

 

 

—Muy bien, manos al caldero—bromeó Tazz.

 

 

 

Siguió a Bridget y Nathaniel hasta la mesa en donde se encontraban los ingredientes para ayudarles a buscar todo lo necesario para sus elaboraciones.

 

 

 

—Cuando tengáis todo lo necesario para vuestras pociones leer atentamente y si es necesario más de una vez, todo el proceso que tenéis que seguir—aconsejó a sus compañeros. —La elaboración y resultado satisfactorio tienen mucho que ver con que el mago entienda cada elaboración, cada ingrediente, cada material necesario para que el proceso—. Miro a sus dos compañeros mientras entregaba a cada uno una copia del libro de Pociones Avanzadas.

 

 

 

—En caso de que ya estéis familiarizado con el proceso de elaboración de pociones, olvidad lo que os he dicho— añadió Tazz después de pensar en que algún tipo de conocimientos sobre pociones habían de tener. —Si necesitáis algo pedírmelo, iré a hacerle una petición a la profesora Lavigne.

 

 

 

El joven Malfoy se apartó de sus compañeros y de dirigió hacia donde estaba Tau. Tazz pretendía utilizar esa clase y sus integrantes como conejillos de india para probar en lo último que estaba trabajando. El filtro de los muertos vivientes.

 

 

 

—Profesora Lavigne, me gustaría hacerle una petición— susurró Tazz muy bajo para que solo Tau le escuchara. Le ofreció el brazo en señal de invitación para dar una vuelta por la cabaña, que, aunque era pequeña aún quedaba sitio para mantener una conversación privada. —Me gustaría probar unos cambios que he estado investigando sobre la elaboración del filtro de los muertos vivientes, se supone que harán que sea más potente—continuó.

 

 

 

 

—Y para ello necesitaré su permiso para poder probarla con alguno de mis compañeros, o con los dos, para ver si hay algún tipo de efecto negativo o si realmente aumenta la potencia—hizo una pausa para mirar a su profesora. —Tengo todos los ingredientes, pero me hacen falta los granos de sopóforo y su permiso, por supuesto esto es meramente con fines académicos—culminó su petición.

 

Editado 11 de Agosto del 2017 por Tazz Malfoy Dolohov

[Tauro M.]

—Lo que dices no está equivocado, lo que sucede es que el poder de las runas es tan grande que se pueden utilizar como método adivinatorio como para la magia, así mismo como amuletos de protección, de defensa o de la suerte, pero para todo esto es fundamental que tengamos una fe ciega en ellas, de otro modo no funcionarían –explicó.
—Lo normal es enfocar o dirigir la atención hacia el método adivinatorio y concuerdo en que es más acertado que la propia adivinación, que entre nos no es mi favorita, pero hay tanto que no se explica y limitamos el verdadero significado o poder de las runas. Sobre lo que mencionas acerca de que nos ayuda a conocer el presente, pasado o futuro, no es tan así. Te explico:

»Lo que las runas nos ofrecen es una interpretación amplia acerca de lo que hicimos, lo que estamos haciendo o nuestros planes a futuro. En la antigüedad muchas personas recurrían a este método para entender en mejor perspectiva nuestras decisiones o acciones y en base a esta interpretación decidir si íbamos o no por el camino correcto. Este es el verdadero impacto de las runas en nuestras vidas o al menos es la manera en cómo yo lo veo y el motivo por el cual existen varios tipos de runas, las cuales explicaré en un momento, mientras tanto por algún lado sé que hay una bolsa de seda gris amarrada con un lazo rojo, ¿la podrías buscar por favor?

En lo que Ariel la encontraba, Tauro fue despejando un poco la mesa, procurando apartar los bocadillos de Nathaniel que parecía querer engullirlos todos. No dijo nada, tan sólo lo miró fijamente por un segundo para que entendiera la indirecta.

—Genial, la has encontrado –dijo tomando la bolsa. Desató el lazo y arrojó el contenido sobre la mesa —Estas son las 24 runas, 25 contando la que está en blanco, que les entregué anteriormente en el papel. Ahora que ya conoces los nombres, su significado varía dependiendo del tipo. ¿Podrías ahora seleccionar 3 runas al azar? Vuélvelas a meter en la bolsa y revuélvelas, luego colócalas sobre la mesa –, en lo que Ariel hacía lo que su madre le pedía, prosiguió. En ese punto la explicación no iba sólo para el muchacho, sino que para los demás.

—Entonces, tenemos las runas de protección. En la Edad de Bronce y parte de la edad media, los guerreros solían trazarse estas runas en la espalda, la frente, incluso las partes íntimas para sentirse protegidos. Las cinco más conocidas son Teiwaz, que significa guerrero; Inguz, que significa la fuerza, Algiz, que significa protección; Eihwaz, que significa defensa; y Ehwaz, que significa movimiento o compañerismo. Por lo menos estas dos últimas sé que quizás las conocen.

»Luego tenemos las runas del destino y de la suerte, que se trabajan utilizando los mismos símbolos que ven aquí, pero funcionan haciendo una pregunta en específica y la runa extraída revelará cómo será tu destino de ahora en adelante y en cuanto a la suerte el tipo de obstáculos que se pueden presentar. Aplica el mismo criterio con las runas del amor, todas estas funcionan en base a una pregunta que formulemos. Por último tenemos las Runas Fulhark y las Runas Vikingas. Lo curioso es que del mismo modo las podemos relacionar bien sea con el horóscopo o incluso con el tarot y los Arcanos Mayores.

Cuando vio que Ariel ya tenía sobre la mesa las tres piezas de madera invitó a Ishaya, la señora de Lavigne y Jank a acercarse.

—Su tarea consistirá en explicar el significado de una de las runas, la que deseen, dependiendo de la pregunta o situación que escoja Ariel. Tengan en cuenta lo que dije anteriormente, si está invertida puede cambiar su significado. Les doy un ejemplo —en ese instante Tauro extrajo una runa completamente al azar, sin tener ninguna pregunta en mente pues sólo planeaba hacer una demostración.

—En este caso nos encontramos con Othila. Si se nos presenta en su posición normal, se puede interpretar como una invitación a liberarse, desechar lo obsoleto, adoptar hábitos nuevos para obtener felicidad y de esta manera cambiar la suerte a positivo. En cambio si sale Invertida —la peliazul simplemente puso ''de cabeza'' el símbolo —, nos está diciendo que debemos adaptarnos y ser claros al momento de dominar la situación, únicamente así podremos obtener la ayuda de los demás que necesitamos. Ahora sí, ¿quién quiere empezar?

 

Para el final de la clase, Tauro esperaba que los aprendices lograran entender que las runas no sólo eran signos, símbolos o letras de alfabetos, sino también formas de magia, posturas de meditación e incluso gestos rituales. Sin darse cuenta la Tauro apasionada por las pociones también le había encontrado cierto gusto a un conocimiento del que jamás pensó podría encontrar interesante.

[Leah Snegovik]

Ignoró por completo a Nathaniel, a excepción del asunto de la comida, puesto que más en un gesto de defensa personal le pasó el bocadillo más grande de la mesa para que se entretuviera un rato y se callara la boca. Sonrió agradecida por la caricia de Tauro y le regresó el favor rozando los labios con sus dedos, apenas en un movimiento normal y cotidiano mientras tomaba la taza, incluso podrían haberlo interpretado como una reverencia respetuosa. Claro que con el bullicio de los estudiantes que arribaban, nadie más prestó atención a sus sutiles muestras de cariño.

-Yo diría que más que entretenido, mi querido Ishaya -rodó los ojos y le lanzó una mirada de reproche a su esposa-. Aparte he tenido que lidiar con Nathaniel todo el camino, ha sido alucinante.

Apretó el hombro de Aries con suavidad cuando pasó a su lado, no porque no quisiera saludarlo, más bien porque alguien que no esperaba acababa de pasar por la puerta con la misma despreciable actitud de siempre. Jank, con expresión de escasos amigos, por no decir ninguno, se retiró a una esquina e Ivashkov lo agradeció. ¿Por qué siempre tenía que encontrárselo cuando todo iba tan bien? Todos los presentes eran miembros de la Marca Tenebrosa, incluyendo a su mujer quien era la líder del bando, ¿qué hacía un odefo declarado entre ellos? Decidió beber de su taza de café antes de hacer alguna locura y enterrarlo en el patio.

-Oh, tenemos oyentes -exclamó con verdadera sorpresa-. ¿Otro Malfoy? Dime que es distinto a ti, Nathaniel -rogó en broma, mientras estiraba la diestra por mera costumbre hacia Tazz-. Leah Ivashkov, un placer.

Al siguiente lo conocía, Apolo Granger había sido su estudiante de Duelo Avanzado en Hogwarts y siempre lo relacionaba a otra ocasión, en el pasado, aunque no sabía exactamente a cuál. Bridget por su parte no parecía estar disfrutando de nada de aquello y por su expresión, la primera vez que la veía, la estaba pasando bastante mal. Rió en voz baja, divertida por la travesura de Tauro y sin darse cuenta, acabó la taza de café. Era sencillamente sublime. Hasta ese entonces no había prestado atención a la comida y fue toda una suerte, porque fue el acompañante perfecto del inicio de la clase.

Mientras escuchaba la explicación de las Runas Antiguas, su expresión cambiaba lentamente entre el entendimiento, la sorpresa y la admiración. Al leer las runas había intentado leerlas y nada más, interpretarlas como un idioma que pudiera llevarla a través del bosque. Pero a ciencia cierta, nunca había visto tanto poder en sus extraños trazos o en la forma en que podrían utilizarse, o haberse utilizado en otro tiempo. Sacó la hoja de su bolsillo, acabando una galleta deliciosa que solían tener en casa cuando tomaban la merienda y no cuando era su profesora y empezó a leerlas con más atención. Muy interesante. Sacó la vara de cristal de un apartado especial para la varita y estiró el antebrazo derecho sobre la mesa.

-Muy bien, veamos... Nauthiz -no estaba intentando hacer de la runa un hechizo, solo lo dijo para entrar en materia. Mientras tanto, usaba la vara para dibujar sobre su piel.

Trazó la runa, no con mucho éxito al principio. Cada vez que intentaba dibujarla se borraba parcial o completamente. Tuvo que poner en práctica cosas que usaba con magia elemental como los hechizos Uzza o las habilidades Arcanas, fe y mucha, mucha, necesidad de lograrlo. Por fin la runa apareció y se mantuvo en un fuerte tono rojizo que no le había causado dolor. Ocupaba casi la mitad de su antebrazo y la zurda parecía muy agotada por el pequeño dibujo. Pero una vez que acabó, las señales de estar complacida con el resultado empezaban a surgir. Pero, claro, debía probarlo. La punta de la vara de cristal, color del vino, brilló como la sangre que empezó a derramarse en su piel, en un pequeño hilo producto de un corte limpio a lo largo de la piel. No hubo dolor.

-Impresionante -murmuró, curándose con ayuda del amuleto de curación-. ¿Es posible portar una runa de forma permanente o tienen una función temporal? Con respecto a la pregunta, supongo que fue posible en su momento trazar la runa Berkana en una pareja que tuviera problemas para tener hijos. O al menos es eso lo que entiendo al interpretar su significado.

Limpió su piel y la mesa luego de su respuesta formal, escuchando también con atención la parte de Pociones. Una sonrisa se dibujó mientras miraba abajo, con cierta nostalgia. Había cursado la misma clase años atrás, con la misma profesora y nunca había imaginado que acabaría casada con ella, por más comentarios de doble sentido que hubieran compartido entonces. Por supuesto, no estaba en absoluto arrepentida, podía entender por qué con el paso de los años había encontrado algo más en Tauro que el resto. Esa pasión que tenía al hablar de las pociones era contagiosa y aunque trataba de evitarlo, se notaba lo mucho que disfrutaba al escucharla hablar.

Sin embargo, cuando se irguió con orgullo ante la mención de la "hermosa esposa", tuvo que hacer un esfuerzo inhumano para no quejarse o mostrar una evidente molestia por la decisión de emparejarla con Jank. Sus ojos verdes destellaron ligeramente, reflejando su cólera en una expresión mínima de lo que estaba sintiendo en realidad, pero no dijo nada. Merlín, es que no se libraba de Dayne nunca. Tomó otra galleta de la mesa y no sin cierto pesar, se giró sobre el taburete y abandonó su cómodo asiento, concentrándose en un pensamiento que había surgido después de la palabra de Tauro. ¿Sería inapropiado si al caer la noche se acostaba junto a ella? Esperaba que no, porque era su plan. Suspiró cuando llegó a Jank.

-Bien, ¿alguna runa en particular que quieras? -no sonaba la mitad de viva de lo que se había escuchado antes, pero al menos no parecía tenerle mucho asco. No mucho-. La runa de movilidad o inmovilidad serían interesantes de probar, pero te dejo la lista por si quieres elegir alguna otra.

Dejó la hoja en sus manos y aguardó. Una completa agonía.

[Apolo Granger]

Apolo sintió pánico cuando Taurogirl los presento al resto de la clase, pero no pudo evitar sentir curiosidad por no ser el único asistente de esa clase que solo participaba como oyente. Le echo un vistazo a Tazz luego de responder los saludos, mientras la peliazul se dedicaba a repasar los aspectos principales de las Runas. Adelantándose a Apolo, su compañero organizo rápidamente los materiales que habían traído todos, así que sintiéndose algo inútil se recogió un poco hacia la ventana mientras los estudiantes de Runas se ponían a la acción.

Solo por mera curiosidad, decidió intentar prestar atención a las instrucciones de los alumnos de Pociones. No logró entender nada de lo que Taurogirl les dijo, pese a que repitió mentalmente lo que decía. Estaba claro que las pociones no era lo suyo, pero estaba cayendo en cuenta que realmente costaba poder entender como crear una poción. Cuando volvió al grupo de Runas y volvió a comprender, soltó un pequeño bufido: Era como estar en una clase de Ingles y Chino al mismo tiempo. Solo por precaución, decidió que se mantendría cerca de los alumnos de Runas Antiguas.

No se sentía capacitado para dar ningún consejo, y tampoco quería que los viera observarlos, así que se dedico a contemplar sus esfuerzos mientras Tau iba y venia entre los grupos. Le había impresionado mucho su conocimiento en Runas, y si tenia que escoger entre enfoques, se hubiese quedado con el de ella sin duda. Cuando Taurogirl le asigno una tarea a él mismo, pensó que quizás no quería que se quedara solo mirando mientras el resto ponía de su parte en la clase.

— ¿Que? Yo... ¡Si! Enseguida...

Tardo un momento en darse cuenta de lo que Taurogirl le había pedido; suponiendo que no necesitase demostrar como trazar Runas a un nivel tan básico al menos esperaba que profundizase un poco ¿no? Pero aun así... Recordaba perfectamente lo que le había comentado hace semanas: su pequeña teoría sobre la Runa Othila y como esta podía fragmentar una solución generada de bases liquidas y regresarlas a su estado original. Eso en teoría claro.

No le hacia gracia la idea de probarla en una habitación llena de gente que se reiría cuando se quedara sin cejas, pero le hacia menos gracia la idea de desobedecer a Tau, que se acerco nuevamente solo unos momentos después para preguntarle sin descaros sobre los experimentos que habían estado realizando en conjunto. Le alegro comprobar que seguía tan interesada como al principió cuando se conocieron, pero no estaba muy seguro de cuanto decir con tantas personas en la cabaña pudiendo escuchar.

— Todo bien. Es mas fácil con el espacio apropiado — musitó agradecido, pero al momento siguiente Taurogirl fue llamada por otro de sus alumnos. — Me... pondré a lo mio.

Viendo que no iba a lograr mantener una conversación con la peliazul por el numero de personas que necesitaban su atención, Apolo salio por la puerta de entrada. La lluvia no se había detenido, pero con un encantamiento convocador recupero la pequeña botella de cristal con la que había llegado. Se sintió indeciso un momento, pero al siguiente estaba levantando la botella para atrapar algo de lluvia. Tardo algo de tiempo, y para cuando regreso a la cabaña Tau aun se encontraba con los alumnos de Runas Antiguas.

Se apresuro a unirseles, tapando con una mano la botella de agua para evitar derramar nada. Se mantuvo algo distante, pero escucho la explicación a medias mientras le echaba un vistazo a los alumnos. No podía ubicar a ninguno, de nada, por mucho esfuerzo que pusiera en intentar recordar. Pero estaba seguro que al menos había visto antes a una de las alumnas de Runas. ¿De donde era?

A los de Pociones no los conocía de nada, pero no podía evitar pensar que al igual en Ottery y en Londres, había un cierto familiar entre todo el mundo, como si se conocieran desde hacia años. El era tan nuevo en Europa que no podía evitar sentirse como un extraño en una reunión familiar. Algo cohibido, intentando no acercarse demasiado a los calderos que borbotaban alegremente, cruzo la cabaña en dirección a la mesa blanca que había despejado Tazz, y le echo un vistazo a los ingredientes que había.

Nada le resultaba familiar, y asustado ante la idea de que alguno de los materiales fuera radioactivo al agua de lluvia (podía pasar, quien sabe lo que había en este bosque realmente) decidió no arriesgarse. En principio su idea debería funcionar, y en el peor de los casos lo peor a lo que se estaría arriesgando seria a mojarse un poco. A menos claro que el frasco estallara en mil pedazos. Busco una mesa vacía en la que dejar el frasco, y lo mas limpia y lentamente que pudo comenzó a grabar la runa Othila en el frasco con su varita. Cuando termino, dio unos golpes con su varita con los ojos cerrados, y entonces...

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Abrió los ojos por sorpresa al ver el resultado, y se felicito así mismo por su idea, aliviado. En teoría, la runa Othila permitía la separación, por lo que si se usaba en una poción esta debería separarse en sus múltiples ingredientes regresandolos a su estado original. Sin embargo, aunque jamas habría intentado usar una runa en una poción, su idea había resultado bastante bien con simple agua.

Tomó el frasco con cuidado y lo llevo ante Taurogirl, que vigilaba de cerca todo el proceso de sus estudiantes. Le daba miedo agitar demasiado el frasco y romper el efecto que había creado, así que se esforzó en no presionar demasiado el recipiente, recibiendo algunas gotas de agua mientras caminaba.

— Este... mi idea al usar la Runa era separar el agua del vidrio, volviéndolo repelente. Así si alguien vertía algún liquido en el interior del frasco el liquido debería salir disparado por donde entro. No estaba seguro de que si al meter barro lograría mantener una capa de agua y una capa de tierra, que podría servir cuando preparas pociones. Pero... — Intento hilar las ideas. — Es lo que mencionaste sobre el poder mental, ¿no? La runa no solo esta separando el agua y el vidrio, esta generando una regresión de como entro en primer lugar. Use agua de lluvia, así que eso explica que salga de esa manera.

Trato de obviar la parte en la que suponía que si hubiese usado un grifo o la hubiese vertido con algún material habría salido despedida de la misma forma, en un chorro que lo habría salpicado entero. Apolo decidió que le gustaba esa runa si le traía tan buena suerte, y lamento que no hubiese salido el sol: su botella bien podría estar generando un arcoiris en la luz. Aunque algo le pareció extraño, y no solo el hecho de que el agua del frasco a pesar de estar en movimiento no se vaciaba ni un poco.

— ¿Que... crees que pase si doy vuelta el frasco? — preguntó Apolo poniéndose nervioso de un momento a otro. — ¿Si la giro, se volverá una runa invertida?

De pronto sintió como si estuviese llevando una bomba en sus manos. La runa Othila de manera invertida significaba, como casi el siempre la había visto, muy mala suerte. O un desafío. ¿Significaría que el frasco estallaría en sus manos? ¿O algo peor?

[Ky.]

Inhalo y exhalo. Tres veces seguidas, aquella era la única forma que conocía para calmar sus chacras y sus malos pensamientos. Estaba molesto. En su cabeza jamás paso la idea de que su madre iba a ser quien la evaluaría para adquirir aquella certificación y más que nada lo tomara de su achichincle. Refunfuñó mientras repetía las últimas palabras de las últimas palabras de su madre mientras buscaba la bolsa de seda gris con el lazo rojo. Al encontrarlo en unos de los cajones, lo tomo y regreso hasta donde se encontraban Tauro y demás compañeros.

La explicación que Tauro había dado de las runas resultaba interesante y la actividad que le había encargado parecía aún más interesante, ya que había dejado de prestar atención mientras jugaba a elegir 3 runas al azar y las revolvía dentro de la bolsa de seda gris. Sus movimientos eran rápidos y silenciosos que cuando dejo las 3 runas sobre la mesa creyó que su madre no se había percatado de aquello, pero se equivocaba, ya que enseguida la mujer de cabellos azules dejo su discurso de las runas para explicar la segunda parte de la actividad.

La primera runa que se encontraba en la mesa estaba invertida, correspondía al nombre de Berkana, el por qué la había elegido, no tenía idea alguna, simplemente en ese momento le había llamado la atención. La segunda runa estaba normal, la cual no era otra que Ingus y por ultima Raido que al igual que la primera se encontraba invertida. Las miro un tanto sorprendido, recordaba un poco el significado de cada una, al menos no invertidas. Pero giradas no estaba tan seguro de lo que podían significar.

Comenzó a hacer un recorrido visual entre las tres personas que se encontraban en el lugar dejando su mirada fija en Jank, la única persona que no conocía, jamás lo había visto pero estaba seguro que a Leah no le agradaba nada la presencia del mago en aquella cabaña. Quería preguntar a que se debía aquel ambiente tan tenso que se sentía, pero no quería gastar la oportunidad de que sus compañeros le dijeran a través de las runas su futuro.

—Me gusta una mujer de muy buena familia, pero no he podido formalizar nada con ella ya que la situación no se ha dado. Me gustaría saber que hacer o que no hacer de acuerdo a estas tres runas. —esperó a que cada uno eligiera que runa quería explicar mediante la situación planteada. Sólo esperaba que la Ivashkov fuera lo bastante objetiva y no se dejará llevar por el despreció que sentía por Arya Macnair. Si no había dicho su nombre frente a ellos era que necesitaba saber si debía o no pedirle ser novios.

Sabía que debía estar prestando atención a la explicación de las runas por parte de sus compañeros, pero no podía negar que el frasco que llevaba el joven que la peliazul presento como Apolo Granger le resultaba un tanto intrigante. ¿Qué poción contenía aquel frasco y por qué tenía la runa que recién había explicado su madre grabada en el vidrió? Sus ojos no dejaban de ver la runa, entonces hizo memoria para recordar que significaba Othila.

—Madre…—se quedó callada unos segundos y volvió a llamar la atención de la mujer que le había procreado —Profesora Lavigne, ¿las runas también pueden ser usadas en pociones? —era más que obvio que a pesar de desconocer que era lo que tenía el frasco con la runa Othila en su interior el efecto que esta hacía le llamaba un poco la atención. —¿Si decido dibujar en un frasco de Felix Felicis la runa Eihwas invertida el efecto de la poción se revertiría?

El pelirosa ni cuenta se había dado que había confundido la runa Ehwas que si tenía un significado claro al encontrarse invertida con Eihwas que no había un significado al encontrarse de aquella forma. Por lo que quizás alguien más le diría de aquel error que acababa de cometer.

[Nathaniel Malfoy]

Runas...

 

Runas everywhere.

 

La mirada cansada del mortífago londinense era la pura imagen de la decepción. Sin bocadillos que comer ni cualquier otro tentempié que llevarse a la boca, la clase se hacía cuesta arriba.

 

¡Y para más había que aprender algo de runas!

 

Se limitó a escuchar todo lo que decían los allí presentes, sin siquiera emitir un "ok" o cualquier otra palabra que dictaminase que estaba vivo. Solo respiraba y parpadeaba, de vez en cuando cambiaba miradas con quienes le miraban, y ya.

 

Cuando todo aquel vendaval de preguntas, respuestas, lecturas de runas y palabras raras terminó, el Mago Oscuro se levantó y apoyó las palmas de las manos sobre la mesa.

 

- ¿En algún momento prepararemos una poción? Por ejemplo... ¿algo contra la licantropía? - inquirió, con cierto tono de emoción. Aquella era la simple y única razón de su matrícula al conocimiento de Pociones. Hacía años -- toda la vida -- que lidiaba con sus transformaciones de luna llena. Sin embargo siempre había logrado controlarse cuando tenía pociones preparadas por otros. Cuando no tenía eso... simplemente no era él.

 

¿Y ahora? ¿Quién se las prepararía? Pues él mismo. Pero para ello tenía que aprender.

 

Los allí presentes lo miraron un tanto desencajados, saliendo del ensimismamiento digno de una lectura colectiva. Incluso parecían molestos con la intervención del pelinaranja que sólo quería aprender aquello y marcharse. No soportaba las runas, era aquella sensación que cualquier persona tendría con la asignatura que más odiaba.

 

- No es para mí, eh. Es para un amigo. Yo no soy licántropo. - puso los ojos en blanco, tratando de disimular. No le interesaba lo más mínimo que personas ajenas a su núcleo familiar o de amistad supiesen características y detalles de la vida privada del Malfoy.